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La Orden de la Hydra


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La situación era algo difícil para todos, entendía por completo al Canciller alemán @@Kraven Von Alexandros, pero el debía entendernos a nosotros un poco, todos queríamos acabar con la amenaza que era el Inquisidor para todos nosotros era enorme, peeo debíamos pensar todos los detalles fríamente y hasta que no los tuviera no pondría mi sangre en ello.

 

-Señor Canciller, quiero que entienda que nosotros queremos esta alianza, yo particularmente confío en usted y su gobierno-Dije observandolo a los ojos para que comprendiera la sinceridad con la que hablaba-Pero debe admitir usted que este no es un asunto que deba tomarse a la ligera, todos estamos arriesgando nuestra propia integridad como regentes se nuestros respectivos gobiernos... Y esa es la razón por la que debemos extender el debate y entre todos mejorar la estrategia. Algo que nos cubra a todos de los planes del inquisidor.

 

 

La intervención de su majestad @@Lady Luxure Grindelwald me hizo sonreírle y por supuesto estuve dispuesta a seguirle, eso de que no se sintiera bien me preocupaba.

 

- Por favor infórmennos el día que reanudaremos la reunión, mi equipo de seguridad le dará la dirección de nuestro hotel y habitación, buenas tardes señoras y señores

 

Hice una leve reverencia mientras le lleve del brazo a mi hermaba hasta la salida de la cancillería Alemana.

 

@@todos

Editado por Ada Camille Dumbledore

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Ministre de la Magie Français // 🌙 dulce asesina by Mael

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Realmente me había sentido un poco mal pero no era importante, del brazo de mi hermana salimos de aquel lugar, era cierto que el canciller Alemán no era de mis personas favoritas en el mundo en este momento, alejar a Ada de él era por el momento lo más importante para mí.

 

- Qué piensas mi bella de todo esto? La situación es realmente difícil...el inquisidor no se va a detener. -Suspiré esta nueva orden necesitaba más gente con poder en ella. -Creo que necesitaremos más seguridad para nuestros países cuando se sepa de esta alianza. -Le comenté totalmente sincera.

 

Caminábamos con calma pues nuestro equipo de seguridad nos protegía de posibles ataques, ella tenía razón estábamos arriesgando nuestra integridad al andar tan libremente en un país que no era el nuestro, pero sin duda necesita un trago, comunicarme con William lo más pronto posible pues había vuelto pero aún no retomaba su cargo, no estaba segura si lo haría en este momento o dejaría que yo lo siga representando...necesitaba contarle a Ada esto y lo bien que me encontraba por ese lado.

 

-Vamos por trago...o mejor aún por una cerveza Petite fleur necesito contarte algunas cosas.- Le pedí con una gran sonrisa con la que sabía que ella no se podría negar.

 

Un momento de chicas hacia surgido de la nada, por ahí podíamos invitar a alguien más o llamar para que se nos unan a nosotras o incuso a la misma orden...no perdíamos nada con intentarlo.

 

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@@Ada Camille Dumbledore y todos los demás

Editado por Lady Luxure Grindelwald

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— Ilusiones mentales o desvaríos, cualquiera es capaz de jugarle una mala pasada a la mente más astuta que exista dentro del mundo mágico—decía sin tener la menor idea porque salían esas palabras de sus labios. Era como volcarse a un universo alterno, donde nada tenía ni pies, ni cabeza. Posiblemente era un ataque mental por parte de alguno de los enemigos de la Orden de la Hidra, no se podía descartar nada tomando en cuenta las personas que se encontraban congregadas dentro de esa sala de reuniones. Altos mandatarios que eran el blanco fácil para cualquier organización terrorista.


Ella conocía a decenas de mercenarios, sujetos capaces de vender a su propia madre con tal de hacerse con una buena cantidad de galeones. Ella misma lo hizo un par de veces, aunque jamás llego al punto de mostrarse plenamente descarada a la hora de subastar a su progenitora. Perdiéndole el respeto a la persona que le gritará cada tanto que le había dado la vida y algo más que eso— Ah si, el dichoso poder que poseo y no merezco según tus expectativas—su voz estaba desprovista de todo tipo de emoción. ¿Por qué el pasado se empecinaba en remover ciertas cosas que sepultó desde que tuvo el placer de matar a su hermano mayor y el favorito de su madre?. Era como tener una navaja afilada contra el cuello, deseosa por cercenarlo en cualquier momento.


