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La cueva del horcrux (Práctica dados nuevos)


Mentita
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Mazmorra: La Cueva del Horcrux
Nivel mínimo: 8
Participantes: Mínimo 1, Máximo 3
Repeticiones: Dos veces por semana (los roles tienen que ser diferentes, no se admiten copias)
Experiencia: Por cada vez que se realice completa da 5 puntos en el apartado de Mazmorras.

"Estaban de pie en el borde de un lago negro grande, tan grande que Harry no podía ver a gran distancia, en una caverna tan alta que el techo, también se perdió de vista. Una luz verde brillaba a lo lejos, en lo que parecía ser el centro del lago, se refleja en el agua por completo, nada rompió la oscuridad aterciopelada, solamente la luz proveniente de la varita de Dumbledore. La oscuridad era más densa que la oscuridad normal."

(Harry Potter y el Misterio del Príncipe - En la cueva del Horcrux)

La Cueva del Horrocrux es una cueva junto al mar donde Tom Marvolo Riddle acudió cuando era niño junto a otros dos niños de su orfanato llevados a la fuerza, Amy Benson y Dennis Bishop. Lord Voldemort más tarde utilizó la cueva para esconder el guardapelo de Salazar Slytherin, uno de sus Horrocruxes. La cueva fue utilizada de nuevo cuando Regulus Black robó el guardapelo original y cuando Albus Dumbledore y Harry Potter fueron en busca de él.

Desde que Albus Dumbledore y Harry Potter rescantaron el horcrux, la cueva volvió a la normalidad. Ningún incidente se produjo en ella, hasta hace apenas unos meses. Barny O'Shean, un pescador irlandés, fue el primero que informó de inferis en su interior, luces extrañas, gritos y manifestaciones diversas de magia oscura, al punto que se sospecha que ha sido de nuevo utilizada para esconder los horcruxes de un grupo de magos oscuros.

Ayuda al MACUSA a encontrar los horcruxes y a controlar la magia oscura de la Cueva del Horcrux. A cambio recibirás importantes recompensas.


Hitos de la Mazmorra:

Debéis hacer 25 posteos de rol (total 50 posteos) (mínimo 15 líneas cada posteo).

Los objetos del Magic Mall que se piden, deben estar en la ficha de personaje al momento de comenzar esta mazmorra. No se gastan, una vez en ficha, pueden usarse todas las veces que se quiera para realizar la mazmorra.

Hay que tener en cuenta las instrucciones para el manejo de dados. No nos hacemos responsables si los dados cambian de valor por no haber seguido bien las instrucciones indicadas.

Te recomendamos leer bien los hitos de la mazmorra que se detallan a continuación.

Posteos 1 a 5 (rol): Te encuentras en los acantilados, buscando la Cueva del Horcrux. Recorres varias cavernas, hasta llegar a la puerta de entrada de la Cueva, que está sellada. Un miembro del grupo deberá usar la Daga del Sacrificio para cortarse y utilizar su sangre para abrir la puerta. Un miembro del grupo deberá usar el hechizo Curación para sanar la herida (señalar las acciones con rojo y negrita).


Posteos 6 a 10 (rol): Avanzas por la Cueva hasta localizar el enorme lago de aguas verdosas. En su superficie observas 5 islas flotantes, de donde surge un raro resplandor. Para ir hacia ellas, debéis tomar la barca que está en la orilla, custodiada por un Fantasma.

Podéis usar una alfombra voladora adquirida en el Magic Mall para desplazaros o bien tendréis que derrotar al Fantasma para usar la barca. Para derrotar al Fantasma, deberéis lanzar los dados 1 vez por cada miembro del grupo participante en la mazmorra.


Posteo 11 - 13 (en caso de no disponer de una alfombra voladora) (dados): Cada miembro del grupo lanzará una vez los dados, usando 1 dado de 100 caras + multiplicador, siendo el multiplicador el equivalente al siguiente resultado:

multiplicador = (nivel del personaje + nivel del set que esté utilizando)/2

El dado que lance cada miembro del grupo será, por tanto:



 

[roll]1d100+multiplicador[/roll]
  • La suma de los resultados de todas las tiradas será el daño que le haréis al Fantasma.
  • Para vencer al Fantasma y tomar la barca, esa suma deberá ser superior a 100.
  • Si no se derrota al Fantasma, deberéis abandonar la mazmorra e intentarlo otra vez desde el principio, pasados 3 días de espera.

Hasta el posteo 15 (rol): Completad con rol hasta llegar al posteo 15. El lago estará infestado de inferis y deberéis usar fuegos para derrotarlos. Debéis usar en total 10 Círculos de Fuego para mantenerlos alejados (resltarlos en rojo y negrita). Si se lanzan menos Círculos de Fuego de los 10 exigidos, los inferis os atraparán y deberéis abandonar la mazmorra e intentarlo otra vez desde el principio, pasado un mínimo de 3 días. Si se lanzan más Círculos de fuego de los exigidos, no tendréis tiempo suficiente para completar todas las islas flotantes y, por tanto, por cada Círculo de Fuego que se lance de más, será un horcrux menos que conseguiréis.

