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Aventura VI - En las colinas escocesas


Dana Gryffindor
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En su espalda encorvada un laúd descansaba, con las cuerdas ya gastadas y la caja desteñida, la melodía aún provocaba las sensaciones que el trovador quería.



-A las aguas de la verdad partieron...

- cantó en el Basilisco Ahorcado -

Con una carta en sus manos...

Los viajeros jamás lograron...

aquellas aguas encontrar.


Y así fue como la historia del fracaso se propagó en la fortaleza. Un simple vagabundo con un laúd en manos pasaba tan desapercibido como sombras en un callejón y fue así como el singular hombrecillo su cantar a todos lados llevó con el laúd en su espalda y un canuto en la boca, el hombre de sombrero caído a todos encantó con su voz, con las cuerdas de su instrumento hechizaba más de lo que una varita lograba.

Así fue como su encanto y el misterio que proveía atrajo a los miembros de los clanes con una canción que el trovador decía:



Aquél que buscan, perdido no está

en la ciudad de los misterios se ha de encontrar

en medio de una guerra, una reliquia será

tener a este guerrero del lado de la oscuridad.

Asra escuchó el cantar y a una reunión convocó, mandó a buscar al trovador quien fue llevado a la Torre Negra de la Fortaleza.


Entonces Cassian, Lucan y Asra le entregaron su confianza, o al menos parte de ella, por segunda vez.

-Esto va a terminar ahora- dijo el bravo Lucan al tiempo que enterraba el puño en el roble de la mesa -Viajero... Trovador... o como diablos te llames. Contesta nuestras preguntas.

El hombrecillo encendió con calma el canuto apagado en sus labios, inspiró profundo llenando de humo sus pulmones y exhaló lentamente como si disfrutara cada milímetro de su tabaco, meditando sus palabras o encontrando tal vez la calma ante la hostilidad con la que se le hablaba.

-Solo tres preguntas responderé. Tres y no más, ni dos ni cuatro, tres preguntas son las que voy a contestar.

Entonces habló Cassian, con la paciencia que los años le habían proveído.

-¿Dónde está?- preguntó al tiempo que acariciaba con su ancha mano el largo de su platinada barba.

-Más cerca de lo que piensan, es un maestro del engaño, sus súbditos no conocen su rostro y eso quizás ustedes ya lo saben, lo que no saben es que es un diestro en el arte de la metamorfomagia y su imagen ha sido trastocada, tan solo su gemelo conserva la verdadera apariencia con la que Il Santo se identifica y es por ello que el fratricidio se hizo una vez. Pero si encontrarlo quieren, en las colinas escocesas, cerca del Área 9, allí Il Santo os espera.

-¿Cómo nos espera?- pregunta Asra.

-Con un ejército de magos neófitos cuyo poder aún no controlan a la perfección y que pueden ser peligrosos, muy peligrosos, tanto para ustedes como para ellos mismos.

-¿Cómo lo encontramos?- preguntó Lucan, ansioso.

-Yo seré su guía- contestó finalmente el trovador.

Tras discutirlo, los tres líderes apoyaron la punta de la varita en el antebrazo dándole vida al tatuaje de la calavera y la serpiente. Era un llamado para que los miembros más poderosos de cada clan se presenten.





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¡Bienvenidos a la sexta parte de la aventura mortífaga!

Como verán, el trovador será su guía en esta historia, deberán reunirse con él en la Torre Oscura y emprender un viaje nuevamente hacia las colinas escocesas donde se encontrarán posiblemente con el ejército de Il Santo.

¿Qué les depara a los pupilos de los poderosos clanes de la marca tenebrosa?

Misión

-Encontrarse con el Trovador y emprender el viaje a las colinas escocesas.

-Crear, son ustedes dueños de darle a esta historia la dirección que ustedes deseen.

-Utilizar el conocimiento que les corresponde, de ser posible marcarlo con negrita para facilitar la lectura del mismo.

-Deben tener al menos 5 roles utilizando su conocimiento de clan.

-Lean la ficha de los jefes de los clanes para una historia más enriquecida.

-Cualquier duda aquí.

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Resumen de las aventuras

 

Aventura I



Los líderes de los clanes interrogan a un hombre que puede utilizar los poderes del clan de Discípulos de Nosferatu. En ello aparece un hombre algo jorobado, vestido con harapos y un sombrero de copa ligeramente caído hacia un costado, quien se presenta ante ellos como “El Trovador”, “El viajero”, “El vagabundo” y responde a la pregunta que realiza Cassian sobre quién es el enemigo y el hombre contesta que quien buscan se llama El Santo y que sus seguidores se llaman Los Iluminados y les advierte que “La mayoría son magos, pero creen en la supremacía de los muggles y buscan erradicar la magia del mundo para protegerlos.”



El trovador les da 3 lugares para que busquen a los seguidores de El Santo: El Valle de Godric, Tinworth y el Callejón Knockturn. Miembros de cada clan recorren esos lugares y la información que logran recavar es la siguiente:



-Tienen una jerarquía dentro de la organización del Santo y a los Lugartenientes les llaman “Apóstoles” quienes son los únicos miembros de la organización que han visto al Santo en persona.



