Edicto #2 sobre la Educación en las Escuelas Mágicas

[Mael Blackfyre]

DESPACHO de la MINISTRA

Los minutos habían transcurrido lentamente desde que el recepcionista había recibido mi maldición imperius para incrustrar una cita con la Ministra en aquel mismo momento. Sabía que el Ministerio era demasiado burocrático y hasta que respondieran mis cartas y pactaramos un encuentro (y tuviera la posibilidad de presentar mis recomendaciones) seguramente aquel puesto estaría ocupado.

 

Me había recostado contra la pared de aquella habitación, donde se encontraba el escritorio con Marck, algunos cubícul0s, un puñado de Aurores y la puerta cercana que daba al despacho de la primer Ministra. Observaba detenidamente al recepcionista, porque después de haber regresado del despacho, se había quedado con la mirada perdida, con una pluma en la mano y un pergamino a medio escribir. Un revoloteo desde el ascensor me indicó que alguien entraba y pude ver la silueta de la Primer Ministra, ignorándome por completo y dirigiéndose hacia su despacho.

 

Los Aurores permitieron su paso y la puerta la cerró tras de si.

 

Caminé algunos pasos, caminando lentamente hacia el escritorio, mirando directamente a Marck.

 

— ¿Recuerda mi cita, señor? Veo que ahora la primer Ministra llegó a su trabajo. ¿La espero aquí? —los ojos del joven mago estaban desorbitado pero fue directamente al despacho de la ministra a avisarle que tenía aquella cita programada para hablar sobre la dirección del Departamento de Educación Mágica.

 

@ Sagitas Potter Blue

 

 

[Mica Gryffindor]

Había sido citada por la Ministra. Horas antes había estado allí queriendo ser recibida por Sagitas, furiosa por el Edicto que afectaba a la enseñanza mágica... tan lejano parecía aquello. El ataque a King´s Cross había sido una gran tragedia, no solo para muggles sino también para magos. Ante sus ojos había visto cómo su sobrina, Luna, atacaba civiles indefensos. ¿Cómo se le había cruzado por la cabeza hacer eso a la joven Auror? La verdad, estaba empezando a desconfiar de ella... 

Supo que ahora su cita no tenía que ver con su desempeño en la estación ni con su rol como profesora, sino con su cargo como Directora de Transportes... "bonito momento para tomar ese cargo" pensó, convenciéndose de que no podía ausentarse a un llamado de la Ministra en su primer día oficial en el cargo. 

Fue así como regresó al Ministerio, haciendo el recorrido por inercia, hacia la ante oficina de la pelivioleta. Mael nuevamente se encontraba allí ¿nuevamente o tal vez nunca se había ido? No lo sabía. Caminó hacia el mostrador y se anunció, mencionando que había sido citada. 

No tenía ánimos para iniciar una charla tranquila con Mael, ni siquiera para mostrar el enojo que sentía, simplemente quería conocer las intenciones de la Ministra para luego decirle unas cuantas verdades cara a cara... o tal vez solo lo primero, mientras pensaba cuál era la mejor postura para mostrar ante el resto en ese momento, claro estaba que nunca se hallaría de su lado mientras siguiese con esas medidas "anti-muggles". 

Se sentó y esperó a ser llamada, tenía el tiempo que fuese necesario, a fin de cuentas había dejado a su sobrina en un lugar seguro antes de regresar hasta allí. Ella no escaparía. 

[Sagitas E. Potter Blue]

Sé que Matt aceptó mi ayuda, no porque la quisiera, sino por incapacidad de opinar en aquel momento en el que el desánimo le podía. Nunca nos habíamos enfrentado, siempre habíamos estado juntos, defendiéndonos juntos y sobrellevando juntos todos los acontecimientos de la familia. Y mira que podían ser muy numerosos. Bueno, recordé que una vez me obligó a obedecerle, el día de su boda, pero eso es otro cantar y, además, ya le había perdonado. Dudaba que él llegara a perdonarme algún día lo de hoy, más lo que quedara por venir.

Sonreí al ver que se dejaba llevar y lo senté en una de las sillas, de terciopelo rojizo, y le di un abrazo.

-- Anda, Matt. No seas rencoroso. Sabes que tengo buenos motivos y me mueve el amor a la familia. A la comunidad mágica. Sólo que yo lo veo por un lado más dramático que tú y no me importa perder unas vidas por salvar millones de vidas. ¿Qué tal vez no sea justo para los que mueren? No quiero pararme a pensarlo. Es justo para todos los que sobrevivan.