Posteo 16 (rol): Llegáis a la primera de las islas flotantes. Uno de vosotros debe beber la Poción de la Desesperación y, por cada minuto que pase, desde el post en el que bebe la poción, se le quitarán 5 puntos de vida. No hay cura posible hasta terminar la mazmorra. El tiempo que tardéis en encontrar el horcrux dependerá de los dados, así como la obtención o no del propio horcrux.

Posteos 17 (dados): Un miembro del grupo lanzará los dados para determinar el número de posteos hasta encontrar el horcrux. Debe lanzar 1 dado de 5 caras.


 

[roll]1d5[/roll]
  • El grupo deberá realizar tantos posteos como indiquen los dados, hasta llegar al horcrux.

Posteo 18 y siguientes (rol): El grupo deberá realizar tantos posteos de rol como hayan indicado los dados.

3 Posteos siguientes a la finalización de los roles (dados): Todos los miembros vivos del grupo (los que no hayan sucumbido a la poción de la desesperación -recordad que se quitan 5 PV cada minuto que pase desde que se bebió) lanzarán los dados para determinar el éxito o fracaso en la obtención del horcrux. Deben lanzar 1 dado de 50 caras + multiplicador, siendo el multiplicador lo siguiente:

multiplicador= (nivel + set )/2

(por ejemplo, si el nivel del lanzador es 8 y no tiene set de equipamiento, (8 + 0)/2 = 4)

 

[roll]1d50+multiplicador[/roll]
  • Si la suma de todos los resultados es mayor a 60 se obtiene el horcrux. En caso contrario, no se obtiene.

Segunda isla flotante: Realizáis 2 roles para llegar a la segunda isla flotante. Aquí se repetirá la mecánica igual que en la primera isla. En el segundo posteo, uno de los miembros del grupo debe beber la poción de la desesperación y por cada minuto que pase desde el posteo en que la bebe, se le quitarán 5 PV. Puede ser el mismo que la bebió antes, pero en ese caso, los efectos de ambas pociones se acumulan. No hay cura posible hasta terminar la mazmorra. El tiempo que tardéis en encontrar el horcrux dependerá de los dados, así como la obtención o no del propio horcrux. Si un miembro del grupo muere antes de finalizar la mazmorra, dejará de poder lanzar dados o realizar roles. Sus compañeros lo acarrearán hasta finalizar la mazmorra y se llevará el mismo número de horcrux que el resto del grupo. Si todos murieran antes, el grupo deberá abandonar la mazmorra y se dará como no conseguida, obteniéndose sólo las recompensas básicas o por horcrux obtenidos, pero no las de completar la mazmorra.

Posteo 3 en la segunda isla (dados): Un miembro del grupo vivo lanzará los dados para determinar el número de posteos hasta encontrar el horcrux. Debe lanzar 1 dado de 5 caras.

 

[roll]1d5[/roll]
  • El grupo deberá realizar tantos posteos como indiquen los dados, hasta llegar al horcrux.

Posteo 4 y siguientes en la segunda isla (rol): El grupo deberá realizar tantos posteos de rol como hayan indicado los dados.

3 Posteos siguientes a la finalización de los roles (dados): Todos los miembros vivos del grupo (los que no hayan sucumbido a la poción de la desesperación -recordad que se quitan 5 PV cada minuto que pase desde que se bebió) lanzarán los dados para determinar el éxito o fracaso en la obtención del horcrux. Deben lanzar 1 dado de 50 caras + multiplicador, siendo el multiplicador lo siguiente:

multiplicador= (nivel + set )/2

(por ejemplo, si el nivel del lanzador es 8 y no tiene set de equipamiento, (8 + 0)/2 = 4)

 

[roll]1d50+multiplicador[/roll]
  • Si la suma de todos los resultados es mayor a 60 se obtiene el horcrux. En caso contrario, no se obtiene.

Tercera isla flotante: Realizáis 2 roles para llegar a la segunda isla flotante. Aquí se repetirá la mecánica igual que en las otras islas. En el segundo posteo, uno de los miembros del grupo debe beber la poción de la desesperación y por cada minuto que pase desde el posteo en que la bebe, se le quitarán 5 PV. Puede ser el mismo que la bebió antes, pero en ese caso, los efectos de ambas pociones se acumulan. No hay cura posible hasta terminar la mazmorra. El tiempo que tardéis en encontrar el horcrux dependerá de los dados, así como la obtención o no del propio horcrux. Si un miembro del grupo muere antes de finalizar la mazmorra, dejará de poder lanzar dados o realizar roles. Sus compañeros lo acarrearán hasta finalizar la mazmorra y se llevará el mismo número de horcrux que el resto del grupo. Si todos murieran antes, el grupo deberá abandonar la mazmorra y se dará como no conseguida, obteniéndose sólo las recompensas básicas o por horcrux obtenidos, pero no las de completar la mazmorra.

