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Libro del Equilibrio - Septiembre 2021


Khufu
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Es desafortunado en muchos sentidos que tenga que ser él quien esté aquí ahora. Khufu jamás encontró encanto en los poderes del equilibrio con relación al concepto que a este libro se otorgaba. Es todo esto quizá más desafortunado para aquellos aprendices que no han pasado una sola vez delante de él, si no que ya los ha guiado en diferentes vínculos, porque hoy, después de haber atravesado las pruebas de sus libros anteriores, el guerrero no espera menor desempeño por parte de ellos. Lo único bueno aquí era que esta vez es un grupo variopinto, que ha tenido cada uno su enseñanza por separado y ahora colisionan aquí.

Ponerlos a prueba entre ellos será un placer solo para poder aprender de estas generaciones de magos y brujas la percepción y comprensión que hay en la actualidad de esta magia guerrera.

El libro del equilibrio, después de la sangre, es una idea bastante particular que para los ojos de este guerrero, sigue mostrando a los aprendices la dureza de este camino en magia guerrera Uzza, estos poderes siguen poniendo a prueba sus capacidades de entendimiento y sus habilidades en la magia tanto así como en combate. Es una magia que se considera del tipo ofensiva en una batalla, que causa daños considerables al oponente, pero sobre todo exige de la inteligencia del usuario para saberlo usar con sensatez. Es ahí, en el vínculo que se forma entre la agresión y la razón, donde se encuentra el equilibrio.

Nuevamente Khufu pisa descalzo las arenas a las orillas del río Nilo, recordando un poco o nada de los aprendices que hoy volverán a estar presentes frente a él, a su espalda la corriente del agua se escucha dominante con golpes agresivos sobre la ribera, pero no es por el mal temperamento del guerrero, sino que aquel antiguo recinto, escondido bajo las arenas de este desierto, percibe la próxima llegada de los aprendices.

@ Hannity Ollivander Evans  @ Ernest Dumbledore  @ Arcanus

Editado por Valkyria Karkarov
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Harmony Gryffindor Dumbledore

 

No es la primera vez que toma una clase de libros de magia, a su corta edad sabe más de lo que muchos otros magos o brujas que son mayores que ella, pero no ha sido fácil, ella tiene una pequeña debilidad que nadie sabe, la ha ocultado muy bien, su fuerte no son los duelos, por suerte o casualidad se ha librado de hechizos dañinos y si bien no ha ganado ningún enfrentamiento, no ha quedado tan mal herida. Ella ha  aprendido todo lo que puede, esta no es la excepción, aprenderá todo lo que el guerrero quiera enseñarle, si no mal recuerda, él ya le ha enseñado la magia Uzza con anterioridad.

 

Ha leído el libro del Equilibrio un par de veces para que su contenido quede claro lo ha deshebrado, redactando apuntes que le ayudan a que quede más clara la información, pero ahora esos conocimientos había qué llevarlos a la práctica,  era hora de demostrar si había aprendido de la lectura o no. 

 

Egipto, uno de los lugares favoritos de ella, la magia antigua de aquella civilización se sentía en su aire, en la arena debajo de sus pies, en sus ríos, magia poderosa, alguna parte de ella llena de oscuridad, si alguien sabía utilizar magia oscura eran los egipcios, los hechiceros de la antigüedad la ocupaban para cumplir los mandatos de los faraones, se decía que las tumbas qué se encontraban dentro de las pirámides tenía cuerpos mutilados o deformes debido a maldiciones de magia tan oscura qué solo los magos tenebrosos conocían.

 

La clase se llevaría acabo a las orillas del río Nilo, su extensión tenía una clase de magia diferente, se decía qué por esas tierras estaba sepultada bajo la arena una de las bibliotecas más grandes del mundo, un lugar sagrado por los conocimientos que en ella guardaba, aunque la pelirroja no estaba muy segura  de ello.

 

En el lugar ya se encontraba el guerrero, un hombre mayor pero que si no mal recordaba con un espíritu indomable, un carácter… complicado y una fuerza enorme.

