Inauguración de la Superliga Europea de Quidditch, París 2021

[Malum Luxure]

A la lejanía podía notar el mal humor de Malum, por lo visto la habían plantado y eso la tenía bastante furiosa, solo esperaba que no armara una escena tan digna de ella...pero todo aquello había dejado de importarme cuando oí su voz, aquel tono suave y atrayente como canto de sirena, no podía evitar mirar los zarcos brillantes que poseía por ojos.

-Llámalo como quieras pero el destino nos trajo por una razón esta vez...este no es mi tiempo pero yo haré que sea nuestro tiempo. -No esperaba que entendiera mi bello acompañante lo que quería decir. -Estoy dispuesto a lo que quieras darme pero no negaré que siempre pediré más.- Cuando acaricio mi mejilla fue su toque tan delicado y a la vez eléctrico que le dio a mi cuerpo una sensación de despertar.

-Que podría decir mi madre?...no soy un niño y tú tampoco lo eres, sabemos lo que hacemos. -Tomando mi mano y depositando un cálido beso en ella hizo que casi despegara los pies del piso, como podía tener ese efecto con tan poco? Yo lo dejaba fluir por que el mar de sus intenciones era tan seductor como su persona.

Le miraba casi sin pestañear dejando que lea en mis expresiones todo lo que me él me provocaba, no había dudas de ninguna de las dos partes, nuestros alientos danzaban juntos, muy juntos, invitandose a probar un poco más y caer finalmente. No pude soportarlo más estaba decidido a todo por él, está vez tome su mano y entrelazando nuestros dedos fui derecho hacia la puerta.

-Entérate que estoy dispuesto a todo hermoso. -Le susurré con total seguridad y le robé un pequeño beso de los labios como preludio a lo que pudiera pasar.

Mi tía Ada anunció el inicio de la ceremonia, pero eso no me detuvo y nada lo haría esta vez ni nunca si Kyle se trataba, mas bien me dio la excusa perfecta, mientras ellos estaban escuchando al ministro de deportes en su discurso nosotros estaríamos un poco ocupados, la sonrisa pícara en mis labios dejó asomar mis hoyuelos mientras me llevaba al buscador conmigo quien sabe donde.

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@ Juv Macnair Hasani

Editado 25 de Octubre del 2021 por Malum Luxure

[Kahlan Blackthorn]

 

No era la primera vez que Kyle, debía esconder sus verdaderos sentimientos. El estar delante de Alex, le obligaba a exponer un poco de lo que celosamente guardaba dentro de su cabeza y corazón. ¿Cómo un ser como él era capaz de experimentar sensaciones tan placenteras?. El roce de una mano sobre su torso desencadenaba un millón de pensamientos pecaminosos, pero lo más intrigante de su persona radicaba en sus deseos más oscuros— No me gusta dejar con las ganas a las personas que me desean, pero debo decirte que no todas terminan dentro de mis conquistas—se sinceraba apresurando el paso hacia la salida. 

La idea de escabullirse con Alex, avivaba el sentimiento que despertó al cruzar por primera vez sus ojos con el Golpeador de los VV. Era como sentir una bludger venir contra su persona, quizás buscando romperle una costilla o en el peor de los casos la cabeza en mil pedazos. La forma en que asociaba el quidditch con su vida personal, laboral o amorosa, daba un toque más que combativo y arriesgado a cada uno de los pasos que daba. Aquel beso, aquel deseo encasillado dentro de su pecho, estallaría en cualquier momento y sin duda les impactaría a ambos jóvenes.

— Soy capaz de dar mucho más de lo que me piden, no por nada me considero un amante excepcional—se mostraba en exceso seguro y confiado. Jamás se retractaba de lo que decía o daba un paso en falso, analítico desde pequeño aprendió a como relacionarse sin tener que mezclar las emociones con la banalidad— Darlo todo, ¿Estás seguro de ello?—relamiendo sus labios como un felino, le llevaba hacia una zona desierta. No le molestaba que les pillarán, pero no podía asumir que Alexander, le agradará que se cotilleara sobre su vida amorosa. 