Volví a sonreír. Le necesitaba, a pesar de no compartir conmigo las ideas drásticas que acababa tomando. Le necesitaba porque, en el futuro, estaríamos juntos en las consecuencias. El maletín usado y remendado de Primeros Auxilios, que en su día me regaló Eledhwen, aterrizó suavemente sobre el escritorio, sobre un montón de pergaminos y órdenes que ni había leído. El borrador del Edicto publicado hoy, estaba allá, con tachotes y manchas de tinta. Saqué potingues, que de eso tengo muchos, y empecé a cuidar a mi hijo.

-- Venga Matt, unas gotas de herbovitalizante, unas gotas de Filtro de la Paz para los nervios... Y un buen chorro de esencia de Rue. Toma, bébete esta agua para que tu cuerpo se sienta mejor. Y cuando acabes, te beberás un poco de esta Poción Curativa y así, curarás todos los huesos y heridas. No me hagas como Ithilion, a quien tengo que convencer con dulces de calabaza para que se beba mis brebajes...

Me senté en el borde de la mesa, esperando que se las tomara. Lo que era seguro es que no le iba a dejar irse sin que acabara todo. Alguien llamó a la puerta y asomó una cabeza, que reconocí como el chico que Darla había colocado como protección y que nadie debería saltarse o acabaría con la varita en la nariz. Me comunicó que tenía dos visitas esperando, un tal @ Mael Blackfyre  y @ Mica Gryffindor .

-- ¿Ya han llegado los candidatos a Dirección de Enseñanza Mágica? ¡Qué bien! Matt, a ver a quién te parece mejor. Tú me ayudas, ¿verdad? Diles que entren.

Por supuesto, entre el ataque de King Cross y el "sana-sana, culito de rana" que le estaba haciendo a Matt, olvidé que Mica Gryffindor ya tenía puesto en el Ministerio. Así que les vi entrar y les ofrecí asiento frente a mi despacho, mientras me sentaba en mi silla, quitaba el maletín de primeros auxilios y lo dejaba en el suelo a mi lado y echaba miraditas a Matt. Aún no había probado el primer vaso.

-- ¿Han traído sus curriculums? ¿han firmado sus Actas de Aceptación del Protocolo Educacional?

[Mica Gryffindor]

No pasó demasiado tiempo desde su llegada hasta el momento en que los invitaron a pasar, tanto a ella como a Mael, quien parecía demasiado concentrado en asegurarse de que estaba registrado su turno para hablar con la Ministra, cuestión que le resultó algo sospechosa pues nunca lo había notado tan insistente con algo antes... ya indagaría, no era el momento de hacerlo.

Sin pensarlo demasiado, caminó hacia donde eran aguardados, intentando mantener su estado de calma. Primero estaba allí como trabajadora del Ministerio, quería escuchar qué debía hacer  para luego poder exponer su postura en los múltiples sucesos... ese era el plan al que se apegaría cuanto le fuera posible. 

Para su sorpresa, la Sagitas pareció un poco más confundida de lo que esperaba. Apenas verlos entrar, mencionó algo respecto a currículums ¿acaso estaba yendo a una entrevista de trabajo de la que no estaba enterada? Se sintió bastante confundida y de seguro lo dejó ver en su rostro. 

--Buenos días señora Ministra ¿de qué habla? ¿Para qué debería traer mi currículum? --evitó la parte de firma de protocolos, era uno de los temas que pretendía dejar para más adelante, no le pareció momento de soltar su opinión al respecto, no sin primero saber qué quería. 

Miró de reojo a Mael, intentando saber si el mago estaba al tanto de lo que la bruja pedía, tal vez su socio sabría con mayor certeza de qué se trataba todo o al menos tenía mejores posibilidades de acomodarse a la situación. Volvió a mirar a la Ministra, a la espera de saber su respuesta. Sin dudas aquel entraría en uno de sus días más complicados desde su regreso al mundo mágico. 

[Matt Blackner]

Despacho de la Primera Ministra.

 

Me dejé llevar, sin oponer resistencia, sin protestar, hasta una silla de terciopelo rojo. Llevábamos muchas aventuras juntos, muchas idas y venidas a nuestras espaldas, siempre juntos, cuidándonos, pero....era la primera vez que nos enfrentábamos asi, dispuestos a lo que fuera. La primera vez que nos apuntábamos el uno al otro, dispuestos a hacernos daño, en lugar de evitarlo.