-Están infiltrados en el ministerio y utilizan los recursos que este le provee.



-Están orquestando un ataque que sucederá en el “área 9” que es un centro secreto de investigación del departamento de misterios, en tierras escocesas.





Aventura II



En las colinas escocesas un grupo de encapuchados se reúne en un círculo cerrado en el que solo dos de los allí presentes toman la palabra. Uno de ellos preocupado porque mortífagos lograron sacar información a los iluminados y están cada vez más próximos al área 9. Otro de ellos se muestra calmo y satisfecho porque los mortífagos van en la dirección que él quiere que vayan.



Mientras tanto los mortífagos deciden partir en dirección al área 9 con ayuda de miembros del ministerio, entre ellos el director del mismísimo Departamento de Misterios: Ryvak. Sin embargo deben ir precavidos pues suponen que los iluminados ya saben exactamente lo que ellos saben y a donde se dirigen.



Tras un interrogatorio Candela descubre que algunos iluminados tienen una muestra de algo llamado “génesis” y al parecer es lo que les otorga poderes mágicos, aunque limitados, a los muggles.



Crazy, ex ministro de magia, encuentra a tres funcionarios del departamento de misterios muertos, eran infiltrados de la organización del Santo. En los bolsillos de los cadáveres encuentra un pequeño frasco de inyectables con un líquido amarillento que llevaba una etiqueta con la palabra “génesis” y se lo ocurre pensar que es la droga que otorga poderes del clan mortífago.



Aaron se adentra al departamento de misterios junto con Ryvak, Hades y Azrael al tiempo que persiguen a un sujeto sospechoso quien huye de ellos apareciendo y desapareciendo para no ser alcanzado. Mientras van tras él, el grupo encuentra cámaras criogenéricas con cuerpos humanos de todas las edades en su interior. El ex ministro A través de un asalto psíquico despierta aquellos cuerpos y los hace pelear unos con otros para eliminarlos. El grupo marcha rumbo al área 9.



Por otro lado, en su despacho, Letterman observa en su reloj el estado de los 4 grupos que envió para lidiar con los incidentes. Mientras tanto un hombre aparece a sus espaldas, es el Santo y lo describe así “el fantasmagórico busto de un hombre calvo y mirada febril. Conocía bien aquellos ojos verdes, que durante los dos últimos años se habían ido tiñendo de locura y lo observaban ahora ligeramente desenfocados.”



El santo manda a asesinar a los mortífagos para luego incendiar aquél despacho y desaparecer.





Aventura III



Resulta ser que Il Santo guarda un recuerdo en las tierras del olvido, el asesinato de su hermano gemelo. Para acceder a ese mundo donde los duendes son amos de la entrada, miembros de la marca tenebrosa deben entregar un recuerdo para el pasaporte aquel sitio y año de ellos para quien tenga la llave.



Así miembros de los clanes emprenden su viaje a esas tierras desconocidas para encontrar al gemelo el Il Santo, sin embargo este sujeto preso en un recuerdo en las Tierras del Olvido logra escapar de allí.



Aventura IV



Los duendes les tendieron una trampa, una maldita emboscada que ocasionó que el gemelo de Il Santo escapara. Por esto los líderes de los clanes de La Marca Tenebrosa deciden someter a sus pupilos a una series de pruebas para que estos demuestren sus habilidades y para que logren explotarlas al máximo.





Aventura V



En medio del caos que invade a la comunidad mágica Orión ha estado investigando sobre las Aguas de la verdad, encontró una carta perdida de Ernest Schäfer que hablaba de una expedición que realizó tiempo atrás. Y miembros de los clanes mortífagos van en busca de esas aguas a través de una ruta cargada de acertijos.



 

 

LISTA DE INSCRIPTOS

Discípulos de Nosferatu

@@Lady Luxure Grindelwald (Conocimiento 1)

@@Kamra Ashryver D. (Conocimiento 1)

Caballeros de Walpurgis

@@Crazy Malfoy (Conocimiento 2)

@@Eterno Black Triviani (Conocimiento 2)

@@Anne Gaunt M. (Conocimiento 1)

Senescales de Caronte

@@Saori Rambaldi Ragnarok (Conocimiento 1)

@Shelle Katerina Gryffindor (Conocimiento 1)

@@Sagitas Potter Blue (Conocimiento 1)

Editado por Shelle Katerina Gryffindor

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(Sagitas, Rumbo a convertirse en un Senescal de Caronte)

 

Me encontraba leyendo, como cada momento que tenía libre. Aún sabiendo cómo estaba de ocupada en mis negocios, no sé cómo había llegado a estar en un Ministerio, gobernando un país y metiéndome en problemas con los enemigos de la Patria. Aún así, mi sed de conocimientos no se agotaba y siempre le dedicaba unos minutos (que solían alargarse mucho más si la lectura era amena) en instruirme y buscar datos más profundos sobre la magia a la que me estaba dirigiendo, la del estudio de las almas más allá de este mundo. Era una tendencia que se había ido afianzando desde forma muy temprana en mi cabeza, pero que, en realidad, no me había dedicado en serio más que en los últimos seis meses. Supongo que, por eso, no me extrañó que, al entrar en el bando mortífago, sintiera que mi cuerpo se inclinaba por el Clan de los Senescales de Caronte. Al fin y al cabo, ya había estudiado este tipo de magia desde el otro punto de vista, desde el de sacerdotisa, alcanzando grandes logros con ella aunque insuficiente para mis perspectivas futuras.

