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Gala de Beneficiencia - Consulado Italiano


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Era una plácida noche de verano, el Castillo Triviani se erguía orgulloso en medio de la noche estrellada con sus ventanas iluminadas titilando en la oscuridad. Una suave brisa se paseaba por los jardines acariciando las hojas de los árboles, creando una suave melodía de susurros que se unían al cantar de las criaturas nocturnas. La laguna que se encontraba semi oculta en un bosquecillo al costado del castillo, resplandecía con el reflejo de la luna en su superficie espejada; los arbustos florales que flanqueaban el camino rumbo a la entrada principal se encontraban repletos de pequeñas hadas de las cuales emanaba un suave brillo de distintos colores. En el techo, enroscado en una de las torres más altas, descansaba el dragón de la familia y protector de los terrenos; Pyro era un Bola de Fuego Chino, sus escamas de un rojo carmesí brillaban como pequeños rubíes cuando la luz de las ventanas se reflejaba en él.

Las grandes puertas de nogal se encontraban abiertas de par en par derramando una cálida luz sobre la escalera de piedra, invitando a los recién llegados a adentrarse en los confines del castillo. Un par de elfos domésticos, los Chuck, esperaban en la entrada para recibir a los invitados, aunque sus sádicas expresiones no fueran muy alentadoras. Alyssa había adjuntado una nota de advertencia en las invitaciones, la servidumbre de este castillo estaba tan o más loca que aquellos a quienes servían. La reputación de la familia Triviani era de popular dominio, todos sabían lo peligrosamente inestables que podían resultar los miembros de esta casta, cuyas ideas de diversión por lo general involucraban fuego y explosiones.

Pero esta noche más les valía comportarse, hacía años que no celebraban un evento de semejante calibre en el castillo, principalmente porque por lo general la gente solía evitarlo. Como viceministra del gobierno italiano, Alyssa había decidido ofrecer su hogar como sede para la Gala de Beneficencia que celebraban en aquella ocasión. Una oportunidad perfecta para presentar a la sociedad mágica el nuevo Ministro de Magia Italiano, Lord Cubias, y su gabinete. Pero el principal motivo de aquella velada era juntar fondos para financiar la búsqueda e investigación de una cura para el virus que acechaba tanto la comunidad mágica como muggle a nivel mundial. Ludwig, jefe del departamento de salud, daría un discurso al comienzo del banquete donde explicaría a los invitados todo acerca de esta nueva campaña para erradicar un mal común a todos que había llegado para desbaratar la rutina de nuestras vidas.

Una vez dentro los invitados serían conducidos hasta el salón principal donde una larga mesa les esperaba ya decorada con finos platos de porcelana, copas de cristal y cubiertos de plata. Un cuarteto de músicos se encontraba sobre una pequeña plataforma en la esquina de la habitación, tocando una animada melodía de jazz mientras que los Chucks se paseaban con bandejas repletas de copas con champagne sobre sus cabezas. El banquete empezaría pronto, en cuanto el grueso de los invitados hubiera llegado.

 

@ Lord Cubias  @ Ludwig Malfoy Triviani  @ Thanatos L. Lestrange  @ Illidan Black Lestrange  @ Idylla Macnair T.  @ Ashley Emily Black Lestrange M.

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Patricia Trivianien representación de Matthew, o eso dice ella. o_ó

¿Gala de beneficencia?

No era algo que le importara, pero se encontraba escondida detrás de las cortinas, del Castillo cuando el joven desconocido, asumiendo que era parte de la familia de Matthew, había aparecido ahí para dejar una invitación EX CLU SI VA, para la familia más importante de toda la Comunidad Mágica, los Triviani. Y tenia ganas de salir un poco del Castillo, la tenían encerrada en una de las cavas, donde Candela producía su famoso Ginebra y lo contrabandeaba.

