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Prueba del Libro de Hermes Trimegisto - Marzo 2021


Badru
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La fuente de la bruja anciana en aquel antiguo poblado africano parecía ser el centro del escenario. Badru había transportado a sus pupilos para que conocieran de primera mano lo que estaba al alcance del Fuego Compacto y sus diferentes formas de uso. Ahora era momento de que tanto @@Nathan Weasley como @@Darla Potter Black fueran capaces de utilizar y aplicar los conocimientos del Libro de Hermes Trimegisto en aquella importante prueba.

 

¿En qué consistiría? Muy sencillo. Ambos deberían combatir a duelo con la importancia de utilizar, principalmente, los nuevos hechizos aprendidos durante la clase. Badru estaba satisfecho, ciertamente, y su mirada oscura y profunda de color negro los observaba a unos cuantos pasos del lugar. Para fortuna de los tres presentes y también de los pobladores del lugar, el sitio se encontraba parcialmente desierto. Eso permitía que en caso de desearlo, sus pupilos podrían utilizar el amuleto del dragón para luchar a lomos de uno, ¿se atreverían a aquello?

 

Para darle otro condimento al duelo esperaba que así fuera.

 

- - -

 

REGLAS DE LA PRUEBA

  • No existen los límites de tiempo entre respuesta y respuesta. Por tanto, la regla de hechizos impactados desaparece.
  • Duración del duelo: Del 15 al 24 de marzo.
  • Nos guiaremos por las reglas Nuevas de duelos existentes.
  • Lista de Hechizos (con especial énfasis en el Libro de las Hermes Trismegisto)
  • Están prohibidos los Off y las ediciones. Consultas, dudas o sugerencias, al topic de Dudas.
  • El escenario deben complementarlo ustedes, y si quieren usar el dragón, deben llamarlo en el turno 1.
  • Importante: en el turno 3, 6, 9, etc, el dragón se moverá tanto que no podrán acertar hechizos que requieran puntería. Si desean no utilizar el dragón, quien no lo use también tendrá problemas de puntería en esos turnos (ya que al moverse tanto el dragón, será difícil acertar al mago/bruja).
  • Por si acaso, los dragones no atacan ni nada por el estilo, es más que nada un uso rolístico para romper la monotonía.
Editado por Sagitas Potter Blue
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PP: 60

 

La pelirroja escuchó con atención lo que el guerrero les explicaba y luego observó el lugar en donde estaban, las chozas comenzaban a diez metros de la fuente central, conformando un octógono muy extraño en realidad. La piedra y el agua que había en la fuente a cinco metros a su izquierda brindaban un reflejo muy particular gracias a la luz del sol de la media mañana.

 

Darla no estaba muy segura de cuál debía ser su primer paso en aquella contienda que iniciaba. Habían pasado ya muchas lunas desde la última vez que había enfrentado a un rival en su búsqueda de obtener los conocimientos de un libro y además si debía de ser sincera, no conocía el nivel de duelos de Nathan, pero no dudaba de que podía llegar a ser superior al de ella, que hacía años no practicaba.

 

Quizás por esa misma inseguridad o tal vez solo por el gusto de volver a volar en un colacuerno húngaro la Potter Black acarició el Amuleto Dragón en su cuello y le preguntó al dragón «¿Vienes? ¿Me llevas contigo en un vuelo sobre la aldea?» Algo similar a una carcajada llegó hasta sus oídos y la criatura descendió en picado hasta donde ella estaba. «Arriba chupasangre, te enseñaré lo que es pelear sobre un dragón.» Darla lanzó una carcajada y de un salto se subió sobre el lomo del dragón que se elevó batiendo sus alas tras dar un rebote con sus patas haciendo retemblar todo el lugar.

 

Una vez en el aire la bruja observó a su compañero ¿elegiría como ella volar sobre un dragón o iría desde tierra? Sería un encuentro interesante, no se podía negar. ¿Y cuál sería la estrategia más acertada en este caso? Dudo unos segundos, quizás fuera muy convencional y de hecho no era lo que ella típicamente haría pero

 

Ignea Maxima pronunció con claridad mientras con la zurda se sostenía del dragón y en la diestra movía su varita de la cual, tras la invocación surgió una lluvia de polen de lirios de fuego que la rociaron, confiriéndole inmunidad contra cualquier fuego durante los siguientes dos turnos de hechizos.

 

Poco valiente para su gusto, pero estaba segura, de que aunque le consumiera parte de sus puntos de poder el mago querría en algún momento probar suerte con aquel hechizo, y no podía negar que si quería aprobar la materia, ella también. Solo bastaba esperar qué es lo que se vendría. Observó desde el cielo la aldea, a unos diez metros bajo sus pies e hizo lo que debía haber hecho desde un principio, dedicarle un gesto de saludo a Nate.

