Competición Anual de Jardinería Mágica Internacional

[Thoth]

Antes de la declaración de la guerra contra Gran Bretaña y la ruptura diplomática con Estados Unidos por parte de Egipto, y la misma Unión de Paises Africanos. Licaón, Castiel se desempeña como profesor de herbología, y otras disciplinas que le solicite el director de la institución americana. El cual fue enviado por el evento a otra escuela donde se realizara esa competencia que apasiona a los herbologista.

Castelobruxo, Colegio de Magia y Hechicería.

Licaón había sido asignado en conjunto con algunos integrantes de las comunidades étnicas locales a llevar a cabo la Competencia Anual de Jardinería Mágica Internacional. Por esa razón, solicito a @@Darla Potter Black hablar con Tilden Toots, experto herborista sobre la Flor Voladora, en su programa de radio. De igual forma, @@Adrian Wild asistirá a dicho programa para hacer referencia sobre el Sauce Boxeador, y finalmente @@Maida Black Yaxley tratará el tema de la disputa de la Guerra de las Rosas del siglo XV atribuida a la Gernanio Colmillos ¿acaso habrá sido una disputa de vecinos muggles o de la comunidad mágica?

Toots, tenía clara instrucciones del profesor de no participar, simplemente de presentar a los invitados especiales los cuales podían tener un conocimiento previo o no de las plantas del mundo mágico, sin embargo éste dejaría a los estudiantes que deseaban adquirir el conocimiento esa posibilidad de aventurarse en el fascinante mundo de reino vegetal y fungí. Por otro lado, el profesor de Ilvermony se encontraba preparando algunos preparativos para ese evento de escala mundial ¿acaso sus estudiantes serían simple observadores o se animaría para concursar? Esto era algo que el mismo pronto descubriría.

Licaón se encontraba cercano al gran comedor reunido con todos los directores del colegios existentes, además de cada encargado ministerial de asuntos culturales, herbologistas de fama mundial, diplomáticos y sobre todo la prensa, ya que el evento mundial estaba por comenzar. El mago egipcio estaba consciente que su clase sería diferente, dado que seguía alguna instrucciones dejada por una de las fundadoras de Hogwarts, por ello, es que el mago no se ocupo en dar clase, sino de asignarle responsabilidades, estaba dispuesto en responder preguntas, pero no era de las clases magistrales, sino más prácticas.

Luego de un tiempo el profesor de la institución americana se comenzó a preocupar que sus estudiantes no recordará que después de esa pequeña encomienda radial estos deberían asistir al colegio americano, y allí esperaría algunas instrucciones. El mismo era consciente que Wild era alguien que se manejaba en asuntos culturales, una de las brujas pudiera estar interesada en los medios de comunicación y finalmente la otra, luego ocuparía según la viera más adecuada al evento, quizás en la seguridad o protocolo.

 

@@Maida Black Yaxley @@Darla Potter Black @@Adrian Wild

Editado 31 de Enero del 2021 por Nate Weasley

[Darla G Dumbledore]

—Pero… pero… ¿es en serio? —Darla observaba con los ojos como platos la nota que había recibido tras su inscripción para cursar herbología.

 

La pelirroja se echó para atrás en la silla, observando el pergamino frente a sus ojos, ¿por qué se había inscrito? Casi había olvidado que lo había hecho hasta que llegó la nota. Era consciente que como una ex tejona, demasiado ex, todos eran conscientes que ella había sido abruptamente reasignada cuando habían descubierto que había sido un falso sombrero el que la había mandado esos primeros tiempos a Hufflepuff. Pero precisamente ese corto tiempo junto a los tejones la había hecho apreciar a Helga y a Pomona, ambas mujeres cuyos especiales gustos, quizás muy tradicionales para algunos, había aprendido a respetar.

 

Sí, por Helga, porque quería cumplir con ese pendiente en su vida y porque pensó que estaría más libre. Que errada, Elvis había muerto y había cargado sobre sus hombros una custodia que nadie le había encomendado.

