Jump to content

Edicto sobre el Estatuto Internacional del Secreto en territorio inglés


 Compartir

Publicaciones recomendadas

IicOS4N.png?1

A Babila le costó un poco dictar las palabras para el pergamino al Amo Mát. Para cualquiera, hubiera sido difícil entender las palabras del negrito, pero hay que reconocer el valor del Director de Accidentes para, además, saber qué era una respuesta y qué una lametada al azúcar glaseado a sus dedos regordetes. Al final, entre unos y otros, consiguieron rellenar entero el formulario aquel que le pedía el funcionario calvo, más interesado en leer El Profeta que en ayudarles a entender los campos a rellenar.

Babila aplaudió cuando el Director Mát dijo que ya podían ver a Sagitas. Aplastó un poco la caja de donuts, pero él no se dio cuenta. En realidad, poco podía hacer al sentir la voz dulce de la chiquita rubia.

-- Seorita Sél, llo tamién m'alegra vela. Soi felis, oi vói a vé a tres d'acsidentosos ala vés. ¿Tamién viene a vé a su tia Sagita? Llo e traío donas de las güenas i pué que haiga pá toos si cojemos ante de que la Señà Ministra se quee con la kaja.

A Babila le agradaba los abrazos, así que le dio lástima que la chiquita le soltara al ver al Amo Mát. Parecía que le tenía miedo. ¿Por qué, si no  se había comido aún ninguno de los donuts.

-- ¿Podemo irno lla a vé a la señá Sagitas o es ke tenemo que dar la grasias antes al señor funsionario pó dejanos rellená er papé con mi nomvre? -- A Babila se le escapaba que aquel pergamino era, en realidad, un recorte de sus libertades como individuo en la comunidad mágica. -- ¿I poké no avlamo der xiquito avajo?

Sí, Babila tenía ganas de ir al Departamento de Accidentes.

kNTUx8c.gifsf6Sw.gifHdDMuO2.pngXXBPo79.gifKRLtVZp.gif

D69M3Vr.jpg

  tOWLU4S.gif  KhGckEc.gif.6e9b2b71e2797bafac6806b66df1d1b0.gif     Icr0JPz.gif

0jsC0dL.pngWliKSjc.pngckkcxVm.png

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Deseé que el suelo de la oficina de Registro de Squibs se abriera en dos y me tragara, al ver la mirada del primo Matt. Me recriminaba mi ausencia en el trabajo y, aunque tuviera toda la razón del mundo, no soportaba aquella sonrisa que no lo era, más bien una mueca de tristeza. Me sentí muy mal y, por ello, volví a bajar mi rostro hasta los pies de Babila; como siempre, estaba descalzo.

- Siempre seré accidentosa, Jefe Matt - imité a Babila, quien se movía feliz por vernos a los dos juntos. - Sólo que apunté mi carrera de Sacerdotisa en el ministerio para que se supiera que pueden contar conmigo si tienen ceremonias que hacer en el pueblo. Pero Soy y Seré Accidentosa, primo...

¿O ya no me querría con él? Tal vez era eso, que no quería que siguiera siendo del Departamento por... ¿Por lo sucedido en King Cross? ¿Se atrevería a decírmelo a la cara, que le había fallado? Yo no lo creía así, las directrices de La Marca no se podían atender con externos y, por mucho que quería al primo, no le iba a decir que tenía que hacerlo.

- Ithilion está muy bien. Te echa de menos, primo. Parece que no tienes... tiempo... para ir a verle. 

¿Quién era yo para meterme en medio de sus problemas? Lo que ocurría no era fácil para nadie, ni para el primo ni para su madre. Ithil estaba en medio de los dos, era complicado solucionarlo.

- Es muy listo, sabe muchas cosas de la magia y lee bastante rápido. Deberías... - ¿se lo decía? Pero Babila interrumpió con su gracia natural. Me reí con sus cosas. - Deberíamos ir a buscar a Sagitas, sí...

No estaba segura que La Ministra accediera a vernos sin cita, pero podíamos intentarlo. Si sabía que había donuts, saldría de cualquier reunión del Ministerio para comérselos ella sola.

