Jump to content

Conmemoración del 232 aniversario de la Revolución Francesa


 Compartir

Publicaciones recomendadas

La realidad era que me estaba divirtiendo mientras bailaba el caballero era todo un bailarín, además que charlaba de manera amena y agradable. Aunque hablábamos de política me sentía totalmente a gusto de estar allí departiendo con el mientras nos mecíamos por la música por el centro de la pista. Podía aseverar que se me olvido en donde estaba entre sus brazos, no era solo un baile, yo era la anfitriona y no debía dedicarme solamente a un solo invitado, aunque ciertamente hubiera deseado hacerlo. Cuando menciono mi parecido me sonó extraño, no conocía muchos Dumbledore y sólo había dos personas en la familia con esa descripción: mi madre y mi hermana Luna.

-¿Así que conoció a alguien de mi familia? Que curioso, si recuerda su nombre podría decirle de quien se trata, pero físicamente solo dos cercanas puedo decir que puedan ser…

Solté con gracia y una gran sonrisa, mientras me dejaba hipnotizar por su mirada y me movía por todo la pista entre sus brazos.

-Claro que si, leeré con atención el tratado y seguro discutiremos la mejor forma de tener una ventaja bilateral, además de poder reunirnos… podría ser en Ámsterdam si gusta, amaría ir a visitar los campos de tulipanes, son mis flores preferidas.

Recordé los comentarios que en alguna ocasión le había dicho a uno de mis hermanos sobre los tulipanes.

Entonces vi a Juv Macnair llegar al salón, al parecer la diversión se terminaría al finalizar la canción y así era, la música se detuvo me aleje un momento y le hice una venia

- Gracias por el baile, créame que ha sido todo un placer… ha llegado su acompañante, que le parece si la saludamos.

Le guíe hasta la joven Juv, la Nigromante era una cercana y sonreí con cariño besando sus mejillas a manera de saludo.

-bienvenida Madamme Macnair, espero disfrute su estadía en la cena, su compañero ha sido muy amable en pedirme acompañarle en un baile.

Vi de reojo y una conocida, Valeskya, ingresaba, la había estado esperando justamente porque me interesaba que trabajará conmigo en el Ministerio de magia Francés en una de mis oficinas en la que tenía un objetivo muy particular.

-si me disculpan, volveré en un momento recibiré a alguien y regresare en unos minutos.

Dije mientras les dejaba charlar y me dirigía a Valeskya a quien salude con amabilidad.

- Madamme Valeskya bienvenida, se que no me recuerda la conocí visitando a mi madre hace un tiempo. Agradezco que se haya animado a venir.

Le ofrecí una copa de una charola que paso por nuestro lado. Esperaba me respondiera afirmativamente a la propuesta de trabajar conmigo.

@ Juv Macnair

@ Valeskya Granger

 

IMG-20220208-WA0203.jpg

Ministre de la Magie Français // 🌙 dulce asesina by Mael

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

KJ0

 

— Querida, vaya que te tomaste tu tiempo en venir—terció una media sonrisa en sus labios, tras despedirse de Ada. Deslizando con sutileza sus manos por la cintura de la Viceministra de Holanda. Tenerle ahí era un deleite, renovar las energías que perdió al saber que partiría a Ámsterdam de forma irremediable— ¿Has dado con su paradero?—inquiría tomando la zurda de la Nigromante— Dime, dime que pudiste encontrarla—la mirada del Senescal de Caronte se perdía en los ojos de su acompañante— Macnair por favor, sabes lo que esto significa para ambos—sintiendo la mano de la fémina en su mejilla, se perdía en la calidez de sus labios.

Era verdad que su vida amorosa no era del todo clara. Pero, ¿Cómo no perder la brújula con una acompañante como ella?. Tomándole con firmeza por la cintura danzaba con ella, dentro de ese espacio que crearon con sus anatomías. No iría a la pista de baile, no deseaba captar la mirada de los presentes, evitando compartirla con los caballeros que estaba congregados dentro de ese salón de fiestas. La imagen de la Escocesa volvía hacerse presente en su mente, aquella fragancia que dejará tras abandonar el lecho del Holandés. Estaba convencido de que la Vidente le ayudaría, aunque no descartaba la posibilidad de que le costará un poco compartir la atención del Primer Ministro. 

— Tu y yo, no lo olvides—susurraba sobre la barbilla de la rubia— Siempre recuerda, nunca olvides—aspirando la fragancia de su piel, recostaba por un momento sus labios sobre la clavícula de la mujer. Sintiendo los latidos de su corazón acelerarse y el rugido dominante de quimera, moviéndose en el pecho de ambos la mitad del tatuaje que compartían— Solo tú, no lo borres jamás de tu mente—colando su mano por la parte baja de la  anatomía de la dama, sentía la fuerza que brotaba de Hidra. La compañera inseparable de los dos. Ayr, Escocia era su refugio, el hogar que les obsequiará a un trio de aliados que pronto desembarcarían en tierras Londinenses.

