Duelo contra Azrael Licaón

[Valky]

El portal se abrió en las coordenadas que uno de los miembros de la orden le había entregado, la desaparición de muggles y mestizos era el pan de cada día desde que el estatuto del secreto había caído, se lo llevaban para venderlos como esclavos o eran llevados como prisioneros. Aquel lugar en el que la pelinegra se encontraba era uno de los improvisados refugios que servían de paso para llevarlos a un lugar seguro.

 

Cuando sus ojos se adaptaron a la falta de luz, la pelinegra supo que algo no marchaba bien. Había demasiado silencio. Sacando la varita y con gran sigilo empezó a recorrer la cabaña, aparentemente no había nadie más, estaba a punto de guardar la varita cuando en un ruido en el sótano la alertó. Olvidando por completo el ser silenciosa, corrió escaleras abajo. ¿Acaso el traslado se había llevado a cabo antes y no avisaron? No, eso era imposible.

 

—¿Quién esta ahí? —preguntó en voz alta mientras descendía por las escaleras. No recibió respuesta alguna, tan solo aquel ruido como de algo golpeando contra el suelo de madera.

 

La impresión de ver el suelo del sótano lleno de personas muertas fue muy grande. ¿Cómo lo habían descubierto? Se pregunto mientras empezaba a tocarles el pulso a las personas en busca de algún sobreviviente, alguien debía estar haciendo ese sonido. Cuando al fin la encontró intento sanar las heridas, pero ya era demasiado tarde, la joven de no más de quince años murió en los brazos de la fenixiana.

 

Algunas lagrimas escaparon de sus ojos, eran lagrimas de impotencia, si hubiera legado unos minutos antes quizá hubiera podido proteger a esas personas, quizá hubiera podido salvar alguna de sus vidas. Mientras ella empezaba a conjurar un patronus para dar aviso, en el piso superior el ruido de unos pasos la alertó, uno de los atacantes seguramente aun estaba en el lugar.

 

Dejó con cuidado el cuerpo en el piso y saltando los cuerpos corrió escaleras arriba, los hechizos protectores impedían desaparecerse o crear portales a no ser que, como ella, tuvieran las coordenadas correctas. Observó a una figura masculina correr hacía los árboles, en dirección al pueblo. Sin dudarlo empezó a seguirlo, aunque claro, le llevaba ventaja.

 

La respiración de la mujer era agitada, sentía una punzada de dolor en el costado derecho de su abdomen debido al esfuerzo que estaba haciendo por no perder de vista al hombre. Cuando llegaron a la plaza, vacía pues calculaba que serían las tres de la madrugada, le permitió tener una vista perfecta para obligarlo a detenerse, obligarlo a enfrentarla.

 

La plaza era amplia, con una pileta con una estatua en el centro, bancos y pequeños arbustos ornamentales. No había árboles, pero si algunos faroles que proporcionaban una tenue luz al lugar. Se aseguró de mantener una distancia prudente, se detuvo al estar a unos seis o siete metros de distancia y entonces lo atacó.

 

—Sectusempra— Dijo apuntando hacía el desconocido mago.

 

El rayo salió de la varita de la mujer mientras con su mano libre se tocaba el costado de su abdomen ¿Hace cuanto tiempo que no corría tanto? La ultima vez había sido sin duda antes de que naciera Sammael. Cuando el recuerdo de su hijo apareció en su mente, se obligó a alejarlo. Si se iba a enfrentar a aquel mago, necesitaba estar concentrada. Sin bajar la varita la mujer espero…

 

***

 

PV:100
PP:9

 

[Thoth]

Titiritero

 

Una plaza un sitio extraño para desafiar al maestro de las sombras, aquel que comenzaba a penetrar el arte oscuro de fragmentar su alma, este poseía en su memoria los recuerdos de su anterior combate en ese sitio, a pesar que no era el mismo, esa plaza extrañamente poseía como estatua un dragón, un gran Colacuerno Húngaro metálico adulto. El cual se encontraba cercano al servidor del Inquisidor, ubicando casi en el medio de ambos magos. Aunque, la mirada oculta por su mascará de zorro blanco del egipcio, la cual poseía esa cualidad de no ser morpheada por ser parte de sus artefactos como Mortífago, así como la luz que oculta el rostro de la Orden del Fénix, un objeto forjada de magia e inalterable.