Posteo 3 en la tercera isla (dados): Un miembro del grupo vivo lanzará los dados para determinar el número de posteos hasta encontrar el horcrux. Debe lanzar 1 dado de 5 caras.

 

[roll]1d5[/roll]
  • El grupo deberá realizar tantos posteos como indiquen los dados, hasta llegar al horcrux.

Posteo 4 y siguientes en la tercera isla (rol): El grupo deberá realizar tantos posteos de rol como hayan indicado los dados.

3 Posteos siguientes a la finalización de los roles (dados): Todos los miembros vivos del grupo (los que no hayan sucumbido a la poción de la desesperación -recordad que se quitan 5 PV cada minuto que pase desde que se bebió y las pociones se van acumulando) lanzarán los dados para determinar el éxito o fracaso en la obtención del horcrux. Deben lanzar 1 dado de 50 caras + multiplicador, siendo el multiplicador lo siguiente:

multiplicador= (nivel + set )/2

(por ejemplo, si el nivel del lanzador es 8 y no tiene set de equipamiento, (8 + 0)/2 = 4)

 

[roll]1d50+multiplicador[/roll]
  • Si la suma de todos los resultados es mayor a 60 se obtiene el horcrux. En caso contrario, no se obtiene.

Cuarta isla flotante: Realizáis 2 roles para llegar a la segunda isla flotante. Aquí se repetirá la mecánica igual que en la primera isla. En el segundo posteo, uno de los miembros del grupo debe beber la poción de la desesperación y por cada minuto que pase desde el posteo en que la bebe, se le quitarán 5 PV. Puede ser el mismo que la bebió antes, pero en ese caso, los efectos de ambas pociones se acumulan. No hay cura posible hasta terminar la mazmorra. El tiempo que tardéis en encontrar el horcrux dependerá de los dados, así como la obtención o no del propio horcrux. Si un miembro del grupo muere antes de finalizar la mazmorra, dejará de poder lanzar dados o realizar roles. Sus compañeros lo acarrearán hasta finalizar la mazmorra y se llevará el mismo número de horcrux que el resto del grupo. Si todos murieran antes, el grupo deberá abandonar la mazmorra y se dará como no conseguida, obteniéndose sólo las recompensas básicas o por horcrux obtenidos, pero no las de completar la mazmorra.

Posteo 3 en la cuarta isla (dados): Un miembro del grupo vivo lanzará los dados para determinar el número de posteos hasta encontrar el horcrux. Debe lanzar 1 dado de 5 caras.

 

[roll]1d5[/roll]
  • El grupo deberá realizar tantos posteos como indiquen los dados, hasta llegar al horcrux.

Posteo 4 y siguientes en la cuarta isla (rol): El grupo deberá realizar tantos posteos de rol como hayan indicado los dados.

3 Posteos siguientes a la finalización de los roles (dados): Todos los miembros vivos del grupo (los que no hayan sucumbido a la poción de la desesperación -recordad que se quitan 5 PV cada minuto que pase desde que se bebió) lanzarán los dados para determinar el éxito o fracaso en la obtención del horcrux. Deben lanzar 1 dado de 50 caras + multiplicador, siendo el multiplicador lo siguiente:

multiplicador= (nivel + set )/2

(por ejemplo, si el nivel del lanzador es 8 y no tiene set de equipamiento, (8 + 0)/2 = 4)

 

[roll]1d50+multiplicador[/roll]
  • Si la suma de todos los resultados es mayor a 60 se obtiene el horcrux. En caso contrario, no se obtiene.

Quinta isla flotante: Realizáis 2 roles para llegar a la segunda isla flotante. Aquí se repetirá la mecánica igual que en la primera isla. En el segundo posteo, uno de los miembros del grupo debe beber la poción de la desesperación y por cada minuto que pase desde el posteo en que la bebe, se le quitarán 5 PV. Puede ser el mismo que la bebió antes, pero en ese caso, los efectos de ambas pociones se acumulan. No hay cura posible hasta terminar la mazmorra. El tiempo que tardéis en encontrar el horcrux dependerá de los dados, así como la obtención o no del propio horcrux. Si un miembro del grupo muere antes de finalizar la mazmorra, dejará de poder lanzar dados o realizar roles. Sus compañeros lo acarrearán hasta finalizar la mazmorra y se llevará el mismo número de horcrux que el resto del grupo. Si todos murieran antes, el grupo deberá abandonar la mazmorra y se dará como no conseguida, obteniéndose sólo las recompensas básicas o por horcrux obtenidos, pero no las de completar la mazmorra.

Posteo 3 en la quinta isla (dados): Un miembro del grupo vivo lanzará los dados para determinar el número de posteos hasta encontrar el horcrux. Debe lanzar 1 dado de 5 caras.