 

El camino de arena del desierto se va abriendo ante los delicados pasos de la joven pelirroja, usaba botas del tipo para escalar, no le gustaba sentir la arena en sus pies, por tanto los jeans ajustados iban dentro de ellas, una blusa delgada y el cabello recogido en una trenza, le daría un poco más de movilidad en caso de que el duelo se llevara acabo el mismo día.

 

-Buen día maestro Khufu- saludó cuando estaba a un par de metros del guerrero. -Mi nombre es Harmony Dumbledore y tengo la agradable fortuna de pertenecer a su clase.
 

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Ernest habia ojeado unas pocas veces el libro del equilibrio y se habia quedado fascinado al leer de los nuevos elementos y hechizos que este le mostraba tanto para usarse cotidianamente como para defensa, Habia dos elementos que hacia que al joven Dumbledore le brillaran los ojitos.

Despues de haber leido esos hechizos y entender, el mago se inscribio en la clase que lo haria poner en practica esos conocimientos. No tardo mas de una semana en saber que su clase ya estaba por iniciar y el lugar tan magico que el Uzza habia designado para tomar la clase.

Habia oido rumores de que la clase iba a ser en las catacumbas de Italia y era algo que para Ernest no era muy del agrado, asi que se alegro mucho al saber que su clase iba a ser en Egipto, exceptuando por el calor, era un pais que siempre quiso visitar.

Las tumbas y las maldiciones que contenian estas piramides siempre le habia parecido curiosas al joven Dumbledore y no iba a desaprovechar el viaje para intentar aprender de alguna de estas maldiciones.

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El joven mago ya habia llegado a Egipto, llevaba una playera de manga corta negra ademas de unos anteojos que lo harian defenderse tanto de la cegadora luz del sol como de una desprevenida tormenta de arena, ademas de unos pantalones de mezclilla cafe que no importaba mucho si terminaban rotos en ese dia, pues tenia nuevos en el castillo, ademas de unas sandalias de pata de gallo que tampoco importaba mucho que se ensuciaran.

Al llegar al Rio Nilo, vio a una persona que habia reconocido de la Dumbledore, no sabia el nombre ya que el dia que la vio habia sido el funeral de su mascota, pero sabia que era familia, la otra persona asumio que era el maestro, pues no se acordaba de haberlo conocido en algun otro momento, o tal vez si, pero habia pasado tanto tiempo que su memoria a veces fallaba.

-Buenas tardes-  saludo a la joven y a su maestro- Asumo que el que esta frente a nosotros es el joven profesor y a ti te conozco de la Dumbledore-  dijo mirando a la joven- Ernest Dumbledore, si hubiera sabido que tenias la clase me ofrezco a traerte...-  dijo con una sonrisa leve y ofreciendole la mano a su compañera.

Despues de esa breve introduccion a su compañera y al profesor, espero a que este diera las primeras indicaciones de lo que hariamos...

-Espero que esta clase no tenga la misma maldicion que la clase del libro de la sangre, me tarde mas de 3 cursos en poder aprobarlo.- dijo el mago mientras se sacaba la mochila de la espalda para checar que llevara los libros y amuletos de las otras clases ademas de pociones necesarias- Al final lo logre y la aprobe, con un poco de problemas, pero al fin y al cabo aprobe. - dijo satisfecho despues de comprobar que no le faltaba nada en su mochila.

Se quedo quieto mientras esperaba que el Guerrero Uzza diera las primeras indicaciones de lo que tenian que hacer, aunque el joven Dumbledore tenia otro plan si el Guerrero Uzza llegaba a tardarse en dar las indicaciones.

@ Hannity Ollivander Evans @ Khufu

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El dinero era algo que el joven siempre había visto como algo inútil, dado que nunca lo necesitó para llegar a ser quien era. Pero, lamentablemente para él, en estos momentos el dinero tenía bastante relevancia en el mundo mágico. Esos dichosos libros que contenían esa poderosa magia, había que obtenerlos con dinero y por si fuera poco, para aprender a usarlos también se necesitaba algo tan vil como el dinero. Era por eso que Arcanus tardó tanto en reunir lo que se requería para poder aprender aquella valiosa magia.

