Edicto #2 sobre la Educación en las Escuelas Mágicas

[Ada Camille Dumbledore]

 

Dumbledore's Nigth un centro nocturno en el centro de Londres, lugar donde magos y brujas iban a divertirse, a olvidar y celebrar su vida. En antaño muchos familiares rondaban en lugar noches por el local, no sólo ayudando a administrarlo a decir verdad, sino disfrutando de la intimidad del lugar y los tragos de alta calidad que siempre distribuían. 

Esta noche me encontraba en un privado con mi querida tía @Sagitas Potter Blue , le había invitado para charlar de asuntos importantes pero en un lugar menos formal y donde ambas podíamos estar a nuestras anchas sin tener que dar mayor explicación. Una botella de Champagne en nuestra mesa y dos copas, era momento de librar las tensiones con una buena copa y una buena compañía. 

-Tia el trabajo dirigiendo un país es agotador, no suele notarse siempre pero tengo mis días en los que quiero desaparecer todo a mi alrededor, pero un viajecillo rápido a la playa ayudan mucho, de hecho ayer descance en la villa de la familia Lever al sur de Francia y fue todo un deleite… cuando desees vamos juntas y así te relajas 

Comente sirviendo la copa de champagne y poniéndola delante suyo

-    Tomate la, de segundo el alcohol va a relajarte

Espere que ella tomará su copa e hice lo mismo, ofreciéndole un brindis

-    Que sea un lindo motivo esta noche juntas... 

Tome un largo sorbo del líquido frío que paso refrescante por mi garganta. 

 

[Mael Blackfyre]

No sabía por qué razón, tal vez por respeto, tal vez por inseguridad al tema o simplemente porque no quería involucrarme demasiado ya que había mucho en juego, pero me mantuve muy cerca de la puerta, observando todo el panorama con mis dedos enredados sobre mi espalda. Aquella postura me mantenía lo más erguido posible. Era un trabajo mental que nada de lo que estaban hablando me afectara. Lo intentaba con todas mis fuerzas, de la manera más disimulada que podía.

La primera ministra se disculpaba ante lo sucedido con Elvis Gryffindor. No conocía demasiado a Sagitas pero me sonaba palabras armadas que dirían siempre las personas que estaban a cargo en ésa institución. No entendía como los mortífagos tenían tanta libertad de movimientos para desenvolverse por todo el estado, incluso llegar a enfrentar al Gran Auror. ¿Qué hubiera pasado de mí si estuviera presente? ¿Hubiera actuado contra mi propia familia? Me mordí los labios.

Aquella jovencita que había llegado con nosotros también se disculpaba, al parecer conocía a Elvis. Todos lo conocían. La mire de reojo ¿Qué importaba quién había sido si ya estaba muerto? El nombre de Caelum me hizo erizar la piel de la espalda. Sagitas era una buena locuaz y perspicaz, ni siquiera sabía si podría leer su mente, porque era en vano intentarlo, sabía que era un muro de piedra. Pero al parecer a Annick la había convencido. Y no solo eso, sino que la había animado a hablar.

“Quien se oculta bajo el seudónimo de Caelum es el señor Aaron Black...”

Su voz fue firme. Estaba decidida a llegar a fondo. No estaba seguro cómo sentirme al respecto. La Gryffindor era mi familia, si. La elegía y la protegía. ¿Pero qué sucedía con mi bando? Tal vez Sagitas se animaban a hablar de más porque ella era mucho más poderosa y fuerte, pero ¿Qué sucedía conmigo? ¿Qué pasaba si cualquier paso en falso me quitaba todo lo que había conseguido? Eran muchas preguntas que no se me habían pasado por la cabeza en el momento correcto, aunque para ése entonces, ya era demasiado tarde.

Carraspeé mi garganta, no una, sino dos veces. Hablé:

— Desde la Gryffindor esperamos que el Ministerio de Magia pueda hacer algo al respecto. Buscamos una mano amiga, una ayuda. Justicia —ante ésa misma palabra, le puse la mejor acentuación que pude. Principalmente por mi madre—. Se que todo requiere tiempo, pero si son las personas adecuadas, podrán capturarlo fácilmente e incluso realizar un juicio por sus crímenes, tal vez —hablé por hablar, no sabía cómo tomarían mis palabras. Aún me mantuve desde ésa distancia.