 

Y sí, me encontraba leyendo sobre el origen de este clan cuando sentí un quemazón en el antebrazo diferente al que llevaba la Marca. Eso me sorprendió. Nunca había sentido eso y, cuando lo rasqué, noté como una mancha de...una silueta grisácea que bien podía ser una herida como un... ¿una barquichuela? En realidad, no recordaba que aquello era la marca especializada del Clan de Senescales ni entendí que, por fin, me admitían en aquel grupo. Por supuesto, la idea de que me dejarían entrar en él no me llegó hasta que vi que aquella mancha se movía y mi cabeza visualizó el puerto de la Fortaleza Oscura. Entonces sí, lo entendí de golpe, debía demostrar mi valía para saber si había decidido bien en mi elección.

 

Casi salté y me vestí lo más oscuro posible, aunque aún conservé los pantalones marrones oscuros de pana con la que tan cómoda me sentía, metidos dentro de las botas negras de media caña. Me puse en jersey de cuello alto de color gris merengo y me recogí la melena en una cola de caballo con un broche de oro que me había regalado mi amiga Anne. Me crucé sobre el pecho la bandolera de piel de moke en la que creía llevaba todo lo que podría necesitar para una excursión a saber dónde. Me gustaba ir preparada para evitarme sorpresas. Después, me puse la capa negra encima y salí de casa, tras haber dado un beso a mi niño Ithilion, que dormía. Al fin y al cabo, estaba allá por él, para que pudiera crecer feliz en un mundo mejor.

 

No conocía aún al Jefe del Clan pero estaba segura que hoy podría hacerlo aunque, eso, me puso nerviosa. Cuando desaparecí y aparecí en aquel lugar, lo primero que noté fue que... ¿Era la única que había recibido la llamada y estaba allá, delante de tres miembros más extraños que nunca había conocido? A su lado, un extraño trobador tocaba una música hipnotizante con su laúd, con una cara grotesca que parecía seguirme mientras me acercaba.

 

-- Soy... Soy Sagitas, aspirante a pertenecer al Clan de los Senescales de Caronte. -- Miré a cada uno sin detenerme demasiado en ellos para no parecer maleducada. -- ¿Me han llamado?

 

Por un momento pensé que aquel quemazón sólo fuera eso, un quemazón de la piel por el roce de algo o por haber comido demasiado y ahora estuviera metiendo la pata.

 

Un laúd de tres cuerdas con una cara de aspecto grotesco pintada en la caja de resonancia. Cuando lo toca con sus manos expertas es capaz de hipnotizar al público más exigente.

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Una pequeña barca de madera flotaba en la noche, robusta pero profusamente decorada por la experta mano de un ebanista con motivos marineros, la embarcación se deslizaba en silencio por el oscuro cielo nocturno, apenas iluminada por los pálidos rayos de la titubeante medialuna creciente. En la proa se acomodaba Crazy, vestido con una túnica plateada con runas azul claro bordadas en torno a las mangas asemejándose a una serpiente enroscada. Frente a él, sosteniendo unos remos inmóviles que pendían lánguidos de los costados de la embarcación, iba un hombre taciturno, con el pelo largo recogido en una coleta y la típica vestimenta holgada y blanqueada por la sal de los hombres de mar.

 

El hombre escupió una vez por la borda, lanzando su espumarajo en caída libre a través del centenar de metros que los separaban del suelo. Crazy confiaba en que no hubiera ningún mortífago caminando despreocupadamente justo debajo de ellos, camino a alguna cita importante en la fortaleza oscura.

 

- Lo sé, no te gusta este lugar - respondió Crazy - Está lleno de fanáticos

 

Su interlocutor bufó, emitiendo un ruido sibilante allí donde le faltaba algún diente. Su nombre era John aunque todos lo conocían por Mudo Joe, rara vez hablaba pero llevaba tripulando barcos mágicos desde antes de que la mayoría de la Compañía Gris hubiera nacido. Su mirada era dura y enganchaba a la gente con la firmeza de un garfio.

 

- Lo sé, podría haber venido volando o abrir un portal nox que soslayara los hechizos antiaparición - sonrió - Y sin embargo te hago dar este paseo, con la gélida brisa nocturna amenazando con congelarte las pelotas

 

Mudo Joe lo observó unos instantes sin pestañear y, finalmente, escupió nuevamente, esta vez a babor. Mal asunto, se estaba enfadando.

