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Babel: el paraíso


Melrose Moody
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Mordred Deschain 

Aquella chica cada vez resultaba más curiosa para el mago oscuro, no tenia miedo de lo que le pudiera suceder e incluso estaba segura de que saldría. Para otros secuestradores eso le hubiera causado enojo o malestar, sin embargo para Mordred era algo aún más excitante, se encargaría de doblegarla de lastimarla hasta que no tuviera esperanza en sus ojos, hasta que ella misma pudiera ser asesinada a gritos el no dejaba de sonreír.

-Pero ¿qué dices? ¿Donde está la diversión matando simplemente por matar? - dijo sin perder esa sonrisa - seguramente escuchaste hace poco unos mortífagos atacaron el aeropuerto de Londres matando a muchos muggles, que desperdicio, que patético, en lugar de torturarlos de comer su sangre de hacerlos gritar, ellos solo los mataron. Eso no pasará contigo querida tú no morirás asi, tienes que vivir la muerte que el buen Mordred te dará.

Fue entonces que descubrió una faceta que no había tenido en sus observaciones, ella era una licántropo que estaba más que lista para su transformación, la luna estaba en su punto máximo y nada podría impedir la transformación. Mordred quien no era tonto sabía que aquellos barrotes no la podrían detener por siempre, el podría matarla justo durante aquel cambio pero ¿donde quedaría su honor? Si algo caracterizaba a un asesino en serie era mantener aquel perfecto orden de los factores y no permitiría que una transformación le cambiara su modo de pensar.

-Si llegas a escapar de aquí, dile a Ludwig Malfoy que estoy de vuelta por lo demás, no te preocupes ya tengo tu sangre y podré hacer mis experimentos con más satisfacción ahora que se que de tu transformación - comentó saliendo de la habitación a toda velocidad para resguardarse, si ella no lograba escapar de la celda continuaría con sus planes. Fue tan rápido que no se dio cuenta que dejaba su varita en la mesa.

 

 

@ Melrose Moody

Editado por Ludwig Malfoy
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Gornuk - Trabajador de Gringotts

Miembro de la conspiración por un año y medio

Gornuk observa el callejón Diagon con satisfacción mientras mastica una ramita de canela. Su mirada afilada parece atravesar las paredes y abarcarlo todo. "Los de arriba" le habían dado la orden de peinar el perímetro. Es la primera vez que ve tantos duendes juntos deambulando libremente por Diagon. Es una sensación gratificante, que lo llena de orgullo. 

Varios magos y brujas lucen desconcertados. Algunos de ellos, los más desesperantes, orgullosos o hedonistas, parecen sentirse heridos, solo por el hecho de que los duendes se encuentran intentando adquirir grandes cantidades de criaturas del Magic Mall. Lo hacen con su propio dinero: ellos no han tocado nada de las arcas del banco que no fuese suyo. Sin embargo, el que ellos intenten adquirirlas no tiene precedentes porque el Ministerio de Magia los clasifica dentro del insultante apartado de "Bestias, duendes, seres y espíritus".

Nota entonces a una bruja, yendo contra la corriente en medio de la vía. Parece intentar entablar una charla con los que por allí pasan, a pesar de que los duendes no lucen interesados y los magos y brujas lucen más bien asqueados o desesperados. Gornuk se acerca a ella con lentitud, cuidando de no revelar su inicial interés. La bruja habla con claridad y no parece dirigirse a nadie en particular. Gornuk se queda pasmado al notar que intenta darles órdenes. Bien podría haber aporreado su varita como un mazo: no parece tener en su cuerpo ni un ápice de respeto. 

-Los "animales" como usted los llama -dijo entonces Gornuk dirigiéndose directamente a ella, mientras un par de duendes arrastraban a la histérica mujer que pedía a gritos su asesinato fuera de cuadro-, son criaturas que hemos adquirido o seres y entidades que han decidido seguirnos por su propia cuenta -los ojos de Gornuk destilan desdén-. Sin embargo, entiendo que en su arrogancia e ignorancia, humana, pueda usted pensar distinto. 

