Resurgiendo de las cenizas

[Luna Gryffindor Delacour]

Luna Gryffindor Delacour- Empleada del Departamento Auror de Gran Bretaña

¿Más sanación? ¿hablaba enserio? nunca había dudado de la Diosa de Avalon, pero siempre me había sentido una farsante en cuanto a ser sacerdotisa se refería ¿y ahora Darla pensaba que yo podía traer más vida e incluso sanar mucho más? negué con la cabeza confundida y algo avergonzada, eran en esos momentos que agradecía ser vampiresa al menos así no me verían roja como un tomate de la vergüenza que me dio que confiará en mí para esto, pero su confianza fue como una luz en un túnel sin salida, estaba segura que podría con aquello y no solo porque tenía su ayuda, si no porque tenía algunos conocimientos que podrían sernos utilices para tal fin o al menos, pensaba que podría usarlos sin que causara mucho revuelo o hicieran investigaciones al respecto. 

 

- Estamos la una para la otra, para lo que sea y siempre será así, en cuanto a ayudar a sanar y traer vida, te confieso que si bien se que la Diosa de Avalon me eligió para tal fin, nunca entendí porque lo hizo, creo que es mi forma de reivindicarme o algo por el estilo, tampoco se como podría usarlo a mi favor, de hecho tampoco se si podría usarlo, me supongo que hay algunos hechizos o cosas que podría hacer para ayudar, pero no sé si soy la más indicada para eso, solo si ella me lo permite claro - Le dije sonriéndole amablemente y feliz por su idea, aunque algo avergonzada al mismo tiempo - 

 

Ante la idea de que usará el anillo para oídos indiscretos, lo pensé mucho más que mi respuesta anterior, ¿podríamos hacer eso? ¿estaba volviéndome loca? no entendía de donde venía ese miedo pero allí estaba y dicho sea de paso, no podría ser tan malo ¿no? además así podríamos preservar la seguridad del ministerio e impedir que cualquiera pudiera escucharnos, si era una muy buena idea, aunque no sabía si serviría de algo, porque no sabía si alguien querría oír nuestra conversación. 

 

- De hecho si puedes usarlo, me gustaría que si lo hicieras, lo siento, es que estoy algo paranoica con todo lo que pasa y demás, es mejor cuidarnos por si las dudas, por eso elegí un lugar alejado del cuartel de Aurores y de nuestro ámbito natural, además cambiar de aire un poco no esta tan mal ¿no? al menos a mí me gusta reunirme en diferentes lados todo el tiempo y casi nunca repito lugar de reunión, excepto claro que sea en la Mansión Gryffindor - Le dije guiñándole un ojo divertida - 

 

Se sintió feliz de que confiara en ella, no era común que confiarán en sus capacidades mágicas de esa manera y si bien sabía que podría ser una gran bruja cuando quería, siempre se había tirado a menos, así que nada le puso más feliz que su amiga confiará en ella, se preguntó si realmente tenía razón y si ya iba siendo hora de mostrar su carácter y hacerse valer, no siempre iban a estar todos para defenderla, así que la bruja iba a tener que aprender a hacerlo sola, a los golpes si, pero aprendería con el tiempo al menos, esperaba que así sucediera más temprano que tarde, sobretodo ahora que no tenía a su papá para protegerla como siempre había sido.  

 

- Pues si tienes razón, tengo que hacerme valer no siempre estarán tu o mi papá para defenderme ¿no?, no se si seré jefa o directora, aunque me gustaría el puesto no te digo que no, no sé si tendría lo suficiente como para serlo, aunque si se presentará la oportunidad no diría que no por supuesto, pero no sé, también estas vos  y seguro que sabrías llevarlo mejor que yo, no se sí tendría lo que hace falta para el puesto, pero si sería lindo volver a ser jefa aunque sea, no te digo que no me gustaría serlo, debo hacerme valer y que respeten mi lugar, al fin y al cabo, me lo gané a pulso y metiéndome en todo siempre, era la pequeña mancha en su zapato ¿lo sabías? - Le dije divertida recordando cuando siempre que había algún lío estaba metida en medio, tanto para cuidar a todos como para impedir que se lastimé alguien -

 

- De hecho no, prefiero la tranquilidad y que nadie me vea pasar, no se porque me paso eso desde aquel día, pero así es, lo cual es raro ¿no? no solía ser así pero en fin... las circunstancias cambian a todos todo el tiempo y supongo que ese día crecí de golpe, fue un crecimiento de prepo casi, a los golpes pero aprendí mucho - Susurré para que solo ella lo escuchará, pensando en lo del anillo para que nadie escuchará sería una buena idea para lo paranoica que estaba en esos momentos - 

