Jump to content

Historia de la Magia


Nate Weasley
 Compartir

Publicaciones recomendadas

– Y recordad, por favor, o mi cabeza se convertirá en un busto en el pasillo ese de Castelobruxo, sólo estamos aquí para observar. – les advirtió Nathan a sus 3 alumnos. No llevaban ni cinco minutos allí, y ya se estaba arrepntiendo. ¿En qué había estado pensando? ¿Dónde quedó la sensatez suya en no pensar en una mejor idea para una clase? ¿Dónde quedó la sensatez de los directivos al no mandarlo a papar moscas en cuanto les propuso aquel delirio de clase? Su rostro portaba una expresión incómoda, y en sus hombros había una tensión visibile incluso para el ojo ajeno... con todas sus fuerzas, rogaba a los dioses que nada saliese mal en aquella expedición.

 

Días atrás, cuando los directivos de Castelobruxo le habían pedido que tome las riendas de aquella clase, Nathan había aceptado de inmediato. Extrañaba la docencia, algo que había que tenido que relegar desde que sus labores en Gringotts y en la Orden del Fénix se volvieron más y más demandantes, por lo que esta era su oportunidad de, como decían los americanos, scratch the itch. Acto seguido, se había puesto a pensar en formas de enseñarle a sus alumnos acerca de Historia que, en cualquier acuerdo, era una de las clases más densas, aburridas y menos favoritas de todas las que aquel colegio mágico ofrecía. Fue así como, en un delirio de irracionalidad y grandeza, optó por un viaje al pasado.

 

El día de la clase, había citado a sus tres alumnos en la puerta de Castelobruxo, habiéndoles dado la instrucción de elegir ropas adecuadas al siglo XVII. Él mismo, por supuesto, había cumplido con aquella tarea y mantuvo el rostro implácido al ver las curiosas vestimentas que ellos portaban. De hecho, no medio palabra hasta llegar a una habitación especial que guardaba un portal que los llevaria 408 años atrás, a Hogsmeade, en plena Rebelión de los Duendes. Nathan creía, hasta entonces, con suma convicción de que la mejor forma de aprender la historia era vivirla... oh, little did he know..

 

Y así habían llegado, a donde cuarenta décadas después estaría una famosa taberna que él mismo frecuentaría en sus años en Hogwarts. Apenas había llegado, se había presentado como Nathan Weasley, hecho no del todo necesario puesto que a dos de sus tres alumnos ya los conocía de antes. Sin embargo, caballeroso como él era, no podía esquivarse las formalidades. Tras haber hecho la advertencia, y antes de comenzar propiamente con la clase, prosiguió:

 

¿Por qué no os presentáis vosotros, ahora? Esto... emm... y, explicadme por qué habéis escogido aquellas ropas. – agregó, un tanto nervioso, guiñándole un ojo a Martín en su mejor acento madrileño que, en toda sinceridad, era pésimo – ¿Qué os pareció el viaje?

 

@@Jank Dayne

@@Martin N Roses

@

Editado por Nate Weasley

iByhMRF.giftA4DkbA.gif

nathan firma 1.png

trFd9O9.gif6UufUc5.gif

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Leslie fruncido el ceño a lo que decía su profesor, les había dicho que fueran con ropa del siglo diecisiete y ahí estaba ella, atraviada en un horrible vestido de época color verde esmeralda anchos de cadera con un corset que la asfixiaba, le había costado mucho a los elfos prepararlo para su clase más aún fue porque apenas Linmer tenía diez años y era muy baja para su altura.

 

Su rostro estaba completamente rojo y se lamentó haberse inscripto en ese momento a clases, era la única mujer que estaba aún así desvío la mirada del profesor porque la hacía sentir incómoda apesar de que no dijera nada sobre sus vestuarios. Fuera lo que fuera que hubiera planeado estaba segura que no le gustaría, no le había dicho para que era todo eso sólo se los había pedido sin más. Caminaron en silencio a un salón dónde había un portal, sus nerviosos la hicieron tropezarse con el vestido un par de veces hasta que cruzó siguiendo a su profesor, no quería detenerse a ver si sus compañeros la seguían estaba demasiado nerviosa si quiera para decir algo.