Macnair sabía como lidiar con personas como esos molestos reporteros, pero no podía decir lo mismo de su cómplice en el crimen— Si tan solo pudieras leer mi mente—tomándole por el cuello, no se resistió más y le beso con una pasión desbordante. Dejando que con ese acto fluyeran cada una de las palabras que no se atrevía a decirle, transformando ese encuentro en uno mucho más intimo y personal entre ambos— Lo creas o no, siento lo mismo que vos por mi—se perdía en ese par de ojos verdes. Conteniendo sus ganas por ir más allá, decidió envolver en caricias delicadas la nuca de Alex. 

— No eres capaz de imaginarte lo que podría hacerte aquí mismo—saboreaba cada roce contra la boca del joven, deleitándose con el calor que brotaba del cuerpo de este. Era como un imán agradeciendo la carga positiva que emanaba su contra parte, atrayéndose como dos polos opuestos— Complemento perfecto—siseó bajando su surda por la espalda del golpeador. Percibiendo como se estremecía con ese suave roce, arañando el deseo con las yemas de los dedos acortaba aún más la distancia que separaba sus anatomías. El convertirse en un mismo ser, no les costaría demasiado trabajo, no si se lo dejaban al deseo y a ese cosquilleo que les despertaba el tenerse uno cerca del otro.

Dejando de lado por completo la recepción, ya le daría explicaciones a la capitana de su equipo. Vaya imagen que estaba dando el buscador de los MM, pero poco le importaba ser la comidilla de ese evento. El ser un rebelde no era algo que le resultará del todo indiferente, además que era la vida sin un poco de riesgo en ella.

@ Malum Luxure

[Martin N Roses]

Martin Black de Rune

Director Internacional de Quidditch

El momento del discurso frente a todos los protagonistas había llegado. Los jugadores se reunirían con la prensa y todas las autoridades de los equipos más importantes de Europa para escuchar al mago galés. Avanzando con seguridad, a un par de pasos de la Ministra de Francia, se dirigió a la tarima que le habían preparado de forma gentil. Frente a la tarima se encontraban los correspondientes asientos de todas las personas que estaban interesadas en escucharlo. No se le pasó por alto que su joven primo Auxerre aún no había ocupado su lugar.

«Espero que no se haya metido en problemas...»

Reordenó de forma distraída sus papeles y sonrió a medias a alguno de los presentes que tenía cerca y con los cuales tenía buena relación. Mica Gryffindor andaba junto a algunos de sus compañeros, y también le sonrió a ella. La ruptura había sido tranquila y meditada, y ambos tenían el mejor concepto uno del otro. Pero el trabajo de cada uno y las exigencias de los mismos habían prevalecido en aquel momento.

—Quiero agradecerles por la paciencia que han tenido. Una nueva competencia renovada y al máximo nivel pronto verá la luz en el Parque de los Príncipes. Francia y su capital París serán testigos del mejor quidditch a nivel de clubes. Es un honor para mí estar aquí hoy, ante todos ustedes, las actuales estrellas mundiales del principal deporte mágico. Tanto el magnífico estadio como este lugar han sido confeccionados para satisfacer a todas las necesidades de los presentes. La coordinación con la Ministra de Francia, Ada Camille Dumbledore, así como todo su compromiso para albergar la Segunda Superliga Europea, han sido los pilares para que todo fluya de forma única.

Hizo una leve pausa, deteniéndose en los presentes, que continuaban observándolo.

—Como ya sabrán, lamentablemente tendremos dos equipos menos de los planeados en un inicio. Tres equipos se disputarán los dos boletos a las semifinales por cada uno de los grupos. Quiero finalizar este breve discurso con un saludo fraterno a los seis países de origen de dichos equipos: Austria, Bulgaria, Escocia, Inglaterra, Italia y Francia. —Al dejar a los anfitriones para el final no había estado equivocado: los vítores de los jugadores de Paris Promise y gran parte de la prensa francesa lo obligaron a realizar una nueva pausa—. A todos ellos y a las diversas nacionalidades de todos los continentes que participarán en este certamen continental de la excelencia, agradecerles una vez más por ser parte de esta fiesta.

Black finalizó su discurso y se alejó lentamente de la tarima con paso firme para reunirse con las demás autoridades.

 

El roce de sus manos lo había paralizado. Por el interior de su cabeza todo parecía darle vueltas, sin entender muy bien qué le pasaba. ¿Acaso a ella también le sucedían cosas semejantes, a pesar de todo y la exposición a la que estaba acostumbrada? Auxerre miró el suelo y sonrió. Fue una sonrisa tenue, casi imperceptible por su acompañante.