Por fin, luego de varios meses, había logrado adquirir el libro por lo que simplemente ahora debía cursarlo. Recordaba como sus anteriores clases habían sido tediosas. Detestaba todo lo que tenía que ver con la teoría si bien sabía que era necesario. Arcanus prefería aprender en una clase práctica, que al fin y al cabo para él, era donde más se aprendía. Para colmo de todos los males, la ubicación que había elegido el Uzza, era una de las peores para el joven que odiaba profundamente el calor más que cualquier otra cosa en el mundo.

Llegó a Egipto en un santiamén y vestido con ropa acorde para poder librar un duelo con comodidad, que obviamente esperaba poder hacer y que no fuera todo simple y aburrida teoría. Llevaba unas sandalias simples, pantaón corto y una camisa de seda de color blanca, además de un sombrero que lo protegía de los fuertes rayos del sol. Al llegar notó la presencia de tres personas. Uno, sin dudas, era el guerrero Uzza y el resto personas como él que estaban allí para aprender todo sobre el Libro del Equilibrio.

- Lamento la demora. - Dijo el joven saludando con una reverencia a los tres magos. Esperaba que todo fuera rápido ya que apenas terminara de vincularse con el libro, seguiría con el siguiente para ser aún más poderoso.

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La llegada del último de los tres magos terminó sacando a Khufu de la meditación a la que se había sometido. 

El viejo hombre guerrero, tras cada nueva sesión que comenzaba, sentía que necesitaba de más de su paciencia para saber guiar las enseñanzas de los aprendices que llegaban. Hoy no era diferente, porque más allá de lo mucho o poco que Khufu se encuentre interesado en estas personas, en sus razones para aprender de esta magia o en su ambiciones de alcance con ella, lo cierto era que cada mago y bruja que ante él se había presentado hasta el momento se sabía demostrar único en sus aciertos y en sus fallos, por lo tanto ayudar a forjar los vínculos de tres hechiceros tan aparentemente diferente, como podrían llegar a ser estos tres, requería de más colaboración por parte del guerrero.

-Los textos de las páginas del libro del Equilibrio hablan primero que nada, dentro de esta enseñanza, de una serie de artículos, objetos, joyas o talismanes que se obtienen en conjunto al lograr su nexo con esta magia- el guerrero comenzó con las explicaciones, habrían de abordar la teoría si se querían pasar a la práctica pronto. - Primeramente tenemos el amuleto anti veneno. Cómo bien lo dice su nombre, este anillo es útil contra cualquier sustancia tóxica común si se lleva puesto cuando es envenenado. Sin embargo, considerando la gran variedad de venenos que existen en el mundo, animales o creados por las personas, el anillo antiveneno tiene limitaciones, tal cómo el veneno del basilisco- el Uzza mostró su propio amuleto a los aprendices. 

A estas alturas de su camino por aprender de la magia guerrera estaba de más mencionar a los aprendices que ninguno de estos amuletos u objetos les sería del todo útil en una batalla. Estos objetos mágicos, al igual que con los libros pasados, podrían sacarlos de un apuro en la adversidad de la vida cotidiana (onrol) pero en un duelo o batalla (duelo/asalto/redada) eran casi inútiles.

-Por otra parte, también se encuentra el colgante; el Amuleto de la Resurrección. Los pétalos de pensamiento y finalmente las semillas de hielo, que como han de darse cuenta; el frasco que tienen y que debería contener estas semillas se encuentra actualmente vacío- echó un vistazo a cada uno antes de continuar, solo para asegurarse de que ellos le seguían en esta explicación y buscaban entre sus cosas el frasco vacío. Khufu no puede imaginar siquiera que se hubiesen olvidado de cargar con estos amuletos al venir aquí. -Entonces, cada uno escoja uno de los objetos o joyas mágicas que me ha faltado explicar y, de la sección de poderes (hechizos para duelo/asaltos/redadas), también seleccionen un hechizo. Expliquen ambos y traten de ejecutar los encantamientos seleccionados, por ahora, sin tratar de matarse entre ustedes.