YyV85FY.jpg

7sfPjxW.gif NiqQIUZ.gifidFgtQA.gif

 

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

- Claro, mejor vayamos a buscar a Sagitas. Tú primero, Babila. Seguro qeu si te ve delante, nos deja pasar sin esperar cola. - animé al grandullón, para qeu nos abriera paso.

 

MIré un momento a Xell, antes de meter las manos en los bolsillos y comenzar a caminar, siguiendo a Babila un par de pasos por detrás de él. Por el aspecto de la caja, ligeramente aplastado, seguramente alguno de los donuts estaría espanchurrado, pero seguro qeu no era nada grave. Si era de los que estaba relleno, los demás estarían manchados, y si no, habría azucar glass por toda la caja. 

 

Seguía sintiéndola incómoda, y me daba cuenta de que era yo. Algo estaba haciendo o diciendo para provocarle ese malestar. Además, por que me llamaba jefe y me trataba como si no nos conociéramos? Sabía que ella ahora estaba mucho más unida a Sagitas de lo que estaba yo, pero...hasta que punto ella también se iba a alejar de mi?

- Ya, claro...será eso, qeu estoy demasiado ocupado. - contesté, mirando al frente, dolido con su afirmación sobre que Ithilion me echaba de menos. No quería decirle la realidad...mejor que pensara que yo no tenía tiempo, o no quería, pasar tiempo con él.

 

- No me llames Jefe como si no me conocieras, venga @ Xell Vladimir Potter Black . Es...es solo que no sabía que volvías a trabajar en accidentes. No sabía que tenía empleados.  - admití. - la oficina está bastante callada últimamente. - terminé. Me alegraba tener de nuevo una cara conocida en el departamento.

 

Nos acercábamos a los "dominios" de la Ministra, como indicaba la cantidad creciente de aurores. Algunos nos dejaron pasar, murmurando al ver a Babila. Supongo qeu eran nuevos y nunca habían llegado a ver a Babila como secretario de Accidentes. Pero cuando uno intentó detenerle me adelanté, con gesto serio.

- Vamos a ver a la ministra. - dije. Si nos habían oido discutir antes de que fuera por Babila, seguramente no querrían dejarme pasar. Contaba con Babila para qeu llamara la atención de Sagitas allá adentro e interviniera.

M4xQXhr.jpg

XaIHB03.gif.8d9da3f22cdcf76478ba8b5e63d5666a.gif KhGckEc.gif.6e9b2b71e2797bafac6806b66df1d1b0.gifXXBPo79.gif

 

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Caminar junto a Babila y el primo Matt me hizo sentir mejor. Ahora, Babi iba delante dando zancadas, lo que nos obligaba a caminar tras él con paso ligero. Babila casi parecía canturrear, de lo feliz que iba por delante de nosotros dos, hacia el ascensor que nos llevaría a la Planta destinada a la Ministra. Matt se puso las manos en el bolsillo, como si se sintiera molesto conmigo. Me volvía a sentir mal, incluso con su comentario sobre Ithi, diciendo que estaba ocupado. Parecía que no tenía ganas de hablarme.

- Te llamé "Jefe" porque... ¡Por que creo que no quieres hablar conmigo! ¿Te he echo algo, primo? ¿Es qué desconfías de mí o pasa algo conmigo? - Me arriesgaba mucho, si decía algo de King Cross, no sabría qué decirle. La verdad era lo mejor, pero... ¿Estaba preparada para decirle que estuve allá como mortífaga, acudiendo a un llamado de su madre, Sagitas, para destruirlo. ¿Qué diría de saber la verdad? - Parece que nos rehúyes, a todos, a tu hermanito, a mí... A todos...

Pensé que si le acusaba en plural, tal vez no se diera cuenta que estábamos metidas en aquella destrucción. Las puertas doradas se abrieron y nos detuvieron unos señores de amplias espaldas. "Aurores", pensé. Sin embargo, Babila pasaba sin pedir permiso, canturreando y saltando muy contento hacia la puerta del despacho que él conocía de primera. Susurré al primo mientas aquellos guardianes nos dejaban pasar, titubeantes ante el gigante:

- Soy tu empleada, aunque me cuesta entrar en el departamento y estar contigo, a solas, por miedo. ¿Estás enfadado conmigo, primo Matt?

