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Prueba de Metamorfomagia (Ada Camille Dumbledore + Malum Luxure)


Amara Majlis
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Amara estaba de pie con un kabyle morado que tenía bordada la evolución de una mariposa, desde la pupa siendo aún un pequeño capullo verde hasta llegar a ser una monarca de naranjas y negras alas. En cierta forma no había nada demostrativo de lo que podía llegar a ser un metamorfomago. ¿Acaso alguien podía decir que la conocía como la crisálida que había sido? O más bien solo veían, hoy, en ese instante y lugar específico a la caucásica mujer de fina y respingada nariz cuyos cabellos cobrizos eran mecidos por el viendo enredando sus prolijas ondas.

 

Giró su ahora azul mirada hacia el lugar desde donde debían llegar sus pupilas, guardaba en su siniestra los anillos de aspirantes que la conectaban con ella durante la prueba.

 

Bienvenidas —dijo al verlas llegar —aún estáis a tiempo de arrepentiros si así lo consideráis, sino, aquí tenéis vuestros anillos de aspirantes, gracias a ellos sabré cómo vais avanzando y si necesitáis alguna ayuda —dijo tendiéndoselos con la zurda, sosteniendo su vara de cristal en la diestra.

 

En esta isla a la que habéis llegado os encontraréis con vuestro destino de metamorfomagas, deberéis atravesar cuatro pruebas que os llevarán hasta la pirámide donde me encontraréis al final. El bosque, el laberinto y el lago son parte de vuestro camino —las observó unos segundos antes de agregar — ¿están completamente seguras de que es su deseo realizar la prueba? Esta pregunta es porque lamento decirles que tendrán que entregarme en estos momentos sus objetos mágicos, es decir, su varita mágica, anillos y amuletos, todo aquello les impliqué poder realizar magia, y que sea ajeno a su cuerpo –dijo mientras extendía su mano con un canasto que había hecho aparecer para que las brujas depositaran todo allí para luego sellarlo con magia y hacerlo desaparecer.

 

Para poder realizar la prueba deben llegar al interior de la pirámide —señaló con su diestra la mítica edificación—, sin embargo, no será un camino fácil. Deberán demostrar que son capaces y merecedores de la habilidad que poseen. Es por ello que les pedí sus objetos mágicos, porque no podrán usar nada más que su habilidad para poder llegar.

 

En esa embarcación podréis llegar al otro lado del lago —Amara señaló el kayak en el que parecía que solo una persona adulta de buen porte podría entrar en él —es lo único con que contáis para esta primera prueba, sed listas para poner en práctica lo que habéis aprendido.

 

Lo siguiente que tendréis que hacer al llegar al otro lado es elegir cada una uno de los dos caminos que llevan al centro de laberinto de espejos, os encontraréis al final, —Amara miró a las dos mujeres frente a sí antes de continuar —los espejos os enseñarán cada uno de los rostros que sois capaces de mostrar a los que las rodean, no somos iguales ante todos ni actuamos con los amigos como con nuestros enemigos, pero para encontrar el final del laberinto y reencontraros deberéis reconocer entre todos esos reflejos el verdadero rostro de ustedes, cuando os reconozcáis a vosotras mismas y digáis en voz alta qué es lo que hace ser lo que sois y por qué ese rostro es el vuestro, habréis superado la segunda prueba.

 

Lo que Amara no les decía es que una vez que eso ocurriera, cuando el espejo se convirtiera en un portal, al atravesarlo estarían juntas pero ya no serían las mismas sino que sus cuerpos habrían cambiado, Ada llevaría el rostro de Lady y Lady el de Ada.

 

Cuando estéis al otro lado, recorreréis el camino final y deberéis ayudar a la persona que más ama el rostro junto a ustedes diciéndole las palabras que creéis que necesita para recuperarse de la tristeza que le embarga en ese momento —La prueba era relativamente sencilla, Ada luciría como Lady y encontraría a la persona que más amaba al otro lado del laberinto y debería, luciendo como Lady, decirle las palabras que reconfortaran el alma de esa persona amada para poder recuperar una vez más su rostro y cuerpo de Ada. Y lo mismo Lady, luciendo como Ada, debería reconfortar a quien más ella amara.