— Imágenes del pasado—indicó sintiendo un ardor extraño en su cuello. La marca de Caín, no le había molestado en semanas y ahora se hacia notar en el momento menos propicio. Solo faltaba que una panda de maleantes entraran rompiendo las puertas, lanzando tiros como lo hacían los vaqueros en el lejano oeste. Poco o nada de cordura reinaba en todo lo que acontecía dentro de su cabeza o creía que así ocurría— Juegos mentales de mala calidad—deslizaba su lengua por sus labios como deseando clavarle los colmillos al culpable de todo aquello.


Cada uno de los presentes, vivía su propia pesadilla personal. Era como haber sido jalados a un vórtice plagado de castigos y vejaciones eternos, atándolos de piernas y manos evitando de ese modo que pudieran defenderse de alguna forma ante esos embates lanzados contra ellos. Oclumens aquella palabra brotaba como lo hace el botón de una rosa negra, expulsando parte de la ponzoña que guardaba para un momento especial e idóneo. Esperaba que su habilidad le dieran la oportunidad de cerrar su mente, quedándose solo con la posibilidad de contrarrestar ese ataque contra lo más valioso que poseía la Nigromante.

Editado por Juv Macnair Hasani

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Verónica desde Londres vía espejos comunicadores con James en Berlín

 

James se movió incomodo frente al espejo comunicador, el rostro reflejado al otro lado del mismo, mi rostro, era un poema al enojo, al odio, a la bronca acumulada.

 

—Entiéndeme James, te desapareciste hace meses, qué digo, años, no fue hace uno o dos días ni un par de semanas, te pensaba muerto, hasta que no llegó la lechuza no supe que el maldito espejo comunicador estaba contigo, de hecho nunca me avisaste maldito est****o. ¿Y ahora pretendes que te explique por qué me fui del Profeta y qué hago con un periodicucho según tú? —mi tono de voz se había ido elevando y era consciente, por su expresión al otro lado del espejo, que mi mirada ojimiel se debía haber ido desviando al dorado de cuando la demonio en mí tomaba fuerza y me dominaba, pero esta vez era mi furia pura, ella no podría hacer más que eso, brillar.

 

—Tu pelo se está poniendo algo blanco —dijo James señalando el lugar en donde debía ver mi cabello en el espejo.

 

—Cállate est****o y dime de una maldita vez qué es lo que quieres —James Timothy Clifford, mi compañero de reportajes y de vida durante años, me miraba con expresión sombría al otro lado, se había perdido hacía mucho tiempo y ahora, me había enviado una lechuza informándome que tenía el otro espejo comunicador y que quería hablar conmigo de una noticia importante, como si no hubiera un vacío de ¿cuánto? ¿tres o cuatro años? Lo observé serio al otro lado.

 

—Vero, esto es importante, estaba aquí en Berlín y los rumores de una coalición son cada vez más grandes, algo se está gestando, algo que puede ser poco bueno para el mundo mágico y muggle —James hablaba como si recién se enterara de que había habido una guerra mágica primero, y muggle contra magia en segundo lugar.

 

—Los muggles nos odian gracias al inquisidor —comencé a decir y él hizo un gesto con la mano callándome.

 

—Esto no se trata del inquisidor, aparentemente son magos que van contra los Estados Unidos, han invadido Polonia Vero, la guerra, las coaliciones, son similares a los de la Segunda Guerra Mundial, pero esta vez los aliados los tiene Alemania —el mago se cayó y miró hacia atrás, frunciendo el ceño antes de regresar a mirarme —mañana a la misma hora volveremos a hablar, tengo muchas cosas que contarte, está pasando algo importante, tenlo por seguro y vamos a tener algo más que una primicia Prince sita —bromeó conmigo como cuando éramos más jóvenes y recién empezábamos a trabajar, aunque su sonrisa no me engañaba, tenía preocupación en su mirada —tomé las precauciones necesarias pero más tarde, mejor mañana, te doy más detalles, la seguridad es impresionante y debo tener cuidado. Tú también rubiales, cuídate mucho, nos vemos mañana —dijo poniendo su mano sobre el borde del espejo, a lo que le imité, sí me preocupaba por él.

