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Conmemoración del 232 aniversario de la Revolución Francesa


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El chico frente a ella tenía tenía cabello blanco como la nieve, eso le agradaba y su vestimenta era muy acorde con el evento, lo único que la desconcertaba eran esos lentes oscuros en su cara. No era hora para traer aquel accesorio y menos dentro de un lugar tan encantador; no comento nada de eso dado que la gente era algo excéntrica en algunos aspectos.

 

-Aunque no creo que el traje de elfo se vea muy mal en usted tampoco...- dejo la frase frase el aire, poniendo una sonrisa pícara y llevando a sus labios la copa, sin duda con aquel cuerpo que tenía el caballero nada de lo que se pusiera le quedaría mal. Lo miro de pies a cabeza sutilmente mientras el se presentaba -Oh eres primo de Ada, ella es una de mis amigas más íntimas. Es un gusto saber que todo queda en familia- comento mientras el preguntaba por su nombre - Pero que descortés soy... mi nombre es Idylla Macnair. Amiga como te comentaba de Ada-

 

Sonrió un poco más mientras daba una ligera mirada a la gente que poco a poco iba llenando el lugar, sin duda era un evento importante y pronto sería la hora del banquete. Volvió su mirada hacia el caballero y después de darle un largo trago a su vino pregunto -¿Y que hace un caballero tan singular, solo en este evento? ¿Tu pareja aún no llega?- 

@ DonTau

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Abandonó su vaga postura dejando el muro a un costado, adoptando así una posición más recta, aunque un tanto más relajada que antes. Parecía que no todo era seriedad y asuntos políticos en aquel lugar, sino que también, había almas como la suya con ganas de divertirse. Don trató de imaginarse aquel traje de elfo sobre el, pero su atención se encontraba en el rostro de su interlocutora. La manera en la que la dama posaba sus labios en el frágil cristal, a la vez que con aquellos curiosos ojos lo recorría de pies a cabeza. Intento hacer lo mismo, pero no pudo quitar sus ojos de los de ella. 

Resultaba ser que la dama frente a él, era amiga de Ada, la cual estaría demasiado ocupada para encargarse de ellos aquella noche, no les quedaba más remedio, que ingeniárselas, y pasar así el rato lo mejor posible. - ¿Amigas íntimas? - Soltaría desviando su mirar apenas un momento, para apreciar a un elfo que pasaba junto a ellos. Don tras un corto y sorbo final, depositaria el recipiente vacío en la charola que se alejaría de la mano del elfo hacia la derecha. - A ver que me cuenta Ada de ti luego... - Diría volviendo toda su atención a la dama. 

No iba a preguntarle nada a su prima, solo intentaba forzar con la señorita el típico juego de "averígualo tu mismo". Idylla por fin se presentaba, ya no eran un par de desconocidos. Aquella noche que se prestaba para ser un evento como cualquier otro, tal vez, solo tal vez, se convertiría en una noche digna de ser recordada para el joven. O tal vez todo termina mal, no lo sabía, pero Don era de aquellos que tildaban de cobardes a los que buscaban culpar al destino cuando algo no salía bien o como ellos esperaban.

Don sonrió de lado con el interrogante, se movió hacia un lado, intento buscar el espejo más cercano a ellos. - Si, de hecho, acaba de llegar... - Diría señalando el espejo detrás de la dama.  - Señorita Macnair, le presento a mi pareja... - Agregaba señalando el reflejo de Idylla que aquel espejo les regalaba - Al menos por esta noche espero... - Agregaría un tanto risueño, adelantando su brazo de manera cortés, esperando la aprobación de la dama. 

@ Idylla Macnair T.

 

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De no haber estado tan pegado contra la pared, estaba seguro que hubiera retrocedido. Aquella bruja, Darla, se había sobrepasado por la distancia que se había encargado de acortar. Hice un poco para atrás con la cabeza, cuando me respondió la pregunta que había hecho sobre qué se hacía en esos eventos. Luna me habló referido a cómo jugaba. La ignoré, porque no era lo que estaba preguntando.

Asentí ante la respuesta de Darla. ¿Qué podía responderle? ¿No había alguien más que quisiera hacer cualquier cosa?

Continuaba con la mirada en otras direccione en los momentos que Darla no había hablado. Las personas iban y venían. A la gente le agradaba encontrarse de ésa manera, le importaban los demás. ¿Por qué a mi no? Tal vez lo más importante era que extrañaba el tiempo donde estaba allí arriba en la colina, en ésa isla que parecía olvidada por el mundo, donde no habitaban demasiadas personas (ni mucho menos magos o brujas) sino prevalecía la flora y vida animal.