No quería pensar en lo que había pasado la noche anterior, en el Panteón, no sabía como procesar todo eso.

 

@ Sagitas Potter Blue  @ Annick McKinnon  @ Ela Karoline

[Sagitas E. Potter Blue]

(Flash back: A escondidas, me reuní con la Ministra de Francia)

Siempre supongo que no hay nadie mirándome y asumí que en aquel lugar, negocio de mi prima, estaría libre de toda la presión externa de imagen que soportamos la gente importante. Y yo me sentía obligada a ser importante. Ahora mismo, si no fuera porque lo necesitaba, mandaría bien lejos el cargo de Ministra y volvería a ser la payasa de siempre. La voz de Ada era suave y relajada, todo lo contrario de la mía, aún con la cara apoyada en la mesa. La levanté un poquito y sentí como la piel de la mejilla se iba despegando de ella, con cierto dolorcillo agradable.

-- ¿La playa? ¿Tienes tiempo para la playa? Yo creo que necesito un mes en la Petit Potter Black, la villa que tenemos en Girona, España. Pero cualquiera sale del país ahora, con lo que está cayendo.

No puntualicé que "lo que estaba cayendo" era, en parte, consecuencia de mis propios edictos. Me incorporé un poco y quedé en una postura no más decente que la anterior, que los codos apoyados en la mesa y sujetando mi cabeza, como si pesara muchísimo.

-- Sueño con las vacaciones, con la playa, con que todo ésto haya pasado pero... Demasiado trabajo, demasiadas cosas en las que pensar, demasiado todo, la verdad.

Noté que había puesto una botella y dos vasos. Me sentía tan cansada que ni siquiera tenía fuerza para coger uno. Pero no iba a hacerle un feo a la Ministra de Francia. Seguro que aquella bebida era de su país y podía significar un rechazo cultural inasumible. 

-- Chin, Ada. -- Lo tomé con cuidado y noté que era Champagne, de gran calidad y de muchas cosquillitas en la nariz que me provocaron unas risitas. Me puse más cómoda, con la espalda recostada, por fin en su uso normal, en la silla. -- ¡Está buenísimo!

Lo apuré un poco más y después dejé la copa en la mesa, pasando de las normas sociales que dicen que hay que dejar siempre un dedo de líquido en el vaso.

-- Bueno, Mademoiselle... -- Sí, tengo un francés algo limitado. -- ¿Quieres que hablemos sobre el apoyo bilateral entre Francia e Inglaterra en el tema de los estudios?

 

( @ Ada Camille Dumbledore )

[Matt Blackner]

Despacho de Dirección de Accidentes

 

Podría ser que @ Sean -Ojo Loco- Linmer  conociera a mi madre mejor que yo? O tal vez lo que sucedía era que él lo veía desde un prisma diferente al mío. La relación con Sagitas era distinta, y desde luego él parecía mejor informado que yo. Eso le daba más confianza y seguridad en ella de la que yo mismo podía tener. Además, Sean apelaba al instinto materno de Sagitas como el motivo por el que realmente me ocultaba información y me alejaba de ella. Lo miré en silencio, pensativo. Supongo qeu tenía su parte de razón.

 

Ahora escuchaba al exaccidentoso con cierto interés. Había oido hablar de lo sucedido aquel día, pero...había estado KO, no pude estar allí precisamente por el ataque de un grupo de magos en Egipto, cuando Sagitas y yo simplemente tratábamos de tomar unos días de vacaciones. En lugar de eso, había estado a punto de morir, y a duras penas pude regresar a Inglaterra. Durante mucho tiempo había permanecido en la Potter Black intentando recuperarme. Y cuando salí, me encontré con todo esto.

 

Por eso no pude ayudar durante aquel maldito ataque, y solo supe de la muerte de Elvis por Harpo. Claro que me sentía mal por aquello. Pero habíamos pasado de la casi guerra a...Edictos, y una tensa calma con la comunidad muggle y otras comunidades de magos. Tal vez esperaba que ahora estallasen definitivamente las cosas. Al final, Sagitas intentaba lidiar con lo que había pasado, con lo que sabíamos que pasaría, y con los ataques (o posibles ataques) a su persona, como Aaron, que al parecer había tratado de secuestrar a Sagitas para tomar de nuevo el poder. Otra de esas cosas que no me había contado.