 

- No todo consiste en llegar rápido a los sitios, viejo amigo, un marinero conoce la importancia del camino

 

Hizo un leve gesto con la cabeza, apenas una inclinación, y Joe echó un vistazo con el rabillo del ojo. Su vista era clara a pesar de la edad, así que no le costó divisar la lechuza que aleteaba en silencio a un par de docenas de metros de distancia.

 

- Nos sigue desde que abandonamos la Dama Solitaria, diría que es un cambiapieles

 

Mudo Joe no dijo nada, pero tampoco volvió a soltar un gargajo. Buena señal. Al cabo de unos minutos la estilizada figura de la Torre Negra se elevaba sobre ellos, ominosa. Una maciza mole de ébano que surgía de los terrenos de la fortaleza como la empuñadura de una espada gigantesca clavada en la tierra. El mudo maniobró el bote para acercarlo a la ventana que el Malfoy le indicó, siguiendo el olor de la persona con la que debía reunirse. Meses atrás, cuando logró por fin despertar su poder de cambiaformas, le habría resultado imposible distinguir los efluvios de una persona concreta en un lugar tan densamente poblado. Pero usar sus nuevos sentidos se había vuelto tan natural como respirar.

 

- Quédate en la ventana, no quiero que se acerque la lechuza a escuchar

 

Mudo Joe asintió pero Crazy no lo vio porque ya había saltado a través de la ventana abierta con un ágil salto felino, imposible para cualquier hombre normal. La estancia a la que accedió no era ningún despacho ornamentado, sino una sencilla habitación del servicio. Un catre ajado en una esquina, una mesa con una vela que emitía más humo que luz y una chimenea crepitante al lado de la cual se acomodaba la persona que había venido a buscar. El Jorobado lo observaba con una expresión divertida, el cigarro colgando de sus labios con una larga capa de ceniza acumulándose en su extremo y amenazando con derramarse sobre sus harapientas ropas al más mínimo movimiento.

 

No por primera vez, Crazy se preguntó porqué su fragancia era diferente de la de cualquier otra persona que hubiera conocido. Más allá del olor a cigarro, sudor y mugre alcanzaba a distinguir algo que ni siquiera parecía humano, una magia profunda pero no oscura, sino antigua. El viajero rasgó las tres cuerdas del laúd que acunaba en el regazo y una suave melodía de bienvenida rompió el silencio.

 

- El gato gris viene a verme, paranoico como siempre - canturreó mientras la ceniza se desplomaba por fin sobre sus pantalones - Aunque juega a ser pirata, de maquinar no descansa

 

Sus chispeantes ojos violeta se clavaron en los grisáceos de Crazy, afilados como cuchillas.

 

- ¿Esto te divierte? ¿Vernos corretear detrás de tus acertijos?

 

- A bailar la melodía de otros, el aristócrata no está acostumbrado, sin reticencia prefiere mandar que ser mandado

 

Sofocando un gruñido de irritación, deseó estar de vuelta en el bote con el Mudo Joe. Los mudos no eran lo suficientemente valorados.

 

- ¿Cuál es la misión esta vez? Creí que lo tuyo iba de responder preguntas como un loro amaestrado

 

- El valeroso leopardo una peligrosa gesta ha encontrado, a Escocia se vuelve en persecución del gemelo iluminado

 

¿A Escocia otra vez? Maldita fuera su estampa, estaba harto de perseguir fanáticos, había abandonado la política para librarse de aquella panda de locos. Y sin embargo, si quería obtener los poderes del clan... Exhaló un suspiro resignado, calmando la furia de su bestia interior y agitó la mano para convocar un portal Nox. Un arco de zarcillos de tinieblas se entrelazó a su lado, reflejando los ambarinos tonos del fuego hasta formar una abertura de su altura exacta. No apartó la vista del mercader de secretos.

 

- Tienes casi todas las respuestas, pero no todas y eso es lo que te mueve - le dijo - Responderé a una, si tú respondes a otra

 

- El Soñador de Tempestades al trovador le ofrece un trato, que responda pues sin demorarlo, ¿Dónde esconde su rabo de gato?

 

Esta vez Crazy no pudo evitar reír, sopesando el brillo malicioso en los ojos de su interlocutor.

 

- Bien, quizás la próxima vez entonces - agregó levantando la voz - Mudo, ya puedes irte, dile al resto que no me espere

 

Y dicho esto cruzó el portal. Lo último que escuchó fue la suave melodía del laúd, que entonaba algo parecido a una despedida.

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Malhumorado y envuelto dentro de una especie de cama la cual entretejida de raíces y hojas del árbol, donde se encontraba esperando alguna señal que le fuera útil, ya que después pasar en las filas de su bando muchas malas pasadas por culpa de las tomas de decisiones erróneas por parte de sus lideres, no podía esperar mas que solo asentir a seguir su instinto; esto lo llevó después de su ultima misión a perderse en el omiso y quedarse viendo que podría hacer para su futuro como para la de su familia, guiado a realizar largar meditaciones para practicar el fluyente de energías en un lugar escondido para su mundo; su pareja le visitaba muy debes en cuando dejándole un poco de alimento el cual este aprovechaba de lo que podía, aunque sin decirle nada de ello de lo que planeaba confrontar.