 

No tuvo tiempo de comentarle más nada y la palmada que me iba a dar mi amiga en señal de apoyo quedo suspendida cuando un mago medio desaliñado entro al lugar, no tuve que preguntar quien era, ya sabía que había llegado, lo miré asustada y preocupada por su salud más que por otra cosa, ¿qué le había pasado? ¿por qué estaba así? aunque a juzgar por sus pintas solo se había quedado dormido o eso era lo que deseaba pensar, pesé a que la bolsa que tenía en su mano le hacía darse cuenta que seguro era un atracón por comida o algo por el estilo, eso era normal en su trabajo y a veces pasaba, a ella no porque se controlaba todo el tiempo, pero había visto a colegas que si les pasaba bastante a menudo.  

 

- Sean que alegría verte pero ¿estas bien? ten cuidado muchacho, eso que comes puede caerte mal y más si te das un atracón ¿si? solo ten cuidado ¿de acuerdo? es que si me estaba diciendo Darla de que alguien debía de hacerse cargo y no sé quien podría ser, además de que tenemos un caso de virus muy raro que ya infecto a alguien en San Mugo que necesita atención urgente - Le informé rápidamente con mi repique de campanas más alto de lo habitual, como siempre me pasaba cuando me entusiasmaba demasiado por algo - 

 

Casi me largo a reír cuando Sean dijo que le confería el poder a Darla de nombrar los cargos departamentales, no porque no creyera que su amiga pudiera hacerlo, si no por la forma graciosa que tuvo de hacer aquello, haciéndose la señal de la cruz y toda la historieta, de veras que Sean era un mago extraño, muy bueno si, pero algo extraño por demás, le caí bien y la mayoría de las veces sentía la necesidad de protegerlo, no sabía bien de que o de quien, pero así le pasaba siempre, parecía algo perdido y se preguntó si eso ya era un rasgo de su personalidad, lo mismo que lo despistada que ella solía ser siempre para todo. 

 

- Bueno ahora que Darla puede nombrar a las personas del departamento me pido ser bufón de aquí, bueno en realidad no creo que pueda hacer muchos chistes, nunca fui muy buena para hacerlo de hecho, pero nada me pone más feliz que estén ambos aquí, enserio que no se que haría sin ustedes, el departamento de Aurores sería un verdadero caos, de verdad que sí - Les confesé haciéndole una broma a mi amiga al principio y terminando confesándoles aquello que pensaba desde hacía tiempo atrás, que sin ellos el departamento no sería así de eficiente y bueno -

 

- Tenemos un caso de enfermedad grave, todo se origino en Wuhan, un virus muggle que esta matando a las personas y a las que no las mata las deja con secuelas feas, el problema es que ya hay alguien en San Mugo infectado con este virus, lo aislaron y no se sí nos dejen entrar allí pero pensábamos con Darla en ir, quiero saber que esta sucediendo,  en el mundo muggle ya varios se encerraron y deje de ver a mis amigos por este virus, están diciendo algo de una cuarentena provisional, pero no esta nada claro todavía y no se sabe nada aún, por lo pronto, creo que si ya tenemos 1 infectado esa persona podría propagar el virus y sería letal, por otra parte, en el profeta desestimaron el bicho esté raro desestimando que pudiera llegar acá, pero ya llego y esta en San Mugo, ¿comprendes el problema? a nadie le importa demasiado y tengo miedo que todos terminemos enfermos, se que estábamos más avanzados, pero me enerva ver como piensan que no pasará nada, por Merlín Santo, ¿qué no entienden que hay gente muriendo? se que a nadie le importa mucho los muggles pero a mí si y quiero ayudar, hacer algo, así que decíamos de ir a San Mugo para saber que paso, preguntar y eso, espero que nos dejen pasar y nos den la información ¿no? - Le explique a Sean, sintiendo que quizás no pudiéramos hacerlo, pero teniéndonos fe de que debíamos de intentarlo al menos, la seguridad de todos dependía de ello -

 

Terminada mi exposición me quedé callada esperando que tanto Sean como Darla me dieran su idea, sabía que quizás podría parecer paranoica pero tenía una corazonada y además si ya habían aislado a alguien ¿no se supone que eso era grave? que ella supiera jamás en al historia de San Mugo aislaban a nadie así que sea lo que fuera esto podría ser más grave de lo que el director de la salud, los periodistas y hasta varios expertos decían, sobretodo porque ya en el mundo muggle se estaban tomando medidas, la pregunta era ¿por qué en el mágico no? ¿qué nos impedía hacer lo mismo y preservarnos a todos? la respuesta era clara: teníamos a unos medimagos que no confiaban en que fuera peligroso, cuando en realidad si que podía serlo, así que nadie parecía tomarlo enserio, pero si que el virus esté podría ser mortal y mucho me temía que no supiéramos pararlo a tiempo, esto nos excedía a los tres y a todos, pero teníamos que ayudar de alguna manera e impedir que más magos estuvieran enfermos o muertos como les estaba pasando a los muggles a cada hora. 

