El nuevo Ministro de Magia

[Alyssa Black Triviani]

Hito 4

Thanatos L. Lestrange + Alyssa Black Triviani

 

Alyssa se giró y siguió al Snape de cerca mientras que trataban de salir de aquella penumbra, ni siquiera tenían idea de donde estaban, o para donde ir, pero lo certero era que si se quedaban allí parados las Abominaciones los matarían en cuestión de segundos. En ese momento un par de aquellos condenados muggles con magia apareció ante ellos, uno de sus hechizos impactó en la Black haciéndole trastabillar una vez más.

- Estoy bien – masculló a su compañero que había venido a su ayuda – Es que apenas si puedo ver por dónde vamos, rayos…

Reprimiendo una mueca de dolor se forzó a seguir avanzando, con el apoyo de Thanatos continuaron a la carrera tratando de encontrar una salida de aquel horrible lugar. 

 

OFF:

Puntos Mágicos: 0

Abominaciones muertas: 0

Total de abominaciones muertas por equipo: 12

[Thoth]

Marionetas (combinación de saberes de los Senecales)

 

El paso del ejercito casi infinito del titiritero se encontraba llegando al Ministerio de Magia y Hechiceria,  los cuales fueron creado por el Hielo del Averno,  alusiendo poeticamente a la vez que un ejercito de estatuas protegio Hogwarts. Aunque, estas tropas solo obedecian a su creardor,  el cual hizo desplegar a la misma desde diferente punto de Ottery.  Estos soldados tenian la forma de payasos con lanzas, arcos, flechas, escudo y espada. Ademas, darian al egipcio un amplio abanico de conocer al egipcio lo que ocurria, y asi tambien asesinar a @ Sagitas Ericen Potter Blue  y @ Sean -Ojo Loco- Linmer  en caso estubieran en esos rumbos.

 

-Enemigos de la sangre.- gritaron al unisono en parsel. -y defensores de los seres sin Magia, por decreto del Titiritero. - Se eschuzo como estruendo la voz de un millardo de marionetas. -este quitara a la usurpadora del puesto.- refiriendose a la actual ministra. -y dara muerte a sus aliados.- Esto lo hacia el egipcio para desviar la atencion de su objetivo principal, ya que si bien era amplio su ejercito, no era algo de mayor riesgo para la comunidad magica. 

[Mackenzie Malfoy]

Hito 3 - Salida de la Sala de las Profecías

Adrian y Mackenzie recorrieron la Sala de las Profecías tratando de encontrar una forma de salir de allí. Aquel gas empezaba a cargar el ambiente, pues no sólo eliminaba la posibilidad de hacer magia sino que su olor era nauseabundo y, tras varios minutos de filtrarse por las paredes, el ambiente se había enrarezido, casi como si el aire se hubiera espesado y costara respirar.

Confiaba en que al salir de aquel lugar su magia le fuera devuelta. ¡Pero quién podía saberlo! Por un momento pensó que aquello podía ser definitivo y la ansiedad la embargó, dificultándole aún más la respiración. No podía dejarse llevar por aquel miedo, tenía que mantener la esperanza y seguir adelante. Inhaló hondo tres veces tratando de serenarse y se sintió mejor.

-¿Has visto eso, Adrian? -Preguntó la bruja señalando una trampilla en el suelo.

Se separó de su compañero y se acercó a tocarla. Parecía una especie de antiguo desagüe que alguien hubiera taponado por inservible. No tenía agarradera y ni parecía moverse, estaba fijo, como clavado en el suelo. Tocó varias veces para escuchar el sonido y se percató de que el interior estaba hueco. Al no poder mover la trampilla con las manos, miró a su alrededor en busca de algún objeto que pudiera hacer palanca o sirviera para destruir aquella trampilla, una barra, algo que pudiera utilizar como martillo....

-¡La varita! -Exclamó Mackenzie, dándose cuenta de que aunque su varita no le proporcionara magia en aquel momento, quizás la pudiera utilizar como palanca. ¿Resistiría? Esperaba que sí. 