 

El olor a humo y otros olores que no quería ni pensar Leslie de dio cuenta que estaban en un bar, no podía reconocerlo apenas si salía de la escuela con tantas locuras políticas que estaban pasando actualmente, pero si era sincera con ella misma en realidad era porque su madre se negaba a firmarle el permiso para salir de Hogwarts. En ese momento fue cuándo su profesor decidió presentarse y comenzar su clase, nadie quería hablar por lo que veía Leslie ya que el silencio reinaba entre ellos.

 

-Me llamo Leslie Linmer y pues tengo esté vestido porque perteneció perteneció un miembro de mi familia hace muchos años según mis elfos me dijeron- le explicó.

 

Todo aquéllo había sido obra de su elfina Mar, a quién había socorrido en busca de ayuda porque no sabía que usaban antes o donde conseguir un vestido de esos, su travesía había empezado en las cocinas y terminado en el sótano de la Potter Blue dónde había un baúl lleno de cosas viejas.

 

-Profesor esté vestido me incomoda, es más grande que yo...Nos puede decir donde estamos al menos?- era una persona muy impaciente cuando se sentía incómoda - el viaje estuvo bien pero tengo las zapatillas al revés puedo sentarme para acomodarlas?- le pregunto observando con el ceño fruncido si alguien notaría su calzado.

 

Habían logrado conseguir vestido de aquélla época pero no había zapatos para sus pies chicos y su madre le había prohibido cualquier uso de magia por parte suya o de sus elfos.

8Ld9VUG.gif| Teta-Darla-4.gif 

44SykDH.jpg

GSV2021-Sx-Ly-K-2.gif

 

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

La estadía en Inglaterra era sumamente provechosa para el mago de contextura fornida y cabellos negros. En aquel momento se encontraba dispuesto a ingresar a la clase de Historia de la Magia, área que había aprendido de forma básica en sus años de la Academia de Magia y Hechicería, y que anhelaba profundizar con el nuevo curso de Castelobruxo. Su elección de cursado se debía, fundamentalmente, a quién iba a ser el docente en aquella ocasión: Nathan Weasley.

 

Black tenía grandes referencias del mago, a quien conocía por sus labores en economía en el Ministerio de Magia y también por ser compañero de bando en la Orden del Fénix. Sabía entonces que aprender la historia del mundo mágico sería una actividad placentera mediante su guía. Y de esa forma, y con cierto grado de expectación, Black llegó a Castelobruxo vestido de una forma algo extraña para el siglo en el que vivían. Unos jubones de varios siglos atrás, de tela negra, cubrían su cuerpo. Unas calzas de una misma tonalidad tapaban sus piernas y unas botas, también oscuras, llegaban hasta debajo de sus rodillas. Encima, a su espalda, una capa larga capa caía de forma elegante. Todo en Black parecía negro, menos la mirada perla, fría y tormentosa, que contemplaba la puerta del aula a la que debía acceder.

 

Avanzó con la seguridad de quien ha pasado ya mucho tiempo en aquella situación. La profundización de conocimientos no era algo novedoso para el mago, tanto en islas británicas como en sitios inhóspitos como el desierto Sinaí. Pese a la experiencia, no dejó de llamarle la atención el portal al que debían ingresar, que Nathan señalaba.

 

«Jugaremos con el tiempo», pensó Black, entendiendo la razón de la exigencia de aquella vestimenta tan fuera de época. Cuando atravesó el portal, la misma sensación de desaparecerse invadió su cuerpo. Pero aquello era aún más intenso y también extenso. Había viajado no menos de cuatrocientos años al pasado. Tenía un aire familiar el sitio en donde se encontraban, pero aún no había caído en sí cuál era o de qué se trataba. Mirando a sus compañeros y también al profesor, Black se mantuvo en silencio hasta que llegó el momento de presentarse.

 

—Martin Black —dijo en dirección a los presentes. Había sólo una niña, que al parecer era su compañera, y alguien más que hasta ese instante no había dicho nada—. Imagino que viajamos unos cuantos años al pasado, para “vivir la historia”. Será emocionante, aunque comparto con Leslie, la falta de habitualidad en estos ropajes me hace sentir algo extraño. —Miró el jubón, y luego las calzas. Era sin dudas estas las que más extrañas le resultaban a Black.