[Sean -Ojo Loco- Linmer]

No tuvo que demorar mucho para que Luna expusiese el verdadero motivo...aunque no se me escapo que sonriera ante mi pantomima al nombrar a Darla la jefa de los nombramientos. Y es que hasta a mi me hizo gracia. Mejor sonreir que las miradas que me lanzaron cuando entre...algo sorprendidas...acaso tenia una mancha en la cara???. En fin, mejor centrarme ya en el asunto..que me vino como anillo al dedo. Y de hecho ya mi cabeza comenzaba a espabilarse y mis neuronas a correr a mil. O sea no estaba en este cargo para hacer de bueno ante los demas sino para tomar las medidas necesarias para paliar una crisis...aunque algunos huevos hubiese que romper.

-Luna tiene razon....no debemos confiarnos y si....prepararnos para lo que este virus pueda causar y protegernos en consecuencia..nuestra comunidad lo merece -me acomodo mientras trato de hilar mis pensamientos- aunque quien sabe y pueda ser una oportunidad. Hay rumores de que los muggles hablan de pandemia...y la verdad preferiria que se enfocaran mas en eso que en nosotros.

Claro ahora mismo tambien venian a mi mente otras opciones mas audaces....pero aun no queria hacer de martir y morir quemado en la hoguera. Como buen politico siempre tendria que dar una de cal..y otra de canto....o como en otros lados se decia...en una mano la zanahoria y en la otra el garrote. En fin....que habia que estudiar mejor el tema....y de que forma sacarle partido.

Por mi parte ahora mismo tenia en mente....si visitabamos San Mungo...pues crear una una linea de trabajo para generar una cepa mas contagiosa...y exparcirla...asi  los muggles comenzacen a temer mas al virus que a los magos...mientras que otra linea de trabajo se centrase en un compuesto que erradicase el bicho. Asi cuando nos apareciesemos a ayudar...seriamos los heroes...y si a eso añadiamos un poco de estracto desmemorizador...regresar a condiciones favorables para modificar el Estatuto secreto de la Magia sin ser tan violento con ambas comunidades. Que moririan algunos muggles por el contagio...pues si....es probable...pero el bien mayor al final del tunel....pues parecia mejor para todos...muggles y magos.

Evidentemente conocia la postura que tomarian mis colegas sobre el asunto..y si...podria parecer un desalmado sin corazon....pero no estabamos en una situacion tranquila..basicamente estabamos en guerra...y pues por triste que pareciese...habia bajas...basicamente en mi condicion preferia minimizarlas. Asi que ya edulcoraria la pildora a medida que trabajcemos en eso.

-Asi que Luna si vas a San Mungo...pues me voy contigo....quiero ver como estan las cosas sobre el terreno.

 

 

[Darla G Dumbledore]

 

Pensaba en las palabras de Luna, ella veía su elección como sacerdotisa como una reivindicación, ¿de ser vampiro? Si fuera por eso ella, que no había elegido esa condición, pero que sí había elegido su lugar en el clan de los oscuros desde el primer día en la Orden, seguramente necesitaría  muchísimo más que eso para reivindicarse alguna vez en su vida.  

 

Activar el anillo contra oídos indiscretos apenas se lo pidió había sido algo casi automático,  negó ante el hecho que la joven no se sintiera preparada y quisiera pasar desapercibida, tampoco era que un jefe o director necesariamente debiera estar al frente y a la vista de todos, iba a decírselo cuando había entrado Sean

 

Por lo que siguió y por no poder darle su apoyo era por lo que quizás  se sentía ahora arrepentida de haber extendido la magia hacia Sean. Lo primero que le preocupó fue que él le diera la razón, los cabellos de la nuca se le erizaron, si tuviera el falsoscopio con ella estaba segura que estaría chillando hasta dejarla sorda y si llevara el anillo detector de enemigos su dedo estaría ardiendo bajo su advertencia. Y sus palabras siguientes, tras su leve estiramiento cuyo tronar de dedos sonó a sus oídos como una metralleta preparándose a disparar, ratificaron lo que ella pensaba.