Gornuk asegura los gemelos de su traje en la comodidad de su manga y levanta el puente de sus lentes con expresión seria. Tiene una mano metida en el bolsillo de los pantalones y, a pesar de tener casi la mitad de su estatura, no tiene miedo. Todos los duendes al servicio de Bladvack cuentan con medios para hacerse respetar:

-¿Quién es usted después de todo, para darnos órdenes? -Gornuk juguetea con un objeto en su bolsillo. Es una gema, una gema de gran poder- Una auror, es lo que usted dice -prosigue Gornuk con crueldad- ¿por qué tendríamos que creerle? Aceptamos en silencio todos los edictos de la nueva ministra, a pesar de que decían que tenían que afectarnos -uno de los duendes apoyado contra la pared del negocio más cercano rió. Ah... sí, todos allí sabían que Gornuk tenía razón-. Nos exigían los deberes humanos a pesar de negarnos los privilegios humanos -Gornuk escupió la canela que había masticado al suelo-. Ahora, quiso intervenir Gringotts. Eso, va más allá de su entendimiento y poder. Es una est****a y no pensamos tolerarla más.

 Sí, Gornuk sabe que la ministra dejará el cargo pronto o eso dicen todos pero ¿qué importa eso cuando la injuria ya ha sido realizada? Si se meten con su trabajo ¿qué otras cosas no intentarán robarles? Si excluyen a su propia gente, ellos dentro de un par de años podrían valer lo mismo que basura. Eso, es algo que no van a tolerar.

@ Luna Gryffindor Delacour

Melrose Moody

-Honestamente, no había escuchado de esa noticia -es lo primero que replica Melrose, apoyando la parte posterior de su cabeza contra la pared. Puede sentir palpitaciones en su pierna pero las ignora lo mejor que puede mientras la frialdad de la pared la ayuda-. Lo siento, te has topado con una de las personas menos informadas de Ottery.

Tal vez Richard podría contarle al respecto si volvía. O Madeleine o Ellie. Ellos eran ciudadanos de Londres que siempre parecían estar al tanto de cada pequeño detalle y suceso inconveniente.

-En realidad, lo que yo dije fue que no quiero morir y quiero irme... -Melrose frunció el ceño por un instante, se daba cuenta que sus pensamientos empezaban a divagar- nunca dije que diera por seguro que así sería -sus ojos se vuelven a posar en su captor, esta vez más húmedos y menos atentos. No es falta de voluntad, si no su faceta habitual cuando tiene que tolerar mucho dolor por grandes períodos. Un libro abierto que no tiene nada que ocultar.

Melrose se dio cuenta de que algo había cambiado en el semblante del mago también. No parece estar prestándole la misma atención, es como si su mente se hubiera posado en algo más importante, una enorme molestia. Melrose asiente y suelta un gruñido de avenencia. Acaba de prometerle que buscará a ese mago, Ludwig Malfoy, si logra salir de allí. Se pregunta quién podrá ser y qué conexión podría tener con un sujeto semejante. 

Por consiguiente, su sorpresa es mayúscula cuando su carcelero abandona su compañía. Había pensado que seguiría diciéndole cosas y ella contestaría lo mejor que pudiera. Con lentitud pero segura, Melrose se arrastra hacia los barrotes para intentar ver mejor, apartando el plato de comida dejada a medias. Ella había creído que estaba a punto de amanecer pero la luz que le llega desde la diminuta ventana de la pared opuesta, no es la luz de la mañana.

Sus ojos se ensanchan hasta un punto indecible. Su espalda se curva y ella, entendiendo qué es lo que sucede ahora, en cuatro patas, aúlla hacia la noche. Sus huesos se extienden, rompiendo la carne de su espalda y sus piernas parecen adquirir vigor otra vez, incluso la quemada, a pesar del dolor. Melrose se iergue y aúlla una vez más. Sus garras entonces empiezan a horadar los barrotes pero no es suficiente. Toma cada uno con una de sus extremidades delanteras y empieza a extender con todas sus fuerzas, hasta deformarlas. Entonces, sale de la celda. 

Puede escuchar un quejido tras ella. Es de uno de sus compañeros de celda moribundos que intenta apartarse, con asco y temor. "Concéntrate" dice una parte de su mente, la humana, "concéntrate". La bestia intenta deshacerse de la voz pero es difícil en ese contexto, especialmente cuando ve la pequeña arma de madera sobre la mesa. Su cuerpo, se paraliza por un instante, sin terminar de decidirse.  

@ Ludwig Malfoy

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Demisit lacrimas dulcique adfatus amore est 

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  • 3 semanas más tarde...

Rory, en Knockturn y luego en Diagon, con @ Ellie Moody  y @ Luna Gryffindor Delacour

Cuando Ellie le responde, suspira aliviado de haberse atrevido a tocar la puerta a pesar del cartel de cerrado. La muchacha luce un aspecto desaliñado, y es fácil suponer que ha estado ordenando el desbarajuste que son todos los objetos que guarda en ese lugar.