 

¿Acaso se encontraban en una taberna de Hogsmeade? Intuía, eso sí, que serían tiempos agitados en la comunidad mágica. De lo contrario, Nathan no los habría hecho viajar tanto tiempo hacia atrás, de no ocurrir nada sobrenatural.

 

kkjlPfo.png  gfPUyue.gif   rZ5F4q3.png
sQiPXMh.png
#7 Fontaine PP ~ #6 de Rune MM ~ #1 Ragnarsson KK

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Esto... sí, sí, por supuesto. – comentó ante la pregunta de su única alumna, quien parecía tener problemas con sus zapatos. Nathan compartía el desagrado de ella y del Black ante lo incómodo y apretujado de aquellas ropas antiguas, y sin embargo eran menesteres para poder pasar cuan desapercibidos fuese posible en aquel contexto. – Lamentablemente no podía traerlos aquí de pantalones de mezclilla y remera de mangas cortas, o hubiéramos llamado demasiado la atención. – comentó, mientras evaluaba sus alrededores.

 

Se encontraban dentro de una habitación de piedra maciza, anexa a una taberna que aún no había iniciado sus jornadas laborales. Incluso cuatro siglos atrás, beber a aquellas horas del día no era algo del todo aceptado. Nathan indicó a sus alumnos que lo siguiesen por una portezuela de madera, tras la cual se aparecieron en un callejón que daba a la calle del mercado principal del pueblo de Hogsmeade. No había mucho tránsito aún, y sin embargo Nathan no quería andar hablando a libre albedrío, por lo que procuró hablar lo más bajo posible mientras explicaba a sus alumnos la atención.

 

Bueno, por si aún no lo han reconocido, nos encontramos en Hogsmeade. Más precisamente en el Hogsmeade de 1612, apenas días antes de que la Revolución Duendil de aquel año estalle. – explicó, mirando a ambos lados del callejón para asegurarse que estaban solos mientras accionaba su anillo contra oídos indiscretos, que los protegía de oídos curiosos. – Recordarán que aquellas revueltas fueron particularmente sangrientas, por lo que debremos tener cuidado, y sin embargo fueron claves para estructurar las jerarquías sociales que tenemos en nuestro tiempo. Hay una razón muy específica por la que el tráfico de seres está prohibido, o por la que el Magic Mall prohibe la venta de los mismos... quizá hoy puedan ver un poco de eso.

 

Con un último asentimiento, les pidió a sus alumnos que lo siguiesen hasta el mercado principal. No habían caminado ni cincuenta metros hasta que una manada de duendes, algunos de ellos montados en Thestrals, todos ellos armados, se aparecieron frente a ellos. Nathan soltó una palabrota antes de que estos se acercasen lo suficiente.

 

Fuentes nos han revelado que tenemos intrusos en Hogsmeade.... ¿quienes son? ¿qué queréis aquí?

 

@@Martin N Roses @ @@Jank Dayne

iByhMRF.giftA4DkbA.gif

nathan firma 1.png

trFd9O9.gif6UufUc5.gif

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Black entendía la razón del uso de aquellos ropajes de época, ya que en el caso de no utilizarlos delatarían su desfasaje temporal. Debían evitar de cualquier manera eso último o las explicaciones a dar frente a las personas con quienes se cruzaran, serían demasiadas rebuscadas y embarazosas. Mientras pensaba en eso y abandonaban el local, Black echó una última ojeada a la sala empedrada y cierta nostalgia le invadió. Viajar en el tiempo no era para nada frecuente aún en el mundo mágico y la experiencia se tornaba demasiado excitante.

 

El profesor de Historia, y amigo de la Orden del Fénix, prosiguió con su introducción, explicándoles un poco dónde se encontraban y cuál era el contexto de la época. «Más precisamente en el Hogsmeade de 1612», retumbó en la mente del mago nacido en Gales. En esa época su linaje materno, la familia de Rune, aún continuaban siendo muggles. Se preguntó de inmediato qué consecuencias podría tener aparecerse en aquel viejo castillo francés e interrogar a sus antepasados. Estaba descartado, de plano, pero jugar con el tiempo ofrecía aquellas ideas alocadas.