Un nuevo empleado nos barró el paso. Dijo que se llamaba Marc y a qué veníamos. Miré a Matt y después a Babila. ¿Quién hablaría primero?

YyV85FY.jpg

7sfPjxW.gif NiqQIUZ.gifidFgtQA.gif

 

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

IicOS4N.png?1

Babila era muy paciente, a pesar que estaba muerto de ganas por ver a la Ministra. Últimamente, no la veía tan a menudo y cuando llega a la mansión, apenas tenía tiempo de dirigirle cuatro palabras antes de retirarse a descansar. Y ya no iba a trabajar al Ministerio, algo le había dicho ella que era porque ahora necesitaba sus servicios en la mansión a tiempo completo, controlando que todo fuera bien, vigilando a Ithilion. Y Babi había accedido sin chistar. Él obedecía todo lo que le dijera su ama porque confiaba en ella.

Le costaba esperar a que los dos accidentosos acabaran de saludarse. Pero mira que tardaban en decirse "hola", pero Babila, como he dicho antes, era paciente, así que aguantó hasta que el Amo Mát le dijo que fueran. Para él, ir en el ascensor hasta la planta donde se encontraba la Ministra y codearse con los aurores que vigilaban, era un auténtico placer. Era un semigigante, lo que significaba que, a su paso, se alejaban de él con cierto miedo a que les pisara con sus pies descalzos. A sus espaldas, los dos amitos, Mát y Sél, le seguían.

-- Vamo, vamo, ke llo me sé kuá é er despacho la señà Sagita.

El Auror que estaba delante de la puerta de la Ministra, intentó detenerle pero Babila sacó una sonrisa de oreja a oreja y lo abrazó con fuerza.

-- Señó Marc, kuanta alegría de vele. Vamo a entrá, no se preokupe, que llá me sé er camino.

Y no lo soltó, no, cuando pegó una patada en la puerta y la abrió así, sin más.

-- ¡Señá Sagita! kálegría vela. Pendón pó la patá, pero es kestava avrasando a su protestó i no tenía manos pá abrila. Mié kien a venido conmigo.

Y sonrió más fuerte, pues la Ministra se había sobresaltado y agarrado al borde en la mesa con los ojos saltones por la sorpresa.

kNTUx8c.gifsf6Sw.gifHdDMuO2.pngXXBPo79.gifKRLtVZp.gif

D69M3Vr.jpg

  tOWLU4S.gif  KhGckEc.gif.6e9b2b71e2797bafac6806b66df1d1b0.gif     Icr0JPz.gif

0jsC0dL.pngWliKSjc.pngckkcxVm.png

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Yo quedé dudando ante la presencia de aquel hombre, el empleado que nos barró el paso. Sin embargo, Babila solucionó el problema a la perfección. No hizo ninguna falta que soltara mi balbuceo sobre qué es lo que quería. Babi, que es un cielo de secretario, que conocía a todo el mundo, agarró al muchacho y lo inmovilizó por completo en un gran abrazo de oso. 

- ¡Babila, no lo rompas! - exclamé, con las dos manos en la boca, para que no sonara muy fuerte. Los aurores que estaban en la puerta del ascensor, nos miraban de forma preocupada. Supongo que conocían lo efusivo que era el negrito y por eso no intervenían. Aún así, yo estaba nerviosa. Si lo partía por la mitad, seguro que no habría excusa para atacarnos.

Para más tensión, Babila avanzó con el hombre agarrado en aquel temible abrazo y abrió la puerta de una patada.

- ¡No, Babi, no! ¡Los modales!

Aunque grité eso, el mal ya estaba hecho, el semi-gigante había atravesado la puerta y gritaba el nombre de la tía Sagitas con tal alegría que era imposible no perdonarle que no supiera abrir las puertas con normalidad.

- Te podía haber abierto yo la puerta, Babila, o el primo Matt... - Contemplé el rostro pálido de la tía. Parecía haberse asustado por la intromisión violenta - ¿Nos das permiso para entrar, Tía Sagitas?