—¿Quieres que averigüemos cuál opción es? —Respondió entonces el muchacho, con una pregunta y caminando hacia uno de los armarios frente a su cama. Lo abrió y un chirrido alertó que acababa de abrir la puerta. Del interior tomó una quaffle, una gastada quaffle de las que solía llevar siempre a todo sitio al que iba con su equipo. El chirrido sonó algo diferente cuando cerró el armario y volvió junto a Aedis.

Sus últimas palabras lo habían petrificado nuevamente. Por un instante hasta olvidó que entre sus manos la pelota aún se mantenía sujetada. Cuando volvió en sí, contemplando aquellos ojos electrizantes, sólo se limitó a sonreírle.

—Tómala —dijo a unos treinta centímetros de la bruja e invitándola a tomar la quaffle. Pero él no la soltó. De esa forma sabría qué le pasarían a las manos de "Mosquito" cuando sintiera la tan conocida pelota. Se adelantó un poco más, para tener su rostro más cerca y contemplar cada milímetro de su cara. ¿Qué pasaría la próxima vez que se enfrentaran en un partido? Auxerre no lo sabía ni quería saberlo. Cinco centímetros. ¿Y si uno marcara un gol para su equipo, se alegraría por el otro? Tres centímetros. Serían lo suficientemente profesionales como para "odiarse" y querer derrotar el uno al otro durante el partido. Un centímetro. Sus dedos soltaron la quaffle pero ninguno de los dos pareció notarlo...

Ya no existía distancia para sus labios.

[Ada Camille Dumbledore]

 

Había llegado el momento del discurso del Director internacional de Quidditch Martín de Rune, de manera propia sencilla y objetiva presentó el tornero por el que el mismo había hecho tan gran esfuerzo y que la organización había sido excelente. La organización local había sido de parte de mi ministerio y como jugadora me había encargado de muchos detalles yo misma, para lograr hacer que todo fuera fantástico. Los seis equipos de la diferentes naciones estaban allí y aunque no veía que todos los jugadores se hubiesen reunido en la tarima, la mayoría parecía haber asistido.

 

Me tranquilizaba el hecho que todos parecían haberse sentido a gusto con él hotel escogido, sabía que el lugar era amplio y su localización central era óptima para que todos lograrán disfrutar de París mientras estaban fuera del juego. Sonreí al director al terminar y aplaudí fuertemente cuando acabó el discurso. Le ofrecí la mano para estrecharsela al director @ Martin N Roses

 

- Felicitaciones, ahora es momento de charlar con los jugadores, seguro más de uno tendrá alguna inquietud

 

Recordé entonces su pregunta en el despacho.

 

- Rowan Ashryver es un excelente cazador y por mi opinión personal creo que se destacará mucho en este torneo. 

 

Solté no sin sonrojarme un poco, Rowan era muy guapo y si me llamaba la atención. 

 

Editado 28 de Octubre del 2021 por Ada Camille Dumbledore

[Malum Luxure]

Sin duda tenía a la persona de sus sueños frente a sus ojos, atractivo, fuerte y con la seguridad que sus sentimientos juntos con los míos me arrasarán con la fuerza de un tren en su máxima velocidad, cada palabra que emitía gritaba experiencia, mientras yo apenas estaba dando los primeros pasos, él tenía razón en preguntar si estaba dispuesto a darlo todo, la verdad que así era, de que servía enamorarse de alguien si no podías entregarle lo mejor de ti mismo.

-Estoy dispuesto...incluso a sus consecuencias.- Afirme con seriedad, habíamos huido del bullicio, no sabía bien a donde íbamos pero quería llegar lo más pronto que pudiera, cuando me tomó algo desprevenido en un beso arrebatador, su boca se robó mi aliento en segundo, su mano en mi nuca guiaba su deseo, mis manos fueron atraídas por su cintura con un ancla que aseguraba que no se iría. -Saber que sentimos lo mismo es simplemente maravilloso...y no eres el único que piensa mil cosas que podría hacerte en un segundo.- Le respondí luego que nuestros pulmones exigieran ser llenados de aire.

No tenía mente para pensar otra cosa que no sea su boca y la mía unidas, sus manos explorando cada rincón de mi anatomía, así como las mías anhelando sentir el calor de su piel, era demasiado irresistible, como estar bebiendo en un oasis y seguir queriendo más, no entendía por que sus besos me sabían a sandía, el agua dulce que era mi preferida.