 

Alcé la mirada, centrándola en ella de nuevo cuando me di cuenta de que me obligaba a sentarme. Me fijé en su sonrisa, qeu siempre me hacía sentir tranquilo, en casa, justo antes de abrazarme. Me quedé parado, notando que se me erizaba la piel. Quise reaccionar, quise abrazarla...aquel era el contacto más cercano que manteníamos en los últimos meses. Pero antes de que pudiera reaccionar se separó, aun con aquella sonrisa. Trataba de apelar a la protección familiar, al cariño que nos unía para que la apoyase. Agaché la vista, mientras oía como aquel viejo maletín suyo, regalo qeu fue de Eledhwen, aterrizaba con un ligero plop sobre los pergaminos de su escritorio. Escuchaba frascos, líquidos qeu caían contra el cristal, el olor de las diferentes pociones que mezclaba: Filtro de Paz, herbovitalizante y un poco de esencia de rue. Arrugué la nariz al sentir el olor de esta última, aquella poción siempre me parecía que olía demasiado fuerte. 

 

Tomé el vaso qeu me ponía en las manos, alzando la vista hasta ella, sonriendo ligeramente. A nadie en la PB le pasaban desapercibidas sus peleas con Ithilion cuando debía tomar alguna poción....asi qeu ese era su truco para que las tomara....interesante.

 

Me quedé mirando el par de vasos que sostenía, bajo su atenta mirada desde la mesa, cuando uno de los aurores asomó la nariz para anunciar la llegada de las visitas que Sagitas esperaba. Al parecer, sus entrevistas para los puestos que anunciarían aquella mañana estaban a punto de comenzar. Amagué con marcharme, pero no me sentía con fuerzas para levantarme, y además, me pidió que me quedara, al mismo tiempo que los hacían pasar. No podía hacerle un feo asi, por lo que simplemente asentí con la cabeza, permaneciendo en aquella silla, en un lateral. 

 

 @ Mael Blackfyre y @ Mica Gryffindor  atravesaron la puerta. El primero parecía bastante seguro de si mismo, incluso un poco más impaciente que su compañera, que se esforzaba por parecer tranquila y calmada. Inconscientemente busqué si era por nervios o por otro motivo, ya que no tardó en preguntar a Sagitas el motivo de la reunión....acaso sus entrevistados no sabían que iban a ser entrevistados para un nuevo puesto de trabajo?

 

Miré a mi madre, y no me pasó desapercibida su mirada. Parecía vigilar, de reojo, que tomara las pociones, asi que alcé el primer vaso: Esencia de Rue, herbovitalizante y filtro de paz, apurándolo en un par de tragos antes de dejar el vaso en el suelo, en un lugar discreto tras la pata de mi silla. Uno de dos. Esperaba que hiciera efecto. Tenía que recomponerme antes de poder hablar con Sagitas.

[Mael Blackfyre]

DESPACHO de la MINISTRA

 

¡Al fin! La voz del recepcionista nos llamó desde la puerta del despacho de la primera ministra. Era el primer trabajo (legal) al que me presentaba con todas las expectativas para poder lograr hacer algo por mi vida. No le había comentado ni dicho a nadie sobre aquello porque me gustaba hacer las cosas solo. Pero era una manera irónica al ver que (otra vez) Mica Gryffindor estaba por allí. Ya no la veía triste hacía algunos días. Lo que si estaba seguro era que sus facciones siempre se mostraban molestas.

Apenas nos saludamos. Y eso me agradó. Me llevé las manos hacia atrás de mi espalda para seguirle el paso a Mica y el Auror que nos llevaba hasta la mandataria. Miré de reojo que no hubiera nadie en la recepción y pude notar que el mago ya perdía los efectos a los que lo había sometido. Al menos me había servido para algo. Carraspeé mi voz al entrar y cerrar la puerta. Delante se encontraba Sagitas, la ministra. Y un joven que no conocía.

“¿Qué currículum? ¿Y qué protocolo?” pensé, escuchando que Mica tenía unas preguntas parecidas. No pintaba un buen inicio aquella entrevista.