 

Cuando hayáis logrado ser solidario con esa persona amada, amor fraterno, ágape o eros, vosotras sabráis, esa persona os tomará de la mano y tal si fuera un traslador os llevará al centro de la pirámide junto a mí, id con cuidado y demostradme de lo que sois capaces.

 

Tras esas últimas palabras Amara desapareció  para reaparecer en la cámara de las siete puertas, cada una de las cuales tenía inscripciones diferentes, una por cada habilidad. La bereber confiaba que sus pupilas sabrían identificar la de la metamorfomagia, aquella que debían cruzar para iniciar su prueba en el portal, pero antes, tendrían que hablar una vez más con ella.

@Ada Camille Dumbledore @Malum Luxure

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La cita estaba dada, la Arcana nos había informado del lugar y la hora para realizar la prueba final de Metamorfomagia estaba lista y era momento de poner en práctica todo aquello que habíamos aprendido durante todo este tiempo con la Arcana Amara, nos habíamos enfrentado a diferentes pruebas para lograr desarrollar todas las habilidades propias de la transformaciones propias de lograr dominar una destreza tan particular. La sonrisa que estaba en mi rostro solo denotaba emoción y entusiasmo y más al estar junto a mi hermana Lady (@Malum Luxure) quién también había estudiado aquella maestría.
Era una habilidad que disfrutaba más sabiendo el origen de aquella, mis ancestros las Veelas tenían la capacidad de transformarse y así poder capturar a sus víctimas en los bosques, por lo que no era de extrañarse que la destreza de la transformación física corriera por mis venas. Confiaba en que no sólo mis genes si no la capacidad que había adquirido a través de todas las pruebas que nos había dado la Arcana surtieran el efecto esperado y logrará superar esta. 
Salude a la Arcana Amara Majis con una sonrisa y una reverencia enseñándole mi respeto a la maestra, ella siempre había sido comprensiva conmigo y se lo agradecía. Inicialmente nos preguntó si queríamos realizar la prueba, me adelante a contestar. 


-Si señora Arcana, deseo tomar la prueba. 


La arcana nos explicó por dónde debíamos ir para localizar la pirámide en donde nos esperaría y que debíamos superar varias y diversas pruebas, por lo visto por diferentes terrenos y desprovistas de nuestros artilugios mágicos, lo cual no me hacía muy feliz al tener una relación bastante cercana con mi querida varita, pero sabía que era capaz de superar todo eso con mi entrenamiento no sólo con Metamorfomagía , sino el entrenamiento militar en terreno recibido en algún pasado. Suspiré mientras entregaba mi hermosa varita  en aquel momento, el collar que usaba para evitar peligros, los anillos de mis dos libros, mi bolso de piel de moke. Me costó un poco dejarlos sobre el canasto, pero sabía que no e sería por mucho. Me retire de nuevo a donde estaba dos pasos atrás y suspiré de nuevo. Tome el anillo de aspirante y lo coloque en mi dedo anular de la mano derecha. Ahora el momento de la verdad para probarnos a nosotras mismas nuestro aprendizaje. Lo primero sería atravesar el lago para lograr llegar al bosque y así poder arribar hasta la pirámide que era nuestro objetivo final, lo único que podríamos usar serían nuestras habilidades de Metamorfomagia y nuestro ingenio.  Volví a mirar a la Arcana y me adelante al kayak, precisamente las dos como adultas no podríamos pasar juntas en el kayak, no se este tamaño.  Me adelante y sopese las posibilidad para trabajar juntas. El peso y la musculatura de un infante de unos ocho o nueve años tendría la fuerza suficiente para mover entre ambas la embarcación pequeña, podría mover uno de los remos con suficiente fuerza, pero no ambos. Me concentre y empecé a transformarme: los rasgos de un niño de 100 centímetros de alto de 30 kilos de peso, ojos marrones, piel trigueña, sonreí viendo en mis manos el cambio de tamaño y mire mi reflejo en el agua. Le indique a mi hermana que hiciera lo mismo y  tomamos lugar en el Kayak, cada una tomó un remo y empezamos a remar, la embarcación se movió en círculos porque habíamos empezado a remar para distinto lado…  solté una carcajada. 