-Dime que deseas? Te lo daré Ángel mío...sí no lo tengo juro que lo buscaré. -Le aseguré poniendo mi corazón en bandeja para él, mire un segundo alrededor parecíamos solos a las afueras del salón, el enorme jardín, la pared más cercana en una esquina alejada de todo, no me interesaba compartir al buscador con nadie más.

No entendía como podía sentir que deseaba adorarlo, protegerlo y a la vez un aterrador sentido de travesura, mi boca buscó la suya nuevamente, no había chances de escapar, no es que las quisiera tampoco, como detener el tiempo? Por qué las personas se hicieron impidiendas con su llegada la mi vida?, seguía bebiendo de él en una danza por tomar el control de nuestras acciones, una cosa que no iba a cambiar era que solo somos él y yo.

-Estás dispuesto a lo que sea que tenga que pasar entre nosotros?.- Aquella pregunta era seria, yo no daría un paso atrás luego de aquí. -Voy a tratarte como lo que eres...una preciosa joya pecaminosa.- Le susurré recuperando un poco el aliento, si alguien osaba interrumpir sería capaz de quemarlo como ofrenda a mi príncipe presente, mi mano atrevida buscó sentir la piel de su cintura así que sin permiso se metió bajo su camisa rozando apenas como si fuera a quebrarse, mi boca bajo de su oído hasta su cuello dejando besos suaves con aleteo de mariposa.- Tu perfume es tan delicioso...podría morder aquí.- Le comente jugando aunque estaba a tiempo de detenerme.

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Me había acercado a escuchar el discurso del director y las palabras de mi bella hermanita, estaba orgullosa de ella, pues se movía con tanta gracia y con el encanto de una reina sin duda, sonreía a pesar de mi mal humor, era inevitable si se trataba de ella, aún así me mantenía alejada de todo, pues lo que esperaba no se había dado, no podía obligar a nadie a nada, así que nada por ahora era mejor mantener las buenas distancias. A lo lejos vi a Lucía la nueva guardiana de los Vratsa, ojalá les fuera mejor que a nosotras el torneo pasado, quizá esté sea el nuestro....habría que ver los resultados.

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@ Juv Macnair Hasani  @ Ada Camille Dumbledore  @ Martin N Roses   @ Azrael Lycan

 

[Mentita]

Aedis lo vio alejarse hacia uno de los armarios, retiró ambas manos de su cara, y observó con curiosidad cómo abría la puerta y sacaba una quaffle de su interior. Cuando Auxerre volvió con ella y le dijo que tomara la pelota, Greengrass pensó que había alguna especie de truco en esa solicitud. Quiso preguntarle, quería saber qué pretendía hacer, pero fue hasta que se dio cuenta de lo paranoica que estaba siendo. Su reacción automática cuando veía una quaffle era ponerse en guardia, por un momento había olvidado dónde estaba y quién la acompañaba.

Cuando volvió la mirada azul a Auxerre, le sonrió un tanto avergonzada, pero aceptó la solicitud del chico y puso ambas manos alrededor de la quaffle, mirándola. Fue inevitable el segundo contacto, era una pelota chica y cuatro manos, sus dedos sintieron los del él y sintió una corriente recorrer su cuerpo desde las yemas. Fue una sensación agradable que la emocionó, y sonrió como toda respuesta antes de fijar los ojos en él. Un simple contacto y se había olvidado de la cantidad de periodistas que estarían con las orejas pegadas en la puerta. Un simple contacto que le puso la piel de gallina y el corazón desbocado.

Ni siquiera notó en qué momento fue que se habían acercado tanto, ¿no estaba, Auxerre, del otro lado de la habitación? No, ya había vuelto con ella y la distancia entre ellos no era mucha. ¿Pero era tan corta como para sentir su respiración tan cerca?

― Bésame. 

Fue un susurro, una petición que dejó de ser tal pues, antes de que él respondiese, Aedis salvó ese milímetro de distancia que los separaba y pegó sus labios a los del francés durante un segundo que le pareció eterno. Le agradó la suavidad de sus labios, su perfume, la impresión de que él había dejado de respirar, cuando terminó por acercársele, le hizo sonreír y se apartó en silencio.