Si lo pensaba dos veces, realmente podía decir que necesitaba dinero, la madre que de los engendros jamás le daba dinero, ahora se había dado el tupe de desaparecer y siquiera dejarle un Knut, —Maldita gitana loca—blasfemó por lo bajo, esperando que nadie la oyera, pero claro, no estaba del todo oculta, se encontraba detrás de la cortina y por lo bajo se podían ver sus botas. (?) 

Estaba ebria, más puesta que los moños de los invitados a la Gala Benéfica, no había forma de que manejara alguna de las escobas robadas de la trastienda, así que se dispuso a escurrirse por las sombras y buscar la llave del Ford de la greñuda. Pasó por uno de los ventanales hasta la puerta de entrada, donde suponía estaban todas las llaves del Castillo y de los transportes mágicos; pero el del Anglia no estaba. 

¡p*** madre!—gritó y pateo uno de los pilares, haciendo que temblara y cayeran al suelo. Se estremeció, sus pelos se erizaron y abrió la puerta para salir corriendo como una demente esperando que nadie la escuchara. 

Corrió y corrió, hasta caer de trasero al suelo, —¡Pero que diablos esta sucediendo hoy!—frotó su frente ahora rosada—¡Auxilio! el castillo me lastima!—gritaba moviendo los brazos desesperada. —Ah no, todo esta bien, ¡QUE NO EL PANICO CUNDA!—volvió a elevar la voz para tranquilizar a la gente, que según ella estaba por ayudarla, pero no, no había nadie, estaba delirando por el alcohol en su sangre. 

Su Ovni, aquel que había "tomado prestado" de no se acordaba donde, se hacia invisible, pero ahora, lo podía recordar... Una rampa automática bajo de el y la silla de ruedas que le había robado al desquiciado del CRAA, ese sanatorio del cual había escapado, pero eso era historia para otro cuento, se sentó en la silla de ruedas y se subió al Ovni, ¡no recordaba como manejarlo! pero le era suficiente con no terminar dentro del castillo, como Candela solía hacer con su auto. 

Y desapareció, hacia donde? no sabia, pero ella arranco con fuerza.

Después de unos cuantos minutos por el con fin del mundo mágico.

Empujo con fuerza el freno de su nave, y ésta se detuvo bruscamente. —¡LA GALA ES EN EL CASTILLO!—gruñó y volvió hacia la majestuosa arquitectura Italiana. 

Lo estaciono entre los arboles, para evitar vista de curiosos, y lanzó la silla por la ventana, acto seguido, ella, cayendo sobre unos arbustos de hiedra venenosa, provocando ronchas y picazón en su morena piel. Se acercó hacia la gigantesca puerta abierta, y husmeo hacia adentro, aún no había nadie, pero era perfecto para sus planes. 

Tomó uno de los sombreros de paja de Alyssa, la que revivió de entre los muertos, y se postro en la puerta con cara de pobrecita, se preparaba para pedirle galeones a los invitados que estaban atravesando la verja principal. Su cara de traumada, la silla de ruedas y ahora sus ronchas, seguramente le daban algo, y con eso, se haría rica. 

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El gran día había llegado, la gala de beneficencia se realizaría y eso marcaría un precedente entre toda la Comunidad Mágica Internacional, un momento especial para la unión entre magos y brujas de toda Europa para acabar de una vez por todas con ese asqueroso virus que había ya acabado con el 10% de la población. Era responsabilidad de Ludwig Malfoy Triviani estar ahí y dar a conocer los más valiosos detalles sobre aquella gala ya que ocupaba un puesto clave en la lucha contra la enfermedad: Jefe del Departamento de Salud del Ministerio de Magia Italiano.

La última semana su cabeza había dado vueltas y vueltas por el discurso que tendría que dar, necesitaba llegarle al corazón de todos esos magos para obtener sus donaciones y avanzar con las investigaciones. De la misma manera era importante hacer alianzas con magos expertos en pociones y hacer uso de laboratorios, elementos que por desgracia el Ministerio Italiano no poseía debido a las terribles carencias en todo tipo de tecnologías. Incluso llegó a pensar en solicitar ayuda a los muggles.