No pretende llenarlos de palabras, tal cómo había razonado con anterioridad, a las finales, dentro de la magia del equilibrio, resultaba mejor poner a los aprendices constantemente a prueba para orillarlos a entender mejor la naturaleza de cada poder de este libro.
 

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El joven Dumbledore iba a seguir hablando cuando el Guerrero Uzza empezo a hablar y explicar unas cuantas cosas, de los amuletos que se encontraban descritos en el libro, centrandose mas en el anillo antiveneno y en el frasco en donde iban unas semillas que tal como el profesor habia dicho se encontraba vacio. Despues de oir las instrucciones que el maestro habia dado el mago asintio y sacando el libro de la mochila que llevaba ademas de los amuletos decidio que se iba a ir primero por uno de los hechizos, asi que el joven Dumbledore dio un paso enfrente. 

-Primero voy a intentar uno de los hechizos que se encuentra en el libro, ya que el objeto que probare puede que si algo sale mal termine muriendo- dijo el mago con una sonrisa fria. 

-Me interesa probar el primero, de nombre las Flechas de Fuego, este es no verbal asi que necesitas estar concentrado mentalmente para que te salga lo mejor que se pueda. Compañeros les agradaceria que si no quieren ser quemados se alejaran un poco, el movimiento para convocarlo tienes que imaginarte que la varita es la llama y como esta va ascendiendo e imitar ese movimiento con la mente. -  dijo el mago y rapidamente se callo, siguiendo los pasos del libro y con la varita hizo el movimiento mientras pensaba Flechas de Fuego, al instante salieron de la varita del mago varios filamentos con fuego iluminando el cielo y cayendo en un pedazo de arena cercano. 

-Si esas puntas calientes caen en la piel se debe de aplicar un aguamenti de emergencia, a menos que quieras cocinarte vivo-  dijo el mago mientras veia como uno de los filamentos aun seguia vivo. Aprovechando esto haria la demostracion del siguiente objeto. 

-Casco-Burbuja-  penso nuevamente mientras sacaba unos petalos de la mochila, cualquier muggle que las viera podria pensar que son de una flor normal sin ninguna propiedad extraña. 

-Estos son petalos de pensamiento, son usados para algunas pociones y a veces tambien para envenenar, si se propaga con el fuego, en el libro especifica que es con el fuego de una vela pero creo que esta debe envenenar con cualquier fuego...- dijo el mago mientras miraba al guerrero Uzza- El anillo antiveneno me imagino que funcionaria tambien con este veneno o ¿me equivoco? Si alguien quiere probar la efectividad del amuleto de resurrecion que falta que se explique, les recomiendo que la intenten quemar y la huelan, si no, protejanse con el hechizo de casco-burbuja. - dijo mientras se acercaba al fuego de uno de los filamentos quemando el petalo esperando que llegaran los efectos.

@ Khufu

@ Arcanus

@ Hannity Ollivander Evans

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Arcanus ya había comenzado a aburrirse como siempre que empezaban a hablar de las teorías de las cosas. Estaba de acuerdo en el hecho de que debía conocer lo que uno manejaba, pero era más fácil leer y un libro y listo. Se suponía que eran magos experimentados por lo que una simple explicación bastaría para ya pasar a la acción. Eso era lo que no le gustaba de tener que hacer un curso para poder utilizar la magia de aquellos poderosos libros.

Luego de ver como el Guerrero Khufu daba su explicación, Arcanus giró su cabeza hacia Ernest que fue el primero en hablar. Al joven lo tenía visto de algún otro lugar y le caía bastante bien. Ernest al parecer era una especie de sabelotodo por eso fue el primero en hablar. Arcanus ahogó una risa al escuchar su explicación y ver como realizaba los encantamientos. No porque estuvieran mal, si no por que la situación le recordaba a las personas que los muggles llamaban nerds. El joven se encogió de hombros y se limitó a sacar un par de semillas del frasquito que llevaba colgado del cuello y las lanzo al suelo para que la arena inmediatamente se congele creando una pista de hielo.