Colocó la varita en una pequeña hendidura y tiró de la trampilla hacia arriba, encomendándose a sus ancestros, suplicando que la varita aguantara. Tiró y tiró, pero tras varios minutos sólo consiguió levantar la trampilla un par de centímetros, sin que terminara de ceder. Con la punta de su bota, le dio una patada con todas sus fuerzas y por fin la trampilla cedió.

-¡Vamos! Esto lleva a alguna parte, explorémoslo. -Le dijo a Adrian y se introdujo por el pequeño orificio sin esperar respuesta.

Estaba oscuro y no se veía el fondo. ¿Adónde llevaba? No sabía que pasaría si se dejaba caer, quizás lograra escapar de la sala para acabar rompiéndose la crisma. Se introdujo más en la trampilla, hasta quedar colgada de ella por las manos, sus pies agitándose en la oscuridad de un agujero que parecía conducir a la nada.... No, a la nada no. Allí se oía algo. ¿Qué era aquel sonido? Parecía agua, quizás la corriente de agua de una enorme tubería.

Nada era peor que quedarse atrapada en la Sala de las Profecías sin magia, por lo que no lo pensó una segunda vez. Saltó hacia el abismo y la corriente de agua la arrastró. Olía raro, aquella aguas no parecían muy sanas. Pero no se quejó. No se quejaba para nada. Aquello estaba libre del gas que la había dejado sin magia y notó con gran satisfacción que una sensación de poder había regresado a ella.

-¡Casco Burbuja! - Exclamó como pudo mientras la corriente la empujaba y se la llevaba. Y funcionó. La magia había regresado. Ahora sólo era cuestión de encontrar la forma de salir de la corriente que la arrastraba.

 

[Goderic Slithering]

Hito 4

Emily Karkarov
Goderic Slithering
Hobbamock Graves
Mackenzie Malfoy
Valkyria Karkarov

 

Sus pensamientos poco a poco vuelven a enfocarse en lo importante, aunque persiste aquel dejo de pesadez melancólica propia del pasado. Un patronus aparece en su camino entregando un mensaje de Goderic quien tenía como propósito solicitar información sobre la situación, además para informar la llegada de refuerzos. No se preocupa por quién llegaría, pero supone que sería alguien del Simposio o algún enviado del SMS.

La luz y calor que irradia la criatura luminosa ayuda a espantar aquella pesadez que persistía sobre sus hombros. Solo cuando mueve su varita para responder al mago con su propio patronus, James nota que ha recuperado la magia. No sabe que cuando Goderic escuchó segundos después el mensaje, escupiría su té ante su “Deja de molestarme durante una misión”.

James había escuchado un ruido mecánico que señalaba algo sobre quitar la actual ministra de magia del poder, cosa que no comprendía muy bien a quién se trataba ¿a Sagitas? Pero si su período prácticamente había acabado ¿para qué hacer el esfuerzo? De todas formas, no tenía ningún ápice de interés en interferir. No era ni su misión ni tenía interés en mantener a la bruja de Ministra, por lo que decide ignorar los gritos agregados.

Gira su cabeza ante sentir un olor familiar, que supone, es el refuerzo enviado por el presidente: Emily Karkarov. No puede evitar un sutil gesto de desaprobación, no porque la bruja fuera un mal refuerzo, sino porque era uno bastante predecible. La saluda con un ademán. Siempre había tenido la sensación de que no le agradaba a la bruja pero una varita extra no venía mal para la situación actual y, con gases anulando la magia, necesitaba a alguien que le vigilara su espalda.

Observa, casi al mismo tiempo, la llegada de Kaori y Hobbamock, desconoce si eran enviados por Goderic pero al menos los reconoce como aliados y se les acerca para formar un grupo. Cuando se prepara para saludar a los recién llegados y proponer la alianza, nota la presencia de un mago sin expresión cuyo ojos se encontraban muertos. No le fue necesario reconocer la blanca túnica ni el símbolo que llevaba, solo por su falta de vida sabe que es una abominación. Parte del ejército de Laura.

Zancadilla piensa rápidamente, evitando el ataque que el nomaj, ahora mago, iba a realizar. Sabe que debería intentar asesinar pero ante la emergencia solo el hechizo zancadilla sería suficientemente rápido para detener el ataque que había terminado golpeando el techo ministerial. Se acerca corriendo al grupo formando una alianza implícita, incluyendo a una bruja que no logra distinguir completamente pero que olía un poco a ¿humedad?.