― Disculpa, yo... ―quiso decir que no solía comportarse de esa manera. No andaba besando a cualquiera, ni pidiendo que la besen, pero hubiese sido absurda la aclaración. Bajó la mirada y colocó, nuevamente, ambas manos a los costados de la cara. De repente, sentía las mejillas hirviendo hirviendo.

¡LE HABÍA PEDIDO QUE LA BESE!

Muerta de la vergüenza, se descubrió la cara y le dio la espalda. Caminó hasta la ventana, tirarse por ella ya no le parecía una idea del todo mala. Si salía corriendo, ¿quedaba muy mal?

[Kahlan Blackthorn]

 

El cuerpo de Kyle se mantenía frío aunque no podía decir lo mismo de Alex, aquel volcán que estaba a nada de explotar preso de una oleada de pasión y deseo. Las manos del buscador de los MM, recorrían la espalda cubierta por una fina tela, delineando con las yemas de sus dedos el contorno de sus anhelos más oscuros. Sabía que al cruzar esa línea, no podría dar marcha atrás— No son solo pensamientos y lo vas a comprobar—saboreaba el aliento del golpeados de los VV. 

Aquel néctar que saciaba por momentos la sed del Holandés, arrinconando a Alexander contra los limites de lo permitido se detuvo un momento para perderse en el verde de sus ojos. Jamás tuvo la oportunidad de experimentar un sentimiento como ese,, el verse vulnerable, no le calzaba del todo a un hombre como el. Dejarse encantar por eso que solían llamar amor, sonaba a cuento de hadas muggle, plagado de corceles blancos y castillos en lo alto de una montaña. Río por debajo, sintiéndose como un adolescente, tomando las manos del castaño las llevo hacia la parte baja de su espalda.

Deseaba que ambos explorarán cada parte del otro, aprenderse de memoria donde empezaban y terminaban los pliegues de sus pieles. Extasiado por cada roce de sus labios contra los de su acompañante, perdía sus manos debajo de la tela que cubría su impoluta piel, dejando pequeños rasguños con sus yemas, marcas que perdurarían por siempre aunque se desvanecieran a simple vista— Te quiero—le decía acortando la distancia que los separaba, dando finos trazos con un pincel sobre el cuadro que era su futura pareja.

Cada pincelada se volvió mucho más meticulosa y desenfrenada, intensa desatando el placer en ambos. Mezclando los colores de sus miradas en un manto que los cubría de los ojos curiosos, llevando y trayendo con suavidad sus mentes  enfrascadas entre la imaginación y la realidad. Similar a volar entre las nubes, aspirando profundo el aroma de una mañana de invierno, contrastando con el frío de su cuerpo, estaba el calor del de su acompañante. La danza se semejaba a un par de bolas de energía que chocaban de cuando en cuando, atrayéndose como los polos de un imán, aumentando la respiración del Senescal de Caronte a mil por hora. 

@ Malum Luxure

Editado 19 de Noviembre del 2021 por Juv Macnair

[Martin N Roses]

La palabra de Aedis volvió a empujarlo a hacer algo que le había resultado tentador. Intentó aproximarse pero fue ella quien contactó con sus labios al mago y éste reaccionó de forma inmediata. Rodeó con sus brazos a la cazadora, algo que en un terreno de juego y a altas velocidades de sus escobas le resultaría imposible. La sensación que lo invadió por dentro lo dejó algo aturdido, más aún cuando ella hizo muestras de alejarse. ¿Acaso tan mal la había besado? Estaba claro que no era un experto en el tema y le resultaba hasta inquietante que le gustara tanto Aedis, y que se encontraran en su habitación a solas.

La bruja se aproximó a la ventana... y luego a la puerta. Auxerre quería decir algo, pero sentía que la lengua tenía vida propia y se negaba a colaborar. Dio un par de pasos hacia ella. Se atrevió a tomar una de sus manos, y esperó a que la bruja se regresara. Vio en su rostro una evidente vergüenza y se sintió entre más avergonzado y divertido, sin poder determinar qué pasaba por su mente.

—Lo siento... yo... no estaba seguro... si de verdad querías... —hablaba algo entrecortado. En parte por el nerviosismo y en parte porque la respiración se le encontraba de verla así y de sentir todo lo que estaba sintiendo: desde nerviosismo evidente y a ganas de volver a besarla. Auxerre miró la puerta y sintió que ella siguió con su mirada lo mismo que él—. No creo que sea buena idea que te vayas —se adelantó—, sobre todo porque quiero que te quedes. —Hasta el momento no había soltado su mano y no pensaba hacerlo.