Dirigí levemente con la cabeza para saludar a Helene. De la misma manera a Sean. Había visto a aquel mago dentro del Ministerio. Y a la bruja en cada partido que nos enfrentábamos a los Tornados.

— Iré por un poco más de bebida.

Aproveché el pedido para bailar de Sean a Darla y la llegada de Helene para saludar al resto, solo para disimular que observaba aquellos espejos y las ventanas para alejarme un poco, solo un poco, de la gente que se había agrupado a mi alrededor.

 

@ Darla Potter Black  @ Luna Gryffindor Delacour  @ Helene Eloise Bellerose  @ Sean -Ojo Loco- Linmer

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GOLDOR ♦ DEMONIUM MERIDIANUM

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Si algo bueno tenía el quidditch es que la había liberado de ciertas responsabilidad en la vida social de Ottery, Londres y alrededores, si había algo de malo en volver de Bulgaria era justamente que regresaba a esos deberes. ¿Hacía cuánto que no veía a ninguno de los suyos? Y no era que le molestara la soledad, lo que quizá la ponía un poco incómoda era la ausencia de noticias. Incluso había dejado de lado el panfleto que significaba Vuelapluma, no tenía ganas de muchas cosas. Una cena de estado estaba en el penúltimo lugar de la lista, justo antes de Bulgaria. De todas formas, se vistió lo más apropiado que se le ocurrió, usando una túnica gris holgada con detalles plata en los bordes de las mangas . Lo suficientemente  larga para que se cubrieran sus pies descalzos, hechizados como siempre para que no se dañara o se ensuciara.

So... —respiró profundó antes de ingresar al recinto y arrepentirse de inmediato de haber aparecido. 

Al menos había tenido la gran idea de soltarse el cabello sobre los hombros y tenía las orejas escondidas. Nadie notaría lo encendidas que seguramente estaban. ¿Aparecería por ahí su sobrino o su primo Aaron? Si tan sólo pudiera convocar a su ahijado para que la acompañase seguro que se sentiría más cómoda. O al menos eso creía. Estaba segura de que iba a encontrar con alguien un tanto indeseable durante la Gala, pero esperaba que eso terminara siendo sólo un mal presentimiento, con un poco de suerte, la velada terminaba sin novedades. 

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-Bueno puedes intentar averiguar por ti mismo mis secretos, es más trabajo pero resulta muy satisfactorio al final...- se mordió un poco el labio y termino con su bebida de un largo trago. Esta noche pintaba para ser encantadora, aunque la suerte con los chicos no era su fuerte; esperaba que esa noche todo saliera completamente diferente.

 

Dejo su copa en la misma bandeja que  DonTau y volvió su mirada hacia el, cuando escucho que su pareja había llegado, por dentro se sintió un poco decepcionada y sin ánimos de voltear a mirar hacia donde estaba la chica, se giro muy a regañadientes.  Sus ojos se achicaron esperando y buscando a alguien mas, pero su reflejo era el que le daba una sonrisa, sin entender mucho de donde estaba su pareja volteo una vez más a mirarlo y una sonrisa se poso en su rostro. 

 

Tomo la mano que el mago le ofrecía y se inclino un poco para poder decirle en el oído-Por un momento creí que me dejarías para irte con alguien más...- volvió a su posición original y tomó dos copas de vino de una bandeja que traía un elfo -Entonces brindo porque hoy sea una velada fantástica y terminemos conociéndonos un poco mejor-

 

Tomo un trago sin dejar de mirarlo y sonrio muy picaramente -Entonces dígame amable caballero, ¿A que se dedica?- 

 

@ DonTau

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De curioso y solitario observador en un rincón del palacio, paso a ser uno más de aquellos sociables sujetos, sin planearlo o desearlo. Pareciera o por momentos se sentía, como si una fuerza superior los pusiera a capricho donde se le antojara. Pero esta vez no iba a quejarse. Apenas podía ver a donde llevaría todo aquello, y no le disgustaba en lo absoluto. Ahora tenía algo más importante que hacer, conocer los secretos de la señorita Macnair.

Los siguientes segundos los disfruto en cámara lenta. La expresión de Idylla antes y después de girar, deseo poder leer su mente en ese momento, lo que pensaba antes de girar y luego de encontrar su reflejo observándola.  Aprovechó el momento para terminar de contemplar a Macnair en su totalidad, hasta que esta volvió hacia él, entendiendo lo que sucedía. La dama le dedico una sonrisa, y tomó su mano, Don suspiro aliviado, la mujer había aceptado. 