 

El té estuvo a punto de volar sobre la cabeza del Linmer en el preciso momento en que realizaba la señal de la cruz sobre ella. Puso los ojos en blanco y se contuvo, tuvo que hacer un gran esfuerzo para ello, aunque no podía negar que aquello tenía sus leves ventajas , entre ellas el nombrar directora del cuartel auror a Luna, por lo cual se pensó muy bien sus siguientes palabras. En el fondo se sentía un poco agraviada tras ese gesto burlón hacia ella de “bendecirla” con la capacidad de nombramientos, cuando ese puesto era claramente mejor para su primo.

 

—No eres bufón —susurró con gesto tierno, cosa que habitualmente no surgía de ella ante cualquiera —eres la  nueva Directora del Cuartel Auror más bien, o si prefieres la Jefatura, pero no pondré a nadie sobre ti —agregó con suavidad luego que ella expusiera todo lo del virus a Sean.

 

La respuesta de Sean esta vez fue más seria y ello en cierta forma la hizo respirar, por un momento se preguntó de dónde le salía esa calma y coherencia. Interiormente se preguntaba en dónde estaría la trampa, él se estaba ofreciendo para ir personalmente con Luna a San Mungo. Darla rozó sus rodillas con los pulgares, inquieta, humedeció sus labios, podía sentir que algo se le escapaba. Una idea pasó por su cabeza, seguramente había quién la pudiera ayudar a ver lo que escapaba de su no tan inocente confianza en Sean.

 

—Si tú vas con ella yo podría aprovechar a encontrar a tu cuñado, quizás Matt me podría ayudar con esta nueva misión que me has encomendado —comentó hacia Sean, pensando en que su primo podría ayudarla a entender qué le pasaba a su madre y con qué exactamente estaba lidiando al tener a Sean dándole órdenes a todo el mundo mágico en nombre de la Potter Blue.

[Luna Gryffindor Delacour]

Luna Gryffindor Delacour- Jefa del departamento Auror de Gran Bretaña

Suspire pensando que todos se habían vuelto locos pero en el fondo agradecía la confianza que tenían en mí, recordó cuando antes había sido directora y arrugó la nariz confundida, no quería tener ese peso de nuevo en sus hombros, así que se decantó por algo menos arriesgado que eso, esperando que eso me diera tantas alegrías como la anterior vez que lo había sido hacia ya tiempo atrás.

 

- Quisiera la jefatura de Aurores si puede ser, no sé si este lista para ser directora, lo fui una vez y me encantó serlo pero era demasiada responsabilidad y yo... Quiero pasar tiempo en casa, la familia me necesita y siendo directora no tendría tanto tiempo, así que prefiero ser jefa si puede ser - les dije a Sean y mi amiga Darla sonriendo feliz de haber tomado una decisión al respecto -

 

- Bueno Sean si trabajaremos juntos necesito que seas responsable, no puedes andar comiendo cosas que te hagan daño o bebiendo en el trabajo, necesito que te enfoques en salvar a la mayor cantidad de personas posibles, no sé cómo le haremos pero empezar con San Mugo no nos vendría mal no creen? - dije observando a Sean indecisa de si tendría lo necesario y suspirando dirigí mi mirada a Darla sonriéndole amablemente, si ella tenía algo que hacer yo no me opondría en ir con él - 

 

- Esperen ¿Cómo que el cuñado de Sean está perdido? Pobrecito ¿estará bien? Saben ¿Dónde está? Por cierto ¿Quién es? - Pregunté a la carrera con mi repique de campanas más alto de lo habitual - 

 

Me pregunté si no me estaría metiendo en un tema privado de mi amiga Darli y Sean, no quería ser metiche, tan solo era mi forma de intentar ayudarles de alguna manera y me asombraba que recién me enteraba, si hubiera habido alguien perdido supondría que lo sabría tiempo atrás o quizás era solo algo familiar y no querían mucho revuelo al respecto, mi curiosidad se basaba sólo en el cariño que le tenia a mi amiga y en la idea de ayudarla como pudiera, era buena para rastrear y quizás podría usar eso a mí favor, tanto para ayudar a Darla como para saber qué había pasado con ese virus raro que mataba a todos y que nadie sabía que otros efectos podría tener, tan solo esperaba poder ayudar de alguna u otra manera. 