– ¡Jesus bendito! Sí que tienes mucha mercadería aquí- la verdad es que Rory está lejos de entender la clase de negocio que Moody posee, así que no pregunta más al respecto y en su lugar, se concentra en el asunto que lo ha llevado hasta allí- yo vine para saber si te encontraste con Melrose hoy, o sabes algo de ella, porque ha faltado a nuestra salida de todos los meses al Jimmy's. Sé que es un poco tonto, pero...no me da buena espina.

Dentro del local, esquivando torres de cachivaches similares al de la entrada, Rory comienza a contarle a Ellie de lo emocionada que Mel estaba por probar el strudel de manzana, y que la noche anterior incluso le había escrito confirmando la salida.

Pero estando yo en un lugar sin cobertura no leí su mensaje hasta el día siguiente - Rory se acomodó sobre una banca mientras Ellie le servía una taza de té- Tú que la conoces mejor...¿crees que haya podido ocurrirle algo malo?

El agudo sonido de varios chivatoscopios los interrumpe. Son demasiados para creer que pueda tratarse de un imperfecto, por lo que sacando la varita, Rory conjura de inmediato una barrera protectora y observa a Ellie hacer lo propio. El predicador cree que salir por la puerta de Diagon será más seguro, pero cuando finalmente están fuera del local, las cosas no andan mucho mejor.

Pues en mitad de la calle esta Lunita, y a su alrededor un montón de duendes observando burlonamente a la joven.Y aunque no lo dice con palabras, la determinación en sus ojos es muestra clara de que piensa intervenir, dando por sentado que ella está siendo unjustamente acosada por todas esas criaturas, sabiendo lo poco amigables que estas suelen ser.

– ¿Necesitas ayuda Lunita? - alzó la varita, y colocó gentilmente su mano sobre el hombro de la joven, apretando levemente- ¿Qué es lo que está pasando exactamente?

Más y más duendes están aglomerándose alrededor de ellos, acrecentando el recelo de Rory y sus temores sobre lo que haya podido suceder con Mel.

 

Lëna, con Scott ( @ Syrius McGonagall ) y  Richard ( @ Melrose Moody )

Su llamado de ayuda había sido respondido por la última persona que había imaginado encontrarse allí. El agente Wilkinson lucía sorprendido, mucho más cuando ella corrió y se aferró a él con la desesperación de quien se sabía perseguida. Las palabras de tranquilidad que le daba, le parecían a ella de una ingenuidad enorme, y por un momento, sintió la culpa de estar involucrando a ese hombre en un problema mayor, pero aun así, se dejó llevar por la calidez de ese abrazo, y esas palabras que le aliviaban el resquemor dejado por el ataque, solo para no seguir cargando con ella el peso de todos esos fantasmas.

La lluvia seguía sin remitir, pero avanzaron hacia el auto y la menuda mujer ingresó en él haciendo caso de la indicación del mago. Acomodados los dos, fue inevitable que le preguntara por lo que le había sucedido, pero cuando estaba a punto de contarle resumidamente, los hechos, una figura se acercó al auto y con una facilidad pasmosa abrió la puerta para sentarse exactamente al costado suyo.

Ella había calculado por la altura, que no podía tratarse de un duende, pero la inquietud se instaló en su interior al comprobar que aquel recién llegado no era otro que Richard Moody, un hombre que había estado más presente en los momentos desgraciados de su vida, que en los reconfortantes, pero que por encima de todo, no movía ficha directamente, salvo cuando no tenía más remedio que hacerlo.

Entonces ¿así de grave estaría la situación?

El señor es patriarca de una familia importante, la Moody, así que puedes bajar la varita Wilkinson- se sentía tan confundida, y colapsada, que no hizo ningún intento por contestar al intento de charla casual con que el brujo había introducido, y en su lugar, decidió ser transparente con WIlkinson,a quien por alguna razón, seguía viendo como su carta más factible para mantenerse a salvo- Necesitamos salir de aquí cuanto antes, pues aunque parezca no notarlo, corremos más peligros que nunca. Se ha desatado una rebelión que se avizora sangrienta señor, y sospecho que es por eso, que un elitista como Moody ha llegado hasta aquí ¿o me equivoco Richard?

Sus ojos claros, que todavía externaban su temor, le observaron con fijeza. ¿Diría la verdad el hombre o inventaría alguna historia fantástica para justificar su presencia?