Se había arreglado de la manera más elegante posible, con una túnica de color beige con botones dorados, un pantalón del mismo color y unos zapatos negros recién pulidos. Su cabello rubio rebelde estaba adecuadamente peinado y su piel irradiaba energía y seguridad, estaba listo para dar una actuación impecable. Salió de su habitación en la Mansión Malfoy y esperó a su hija Ashley para ir juntos al evento. Ella también lucía radiante pese a todo el trabajo que había realizado en las últimas semanas.

Llegaron al castillo Triviani y tuvo un dejavú lleno de emociones encontradas, después de todo el Malfoy había sido uno de los fundadores de ese castillo, aunque pasó muy poco tiempo ahí, el ayudó a construirlo. Ahora se veía mucho más imponente y hermoso, sabía que regresaría ahí en algún momento para saludar a sus viejos familiares. Caminaron por los jardines recién podados y arreglados y se detuvieron frente a una hermosa fuente mientras observaban el hermoso paisaje.

-Hija, ¿estás lista? – preguntó el rubio -  yo me encuentro aterrado pero confío en que nos irá muy bien así que solo es cuestión de tener seguridad y dejar que todo fluya – acto seguido continuaron el camino hacia el salón, sabía que debía ser de los primero en llegar para asegurarse que todo el evento estuviera perfecto y a su vez ayudar con los detalles que pudieran faltar.

Al ingresar vio como el salón ya estaba perfectamente decorado y que incluso algunas personas habían llegado ya. En su mano tenía un pergamino finamente enrollado el cual contenía el discurso que se dedicaría a dar más adelante. Entre sus invitados estaba también Cillian, su actual pareja por lo que esperaba que no tardara en llegar.

-He quedado impactado – comentó acercándose a Alyssa – en verdad hiciste un maravilloso trabajo con el castillo y más aún con la decoración de el salón, mis felicitaciones – finalizó el Malfoy mientras un elfo le servía un trago para comenzar a amenizar el evento.

@ Cillian Ryddleturn  @ Alyssa Black Triviani  @ Ashley Emily Black Lestrange M.

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El gran día de la Gala de Beneficia del ministerio Italiano había llegado, todo el trabajo que había desarrollado durante las últimas semanas estarían dando frutos en aquella velada, todo pintaba de maravilla.

Ashely llego con su Padre Ludwig al castillo de la Familia Triviani, muy elegantes, su padre vestía una túnica color Beige con botones dorados, en juego con un pantalón del mismo color y un par de zapatos color negro, su cabello rebelde pero con porte, la ojiverde opto por usar un vestido color azul marino con detalle de encaje oscuro y forro color crema muy sutil, con discreto escote y pequeñas mangas en los hombros, acompañado con un par de zapatos color plata, su largo cabello lo rizo y acomodo de lago izquierdo con un pequeño fleco, que dejaba lucir sus grandes ojos color verde esmeralda, su maquillaje fue ligero, era muy hermosa al natural.

-Hija, ¿estás lista?, yo me encuentro aterrado pero confío en que nos irá muy bien así que solo es cuestión de tener seguridad y dejar que todo fluya – Dijo su padre Ludwig, la joven sabia lo importante que seria aquel día para su Padre, ella acomodo su mano en el antebrazo de su padre.

- Todo estará muy bien Padre, he sido testigo de todo el esfuerzo que has hecho para encontrar la cura de este virus - Le dijo la Ojiverde tratando de tranquilizar a su Padre.

La chica acomodo su cabeza en el hombro de su Padre tratando de darle tranquilidad, que su discurso saldría de lo mejor y convencería a varios de los invitados para realizar aquellas alianzas y salvar al mundo. Le dedico una sonrisa y entraron al salón, todo estaba completamente adornado, no podía creer que todas aquellas horas en el ministerios estaban dando fruto y esperaba que los diera más tarde.