 

-En algo tiene razón Sean, con los muggles enfocados en la pandemia mundial no nos notaran y tampoco sabrán que investigaremos también tienes razón en que debemos de cuidarnos de alguna manera, llevemos protección o máscaras por si las dudas, por cierto tengo ganas de ir también a lugares muggles, hospitales, no sólo en el mundo mágico pasa esto, así que me temo que tendremos que patear la ciudad amigo mío - Le dije a Sean palmeándole la espalda para darle ánimo con la difícil empresa que teníamos este día - 

 

No les dije a ninguno de los dos que estaba asustada con lo que pasaba en el mundo, tampoco les confesé que no había querido ser directora porque eso me recordaba a papá, así que cuanto más lejos estuviera de ese puesto era mejor para mí, al menos de momento eso era lo que pensaba, aparte si este virus era tan letal como había leído, el director del departamento tendría un arduo y duro trabajo por delante, casi tanto como él que tendríamos Sean y yo en pocos minutos más. 

Editado 26 de Abril del 2021 por Luna Gryffindor Delacour

[Sagitas E. Potter Blue]

Había recibido el mensaje. Bueno, yo no directamente sino que Babila se las había ingeniado para hacerme llegar uno que, esperaba, fuera dirigido a mi persona. Era una petición de reunión que firmaba Luna, mi antigua amiga Luna (¡ojalá que aún siguiera siéndolo a pesar de que lo que nos unía, el bando elegido, ya no fuera el mismo), para hablar sobre aquel virus muggle que se extendía por todo el planeta, como una manta venenosa. Temblé y dejé de leer la misiva para sujetarme los brazos y mirar por la ventana.

Lo que me temía..., había llegado. Aquello que había visto en visiones, ya estaba aquí.

Temblé de nuevo y me senté en el borde de la cama, a punto de llorar. ¿Podría estar segura que era ésto lo que había visto en mi visión? ¿No sería otra cosa? Me negaba a creer que aquella profecía en la que veía una peste extenderse por todo el mundo, por todas partes, sin respetar razas, sexos, comunidad mágica o muggle, llevando a la muerte a millones de millones de personas, era ésta. Tenía que negarme a creerlo. No podía soportar recordar aquellas nubes grises de cenizas que cubrían el cielo, en un intento desesperado de quemar todos los cadáveres para evitar que se dispersara más y más aquel virus letal, no podía soportar ver los cadáveres de mis seres queridos, lejos de mi alcance, sin poder despertarlos con mi poder de Nigromancia porque, en aquel futuro, no dejaban a nadie acercarse a ellos. No...

No podía creerlo.

Y, sin embargo, me había recluido en mi mansión, presa del miedo, incapaz de reaccionar. Bueno, no del todo, había hecho algo. Había descubierto dónde podía encontrar una menos que posible solución (pero no podía dejar de investigarlo, si era necesario) y lo había arriesgado todo, para intentar evitar aquel futuro que parecía estar ya en el presente.

-- No puede ser...

Volvía a refugiarme en el terror de mis visiones en vez de luchar, como lo había estado haciendo los meses antes. El miedo había hecho mella en mis decisiones, muy discutidas por todos, y ahora me recluía en mi habitación de la Potter Black, sin querer hablar con nadie. Pero no podía permitir pasar más días así. Sabía que Sean se estaba adueñando de mi Ministerio sin que yo pusiera pegas, le estaba dejando adquirir más fuerza y más poder, dejándome como una mera pusilánime. Pero...

¿Y si por salir yo también lo cogía?

Tenía que arriesgarme, tomar de nuevo las riendas y proseguir lo que había empezado a hacer, aunque no le gustara a la mitad del pueblo. Eran medidas dramáticas pero... yo sólo sabía que eran necesarias. Y más si ahora, el virus muggle empezaba a entrar en nuestro mundo mágico.

Debía volver.

Pero seguí en la cama, sollozando por dentro, abrazada a mí misma y rogando a la Diosa para que me diera fuerzas para seguir, para lenvantarme, para salir y para enfrentarme, con todo y con todos. Como una Ministra debía hacer.

Entonces recordaba mi conversación con Matt, mi hijo Matt Blackner y me moría de nuevo, sin atrever a moverme de la mansión, rememorando lo que habíamos discutido. ¡¡Maldita sea!! ¿Por qué nadie aceptaba mis órdenes sin pedirme explicaciones? Era por el bien de todos, aunque no lo pareciera. Eran por un Bien Común. ¡Eran necesarias para salvar a la mayoría de magos de inglaterra!

¡Necesarias para salvar a mis hijos y no verles en aquella niebla gris de ceniza!

¿Sería capaz de levantarme y actuar o me quedaría escondida en aquel cuarto, mirando como se acercaba el futuro que yo (esperaba que algunos más) habíamos predicho.