Sabía bien que en algún momento iba a tener un nuevo llamado y como era su trabajo debía acudir a ello, como mortífago que era... entendía bien que lo que sucedía no podía echarle la culpa solo a ellos, mas bien de alguna manera también al participar en eso tenia corría con culpa y eso lo tenia molesto. El que poder hacer aparte de ello y el como hacerlo no lo llevaban a tomar alguna decisión adecuada para finalizar su duda.

 

Abriendo los ojos en ese lugar oscuro donde su respiración le costaba controlar por lo apretado que él estaba, uso uno de sus uñas para lentamente cortar hoja por hoja abriendo una pequeña abertura donde una de sus manos quedaba libre, usando su fuerza descomunal deshilacho las lianas, rompiéndose estas quedando su cuerpo instantáneamente suelto de toda atadura.

Se sentó de una sin apoyar sus mano, lo que quedaba de la cama se tambaleó de lado a lado dándose la vuelta dejándole colgado en un instante de manos, a lo alto de donde este se encontraba sus manos soportaban su peso sin dificultad para luego soltarse y caer de piernas inclinando su cuerpo ayudado de sus manos con gran equilibrio, para luego reincorporarse y estirar su espalda de la cual sonaron sus articulaciones y el encajado de sus discos vertebrales, abriendo la boca para acomodar su mandíbula para volverla a cerrar en dos pestañeos.

 

Busco un poco de agua, tomándolo del riachuelo que corría al lado limpiando su boca con el antebrazo y empezar nuevamente la marca hacia su cabaña, necesitaba un ducha refrescante y nada lo podía quitarle su gusto, su cuerpo necesitaba un respiro y mas su nariz por el olor que manifestaba después de días sin realizarlo. En un especie de yacusi natural donde las sales minerales le daban ese toque apropiado junto con el olor a bambú con menta y alcanfor para despejar sus fosas nasales de todo ese polvo que había absorbido. Refregó sus brazos y piernas con una piedra pómez con mucho cuidado y usando un pocillo para quitarse el exceso de la piel con el liquido de su baño.

Sintiendo luego un leve quemar en su pierna, que hizo reconocer el llamado, de un salto ágil salió tomando una toalla para después de secarse vestirse rápidamente, colocando su máscara al pasar una de sus manos por su rostro para que esta le cubriese encendiéndose los ojos llenos de esa luz característica en esa mirada de su animal elemental.

Apareció en su otra mano Cinthya quien moviéndose delicadamente entre sus dedos se asentó siento sujetada firmemente, su pensamiento le hizo aparecer un cuerpo gaseoso que con una mirada severa se difuminó avanzando por lo pasadizos de aquel lugar y alzarse por el cielo y perderse a toda velocidad entre las nubes e irse hacia la nada para desaparecer.

 

Ya en la Torre Oscura, su cuerpo se materializó sin demora para hacerse presente en la reunión. Un aroma a tabaco muy fuerte llenaba todo el lugar, este olor no era tan agradable para él pero lo toleraba como parte de su entrenamiento, aproximo a pasos con varita en mano mirando a los lados con mucha cautela, encontrando frente a él dos magos más de máscaras conocidas, en su cabeza mencionó sus nombres colocándose al lado del mas alto.

Mientras tanto Lucan Lawless destrozaba con su puño en una de sus reacciones de incomodidad la mesa que tenia frente a una persona un tanto rara, que jugaba en su boca algo que pareciere un cigarrillo, mientras sus acompañantes restantes le terminaban de preguntar al que necesitaban conocer. Veía como su líder de clan controlaba su paciencia pues necesitaban de este, al parecer no les quedaba de otra.

Pero al lycan Wallpurgis no confiaba este tipo que tenia joroba, tenia un no se que que no le llevaba a confiar al cien porciento, tenia que tener los ojos si o si sobre este mientras les guiaba a su destino.

 

Mostró sus dientes de disconformidad, renegando pero a seguir el plan luego de gruñir. Acercándose con sigilo a su líder, bajando la voz en un susurro, mientras este prestó atención de su comentario. - Jefe, ¿están seguros que debemos confiar en este ? , mmm confío en su decisiones pero me guarda la duda de este tipejo. - Le mira al de gorro de lado con recelo mientras vuelve a observa a su jefe quien acomodaba su arma en su espalda y asentía con la cabeza sin decir palabra alguna y sin mirarle, acelerando el paso al lado de los otro tres.