 

—Leto —llamó a uno de sus elfos y este apareció segundos después con un mandril que le había regalado su amigo Anthony, Darla creía que solo se lo sacaba para dormir y que le había aplicado hechizos para mantenerlo siempre limpio.

 

—¿Llamaba señorita Darla? —la bruja se había acostumbrado que sus elfos no lograran, salvo Tommy llamarla a veces sin el señorita, quizás también, acostumbrados a atender su librería con ese tono de respeto hacia los visitantes.

 

—Sí Leto, por favor, consígueme toda la bibliogafría que encuentres sobre mmm… —revisó el pergamino en donde se le indicaba que como parte de la clase de herbología estaba convocada al programa de radio sobre herbología llamado Toots, Brotes y Raíces para hablar sobre —ah sí, debo hablar sobre la flor voladora, consígueme lo que haya sobre ella en la parte de herbología.

 

El elfo asintió y desapareció para reaparecer algunos minutos después con una nada vouminosa pila de libros que dejó sobre el escritorio de la Potter Black que se dedicaba a releer la nota, preguntándose quién diantres era Tilden Toots.

 

—Ahh Leto, busca en biografías si hay algo sobre Tilden Toots por favor —dijo la pelirroja.

 

—Oh —dijo el elfo haciendo que lo mirase con curiosidad —Eros siempre escuchaba un programa de radio des ese Toots, decía que era el mago de los tres pulgares verdes, que él todo lo sabía sobre plantas, que ese herbologista era su ídolo y todo lo había aprendido de él.

 

—Entiendo —dijo Darla intentando evitar que su rostro reflejara el dolor que la mención de Eros había significado para ella, tanto Leto como Tommy evitaban mencionar al Granger o a sus elfos delante de ella o de Lualu —ve nomás, gracias —agregó la bruja y el elfo, consciente de lo que acababa de provocar se inclinó casi hasta el suelo antes de desaparecer, dejándola sumergida en el mundo de los recuerdos y las flores voladoras.

[Thoth]

Toots, Brotes y Raíces

Toots, Tilden


El mago de los tres pulgares verdes seguía esperando a los estudiante, ni una nota, un vociferador había mandando, eso no tenía buena cara. Aunque, su programa seguía la pauta de todos los días. Éste se encontraba hablando sobre la importancia que tenía el uso de Aconitum vulparia en el mundo mágico.

-De la familia Ranunculáceas. - Hace pausa. - planta herbácea usada común en la fabricación de pociones. - En ello se le ocurre preguntar abiertamente. - ¿De qué planta mágica estoy hablando?- En eso es posible que muchos no supieran por eso da más pista. - Las raíces son de color marrón, las son muy útiles en las pociones, al igual que sus flores. - Y deja un momento de hablar. Allí se comienza a pasar una propaganda sobre macetas.

Al regresar del programa. El mago aún no consigue la respuesta que había comunicado a su programa radial, como tampoco la llegada de algún estudiante. Y por esa razón dio más pista. - Y si aún no adivinaste de que planta estamos hablando, aquí van algunas pistas más, el tallo es un verde claro y sus hojas un verde oscuro, lo cual hace resaltar el morado oscuro de sus flores.- Está pista sin duda alguna haría volar la imaginación de los que escuchaban, y estaba casi convencido que cualquier herbologista daría con la respuesta. - sólo se puede encontrar en lugares salvajes. - En eso pensó algunos usos en pociones. - Y sobre su aplicación y si se prepara bien, ya que esta es muy delicada en manipular, puede ser pieza clave en la fabricación de la poción matalobos, es ingrediente de la pociones herbotilizantes sencillas y superiores, como también en la poción despertares, usa en el brebaje bocazas y los medimagos la usan en antídotos para venenos comunes. -

Este locutor dejó a la audiencia con las suficientes pistas para que alguien pudiera responder sobre la planta pudiera estar hablando, dando espacio para que algunos de los tres por algún medio hablara de esa encomienda asignada. Y en caso que no lo hiciera, o ideara una forma brillante, el futuro en el saber del mundo de las plantas y hongos no lo vería nada claro. Aunque, para Toots ésto no le preocupaba en lo más mínimo. Igual, él ya lo poseía,pero siempre le gustaba enseñar al mundo el buen cuidado e importancia de las plantas a los demás.