- Estas pequeñas semillitas pueden convertir en hielo un área bastante amplia. Además, se regeneran según el paso del tiempo. - Dijo mirando a Khufu mientras se sentía algo tonto - Ideal para climas asquerosos como este de calor intenso, o si alguien tiene una súbitas e imparables ganas de patinar sobre hielo. - Añadió con sorna.

Al levantar un poco la mirada, pudo divisar una serpiente que reptaba por la arena en movimientos zigzagueantes y se dirigía hacia Hannity. Tal parecía que iba a morderla e inyectarle su potente veneno. Arcanus sacó su varita al instante apuntando hacia el reptil y con una concentración sobrehumana pensó en el encantamiento de las Semillas de Hielo. Un rayo partió a toda velocidad y congeló a la criatura justo cuando abría sus fauces para asestar un ponzoñoso mordisco en el tobillo de la joven.

- Deberías apartarte de ahí, en cualquier momento va a descongelarse. - Le dijo a Hannity con una sonrisa y lanzó un beso hacia ella. - Y bien Khufu... ¿Ya podemos empezar con los duelos?

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Harmony Dumbledore

 

-Parece que has sufrido de un cunfundus- aseguró -si no vez que el profesor es un hombre mayor es por que estas hechizado.- Asintió con la cabeza, dibujo media sonrisa traviesa cuando Ernest mencionó que si se hubiera enterado que ella también iría a aquel llegar -Es una verdadera lástima que no reconozcas a tus hermanos- le dijo con un reproche fingido. No lo culpaba en absoluto, ella había pasado los últimos siete años en Durmstrang, solo estando en el el Chateau las vacaciones de invierno y en algunas que recuerda nunca vió a Ernest. Harmony solo recuerda a Luna y a Camille  que fue con quien más comunicación tenía.

En cuanto llegó el otro compañero Khufu dejo la meditación y fue allí cuando la pelirroja desvío la mirada del Dumbledore con un toque divertido de indignación. 

 

El guerrero dio la explicación del anillo antiveneno y posteriormente les indicó que ellos debian escoger una joya de las que traía el libro y uno de los hechizos de este mismo y explicarlos, pero la pelirroja había sido bastante lenta en decidirse ya que solo quedaba el amuleto de la resurrección ya que su hermano había elegido los pétalos de pensamientos y su otro compañero (Arcanus) las semillas de hielo.

 

No estaba conforme con ello, pero era lo que había obtenido por haberse tardado tanto, para probarlo tenía dos opciones viables, ir a oler directamente los pétalos de pensamientos que había quemado Ernest o esperar a que la serpiente que había congelado Arcanus con las semillas y éste le decía que se apartara de allí. ¿Le había mandado un beso?  Negó con la cabeza. 

 

Se alejó de allí y comenzó a explicar con aburrimiento -El amuleto de la resurrección permite resucitar tras haber  muerto sin necesidad de ir a un hospital- mientras recitaba todo aquello sacaba de su bolso el colgante de esmeralda y lo colgaba a su cuello, así como también había sacado la daga de su mochila y jugueteaba con ella entre sus manos -Como su uso consume mucha energía no es fácil de reponer su poder mágico. Una vez que se usa se debe esperar una luna completa antes de que pueda volver a ser usado. 

 

Suspiró, lamentaba tener que usar aquel amuleto solo para una demostración en clase, visualizó qué su hermano también traía el amuleto, se le había ocurrido una idea fantástica,  aunque si no salía como quería su madre y hermanos se le echarían encima, además de que el profesor les había dicho que aún no intentasen matarse entre ellos.

 

Su idea principal era cortarse el cuello con la daga, pero ¿eso le dejaría una cicatriz? Sin pensarlo, antes de que el efecto de las semillas de hielo pasará enrosco a la serpiente en el amuleto, se alejó y dijo alto: -Avada Kedabra. 

 

El destello verde impactó  a la serpiente que recién se descongelada, pero antes de que hiciera cualquier movimiento cayó muerta y solo en cuestión de segundos sus ojos azules se maravillaban al ver que la serpiente siseaba confundida, ¡había sido un éxito!

 

La serpiente salió reptando antes de que a alguno de los presentes se le ocurriera hacer algo más con ella.