 

—Tú también, cuídate, hasta mañana —dije al despedirme de él, mis ojos se habían clavado en los suyos antes de que desaparecieran, pero habían notado la palabra que había escrita en sus dedos y que había tapado con los míos al apoyar de igual modo, en su reflejo, mi mano. Esa había sido su manera silenciosa de comunicarme algo más, ahora solo tenía que averiguar qué era Hydra.

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Las luces de toda la ciudad estaban encendidas a medida que la noche llegaba a los hogares de los alemanes. Tan sólo habían transcurrido unas horas desde la reunión con algunos de los más importantes mandatarios del mundo, donde Hydra había nacido a duras penas. Estaba molesto con la respuesta de cada uno de ellos a no firmar con un pacto de sangre, donde la lealtad estaba puesta a prueba. Después de su rechazo se encerró en su oficina no sin antes cerrar de la ciudad ante cualquier intruso, ya fuera mágico o muggle.

 

Desde la llegada de los Neozelandeses de una manera tan sigilosa que habían rebasado sus defensas, estas mismas se habían reforzado por ello. Nadie entraba ni salía sin que el Gobierno mágico se enterara de ello. Kraven meditaba en su balcón privado con la ciudad en toque de queda, ni una sola alma debía rondar por las calles sin permiso, todo esto por seguridad a los líderes de las Naciones aliadas a la Cancillleria de Magia. Pensó en la Ministra de Francia, sus ojos denotaban sinceridad cuando se cruzaron miradas, sabía que le apoyaba y el castaño le agradeció con una reverencia muy imperceptible. También su mente pensó en Lady quien le corrigió con el título que ostentaba, el de emperatriz. Con la Ministra Juv quien también tenía un pacto de lealtad y Unión a la Orden, una poderosa aliada. La puerta de la habitación donde se hospedaba se abrió al instante, su asistente entró en el lugar hasta llegar a él.

 

--Canciller... el secretario Sean del Ministerio de magia Británico desea hablar con usted mediante espejos de comunicación de forma privada.-- Dijo Hilda con un ligero tono de voz casi pidiendo disculpas.

 

--Enseguida voy... -- Dijo Kraven pensativo puesto que ya la noche estaba sobre la ciudad de Berlín.

 

--Si Führer, también le he traído esta bebida, le ayudará a relajarse, me retiro -- Decía Hilda dejando una bandeja con y vaso de cristal en una pequeña mesa. Camino de vuelta a su habitación para cuando su cuerpo se sentía cansado. Hilda era su asistente desde que iniciaba en su carrera política, en situaciones casi de vida o muerte, por ello confiaba demasiado en la rubia. Se acercó a tomar la bebida, de un color rojo similar al ron. Bebió de su contenido hasta terminarlo todo, para cuando dejo el vaso vacío en la bandeja su cuerpo se congelará y se sentía a punto de dormir, como si se desmayara.

 

 

 

 

@@Ada Camille Dumbledore

@@Lady Luxure Grindelwald

@@Juv Macnair Hasani

@@Veronica Prince Rambaldi

@@Darla Potter Black @@Sean -Ojo Loco- Linmer

 

 

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— ¡Maldita sea!—soltó sintiendo un intenso dolor en la sien. Como si su barrera creada por la Oclumancia, fuera un trozo de papel que fácilmente se arrugaba con las manos. El dolor aumentaba, jamás se imagino experimentar una sensación tan asfixiante y desafiante al mismo tiempo. Kreston paso por su mente como una flecha envenenada, aquel dragón que era su premio dentro de la gala de San Valentín. ¿Por qué demonios su mente se encontraba tan embotada de un momento a otro?. Cerrando los ojos contenía el dolor que sintió en el cuello, aquella marca quemaba su piel como hierro ardiente.


— Daré con el culpable y no tendré piedad—presionando sus dientes sintió como un sabor metálico se impregnaba en su paladar. Se ahogaba con esas imágenes, una a una le recordaba todos los crímenes atroces que cometió en el pasado. La muerte de su hermano, el intento de asesinato contra su madre y para rematar, el engaño del hombre que creyó falsamente era el amor de su vida. Grave equivocación cometida por la Nigromante, ladeando la cabeza intentaba refugiarse en el par de ojos azules que eran los que le daban un ligero remanso de paz. Sus labios compaginados con el calor de su abrazo, le devolvían un poco de fuerza.