 

-Pará…  debemos hacerlo para el mismo lado, para adelante a la de tres: uno, dos y tres. 


Ambas o mejor dicho ambos niños empezamos a remar en el mismo sentido y el kayak empezó a avanzar. Avanzamos lento pero seguro, llegamos hasta el otro lado del lago en donde se indicaba la entrada del bosque. Desembarcamos no sin antes ladear un poco el kayak y casi caerme, pero con equilibrio lo solventados. 

 

-Llegamos, ahora debemos ir por…  creo que por allí, ¡Haber quien llega primero!

 
Dije corriendo sin avisarle y riendo literalmente como un niño. 

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Ministre de la Magie Français // 🌙 dulce asesina by Mael

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  • 2 semanas más tarde...

Amara había respondido con una suave inclinación al saludo de la Dumbledore, Ada, la muchacha lucía una sonrisa feliz por haber llegado a la prueba. Era por ello que mientras desde la pirámide contemplaba el desarrollo de la prueba gracias a la unión a través del anillo de aspirantes la arcana esperaba que la joven y su compañera supieran desempeñarse perfectamente y sin problemas para llegar hasta ella.

 

Tras confirmar que deseaba la prueba, Ada había lanzado un suspiro al tener que desprenderse de su varita y demás artilugios mágicos para enfrentarse a la prueba. En realidad Amara solía escuchar a sus compatriotas cuando comentaban que no siempre podrían contar con la magia a través de  sus varitas y algún día deberían desarrollar la magia como los antiguos egipcios, sin necesidad de canalizarla a través de la madera y sus núcleos que potenciaban aún más su poder. La magia está en vuestros corazones, había escuchado alguna vez decir a algunos muggles cuando impulsaban a los jóvenes a luchar por sus sueños. Si ellos, solo con sus artilugios pensaban eso, cuánto más se podría lograr con verdadera magia.

 

La joven había sido inteligente, había adoptado la joven de un niño de unos ocho años aproximadamente y apenas treinta kilos y un metro de alto. Bien pensado, y así se lo indicó a su hermana. Amara sonrió asintiendo, iban bien, bueno no tan bien al comenzar a remar en círculos pero luego el kayak tomó la dirección correcta y la berebere sonrió de nuevo, iba bien encaminada.

 

Llegar a la otra orilla le llevó un ritmo lento, pero seguro y finalmente arribaron al muelle natural al otro lado, lanzándose la joven Ada corriendo aún como un niño hacia el camino del laberinto que la llevaría hasta el centro en  que descubrirían su verdadero yo. Claro que en el camino los espejos le reflejarían cada uno de los aspectos de sus posibles yo a lo largo de su historia, después de todo, no siempre tenemos el mismo rostro ni la misma actitud ante todos en la vida ni ante los hechos que les guían a través de ella.

 

Majlis se cruzó de brazos, observando el recorrido de sus discípulas y preguntándose si Lady estaría tan preparada como creía para recorrer aquel camino o si había decidido tomarse su tiempo para no fallar en aquella prueba.

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La travesía por el lago había sido muy singular, me gustaba estar con Lady, trabajábamos muy bien juntas y aunque al principio no habíamos coordinado bien lo habíamos logrado, lo cual era maravilloso. Antes que ella reaccionara corrí cual infanta y me infiltre al bosque hasta encontrar el laberinto de espejos.  No sabía bien porque pero le temia un poco a ese laberinto, no sabía que esperar allí, pero precisamente esa era la idea de la prueba: que usáramos nuestra mejores habilidades.