 

-Además de los hechizos que mencionaron mis compañeros también tenemos la arena del hechicero - sacó el frasquito con un finísimo polvo -el libro decia qué adentro yacen los huesos calcinados de un mago qué fue víctima del fuego mágico.- Tomó un poco en sus manos -Si es lanzada al aire puede cegar a un oponente, dejándolo solo con la capacidad de realizar hechizos o invocaciones que no requieran puntería.

 

Se acercó a su hermano y sopló el polvo de su mano en dirección a Ernest 

 

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El guerrero asintió una sola vez tras cada explicación que, en su mayoría, son correctas. Al menos es casi de admirar la determinación y soltura con la que estos hechiceros exploran esta magia, cómo si esto se tratara de una simple clase de encantamientos. Khufu reprobó el descuido a pesar de su advertencia, sin embargo, tal cómo lo han demostrado, los aprendices se mostraban firmes ante esta magia y para manipular poderes tan ofensivos cómo lo era los de la hechicería del libro del Equilibrio, se necesitaba de carácter para forjar este vínculo y hacerse de esta magia.

-Así cómo peligrosos, los efectos de los pétalos del pensamiento, utilizados para diferentes brebajes, puede también resultar provechosos-, añade Khufu a la atinada respuesta del mago Ernest que ha sido bastante elocuente y ha razonado la descripción y utilidad de los objetos y hechizos explicados. -Por supuesto que estimulados con el calor son capaces de convertirse en un veneno, también funciona para crear pociones que aumentan la agilidad mental o, igualmente peligrosos, causan justo el efecto contrario-, completó y tras un movimiento ostentoso de su vara de cristal deshizo los efectos de los hechizos y magia utilizada por Ernest. 

-Cinaede es el hechizo que evoca los efectos de estos pétalos del pensamiento. Salga de ahí, Ernest-, con un ademán invitó al muchacho a que dejara atrás su muestra y volviera al grupo. -Este efecto es un hechizo verbal, consiste en un gas venenoso que ocurre alrededor del objetivo, al respirarlo corta las vías respiratorias llenándolas de sangre, provocando la paralización del sistema nervioso y circulatorio de la víctima y, posteriormente, la muerte si no se aplican las curaciones correctas, las cuales consisten en, primero que nada, aplicar un anapneo para liberar las vías respiratorias y, en segundo, uno o dos Episkey para curar el cuerpo, esto según él nivel del mago que hace el efecto sobre ustedes. Es necesario que recuerden siempre que un bezoar no es capaz de hacer nada contra el efecto de este veneno.

Su atención brincó de un aprendiz a otro con agilidad. Sus grises ojos observaron Arcanus antes de comenzar a explicar. No sabe de dónde es que cree que ha sacado el polvillo de las semillas de hielo si Khufu ha sido claro en explicarles que el frasco se les había entregado vacío. La falta de observación consumiría pronto al impacientado aprendiz. Pero al menos ha atinado en su explicación y en la ejecución de su hechizo.

-Si se dieron cuenta también, semillas de hielo, el objeto mágico que consiste en un polvillo plateado, es capaz solo de congelar superficies, así cómo lo has explicado. No obstante, tu hechizo que ha sido mas certero, es uno tipo rayo, no necesariamente verbal, que a diferencia del objeto mágico, además de lo que es evidente, consiste en una ventisca helada que consigue congelar a alguna criatura durante un turno completo en una batalla- acompletó a la falta de explicación ante la limpia ejecución del encantamiento por parte del aprendiz. -Pongan atención, que semillas de hielo puede congelar criaturas, pero jamás podrá causar efecto sobre una persona-, concluyó logrando a la vez, con otra floritura limpiar el rastro de los hechizos de Arcanus.

Pasando de largo la solicitud del mago sobre continuar con los duelos y con la paciencia casi al límite, el guerrero observó el trabajo de la última de los aprendices. Hay algo en estos magos y brujas de estos días que parecen vivir al límite, no parecen detenerse a razonar a pensar más allá antes de actuar, si con todo el tiempo que ofrece un curso cómo este no se leen siquiera los textos de los libros, ¿qué seria de ellos en una batalla donde el tiempo es lo que menos tienen para salir victoriosos o, en el peor de los casos, sobrevivir? 