[Adrian Wild]

La estación de radio de la Red Mágica Inalámbrica había desplegado a todo el equipo que llevaba a cabo el programa del herbólogo Tilden Toots en la escuela de magia brasileña de Castelobruxo, una de las más reconocidas en aquel área de estudio, con motivo de la Competición Anual de Jardinería Mágica Internacional. Todavía repasaba algunas de las notas que había apuntado en trozos de pergamino cuando llegaba a la altura de la cristalera que separaba la sala de emisión de la de control, donde me senté en uno de los sillones dispuestos para aquellos que debían esperar a entrar a acompañar al afamado mago en su charla.

 

Miré rápidamente a izquierda y derecha. Según tenía entendido, no iba a ser el único exponente en aquel programa; otras dos personas habían sido invitadas a tal evento en calidad de alumnos de Herbología. Sin embargo, todavía no parecían haber llegado. Escuchaba la voz de Toots salir de uno de los altavoces del equipo de control que un par de magos y una bruja controlaban, a veces manualmente, y otras, con movimientos rápidos de varita. Parecía estar planteándole un acertijo a los oyentes de Toots, Brotes y Raíces. Debía confesar que, aunque no me había detenido demasiado en ampliar mis conocimientos herbológicos, alguna que otra vez me había parado a escuchar partes de aquel programa. De alguna forma u otra acababa recopilando datos sobre el mundo vegetal, la mayoría de las veces obligado en mi estudio y profundización de las pociones, materia a la que sí que le había dedicado mucho más tiempo.

 

Debo reconocer que cuando recibí la carta de la clase, tras haberme decidido a enmendar tal desatención a la rama de estudio dedicada al mundo vegetal, mágico y muggle, me resultó extraño que el profesor nos enviara directamente a exponer nuestros conocimientos sobre algunas de las áreas de la materia en un programa de radio extensamente escuchado y de cierta influencia. Nadie en el mundo mágico podía negar que los consejos que repartía Toots a diestro y siniestro en su espacio radial —muy imprudentemente, a mi parecer— eran seguidos por muchos de sus radioyentes; más de una vez alguna mala interpretación de los mismos había llevado a algún que otro individuo a enviar un mensaje al programa para solucionar el problema causado por la derivada mala praxis.

 

Y sin embargo, no había pensado en ningún momento que sería absurdo hacerlo. Todo era prepararse la intervención, y echarle morro. Así que allí estaba, sin ninguna indicación, repasando las escasas notas que había logrado recopilar sobre la especie del sauce boxeador.

 

— Ha llegado uno de los invitados —pude escuchar, con la mirada fija en mis notas, la voz de la bruja que parecía comunicarse con el hombre dentro de la cabina.

 

Levanté la vista, observando la situación y, tras echar un último vistazo a mi alrededor y comprobar que seguía solo en la zona de espera, volví a enfocarme en las notas. No tenía claro lo que debía hacer, así que me mantendría a la espera de instrucciones.

[Maida Black Yaxley]

¿Por qué cuando estudió Pociones le tocó ir a un bosque completamente inhóspito y ahora que se inscribía en Herbología le enviaban a una estación de radio? Ninguna de las dos cosas parecía tener sentido, pero como siempre, Maida obedecía a sus superiores en la medida de lo posible. Ya había sido suficiente de estar jugueteando en su laboratorio y en el sótano de su casa, necesitaba más permisos si deseaba controlar las nuevas pociones que estaba experimentando. No podía fallar. Se alistó con suficiente tiempo, pero se entretuvo en la antesala del estudio de grabación con el acertijo planteado, Tiden Toots era un experto, y la respuesta era sencilla, sin embargo, algunas de sus pistas no eran exactas. Nadie podía engañarla con las más de novecientas especies de acónito. No todas tenían las flores moradas, existía una paleta más amplia de colores para sus pétalos, dependiendo de la especie.