 

-Vitae.-

 

Sisea en parsel y el dragón comienza adquirir vida, si bien pudo el mago tenebrosa añadir una cualidad diferente, este deseo aprovechar lo máximo de la misma. Y en ese preciso momento segundos que el rayo saliera en su contra, éste ordeno a su criatura tenebrosa matar a esa persona que le había atacado, el dragón alza en vuelo, levantándose del suelo, creando consigo una brisa, y ese resonar metálico de sus alas. En el aire, y rumbo a esa bruja, es impactado por el rayo que iba en dirección al ser tenebroso (Azrael / Uriel / Titiritera), sirviendo de escudo al mismo. Este rayo provoca que el Dragón se aturada un poco, pero no sangra, ya que no poseía ni una gota de ello, pero el mismo tenía su rumbo fijo, y tenía un propósito para alcanzar, destruir a esa integrante.

 

En ello, observa el escenario, bancos, criaturas que revoleaban, pero ningúna capaz de enfrentarse a su dragón metálico, tan resiente era metal, que ni aves, pudiera causarle daño al mismo, quizás sería molesto ese sonido producido, aunque, ésta criatura tenebrosa seguiría su objetivo, sin que nada la detenga. Ese primer ataque fue un simple calentamiento, aún existían recursos para darle frente a esa bruja, a la cual no conocía. Y apuntando su varita a ella, vuelve a mencionar en parsel. No obstante, en caso de atacarle le ocasionaría un daño grave a la misma por cada ataque. De igual, forma no le permitiría apuntar con facilidad, ya que se opondría en su trayecto, e intentaría con sus patas , hocico y cola matarla Y al extender sus alas le dificultaría la visión para no lograr ver a su oponente.

 

Sin embargo este desconocía que haría ella ante su leve prueba, pero si estaba seguro que debería ingeniársela para mantenerla a raya, por ello. Vuelve a pronunciar.

 

 

-Vara de Cristal.-

 

Su objeto mágico adquiere su forma de cristal, dándole un poder ancestral útil para sus fines.

 

–Expelliarmus.-

 

Y de la mano de su rival salió desprendida a siete metros de distancia su varita, ésta leve ventaja le permitiría tener otro horizonte del combate. Aunque, ese leve movimiento o estrategia no le daba la victoria, solo ponía en una situación complicada a ella, pero como los juegos del azar todo podía cambiar, y eso era algo que había aprendido de una forma u otra. Éste recordó que no poseía prenda superior, si una prenda inferior blanca con dorado, no tenía calzado, y sus pies sentía la superficie de la plaza, una sensación bastante agradable. En la mente del mago se dibujo la plaza, por lo que no existía otra estatua, no había una estructura de ese tamaño a la que había creado con el uso de las artes oscuras, los bancos se encontraban alejados en cada esquina de la misma, pero ninguno cercano a ellos. En ese sentido atrás del mago no había vegetación o estructura fabricada por el hombre, simplemente era un largo camino que daba a la distancia a una iglesia, la cual tocaba las campanadas, eran sonoras y roncas, quizás marcaba el inicio de una hora.

[Valky]

No se había percatado de la forma que tenía la estatua de la fuente hasta que la vio cobrar vida. Identifico claramente el hechizo que el mago había usado puesto que ella también conocía el lenguaje de las serpientes. Su mirada se poso entonces en el dragón que se alzaba en vuelo, no era del tamaño real de un Colacuerno Húngaro, sin embargo era de suficiente tamaño como para representar un problema y aunque su ataque lo había aturdido lo mejor era hacerlo desaparecer.