[Matt Blackner]

Cerré la puerta a mi espalda, despacio. El despacho, iluminado por una luz tenue, traía recuerdos de tiempos mejores. Donde las risas plagaban el lugar, la familia era sinónimo de Accidentes y estábamos unidos. Las cosas estaban más calmadas.

 

Eran otros tiempos.

 

Caminé los pasos que me separaban de la silla, deslizando la mano sobre la superficie de madera del escritorio. Cuando me senté, al fin, solté un largo suspiro, mientras cerraba los ojos, hundiendo la cabeza entre las manos un momento, antes de mirar a mi alrededor, cansado y un poco triste...aunque me negara a reconocerlo delante de los demás. Ya me había cruzado con varios magos por el pasillo, que murmuraron a mi paso como solían hacer. No me importaba. Tras el edicto de Sagitas, muchas cosas parecían cambiar, y muchos ahora lucían túnicas y capas con normalidad entre los muggles, sin entender que algunos (raro, pocos al parecer) siguiéramos prefiriendo la sencilla y práctica ropa muggle. 

 

[i]"Como hemos llegado a esta situación?[/i]" me pregunté. Recordaba perfectamente la discusión con Sagitas. Aquella mañana estaba decidido a pelearme con ella y hacerla entrar en razón. Eso....o a marcharme. No estaba dispuesto a vivir sometido a una especie de dictadura donde someteríamos a los muggles, donde nos convertiríamos en tiranos y se permitían barbaridades. No....no era capaz. Y a pesar de la discusión, me quedé. 

 

Acepté el puesto de director de accidentes de nuevo. Sagitas no me había contado nada. Seguía sin saber nada.

 

Observé mi mano, girando el anillo de casado, un sencillo aro de plata. Desconocía el paradero de mi mujer desde...no podía contar desde cuando. Y ahora, para colmo, tampoco podía contar con mi madre. Sagitas siempre había sido mi apoyo, y sin embargo, desde qeu logró ser Ministra, estaba distante. Desde qeu nos separamos en Egipto, no era la misma. No habíamos vuelto a hablar. Me rehuía, o se negaba a hablar conmigo. Por eso aquel día irrumpí en el ministerio, dispuesto a hacerla entrar en razón o a dejar Ottery sin mirar atrás. 

 

Pero fui incapaz. Era incapaz de dejar a Sagitas de esa manera, aunque no cediera en explicarme que le pasaba por la cabeza y me mantuviera en un desconocimiento absoluto de sus planes. A pesar de que seguía sin dirigirme la palabra en casa. Éramos dos completos desconocidos, pero una parte de mi pensaba que, si la dejaba...las cosas podrían acabar mal. Recordaba como Kimberly me había frenado cuando estaba a punto de tirar la puerta del despacho abajo, tratando de hacerme entrar en razón y que ayudara a qeu Sagitas razonase.

 

Pero lo único qeu había conseguido era un vacío en el pecho que me ahogaba.

[Luna Gryffindor Delacour]

Luna Gryffindor Delacour- Jefa del Departamento Auror de Gran Bretaña

Se preguntaba como iban a parar todo aquello, en esos momentos se sentía cayendo en picada y sin una salida lógica, su idea de ir hospital por hospital a ver que sucedía era buena y tener a Sean de compañero tampoco estaba del todo mal, lo que le preocupaba es que si era tan letal como decían los muggles tenían que tener extremo cuidado y no tenía ni idea de como hacer eso, se imagino que usando unas mascaras o algo así, algo que les permitiera respirar pero también los protegiera, la buena pregunta era ¿donde conseguirían aquello? porque que ella recordaba no se vendían en ningún lado y tampoco sabría donde ir a comprar la mascara, solo era una idea para protegernos a todos, porque algo le decía que si podía contra esos magos y brujas, era porque estábamos todos desprotegidos en realidad y podría tocar a cualquiera o eso era lo que empezaba a imaginarse en esos momentos. 

 

- Estaba pensando en que podría ser letal para nosotros también y podríamos tener algo para protegernos, como mascaras o algo así, no sé que sea pero no creo que debamos ir sin una protección a los hospitales, tanto por Sean como por vos Darla, necesitamos algo que nos resguarde por la única razón de que si bien es letal para los muggles, si ya hay magos infectados significa que también es peligroso para todos, así que tendremos que tener cuidado y extremar las precauciones ¿de acuerdo? - Les dije pensativa y sin estar segura del todo de mi idea - 

 

Como idea no era mala, pero llevarla a la practica era lo complicado, ¿de donde demonios sacaríamos mascaras? no tenía una idea clara de que hacer, solo supo que tenía que cuidarlos a todos, porque sea como fuera, eran sus amigos y compañeros de trabajo, quizás eran locuras suyas y se estaba extralimitando, ¿sería una paranoia de las de ella? ¿estaba volviéndome loca poco a poco? la realidad era que todo podía ser cierto, pero no por eso significaba que no haría lo que estuviera en sus manos para cuidarlos lo mejor posible. 