 

Se miró en el reflejo de una luna, tenía el semblante pensativo, como siempre que se metía en el tema de las plantas o pociones, una pasión bastante oculta para la mayoría de los que conocía. Tenía el cabello atado en una cola alta y vestía una túnica ancha y gris, de mangas amplias, tapándole la mitad de sus manos. El rostro, sonrosado por la premura de sus pasos en la estación, los ojos azules vivos y con ganas de responder una pregunta que no era para ella. y en los labios, un rictus de concentración imposible de ignorar. Bien podía decirse que Maida era una nerd en cuanto a estos temas se refería. Espero a que le dieran señal para entrar a la cabina y vio a Darla y Adrian dentro. Era obvio que el personaje restante era el Sr. Toots.

 

— ¿Por qué hay una adivinanza sobre acónito? —preguntó olvidándose por completo del saludo— ¿Y qué gana el que llame a contestar correctamente?

 

Estaba tan ansiosa por la pregunta que ni siquiera se preocupó de su descortesía. Es más, le tomó más importancia a un mechón de cabello que se le soltó y tuvo que acomodar detrás de su oreja.

[Thoth]

Toots, Brotes y Raíces

Engrieta Hooch
Asistente de dirección

Mientras que una bruja pecosa con anteojos se le acerca Wild, se comunica con la dirección que le había dado el locutor. El cual en medio de los altavoces responde con euforia a la persona que se había contactado con el programa.

-Así es... - se escucha la voz de Toots. - La luparia o aconito es la planta que estábamos haciendo referencia. Es para todos y de conocimiento general que esta planta se hizo famosa por ser parte del remedio para los hombres lobos, si bien la poción no elimina los efectos de transformación o cambio, si puede lograr tener conciencia y así evitar lastimar alguien. Asi, que ya saben es bueno cultivar la planta, pero sólo un experto lo puede hacer, ya que es tan delicado que al traspasar y que pueda crecer son cosas complicada en ella. Por esa razón, algunos fabricantes de pociones prefieren cultivar en un estado natural o salvaje. -

La voz del mago herbologista continuó hablando de las propiedades de la planta. Y haciendo pausa, la bruja con voz un poco chillona, y le toca el hombro @@Adrian Wild .

-¿Sr. Wild, Adrián?- Indaga y se acomoda los lentes. Esta mujer vestía de una forma extravagante, incluso para ese momento tenía dañado un tacon, por eso al caminar tenía cierta gracia. - Si seguro, debe ser ese mago que había el profesor Licaón, si me gusta me puede acompañar. - Hace pausa y camina rumbo a la cabina donde grababa el Herbologista.

-Bien, comenzaron los comerciales. Me imagino que debe ser un honor al estar al lado de más y menos que el Sr. Toots, el gran apasionado por el mundo de las plantas. - Suspira y su mirada le brilla. - El otro día nos habló de algunas infusiones a partir de la raíz, flores... - Y luego de una largo comentario. - En, ya pronto comenzará. Así que adelante. -

***

Toots, Tilden

El Herbologista miro fijamente al mago y a la asistente. Y con una sonrisa de par en par expresa.

-Bienvenido Sr. Wild. -

Se levanta y camina hasta el, allí se observa un micrófono ambiental, otro que el mago poseía órbita a su alredor. Algunos vuela plumas que toman notas, pero sin emitir algún ruido. Y arqueando una ceja agrega.

-¿Se encuentra listo para el programa?- cuestiona.


***

Engrieta Hooch
Asistente de dirección

La mujer vio ingresar a @@Maida Black Yaxley y fue en donde esta se encontraba. Ella no le agrada que esos invitados llevan un orden. Y le comunicaron a Toots que una de las dos mujeres se contra allí en la estación, en cambio la Potter Black no se había presentado, quizás estaba en otra parte buscando información.