Ambos se acercaron a la Sub-ministra la saludaron, Ashley no perdió tiempo y se acomodo a una lado de la ministra mientras le hacia señas a un elfo que le llevara la documentación que había dejado en la mañana.

-Traje la lista de invitados y otros papeles por su los necesita - Comento la chica a la sub-ministra, era parte de su trabajo del departamento de comunicación y propaganda tener la información necesaria en caso que el ministro o ministra lo solicitarán. 

Después de lo dicho se giro para varios lados buscando a más miembros de gabinete italiano, entre ellos a su Padre Illidan que sabia de buena fuente que llegaría acompañado, y una vez su mirada se perdió entre los invitados ya presente buscando a su Jefe de departamento, la joven tenia curiosidad si este último llegaria acompañado. La chica se mordió el labio inferior mientras se quedaba para a un lado de la Sub-Ministra y su Padre Ludwig

 

@ Illidan Black Lestrange  @ Lord Cubias @ Alyssa Black Triviani   @ Ludwig Malfoy Triviani  @ Cillian Ryddleturn  @ Thanatos L. Lestrange   @ Idylla Macnair T.
 

Editado por Ashley Emily Black Lestrange M.
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Habían conseguido una invitación a la Gala del Ministerio Italiano gracias a su prima Mica Gryffindor, tras mucho discutir sobre el futuro no solo de la comunidad magica sino del bando mismo, habían llegado a un punto en común, necesitaban aliados fuera de lnglaterra y el hecho de que los Italianos estuviesen buscando ayuda entre los magos de Inglaterra les venia como anillo al dedo, ahora solo era cuestión de lograr hablar con el Ministro Italiano y convencerlo que podían ayudarse mutuamente. Se reviso el peinado por ultima vez y se acomodo el vestido negro pegado con un escote pronunciado pero elegante, que resaltaban su escultural figura vampirica ademas de unas zapatillas a juego y se aparecio en la entrada de la mansión de los Triviani donde se habia quedo de ver con el Despard y con Darla.

Hola Despard, que bueno que ya estas aquí, ahora solo esperamos a Darla - dijo mientras se acercaba a Rory y lo tomaba del brazo para incomodarlo un poco. Sabia que a veces era un poco agresiva con su lider pero no lo hacía con maldad escondida, solo le gustaba empujar a la gente a su limite, a veces la gente daba buenas sopresas con un poco de presión.

 

@ Darla Potter Black  @ Rory Despard  @ Mica Gryffindor  

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 Mientras se abrochaba los botones del chaleco negro, el ojigrís se detuvo un segundo sobre la imagen que lo observaba al otro lado del espejo. Hacía años no se había tomado el trabajo de ponerse tan presentable para nada. Detrás de él, su valija con sus pertenencias reposaba arriba del camastro de la posada. Parecía haber implosionado, con algunas mangas y retazos de tela sobresaliendo de su interior. Las botas de cuero de Hébrido negro emitieron un leve chillido al girarse el mago sobre sus talones para encaminarse a la puerta.

 Estaba listo para la gala. Había recortado su pelo de los costados y toda la franja superior la había atado en una prolija coleta. Su chaleco descansaba sobre una camisa blanca perlada con unas mangas abullonadas. De este caía una cadena de plata que delataba el reloj en su bolsillo delantero. Lo sacó y miró la hora... estaba tarde. Tanto que se había preocupado por no llegar último. Tomó su capa negra y la colocó sobre sus hombros mientras se encaminaba al exterior de la posada muggle. Lo que menos quería es alarmar a quienes le ofrecieron ese asilo a bajo costo con desapariciones repentinas.

  Comenzó a caminar por la callejuela adoquinada, mientras un grupo de muggles se apiñaban a escuchar a unos músicos callejeros que, a su oído, parecían bastante decentes. Giró en el primer callejón y apenas salió del rango visual de cualquier alma, se desapareció.

 Apareció frente al castillo que había visitado aquella tarde.