Intenté mostrar respeto pues parecía a punto de sufrir un infarto.

YyV85FY.jpg

7sfPjxW.gif NiqQIUZ.gifidFgtQA.gif

 

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

FgCYNNN.png

-- ¿Pero qué demonios...? -- Era normal que me hubiera exaltado, al abrirse la puerta de forma tan violenta. Mi primera intención fue tomar la varita y defenderme, hasta que noté que Babila traía a un hombre entre brazos y lucía sus pies descalzos algo sucios, pues había dejado marcados sus dedos en la madera. -- ¿Pero qué haces con Marc? Suéltalo, que lo ahogas.

No quería que aquel funcionario, puesto expresamente por @ Darla Potter Black  ante mi mesa para controlar a los que entraban, se muriera, o del abrazo de Babila o del disgusto porque hubieran violado la protección que él había establecido para entrar en mi despacho. Su tono chicharachero de siempre no cambió mi semblante, que expresaba entre susto y disgusto. La curiosidad me pudo cuando dijo que venía con alguien. 

La voz suave de Xell se oyó tras las anchas espaldas y eliminé el amago de sonrisa que crecía cuando la sentí pedir permiso para entrar en el despacho.

-- Creo que llegas tarde, Xell, pues ya estás dentro.

Detrás de ellos, aparecieron también aurores destinados a proteger la planta ministerial en la que nos encontrábamos. Les dirigí una mirada seca y algo airada. ¡A buenas horas aparecían! Si llegan a ser atacantes, me las habría tenido que apañar yo sola.

-- No pasa nada, son amigos. Pueden quedarse -- les dije, con voz grave. Cuando se fueron y cerraron la puerta, solté un leve suspiro, antes de preguntarles: -- Bien, ya que estáis aquí, podéis sentaros. ¿Esa caja de donuts es para mí?

Al menos habían tenido la decencia de traerme algo bueno de comer, no esa verdura que la cocinera de la planta se empeñaba que ingiriera. Babila se acercó a mí de un paso suyo y dejó la pringrosa y arrugada caja encima de mi escritorio, sin importarle que manchara varios documentos oficiales que estaba rellenando. No me importó. Babila es Babila y nunca podría enfadarme con él.

-- Bueno, ¿a qué debo tan maravillosa presencia de la familia en mi despacho? -- inquirí, mientras ojeaba dentro de la caja a ver si quedaba algún donuts a salvo.

  • Me gusta 1
  • Me encuerva 1

kNTUx8c.gifsf6Sw.gifHdDMuO2.pngXXBPo79.gifKRLtVZp.gif

D69M3Vr.jpg

  tOWLU4S.gif  KhGckEc.gif.6e9b2b71e2797bafac6806b66df1d1b0.gif     Icr0JPz.gif

0jsC0dL.pngWliKSjc.pngckkcxVm.png

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

  • 1 mes más tarde...

La tía Sagitas pareció ahogarse primero de la sorpresa, tras lo cuál, soltó su famoso "Demonios" que solía decir cuando estaba sorprendida. Después dijo que soltara al hombre que había intentado barrarnos el paso. Se sobrepuso enseguida y sus primeras palabras hacia mí fueron de riña, aunque suave.

- Sí tienes razón, ya estoy dentro - contesté, sin atrever a avanzar más allá de la entrada. No estaba segura de si era o no bienvenida al despacho de la tía. Pero entonces dijo que éramos amigos a unos aurores que vinieron a detenernos. Esto fue casi peor, me quedó la duda si éramos amigos o familia. Con la tía nunca se sabe.

Avancé otro paso cuando nos invitó a sentarnos y, sobre todo, si aquella caja de donuts era para ella. Lo afirmé con un movimiento de cabeza, sin decir ni pío, no de momento. Esperaba que fuera otro quien rompiera el hielo. Miré varias veces la caja algo destrozada de aquellos donuts que olían muy bien. La tía, sin embargo, no parecía dispuesta a darnos ni las migajas.

Al final, viendo que todos guardaban silencio, levanté un dedo como pidiendo permiso para preguntar. La tía da miedo, a veces:

- Entrábamos a saludar, tía... Y a decirte que Babila ya está registrado, como has pedido. 