— Disculpe señorita. Nadie me hizo firmar nada cuando entre aquí. Supongo que lo firmaré si estoy en el puesto. No soy profesor ni tengo ningún cargo en alguna de las instituciones. Vine especialmente para el puesto de la dirección —dije todo aquello sin respirar casi. Rebusqué entre mi vestimenta. ¿Qué estaba buscando? ¿Iba a mostrarle mi pésima conducta en las escuelas mágicas cuando era joven? No había estudiado nada. Solo escapado por una maldición, básicamente. Toda información que estaba oculta en mi mente y jamás sabría nadie nada. Miré a Mica peor automáticamente a la ministra—. Soy sangre pura. Leí el Edicto y me pareció que estaba en lo correcto. Si me permite… puedo demostrarle que soy capaz de mantenerlo…

Me rendí en buscar algo entre mi ropa que jamás iba a encontrar. Aquella bruja había sacado el edicto y tenía casi toda la comunidad en un revuelo. Pero estaba seguro también que iba a necesitar una mano, de hecho, la primera persona que se había acercado a quejarse la tenía a mi lado. Con un puesto dentro de una dirección, tendría mis pies automáticamente dentro del Ministerio. Y de otras instituciones. Podría ir navegando a gusto. Esperaba que aunque sea me pusieran a prueba.

@ Sagitas Potter Blue  @ Mica Gryffindor  @ Matt Blackner

[Veronica Prince Rambaldi]

Tras el ataque en King Cross, calles de Londres

Me detuve molesta en la barrera que habían levantado los muggles a varios metros de King Cross, vehículos con luces azules y pintado “Police” a los lados más algunos de tonos verdes con el agregado de “Militar” delante del pólice. Me alejé un poco y fingí hablar por un “celular” mientras me veía a un espejo. El espejo comunicador.

—Te digo Jimmy, no llegué a tiempo a Ministerio, cuando lo hacía ocurrió esto y me vine para aquí —al otro lado del espejo James me preguntó qué que hacía con ese aparato raro en mi mano y fruncí el ceño.

—Cállate, es mi celular nuevo y ¿en serio no te gusta mi espejo? Toda la policía de Londres parece estar aquí, atacan King Cross, parece que con magia, sí, magia James, eso que está prohibido —mi amigo pareció comprender al fin y bajó su voz, no podíamos dejar que nadie  notara que no salía el altavoz del celular sino del espejo en mi mano.

—Dicen que el secretario vino para aquí pero no logro llegar, esto es un desastre, dicen que iba a haber un ataque aéreo pero han logrado desviarlo, sí, no se sabe, pero que King Cross ha caído y se rumorea que encontraron una sección mágica allí, si James, sí —el gesto al otro lado era de clara preocupación, no lo culpaba, si el Andén 9 ¾ era ahora visible el Expreso de Hogwarts también —hablaron de enmascarados y una sombra oscura —aparte mi vista unos segundos y me apresuré a agregar —debo cortar e irme de aquí, algo va a pasar, viene más milicia —dije apurándome a guardar el celular y el espejo en mi bolso y alejarme, debía encontrar a alguien de ministerio de magia con urgencia.

[Sean -Ojo Loco- Linmer]

Entre como un vendabal a mi despacho. Enojado??? Pues si un poco. Seguia sin entender el porque se habia atacado King Croos. Y no me gusta las cosas que no logro entender, porque algun proposito tendria que haber. O sea, sabia que los mortifagos tenian su ideal particular...y era entendible que atacaran ese icono muggle que era la estacion. Aun asi....esa idea carecia de valor si entre los resultados estaba el hecho de que se habia destruido los medios magicos de transporte. O sea en que beneficiaba a los mortifagos eso, de hecho los haria ver como mas criminales aun. Si, no es que tuviesen muy buena imagen pero para que darle la razon a los de la orden en un intento tan chapucero de llamar la atencion.

Si, todo estaba confuso. Y ya me imaginaba que repercusiones tendria. Lo cierto es que pese a todo al menos el Ministerio llego y evito males mayores...quedando el asunto basicamente como un asunto..solo magico. Eso si quien sabe si no seria mejor usar este evento contra los muggles. Aun recordaba cuando trabajaba como accidentoso y el libro de escusas que manejabamos ante cada desastres...supongo que tocaria armar un nuevo libro de escusas...ahora para la comunidad magica...y culpando????....ahhh si...al conflicto. A las diferencias irreconciliables entre radicales magicos...y muggles. Algo contra lo que habia que luchar.