 

[roll]1d5[/roll]
  • El grupo deberá realizar tantos posteos como indiquen los dados, hasta llegar al horcrux.

Posteo 4 y siguientes en la quinta isla (rol): El grupo deberá realizar tantos posteos de rol como hayan indicado los dados.

3 Posteos siguientes a la finalización de los roles (dados): Todos los miembros vivos del grupo (los que no hayan sucumbido a la poción de la desesperación -recordad que se quitan 5 PV cada minuto que pase desde que se bebió) lanzarán los dados para determinar el éxito o fracaso en la obtención del horcrux. Deben lanzar 1 dado de 50 caras + multiplicador, siendo el multiplicador lo siguiente:

multiplicador= (nivel + set )/2

(por ejemplo, si el nivel del lanzador es 8 y no tiene set de equipamiento, (8 + 0)/2 = 4)

 

[roll]1d50+multiplicador[/roll]
  • Si la suma de todos los resultados es mayor a 60 se obtiene el horcrux. En caso contrario, no se obtiene.

Último posteo (rol): Si completáis las 5 islas y queda algún miembro del grupo vivo, habréis logrado completar la mazmorra.

Último posteo (dados): Lanza los dados una última vez para determinar las recompensas. Lanza 1 dado de 30 caras.

 

[roll]1d30[/roll]


Recompensas:

Por completar la mazmorra:

  • Si el resultado es
  • 2000 G
  • 10 Ojos de escarbato
  • 10 Hoja de peonia
  • 10 Cenizas de fénix
  • 10 Escamas de basilisco
  • 10 Escamas de dragón
  • 2 Flores Lunares de Nueva Zelanda
  • 2 Hilos de Luna
     
  • Si el resultado es 6 - 10
    • 1000 G
    • 5 Ojos de escarbato
    • 5 Hoja de peonia
    • 5 Cenizas de fénix
    • 5 Escamas de basilisco
    • 5 Escamas de dragón
    • 1 Flores Lunares de Nueva Zelanda
    • 1 Hilos de Luna
       
  • Si el resultado es 11 -- 25
    • 500 G
    • 5 Ojos de escarbato
    • 5 Hoja de peonia
    • 5 Cenizas de fénix
    • 5 Escamas de basilisco
    • 5 Escamas de dragón
       
  • Si el resultado es > 25
    • 0 G
    • 5 Ojos de escarbato
    • 5 Hoja de peonia
    • 5 Cenizas de fénix
       
  • En todos los casos: 5 puntos en el apartado de mazmorras
  • Por cada horcrux conseguido:
    • 2000 G
    • 1 Flores Lunares de Nueva Zelanda
    • 1 Hilo de Luna
    Posteo opcional:

    Si has completado la mazmorra, puedes hacer un posteo adicional roleando las recompensas y el reporte al MACUSA de lo que has descubierto en la Mazmorra, entregándole los horcrux.

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~ Mosquito ~          Ianello 

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Luego de revisar se confirma que se cuentan con los requisitos necesarios para dar inicio a la mazmorra. La mazmorra es aprobada y a partir de ahora se puede dar inicio a la misma.

Únicamente se tendrán en cuenta los posts que sean realizados posterior a este.
 

Atentamente,

 

Sagitas E. Potter Blue

Moderadora Global de HarryLatino.org

Editado por Sagitas Ericen Potter Blue

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(Post 1)

Los rumores corren como murciélagos huyendo de la luz, hacia todos los lados, apareciendo después en direcciones inexplicables. Así fue como me enteré yo de los Fantasmas del Acantilado, en un lugar insospechadamente lejos de la cueva: en Londres, en un bloque de oficinas que, por algún motivo, se había venido abajo. Un accidente más del derrumbe de un edificio en el mundo muggle al que no hubiera prestado atención si no fuera un lugar sagrado, o algo así, entre los seguidores de Lord Voldemort. Allá había pasado su niñez antes de ingresar en Hogwarts, cuando aún se llamaba Tom Ryddle.

La curiosidad me pudo y disfracé mi conocido rostro de Ministra con mi capacidad de Metamórfaga, adquiriendo la postura encorvada de una persona mayor, entré en un pub inglés cercano a las obras de reconstrucción muggle (¡pobres, días llevaban y no habían avanzado casi nada en desalojar tantos cascotes!) donde, entre pinta y pinta, me enteré de los dimes y diretes sobre aquel antiguo hospicio de Wool y de, (¡oh, sorpresa!) de las excursiones de las que gozaban aquellos niños de antaño. No tardé en conocer los entresijos de tanta información que precisaba (lo siento por las familias Benson y Bishop, quienes no sé cómo quedarían tras la conversación que mantuvieran conmigo) y le mandé una lechuza a Candela. Con ella había compartido la información del MACUSA que había llegado al Ministerio, sobre la Cueva del Horrocrux porque ambas éramos bandistas interesadas en ese hechizo tan antiguo como eran los horrocruxes. Como iniciadas del clan de los Senescales, era casi un mito aquella caverna, aunque pocos supieran dónde se encontraba.

