¡Multiverso! 30 años hacia el futuro. Imperialismo NO mágico.

[Kahlan Blackthorn]

La magia había sido erradicada casi por completo por los muggles, quedaban pocos magos que se mantenían viviendo como marginados dentro de escondrijos dignos de una rata de cloaca. Ese era el caso de Macnair, la mujer que se jactaba de nunca ser derrotada, perdió parte de lo que poseía dentro de esa maldita guerra. El exceso de confianza le jugo una mala pasada, tal y como le sucedió a los Espartanos contra los Griegos, confiados en que los habían echado por patitas de sus playas.

— La magia es algo que no puede destruirse del todo, podríamos aplicar esa frase de. La materia no se crea, ni se destruye, solo se transforma—apareció en sus labios una pícara sonrisa. Esa era la Nigromante que daba tumbos dentro del mundo mágico, envuelta en ese halo de misterio que le rodeó desde que nació en Nueva Zelanda hace algunos años atrás. Su condición de vampiro, le permitió ver muchas cosas que eran dignas de ser plasmadas dentro de varios tomos que sin duda alguna se volverían Best Sellers. 

Verse ahí atrapada entre lo que pudo ser y no fue— No me arrepiento de mis crímenes y mucho menos de las acciones que he cometido en favor de los que eran dignos de ser llamados elite mágica—el tono arrogante era particular en ella. Aquella altivez que siempre fue su carta fuerte de presentación— Es momento de cambiar algunas cosas, porque les guste o no continuamos dentro del mismo plano terrenal—el temor de que su hermano cayera preso, le revolvía las tripas como si se tratará de una lavadora repleta de ropa sucia. 

— Caímos por separado, pero presiento que pronto nos volveremos a topar por la misma senda—acariciando el tatuaje que llevaba en su costado izquierdo cercano a sus costillas flotantes. La Hidra y la Quimera, luchaba por el dominio del cuerpo del par de magos, enfrascados en una encarnizada batalla. Como cuando eran pequeños luchando por sobresalir ante los ojos de su padre, volviéndose cada vez más obsesionados con la perfección y la pureza de la sangre. El tiempo era demasiado injusto a veces y eso sucedió con los hermanos Hasani.

— Te echó de menos pequeño bribón—sonrió amargamente de esos gestos que eran un signo claro de reproché. No era del todo malo, no si colocaba todos los pesares sufridos en una balanza de medio pelo. Jeriel era un recuerdo palpable como grabado con fuego ardiente sobre su nívea y tersa piel, esperando que todo aquello no fuera más que una mala pasada del destino y ella no tuviera la misma suerte que su mellizo. El morir no era el peor de los males, pero si el inicio para una caída inminente hacia el fondo de un precipicio que no tenia fin.

[Luna Gryffindor Delacour]

Elizabeth King- Bruja que se hace pasar por artista itinerante 

 

Nunca había tenido tiempo de pensar en todo lo que había perdido, pero sentada en su escritorio blanco mate, saco las fotos de su vida anterior, allí estaban mis papás, Elvis y Annick conmigo sonriendo a la cámara, en la foto se movían y saludaban mientras me abrazaban, se podía apreciar algunas canas en los cabellos de los dos, pero aún así seguían siendo tan buenos y amables y se les notaba la luz que emanaban de la foto, ese día había sido mi cumpleaños y lo habíamos celebrado todos juntos en una tarde de galletas y té, sin mucha algarabía pero con mucho amor y cariño que era lo más importante de todo. 

 

Había sido yo la que no había querido una fiesta a todo dar y había decidido no invitar a mucha gente, recordaba que Darla había ido por supuesto y también estaba mi tía Mica a quien extrañaba demasiado, Shelle también aparecía en la foto y algunas otras personas que no conocía más que de vista, pero aún así y con todo ese había sido el día más feliz de mi vida, nunca había reído ni bailado tanto y por si fuera poco, había sido un día rodeada de amor y cariño, refugiada en mis papás y feliz de poder contar con toda mi familia y amigos al completo, suspiré con melancolía porque de eso parecía siglos y años atrás, el mundo ya no era como lo había conocido y me había quedado sin amigos y familia en muy poco tiempo, todo lo que conocía ya no existía y me había tenido que reinventar como podía, había madurado y crecido mucho en tan poco tiempo, que sentía que no tener protección había sido la punta que necesitaba para madurar mucho más que antes.   

 

- Ojala estuvieran vivos y conmigo, pero la vida sigue y debo cuidarme mucho, ¿saben una cosa? jamás les dije cuanto los quería y los extraño, gracias por haberme hecho feliz y por haberme dado los mejores años de mi vida, los honraré y llevaré en mi corazón siempre, prometo seguir adelante aunque sea siendo una artista itinerante que hace malabares, ¿quien diría que la Auror terminaría así? Pero no me quejo porque de tan solo ver la felicidad de todos los niños soy feliz, creo que encontré mi lugar en el mundo y que soy feliz, aunque los extraño mucho, estoy bien y los honraré lo mejor que pueda - Dije triste de recordarlos pero feliz de haber vivido una buena y bonita vida - 

 

Nunca más había usado mi varita mágica para nada y la misma había quedado en mi baúl del sótano, junto a mi túnica de Gryffindor, mi Saeta de Fuego y mi caldero de pociones, vestigios de una vida bien vivida que ya no volvería jamás, había sido como un sueño de ser bruja por un ratito y ahora volvía a la dura realidad en donde ser muggle era moneda corriente y ya no veías mas trucos de magia que los que hacías para entretener a tu joven publico, porque nada le gustaba más que ver las sonrisas de los muggles, aunque extrañara horrores su vida, honraría a sus padres y sería feliz, soñando tan solo con sus momentos dorados que ya nunca más volverán y aceptando de a poco su nueva vida y su nueva identidad como Elizabeth King, una simple muggle que hace trucos en las ferias y gana unas pocas monedas con la que vive y sin tocar jamás sus muchos galeones por miedo a que le hagan algún daño o la descubran sin remedio, pasando desapercibida lo mejor que podía y soñando con sus años dorados y felices en su amado mundo mágico, un mundo que ya no existe más y solo ve en sus sueños.