 

Al menos había una "buena" noticia: sabían qeu el Inquisidor andaba tras los ataques, pero no tenían identificado quien se ocultaba tras esa identidad. Ni sabían que quería. Eso estaba causando un problema, ya que utilizaba a los muggles. 

 

Supongo qeu ahora podía entender mejor los motivos de Sagitas. Más o menos....

- Sagitas hace tiempo que no me escucha, no se si querrá confiar de nuevo en mi criterio. - le dije. Notando un escalofrío en el costado y el dolor en el brazo qeu se recomponía, mientras me movía para apoyarme en la mesa, mirando a Sean fijamente. - mi madre y yo somos bastante cabezotas. - me llevé las manos al pelo, pensativo. - que sabéis del inquisidor? Lo que sea. Y Aaron? lo tenéis bajo control? - pregunté. - No me fio de los aurores que guardan a Sagitas.

[Sean -Ojo Loco- Linmer]

Por suerte @ Matt Blackner  me dejo terminar y presto atencion a lo que decia. En su rostro a medida que avanzaba pude ver algunas reacciones que entendia bien. Muchas cosas se le habian escapado y a los mejor ahora entendia mejor las cosas. Lo cierto es que ya con el suelo abonado comenzaria a sembrar para despues recoger....un producto a la medida de mis espectativas. En fin...dejando las maquinaciones a un lado...un intrigador siempre sera un intrigador...mejor dejarlo expresarse para asi llegar a concensos estrategicos.

-A ver...tu madre es cabezota...pero te quiere. Y estoy seguro de que siempre te escucha..solo que habra que aprender a enfocarle las cosas de forma tal que ella piense que es su decision hacer lo que es sensato hacer. -una forma bonita y en el buen sentido de manipularla un poco para que no se le viera tanto el plumero antimuggle que se le habia destapado...

Claro sobre la otra pregunta....pues la verdad es que no sabiamos mucho. Todo lo referido al Inquisidor estaba en el aire....cualquiera diria que en vez de una persona, lo que habia detras de ese nombre era un ideal....mal ideal...pero ideal al fin motivaba a las personas.

-No..nada de informacion firme del Inquisidor. Espero que unir varios servicios de inteligencia del grupo de paises de la Orden de la Hidra...ayude en ese cometido. -era mas bien una esperanza....casi sin bases he de decir. Actualmente los organos de inteligencia y seguridad magicos presentaban tantos agujeros que los secuestros de altos funcionarios estaban a la orden del dia. Recordar sino el de Ada y Alexandros en la misma reunion para configurar la Orden. -En cuanto a Aaron esta a la espera de juicio...otro asunto a tratar con tu madre. No creo que quede impune el hecho de que halla intentado un golpe de estado.

Y ahora lo mejor...pasar a lo que tenia cocinando en el horno de mis pensamientos.

-Lo cierto es que necesitamos cuidar a Sagitas...de hecho...-medite por un momento rascandome la cabeza.-creo que por seguridad tu madre deberia contar con un doble para estar presentes en actos publicos. -Mire a Matt por un momento. -Pero tu madre como sabe es cabezota...y dice que estoy exagerando...y realmente valoro mucho mis partes para insistir..insistir e insistir....me ayudarias con eso???

 

[Anthony R. Dracony M.]

Se detuvo al lado de un muro, de haber podido, se hubiese sujetado la cabeza pero era imposible al ser incorpóreo...era una sensación extraña y desconocida, como si su mente fuese un yunque sobre el cual las sensaciones que iba percibiendo fuesen golpeando al grado de sentir que lo fragmentaban...no era dolor físico (gracias a que no posee un cuerpo físico por el momento, pero que le trae la voz de Anna Riddieltorn de aquella lejana sección en que la sanadora le recalcó que hay heridas mentales que dañan más que las físicas... ) primero fue aquel encuentro con la bruja rubia (Cye ) con la que coincidió al marchar camino al despacho de la Ministra... si, una de las tantas personas con las que evitó por años tener contacto por causa de una revelación de aquella Pitonisa Fantasma... 

