Prueba de Animagia #31

[Suluk Akku]

El agua era un elemento capaz de dar vida y quitarla, gracias a ella la vegetación y los cultivos eran capaces de dar frutos para la subsistencia humana y animal. Nunca buscaría despojar a sus alumnos de los miedos que estos tenían, porque ese temor era el verdadero rostro de la valentía y tesón que poseían en lo más profundo de su ser. Todos los Arcanos en determinado momento fueron cuestionados por sus enseñanzas, pero eso no daba pie para generar desconfianza en las pruebas que eran fraguadas por el portal.

Ahí la mano de ellos no estaba inmiscuida, la decisión quedaba en la energía que brotaba de ese portal. Su existencia se remontaba a varios años, el dato exacto no se encontraba registrado en papel o dentro de algún códice dentro del hogar de ninguno de los Arcanos que impartían las siete habilidades. Entendía a la perfección el recelo de Mica, pero ella misma disfrutaba del néctar que emanaba de los nectarios que estaban dentro de las flores— No todos los líquidos existentes son capaces de saciar la sed—expresaba llevándose una mano a la sien frotando la misma con fuerza.

La prueba era de la Gryffindor, pero no estaba demás ponerle unas cuantas trabas. Si decidir ser un animal que poseía alas era su deseo, debía asimilar que necesitaba agua para poder reponer fuerzas tras recorrer largas distancia— El tamaño no importa y creo que ambas concordamos en eso. La decisión es tuya, elige el camino que deseas seguir, si es un desierto bienvenido sea—acariciando con su pulgar la alianza que tenia en su dedo, intentaba participar lo menos posible en esa travesía. El aprendizaje suministrado durante la clase, debía bastar y sobrar en pro de la aprobación de la prueba que estaba desempeñando la mujer.

— Una puerta suele conducir a muchos caminos, no solo el hermoso paisaje que tienes delante es lo que te acompañará—quedando en silencio, estaría pendiente por si la alumna necesitaba ayuda. El viento soplaba fuera de la pirámide, arrullando con su canto a las criaturas que visitaban de vez en cuando el hogar de Suluk. Añorando por instantes el sitio donde creció, Groenlandia era un viejo pasaje que jamás sería borrado de su mente.  

[Mica Gryffindor]

Bebió el néctar de esas flores, alimentándose de ellas ¿Era la primera vez que lo hacía? No la primera que utilizaba flores para extraer el dulce líquido, pero sí la primera que lo hacía por mero disfrute y no para cumplir otra misión. 

Continuó su recorrido. Volando entre medio de ese paisaje mágico que la recibía. ¿Era real? ¿Era una ilusión? No lo sabría con exactitud hasta finalizar la jornada. Las instrucciones de la Arcana no hacían más que confundirlas ¿Acaso ella podría escoger a dónde ir? ¿Todo era producto de sus deseos?

De pronto el cielo empezó a ponerse gris, fue algo repentino y que no pudo anticipar. Una tormenta bastante fuerte se generó sobre su cabeza. Los truenos anticiparon que el aguacero sería bastante fuerte. Voló con sus pequeñas alas para lograr ver el cielo sobre las copas de los árboles, no había forma de huir de lo que llegaría, así que descendió hasta el suelo y prefirió regresar a la forma humana. 

Así, se refugió bajo un gran árbol. El agua llegaría hasta ella pero no la empaparía tanto ¿o sí? Cuando las primeras gotas empezaron a caer sonrió. No temía a la lluvia, no era el tipo de agua que te ahogaría,  decidió salir de su escondite y elevar el rostro, dejando que el fuerte aguacero la acaricie. 

[Suluk Akku]

— Tu decides que camino seguir dentro de la prueba, yo solamente seré tu guía—la voz de Suluk se mezclaba con las gotas de lluvia. Aquel roció que era capaz de saciar la sed, si se recolectaba la cantidad suficiente de agua de lluvia.