- Con que Trivianis de nuevo, parece que esto va a ser para largo - dijo, acelerando el paso, esta vez asegurándose de no tocar la reja. Al llegar a la puerta de entrada, un par de elfos de aspecto más roñoso que el que lo recibiera aquella tarde ya estaban esperando. A su lado una mujer en silla de ruedas con un sombrero de paja parecía estar... ¿Pidiendo limosna? ¿En una gala de beneficencia? ¿Qué estaba tramando Alyssa?

Pasó por alto a la muchacha y se detuvo cerca de los elfos un instante. Parecía que alguien se había tomado la molestia de ponerles una especie de moño de regalo en la cabeza, esperando que luciesen más adecuados para la festividad, pero solo les daba un aspecto aún más patético del que ya presentaban. Saludó a las criaturas y se internó en el castillo.

 A diferencia del decorado de los elfos, el interior del salón parecía aceptable. Habían colocado unos lujosos detalles y, por supuesto, la viceministra no había reparado en gastos. Sonaba un jazz divertido que acompañaba el ambiente perfectamente. Se acercó un instante a la banda y se quedó parado a un costado escuchándoles antes de retirarse a la mesa. Cuando terminaron la pieza, les aplaudió agradecido y lanzó unas monedas sobre el estuche del contrabajista.

- Preferible recaudar en este y no en el del violín - les lanzó a los músicos con una sonrisa mientras se movía a la mesa y tomaba una copa de uno de los elfos. Le dio un trago mientras avanzaba y se giró para escupirla. Uno de los elfos que se paseaba con las copas en alto ni se percató del hecho de que ahora algunas de sus copas tenían un poco más de contenido. - Champagne, bebida de m... - justo en ese momento vio que se acercaba al grupo que ya se había empezado a reunir allí. Tiró el resto de la copa en uno de los maceteros disimuladamente y apresuró el paso hacia allí.

- Parece que no llegué tan tarde después de todo. ¿Qué es ese chistecito de la lástima en la puerta? - le preguntó a la viceministra. Notó que aún no contaban con la presencia del Ministro ni de su hermano, que probablemente llegaría con él por cuestiones de seguridad. - ¿Estás listo para el discurso, Ludwig querido? - saludó a este y a su hija, la joven aprendiz.- Espero que sea una fructífera noche, si todo va mal todavía tenemos la posibilidad de que me suba a la tarima y consigamos unos buenos galeones por un buen show... - rió mientras sacaba un cigarro.- Podrías preparar la cámara, Ashley... un recuerdo de esta noche nos podría dar grandes ventajas políticas.

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@ Alyssa Black Triviani  @ Ludwig Malfoy Triviani  @ Matthew Black Triviani  @ Ashley Emily Black Lestrange M.

Editado por Thanatos L. Lestrange
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La Macnair estaba espectacular, su cabello morado hacia juego con el hermoso vestido beige que llevaba puesto, se encontraba también nerviosa por la gala que había preparado. Ahora tenía que hacer uso de sus encantos para poder poner al departamento en un nombre alto y seguir haciendo relaciones con todos los que se hacían presentes en la fiesta.

 

Entro en el castillo Triviani, siempre hacia que ella se sintiera pequeña cada que entraba, sin duda era una de las propiedades de su familia que le encantaba. Rodo la cabeza mientras iba viendo la gente que llegaba al evento, ella trato de ser una de las primeras y poder ayudar a Alyssa y a Cubias a recibir a los invitados.

 

Llegó a un lado de su tía y sonrió poniéndose a su derecha -Buenos días Tía Alyssa, veo que si hubo mucha concurrencia para el evento. Esperemos esto nos ayude para encontrar la vacuna más rapido- sonrió mientras esperaba la respuesta y miro que ya había también varios miembros del comité que ya estaban llegando, teniamos que ser los mejores anfitriones en aquel evento. Era lo primordial, para darse a conocer, también alzaba un poco el cuello para ver si su enamorado estaba entre los presentes, DonTau no se perdería un evento como este.