— Cinaede

Un gas invisible ataca sin piedad a la Abominación. Sí, siente lástima por su existencia y, por ello, decide darle muerte rápida. Duda que puedan revertir la manipulación mental de Laura y, por mucho que logren devolverle su voluntad, las secuelas les atormentarán por el resto de sus vidas. No se siente capaz de cargar con la tortura eterna de una persona ¿cargar con una muerte? Sí, de eso ya tenía bastante sobre sus hombros. Aunque, claro,  el gas no sería suficiente para matarlo... por ahora. Observa a lo lejos que comienzan a llegar más Abominaciones atraídas por el caos.

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Off.-

0 muertes. Pierdo mis únicos 10 PME (F para mi).
Total muertes por equipo: 0

 

[Thoth]

Marionetas (combinación de saberes de los Senecales)

 

El creador de las marionetas de Hielo no se percato de los desafios , y ante el momento que el mismo pediera su magia (Hito 3) y la recuperara luego de un tiempo (final del hito 3) ocasiono que Los horrocrux y su Magia tenebrosa se convirtiera en algo muy inestable, y en ese punto Lycan no poseia del todo su control, esto era por la interrupciones de su poder con aquel gas. Aunque,  algo inesperado ocurrio y es que en una de ella se manifesto un Azrael infante, el cual era una extraña mescla con su habilidad de la nigromancia.

 

-¿Donde estoy?-

 

Cuestiona la marioneta y comienza a controlar las otras poco a poco,  y ello era algo que su invocador no le gustaba. Este ante ese inminente peligro va disviculandose de ellos, pero de ese ejercito ahora se encontraba reducido a veinte, las otras fueron destruido por esa conciencia infante del mago, en la cual su don de mataria, y sed de sangre era mayor, esto era producto porque lo dominaba sus instintos de hombre lobo.

 

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Hito 4

Azrael Lycan

 

El egipcio se encontraba con cara de poco amigos y sus planes se habian desviado de lo que se le habia ocurrido.  Este reconocia el mal que se desataria en el mundo por poseer esas armas , ya que El mago tenebroso por poco se convierte un oscurial,  sino fuera por su tie materno. 

[Adrian Wild]

Hito 3 — Sala de las Profecías

 

La neblina azulada me atrapaba. No era consciente, pero quizá aquella sería la mayor retención a la que podía someterme la sala: la de mis pensamientos, mis deseos y mis anhelos. El futuro... Jamás había permitido que me atormentase. La incertidumbre había sido, durante muchos años, el motor que me mantenía cuerdo en una vida interminable, de la que a veces me había planteado escapar, pero a la que siempre volvía, transformado, con una nueva curiosidad, con ganas de vivir una etapa nueva, o de no vivirla y sólo descansar, observar, estudiar. Nunca me había fiado de esos futuros determinados y, sin embargo, aquella bolita de cristal, me embaucó e instaló en mi cabeza un pensamiento al que había rehuido muchas veces: «¿y si mi vida sí tiene un final?». Me había instalado en aquella idea de inmortalidad tan paciente y concienzudamente que a veces olvidaba por completo que alguien de mi condición no gozaba de una plena inmortalidad, y de que había vías por las que perecer. Como aquellas en las que había pensado en momentos límite donde escapar del mundo era una opción.

¿Y si aquella profecía desvelaba mi final? ¿Y si desvelaba que no tenía un final?

No sé cuánto tiempo pude estar contemplando la esfera entre mis manos, pero la voz de Mackenzie me hizo regresar. Agité la cabeza, como si así pudiera zafarme de aquel embelesamiento y de los pensamientos que se condensaban en mi cerebro. No sé cuál fue el impulso que hizo que guardara la pequeña bola entre mi capa aprovechando un momento de distracción de la mujer antes de volver junto a ella para emprender de nuevo el camino.

Quizá fuera un iluso. O quizá mi cerebro estaba luchando para mantenerse cuerdo frente al embotamiento al que nos sometía aquel gas. De cualquier modo, algo comenzaba a no ir bien ahí dentro. En mi azotea, digo. ¿Quién en su sano juicio pensaría que la sala le permitiría extraer una profecía sin más?