— Es tu habilidad, aprende a escuchar lo que desea comunicarte. Se una misma con tu forma animal, conviértela en una extensión de tu ser—la Arcana sonreía al ver a Mica disfrutar del pequeño diluvio— No va a ahogarte esa cantidad de agua, si te hubieras ocultado como colibrí dentro del tronco de un árbol. Entonces si, ya serias historia—comentó manteniendo la comunicación gracias al anillo que le diera.

— Descubre cómo encontrar un clima menos húmedo y más apto para que puedas extender tus alas. Domina tu habilidad, dale el poder que consideras que merece y ve en busca de otros que sean de tu especie—le aconsejo. Aprender el modus viviendo de otros colibríes, quizás de ese modo le sería más sencillo acoplarse a dicho cambio.

— Está es su prueba final, elija con sabiduría los obstáculos que se presentarán en su andar, revolotee entre las hojas de los árboles y disfrute la libertad que otorga sentir el viento rozando sus alas—confiaba en las capacidades de la Gryffindor.

Cada prueba era diferente, ahí radicada la verdadera esencia de cambiar la forma humana por la animal. Pasaron por esa misma pirámide decenas de especies, desde gatos blancos, lobos y algunos más.

Faltaba la poco para que la aprendiz a Animagia se vinculará con éxito a esa habilidad. Akku esperaba paciente el siguiente movimiento de la mujer, aguardado expectante.

[Mica Gryffindor]

Escuchó entonces la voz de Suluk, como si llegara desde la misma lluvia que le golpeaba el rosto. Sonrió, empezando a comprender que era dueña de lo que pasaba en esa prueba, y que ella decidía el camino que emprendía. 

-Pues, a caminar, entonces- dijo alegre y empezó a moverse bajo la lluvia, sintiendo que las gotas eran cada vez más escasas, hasta que trozos de cielo azul volvieron a asomarse sobre su cabeza. 

El bosque se volvía cada vez menos tupido también, empezando a dar lugar a bonitos arbustos floridos de colores y formas muy diversas. Fue así cuando los vio, un grupo de colibríes recorría aquellos llamativos arbustos, disfrutando del dulce néctar. 

Ya no lo pensó, adoptó su forma animaga y  voló hacia ellos, que en principio se movieron extrañados, pero pronto empezaron a volar a su alrededor y conducirla hacia las flores de mejor néctar. Bebió de ellas y jugueteó con los demás, siendo "un colibrí más" por un momento. 

[Suluk Akku]

El tiempo apremiaba dentro de la prueba, pero Mica estaba realizando un excelente trabajo. Conviviendo sanamente con los colibríes que le acogieron como uno más de su grupo, el beber el néctar revitalizaba a la joven que estaba a poco de vincularse con la alianza que le entregará Suluk. Parecía que su temor a la lluvia iba disminuyendo de forma considerable, dándole la oportunidad de sentirse un poco más cómoda debajo de toda esa agua que amenazaba con ahogar a la criatura.

— Ha aprendido a manejar de forma adecuada sus temores, puede que este a poco de sentir correr por sus venas la vinculación con la habilidad de Animagia—la Arcana le hablaba profundamente satisfecha. Pocas veces sus alumnos mostraban esa clase de disposición ante el portal. La mayoría acudía envueltos por el miedo y la incertidumbre, porque no sabia lo que les aguardaba al dar un sí como respuesta.

— Creo que desde el primer momento estaba segura de los pasos que daría, yo solamente le di un pequeño impulso—sonreía recuperando un semblante juvenil en sus facciones. Aquello era un soplo de aire fresco para la anciana, complacida por haber logrado trasmitir parte de los conocimientos que poseía y ahora serían empleados por la nueva Animaga que habitaba dentro del mundo mágico.

— Aprenda de ellos a volar más allá del cielo, surque el horizonte como si la vida se le fuera en ello —le aconsejo— Por nada del mundo, permita que sus alas sean dañadas por nada o nadie. Es dueña de cada uno de los viajes que realice, adquiera experiencia de cada uno de ellos y enriquezca mucho más lo que ha aprendido dentro de está clase—se quedaba en silencio. Admirando lo feliz que se veía su alumna dentro del grupo de aves, revoloteando como si no hubiera un mañana.