— Un mago legilimantico, no puede ser nada más que eso—tragando amargamente la saliva. Volvía a aferrarse al recuerdo de James, sujetando con fuerza el escudo de Gryffindor que siempre llevaba con ella y le obsequiará su novio. La fuerza de Slytherin unida a Gryffindor era indescriptible, sintiendo como las dos energías se mezclaban en una sola permitía que su tatuaje actuará como un escudo adicional. El aleteó del par de alas, le avisaba que todo iría a buen puerto, dragones que compartía con su amado Mago Oscuro. No le sentía cerca, pero sabía que con el escudo que le perteneció en el pasado, ya era suficiente para llevarle siempre con ella.


— Oclumens—repitió aquella palabra como un mantra personal. La barrera oscura como el ala de un cuervo, comenzó a materializarse dentro de su mente. Volvía a cerrar los ojos, dándole la oportunidad a su ojo interno de darle alguna clase de pista sobre el atacante. Sajag siempre le dijo que había cosas que los ojos físicos no eran capaces de captar a simple vista y posiblemente esa clase de ataques se contaban dentro de esas situaciones. Respiraba profundo dejándose de lado toda clase de distractor, si el atacante estaba cerca, debía si o si anticiparse a cualquier nuevo daño que deseará causar en la mente o anatomía de la Vidente.


— La mente es lo más poderoso o débil que posee un ser, nunca debe dejarse sin la protección adecuada—su voz mutó de un momento a otro. Ya no la sentía como siempre, quizás era porque la Nigromancia estaba jugando con ella y le daba fuerza adicional. Siempre podía contar con la cicatriz que llevaba en el pecho, recuerdo viviente de lo que tuvo que entregar para volverse una diestra en esa arte sin duda alguna. La Hidra y la Quimera, volvían a unirse en su espalda, aquel tatuaje que le obsequiarán sus años dentro de las tierras escocesas. Ayr, Reino Unido, el sitio donde se entreno la mayor parte del tiempo en el arte de matar y el dominio de diversas armas.


McLean apareció en su mente, sujetándole por el brazo con rudeza— Arriba fuerza destructora, no te dejes vencer por algo tan insignificante—parpadeando con rapidez no daba crédito a lo sucedido. ¿Qué demonios hacia dentro de sus pensamientos?, ¿Acaso el amor que le profesará en el pasado continuaba intacto?. Para la mala suerte del joven de ojos verdes, ella nunca pudo corresponder dicho sentimiento, porque solamente le veía como un hermano y buen amigo en el campo de batalla. Su corazón sin duda ya tenía un dueño y no lo cambiaría por nada del mundo.

Editado por Juv Macnair Hasani

Cuando eres tan grandiosa como yo, es difícil ser humilde

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Básicamente ya eres la mitad de una maldición

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Si algo habia aprendido en los asuntos importantes era el tener paciencia. Una excelente virtud que en mis años juveniles habia desdeñado por idi***, dandome de bruces bastante veces con los negocios. Impidiendo que cerrara tratos sin hacer un gasto innecesario de magia y lo principal...que me hiciese una larga lista de enemigos. Algunos con mas influencias que otro. pero las lecciones siempre estan ahi para ser aprendidas..y lo que hace la sabiduria es aceptarlo....y por consiguiente aprender. Asi que espere...si espere, porque sabia que apareceria....tarde o temprano. Digamos que aunque no lo admitiesemos los que habiamos estado en la reunion cada quien en su momento tiraria a sus intereses...y por tanto se acercaria a @@Kraven Von Alexandros, para poner su granito de arena en lo que al tratado se tratase. Por desgracia la espera no rindio su fruto asi que tomaria una nueva variante. Sin mas saque la vuelaplumas oficial que tenia y comence a dictar.

 

-Estimado Canciller aleman...disculpe que use esta via tan poco protocolar. -dije desde mi asiento mientras la pluma escribia.- Lo cierto es que en interes comun del Ministerio ingles para con Hidra...nos gustaria cederle unas pautas en las que enmarcamos nuestra colaboracion....y nuestra firma...una vez sea revisado el documento final. Attentamente Sean Linmer.

 

Ya definida la idea de lo que esperaba plantear solo me limite a anexar a lo anteriormente escrito los lineamientos que apoyabamos y pensabamos debian estar presentes en el tratado. esto de puño y letra mio...y con magia para que solo Kraven pudiera leerlo. Despues solamente toque con mi varita el pergamino que tomo la forma de ave y atraveso el espejo, magicamente preparado para solo dejar pasar memoramdum oficiales. En escencia el escrito esbozaba lo siguiente:

 

"Observaciones del Ministerio Ingles, sobre el alcance de Hidra para con los miembros firmantes.