@ DonTau  @ Ada Camille Dumbledore  @ Juv Macnair Hasani  @ Illidan Black Lestrange

 

@ Alyssa Black Triviani  @ Lord Cubias  @ Ashley Emily Black Lestrange M.  @ Thanatos L. Lestrange  @ Ludwig Malfoy Triviani

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Desde que a Maida se le había ocurrido la terrible idea de ser la asistente de su primo, invitaciones como esta no la dejaban de lado, porque de cierta forma pensaban que así se aseguraban que Aaron se enterara del asunto. Lo cierto era que la relación entre primos aunque permanecía igual de fuerte que antes, se había enfriado un poco en cuánto a la comunicación se refería. La ojiazul continuaba enviándole informes aunque cada vez menos sobre la situación política y más sobre el estado de la Marca Tenebrosa. Era imperativo que no perdiera el norte en ese sentido. Suspiró. La Gala era en el castillo Triviani, y si bien era posible que se alistara ahí, se sentía más cómoda haciéndolo en la Manor, sobre todo cuando tenía que enfundarse en alguno de esos vestidos que su tía tanto insistía en que se pusiera.

Seguía sin acostumbrarse del todo a su reflejo cuando lucía así. Tenía los hombros desnudos por el tipo de escote que llevaba, el vestido, al menos esta vez, era holgado desde la línea del busto y el color era un lavanda, tan pálido, que la hacía parecer como si tuviera un rubor natural. Decidió llevar un pequeño bolso de moke dónde guardó su varita y unas cuántas orejas extensibles que invisibilizaría en cuanto pisara terreno Triviani. Desapareció de casa y apareció en los terrenos de sus sobrinos.

Reconoció en seguida que los elfos estaban con indicaciones exactas porque hasta lucían normales y tranquilos, pero no reconoció a muchas personas, seguramente llegaba muy temprano aún. Sacó la varita del bolso, y antes de ingresar al vestíbulo, hizo una floritura que le cubrió los hombros con un chal de gasa en tonos violeta, a pesar de ser verano, había sentido una brisa que le molestaba. Le pareció reconocer a su madrina @ Alyssa Black Triviani , y a @ Idylla Macnair T. , pero aún estaba un tanto lejos como para saludar a los gritos, además, dada las circunstancias, no era lo adecuado.

Bueno, ya nos dirán exactamente que piensan hacer con el dinero recaudado —susurró para sí  mientras se cercioraba que en el bolso había guardado también la certificación para donar unos diez mil galeones a la causa, si la causa le parecía necesaria—. 

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A pesar de las exigencias de su jefe de seguridad Cubías desestimó la idea de llegar a la gala escoltado por un sequito de guardaespaldas, en primer lugar, sabía que la mansión Triviani no representaba un peligro para él, es más, posiblemente era uno de los lugares más seguros en los que podía estar, y segundo, no era muy “del pueblo” llegar a una gala con toda esa pompa. Además, algunos podrían interpretar mal el asunto, desde los que vieran eso como una muestra de debilidad y los que lo tomaran como una muestra agresiva de poder innecesaria. 

Claro, esa decisión de ir sin escolta no fue bien vista por su colega Illidian, y aquello había terminado en un dime que te diré, la plática aún estaba muy presente en la mente de Cubías, pues dentro de todo, le pareció gracioso ver como su jefe de seguridad se alteraba.
 

Cita

 

-Es de pu*** llegar con escolta, no lo voy hacer-

-De pu*** es no hacerle caso a Illidian-

-Illidian es pu***- 

-Ojalá te maten, para que aprendas…- 

 

Cubías dejó escapar una sincera sonrisa al recordar esa conversación y enseguida terminó de abrocharse su chaleco. Se había ataviado con traje muy llamativo, muy lejos de lo que acostumbraba, pues en lugar de la túnica negra llevaba un traje completo en color verde esmeralda, su corbata era negra y un pañuelo en forma de triangulo resaltaba en el bolsillo de su saco.