Suspiré y empecé a entrar entre los espejos y me sorprendí un poco al ver mi reflejo de niño, hasta hice unos mohines a mi reflejo y vi como me respondía XD. Camine unos metros más adentro y de pronto logré divisar la imagen de una niña rubia con el cabello recogido en una coleta, vestido azul profundo con zapatos plateados que recibía en sus manos un violín, pero no era cualquier violín:  La bisabuela Ada me había regalado una reliquia una obra maestra más de Guiseppe Guarneri Construido en 1741, su singularidad se debía a que había sido propiedad del violinista polaco Paul Kochanski. Desde la madera hasta quien lo había usado era originalmente escogido para interpretar majestuosas obras y ahora era mi herencia y estaba en mis manos y era un fantástico regalo. Con una sonrisa suspiré y toque con las yemas de los dedos el espejo y empecé a transformarme en la pequeña Ada, para recordar y sentir en profundidad unos de los recuerdos más tiernos de mi infancia. Me anime a seguir para saber que sorpresas me tenían preparadas aquellos espejos. Más adelante tras caminar varios minutos una nueva imagen se plasmaba en ellos: una niña de cabello rubio junto a otra de cabello oscuro y ojos azules jugaban juntas en un jardín junto a un gran ventanal, una corría tras de la otra parecían tener 7 años.


-Anne Marié…

 

Tome entonces la apariencia de mi amiga, mi rostro blanco, ojos azules claros, cabello castaño oscuro y largo el delgado cuerpo de una niña de 7 años. Sonreí de ver como los espejos reflejaban ante mi momentos y personas, recuerdos importantes de mi vida. Me mire el vestido gris de Anne Marié que ahora yo lucía, ella siempre había vestido muy sencillo pues su familia era inmigrante en Francia y aunque estaba al servicio de mi familia, había sido siempre mi mejor amiga durante mi infancia, adolescencia y más allá de ella. Sonreí al ver cómo en mi mano estaban sus uñas sucias de tierra y la cicatriz hecha en el pasado por subir a un árbol a salvar un pequeño pájaro bebé. Su corazón era generoso y bueno y su compañía en mi infancia había sido mi refugio.  Cada día de mi vida agradecía la compañía y el tiempo de ella. Suspiré y me aleje, no estaba siendo rápido mi paso por el laberinto, por el contrario parecía estar pasando por una serie de estaciones que revelaban mi mente, cosas que solo yo sabía al haberlas vívido. Además de transformarme en  cada una de ellas, sentía y experimentaba sentimientos de aquella época, además de sentir aquello que la persona a la que recordaba experimentaba junto a mí.


Avance después de tomar el aspecto de mi mejor amiga continúe con mi camino en el laberinto, logré ver varios momentos de mi vida, finalmente uno que no recordaba bien. En el salón principal estaba de pie al lado de mi bisabuela Ada, unos diez años, vestida de amarillo, el cabello adornado con una cinta de satín y dos mujeres de cabello púrpura en frente d e mi, una más joven a la otra. Una de ellas era mi madre a quien veía por primera vez, note como me abrazaba pero esta vez vi algo que no había notado: la mujer a su lado era mi tía Sagitas, la actual primer ministra de Gran Bretaña. Mi aspecto empezó a cambiar y tome la forma de Sagitas Potter Blue, su  cabello violáceo, su altura y aquella sonrisa tan singular. Me causó curiosidad que jamás había puesto atención en que Sagitas acompañaba a mi madre ese día. Ella me había explicado en mi madurez todas las razones de mi nacimiento  y porque no conocí a mi madre hasta después de diez años.


Seguí el laberinto, mire el cielo no parecía haber pasado mucho tiempo, con la apariencia de Sagitas avance hasta ver una imagen que jamás volvería a apreciar estaba allí enfrente a un pelotón militar de entrenamiento, tenía un uniforme camuflado, a mi lado estaba Anne Marie y ante el comando un experto que nos enseñaría uso de armas Mágicas y muggles, me dije en mi rostro serio e inexpresivo y en el del comandante Langlais nos explicaba técnicas de arte marcial y nos preparaba para combate cuerpo a cuerpo. Tome la forma del comandante Langlais: espalda ancha, mentón cuadrado penetrantes ojos marrones y aquella nariz aguileña que le hacia parecer un ave de presa. El uniforme camuflado en tonos azul petróleo, los brazos musculosos y las piernas gruesas y pesadas. Me sentí enorme al cambiar a su aspecto, era un hombre entrenado y jamás había pensado que moverse era de manera normal era algo difícil. Logré tras varios pasos avanzar y caminar como el lo hacía, con aquel ritmo militar que lo caracterizaba. 