«Obsistens» se apresuro a pensar creando a su alrededor un cerco de materia luminosa de color carmesí. Este cerco la protegería sin problemas de la criatura que se estaba acercando a ella peligrosamente. En cuanto el dragón choco con el cerco que Kaori había creado desapareció sin dejar rastro alguno.

Tan concentrada había estado en lidiar con el colacuerno que la bruja había dejado de prestarle atención al mago, un grave error que lamentó profundamente cuando sintió que su varita escapaba de su mano y salía volando por los aires. Los ojos de la pelinegra se abrieron ante la sorpresa y de inmediato buscó con la mirada su arma mágica. Estaba a unos tres metros de ella de lado derecho.

Sin perder más tiempo, se movió rápidamente hacía ella recuperándola casi de inmediato Tendría que poner más atención pues el mago al parecer era de cuidado. Intentó recordar cuando fue la ultima vez que había tenido un duelo como tal, recordó uno hace ya demasiado tiempo y suspiró, le gustaría poder regresar el tiempo a cuando todo era más simple. Alejando nuevamente esos recuerdos a lo profundo de su mente Kaori volvió a centrar su atención en el mago, quien tenía entre las manos una vara de cristal y se disponía a atacarla nuevamente.

 

OFF: perdón la demora, el trabajo muggle me consume v_v

[Thoth]

PV=100

PP=7

***

El Colacuerno Húngaro intentó cumplir su deber, lastimosamente ese cerco luminoso lo absorbe y después se desvanece, una acción algo predecible. Y fue allí, luego que ella perdió su varita, para luego recuperaría. El mago deseaba jugar un poco, antes de causarle algún problema, por ello repitió la acción anterior con cierta variación, sin embargo, al final variaría un poco. Entonces continuo hablando en parsel.

-Expelliarmus.-

Ese encantamiento seguía con el poder ancestral de su encantamiento, por lo que el rayo se volvió efecto, y de esa forma fue que de inmediato se desprendiera otra vez la varita de su manos, la misma cayo a su lado izquierdo a unos cinco metros, mayor que la otra vez. Este conocía las diferentes posibilidades que pudiera usar ella, pero aún así siguió con su estrategia, por lo que pronuncio.

-Morphos.-

El vestido de encaje de la pelinegra, única pieza de vestir de la misma, ya que no poseía calzado alguno, arete, pincers o collares que no fuera una prenda dada por los Arcanos y Uzzas, y ésta donde era consciente ninguno de ellos podían transformarse, es decir no poseía objeto adicional a esa prenda que se comenzó a transformar en una avispa marina, lo cual no era un ataque, sino una transmutación física de la materia.

La criatura comienza a envolverla con sus tentáculos, e inyectarle su veneno. Éste conocía cierta debilidad de cierta daga, si bien podía replicar el rayo lanzado a su oponente, en cuanto a criaturas que se puede considerar como ataque apresarla o inyectarle su veneno, ésta no podía ser regresada a otra persona, las criaturas no aparecerían de la nada, su veneno no era como el gas de otro encantamiento, era producto de una inyección, necesitaba la criatura, por lo que lo máximo podía apresarla y contenerla en ese sitio ¿pero a que costo? Ya que no podía almacenar muchos hechizos por mucho tiempo. No obstante, la vitalidad de ese ser marítimo era algo precario [dos turnos] en los cuales tenía el único de objetivo de inyectar el veneno en su rival. En caso de ser exitoso el ataque a la criatura le causaría un daño leve, y la envenenaría.

En ese instante el egipcio noto como su oponente, debería hacer algo.y se preguntaba que respuesta iba a tener, para él era jugar con un conejillo de indias, probar sus locas ideas en alguien, por lo que se lo estaba tomando con mucha calma. No obstante, su mirada se clavo en la misma. Aunque, por el momento bajo su mirada, y tras su máscara se produjo una sonrisa, el mismo no estaba usando todo su arte oscuro, apenas estaba calentando, y ya pronto iniciaría el verdadero combate.