Una vez listó abandonó una de las habitaciones de la mansión Triviani y se dirigió hacia el salón principal, aquel que su colega Alyssa había designado para la gala. Incluso antes de cruzar la puerta ya se escuchaban las voces de la gente en el interior, Cubías avanzó hacia dentro saludando con la mano levantada a algunos de los presentes con quienes hacía contacto visual, su saludo era cual político en campaña.

En seguida se posicionó al lado de sus colegas miembros del gabinete y les dirigió unas palabras -Hoy hacemos historia, queridos- sonrió y especialmente le guiño el ojo a la Viceministra, quien había orquestado la idea de la gala.

El Malfoy se posicionó al lado de @ Thanatos L. Lestrange , sabía que estando a su lado a lo mejor podía recibir en cualquier momento algún consejo de beneficio para su imagen pública. 

 

@ Alyssa Black Triviani  @ Illidan Black Lestrange  @ Ludwig Malfoy Triviani  @ Idylla Macnair T.  @ Ashley Emily Black Lestrange M.

Editado por Lord Cubias
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Patricia Triviani

Tenia una posición estratégica, esperaba que el sombrero diera frutos y ver su fortuna incrementada sin algún tipo de esfuerzo, si no, se vería obligada a hurgar las carteras de las brujas invitadas y los bolsillos abultados de los jóvenes que ingresaban, ¿solo los bolsillos? esperaba no confundirse, recordaba cuando quiso tocar a Jeremy, al hermano de Matthew, y sin pensarlo había tocado su órgano reproductor, era grande, pero no era lo que buscaba, no podía sacarle provecho, ella quería dinero y por el bastardo seguramente no le darían ni 2 Knuts. 

¡Hey!—le grito al brujo extrañamente joven -Ludwing- de cabello rubio—¡Rata miserable! ni una maldita moneda le dejas a una lisiada?—balbuceó haciendo gestos con su boca, intentando enfocar sus perdidos ojos, sin éxito. —Si, camina, camina, ignórame—suspiro—Prenderé fuego tu linda cabellera con una vela, ¡ya veras!—estaba desquiciada! necesitaba una dosis de champagne barato, de ése que Alyssa había comprado para la Gala Benéfica.

La mujer que pasaba con él -Ashley- tampoco le había parado bola a la mujer de cabello negro, lisiada, morena y con ronchas. Parecía ser que su fachada no estaba funcionando, tenia que cambiar de planes rápido, le parecía simpática, y solo por eso, la iba a perdonar, no le iba a tirar el agua del florero en el cabello. 

Volteó y siguió agitando el sombrero, esperando a los que seguían acercándose. 

Grrrr—le gruñó al tipo alto que parecía no entrar por la puerta—Terminare de quitarte el ojo que no pudieron—amenazó por haberla mirado y luego ignorado. En su oreja cargaba con un pendiente sumamente llamativo, sus ojos ámbar brillaron al ver esa piedra preciosa, una Esmeralda que ameritaba ser hurtada de su oreja, con ella, o sin ella. Pero, no iba a ser fácil con él, llevo su mano al mentón y rascaba su barbilla, pensaba, su olor era similar al de Black, posiblemente se tratase de un Licántropo. 

Lanzó su mano hacia atrás, como gesto de desinterés por su propia causa, y se adentró al salón con la silla de ruedas, necesitaba champagne barato, y esos sanguches inmundos que seguramente los Chucks habían cocinado. 

Mientras se atragantaba como lo golosa que era, escucho al colorado apático hablar de ella, haciendo alusión a ser un chiste, enarcó su ceja, con comida en la boca y en sus manos mientras la escondía en los recovecos de la silla desgastada y le gritó; —¡TE HE OIDO, NININI—le hizo burla, no sabia como se llamaba, pero por la actitud de la revivida, parecía ser familia. 

Entrecerró los ojos y los miro filosa, estaba planeando como vengarse de ellos, quizás un laxante en sus bebidas. 

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