Siendo fantasma, tal vez debería ir a pedirle consejo...esta no-existencia tiene demasiados misterios que le son incomprensibles...pero sería después.

La Ministra es quien más visitas recibe, ya llegando al despacho de ella, el Ryvak encuentra más personas que no conoce y esto le da la sensación de no ubicarse en el tiempo, como si fuesen años y no meses de encontrarse lejano al diario día a día como antes cuando era funcionario ministerial. Un nuevo golpee intenso al escuchar la muerte de Elvis Gryffindor...Ryvak no sabe ponerle nombre a está sensación, la sorpresa mayúscula le deja sordo por varios minutos...¿pero cuándo ocurrió semejante suceso?...pierde gran fragmento de las conversaciones que tienen lugar en aquel encuentro con la Ministra...también se entera de que ella y Elvis son...fueron primos...¡pero bueno! La misma Ministra le dijo un día, que todos los magos, tenían relación unos con otros por el resguardo de la magia, Ryvak nunca lo comprendió y ahora tampoco entiende porque los magos se matan entre sí...nadie le explicó antes y ahora eso poco le importa, le molesta, pero después de todo, nunca hubo información sobre su familia y la única verdad, es que tenía sangre mágica, fuese de quien fuese, le agrada poseerla y de algún modo la ocuparía ahora, antes hubo otros que lo hicieron, él encontraría el modo...

Las palabras que pescó de la viuda de Elvis, calaron donde Ryvak no posaba su pensamiento...justicia para aquel mago muerto...sus inexistentes labios delgados curvaron una sonrisa de lado...su pareja nunca iría a pedir justicia ante ninguna persona, porque él no podía estar muerto, entre más lo piensa, más cree que su situación es debido a Reacon, Demonio que usa la piedra de inmortalidad, como aquella vez en que le entrenó para pelear. La piedra lo mantenía vivo mientras Reacon le causo todo aquel siniestro dolor para que Ryvak comprobará que un mago jamás supera a ningún demonio del rango que es Reacon...pero por muy poderoso que sea, a Ryvak no le interesa volverse Demonio...encontrarse en su forma invisible es buena suerte para enterarse de tantos asuntos qque le despiertan curiosidad...tal vez por eso mismo es que ahora, Ryvak sea un fantasma.... 

[Ada Camille Dumbledore]

Dumbledore’s Nigth, sala privada junto a la Ministra Británica

 

La música dentro del recinto privado no era tan fuerte, se podía escuchar a lo lejos pero gracias a los hechizos de protección nadie podía ni vernos, ni escucharnos. No era una reunión oficial, pero si estábamos allí para hablar cosas importantes con respecto a los edictos que ella había proclamado con respecto a la educación mágica de los sangre pura.

 

-Tia lo bueno de ser Ministra es que los trasladores a la Villa de la Familia al lado de la playa me ahorra tiempo y mi mano derecha es quien lleva tantos asuntos como yo, así que delegar en el parte de las obligaciones me da tiempo de todo. Un día de estos te secuestro y te llevo a disfrutar del mar mediterráneo.

Mi tono era de diversión, quería quitarle a ella esa tensión, yo misma en un tiempo y había estado en su posición y había empezado a delegar más, sobretodo con la llegada el viceministro. Tenía un grupo de colaboradores maravilloso a los que tenía en gran estima.
Brinde con ella con el champagne estaba perfecto, frío, delicioso. Sonreí y espere a que terminará de hablar.

-    Bueno querída tía mi idea consta en recibir niños ingleses en  Beauxbâtons, la idea básica es que creemos un tratado bilateral y ya que Escocia esta reacia a colaborar los pequeños que necesiten educación mágica puedan venir a la escuela a Francia.

Plantee la idea de forma sencilla, ya los tratados y demás serían arreglados en una reunión formal. Mi idea era que después de todo los niños tuvieran el apoyo y el estudio mágico asegurado.

-Tu misma podrás arreglar las condiciones de este tratado mientras los niños tengan su educación mágica asegurada que es lo único realmente importa. La escuela Francesa de Magia fue ampliada por mi antecesor y esta en buena capacidad. No creo que haya mayor problema.

Comente mientras llena a la copa de ambas a rebosar. 
 