«El beso... dile algo del beso...»

—A veces pienso demasiado las cosas —admitió tras aquel fragmento de silencio. Entonces cerró los ojos y volvió a besarla. Esta vez con más confianza en sí mismo y sabiendo que ella también lo quería... Sus labios le resultaron muy bonitos, desde el roce hasta lo que le provocaban por dentro. El contacto de sus manos se intensificó y Auxerre, sin percatarse del todo, comenzó a sentir la humanidad de Aedis con una peligrosa cercanía, como si sus cuerpos se hubiesen apegado lo máximo posible y él sintiera las curvaturas de su cuerpo, superiores e inferiores...

[Thoth]

Lycan ignoro a la mayoria, igual ni les interesaba hablar con ellos. Este empleo su mano para crear un baculo con el Hielo del Averno,  mientras que con su otra mano invoca el Fuego del Tartaro solo para hacer alarde de su poder. Sin embargo, al cerrar el puño deja de emplear ese poder magico. En ese sentido,  bajo su mirada e invocaba de forma mental con la nigromancia unas almas para que le hagan un poco de función de espia, ordenandole asi espiar a esos seres que alli se encontraba. 

 

El nigromante elevo la mirada, camino lentamente rumbo a donde se encontraba @ Malum Luxure  , aquella unica persona que le agradaba, por esa razón el Guardian de los Black Serpents tenia ya ma fama que hace lo que se le pegue la real gana, asi que no le importaría matar, torturar o lastimar a quien fuera, pero se encontraba bajo la fachada de Regente del pais egipcio, asi que solo se limito a ello. En prinicipio no tenia la intención de causar caos a no ser que se aburriera, igual todo era posible, ya que su basto poder casi ilimitado le permitia hacer lo que este le apetecia, y si habian almas a la que no le gustara a el no le importaba en lo mas minimo. 

 

[Malum Luxure]

Todo era tan arrebatador que no parecía que pudiera manejarlo, me sentía sobre la cresta de una ola, sus dedos indicaban el camino y yo lo regía si pensar, si iba a saborear sus pensamientos podía notar que no estaba mintiendo, su aliento era una invitación a beber del elixir que provocaba.

Quería enseñarle que podía tomar mi Alma y llevarla de su mano, que la voz sea el canto de un ruiseñor, que no mire si hay heridas o marcas debajo de la tela, que sepa que qué voy a adorar su figura terrenal como si fuera la mejor obra hecha de la existencia, le enseñaría a tocar la melodía perfecta en sus acordes, íbamos a morir y revivir en un momento, puro, eterno y celestial.

-Te quiero...te quiero.- Repetí como un mantra mientras dejaba manuscritos en las líneas perfectas de sus afiladas caderas. -No hay suficientes palabras para decir lo que causas en mi.- Hacia robado mi paz, ya no era dueño de mi mismo.

No había notado todo eso que me había faltado este tiempo, lo había intentado todo pero cuando rompimos la línea de lo Real pudimos volar, nuestros labios dejaban sutiles tatuajes en los huesos expuestos, marcas de amor permanente, señal de que todo cambió ahora y para el fin de nuestras vidas, estábamos plantando la semilla del mejor sentimiento posible el uno en el otro.

Sin pensarlo estábamos jugando nuestro mejor partido, por qué el buscador había encontrado su snitch dorada y el golpeador había alejado todas las bludgers en el momento que ambos cruzaron llenos de magia Blanca el terreno de juego.

No había aire suficiente para llenar sus pulmones, el esfume de ambos se impregnaba en cada célula, aquel encuentro voraz era un mapa para su propia historia, cuando el azul y el verde desapareció dio paso al negro de la pasión sin fronteras, nadie podía ver aquella danza perfecta, era no espectáculo solo de dos miembros, de dos artistas...dos estrellas que le rendían homenaje a todo lo efímero y lo transformaban en algo sempiterno.

-No quiero mi príncipe azul que tu corazón le pertenezca a nadie más...por favor concédeme el honor de ser tu novio.- Le susurré al oído cuando pude tener un poco más clara la voz, le robé un beso de miel y esperé que por acelerado corazón le permita responder.

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@ Juv Macnair