Bueno, esa noticia no me correspondía a mí sino al primo @ Matt Blackner , pero no sabía qué decir.

YyV85FY.jpg

7sfPjxW.gif NiqQIUZ.gifidFgtQA.gif

 

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Hormiga 247

Desde el día del incidente, aquella pequeña hormiga se había dedicado a observar el comportamiento de los humanos. No lo entendí, para nada... ¿De verdad era necesario realizar aquel acto de segregación? Negó, su reina nunca permitiría que algo así sucediera en el hormiguero así que la Hormiga 247 que hasta aquel momento no tenía un nombre, ya que nunca había sido necesario, quedo sorprendido al comprender que era la reina de aquel lugar tan inmenso la que estaba proclamando aquel tipo reglas sin sentido.

Volvió sobre sus pasos, movió sus pequeñas patas lo más rápido que pudo para volver junto a los suyos, había visto demasiado por ese día aunque aquello no le quitaría las ganas de seguir vigilando y aprendiendo sobre el comportamiento humano. Si bien la Hormiga 247 no podía separarse demasiado de su hormiguero, tenía todo el Ministerio de Magia a su disposición ya que su pequeño gran hogar se encontraba justo debajo de este.

 

 

  • Me gusta 1
  • jajaja 1

OjQFQY0.gif

c9Sdt97.png

bfqucW5.gif

 

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Hormiga 505

Olfateó con sus antenas el ambiente, al notar que 247 volvía a detenerse arruinando la fila impoluta rumbo al hormiguero. 505 no conseguía entender que era eso que su compañere encontraba tan atractivo de observar en los humanos, si a su modesto juicio eran criaturas egoístas, torpes y de lo más destructivas. De alguna manera, también tenía su propia naturaleza observadora, pero consideraba una pérdida de tiempo dedicar si quiera unos segundos a comprender a esos gigantes seres, que lo único por lo que se caracterizaban era por su constante deseo de matarse entre ellos.

Y era además la tercera vez que 247 estaba deteniéndose a observar, siempre a la misma criatura. ¿Qué le había visto de especial?

En lo que a ella respectaba, por supuesto que tenía motivaciones, pero las de su día a día  eran de otro estilo, uno que sí compartían todas las demás obreras de su especie: Asegurar el camino al hormiguero, manteniéndose unidas y alertas ante cualquier obstáculo que pudiese costarle la vida a una de ellas, un monitoreo estricto de los espacios donde discurría agua para garantizar un cruce seguro de los mismos, y finalmente, acorde a la temporada, asegurar la llegada segura de las semillas al punto de acopio del hormiguero, que les permitiese pasar un invierno seguro.

Porque en el último año, por culpa de sus est****as peleas, los humanos no habían hecho otra cosa más que complicarles la existencia.

505, exasperada, movió con más fuerza sus antenas, como para comunicar con claridad que estaba llegando al límite de su paciencia.  Por fortuna, esta vez la otra hormiga pareció captar el mensaje, y rápidamente volviendo a ponerse en la fila, avanzó deprisa de regreso a la seguridad del grupo. En el trayecto hacia el subsuelo de aquella edificación humana, el diminuto ser calculó que aun le restaban otros tres viajes más para cumplir la tarea asignada ¿sería que les alcanzaría el día?

cpoR6Mo.gif

GGxF5Wk.gif

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Guest
Esta discusión está cerrada a nuevas respuestas.
 Compartir

Sobre nosotros:

Harrylatino.org es una comunidad de fans del mundo mágico creado por JK Rowling, amantes de la fantasía y del rol. Nuestros inicios se remontan al año 2001 y nuestros más de 40.000 usuarios pertenecen a todos los países de habla hispana.

Nos gustan los mundos de fantasía y somos apasionados del rol, por lo que, si alguna vez quisiste vivir y sentirte como un mago, éste es tu lugar.

¡Vive la Magia!

×
×
  • Crear nuevo...

Información importante

We have placed cookies on your device to help make this website better. You can adjust your cookie settings, otherwise we'll assume you're okay to continue. Al continuar navegando aceptas nuestros Términos de uso, Normas y Política de privacidad.