— Sí, lo veo —afirmé al divisar la trampilla a la que se refería la bruja.

La observé mientras ponía todo su empeño en explorar e intentar abrir aquella plancha metálica. Podía haberle avisado que tuviera cuidado al usar la varita como palanca, pero estaba entrando en un extraño trance. En mi mente se formaban diversas imágenes de posibles reacciones de la sala al sentir que escapaba con lo hurtado, al mismo tiempo que posibles mensajes que podía contener aquella profecía. Todo ilusiones. Todo productos de lo que realmente estaba ocurriendo: el gas comenzaba a apoderarse de mi mente y me anulaba, perdiéndome en mis pensamientos más profundos.

— Claro, te sigo, Mackenzie.

Mi voz sonó como la de un autómata, pero para cuando la mujer se pudiera haber dado cuenta, ya estaba dentro de aquella cavidad.

 

«Y el día con la noche
habrán de partir,
hacia el mundo que no existe,
con quien creyó pervivir».

 

Aquella posibilidad pareció gustarme. Sonreí sin ser consciente de que lo hacía, estático. La sala no me dejaba ir.

 

------------- O -------------

Escape fallido, resultado del dado:

[Emily Karkarov]

Hito 4

• Goderic Slithering
• Hobbamock Graves
• Mackenzie Malfoy
• Valkyria Karkarov
• Emily Karkarov

Arruga la nariz en señal de disgusto cuando encuentra el tercer cuerpo de esas abominaciones. Se acerca lentamente a una de ellas, debatiéndose si tocar o no las túnicas innaturalmente blanquecinas que parecían fuera de lugar entre los pasillos del ministerio, pues racionalmente sabe que no debe perder tiempo en descifrar qué son -al menos, no ahora- sino en encontrar a James.

Si en ese momento Emily tuviera que imaginarse las dificultades de la misión por delante, probablemente no hubiera podido. La petición de Goderic había sido escueta: ayudar a James, que estaba en alguna sala del inmenso edificio. La razón de servirle de “refuerzo”, «proteger la democracia» según las palabras del mago, la habían convencido de que no podía negarse a prestar su ayuda.

Retrocede unos pasos y sigue el rastro dejado por los cadáveres, que iban en aumento. Desconoce cuantos magos y brujas habían recorrido ese mismo camino, pero sí podía inferir que el vampiro tenía como destino encontrar a Laura y si más abominaciones se habían manifestado solo podía significar que resguardaban a algo o alguien.

No tarda tanto en encontrarlo. Cuando él nota su presencia y la saluda, no puede evitar el infantil gesto de poner los ojos en blanco, aunque el “si, yo otra vez” que está a punto de decirle se queda solo en pensamiento cuando Kaori y Hobb aparecen. Está implícito que trabajarían juntos en lo que fuera que tuvieran que enfrentar.

Y en ese momento, son abominaciones.

-Sectusempra – sin pensarlo mucho, el rayo rojizo da de lleno en el centro de una abominación que aparece detrás de la que James había tumbado al suelo con el zancadilla. Y aunque sabe que no tenía más opción, al menos ante la respuesta rápida que tenía que dar, no puede sacudir el sentimiento de desagrado al sumar un cuerpo más a los tantos que había visto antes.

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Abominaciones muertas: 1
Total de abominaciones muertas por equipo: 1

[Valky]

Hito 4

• Goderic Slithering
• Hobbamock Graves
• Mackenzie Malfoy
• Valkyria Karkarov
• Emily Karkarov

Apenas había logrado que Sammael se durmiera cuando la brillante y cálida luz de un patronus irrumpió en la habitación. La voz que salió de él era muy familiar, últimamente recibía muchos pedidos de ayuda de parte del presidente del MACUSA, así que no se sorprendió. Lo que en realidad le sorprendía era que requiriera ayuda para una misión que el longevo vampiro James se suponía y se haría cargo. Miró al niño que dormía tan tranquilo en su cuna y por un momento dudó en acudir al llamado, sin embargo, sabía que si Goderic solicitaba ayuda era porque en realidad era necesario.