Como discurso no tenia perdida. Claro hacia falta lanzarlo al mundo. Supongo que en estos tiempos cataclismicos, habia que evolucionar el pensamiento y los ideales...para no quedar como dinosaurios, sepultados en las breas de las circusntancias. Ahora bien.....que periodista convicar a una entevista...como marear la perdis...y dar una de cal y una de canto....mmm todo bien complicado. Mire por encima de unos papeles y me decidi lanzando una moneda entre el cumulo de periodistas hermosas que tenia como ficha sobre la mesa.

@ Veronica Prince Rambaldi

off rol: ahi tienes el puente.

[Veronica Prince Rambaldi]

Aquella situación se me había antojado más que complicada, en resumen: tras declarar el estado de guerra los mortífagos habían atacado King Cross. ¿O había sido más bien simultáneo? Los muggles también habían reaccionado, no podía creer que hubieran mandado al ejercito para resistirse a la magia. Lo que era preocupante ¿Qué pasaba si tenían las mismas armas que nos quitaban la magia y que ya habíamos experimentado, incluso antes de la llegada del inquisidor? El inquisidor parecía haber desaparecido momentáneamente de la escena, pero los efectos de las reacciones contra él, el ataque al bar con los miembros de la ONU, las decisiones tomadas por el propio organismo muggle contra los magos. Todo esos nos llevaba a este punto: la magia estaba revelada, como había querido el anterior ministro. Las consecuencias: éramos unos parias indeseables y peligrosos.

Todas aquellas ideas pasaban por mi mente mientras intentaba escabullirme entre la milicia hacia King Cross y entonces lo vi entre los escombros, una figura parecía encargarse de coordinar a los magos, el Secretario y lo seguí, hasta conseguir una entrevista con él. Quizás cuando finalmente lo logré no fue en las condiciones más ortodoxas que hubiéramos podido esperar, pero allí estaba yo y allí estaba él, para hablar a calzón quitado, o mejor no, que con su fama perder los calzones no era la mejor opción. Pero reconozcámoslo, con su fama y todo, fue correcto y dio su parecer sin necesidad de recurrir a las artes más antiguas.

Spoiler

UN SECRETARIO ÍNTIMO

por Verónica Prince. 

 

Todos nos hemos ido enterando de los Edictos de la Ministra Potter Blue, quien no es porque realmente vive encerrado en la Torre de Londres, momento, si fuera así ya murió. Mejor no ahondamos en el humor negro.

En resumen, el Edicto n° 1 afectó nuestra relación con los muggles y obligó a los que tuvieran dicha ascendencia a realizar un censo. El Edicto n° 2 nos tocó el tema educacional, más censos y más quejas. Y en medio de estos dos edictos tenemos los decretos del Secretario Privado de la Ministra, primero su intento de disolución del Wizengamot, los Jueces se aferran a su birrete y sus asientos y luego, tomad fuerte vuestras varitas: la declaración de estado de guerra, con servicio militar obligatorio incluído.

Pero ¿es todo tan así? La Conferencia de Prensa del Señor Secretario apenas iniciaba cuando la comunidad mágica sufrió un nuevo ataque. Nuestros antiguos conocidos los Mortífagos atacaron el emblemático King Cross, destruyendo la defensa mágica que separaba el Andén 9 ¾ de los andenes muggles y un oscurus a sus órdenes destruyó las vías del ferrocarril sobre el paso del puente elevado y aunque se intentó salvar la formación, la locomotora y algunos de sus vagones se perdieron.

De esta situación tenemos la estación y el tren mágico destruídos, varios muertos muggles y algunos dicen que algún mago, lo que no queda claro si a manos de autoridades muggles o mágicas, un oscurus desaparecido, mortífagos escapados de las manos del Ministerio cuya seguridad no es que brilló por su ausencia, que sí se vió aurores casi desde el principio pero en poco número, pero que no supieron estar a las alturas de las circunstancias y finalmente una Orden del Fénix inexistente.

Sin embargo, no podíamos quedarnos con las ganas y por eso acudimos al Señor Secretario, quien en una cálida aunque húmeda locación, nos respondió algunas de las preguntas que no pudimos realizar en su conferencia de prensa, aunque el tema King Cross se tocó en la intimidad de la conversación, no fue una respuesta concluyente respecto a qué ocurrirá de ahora en más con los estudiantes que utilizaban nuestro antiguo y conocido Expreso de Hogwarts.