@ Sagitas Potter Blue

[Sagitas E. Potter Blue]

(Con @ Annick McKinnon , @ Mael Blackfyre  y @ Ela Karoline )

Para mí fue una sorpresa que la esposa de mi primo me dijera que no tenía que sentirme culpable por la muerte de Elvis. Me sentía muy culpable, con ese sentimiento de no haber evitado lo sucedido. Cuando él feneció, yo ya no era miembro del mismo bando que él, ya no creía en esos ideales que ellos defendían, haciendo ese paso inesperado para todos. Pero ese cambio no había impedido lo sucedido. Lo mismo que quería Annick era lo que quería yo: Venganza y... Justicia. Pero... ¿Sería el mismo concepto de Justicia las que ambas sopesábamos? 

También me sorprendió su ofrecimiento a que visitara sus restos. Tuve que tragar saliva porque eso deshizo un poco la posición hierática que intentaba mantener. 

-- Sí, iré a depositar flores azules en su tumba, en la Gryffindor, aprovechándome de su ofrecimientos, Srta. Annick.

Estuvo bien que Cye interviniera porque me dio tiempo de rozar mi ojo con el dedo índice de forma disimulada. Pero el gesto se detuvo en cuanto ella dijo que sabía quién se escondía bajo el pseudónimo de Caelum. Sé que aguanté la respiración mientras decía que los Gryffindor estaban al tanto de quién era; me pregunté cuál debía ser la reacción a mostrar ante ella. 

Y lo dijo: Aaron Black...

Sentí los pies fríos. Menos mal que estaba sentada y con las piernas cruzadas porque de estar de pie, seguro que me habría puesto a temblar. En aquella posición en la que me obligaba a permanecer por ese estigmatismo social de que los políticos de alto rango han de mostrar una quietud hierática, conseguí mantener el tipo sin que se notara que su nombre me había afectado. Porque era el líder de mi bando, porque (se suponía) debía proteger ese nombre ante todo por el absurdo lema del "Semper Fidelis" que adornaba nuestra Torre Oscura. 

Sin embargo, no lo sentía. Ese hombre me había hecho daño de muchas maneras y no podía serle fiel. Por lo contrario, deseaba su muerte tal como la misma Annick parecía hacerlo. Apreté un momento la mandíbula y cerrando ligeramente los ojos, con rabia, mientras el Sr. Mael Gryffindor pedía lo mismo que su familiar: Justicia. Mi voz tembló ligeramente al contestarles.

-- Haré todo lo posible por verificar esa información. Necesitaré pruebas factibles que podamos presentar al Wizengamot. Pero os prometo que, aunque tenga que disolver al actual Tribunal de Justicia y crear uno nuevo, que ese hombre será juzgado, por este crimen y por muchos más de los que tenemos noticia.

Estaba decidida, ese sería uno de mis numerosos edictos, lograr que el sistema judicial apoyara mis medidas que, entre ellas, estaba la de enjuiciar a aquel politicucho de  @ Aaron Black Yaxley . Les sonreí y les iba a ofrecer algo cuando saltó una alarma, no muy alta pero sí insistente. La puerta se abrió y entraron varios aurores, mientras el sonido ruidoso ahora se oía mucho más fuerte. Fruncí el ceño y me giré, en la misma silla, ahora con las dos piernas en el suelo, presta a saltar de ella si era preciso, con las manos en el regazo, una sobre cada pierna para poder incorporarme con rapidez.

Ni tiempo tuve de preguntar qué sucedía cuando me rodearon.

-- Alarma de intrusos. Alguien ha activado la alarma de entes en la planta. Tenemos que evacuar su despacho.

Enarqué una ceja. ¿Sería Jack, mi marido, quien había violado la norma de no venir al Ministerio para evitar estos problemas? Porque... ¿Qué otra esencia espiritual, fantasma vulgarmente, podría intentar colarse en mi despacho?

 

@ Anthony Ryvak Dracony  

[Matt Blackner]

Comencé a dar vueltas, despacio, al vaso que @ Sean -Ojo Loco- Linmer  había hecho aparecer para mi. No había bebido...Ni bebería. No podía hacerlo. Asi que simplemente lo hice girar, observando las variaciones que la luz creaba en su superficie. Me sorprendía saber qeu Sagitas me escuchaba, como...como si lo hubiera olvidado. Tal vez la situación entre nosotros ayudó a hacerme olvidarlo. 