-Sra. Yaxley el Sr. Toots se encuentra con Wild, y la directora del programa me cuestiona si desea asistir al programa en conjunto con el Sr. Wild o lo desea hacer de forma separada?- Hace pausa y espera que la bruja le responda. Editado 5 de Febrero del 2021 por Azrael Licaón

[Darla G Dumbledore]

La pelirroja había leído lo que sus elfos habían traído sobre la flor voladora. Sus ojos se posaron con interés en varios párrafos y anécdotas sobre la planta mágica con tentáculos largos y oscilantes. Le pareció algo de destacar su parecido superficial con el lazo del diablo, lo cual tomó nota en sus apuntes de que debía tenerse muchísimo cuidado para no confundirles. Interior, jardines, propiedades mágicas desconocidas, esas eran sus notas y le parecía curioso que tuviera que hablar sobre una planta sin propiedades mágicas, pero si eso le habían encargado, cumpliría con ello. ¿Habría algo de información extra en el grimorio de Hufflepuff? Se preguntó la vampiresa.

 

Darla se había concentrado tanto en leer y buscar información sobre la bendita flor voladora que no había notado la hora, algo poco habitual en ella, pero ese día, tras la charla con sus elfos, y los recuerdos sobre Seba y sus elfos, se sentía casi tan sensible como cuando había estado en la Lúxure o en Tenebrus. Cuando al fin vio la hora se puso de pie de un salto, se apresuró a meter sus apuntes en su bolso de piel de moke, una botella de agua, no tenía tiempo de llevar la mochila. Mientras tomaba su varita, observó su ropa, había elegido una sencilla camisa blanca que llegaba por debajo de la cinto de una pollera tubo negra larga por sobre las rodillas y completado su atuendo con unas botas de taco fino pero de caña hasta la rodilla.

 

Cuando al fin se apareció en Castelobruxo parecía que todo estaba listo para las emisiones de la Radio de la Red Mágica y la Competición Anual de Jardinería Mágica Internacional. A ecir verdad se encontraba sorprendida por todo aquel despliegue. Acomodó su capa de viaje y se apresuró hacia el lugar en el que se suponía debía presentarse. Por los altavoces de control se escuchaba la voz del famoso Toots. Un acertijo había sido planteado y ella se sorprendió a sí misma intentando adivinarlo, “planta herbácea usada común en la fabricación de pociones”, ranunculácea. Humm su mente divagaba entre lo que había estudiado para exponer y el resto de la información sobre herbología que había encontrado, más sus conocimientos de pociones y venenos.

 

Econtrarse con Maida Yaxley y Adrián Wild en aquel lugar fue algo que no esperaba. A la primera la había “presentido” hacía poco tiempo y del mago solo había leído muchas cosas, sin tener una oportunidad de cruzarse efectivamente con él, pero Maida. Darla suspiró para sí misma, recordando su pasado y su presente. Pero lo mejor era no pensar en un presente en particular, si no en el actual, que la tenía metida en un programa de radio en lugar de una tranquila clase. Adrián había sido el primero en ser llamado y eso ella lo agradecía, no se sentía preparada para enfrentar al tal Toots.

 

Sus ojos se posaron en ese momento en la mujer que se acercó a Maida, tenía casi tantas pecas como Mica Gryffindor y si no fuera por los anteojos hubiera pensado era ella. Pero no era su esencia, eso era claro. Darla simplemente se acercó, pero manteniendo una respetuosa distancia hacia las dos mujeres que hablaban en la estación de radio. No quería estar allí, recordaba los nervios de la primera vez que había asistido a un programa, siendo miembro del Wizengamot, ni la presencia de su tío Godric la había calmado, se había negado a escuchar la grabación durante meses. Aún le resultaba increíble que a ella, que no le importaba enfrentar la muerte le consternara un micrófono, así fuera para hablar de plantas.

[Thoth]

Toots, Brotes y Raíces

Engrieta Hooch

Asistente de dirección

Mientras que hablaba con la bruja, se percata que la última estudiante había llegado, la reconocía por la descripción que le había dado el profesor Licaón, este las había estudiado y el director de esa institución brasileña le había dejado una ficha de cada uno de ellos. Y mientras, que esperaba que esa mujer le respondiera, le hace una seña con la mano para que la bruja distante (Darla) se le acercará.

-Si me disculpa.-

Le expresa a la bruja que le acompañaba (Maida). Y toma dirección a la Potter Black.