 

Por cuanto no se ha expecificado mediante el documento a firmar las normativas de la Organizacion y teniendo en cuenta que ante el peligro que nos acecha en la persona e ideologia del Inquisidor. El Ministerio ingles declara que solo se unira a la organizacion bajo los preceptos siguientes.

 

1- Las acciones de la Organizacion se enmarcaran solo en la lucha contra el peligro que recide en el Inquisidor y todo el que lo apoye.

 

2- La organizacion no tendra entre sus misiones inmiscuirse en la soberania y asuntos internos de los respectivos paises firmantes. Con esto el Ministerio de Magia iIgles declara que su diferendo con Escocia cae en ese ambito.

 

3- Consideramos que los firmantes deben tener la voluntad de apoyo incondicional ante un ataque perpetrado contra alguno de los miembros de la organizacion por parte del Inquisidor.

 

4- Se cree imprescindible el intercambio leal de los sistemas de inteligencia en lo que al Inquisidor y sus acolitos respecta.

 

5- Cualquier cambio en los objetivos dentro de la organizacion debe ser consensuado de forma democratica mediante voto.

 

6- La informacion que se maneje en las altas esferas de la Organizacion debera ser protegida magicamente para evitar cualquier fuga que incida en nuestros intereses.

 

7- Establecer mecanismos para desligarse de la Organizacion a voluntad siempre que se mantenga el secreto de la misma...Asi como formulas para manejar la traicion entre los firmantes.

 

Firmado: Ministerio de Magia del Reino Unido de Gran Bretaña"

 

Apoye los codos sobre la mesa y apoye las llemas de mis manos en su contraparte. habia pensado en casi todo...creo. -Bien espero que se entienda lo que he escrito. -me recline un poco y bebi de una copa sobre la mesa. Ya esperare la respuesta.

 

Off Rol: disculpa Kraven...no lei bien lo ultimo que pusistes....supongo que comenzare a sospechar cuando no obtenga respuesta.

Editado por Sean -Ojo Loco- Linmer

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Acompañada de mi hermana nos dirigimos hacia la salida de la cancillería alemana, estaba con algo de tristeza, sabia que aún al tratado le faltaban detalles que a todos los representantes de los países nos interesaban pues la idea de la alianza era una colaboración mutua y por supuesto un blindaje de fronteras para evitar más ataques. Conocía el instinto de Kraven, pero su ansiedad para firmar sólo había hecho que tuviera que oponerme para presentar mejor la propuesta.

 

La limosina negra nos esperaba lista en la entrada de la cancillería, la Emperatriz y yo entramos y tomamos asiento para dirigirnos a un lugar donde relajarnos.

 

-Vi un PUB lindo en el hotel, lo que nos da para ir a la suite, cambiarnos de ropa y bajar a tomarnos una deliciosa cerveza alemana

 

Sabia que las dos coincidimos en ir a probar un buen trago y relajarnos. Anne Marié estaba al volante, el ser espía le daba muchas habilidades para pasar como una muggle y conocía muy bien ese mundo y por supuesto desenvolverse en él. Empecé a ver por la ventana como los edificios y los demás transeúntes en la calle. Depronto sentí que el auto se movió muy bruscamente.

 

-Madame la Ministre, ils nous suivent et c'est plus d'un

 

Me enderece en la silla e instintivamente mi mano izquierda fue al muslo donde reposaba mi varita en el portavarita, saque el artilugio mágico y mire a Anne Marié que me veía por el retrovisor.

 

-Envía ya un mensaje de auxilio y para en cuanto te dé la orden.-

 

Me voltee a Lady

 

-Hermanita debemos separarnos, ve y da la señal de auxilio, seguro mis enemigos podrian hacerte daño, Anne Marié te cuidara. ¡Pará ahora!