Avance varios metros y fue entonces cuando el corazón se me detuvo: la imagen de aquel quien había robado mi corazón por primera vez, solo el y yo sabíamos de aquello y me lleve la mano a la espalda, el tatuaje que rezaba “eternamente tuya J. “ que reposaba en mi espalda me hacia recordar los instantes de compañía y complicidad con él. Jamás habíamos pasado de un simple flirteo, pero me había robado por completo el corazón. Siempre anhele el momento de reencontramos y esperaba que llegara. Tome su aspecto, cabello castaño claro, penetrantes ojos azules, y su delgado y cuerpo. Acaricie por un momento su mejilla o mejor dicho la mía, recordado y evocando la suavidad de su piel. No podía demorarme más era momento de seguir, lance un beso al reflejo y seguí.

La siguiente estación estaba más lejana, la imagen de mi madre adoptiva quien me adoctrinaba en artes Mágicas, la forma de la calva fue mía entonces, su rostro blanco, desapareció mi cabello y aquel esbelto cuerpo forrado en un vestido ajustado cual escultural serpiente se apoderó de mi. Ahora era yo la jefe de una organización delictiva que manejaba innumerables negocios ilegales muy lucrativos. Camine tal y como ella lo hacía, altiva, orgullosa y segura. 


Ya se veía a lo lejos la luz de los árboles, allí la salida del laberinto, antes de salir una última imagen eran mis hermanas, entre ellas Lady, la pelirroja era de mis hermanas la más cercana a mis afectos, ambas habíamos hecho amistad de manera instantánea al conocernos, el enterarnos que más amigas compartíamos familia e ideales nos había unido de manera singular. La admiraba enormemente y le tenía gran afecto. El cabello rojizo empezó a salir de la cabeza calva, los rasgos delgado se hicieron más curvos y delinearon los rasgos de la Luxure, labios carnosos y rojos, el cabello largo y encendido como fuego, su cuerpo esbelto con un vestido rojo con una abertura en la pierna izquierda, aquellos ojos rojos tan singulares de la mujer ahora los reflejaba el espejo en mi. Sonreí sintiendo el gran afecto a mi hermana y mejor amiga. Y así salí del laberinto hecha toda una sexy pelirroja. Debía apresurar me para seguir el camino y llegar a aquella pirámide, era momento de rendir la siguiente prueba. 


 

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  • 3 semanas más tarde...

Y al llegar al bosque, el niño se encontró con el laberinto de espejos y en uno de ellos pudo ver en lo que se había convertido, llenando sus ojos de ilusión y entusiasmo. Luego se encontró con una pequeña violinista a la cual adaptó su forma. Majlis observó la secuencia empatizando con la nostalgia que percibía en aquella mujer que había regresado a su niñez. Algunos recuerdos son una caricia para el alma. Pensó la arcana.

Y otra niña apareció en escena, parecía ser su amiga, luego la actual ministra de Inglaterra quien era su tía para luego encontrarse con la figura del hombre que la entrenó en el campo militar, luego se encontró con el rostro de su primer amor, su madre adoptiva y sus hermanas entre ellas el rostro de la Luxure quien aún se figuraba ausente. Majlis percibía que la Dumbledore ya no se concentraba en la transformación de su cuerpo, sino que la dejaba fluir como un artista fluye con un pincel sobre el lienzo y crea una infinidad de mundos que nacen en su pecho. Así contempló a la aspirante y el pecho de la anciana arcana se hinchaba de orgullo al ver que la joven de cabellos dorados se desenvolvía con tal soltura en el encuentro con sus rostros, los que la habían convertido en la persona que era.

Al verla salir del bosque con las facciones de Lady Luxure, la arcana se preguntó si la Dumbledore se había encontrado con su verdadero rostro ya que no dijo en voz alta qué la hacer ser quien es y porqué ese rostro le pertenecía.