Apartó la mirada de su hijo, le dio varias instrucciones a Fabiano, un elfo domestico que se quedaría al cuidado del niño mientras ella o Aries regresaban. Luego se aseguró de tener su varita mágica y una pulsera con varios amuletos Uzza que había ido coleccionando y completando durante varios años enfocándose en uno que había conseguido recientemente, el Caudex, lo había probado una vez con Hobb y quizá le podría ser de utilidad en esa ocasión. Se la colocó en la muñeca izquierda y sin más tocó al patronus que había estado esperando con suma paciencia.

En cuestión de segundos se encontraba en lo que de inmediato reconoció como alguna parte del ministerio, en medio de un absoluto caos. Sintiéndose absolutamente perdida y fuera de lugar, buscó con la mirada a James o algún otro rostro conocido, más son sus voces lo primero que logra identificar se acercó rápidamente a donde James, Emily y Hobb se encontraban, aunque su mirada estaba puesta en los seres a los que se estaban enfrentando ¿Qué eran esas “cosas”? tenían la apariencia de un humano, sí, pero se movían de forma extraña y sus ojos carecían de vida, como si sus almas hubieran sido extraídas de su cuerpo, como si su conciencia hubiera sido encapsulada en algún rincón lejano de sus mentes.

—Alguien que me ponga al tanto de lo que está pasando —Pidió, aunque la verdad es que no esperaba que alguien lo hiciera, pues en ese momento varias de esas criaturas/abominaciones, se acercaban peligrosamente a donde ellos se encontraban.

Desprendió uno de los amuletos que había llevado, un pequeño frasquito de cristal en cuyo interior reposaba una arena de color plata que en realidad eran semillas de hielo, tomó una cantidad pequeña y la lanzo lo más cerca que le fue posible a las abominaciones, el piso empezó a convertirse en hielo haciendo que se resbalaran, dándoles un poco de tiempo para poder decidir hacía donde ir, tiempo para que James diera instrucciones de hacia donde ir.

—Eso nos dará un poco de tiempo… —Comentó mientras pensaba Maledico, invocando un Sai en su mano derecha lanzándolo sin piedad a una de las abominaciones que había conseguido atravesar el hielo, la daga se clavo muy cerca del corazón de la mujer que ni siquiera hizo una mueca de dolor cuando intentó retirarla, sin saber que la herida que Kaori le había provocado era maldita y pronto llegaría al corazón matándola.

—Necesitó practicar más… alguien se ofrece a entrenar luego de que todo esto termine—Comentó, prefería pensar que todos saldrían con vida de aquel caos.

 

OFF:

Abominaciones muertas: 1
Total de abominaciones muertas por equipo: 2

[Adrian Wild]

Hito 3 — Sala de las Profecías (salida)

 

«Uno. Dos. Tres».

«Uno... Dos... Tres».

«UNO. DOS. TRES».

...

— UNO. DOS. TRES —mascullé en un grito ahogado.

No podía saltar. No podía moverme. Sentí el agua correr abajo y a Mackenzie alejarse. Sentí la pequeña esfera de cristal apoyada contra mi muslo, en el bolsillo interno de la capa que caía desde mis hombros, pronunciando la verticalidad de mi cuerpo. Las imágenes comenzaban a saturarme, a bloquearme y anular casi por completo el resto de sentidos. ¿Era el gas? ¿O era la sala la que impedía que me fuera con la profecía robada?

Uno. Dos. Tres.

Aquellos números pasaban sin fuerza por mi mente, enterrados entre pensamientos, ideas, escenarios irreales y a la vez, tan posibles, tan verdaderos, tan honestos. Un viaje a Italia imprevisto, acarreaba mi muerte. Un duelo donde una daga infernal, acarreaba mi muerte. Una discusión con mi hermana Sagitas demasiado dolorosa, acarreaba mi muerte. Un nuevo amor inesperado, acarreaba mi muerte.

Logré mover mi mano. En un primer momento fui a coger mi varita, pero recordé momentáneamente que aquello no serviría de nada, aunque no recordaba el por qué. Aquella sala me estaba friendo el cerebro a pensamientos. Ya no sabía si las voces provenían de mi cabeza o de las profecías que se rompían a mi alrededor. Finalmente, cogí la cristalina bola con la mano. Y la dejé caer.