 

Me baje de la limosina deprisa y empecé a correr, escuché que la limosina se fue a toda velocidad. Fue entonces cuando vi a un auto y a dos motos atrás, las motocicletas se detuvieron y vinieron hacia mi, empecé a correr tratando de mezclarme entre las Personas. Me saqué los zapatos de tacon y guarde la varita en la manga de mi chaqueta, busque en mi cintura y el bolso de piel de moke no estaba. Entre a un almacén y con algunos Euros en el bolsillo compre unos zapatos comodos, un jean y un buso de lana abrigado. Antes de salir de la tienda mire si alguien estaba vigilando, pero no vi a nadie. Camine con calma pero al voltear a la esquina sentí un leve dolor y que me lanzó al suelo.

 

- Госпожа министр, приятно вас видеть

 

No recordaba una voz como esa, me quedé quieta en el suelo y con un rápido movimiento saqué la varita y lance un sectumsempra el rayo dio de lleno en el pecho de un hombre. Empecé a correr, pero depronto sentí un dolor muy fuerte y caí de frente, tras empezar a escuchar voces a lo lejos perdí el sentido.

 

@@Lady Luxure Grindelwald

@@Kraven Von Alexandros

@Sean -Ojo Loco-Limner

@@Juv Macnair Hasani

@@David James Dumbledore

@Verónica Prince Rambaldi

@@Darla Potter Black

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Ministre de la Magie Français // 🌙 dulce asesina by Mael

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Habíamos salido de la cancillería luego de esa difícil reunión acordando tomar algo en el pub del hotel como sugerencia de mi bella, realmente sería más cómodo como dijo cambiarnos y bajar frescas a beber. Nos subimos a la limusina propiedad de la embajada Francesa mientras charlábamos también mirábamos el paisaje pues era primera vez que por lo menos yo venía y se veía muy precioso todo. Cuando el vehículo hizo un movimiento brusco la chófer habló pero de la sorpresa no entendí muy bien, automáticamente me puse en alerta, ada sacó su varita y por instinto busqué la mía sin entender demasiado lo que sucedía, Ada pidió a la joven que de la señal de auxilio aquello me preocupó mucho pero antes que pudiera seccionar de forma más adecuada ella ordenó que me quedara por que sus enemigos me podrían dañar, el móvil se detuvo para que baje empezando a correr, mis ojos se abrieron y mi mano no llegó a tomarla, otro movimiento brusco hizo que me golpeara un poco.

 

-Ada no!...regresa a donde vas?.- Grité con desesperación.

 

El auto aceleró y tomó camino rápidamente mientras yo miraba como la castaña seguía corriendo entre la gente, de unos autos bajaban hombres armados con varitas que comenzaron a atacarnos pero con la velocidad no lograron hacernos nada, yo luchaba con la puerta intentando abrirla no estaba pensando con claridad, esta tenía las trabas de seguridad, golpeé los vidrios impotente, no había notado que estaba gritando hasta que me dolió la garganta, mis manos también dolían.

 

-Regresa!!!....no podemos dejar a Ada sola!!!.- Le hablaba a la chófer que seguía manejando a toda velocidad. -Juro que si a mi hermana le sucede algo de tu cadáver no va a quedar ni el polvo!.- Mi voz sonó tan gélida.

 

La limusina llegó al hotel en tiempo récord, cuando por fin se detuvo y destrabo las puertas me bajé como un rayo en su busca, la tomé del cuello con tanta fuerza que se estaba poniendo azul rápidamente, no me podía controlar estaba teniendo un ataque pero no sabía si era de pánico, de ira, de preocupación, la respiración agitada, los ojos rojos demasiado brillantes con un toque desenfocado y diabólico, me temblaba el cuerpo de los nervios.

 

-Sí mi Petite fleur sufre...no lo vas a contar!...irás a comunicarte con los otros ministros.- La arrojé al piso sin temor a que me pudiera haber algo, si lo intentaba la estaba tan fuera de mi que la carbonizaría sin dudarlo. -Yo le mandaré un mensaje al canciller Alemán...muévete!.- Le ordené entrando al hotel.

 

Dando órdenes al personal de seguridad, más bien ladraba histérica, el pensar en mi bella en manos de quien sabe quién me ponía en un estado frenético, no era nada bueno para mí ni para nadie. Entre en la habitación buscando pergamino y pluma cuando los tuve empecé a escribir lo mejor que mi mano me permitía.