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Crazy caminaba tranquilamente por la suave colina escocesa, pisando la alfombra de tupida hierba verde con sumo cuidado. El paisaje a su alrededor era, incluso para un hombre viajado como él, sobrecogedoramente bello. A pesar de la noche cerrada, sus afilados ojos de cambiaformas no necesitaban más que el pálido fulgor de la luna para distinguir con precisión la orografía del terreno a centenares de metros de distancia. En la oscuridad veía los colores apagados, como si alguien hubiera lanzado un velo de grises sobre el mundo, pero apreciaba las texturas con la misma claridad que si las tuviera frente a sí en un día soleado de verano. La hierba baja se extendía como una sábana mortuoria a lo largo de un terreno sin una sola planicie recta, las colinas erosionadas por el tiempo la elevaban aquí y allá como dibujando la forma de un cadáver inmóvil enterrado bajo la vegetación y la tierra. Salpicados sobre el paisaje sobresalían macizos de piedra grisácea, como huesos rotos que horadaran la piel que los cubría, elevándose varias decenas de metros hacia el cielo. Divisó también un par de lagos de aguas serenas que brillaban con fuerza en medio del paisaje al reflejar los rayos lunares.

 

- Es una lástima que odie este puñetero lugar

 

Estaba hastiado de aquella panda de fanáticos, que la fatiga de la vejez no le dejaba diferenciar de aquellos otros fanáticos de la Orden del Fénix que había combatido durante décadas en la guerra mágica, entregando su juventud en una lucha fraticida para evitar que postraran al mundo mágico ante los pies de los muggles. Viajar allí, ante el encuentro del mismo enemigo con otros ropajes, le transmitía la dolorosa sensación de que todo había sido en vano.

 

- Como no tenga cuidado me voy a convertir en un existencialista - masculló entre dientes - Si me viera ahora mi tutor...

 

Coronó con precaución una elevación especialmente pronunciada y entonces vio lo que llevaba media noche buscando. Habían tomado precauciones para evitar que el resplandor de la lumbre se propagara como un faro en aquella altiplanicie, pero no podían ocultarse ante los ojos de un hombre bestia. Un pequeño punto rojo al cobijo de un saliente rocoso y lo que parecían figuras arrebujadas en torno a él, quizás charlando o comiendo como cualquier otra persona haría. Así, desde tan lejos, no ofrecían indicio alguno de ser el grupo de locos que eran.

 

- ¿Y ahora?

 

Ahora a esperar, pensó. El resto de los clanes enviarían a más gente y eso le garantizaría mayores posibilidades de atrapar a su objetivo. Esta vez no podía escaparse, no estaba dispuesto a perseguirlo eternamente por aquel rincón olvidado. Impaciente, dirigió una mirada a su alrededor y se detuvo en un cuervo a unos cien metros de distancia. ¿Llevaba allí mucho tiempo? ¿Era un simple animal o el mismo cambiapieles que insistía en perseguirlo? El pájaro levantó el vuelo perdiéndose en la noche y Crazy no pudo decidirse. Quizás se estaba volviendo loco él también.

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Si con la muerte se halla la vida, si con el miedo se encuentra el valor y si con la venganza se envenena el alma, seguiré los pasos de aquél cuya muerte anhelo entre mis manos.

 

Me había enlistado en las filas del clan más tenebroso de la marca, la líder del clan nos había invocado para una misión y todos, desde los aspirantes hasta los más experimentados se reunieron en el puerto para abandonar los barcos y marchar juntos a la Torre Oscura.

Yo carecía de miedo, me había transformado en un animal de instinto, en una fiera enceguecida por la venganza y consumida por la ira de una muerte que me arrancó el espíritu. Mi pecado se saldaba con una eternidad sintiéndome una mi****, su pecado salda con su propia destrucción.

 

Sin embargo sabía que un hombre como aquel no se le hacía frente con simples hechizos y el mismísimo clan al que Lord Voldemort perteneció sería el indicado para iniciar mi camino al conocimiento.

 

La barquilla se había tatuado en mi antebrazo izquierdo, el pequeño bote se tambaleaba de un lado a otro en el mar de venas que corría por mi muñeca. Había visto barcos imponentes en los brazos de mis camaradas ¿acaso lo tendría así algún día?

Finalmente llegamos a la torre, el barullo se escuchó a los pies de las escaleras y fue incrementándose hasta que ingresamos a la sala y curiosamente el silencio fue el protagonista de aquél momento.

Justo en ese instante Crazy Malfoy atravesaba un portal y un singular personaje acariciaba su instrumento con las uñas. Una sonrisa se dibujó en mi rostro mientras sentía el calor de mi propio instrumento sujeto a mi espalda.

Las órdenes eran claras, el músico sería nuestra guía a las turbulentas colinas de Escocia aunque el desconcierto anidaba entre los presentes y la desconfianza se servía en las copas de todos nosotros.

Entonces los tres líderes alzaron sus varitas las cuales cobraron tamaño y fuerza convirtiéndose en varas de cristal y juntos conjuraron un portal que excedía los límites de los mortales allí presentes.

-Os espero del otro lado- murmuró el trovador quien fue el primero en dar un salto dentro del portal.

Yo me limité a observar a Eterno y con una mirada de cómplice desconfianza caminé hacia la oscura esfera que me llevaría lejos.