-La arena del hechicero no es un polvo en un frasco, señora Dumbledore, es un poder, un hechizo que se realiza solo con ayuda de su varita, el efecto no es necesariamente verbal, consiste en los huesos de un hechicero que fue calcinado con fuego mágico- Khufu tarareó negativamente. -Al menos los efectos de este hechizo que ha descrito son correctos. Estos duran alrededor de dos turnos en una batalla a no ser que se encuentren con la capacidad y él nivel mágico para restaurar los sentidos que este poder ha afectado- restablecer la hechicería usada por Harmony fue aún más complicada, pero Khufu lo logró con un movimiento trabado de su varita.

Utilizando magia de sus ancestros, el Uzza lanzó un rayo hacia un puñado de arena que impactó con fuerza levantando una nube de polvo a su alrededor, después de unos minutos, la arena comenzó a desplazarse y justo en el punto donde el rayo impactó, una roca grande, con la forma de la boca de un coyote enterrado en la arena les reveló la entrada estrecha a lo que parecía una cueva.

-Ahí abajo se encuentra la fuente del Nilo- comenzó a explicar. -Para llegar ahí deben pasar a través de las tres cámaras que los separan y los llevan profundamente hasta por debajo de este tormentoso río. Entren ahí y busquen la fuente, rellenen sus frascos con las semillas de hielo y vuelvan aquí para la prueba final.

La primera cámara consiste en un cuarto congelado, el hielo que lo mantiene así proviene desde un cráter sobre la sala que expulsa heladas ventiscas heladas. La segunda cámara está llena de plantas que exhalan un gas venenoso ante la luz, el calor o el ruido, este gas no se respira, si no que se pega en la piel entrando por los poros, cortando la respiración hasta causar la inconsciencia y posteriormente la muerte por intoxicación. La última habitación antes de llegar a la cámara donde se encuentra la fuente, está consumida por un piso de lava hirviendo, no hay manera de cruzar pues él suelo ha sido devorado por el ardor de este magma.

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Khufu estuvo atento a las palabras de cada joven y Ernest estaba satisfecho, era el que habia sido mas certero explicando con firmeza los hechizos y amuletos que se encontraban en el libro y estuvo atento a  las palabras del joven profesor, mientras tambien terminaba de oir a sus compañeros. 

Gracias a la hechiceria del Uzza Khufu la travesura de su hermana no habia surtido efecto, aunque no pudo evitar esbozar una sonrisa al oir al profesor llamarle Señora. Sin embargo no era el momento oportuno para seguir carcajeandose. 

El Dumbledore estuvo atento a lo que pasaba en ese momento con la hechiceria del Guerrero Uzza. queriendo verlo mas de acerca no perdio de vista lo que hacia el profesor. 

Ernest se estremecio al ver como la roca se hacia pedazos gracias al hechizo del profesor. Asintio al terminar de oir al profesor con lo que se debia hacer. 

Buscando en la mochila, se puso el anillo anti-veneno en el dedo anular, el amuleto de resurrecion se lo colgo y tomo el frasquito vacio, dudo un poco en si llevar los petalos del pensamiento y miro nuevamente la cueva. 

Decidiendose se quedo con unos cuantos petalos en la mano izquierda mientras se guardaba la varita en un extremo del zapato. 

Ya estando completamente listo le dio una mirada a la cueva y luego a los compañeros, por lo que habia dicho el maestro habia tres camaras y no sabia que tan peligrosas serian si cada uno se enfrentaba solo y pensandolo bien el maestro no habia prohibido que las cosas se hicieran en equipo. 

-Antes de que vayan a la cueva a intentar las camaras- dijo el mago Ernest con una sonrisa decidida a sus compañeros- que fueramos en equipo, a menos que quieran hacerlo interesante..¿Vamos en equipo, o ponemos las cosas interesantes?- respondio el mago mirando a sus compañeros poniendo una sonrisa provocativa mientras miraba la cueva...

@ Hannity Ollivander Evans   @ Arcanus

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