Aún así la mujer avanzó con sus cabellos rojos como fuego y se encontró cruzando un largo camino donde se encontraría con la persona que más amaba con la tristeza impregnada en su rostro y un estado de completa desolación.

¿Con quién se encontraría? ¿Lograría arrebatarle la tristeza?

Amara conservaba la esperanza de que su otra aprendiz asistiera a la prueba, había realizado con éxito cada uno de sus pedidos en clase y deseaba de verdad ver el anillo en su dedo.

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El laberinto me había hecho pensar en demasiadas cosas que no recordaba, hechos de mi vida, que si bien eran muy importantes los había dejado en lo profundo de mi mente. Había sido maravillosa la experiencia y ver a cada uno de esos seres especiales para mi reflejados en mi como si yo pudiera en medio del don de la Metamorfomagía mostrar mi afecto por cada uno de ellos. De manera sorprendente me causó gracia el que fuera tan elocuente el espejo que logrará ver mi secreto, estar enamorada de alguien desde hacía mucho y jamás decírselo por ser un amor imposible. Hasta el detalle del tatuaje que llevaba en honor a él, la magia de ese espejo era realmente poderosa. Reí mientras iba por el largo camino, en serio la prueba invadía tu mente de una manera atrevida y sacaba todo lo que había en tus archivos de memoria. Solté una carcajada y lleve la mano de manera graciosa a mi boca, reconocí entonces las manos delicadas y sofisticadas de la Luxure y su risa salió de mi boca. Había olvidado que estaba transformada en la poderosa Emperatriz de Austria.

Habían muchas cosas que admiraba de ella y tal vez jamás se lo había dicho, era una dama refinada, propia y con gran fuerza. Tenía poder de mando y había sabido llevar muchos de sus proyectos a buen término. Tenía gran sentido del humor y gran amor a sus familia y a sus hijos, me di cuenta mientras caminaba que admiraba a mi hermana. Lo cual no era un secreto, pero había pasado desapercibido a mi propio entender.

 

Los árboles franqueaban el camino a lado y lado, eran altos y apenas dejaban entrar los rayos del sol, ese camino me dejaba ver una luz al final de ellos, logré ver que alguien se movía y parecía nervioso. Me apresure un poco caminando para llegar al final de los árboles. Llegué allí y logré ver a la mujer calva y hermosa preocupada y triste: era Zoella Triviani mi madre adoptiva, el ser al que más amaba y admiraba. Pará muchos era un secreto que desde el abandono de mi madre la Triviani había llenado no solos mis afectos, sino la educación y los valores que la familia debe darte. Me había dado ambiciones y sueños que finalmente alcanzaba y eso la hacía el ser que más amaba. Mis manos alcanzaron sus brazos y acogí su llanto desconsolado.

 

- ¿Madre que sucede? ¿Está todo bien?

 

Seguro algo grave sucedía, ella siempre era una mujer fuerte y propia, la única razón para verla de esa forma debía ser un hecho grave, pero el llanto la ahogaba y no me permitía saber que sucedía.

 

-¿La Nona Candela está bien? ¿Es el tío Jeremy? ¿El tío Matt?... ¿Acaso el Nono Aaron le han hecho daño?

 

Esas últimas palabras me causaron una punzada en el pecho, si alguno le sucedía algo seria devastador. Pero ella seguía sin guardar la calma, la rodee con los brazos y le pedí que guardara compostura fue entonces cuando pensé en quien la podría calmar. Solo pensé en una persona. Cerré mis ojos y sentí a la Zingara: La bruja de cabello castaño y ojos grises miró a su hija, el tatuaje de la salamandra de color ocre resaltaba en su cuello al costado derecho. Lucía un vestido sencillo color marrón. Candela Triviani miró a su hija con severidad y me separe de ella.