 

 

Canciller Von Alexandros

Este mensaje es urgente...alguien a secuestrado a mi hermana Ada la ministra de Francia...no estoy segura pero creo que fueron Rusos...solicito su ayuda y su permiso para que las fuerzas de su país, las de los míos y las suyas trabajen en conjunto para devolverla sana y salva...de lo contrario carbonizare cada rincón de Alemania hasta dar con ella...prefiero que las cosas sean en conjunto y lo mas rápido en caso contrario ya sabe las consecuencias, espero su respuesta en carácter prioritario.

Atte. Lady Luxure Triviani emperatriz de Austria y canciller suplente de Suiza.

 

Mande a Court lo más rápido que pude dando la alerta, mientras miraba como se movía todo a mi alrededor como en cámara lenta y el corazón a mil, la joven anne estaba a mil también podía ver la marca que le había dejado en el cuello, me arrepentía pero no había tiempo de pedir disculpas ahora.

 

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@Kraven Von Alexandros
@@Sean -Ojo Loco- Linmer
@Juv Macnair Hasani
@David James Dumbledore
@@Veronica Prince Rambaldi
@Darla Potter Black

@@Ada Camille Dumbledore

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Leonid Yaxley

 

 

El calor y el tremor de las llamas esmeraldas lo rodearon en cuanto sus pies volvieron a pisar tierra firme, abrió los ojos pudiendo entrever entre las flamas la pequeña y sucia habitación del otro lado. Tan súbitamente como creció, el fuego se apagó dejando tras sí una pequeña capa de cenizas blanquecinas sobre los zapatos oscuros del mago. Una taberna olvidada y de mala muerte recibió al ruso mientras surgía de la chimenea de bronce basto y cubierta de polvo, saludó con un gesto de mano al tabernero, un viejo mago desdentado, con cabello ralo y grisáceo sobre la cabeza pero con una espesa barba de igual color que le cubría el rostro.

 

Aparte del tabernero solo había otras dos personas, dos ancianos aún más viejos que bebían licor de vasos manchados en un rincón, ninguno de los dos dio más muestra de interés por su llegada que detener su conversación por un par de segundos antes de volver a sus asuntos.

 

El pelirrojo no tenía ningún negocio en aquel lugar, simplemente era su punto de llegada, inteligentemente escogido para evitar preguntas y miradas inquisidoras. Abandonó la taberna sin alterar el tranquilo ambiente y salió a un callejón estrecho y descuidado en un bajo barrio del este de Berlín. El olor a basura flotaba en el aire, podía escuchar el sonido de los autos y de los transeúntes provenientes de la calle al final del callejón mientras el sol se ponía por sobre la capital alemana.

 

No podía perder más el tiempo, recibió el mensaje de auxilio por parte de su amiga Anne aquella misma tarde, mientras descansaba aprovechando los días que su trabajo le dio libres para recuperarse tras su hospitalización. No pudo negarse, estaba libre y ya un poco harto de quedarse en su pequeño apartamento en Moscú haciendo nada, esperando volver a la acción. Aquella carta le llegó como anillo al dedo y además ayudaría a una amiga.

 

El secuestro de la Primer Ministro francesa no era algo que pudiera pasarse por alto, el convulsionado mundo mágico ya era un caos como para seguir agregando más condimentos y estaba seguro que para cuando la noticia corriera se desataría un cataclismo internacional que afectaría a todos de alguna forma u otra.

 

La política internacional no su área de acción, pero Anne no lo convocó por las implicancias que esto tendría en el juego de alianzas y equilibrio global sino porque era un secuestro y el mago tenía experiencia tratando con aquellos asuntos.

 

El Hotel donde se encontraría con la mujer y la Emperatriz Austríaca no quedaba muy lejos, solo a un par de calles desde la vieja taberna pero el cambio de ambiente era notorio. Solo un par de calles delante el modesto barrio obrero daba paso a un sector del Berlín oriental muy turístico y lujoso. Hoteles, tiendas y restaurantes de alta categoría se sucedían a ambos lados de amplias e iluminadas avenidas llenas de espacios verdes y monumentos históricos.

 

Leonid había mandando un mensaje a Anne desde el callejón anunciando que estaba por llegar y que la esperaría en el lobby del hotel, por lo que tras subir las escalinatas de mármol veteado y cruzar las puertas giratorias de cristal y acero esmaltado en dorado que servían de entrada al lujoso hotel, simplemente aguardó en silencio sentado en unos de los mullidos sillones que bajaran.


@@Ada Camille Dumbledore @@Lady Luxure Grindelwald

 

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