"Lo he conseguido. Está aquí", le escribí, señalando con un alfiler un punto del pergamino en blanco. Ella sabría usarlo y me encontraría. Yo, tras mandarle una lechuza con la información, me tiré al río. El Tamesis desembocaba en el mar, así que sólo tuve que dejar salir mi interior animal y nadar, bucear, jugar en el agua y, tras cansarme de comer bancos de sardinas insípidas (sí, las ciudades no favorecen que los peces sepan bien cerca del litoral), dirigirme al punto de encuentro. Esperaba que mi compañera supiera llegar al lugar tan rápido como yo. O tal vez yo tardara algo más, ser un cachalote y juguetear con las olas era algo tan magnífico o más que dedicarse a buscar la verdad de la antigua cueva del horrocrux, donde se decía que algo ocurría allá de nuevo.

No sé cuanto tardé en llegar al acantilado. Al fin y al cabo, los cachalotes no entendemos de relojes ni de tiempo, sólo de hambre y de nadar sin parar. Además, la visión con los ojos retráctiles no me permitían ver si era de día o de noche; mi visión se reducía a saber si había claridad o si algo se acercaba a mi área de confort. Mi fuerza humana a veces se doblegaba ante el placer animal, otras sobresalía a ese deseo y salía al exterior a ver las formas de la tierra, oscura desde el agua pero distinguible, gracias al sónar que podía emitir para comunicarme y saber la distancia a la que estaba.

Sí, era aquel lugar, el que decían las leyendas que había sido el lugar de vacaciones para los huérfanos de la Sra. Cole, donde Regulus Black había puesto su guardapelo, donde los antiguos Dumbledore y Harry Potter habían entrado y donde, finalmente, aquel pescador irlandés, Barny O'Shean, se había vuelto loco y había sido ingresado en un manicomio, tras augurar cosas terribles que salían de allá.

Di un par más de cabriolas al aire libre, soltando un gran chorro de agua por mi espiráculo en un soplido fuerte y ruidoso, antes de llegar al acantilado y rozar mi enorme cuerpo contra las rocas. Cuando el sol acabó de esconderse, dejando todo en la oscuridad más absoluta, pues aún no se veían las estrellas, ya volvía a tener mi forma humana. Y sentí frío. La zona escarpada, rocas afiladas, difícil paso entre las miles de cavernas que parecían estar escondidas en aquella gruta...

-- Lo tendremos difícil, Candela...

¿Candela? ¿Había llegado? Porque yo hablaba al aire, buscando algo que ponerme para que se quitara el frío. A veces es mejor ser cachalote, no se siente el cambio de temperatura.

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Post 2.

"Lo he conseguido. Está aquí". No le gustaban las lechuzas, hacía años que había perdido a la suya y desde entonces le resultaban odiosas; sí, era muy probable que mantuviese traumas de la niñez. Fue por eso que recibió el mensaje de Sagitas y ahuyentó al animal de forma brusca, a pesar de que le había dicho a la Ministra que no debería usar esas aves mensajeras, no era seguro, ni siquiera para correspondencia común, ésta hizo caso omiso de las sugerencias y, como siempre, hizo lo que quiso.

Maldita sea la hora en que la gitana se había decidido aliarse con la pelivioleta para conseguir la ubicación de aquella cueva, debería haber hecho caso a su instinto y degollarla en cuanto tuvo la oportunidad. Sin embargo, Candela era consciente de que sola no lo conseguiría, y Sagitas tenía los recursos para mediar con su objetivo: apoderarse de los horrocrux de la cueva. ¿Por qué? Porque quería y, si todo salía bien, podría. No es necesario explicar que a más poder, mayores las posibilidades de poder lograr lo que se proponía desde hacía años. Inexplicable, si se consideraban sus raíces y sus ideales, pero la verdad era que, a ojos ajenos, nadie entendía las acciones de la bruja y, hasta en un momento, ella tampoco lo hacía. Cosas de la juventud, de no entender qué se quiere hasta que lo tienes enfrente.

Tras pincharse el dedo índice con el alfiler y derramar una gota de sangre en el pergamino que le había enviado la Ministra de Magia, se reveló un mapa ante sus ojos. Ella conocía esa ubicación, había estado allí hacía algunos años cuando desapareció de Londres, aunque el lugar tendría que haber estado bajo algún encantamiento Fidelio pues no lo reconoció en su momento. Cuando llegó a la ciudad elegida, no desperdició su tiempo entre la gente, simplemente se dirigió a un lugar tranquilo, en medio de la noche, y tomó su forma animal: un murciélago.

