Kampus en Vitosha

[Mentita]

A los pies de Vitosha, el macizo montañoso en las afueras de Sofía, capital de Bulgaria, se extendía el parque natural de la Península Balcánica. Aquel lugar había sido cuidadosamente elegido y ambientado, de tal forma, para que fuese un excelente anfitrión del torneo que se llevaría a cabo en esa ciudad. Los pequeños arroyos y quebradas pertenecían a los espacios naturales,  en donde podías encontrar toldos y edificaciones que servirían para la estancia amena de las estrellas de la Superliga Europea. 

El gimnasio, uno de los edificios más próximos al estadio, era utilizado para las distintas prácticas físicas de los jugadores. Se dice que es usado, mayormente, por los golpeadores de los equipos; allí entrenaban para batear con más ganas la bludger en contra del equipo rival. Por otro lado, estaba la taberna: un toldo encantado, como espacio bastante común para todos aquellos que quisieran distenderse un poco de las actividades deportivas, de las prácticas diarias o, simplemente, celebrar las victorias propias o ajenas -aunque dudamos que celebrasen victorias ajenas.

Y en un área aislada, en medio de la paz de un paisaje que ofrecía un bosque natural, se alzaba un edificio de varias habitaciones que funcionaría como hotel para los jugadores y todo el personal que los acompañaba. Se trataba de una antigua casona que había sido habitada por una familia mágica de muy alto nivel hacía dos décadas, pero tras un par de catástrofes cuyas causas habían quedado un poco inconclusas, quedó abandonada. Así que, luego de algunos trámites burocráticos por parte de los organizadores de la Superliga Europea, habían logrado que estuviese decente y habitable. 

Y habitable hasta cierto punto, pues a más de uno se le oyó decir que estaban sucediendo cosas extrañas en el interior de esa casa. Algunos escuchaban voces, gritos, risas; se pensaba, en un principio, que se trataba de algún cazador haciendo bromas porque era conocido más de uno por ello, mas con el pasar de las horas ya no estaban tan seguros. 

Así pues, el Kampus de Vitosha ofrecía no sólo alojamiento, alcohol y ejercicios, sino también aventuras, risas y momentos inolvidables.

Editado 6 de Junio del 2021 por Martin N Roses

[Darla G Dumbledore]

Camino despacio, había dejado la escoba en el vestuario y tras darse una ducha rápida había huído de allí tras dejar su uniforme para lavar y lustrar los protectores. La pelirroja había disimulado su fogoso cabello con una lacia y negra melena, para pasar desapercibida entre los fans hasta se había permitido cambiar el color de sus ojos y parecerse a una joven que había visto en las gradas. Pero ahora que llegaba al kampus se permitía recuperar sus facciones, aunque ni se preocupó en hacer lo mismo con sus cabellos, se encresparon pero continuaron negros, como sus ánimos tras el partido.

Se acercó a la barra dejando que los tacones de sus botas hicieran un suave sonido para delatar su presencia, se acomodó la pollera plisadas antes de sentarse sobre una de las banquetas junto a la barra y que el escote de su blusa pasara a ser el primer objetivo del barman en cuanto desabrochó su chaqueta. 

--Buenas noches, traígame una botella de whisky de fuego --y con una sonrisa dejó los monedas que había cambiado por los galeones, dinero local le habían dicho apenas llegar, el hombre negó y puso una botella frente a ella.

--Solo rakia, es mejor.

Darla tomó la botella y leyó lo que indicaba la etiqueta e hizo un gesto de aprobación --perfecto --dijo mientras la abría y se servía en una vaso de cristal tallado que le habían dejado sobre la barra. Tomó un trago, lanzó un bufido y disfrutó del momento. No quería pensar en lo mal que lo había hecho en el último partido. 

[Mica Gryffindor]

--Claro claro, no hay problema --se acomodó para posar en la fotografía, quedando algo cegada por el flash unos momentos, como le había pasado ya una decena de veces en el trayecto e intento de entrada al alojamiento de los equipos. --¡¡¡Vamos Urracas!!! -- respondía una y otra vez a los fanáticos y simpatizantes que surgían como si no hubiese en el sitio más que admiradores del quidditch. No estaba acostumbrada a ello y no sabía cómo comportarse, pero intentaba ser amable siempre que fuesen respetuosos. 

Le costó más de media hora saludar a fanático tras fanático, algunos incluso con colores de los equipos rivales, otros hablando idiomas que desconocía, un par molestos por la derrota de su equipo de la que acababa de ser partícipe... pero por fin llegó a la entrada del recinto y todo pareció más calmado. De seguro no había sido la primera en utilizar un encantamiento Muffliato al ingresar en las primeras semanas, lo había hecho en forma instintiva, dentro necesitaba calma  y olvidar un poco la presión del campo de juego. 

En aquella ocasión, pasó por su cuarto solo a dejar sus cosas, pese a ser de madrugada. Pensó unos instantes a ver qué quería hacer, si descansar o salir unos momentos a despejar la cabeza. Optó por lo segundo, dirigiéndose al bar con la esperanza de encontrar algún conocido para conversar un rato. Y así fue, enseguida reconoció en la barra a Darla y se acercó a conversar un rato. Conocía desde hacía tiempo a su compañera de bando y el hecho de verla con un whisky entre manos indicaba que no estaba con el mejor de los ánimos o que había algo que no quería recordar. Podía ser ambas cosas. 

-- ¿Sin sueño? -- preguntó acercándose y tomando asiento a su lado. 

[Darla G Dumbledore]

La voz que le habló la sorprendió un poco, había cerrado su mente a todo lo demás y estaba demasiado concentrada en los pensamientos que la "atormentaban" en cierta medida. ¿Cómo había podido dejar que su vida personal se viera afectada hasta el punto de no saber separar sentimientos de sensaciones? Esas ideas la tenían confundida, el último tiempo había estado leyendo mucho, intentando encontrar un sentido y mejorar sus barreras mentales. Eso la había llevado a tener un profundo cambio de decisión en muchas de sus creencias. Eso también la afectaba y la sorprendía. Todo ese 'tornado' interior fue el que la llevó a girar sorprendida hacia la bruja que le hablaba.

 

--Mica, vaya, bueno, sí, en cierta forma... felicitaciones, por cierto, ha Sido un gran partido --dijo sonriendo a la cazadora rival, pero antigua amiga y compañera de bando y girando hacia el cantinero le pegó un grito algo innecesario, Dada la cercanía y el silencio del lugar --trae otro vaso y otra botella de esta cosa tan sabrosa.

--Rakia, mujer --respondió el hombre haciendo que la Potter Black se encogiera de hombros mientras se giraba de nuevo hacia Mica, ahora con un tono más apasiguado.

--Tienes que probar ésto, te hace recuperar el calor tras la lluvia, el ánimo tras la derrota y con él brindaremos por tu victoria --agregó la vampiresa, quién, por primera vez en mucho tiempo, sufría los efectos del aguardiente que estaba probando.

El cantinero había dejado mientras tanto una segunda botella, la primera estaba casi vacía ya, y un segundo vaso para la Gryffindor.