— Las necesito a ambas, quiero tenerlas como la primera vez—murmuraba mordiendo el cuello de la ojiazul, percibiendo como crecía el deseo que despertaba en ella con solo mirarla— Seremos tres y tres, porque así está escrito en el cuerpo de todos nosotros. Cuatro caballeros y dos hermosas damas, juramos protegerlas en la salud y en la enfermedad—sonaba a votos de amor eterno. Observaba la sonrisa coqueta que afloraba en los labios de la Viceministra, perdida en ese calor que abrazaba con fuerza cada uno de los objetivos que deseaban alcanzar— Te amo, me amas y nos amamos—repetía aquello acallando sus palabras de nueva cuenta en esos labios que eran su perdición—Ahora te deseo mucho más que antes, no puedo controlar todo lo que desatas en mi—llevándola lejos de las miradas. 

Se perdieron en un rincón apartado, donde las vestiduras de ambos se perdieron entre una bruma espesa. Acometiendo uno contra el otro, dando paso a una lucha encarnizada que era protagonizada por un par de sombras que danzaban al mismo ritmo, siguiendo la tonada que tocaba la orquesta. Bebiéndose por completo el sudor que calmaba su sed, envolviendo con sueños y anhelos renovados sus cuerpos, poco a poco la calma volvía apoderarse de ellos. El vestido negro cubría nuevamente la estilizada figura de la Senescal de Caronte y un traje de etiqueta le regresaba su fina estampa al Primer Ministro de Holanda— Eres mi perdición—apretándola contra el, le besaba como nunca antes lo había hecho.

 

JK1

 

— Ayr, Escocia—respondió dejando un delicado roce en los labios del Holandés. Aquella mujer si que supo como colarse hasta la médula de los huesos de su querido, Macnair. Detestaba la idea de tener que compartir la pasión, el deseo y el amor que brotaba del pecho del caballero su buen amigo y socio— Si, he dado con su paradero—le miraba con recelo— La amas y me amas, no te suena a contrariedad—sonreía besándolo apasionadamente— Agradece que me fascinas, sino ya estarías más de tres metros bajo tierra—abrazándole por el cuello juntaba sus cuerpos por completo.

Ayr, Escocia era tal y como lo predijo el destino. El hogar de seis magos poderosos que emergerían en el momento adecuado, ya tres de ellos estaban a nada de encontrarse dentro de Londres— Ha cambiado un poco, no recuerdo que sintiera apreció por los Alemanes o ¿si?—bromeaba intentando incomodar a su acompañante— Oh si, ya lo recuerdo. Solo tenemos ojos para un atractivo Holandés, Primer Ministro de esa nación y el mejor amante que hayamos podido pillar—elevaba el ego del castaño con ese comentario. Danzando al son que marcaban las manos de este sobre sus caderas, saboreando el néctar que saciaba la sed de la Nigromante.

Tal y como ocurriera la primera vez, deslizando sus manos por el pecho del caballero, apreciaba con detalle como quimera respondía a su tacto. Eran tal para cual, ejes complementarios, contrastados para ser aliados y en el mejor de los casos los mejores amantes que se hubieran conocido dentro de la historia del mundo mágico— Supe que se dedica a lo mismo que tu, no tiene nada que ver con el tema de la politica—sentenció notando un brillo de sorpresa en esos ojos azules, admirarlos era algo que le gustaba hacer como un hobbie— Es jugadora de quidditch, aunque no está activa por el momento. Le envié una invitación a cenar, espero que eso te complazca—relamiendo sus labios se fueron aquel rincón.

Ni una sola palabra o sonido emanó de los labios del par de amantes, sumidos en el estupor de la pasión y el deseo. La tonada que la orquesta les obsequió envolvía sus cuerpos y sus sentidos, elevándolos hasta el infinito donde se perdieron en medio de una estela oscura plagada de estrellas que les colmaba de sueños y energías renovadas— Te amo—salió al unísono de sus bocas— Te amo, me amas y nos amamos—recordó la frase que le obsequiará antes de volver a perderse en el calor de su pecho. Aquella fina tela cubría su tatuaje, pero no ocultaba eso que les unía de forma irremediable. La llegada de aquella Escocesa, posiblemente le daría un plus al sexteto o en el mejor de los casos, brindaría una sensación de poder incalculable en cada uno de ellos.

— Vayamos por un trago, no quiero que piensen que te he secuestrado—jugueteó con un mechón del cabello del Senescal de Caronte, vistiendo ropas de gala que llevaban a juego— Tú también eres mi perdición, Macnair—le tomaba ambas manos colocando estás en su cintura, recostando su espalda sobre el pecho del Nigromante. Quedándose así por un breve instante, cerraba los ojos para sentirse cobijada por ese hombre que era algo más que un socio de negocios para la Oclumante.

Editado por Juv Macnair

Cuando eres tan grandiosa como yo, es difícil ser humilde

BwJfDFR.jpeg

Básicamente ya eres la mitad de una maldición

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Guest
Esta discusión está cerrada a nuevas respuestas.
 Compartir

×
×
  • Crear nuevo...

Información importante

We have placed cookies on your device to help make this website better. You can adjust your cookie settings, otherwise we'll assume you're okay to continue. Al continuar navegando aceptas nuestros Términos de uso, Normas y Política de privacidad.