 

—Los duendes tienen comportamientos y tradiciones que chocan mucho con las nuestras —admitió Black, observando a Nathan y luego a la niña que iba a su lado—. ¿Pero qué fue lo que terminó desencadenando aquella revuelta? ¿El uso de varitas? ¿O era la sed de poder que pretendían ellos? —Siempre se había dicho que hacer tratos con duendes era para locos y que evitarlos solía ser la mejor respuesta posible.

 

Los duendes manejaban el Banco Mágico de Gringotts desde hacía muchos siglos, ¿ya lo estarían haciendo en 1612? No estuvo seguro si era una pregunta apta para Historia de la Magia como el curso al que estaba asistiendo, por ello, en aquel caso, Black prefirió guardar silencio.

 

—… quizá hoy puedan ver un poco de eso. —Las palabras de Nathan lo llenaron de curiosidad pero antes de poder reformular alguna de sus preguntas para consultarle, ocurrió algo inesperado y hasta épico para la clase viva que estaban teniendo.

 

Un grupo de duendes acababa de aparecer desde el cielo volando en thestrals y no parecían mantener gestos amigables. Cuando descendieron lo suficientemente para quedar a poca distancia del grupo de tres magos, uno de ellos habló con un tono que sonaba a amenaza. Black miró primero a Nathan, luego a Leslie y por último a su nuevo interlocutor, cuya altura alcanzaba sus caderas.

 

—Somos miembros del consejo estudiantil de Hogwarts —respondió Black de la forma más natural que le surgió internamente. Con la mirada perla señaló a Nathan, que se mantenía a su lado y luego tomó por acto reflejo la mano de Leslie, intentando parecer que se trataba de una de sus hijas. No había manera de explicar de forma explícita a los otros dos lo que maquinaba en su mente, tocaba improvisar entre todos e intentar sonar lo más verosímil que fuese posible—. De hecho, ahora estábamos por regresar al castillo. ¿No es así…? —Temió decir su nombre verdadero por lo que dejó la frase en el aire, procurando que los duendes no se percataran de aquel apuro. Luego miró a Leslie y pidió internamente que no se quejara de sus zapatos.

 

 

@@Nate Weasley @

kkjlPfo.png  gfPUyue.gif   rZ5F4q3.png
sQiPXMh.png
#7 Fontaine PP ~ #6 de Rune MM ~ #1 Ragnarsson KK

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Nathan tuvo que poner su mayor esfuerzo para esconder la incredulidad que de otra forma se habría formado en su rostro. Miró a Martín en asombro por su ocurrencia y la rápidez con la que había ideado una excusa, y sin embargo procuró que su mirada transmitiese parsimonía y aburrimiento, como si para él el hecho de ser detenido por los duendes no era más que una molestia. Con toda certeza no lo era, el Weasley trabajaba de igual a igual con duendes todos los días de su vida, y sin embargo en aquel momento debía actuar como si lo fuera puesto que el contexto sociohistórico en el que se encontraban se lo demandaba. ¡Al diablo todo lo que les había dicho a sus alumnos de procurar no ser vistos! ¡Interactuados, por el amor de dios!

 

Los directores de Castelobruxo me van a colgar de los... >> pensó, y sin embargo la mirada de uno de los duendes lo escudriñaba con tal furia que era evidente él tendría que decir algo.

 

En efecto, el Director nos ha enviado hasta aquí para organizar una expedición hacia el pueblo para los alumnos de Séptimo Curso. – agregó Nathan, haciendo unos pasos hacia adelante y sin poder evitar deslizar su mirada sobre la mano de Martín aferrándose a la de Leslie. Algunos no pierden el tiempo..>> pensó. – Supongo que no me equivoco si mi respuesta al profesor es que ahora no es el mejor momento para hacer viajes escolares, ¿verdad?

 

El duende lo analizó por unos segundos más mientras trataba de mantener al Thestral controlado.