 

-Debes recomponerte, es momento de que te calmes y me pongas frente a lo que sucede, no es momento de dejarse caer

 

Solté con voz severa como la de la Nona, ella sabía desenvolverse de manera magnífica en cualquier situación, mire por última vez a la calva y desapareció ante mis ojos, con sorpresa di un paso atrás. Era una de las pruebas. En medio de la confusión y la preocupación había olvidado donde dónde estaba. Me lleve la mano suave y lechosa a la frente y solté una risita. Era momento de avanzar a la pirámide, ya se veía cerca.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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La vara de cristal sopesaba en sus manos, iba y venía entre sus delgados y finos dedos mientras aguardaba que su aprendiz se presentase en la pirámide.

Las cinco puertas estaban cerradas, pensar que a lo largo de su camino fue abriendo una a una para convertirse en arcana. Arduo fue el camino y una mirada al pasado se veía tan lejano como la edad que se había escapado de su cuerpo gracias al poder de su habilidad principal.

Una ceja alzó y su vara se transformó en un largo báculo de madera sobre el cual dejó caer parte de su cuerpo para descansar, cuando vio llegar a la pelirroja acompañada de su madre, una mujer atractiva y sin cabello quien poco a poco se desvaneció no sin antes regalarles una sonrisa libre de pesares.

-Recuperad vuestro rostro- imperó Majlis -enseñame vuestra verdadera forma y responded con tu voz mi pregunta.

Elevó el báculo unos centímetros y lo dejó caer causando un golpe seco que levantó el polvo del suelo e hizo retumbar las cinco puertas.

-No se qué te encontrarás del otro lado de la puerta- sentenció la arcana de ensombrecido semblante -pero no podré ayudarte si las cosas se salen de control. Si te enfrentas a la muerte y no eres lo suficientemente fuerte, parecerás. Si te enfrentas a tus miedos y estos te vencen, fracasarás-

Se mantuvo un instante en silencio para analizar el verdadero rostro de la Dumbledore.

-Sabiendo eso, Ada Camille Dumbledore ¿Estás preparada para realizar la prueba? De ser así avanza por la puerta de Metamorfomagia, tu anillo es la llave, si lo logras saldrás de allí con un nuevo poder.

Finalmente Amara Majlis calló, ya no había nada que pueda hacer por la ministra más que aguardar su decisión, si abría la puerta de Metamorfomagia no habría vuelta atrás, de fracasar quedaría eximida de la habilidad para siempre.

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La pirámide está justo enfrente mío, imponente, enorme, misteriosa, magnífica en extensión y belleza. Yo una simple mortal sin varita y deseando que mi habilidad fuera suficiente para superar el reto que me esperaba. Llegué hasta el lugar en donde estaba la Arcana, siempre me había parecido una mujer dulce amable y sabía, pero esta vez se veía severa y llena de un halo de poder que distaba bastante de la mujer afable y dulce de la cabaña. Ingrese con calma hacia lo profundo de la pirámide. Camine despacio sopesando en aquel largo y oscuro pasillo lo que podía esperarme en ese pasillo, ya había estado en una prueba en una pirámide y no había sido nada fácil conectarme por el perdón que debía a mi madre biológica. No podría ser la misma situación, ya había perdonado a mi madre, apenas saliera de todo esto seguro la vería y podríamos estar juntas y tener una larga charla.

 

Un umbral dejaba ver luz, me acerque a él y me fije que era una gran habitación de piedra, la luz me cegó en cuanto entre y puse mi mano para evitar que mis ojos se lastimaran. Unos minutos después solo sentí un gran golpe y quedé en el suelo mientras unas manos apretaban mi cuello asfixiándome, logré por instinto anteponer mis rodillas para que el cuerpo de la persona me presionarla más sobre el suelo, pero aún así sus manos se aferraba a mí cuello tratando de oprimirlo. Con mucha fuera presione y logre liberarme de la presión en el cuello y lo empuje con los pies lejos de mi. Recupere el aire y busque mi varita, pero recordé que no la tenía así que me levante en postura de defensa. Pero toda la defensa cayó al suelo cuando vi frente a mi a la persona que trataba de matarme. Un dolor indescriptible apareció en mi pecho, sabía que no era precisamente físico sino emocional, quien estaba junto a mí era él : el Hombre que amaba. Hacía muchos años que lo conocía casi desde que era una niña, había sido no sólo un compañero de juegos, cómplice y amigo en travesuras, sino el primero por quien había sentido algo diferente. Sus ojos azules y su cabello rubio estaba despeinado, desorbitados su mirada… con odio. Conocía ese sentimiento de muchos, pero no de él, se abalanzó de nuevo contra mí y no fui capaz de  resistirlo me lanzó contra uno de los muros y el dolor me recorrió toda la espalda y la parte posterior de la cabeza. Las lágrimas contenidas comenzaron a brotar de mis ojos cerrados, trataba de esquivar sus golpes, pude percibir su olor y era su aroma, me hizo recordar la noche que había hecho el tatuaje en su honor “eternamente tuya J”. El jamás lo había visto, no podía herirlo: lo amaba.