 

- Creo que nos faltaría más información, los diarios muggles solo hablan de que es letal y peligroso, algo nunca antes visto, algunos creen que es por profecías o cosas así, dicen que es para erradicar el mundo del mal que le hicimos y no se que más, enserio que estos muggles creen en cada cosa, cuestión que una de sus profecías hablaba de que la raza humana iba a ser invadida por una peste imposible de parar y que arrazaria con todo a su paso, así que si podemos creer en la profecía está, podría decirnos que o nos estaremos por extinguir o este virus es mucho más peligroso de lo que vemos a simple vista - Pronuncie con mi cantarina voz más alta de lo habitual, releyendo la profecía mientras arrugaba el entrecejo pensativa - 

 

Resumiendolo todo estábamos en problemas porque no podíamos encontrar una salida lógica a todo esto y si ya había 1 caso en San Mugo, ¿cuanto tiempo pasaría para que hubiera más? ¿desde cuando era tan fatalista? a menudo solía ser alegre y feliz y siempre encontraba soluciones a todo, pero en aquel momento no veía una salida clara, esto excedía mis conocimientos mágicos y además no sabia como nos podría afectar en realidad, además estaba preocupada por mis amigos muggles y por primera vez, le agradecí a mi amiga Sagitas por haber puesto ese edicto, al menos así impediría que ellos estuvieran en más riesgo del que ya estaban en realidad y podría protegerlos de un posible contagio inminente. 

 

Nunca pensó que volver al trabajo le traería tantos recuerdos, sabía que para ella sería complicado aquello, por eso había elegido un lugar alejado de todos, pero ahora se encontraba pensando que haría Elvis en su lugar y como procedería, sonrío al punto pensando en que él ya estaría en el hospital, lo cual era su idea inicial y lo que haría con Sean, pero antes de ir debía asegurarse de que todos estuvieran protegidos, no podían ir sin protegerse de alguna manera, mire a Darla y a Sean y un escalofrió me recorrió toda, sabía que se moriría si algo les pasará, así que mejor era estar lo más protegidos posibles, como sea pero protegidos y cuidados debían de estar, nunca se perdonaría si por su culpa algo malo les pasará, así que no saldrían de aquí sin estar del todo resguardados del virus toxico que andaba volando por cada rincón del mundo muggle y que ya empezaba a emerger en mi amado mundo mágico.

[Darla G Dumbledore]

 

La pelirroja no pudo ni quiso evitar la sonrisa que se dibujó en sus labios al escuchar las palabras que la bella Luna dirigía a Sean. Como si se tratara de una nutricionista, o incluso una madre, recriminaba al mago su comportamiento con las comidas y las bebidas. Los labios de Darla dibujaban la más divertida de las sonrisas mientras intentaba mantener un gesto inocente que distaba mucho de serlo en realidad. Hasta que las palabras referidas a su primo la hicieron saltar en su lugar.

 

—Ay no, no, Luna, me refiero a que hace algún tiempo que no le veo, aunque ahora que lo pienso, soy yo la que me he perdido de mi familia y hace tiempo no voy a ver a Matt a nuestro hogar ancestral, la Potter Black, perdón por la confusión —dijo la bruja intentando disculparse y siendo consciente de que Seba tenía razón, en parte, esquivaba ir a la Potter Black, pero no por esconderle a él sino porque el último tiempo sabía que ir a la mansión de su familia era encontrar el caos hecho familia y de muestra un botón, pensó mirando de reojo al marido de su prima.

 

—¿Mascarillas?  —preguntó de golpe llevando la mirada hacia Luna —oohh la que usan los muggles, podríamos comprar en Londres, tengo algunas libras que nos quedaron de nuestra última visita antes del caos, habían quedado en una esfera de adorno en el comedor de su hogar, movió la cabeza negando antes de agregar —en San Mungo hay que averiguar si el casco burbuja resulta útil, claro que no entre los muggles o toda discreción se nos irá a los caños.

 

Escuchó las palabras de Luna sobre la seguridad y si serían o no inmunes, tenía razón.

 

—Sí Señorita Jefa de Aurores, tomaremos todas las precauciones tanto muggles como mágicas, le guste o no a mi tía —agregó recordando que se suponía debían mantenerse alejados de los muggles según el bendito edicto.

 

—Bueno, tenemos un inicio de plan ¿Qué hacemos ahora? ¿Esperamos o arrancamos?