-Bienvenida Señorita Potter Black.-

Mientras que hablaba las luces comenzaba a parpaear. Esto era algo extraño, y muy poco usual. Aunque, era sabido que el locutor guardaba algunas plantas ocultas en la estación. Sin embargo, esto nunca había causa de un problema.

-Supongo, que sufrimos algunas fallas.- Aclara la bruja, mientras que se arregla los lentes. –como le comenta a la Señorita Yaxley, el joven Wild se encuentra con Toots ¿acaso desea sumarse o prefiere hacerlo por separado?- Indaga.

Un extraño suceso radial

Toots, Tilden

Un extraño suceso comenzaba a suceder en la radio, si bien los estudiantes aún tenía la tarea de hablar en la radio, de alguna forma se va la luz. Aunque, algo se movía por el suelo y las paredes, no eran pasos, ni mucho menos algo producto de la magia, en esa plena oscuridad, lentamente algo subía por los pies de @@Adrian Wild , @@Darla Potter Black y @@Maida Black Yaxley se encontoraba poco a poco inmovilizado. Aunque la voz de Toots, se escucho.

-Deben conservar la calma.-

Su voz se encontraba ahogada, como si algo le ahorcará, pues su preocupación estaba jugando en su contra.

–recuerden que existen letales diversiones…-

Su voz se silencia abruptamente. Aunque, algo era seguro, eso que sujetaba a los tres estudiante les impedía sostener correctamente la varita, algo les impedía usar la magia. Y si solo cada estudiante reconocía que estaba sucediendo, podía luchar con esa calamidad.

[Darla G Dumbledore]

No, no estaba bien, lo pudo sentir pero no podía entenderlo, en cuanto había llegado la mujer que hablaba con Maida le había hecho una seña, a lo cual la pelirroja se había acercado. Por algún motivo no podía dejar de tocar sus cabellos, que ese día llevaba cortos por sobre los hombros, en pequeños bucles que caían con cierta gracia pero que la vampiresa estaba despeinando.

 

—Muchas gracias señorita ehmm… —Darla se quedó callada y buscó un gafete que pudiera dilucidar el nombre de la mujer que la recibía cuando las luces titilaron a su alrededor, aquello no era buena señal, sin embargo la mujer pareció tomarlo como algo natural.

 

—Aceptaré lo que la Señorita Yaxley prefiera, me es indiferente ir por separados o todos juntos —grandiosa mentira que no tenía ni idea de por qué la había dicho mientras dirigía casi una mirada suplicante a Maida para que dijera que todos juntos estaba bien, claro que los sucesos a continuación no le dejarían muy en claro si la bruja le había o no interpretado y menos si aceptaría.

 

La oscuridad reinante y la voz de Toots, hicieron que Darla se girase y observaba a su alrededor. Sí, había una mala costumbre en los vampiros y era poder ver en la oscuridad, aunque el anillo solar de Darla bajaba un poco los decibeles de sus poderes vampíricos aún funcionaba casi como un gato en la noche, pero sin los ojos brillantes.

 

Toots decía de mantener la calma y a pesar de sus botas la Potter Black podía sentir la presencia que se trepaba por sus piernas. Había dos opciones, lo sabía bien, pero cuando estaba a punto de tomar su varita para invocar un lumos solem algo aferró su brazo, impidiéndole el movimiento.

 

—¿Mantener la calma? —gruñó en voz alta, no podía sacar su varita del bolsillo de su capa —¿una diversión tan letal como un lazo del diablo? —agregó mientras la voz de Toots se silenciaba de golpe.

 

—Mantener la calma con un lazo del diablo solo nos sirve si tenemos hacia donde deslizarnos pero si la luz del sol nos ayudase sería mejor —decía molesta mientras intentaba soltar delicadamente su brazo, consciente de que ponerse nerviosa haría que la planta en cuestión —esta tentáculo venenosa nos extrangulará si el sol no nos ilumina —maldecía por dentro y a su vez agradecía que hubiera estudiado sobre la planta que era confundida con la flor voladora, solo por desprevenidos que confundían los tentáculos de la enredadera con los tentáculos de la fea pero inofensiva planta.