 

Alcé la vista hacia él. Las sutilezas no eran lo mío, y menos jugar con la mente de una persona para que creyera que mis ideas eran las suyas. Peor, si esa persona era Sagitas. Tenía que intentarlo, pero no iba a resultarme fácil.

 

Alcé la ceja, sin saber que demonios era la Orden de Hidra, pero me sonaba a algún tipo de organización pseudo criminal, lo que no me tranquilizaba a la hora de pensar en la seguridad de Sagitas, siendo sincero. Pero no tenían más información del inquisidor, y Aaron permanecía a la espera de juicio. Dejé el vaso y me llevé las manos a los ojos, frotándolos, cansado. Estaba siendo un día agotador, y ni siquiera era media mañana. Estaba seguro de que por la noche tendría más de un moratón en todo el cuerpo.

 

- Estoy de acuerdo contigo. - dije, riendo ligeramente. - Sagitas está en peligro constante, y no hace caso cuando le digo que debería cuidarse un poco más. Solo consigo que me grite. - la propuesta de Sean era utilizar un doble de Sagitas para los actos públicos. Fruncí el ceño, ya que estaba seguro de que Sagitas nunca aceptaría. Además, aquello era una solución a medias. - Un doble solo sería útil en un par de ocasiones. Si intentaran atacarla y notaran que es un señuelo, no volvería a funcionar. Pero estoy de acuerdo contigo...Para empezar, debería mejorar a esos aurores que se supone que la protegen. no parecen muy competentes.

 

No pude decir más. De pronto escuché un sonido lejano. Una alarma. Seguramente era todo un estruendo en la zona donde se había activado, pero para nosotros casi no llegaba más que un rumor....daba gracias por mis sentidos agudizados. Además, sentí el nerviosismo localizado...Demonios.

- Sagitas. Venga!

 

Salté el escritorio y eché a correr. Ya sabía donde había saltado la alarma.

 

Los aurores ya habían entrado en el despacho para tratar de rodear a Sagitas.

- Hay algo aquí, pero no es Jack. - dije, mirando un segundo a mi madre antes de darle la espalda, varita en alto. Sentía una presencia cerca, no estaba seguro de en qué lugar, pero no la veíamos. Y sabía que, fuera lo que fuese, no era el fantasma de Jack.

[Mael Blackfyre]

En mi mente tenía un desencuentro de pensamientos, porque no sabía realmente para donde disparar. Sentía que debía pagar aquella deuda para quedarme en paz. Pero a la vez, si sucedía aquello, no estaría en paz respecto al bando. Todo lo que tenía que hacer, debían ser pasos medidos, acciones meticul0sas donde no podía considerarse traición, porque no solo iba a quedarme sin familia, sino sin cabeza.

Me moví en el lugar y mis palpitaciones aumentaron. Aquella conversación era tranquila, pero no lo que se hablaba. El nombre de Caelum aparecía nuevamente. Carraspeé mi voz lo más silencioso que pude, sin hacer ruido. No podía (y no iba a hacerlo) en mostrar que ése tema me incomodaba. Delante tenía a alguien que estaba dentro del bando. ¿Y si comentaban que estaba en busca de su cabeza? No, no podía.

Me mantuve a un costado, esperando las palabras que la Ministra podía decir. Abrí los ojos (eso no pude disimularlo) cuando hablaba sobre aquella disolución. Ese puesto de trabajo se veía mucho más contundente que el que había conseguido. Tenía que admitir que no conocía demasiado del ministerio de magia inglés. Pero si de algo estaba seguro, era que podía seguir escalando dentro de ésa institución.

Le hice una seña con los ojos a Annick. ¿Qué quería hacer? ¿Qué más podía hablar son Sagitas? ¿O nos volveríamos a la Gryffindor?

El ruido estalló fuera del despacho. El movimiento desde afuera entró por la puerta y vimos varios Aurores, hablándole a Sagitas. Me sorprendió.

— ¿Necesitas ayuda con algo? —miré a Sagitas. Luego a Annick.

 

@ Annick McKinnon  @ Sagitas Potter Blue  @ Ela Karoline