-- Buenas noches, señora Ministra. --su voz sonaba bastante neutra, formal quizás, nada que ver con su apariencia salvaje. Hizo aparecer un vestido negro con su varita para cubrir su desnudez luego de recuperar su forma humana, apenas hubo llegado al acantilado, y se ajustó el canguro de cuero a la cintura, en donde guardaba toda clase y cantidad de objetos que necesitaría cuando se diera el momento.-- No, no creo que lo tengamos fácil. Pero nadie dijo que lo fuera, ¿verdad? --se encogió de hombros y le dedicó una media sonrisa. A pesar de la poca iluminación, podía vislumbrarse una pequeña estela de luz que provenía de alguna de las cavernas.-- Después de ti. 

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~ Mosquito ~          Ianello 

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(Post 3)

Odiaba ese minuto después del cambio de mi forma animal a la humana. Aún me costaba respirar por las dos fosas nasales y los sonidos eran extraños, rebotaban como si durante ese tiempo aún tuviera algo de geolocalización en la cabeza. Tal vez me gustaba demasiado mi forma de animaga y cada vez me costaba más volver a la humanidad que había en mí. El mismo cuerpo se negaba, me sentía muy liviana y parecía flotar al mover los pies, después de mover tanto tonelaje sólo con el impulso de mi cola. La voz de Candela me pilló aún desorientada, juraría que sentí que sus palabras se movían como ondas por todo aquel laberinto de grutas sin fin.

-- Ministra tus narices -- le espeté, poniéndome las aletas, perdón, las manos, en los oídos.

No dije nada más hasta que el dolor cesó. Nunca había sabido a ciencia cierta si era dolor verdadero o, como me había dicho la Arcana en su momento, una sensación psicológica por no querer dejar aquel estado animal que me atraía más que la humana. Ese era mi peligro, el olvidar un día quien era yo y permanecer esclava de un mar que me fascinaba.

-- Has tardado -- le acusé, sin saber si era cierto o no, sencillamente por culparla de algo. Bajé las manos y olisqueé el entorno. Sí, era raro, pero el olfato era un sentido que solía usar muy a menudo y que me había librado de muchas sorpresas. -- Huele a salitre, a percebes alquitranados y a... magia oscura... En estos acantilados hay magia nueva, usada hace poco.

¿Cómo era capaz de saber eso? Tal vez porque desde muy pequeña, mi sentido del olfato se había ido agudizando en mis escapadas del orfanato en el que crecí intentaron criarme. Avancé con precaución por el suelo rocoso. Ya toda yo, el cuidado era por el escarpado del terreno; un resbalón te podría recompensar con una caída de gran altura y un empalamiento en alguna de las puntiagudas rocas que parecían esperarnos con alegría. No hacía falta que le dijera a Candela que tuviera cuidado. Ella parecía tener el pie más seguro que yo y se movía alrededor muy tranquila, con una seguridad que yo no sentía. Supongo que estaba animada en la aventura que habíamos emprendido las dos juntas. ¿Por qué había accedido? ¿Tal vez había algo más allá que el mero hecho que fuéramos compañeras de bando? ¿Habría alguna razón oculta que no me había dicho? Al fin y al cabo, era una Triviani, familia de la que no se podía esperar muchos, todas las referencias que había sentido eran... interesantes, por decirlo de alguna manera.

-- ¿Después de mí? ¿Es qué pretendes que haga yo toda sola? -- volví a murmurar, para evitar que el sonido volviera a repetirse entre las miles de grutas a investigar.

No hice falta. Yo lo vi. Y Candela también. La zona era oscura, mucho más que la negrura normal de una noche cerrada. Allá era imposible ver nada, pero, allá a lo lejos, hacia la derecha, una de las grutas refulgía en un negro verdoso. Apenas una diferencia, pero lo suficiente para notar que allá ocurría algo mágico, tal vez la "luz extraña" que había mencionado aquel lobo pescador. Avanzamos hacia allá, dejando atrás grutas y rocas y estrecheces que mermaban nuestro avance. La luz se hacía atractiva a nuestros ojos pero no mayor.

No tardamos en ver el motivo: una gran roca tapaba la entrada y la luz se filtraba por pequeños resquicios. Tras varios hechizos para mover la maldita piedra, todos ineficaces, hice lo que mejor se me ocurrió: le di una patada con la punta de la bota de cuero que llevaba puesta. Por supuesto, también fue ineficaz, al menos que buscara gritar de dolor y que pensara que esos chillidos ablandarían la magia de la puerta y se movería.

Tras varias maldiciones y una mirada de mala leche a Candela, pues la maldita gitana parecía reírse por lo bajini, se me ocurrió otra cosa. Tal vez... No traía nada a mano así que froté la palma contra la roca. ¡Maldita fuera! Ni un rasguño. Pasé la punta de los dedos y lo reconocí, magia oscura que protegía la roca para que no sirviera para hacerse un corte.