Sean Linmer (SL) - Primero las presentaciones.... pues no es que hayamos interactuado mucho.

Verónica Prince (VP) – Verónica Prince del United King’s Today.

SL - Por cierto...un placer…soy Sean Linmer.

VP - Quería ir a su conferencia por la declaración de estado de guerra y no pude por los muggles.

SL - Bahhh...pues te ofrezco una entrevista una vez este despedido.

VP - ¿Le van a despedir? Oh, eso sí que es primicia.

SL - jajajaja tal vez....quien sabe, ahora mismo tengo a Ministra enfurecida por "mis excesos".

VP - Un hombre con excesos, que interesante

SL - Que se puede decir...uno humildemente hace lo que puede... jajaja

VP - ¿Y qué es lo que puede hacer el Señor Secretario?

SL - Pues de todo....desde declarar la guerra a un país...hasta robar en un museo....y de ahí a festejar lleno de chicas desnudas en un jacuzzi.

VP - Que estilo, guerra, robo y orgía, habrá que llevar pergaminos y plumas anti agua para el reportaje, ¿Cuál era el hechizo para impermeabilizar?

SL – Impervius, tampoco es para tanto... la parte de mujeriego… pervertido… si... la de ladrón también...ya de tanto poder como para la guerra...pues solo ahora.

VP - ¿Cuáles han sido sus intenciones al declarar el estado de guerra, y es verdad que la Ministra no está feliz con ello?

SL - Bueno mis intenciones son simples...estamos en un estado de guerra...solo que no se había declarado esa condición. Ya nos han atacado... primero los búlgaros... después los muggles el día de la Ira... después tomaron los puertos los egipcios... en fin... que todo el mundo parece que puede atacarnos... por eso hay que modernizar el Ministerio. Hacer departamentos y movilizar a la población para tomar la iniciativa, teniendo como prioridad acabar con el inquisidor.

VP - Uy, el Inquisidor da miedo. ¿Y no cree que el ataque a King Cross es una reacción a su iniciativa y de ahí el enfado de la Ministra?

SL - No se preocupe... aquí está segura, lo cierto es que la verdad nada se sabe de ese inquisidor...pudiera ser cualquiera... Sobre lo de King Cross...pues ni idea...seguro...fue ese grupo sin protagonismo ya... los mortifagos... ahora que no tienen a los de la Orden para jugar… solo quieren llamar la atención. Usted sí que sabe... y está bien informada... no... los problemas con la Ministra no vienen de King Cross.

VP - Y ¿Qué cree que ha pasado con los de la Orden? ¿Y cuál es el problema con la Ministra? ¿Qué la ha impulsado a esos edictos? ¿Usted se los ha sugerido?

SL - Muy perspicaz usted...y sugerente...a este paso no lograre centrarme en la entrevista. La verdad es que la Ministra me quiere proteger... piensa que me he expuesto demasiado… y ya que preguntas por los edictos... pues te digo... que es la Ministra la primera que evolucionó su pensamiento. Ella no odia a los muggles... de hecho los quiere mucho... solo que dada la situación reinante hay que actuar en consecuencia.

VP - Hay amores que matan dice una frase ¿Ese es el tipo de amor de la Ministra a los muggles? ¿Y cómo es su amor Señor Secretario?

SL - No....la Ministra en si no quiere hacerles mal a lo muggles… solo quiere que las cosas no escalen a más. O sea a posiciones que no permitan en un futuro una convivencia... aceptable entre ambos mundos. Y mi amor... pues intenso... ahora mismo cierta bruja tiene prendado mi corazón.

VP - Y con ese amor intenso por los muggles y las brujas ¿Cuál es su posición en todo esto?

SL - Yo simplemente soy un roba bragas que ahora estoy de servidor público. Mi posición es que ya nada es igual... y mientras más rápido lo aceptemos... pues mejor.

VP – Entonces, para terminar ¿Quiere hacer una reflexión final o lo que ha dicho la considera como tal?

SL - No....esa es toda la reflexión que debe conservar el mundo mágico. Ya nada será igual... por mucho que uno lo desee.

Y aquí dimos por finalizado el diálogo con el Secretario Linmer, no sin antes acordar una nueva cita, para conocerle más íntimamente en cuanto a sus posturas y gustos de política, poder y sus muy "particulares" especialidades.