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PP: 60

 

Una vez más había llegado la hora de batirse a duelo para probar sus conocimientos acerca de la magia del Pueblo Uzza. En cuantas ocasiones el Weasley podía recordar, siempre lo había hecho con los mismísimos Guerreros o, en una insólita ocasión, contra su propia abuela encarnada por una suerte de espíritu a beneplácito de la magia del instructor de entonces. Ahora, sin embargo, combatiría contra Darla; no estaba seguro de qué prefería, exactamente, aunque una no tan callada voz dentro de sí le murmuraba insistentemente que probablemente ella ganaría la batalla. Cuándo no, pensó, su propio subconsciente desganándolo.

 

Habían vuelto al pueblo que había perecido y resurgido bajo la magia del Fuego Compacto. Se encontraban ahora en los tiempos posteriores a su refacción, puesto que la pétrea estatua de la mujer a la cual se le asignaba la reconstrucción del pueblo se erigía a metros suyo, interpuestra entre él y Darla. Varios metros hacia afuera, las chozas de los habitantes del pueblo (cuya presencia aún no habían anunciado) se disponían en un octágono que luego se replicaba excéntricamente, perdiéndose a veces entre los árboles que sabían crecer en medio de aquella pequeña civilización.

 

A pesar de que el sol ya se había asomado por el horizonte, el césped aún estaba frío y húmedo por el rocío de la madrugada, rozándole justo por encima del tobillo. Su superficie casi perfectamente lista era interrumpida por una suerte de rocas, todas menores a un litro en volumen, dispersas por aquí y por allá que quizá pudieran serle de utilidad en algún momento del duelo. Para su sorpresa, sin embargo, Badru tenía otros planes. Nathan no dudó en imitar a darla y acarciciar su Amuleto Dragón para una vez más vincularse con el dragón que el Uzza había dispuesto para él: no estaba seguro de qué beneficios o desventajas podía traerle el tenerlo en el duelo, pero cuánto más interesante sería hacerlo en el lomo de uno.

 

La criatura se alzó en vuelo hasta mantenerse con una gracia impropia de una criatura de su tamaño a diez metros sobre el cielo. Nathan observó como Darla se cubría con una lluvia de polen de lirios de fuego que la protegería de cualquier fuego, para luego dedicarle un gesto a manera de salud que el correspondió con un asentimiento y una sonrisa. No estaba seguro de quién ganaría el combate pero, para serse franco, sus propósitos iban más allá de ganar o no.

 

Mutis – pensó, y un rayo verde-amarillento salió disparado de su varita en dirección a Darla, quien estaba a poco menos de ocho metros de distancia de él. De impactarle, aquel rayo le impediría pronunciar encantamientos verbales por un tiempo, limitando severamente su arsenal de ataque. Ciertamente, podía pensar en otros hechizos a utilizar, pero sabía que su aprobación de la clase dependía fundamentalmente de demostrarle a Badru su manejo de la magia del Libro de Hermes.

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PP: 60

 

La Potter Black notó el gesto de Nathan cuando acariciaba su propio amuleto dragón y no pudo evitar sonreír. «Fuego contra fuego», murmuró la vampiresa para obtener una simple respuesta del dragón «Nosotros no nos atacaremos, tú tendrás que demostrar que sabes y no equivocarte como la última vez», la voz del dragón había surgido nítida y la vampiresa no pudo evitar fruncir el ceño . «¿Equivocarme?», preguntó sorprendida pero el dragón respondió con una clara evasiva: «No diré más.»

 

La pelirroja no tuvo tiempo de pensar más o mejor dicho de indagar con el dragón, ya que su compañero acaba de lanzarle un rayo verde amarillento por lo cual la bruja se preparó a defenderse cuando el dragón tosió. ¿Cof Cof? ¿Era en serio? Pensaba la bruja mientras extendía su zurda para invocar una daga con el Kansho que movió con velocidad frente a ella y ésta absorvió el rayo que le lanzara Nathan y devolviéndole al mago el Mutis qué le había lanzado, los ojos de la bruja siguieron el recorrido del rayo verde amarillento hacia su lanzador original, esta vez sería él quien quedaría incapacitado para cualquier hechizo verbal si le impactaba.

 

«Es hora de que aprendas a hacerlo bien, presta atención o no podrás durar mucho más», gruñó el dragón haciendo que la pelirroja asintiera en silencio, mientras presionaba suavemente sobre el lomo del dragón sus piernas recubiertas por el ya no tan blanco pantalón cargo y sus botas.

 

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