 

«De la nada surge,
en la nada se esconde;
cuando el camino llegue
no será la nada
quien en el futuro espere».

 

Aquella voz resonó por todas las cavidades de mi cuerpo y, como si de su efecto se tratase, el nublamiento de mi cabeza y mi ensimismamiento desaparecieron. Me había puesto yo mismo más difícil escapar de allí, aunque pude notar que el gas estaba fatigando mi cuerpo y reduciendo el alcance de mis sentidos.

«Uno. Dos. Tres».

Salté y sentí el agua arroparme, menos fría de lo que imaginaba que estaría, aunque más sucia.

— Casco-burbuja —conjuré una vez hube empuñado a Dror de nuevo.

Funcionó. Me dejé arrastrar por la corriente, tumbado sobre esta. Aquella profecía se repetía una y otra vez en mi mente. "Cuando el camino llegue"... Sí, quizá llevaba algún tiempo perdido.

 

------------- O -------------

Hito 3 COMPLETADO

Recompensa: 4.000G + 10PME.

Total galeones acumulados: 9.000G
Total puntos de PME acumulados: 80PME
+ 1 pista de la ubicación del Inquisidor.

 

Escape exitoso, resultado del dado:

Editado 16 de Septiembre del 2021 por Adrian Wild
Añadir resultado total del Hito 3

[Juliens]

Hito 4

• Goderic Slithering
• Hobbamock Graves
• Mackenzie Malfoy
• Valkyria Karkarov
• Emily Karkarov

Está bastante cansado luego de entrenar varias horas en el Templo. Son pocas semanas desde que llegó nuevamente a Gran Bretaña y desde ese día no descansa. Se toma su tiempo para estar con Ben y Connor, se toma su tiempo para cuidar a su hijo y también se toma su tiempo para cuidar de las criaturas mágicas de las que es responsable. Y también se toma el tiempo suficiente para investigar, para interrogar, para coordinar el traslado de refugiados. Hoy es el primer día que dedica en su totalidad al Templo, a reconectar con la magia ancestral que, entre otras cosas, le permite tener dos brazos funcionales.

Aún estando apartado de sus responsabilidades tiene a personas trabajando en asuntos oficiales pero clasificados del MACUSA. Tan cerca de un cambio (o no) de Ministro de la Magia Inglés muchas personas sienten la necesidad de huir, de alejarse de lo que podría convertirse en una batalla campal por el poder del gobierno de una de las potencias mágicas de europa y el mundo. Hay muchos refugiados en lugares seguros del MACUSA listos para ser trasladados.

Uno de los galeones falsos escuece. Cuando lo extrae del bolsillo se percata que es el que tiene un pequeño escudo del MACUSA grabado. Hay un mensaje bastante corto del presidente, un mensaje con el cual se pide ayuda para un vampiro que no conoce. ¿Porqué Goderic lo pondría a trabajar con un Vampiro? Suspira, parece algo urgente.

Camina hacia la roca en dónde está, precisamente, su brazo de acero sagrado y una camiseta limpia. Se viste y coloca el brazo. Carga en la espalda la espada de la primera y desaparece hacia el sitio en dónde debe encontrarse con el vampiro. Poco tiempo después se une a la faena Kaori, la jefa del Simposio de Ladrones.

La batalla que tienen por delante no será divertida, lo tiene bastante claro en cuanto ve a quienes serán sus rivales. Son criaturas de apariencia humanoide. Fue imposible no recordar a las criaturas que ya enfrentaron en la Orden en la batalla en el edificio de La Doctora. Tiene que controlarse para no recaer en el círculo de auto-compasión en la que estuvo hace varios meses.

Desenvaina la espada y sin dudar, porque no puede permitirse dudar, camina se acerca a una de las abominaciones. Su espada, originalmente fabricada por duendes, está endurecida por su propia forja: tiene también el filo y la magia del acero acero sagrado. La espada se entierra en el pecho de la abominación como si se tratara de un cuchillo caliente enterrándose en mantequilla.

—Yo solo entreno en el Templo, Kaori. Podemos recibirte ahí si decides elegir el verdadero camino...

 

 

Abominaciones muertas: 1
Total de abominaciones muertas por equipo: 3