 

No se equivoca, no. – le retortó este. – Prosigan.

 

Nathan asintió, procurando que el duende interpretase y no interpretase aquello como un agradecimiento. Lo primero porque no toleraba la idea de ser un maleducado hacia ellos, la segunda porque el hecho de que interpretase sus verdaderas intenciones les traería más problemas que beneficios. Los tres emprendieron la marcha en dirección al castillo, aunque el Weasley tenía la esperanza de poder mostrarle a sus alumnos un poco de los inicios de la rebelión duendil.

 

Muchas gracias, Martín. – dijo el Weasley, una vez estaban a salvo de oídos ajenos. – En respuesta a tu pregunta, de hecho creo yo que fue una sumatoria de varias cosas. Decenas de décadas de maltrato hacia ellos y un gobierno únicamente constituído por humanos pero que velaba por los derechos y limitaba las acciones de todas las razas. Naturalmente, era cuestión de tiempo hasta que alguien se levante contra los magos de entonces... y bueno, alcanza con decir que pagamos caro las consecuencias.

 

A paso ahora un poco más lento, comenzaron a andar por la calle principal.

 

Leslie, ¿estás bien? – le preguntó, la muchacha no había dicho palabra desde que salieron de la taberna.

iByhMRF.giftA4DkbA.gif

nathan firma 1.png

trFd9O9.gif6UufUc5.gif

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

A esas alturas del partido Black desconocía si su invención había sido un terrible golpe de suerte. Pero tras las palabras del profesor de Historia de Magia, los duendes bajaron la guardia y les permitieron seguir su camino. Mejor dicho, le permitieron seguir el fingido camino. Mientras tanto, el mago de cabellos negros se percató que continuaba sujetando a la niña cuando en realidad el peligro había cesado. La soltó de inmediato.

 

Lo que le causaba más intriga no era que la pequeña no hablara, sino la situación en general. No llevaban un minuto en el exterior cuando aquellos duendes ya estaban sorprendiéndolos. Entendió, claro está, por palabras de Nathan, la molestia de aquellos seres. Los magos siempre se habían comportado con una soberbia que en más de una ocasión les hacía pagar caro.

 

—Considerando que esta clase es sumamente didáctica, no podemos pedir nada mejor que un buen grupo de duendes enojados queriéndonos golpear de diversas formas. —Intentó mantener la expresión seria, dirigiéndose al otro hombre. En realidad internamente estaba sonriendo pero si un duende lo escuchara hablar en aquellos términos, terminarían montados detrás de uno sobre un thestrals, inmovilizados y amordazados. Definitivamente no quería perderse en la historia en aquellas circunstancias.

 

Miró a Nathan.

 

—Profesor, ¿cuánto tiempo tenemos para permanecer en 1612? —Sabía todas las complicaciones que le resultaban a Weasley haber organizado algo como aquello. También sabía que normalmente los lapsos de tiempos permitidos no solían ser grandes. Sin embargo, el viaje estaba valiendo totalmente la pena.

 

Si en algún momento tuvo reservas para cursar aquella clase, en este momento Black agradecía haberse anotado.

 

kkjlPfo.png  gfPUyue.gif   rZ5F4q3.png
sQiPXMh.png
#7 Fontaine PP ~ #6 de Rune MM ~ #1 Ragnarsson KK

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Guest
Esta discusión está cerrada a nuevas respuestas.
 Compartir

Sobre nosotros:

Harrylatino.org es una comunidad de fans del mundo mágico creado por JK Rowling, amantes de la fantasía y del rol. Nuestros inicios se remontan al año 2001 y nuestros más de 40.000 usuarios pertenecen a todos los países de habla hispana.

Nos gustan los mundos de fantasía y somos apasionados del rol, por lo que, si alguna vez quisiste vivir y sentirte como un mago, éste es tu lugar.

¡Vive la Magia!

×
×
  • Crear nuevo...

Información importante

We have placed cookies on your device to help make this website better. You can adjust your cookie settings, otherwise we'll assume you're okay to continue. Al continuar navegando aceptas nuestros Términos de uso, Normas y Política de privacidad.