Editado por Shelle Katerina Gryffindor

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BOSQUE PROHIBIDO

 

 

Espeso y frondoso como cada día se veía el bosque tenebroso aquel que con solo mirarlo te imaginadas cosas, las criaturas que alli habitaban como su mana maligno muchos decían que aquel bosque solo guardaba miedo y lamentos pero para otros era el lugar perfecto para practicar hechizos o estudiar la magia de la vida que allí se encontraba. Para saori era mas un lugar de tranquilidad y nirvana para su ser pues el estudio de criaturas era su fuerte así como el estudio de magia oscura, estar en aquel bosque era como estarán los campos abiertos de japon donde observas los sakuras y flores de mil colores despertar por primera vez, la rambaldi lograba allí perfeccionar su magia pero su tranquilidad se acabo en un instante al sentir un pequeño ardor en su ante brazo, mirando inquieta por todos lados alzo la manga de abrigo y noto que su marca estaba apareciendo o cual le dio como señal de que debía estar en la base lo antes posible, con un poco de decepción por no terminar sus asuntos en aquel lugar suspiro fuerte y marcho hacia la base con un toque de varita saco su alargada capa de un espeso azul oscuro, tomo a su fiel compañero chester se fue volando rumbo la torre negra para atender el llamado de su clan.

 

 

 

Al ver a lo lejos y alto de las nubes algo oscuras como si fuera a llover terrible mente se contemplaba la base la cual era casi que un lugar secreto para los mortifagos los que supieran entrar entenderían, planeo al rededor de la base bajando lentamente con su ave la cual guardo como si fuera reloj de bolsillo se acerco y sin tanto proceso se trasporto al ya conocedor pasillo principal de a torre, valido que todo estuviera en orden mientras se acercaba a las energías que allí estaban presentes, asomo su cabeza y observo que muchos de u compañeros se encontraban allí además de alguien desconocido hasta para ella no sabia exactamente que pasaba pero algo si sospechaba lo cual le causo mas curiosidad, miro que cada clan estaba presente lo cual ella reacciono e hizo una pequeña reverencia termino por identificar que al clan al que partencia necesitaba una profunda ayuda para que algunos magos de nivel tan alto estuvieran presentes en la sala.

 

Entre esos estaba sagitas una vieja conocida para ella y su familia en particular, observo que algunos estaban debatiendo temas de confianza sobre el hombre que allí apareció saori no dijo mucho pues no quería tomar temas donde no seria tomada su opinión simplemente espero observando aquel portal inmenso y abierto de manera espectral. - creo que la aventura comenzó - dijo saori abriendo sus ojos viendo como sus compañeros entraban ella entre brincos arribo hacia el portal -Los espero mas allá .- la aventura había comenzado y ala asiática estaba preparada para todo pues tenían un guía que al parecer tenia un conocimiento amplio del tema .

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  • 4 semanas más tarde...

Sintió que le miraban buscando con mirada, pero no vio a nadie bajo su máscara, pasando a través del portal, llegando a un lado desconocido. Se apuró a explorar el lugar, ya que podría haber alguna clase que individuos no esperados muy cerca, se alejó del grupo. Penosamente llegó hasta la cumbre de una pequeña loma y desde allí contempló el panorama. No se veían árboles ni arbustos: únicamente una gris extensión de musgo, apenas interrumpida por algunas rocas, lagunas y arroyuelos; asimismo grisáceos. El cielo también era gris. No había ni el menor atisbo de sol. No tenía la menor idea de dónde estaba el Norte y no se acordaba del camino que había seguido para llegar allí la noche anterior. Pero no estaba perdido: lo sabía. No tardaría en llegar a la región que se había acordado. Tenía el presentimiento de que debía de hallarse a la izquierda, no muy lejos de allí…, tal vez detrás del próximo otero.

Avanzó hacia la izquierda. De vez en cuando se detenía para comer bayas. Tenía el tobillo entumecido más que antes, no era nada comparado con las agudas punzadas del hambre. El vacío que sentía en el estómago parecía roerle las entrañas. Al fin, ni siquiera pudo fijarse en el camino que tenía que seguir, pero en ese instante no le importó nada más que un arbusto de bayas, las cuales tomó entre sus dedos y cortándola de tajo con sus uñas para luego engullírselas en su boca, estas no aplacaron su hambre: solo servían para llagarle la lengua y arañarle el paladar con su aspereza y su sabor amargo.

Al atardecer, siguió un riachuelo de aguas cenagosas que discurría entre juncales. Asió un manojo de juncos con mano firme y a ras de tierra, tiró de él y lo arrancó con su raíz. Era esta un pequeño y tierno bulbo en el que se clavaron sus dientes con un sonoro crujido que pareció una deliciosa promesa de comida. Pero el bulbo era duro. Estaba formado por haces de filamentos correosos saturados de agua como las bayas, y no tenía ningún valor alimenticio.