Bufé y miré a Candela, pues también había dado una patada en el suelo, con rabia y el estrépito se había oído muy fuerte, como amplificado.

-- Vale, vale, ya lo hago yo -- le dije, aunque no sé si sabía a qué me refería. Invoqué la Daga del Sacrificio y la sangre corrió por mi muñeca al hacerme una herida larga y fina por la palma. -- ¡Ay, huy, huy, ayyyy! Ojalá te duela como a mí, maldita sea.

Lógicamente, no le dije si iba por ella o por quien puso ese maldito hechizo de sangre. Restregué la mano por la roca, haciendo círculos cada vez más amplios, para que la sangre cubriera cuanta más zona, sin dejar de quejarme con "ay's" y "huy's". Como no sirviera, le mandaría un Bombarda.

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  • 3 semanas más tarde...

Post 4.

Enarcó una ceja mientras la escuchaba con atención y estudiaba su reacción. Estiró la nariz con el afán de poder percibir los olores que Sagitas describía, aunque apenas tuvo éxito para reconocer el salitre en el aire y la certeza de que se encontraban frente a magia, muy posiblemente, desconocida para ambas. Para ella, al menos, que todo lo que tenía que ver con magia oscura le parecía nuevo. No había ningún patrón que se pareciera al de al lado, ni un hechizo similar al anterior. Tenía que ver con la mano que lo realizaba, al igual que las pociones, o las bebidas, no todas tenían el mismo sabor. Y hablando de manos, ver la de la bruja de pelo violeta ensangrentada, le dio una idea de lo que podrían encontrar allí dentro. ¿Magia de sangre?. 

-- Es una lástima que no haya completado el cursillo del clan, tampoco es que me haya postulado para ellos. --no estaba muy familiarizada con los clanes a los que pertenecían los mortífagos, no es que se hubiese dado alguna oportunidad, quizás más adelante se animase a hacerlo. De momento, tenía la energía concentrada en otras actividades que, probablemente, muy poco tenían que ver con el bando.-- Aunque, de todas formas, no me interesaban los Nosferatu. --casi lo dijo en un susurro. Sabía perfectamente que no podía meterse mucho con un tipo de magia si no lo conocía, hacerlo le había traído muchos infortunios en el pasado. Mejor no arriesgarse.

Entre los lloriqueos de Sagitas, Candela tomó la mano que había cortado y le aplicó un hechizo: Curación. Para cerrar la herida y que la Ministra dejara de chillar.

-- Me habían dicho que eras lloricas, pero no sabía que para tanto. --clavó la mirada mercurio en la suya y, como si estuviese rememorando sus años de juventud, estuvo tentada de sacarle la lengua. Sin embargo, se contuvo. No, nadie se lo había dicho, ella lo sabía. A veces le parecía increíble que Sagitas actuase como si la conociera de nada. Quizás de verdad no la reconocía tras tantos años de distancias y, la verdad era que la gitana lo agradecía, siempre había querido desligarse de la familia que la crió.-- Bueno, sigamos o llegaremos a casa para Navidad. --se enderezó repasó los dedos por las pequeñas grietas de la roca que ya había empezado a moverse para dejarles el paso el paso libre.

Por supuesto, no la esperó. Esta vez fue la Triviani quien avanzó primera y anticipó una sonrisa porque imaginó que Sagitas protestaría.

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~ Mosquito ~          Ianello 

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(Post 5)

¿Y qué me importaba a  mí si mi compañera había o no aprendido la magia de un Clan del Bando. Y además del Clan de los Nosferatu, uno que odiaba yo personalmente. A mí, lo que realmente me interesaba ahora era controlar la hemorragia de la mano, por la que se escapaba un hilo grueso de sangre. Me la sujeté por la muñeca, temiendo que aquello no tuviera fin. Era como si la roca me exigiera un tributo mayor del que yo había estado dispuesta a ofrecer, como si mi sacrificio con la Marca de Sangre hubiera sido insuficiente para ella. Me sentí desfallecer al ver el gran charco que se extendía a nuestros pies, que Candela pisoteaba como si no se diera cuenta. La roca quería más y yo sentía que las piernas me temblaban, que la luz empezaba a distorsionarse, que mis ojos ya apenas veían con claridad, que el corazón iba a dejar de latir en mi cuerpo reseco del líquido vital que me necesitaba. Gemí, claro que gemí, porque sentía que me moría y ella no parecía importarle. Quería explicarle todo lo que sentía y pedirle que volviera a meter la sangre en mi cuerpo, como fuera.