Ella se adelantó, dejando un nulo espacio entre ellos, acerco sus labios a su oído, y le dedico unas palabras, el estupor que sintió fue breve, y aquella acción de la dama, decía mucho de ella, no le importa decir que pensaba o que sentía, eso sumó para el joven muchos puntos a favor de ella. Don sin dejar que se alejara, la imitó, susurrándole al oído. - Me salvaste de ese solitario y frio rincón, te lo ganaste... - Terminaría, ahora retomando la distancia inicial. 

Ahora la dama recuperaba no solo su copa, sino que elegía una para el peli blanco, que quitaría las gafas de su rostro para ponerlas sobre su cabeza, apenas perdiéndolas entre sus despeinados cabellos. Sus azules ojos siguieron cada movimiento de Idylla, tomó la copa que le ofrecía y la levanto para realizar aquel brindis, bebió un pequeño sorbo y se limitó a escuchar.  - Te sorprenderá, pero soy el tipo nuevo que nada hace y a nadie conoce... - Explicaría con soltura. .- Debo buscar que hacer, en que pensar, alguna que otra obsesión nueva con tal de no caer en una rutina que me lleve al aburrimiento... - Bebería nuevamente, observando a la peli morada por sobre la copa de cristal. - ¿Y usted bella dama, a que se dedica?.- 

@ Idylla Macnair T.

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Sonrio ante su contestación, era la primera vez que conocía a alguien que en realidad no tenía nada que hacer, siempre la gente estaba ocupada en sus trabajos o en vidas privadas que ella terminaría averiguando de todos modos. Así que podría indagar más para poder saber que hacia antes de llegar a Londres talvez así podría ayudarlo a conseguir un trabajo o talvez un pasatiempo.

 

-Bueno aquí en Londres siempre puedes buscar quehacer y nunca aburrirte, antes de venir a Londres supongo que hacías algo para distraerte o una ocupación para obtener galeones por lo menos ¿no?- pregunto Idylla dándole un sorbo extra a su bebida y dejando un poco de pintalabios en la copa, se relaciona un poco y probó el exquisito vino que estaban sirviendo, vaya que era de una calidad excepcional la uva se sentía ligera y con notas amaderadas.  Sacudió la cabeza por haber empezado a divagar, miro a Don para escuchar su última pregunta.

 

Puso su mano en su barbilla intentando encontrar las palabras para explicarle lo que hacía -Púes digamos que soy la persona a la que acudes cuando quieres encontrar a alguien o cuando quieres más bien atrapar a alguien- eso era en general lo que hacía, además de ser cazarecompenzas pues era una excelente traficante de mercancías ilegales, pero eso no lo podía decir en la primera platica. Capaz que salía corriendo y ella no quería estar sola nuevamente en la fiesta -además soy sanadora, independiente. En estas épocas es mejor no estar en un establecimiento no sabes donde ocurrirán las desgracias- comento la chica y tomó un trago más largo a su bebida.

 

@ DonTau  

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El bullicio aumentaba a medida que el salón disponía de menos espacio físico, grupos numerosos formaban semi círculos aquí y allá, otros tantos como ellos, se alejaban a los laterales buscando algo más de intimidad. O tal vez pasar desapercibidos como el, minutos atrás. En el fondo esperaba que ambos fueran inmunes al reloj, que el tiempo se detuviera allí en aquel momento, que no llamaran a cenar, obligándolos a dejar la privacidad, para tomar asiento junto a desconocidos burócratas. 

- El caso es que llevo horas en Londres... - Diría, tratando de explicar, sin querer hacerlo, porque era el único en aquella fiesta que no tenía nada que hacer. Aunque para el mago, eso no era un problema, lo estaba disfrutando. - Pero podrías ayudarme con alguna de esas cuestiones... enseñarme alguno de esos lugares donde no podría aburrirme... - Bebería una vez más, ahora la copa estaba por la mitad, jugó con ella haciendo bailar su contenido preso del cristal. 

- Mira... - Don llevo su mirada hacia uno de los grupos más numerosos. - Estoy seguro de que si le preguntas a cualquiera de ellos a que se dedican, tardarían media hora en contarte todo lo que hacen por el mundo mágico... - Volvió la mirada a la chica de negro frente a él, posando sus azules ojos fijamente en los de ella. - Si me comparas a mí con ellos, o soy el peor fracasado entre todos... - Se tomó unos segundos para continuar. - O soy el más interesante del lugar, por el simple motivo de no estar haciendo nada... - Una sonrisa desafiante se marcó en su pálido rostro... - Ya me dirás luego a cuál de los dos grupos pertenezco... - Finalizaría.