Examinó en vano todas las charcas. Al fin, cuando empezaba el largo crepúsculo, vio en una de ellas un pececillo solitario. Hundió en el agua el brazo hasta el hombro, pero el pececillo de 5 metros de largo no pudo escapar y quedó inmóvil entre sus zarpas y dientes de su rostro, las cuales sumergidas lo sacaron del agua mientras aleteaba por ultima vez su cola, hasta que las fauces cerraron y esta cayó salpicando unas tantas gotas de agua sobre la arena. Luego se alimentó de este. El dulce sabor de la carne, leve y fugaz, casi como un recuerdo, lo enloqueció. Apretando las mandíbulas, trituró los huesos, rompiéndolos, machacándolos hasta convertirlos en una masa que engulló. “Un día hermoso”, pensó.

Usando sus habilidades naturales olió en el ambiente y notó al grupo que no se encontraba tan lejos, ya que su aroma era tan conocido para este y a su vez le lleno de sorpresa ya que no esperaba que fuera tan fácil encontrarlos; si el lo hizo quien más podría hacerlo, eso le alerto y apresuro su paso hasta alcanzarlos.

Los viajeros se encontraban en una región para él desconocida, donde abundaban los lobos. Los aullidos de estas fieras se oían con frecuencia en aquellos desolados parajes. Una vez, en el curso de su marcha, se encontró con un grupo de tres, que huyó al verlos. Observó sus meandros entre las tétricas y peladas colinas, más sombrías y desnudas, más achaparradas que todas las que había encontrado en su camino hasta entonces. Lenta y deliberadamente, sin la menor excitación, solo con un ligero interés, siguió con la vista el curso del río desconocido en dirección a la línea del horizonte y advirtió que sus aguas se vaciaban en un mar resplandeciente. Pero tampoco le impresionó este cuadro.

Oyó unos pies que se arrastraban a su espalda y a esto siguió un estertor ahogado, una tos. Muy despacio a causa de su extraordinaria debilidad y del entumecimiento de sus miembros, se volvió del otro lado. No vio nada en las proximidades, pero esperó pacientemente. Oyó de nuevo el estertor y la tos, y entre dos rocas que estaban a menos de seis metros distinguió la gris silueta de la cabeza de un lobo. Las puntiagudas orejas no estaban tan erguidas como las de los lobos que había visto anteriormente. El animal tenía los ojos legañosos y encarnizados. La cabeza parecía colgarle sin fuerzas, con expresión desolada. Aquellos ojos, heridos por los rayos del sol, pestañeaban continuamente. Sin duda, el lobo estaba enfermo. Mientras le miraba, resopló y tosió de nuevo. Este se quedó mirándole y no hizo nada por el momento.

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  • 2 semanas más tarde...

Bienvenidos nuevamente

Con motivo de la inauguración del nuevo foro y para que nos vayamos re-adaptando al área rolística (en este caso) de La Marca Tenebrosa, vamos a habilitar nuevamente las inscripciones para quienes quieran adquirir un conocimiento. También extenderemos la aventura para que todos puedan completar sus 5 roles. Por lo tanto:

INSCRIPCIONES CERRADAS
Recuerden que los inscriptos pueden rolear en esta aventura hasta su cierre

por una excepción debido a la migración del foro.

Voy a repetir los requisitos para adquirir el conocimiento:

Misión -Encontrarse con el Trovador y emprender el viaje a las colinas escocesas.

-Crear, son ustedes dueños de darle a esta historia la dirección que ustedes deseen.

-Utilizar el conocimiento que les corresponde, de ser posible marcarlo con negrita para facilitar la lectura del mismo.

-Deben tener al menos 5 roles utilizando su conocimiento de clan.

-Lean la ficha de los jefes de los clanes para una historia más enriquecida.

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Les traigo un pequeño resumen de los roles hasta ahora:

El trovador ha revelado la ubicación de Il Santo a los líderes de los tres clanes y se ha ofrecido a guiar a los fieles miembros de cada clan para el encuentro con el mago tenebroso.
Los líderes abrieron un portal Nox hacia las colinas siendo el Trovador el primero en marcharse seguido por Eterno.
Crazy fue el primero en partir a través de su propio portal, no sin antes dialogar unas palabras con el jorobado. Sagitas, Shelle y Saori también llegaron al encuentro con los clanes y deben atravesar el portal.

Crazy: En las colinas escocesas después de tanto buscar en una oscura noche con sus ojos bestiales encuentra a lo lejos un punto rojo rodeado por otras figuras, decide aguardar por refuerzos.
Eterno: Tras atravesar el portal se aleja del grupo y emprende su ruta hacia la izquierda donde supone que se encuentra el sitio acordado. Tras avanzar y alimentarse de bayas en el camino se encuentra con un lobo (o un hombre lobo?) desahuciado.

 

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¿Qué encontrarán en las colinas?

Ayúdennos a averiguarlo.

@Eterno Black Triviani@Saori Rambaldi Ragnarok@Lady Luxure Grindelwald

@Kamra Ashryver D.@Crazy Malfoy@Anne Gaunt M. @Sagitas Potter Blue

Editado por Dana Gryffindor

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