 

Darla se quedó unos segundos pensando, en ese momento utilizar un hechizo de su clan de oscuros era lo que menos quería, pero cuando se había vuelto un espíritu caminante, al lograr el control de su energía interna, no solo había podido mejorar su velocidad con el control de la energía de su entorno, sino también traspasar objetos, y después de todo, lo planta era eso, un objeto, vivo, pero objeto susceptible al Phantom, al fin y al cabo.

 

[Adrian Wild]

La repentina euforia que salió del altavoz que transmitía las comunicaciones entre el interior y el exterior de la cabina y un toque en mi hombro me hicieron levantar la vista, para cruzar la mirada con la extravagante bruja que segundos antes había estado de espaldas, frente a las pantallas de control. Asentí cuando preguntó por mi identidad y la seguí sin titubear a la puerta de acceso a la sala insonorizada donde se encontraba Tilden Toots.

 

— Sí, todo un honor —respondí, no tan emocionado como lo parecía ella—. Gracias —dije con una leve mueca de mi boca en la que se podía intuyir una sonrisilla cuando hubo cortado su entusiasmo y me cedió el paso.

 

Nada más ingresar en la cabina, el mago se levantó de su asiento y se acercó para saludarme. Un pequeño micrófono orbitaba a su alrededor. Esperaba que me extendiera la mano, pero no lo hizo. Extrañamente, lo agradecí. ¿Había leído alguna vez el motivo de sus dedos verdes? Seguramente se lo habrían preguntado millones de veces, pero me asaltó la duda y quise preguntárselo. No lo hice. Me ceñí a responder su pregunta:

 

— Sí, estoy preparado.

 

En aquel momento escuché, al otro lado de la puerta que se había quedado entreabierta, que la mujer que me había recibido hablaba con otras dos personas; al parecer el resto de invitados había llegado. Me giré para ver de quién se trataba. Invitadas. La mujer pelirroja me resultaba extremadamente familiar, pero no pude pararme a hacer memoria, pues mis ojos se detuvieron descaradamente en la otra. El recuerdo sobre un traslador mal direccionado que me llevó a estar durante una semana perdido me golpeó de sopetón. No recordaba que todavía se la tenía jurada a aquella mujer.

 

— Yo preferiría que estuviésemos todos juntos, seguro que será más ameno —comenté en alto para hacerme oir desde dentro, en respuesta a la pregunta que la mujer le había hecho a las otras dos invitadas al programa del señor Toots, al que volví a mirar—. Si al señor Toots le parece bien.

 

Entonces, las luces titilaron y se apagaron, dejando el lugar en la más absoluta penumbra. Me mantuve alerta y pude diferenciar las siluetas de los demás. Algo parecía deslizarse por el suelo. Me dio tiempo a agarrar mi varita, pero para cuando lo hube hecho ya tenía algo enganchado a mis piernas. Era un lazo del diablo; la voz de la mujer pelirroja, a quién entonces reconocí, me lo confirmó. Fui a conjurar alguna luz potente con mi varita pero uno de los tentáculos apresó mi muñeca, imposibilitándome moverla.

 

— No puedo mover la muñeca, así es imposible que conjure ni un mísero Lumos —indiqué a los presentes, confiando en que alguno todavía estuviera libre para poder iluminar todo el lugar.

 

¿De verdad aquel hombre había llevado semejante planta a la escuela mágica? ¿Es que siempre viajaba con todo su jardín? ¿O no le pertenecía? Dudaba que aquella monstruosa planta se hubiera escapado de algún lugar de Castelobruxo. Por mucha fama que tuviera aquel colegio como uno de los más reputados en conocimientos de Herbología, no creía que contaran con ella en sus instalaciones. Tuve que parar mis pensamientos al respecto; uno de los tentáculos comenzaba a subir por mi pecho hacia el cuello.

 

— Emm... ¿Ayuda?

 

A cada segundo que pasaba me sentía más inmovilizado y era difícil mantener la calma para evitar ser desmembrado o... Estrangulado.