Era el turno de ella, explicaba de una manera prudente lo que hacía, era interesante, se la imaginaba en un puesto administrativo, algo tranquilo. Pero no. La chica mostraba ser una caja de sorpresas, y en Don nacía una pequeña adicción, quería saber más sobre ella. - Digamos que alguien quiere atraparme... ¿Serían costosos tus servicios? - Preguntó acortado un poco la distancia. - Y si me llegara a lastimar esta noche, alguno que otro corte aquí...- Decía mientras dibujaba una marca sobre su pecho. -¿Sanarías mis heridas?  - Agregaría haciendo más amplia su sonrisa. 

@ Idylla Macnair T.

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Estaban tan agusto los dos solos disfrutando de la charla, un momento ella estaba olvidando que en realidad se encontraban en un evento y pronto les pincharian esa burbuja para llamarlos a cenar, esperaba que aún tardarán mucho para eso.

 

-Bueno son muchos los lugares, quizá la próxima vez que nos veamos podríamos ir a alguno...- sonrio de forma pícara una vez más-claro, también depende de lo que te guste hacer-

 

-En este momento no estoy interesada en ninguno de los presentes, y la mayoría talvez podrían ser aburridos o incluso muy presumidos por ser tan importantes, creo que me quedaré con el misterio que esconde el caballero que no hace nada...- miró alrededor mirando a los asistentes y sonrio una vez más al peliblanco, sus ojos tenían un color azul hipnotizante que no dejaban que pensara mucho en otra cosa, trago saliva mientras continuaba hablando -podrías enseñarme a no hacer nada juntos, creo que necesito tranquilidad en mi vida-

 

-Pues eso depende de quien quiera atraparte- comento la Macnair y sonrio para sus adentros, si alguien mandara a atraparlo, lo haría cobrando una millonada para después quedarse con el dinero y el chico también, así tendría recompensa de los dos tipos. Sacudió su cabeza ligeramente riendo por sus pensamientos y continuo -serias una interesante cacería- el siguió hablando y mientras apuntaba a su pecho, ella trago saliva pensando en lo que habría debajo de aquel traje -bueno sin duda podría sanarte, pero tendría que estropear ese magnífico traje que llevas puesto... sería una lástima... - se tomo de un trago la bebida y sonrió sin dejar de mirar a sus azules ojos.

 

@ DonTau

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Aquella velada apenas comenzaba, y aquel par, trazaba planes para volver a verse. Don, para sus adentros, pensaba  cuál sería el tipo de lugar que le gustaría conocer, pero no por el simple hecho de hacerlo, sino por la simple razón de ir con ella. En que tiempo y espacio disfrutaría más de su compañía, las respuestas eran infinitas. - Pues... - Comenzaba levantando su mirada hacia el techo. - Me gusta el cielo nocturno, los callejones oscuros y los bares. - Se detuvo para volver a mirarla, imaginando que lugar en Londres contaba con aquellas características. - A ver que puedes hacer con eso... - Desafiaba el peli blanco. 

Llego a un punto donde debía esforzarse al observarla mientras hablaba, era difícil no poner cara de idi*** mientras se perdía en sus expresiones, su mirar y aquellos delicados ademanes que usaba al expresarse. - El caballero que no hace nada... - Bajaría su mirada sonriente hacia el suelo. - Me gusta el título... - Agregaría.

- Estaría bien... No hacer nada juntos... Soy licenciado en holgazanería. - No pudo evitar reír, tampoco pudo evitar quitarle los ojos de encima. Era como si el sonido alrededor se apagara, la música desapareciera, y poco a poco, uno a uno, los invitados iban siendo devorados por la oscuridad, solo una luz sobre sus cabezas, y nada más alrededor, salvo por ese elfo, que esperaba ansiosos que sus copas se vaciaran para ofrecerles más. 

El mago liquidó su copa con un sorbo final, mientras la señorita Macnair seguía con la plática, ahora más sugerente, más osada. Algo que cautivaba al Dumbledore. Parecía no importarle el impacto que podían tener sus acciones, decía lo que quería sin tapujos. - Podríamos jugar al gato y al ratón cuando quieras... - Diría tras lo de la cacería, pero ella doblaba la apuesta, mencionando el resultado que podría tener la camisa del joven mago. - Puedes romperla de ser necesario, al parecer, puedes destruir y remediar a voluntad... - Sin proponérselo la distancia entre ambos iba siendo más corta, a tal punto que si uno se inclinaba hacia adelante, haría que las copas que ambos sostenían se rozasen una con otra. 

@ Idylla Macnair T.

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