[Sean -Ojo Loco- Linmer]

Por un momento minimice la mencion a mi alimentacion que habia hecho Luna. Salvo el incidente de mi oficina donde muchos de los cuadros ya me acusaban de terrorista con gases todo en mi alimentacion iba bien. Y la verdad es que estos chicharrones me gustaban mucho. Y asi....mientras Darla y Luna se debatian en si...era peligrosa o no la enfermedad..que si los muggles esto o aquello.....o si las mascarillas tal o mas cual...yo me centre en lo importante. Era hora de mover los hilos...pero necesitaba a alguien competente y con pocos escrupulos como para llevar a feliz termino mi plan. Asi que en mi mente fui repasando candidatos.

Acaso @Hades Ragnarok ???. No lo conocia mucho....era todo un misterio para mi aunque rumores me habia llegado de qu era muy competente en su trabajo. Me rasque la mejilla en mi burbuja personal. Que lastima que @Hayame Snape Potter Black hubiera desaparecido convenientemente. Ella sin duda seria mi apuesta en este sentido. O sea nunca la vi especialmente preocupada por los muggles...de hecho era bastante pragmatica...para el cometido que tenia en mente. Y hasta ahi se quedaba mi lista de aquellos a quien podria tener en buena estima...uno por excelente medimago...y la otra...por muy buena en pociones. Ahhh supongo que tendria que confiar en alguien mas. y asi despues de este ejercicio mental...desperte para oir las ultimas palabras de Darla.

-No tenemos tiempo de esperar...hay que salvar nuestra comunidad magica. -y heme ahi enarbolando principios nobles...cuando sabia que de seguir mi rumbo....los muggles no es que la pasarian muy bien en los mese siguientes.

Editado 30 de Abril del 2021 por Sean -Ojo Loco- Linmer

[Luna Gryffindor Delacour]

Luna Gryffindor Delacour- Jefa del departamento Auror de Gran Bretaña.

Escuchar lo que dijo mi amiga Darla me calmó y tranquilizo al instante, suspiré de alivio y le sonreí porque de veras que me preocupaba por ella, quizás nunca se lo diría pero muchas veces solía ser en quien confiaba para hacer todo y era la encargada de calmar mi espíritu aventurero y feliz, ella traía realidad a mí caótica y fantasiosa mente y eso era algo que le agradecía silenciosamente. 

 

- Me alegro que esté bien, pero sabes que cualquier cosa que necesites allí estaré para ayudar varita en mano, sabes que cuentas conmigo para lo que sea - Le dije a mi amiga sonriéndole feliz - 

 

Escuché como estaba feliz por mi idea y no le dije que tenía miedo que la creyera loca, así que estuve agradecida de qué realmente pensara que mi idea de los barbijos era buena, al menos podríamos impedir contagiarnos o algo por el estilo. 

 

- Arranquemos mi querída Darla, y mi querido Sean no tenemos tiempo que perder, cada minuto que perdemos es una vida menos que podríamos salvar, deberás que quiero ayudar así que, manos a la obra camaradas - Les dije con entusiasmo y feliz de que ayudaríamos a la comunidad mágica como pudiéramos - 

 

Escuche lo que dijo Sean y asentí deseosa de empezar cuanto antes mejor, me alegraba que todos estuvieran de acuerdo con mis ideas y me pregunté si podríamos salvar a todos y al mismo tiempo cuidarnos de esta horrible peste, que asolaba la comunidad tanto mágica como muggle.

 

- Si Sean debemos salvar a la comunidad mágica, pero primero tenemos que cuidarnos, me sentiré culpable si se enferman por mi culpa así que a usar algo para protegernos e impedir que algo nos pase, así ayudaremos a casi todos o lo intentaremos al menos - Dije entre entusiasmada y preocupada por si algo malo sucedía - 

 

El plan no era malo, protegernos y ayudar a las personas infectadas no sería tarea fácil, pero de peores situaciones ya habíamos salido y además estaba el asunto de Sagitas y su decreto, si bien eso tendría que habernos evitado la peste, eso no fue así y pareciera que justo por eso era que estábamos en tan feo problema, las personas no solían seguir órdenes o decretos, eso lo sabía bien yo,así que supuse que por eso nadie le estaba haciendo caso y había personas infectadas, pensé que justo por eso teníamos que encargarnos del asunto, alguien debía descubrir que pasaba y salvarlos a todos y me lo había tomado como algo personal, lo haría me costase lo que me costase aquello en esos momentos. 

Editado 1 de Mayo del 2021 por Luna Gryffindor Delacour