Entre en una especie de seminconsciencia recordando como alguna vez me había atrevido a acercarme a él y lo hubiera besado, pero me había pesado la cobardía. Aquel atardecer en sus brazos cuando casi caigo de la torre Eiffel. No podía hacerle daño, pero que pasaría si no me defendía… ¿iba a morir? No, no podía morir, por nadie, yo debía vivir… si esa noche hubiera caído d ela torre Eiffel no hubiera gobernado Francia y no hubiéramos conquistado Austria…  ¡No! ¡No iba a morir!. No hoy, no en sus manos.
Abrí los ojos y empecé a defenderme, no permití que siguiera golpeándome y empecé a bloquearlo y a evitarlo y solo pensé que solo no se heriría a él mismo, así que con mis últimas fuerzas me transforme en el, alto, cuerpo delgado y tonificado, ojos azules de gran profundidad. Vi su confusión y con más dolor lo golpee noqueándolo y vi como cayó al suelo y me desplome de rodillas enseguida, de pronto caí inconsciente. 


Un tiempo después desperté y estaba sola, la luz del sol había cambiado de posición, estaba adolorida, me había transformado en mi. Salí de allí y me dirigí a donde estaba la Arcana, me hinque con esfuerzo y le hice una muestra de respeto.

 

-Aquí me presento Arcana Amara Majis ante usted, para que juzgue mi desempeño.

 

Espere a verla y que ella estuviera conforme con mis pruebas 
 

Editado por Ada Camille Dumbledore

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  • 2 semanas más tarde...

Su vara de cristal era ahora un largo báculo desde el cual observaba a su aprendiz mientras esta se sumía a los peligros que la pirámide tenía preparada para ella. ¿Su desafío? El amor,  una batalla onírica a la que se sometía en la pirámide, una donde el amor de su vida la lastimaba tanto física como psíquicamente ¿acaso era el amor el arma más fuerte? Pues usada en su contra solo podría tener dos resultados: o la fortalecía, o terminaría acabando con ella. 

Esta arcana había visto a tantos entrar por esas puertas para no volver a aparecer, muchas pérdidas que aún cargaba sobre sus añejos hombros ¿sería capaz esta muchacha de vencer aquello que la atormenta? Sus orbes observaban la esfera de su báculo, la rubia había logrado transformar sus rasgos y facciones en las de su amado y había conseguido dar aquel golpe que para ella era como una daga al corazón ¡Bien! venció sus miedos logrando así que el hombre desaparezca y dejándola a ella inconsciente. Majlis temió por un instante que la dama no se pusiera de pie y aguardó el tiempo necesario para verla reaccionar llenando con una sonrisa el ensombrecido rostro de la arcana.

-¡Habeis vencido tus miedos!- exclamó con orgullo Amara -Habeis cruzado esa puerta como una simple aprendiz portadora del anillo y has salido de allí con la frente en alto siendo ahora una Maestra Metamorfomaga ¡Os aplaudo y celebro, Ada Camile Dumbledore! Espero que transites tu camino a partir de aquí con sabiduría y respeto al poder que has adquirido y que a partir de aquí se te permite ejercer.  

Se acercó a la bruja y colocó sus delgados dedos sobre el anillo, este empezó a brillar con fuerza. 

-Ve querida, ve con paz.

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