Sin embargo, ella me hizo un hechizo de Curación en la mano y la sangre dejó de salir. Al instante, recuperé el control de mi cabeza y volví a sentirme bien. Ahora que la herida que me había auto-infringido había desaparecido, me di cuenta que la sangre que cubría la roca apenas eran unas gotas extendidas por aquella superficie rugosa, insuficiente para que yo me hubiera ni siquiera dado cuenta de lo que perdía. Entonces... ¿Qué había sucedido? ¿Es que aquella roca tenía una magia poderosa? O mejor dicho, ¿es que el autor que había hecho podía hacer una magia tan poderosa que provocaba distorsión de la realidad, que creaba espejismos en la mente, que te desarmaba de alguna manera para hacerse contigo y debilitarte? Por instinto, levanté un muro mental usando la Habilidad de la Oclumancia, para evitar que volviera a suceder alguna cosa parecida.

-- ¡No soy una llorica, Candela! Es... -- Paré un momento antes de explicarle lo que había sucedido. ¿Estaba segura que quería que ella supiera lo sucedido? ¿Qué me tomara por loca y deshiciera nuestro pacto de encontrar lo que sucedía en la cueva? ¿O qué supiera de la magia excepcional que había en aquella roca y quisiera aprender su uso antes que yo pudiera estudiarla y conocerla? ¿Por qué no confiaba en los Triviani? -- Es sólo que soy sensible.

Sí, no quería explicarlo y, por ello, escondí el efecto que me había causado aquella Marca de Sangre. Si ésto era lo que encontrábamos en la entrada, ¿qué habría allá dentro? Candela reprimió un gesto que, de repente, me hizo sentirme confusa. ¿Qué me recordaba? Seguro que no sería nada, seguro que seguía aún algo tocada por lo sucedido y mi mente aún no estaba del todo recuperada.

-- Sí, vamos. -- La roca había empezado a desplazarse para dejar un hueco del que se desprendía una luz verdosa que parecía llamarnos y un aire impregnado en un olor dulzón y atractivo a la vez que empalagoso y repulsivo. Esa mezcla me hizo tener la sensación que, allá dentro, vivía algo putrefacto, que moría algo que necesitaba de nuestra presencia. Sacudí la cabeza. Seguro que volvía a jugarme una mala pasada.  -- ¡Eh, espera! ¡¡Espera!!

Aceleré el paso porque ella ya se había adelantado de nuevo y me dejaba atrás. No sentí miedo sino la certeza que, si nos perdíamos, si nos separábamos, no saldríamos vivas de aquel lugar.

-- ¡Candela, espera! Vamos juntas, mujer... -- le grité, adentrándonos en lo desconocido.

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  • 4 semanas más tarde...

Se sintió verdaderamente atraída por aquella luz. De no ser porque Sagitas le había llamado, al menos tres veces, no se habría dado cuenta de que estaba por dar un paso en falso. Y es que, por alguna razón -siempre había una razón para todo, aunque ella lo descubriese mucho después- no había notado los terribles desniveles que habían en el suelo. Carraspeó un poco, disimulando el terrible error que podría haber cometido y que, posiblemente, les hubiese costado la travesía, y esperó a la Ministra, fingiendo que en realidad estaba aguardando por ella.

Mira que a mí me gusta el peligro, pero normalmente uno juega bien dentro de lo que conoce. Este lugar me da mala espina, Sagitas... ―se sinceró por primera vez, más para tranquilizarse a sí misma que por querer confiarle algo a ella.― Si no salimos de aquí ―dijo mientras retomaba el paso, más lento esta vez para asegurar sus pisadas― al menos nuestros fantasmas dirán que valió la pena. Porque lo que es a mí, no me fío de lo que encontremos, pero ya con eso puedo asegurar que valdrá la pena. ―sonrió como una niña pequeña preparada para recibir un dulce.

Candela quiso hacerle una broma a la Potter Blue respecto a los fantasmas, pues sabía que estaba casada con uno, pero se limitó a dedicarle una furtiva mirada mientras caminaba a su lado y prefirió callar. No fuera a ser que la suerte se le dé vuelta y termine, verdaderamente, hecho un fantasma. Sacudió los pensamientos trágicos de su cabeza en el momento en que el que llegaron a la orilla de un enorme lago de aguas verdosas. ¿Cómo lo sortearían? No tenía ni idea.

Nadando no creo que lleguemos, ¿tú qué dices? ―miró a su compañera con algo de ansias― Salvo que me sirvas de canoa, pero no, nos hundiríamos. Oye, no eras una ballena, ¿o así? Anda, prueba. ―la instó, más por maldad que por otra cosa. La gitana estaba segura que cruzar ese lago no sería tan fácil como para hacerlo a nado. Además de eso, tenía la certeza de que Sagitas haría cualquier cosa menos tomar en serio cualquiera de las sugerencias que le daba la Triviani.

No obstante, Candela se inclinó para contemplar el agua que tenían enfrente. Más allá del verdor, se veía espesa, o quizás era por la poca luz que podía ver muy poco a través de ella. No había escuchado cosas buenas de ese lugar, así que si había algo que era un hecho era que por agua sería imposible, al menos de forma directa.

No es seguro, de ninguna forma. ―dijo, mientras buscaba entre sus bolsillos algo que pudiese utilizar.

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