[Luna Gryffindor Delacour]

Luna Gryffindor Delacour- Empleada del Departamento Auror de Gran Bretaña, Oculta en algún lugar gracias a su tía Mica

 

Mascullo un juramento cuando entendió porque su tía la había llevado allí, las viejas revistas y diarios del profeta le decían todo lo que tenía que saber, aquella había sido una casa o un mansión en años anteriores y que se veía mucho mejor que ahora, la cristalería se veía cara y parecía que alguien había vivido allí, ¿acaso pretendía mantenerla oculta hasta solucionar todo? quería salir de allí, ella odiaba estar sin saber que pasaría pero entendía porque lo había hecho, aparte de enojarse con ella, Mica quería protegerla para que nada malo le pasará y eso le daba esperanzas como nunca antes nada le había dado en la vida.

 

Nunca podría explicar bien porque había atacado a quien no debía, tampoco nunca podría confesarle que se había nublado su juicio y la había atacado sin más, a sangre fría y sin pensar en las consecuencias de sus actos, había actuado impulsivamente y esa impulsividad al fin le había costado caro, no quería pensar en el juicio que de seguro tendría o algo por el estilo, pero lo que si quería entender era que pretendía hacer su tía con ella, ¿la odiaría? aquella mirada que le lanzo no era de comprensión, así que podría llegar a entender que ella no la quisiera en esos momentos, no tenía justificación a lo que había hecho y sabía que merecía el castigo que ella o quien quiera quisiera darle.  

 

Se imagino que encontraría una salida viable, porque el pensamiento de que eso no pasará no podía ser cierto, sabía que alguien, Darla o si quiera Rory, la ayudarían en esto, no podría dejarla sola y además un error lo podía tener cualquiera, aunque el suyo había sido muy grave y para nada coherente, había atacado a un civil y eso para alguien de su rubro era algo imperdonable, máxime si se supone que había ido a defender y no al revés en realidad, aún así y con todas las de perder, ella seguía confiando en que podría salir ilesa de todo aquello y que podría salvarse de una u otra manera o al menos, eso era lo que le gustaba pensar en aquellos momentos de soledad que estaba teniendo en ese lindo lugar.  

 

No necesitaba preguntarle a su papá que pensaría de aquello, sabía que estaría decepcionado al igual que su tía, así que se contentaba con el pensamiento de que al menos él no la había visto caer a lo más bajo que pudo caer en su vida, parpadeo para no llorar al pensar que realmente sería muy decepcionante y horrible de ver y por primera vez agradeció que Elvis no estuviera allí para verla en esos momentos, ¿como le explicaría que se había equivocado? así que suspiro pensando que al menos era uno menos al que tuviera que explicarle algo, aunque eso no la dejaba tranquila, tendría que encontrar una salida rápida y además debía de resarcirse con su tía Mica y con todo el resto de la comunidad mágica cuanto antes mejor.  

 

- Solo me resta esperar que nada tan malo me pase y evitar Azkaban, solo así estaré feliz de nuevo, además de explicar algo que en realidad no se ni porque paso, solo ataque a alguien que no debía y por eso merezco un castigo, ojala que esto no me llevé a la cárcel y pueda explicarles que me equivoque y que estoy arrepentida y que no volveré a hacerlo nunca más, es más quizás ni debí de ir aquella vez ahí ¿no? al fin y al cabo, defender nunca había sido lo mio, tendré mucho más cuidado la próxima vez, lo prometo que sí, solo espero evitar la cárcel y poder seguir siendo Auror, que es lo que le da sentido a mi vida - Dije al aire, juntando mis manos en un rezo silencioso y pidiéndole a Merlín y al famoso Dios de Rory que me ayudará en esos oscuros y tristes momentos -

 

Tampoco quería saber que pensaría el pastor de mí, eso era lo que mi cabeza no dejaba de pensar ni un solo minuto, él era mi amigo al igual que Darla y Mica, los 3 eran muy importantes para mí, pero sabía que quizás solo Darla y Rory podrían perdonarme, de mi tía Mica no estaba muy segura, aunque juraría que así lo haría porque si no, nunca me hubiera ocultado en primer lugar, así que si que podíamos incluirla entre los que me querían y me apoyarían en aquello, sonreí pensando que mientras los tuviera a los tres podría ser feliz y además me sentía protegida por ellos, por ende no estaba tan preocupada, porque seguro que de alguna manera encontraría de salir de todo aquello, solo que aún no estaba viéndolo del todo todavía.