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Callejón Knockturn

No puede evitar elaborar una sonrisa a modo de disculpa, al percibir la impresión en la voz de Rory; es consciente del aspecto que tiene su negocio, y ella misma, en aquellos momentos. Desde que dejó de trabajar en el Ministerio de Magia, comenzó a enfocar toda su energía en tener un negocio próspero. Utilizó sus ahorros para comprar muchos artefactos aparentemente dañados o sin importancia, de los cuales aproximadamente la mitad pudo arreglar, restaurar e incluso mejorar, mientras que muchos otros quedaron olvidados o como trastes sin valor y luego de casi dos años por fin está dignándose a desechar. Si se rehusó a hacerlo todo ese tiempo, es porque estaba convencida —y quizás, todavía lo está— de que debe haber alguna forma de que pueda ser útiles y apreciados; sin embargo, a esas alturas, entiende que aquella ilusión se ha convertido en algo que entorpece su trabajo, y debe dejarlo ir. En su mente es algo que le parece lindo e inspirador, pero es difícil de explicar y mucho más con la forma en que todo se ve.

Sin embargo, sus preocupaciones por la forma en que Rory pueda percibirla como profesional, se esfuman en cuanto menciona a Melrose.

—Esta mañana salí muy temprano de casa, así que no sé si estaba o no allí entonces —murmura Ellie, con cierta vergüenza de no ser capaz de decir dónde está su prima y peor aún, de no estar enterada que está desaparecida—. Yo... —palpa los bolsillos de su túnica en busca del espejo comunicador que comparte con ella, pero cuando echa un vistazo, sólo observa su propio reflejo. ¿Siquiera Melrose todavía sale con uno de ellos? Después de todo, hace mucho que no los usan— Yo espero que no haya ocurrido nada...

La pequeña avalancha los había hecho retroceder fuera del negocio. Una vez más, siente que la vergüenza la atormenta, pero el sentimiento queda en un plano muy lejano cuando al volver la mirada hacia Rory y la calle, se da cuenta de que hay una cantidad inusual de duendes en las calles. Es extraño verlos fuera de Gringotts y, a decir verdad, es extraños verlos andar en la calle con tanta... confianza. Ellie sabe que aunque hay cierta flexibilidad para cierto tipo de actividades en el Callejón Knockturn, no significa que las personas sean más tolerantes, una gran ironía. Nunca ha visto a ningún duende o arpía o elfo andar por ahí con libertad, sin que nadie lo trate como menos que a una persona. Es por eso que la escena la extraña y le dice que algo está sucediendo. Sin embargo, la verdad es que para Ellie hay algo más importante en aquel momento.

Entonces, mira más allá y se da cuenta de que no se trata sólo de duendes en la calle. Hay... una verdadera revuelta. Los duendes parecen tener control sobre algunas criaturas mágicas y parecen querer aterrorizar a los magos y brujas que se les crucen.

Ellie tiene ganas de decirle a Rory que deberían irse, pero él decide acercarse para socorrer a Luna Gryffindor, que parece haberse quedado envuelta en aquel embrollo. No tiene más remedio que seguirlo de cerca.

Alcanza a escuchar lo que le está diciendo aquel duende, que parece ser uno de los cabecillas, por su actitud y su traje pulcro. A pesar de que hay muchas cosas que se escapan de su completo entendimiento, como ciertos conflictos del mundo mágico que jamás ha tenido que cuestionarse por ser humana y por ser considerada una persona, tiene la sensación de que aquel sería un buen momento para decir que ellos no defienden de ninguna manera al Ministerio de Magia. Sin embargo, también es consciente de que una Auror exigiéndoles que dejen la revuelta no es algo bueno en esa situación.

Ellie se siente casi culpable por tener la varita firmemente sujeta contra el pecho y por parecer asustada, pues entiende que ellos no son el enemigo. Quizás lo más sensato sería tomar a Luna y retirarse de allí. ¿No deberían, simplemente... dejarlos ser? Separa los labios para decir algo, no sabe qué, pero en lugar de palabras, suelta un gritillo de sorpresa y susto, cuando siente que la empujan. Un duende, en cuyo cuello brilla levemente un Amuleto Volador, usó su espalda como lugar para dar un salto y adelantarse hacia el lugar donde están Luna y Rory. Ellie maldice por lo bajo, adolorida por la patada en su espalda y el golpe contra el suelo, pero desde allí alcanza a ver algo.

Otro duende... sacando una varita mágica del bolsillo de sus pantalones... con la mirada clavada en Rory...

Sin pensarlo dos veces, Ellie levanta la varita mágica y apunta hacia él, pero antes de que pueda decir nada, muchas miradas enojadas se clavan sobre ella.

—¡Esa bruja está atacando a un hermano! ¡Sujétenla!

@ Rory Despard  @ Luna Gryffindor Delacour  @ Melrose Moody

Editado por Ellie Moody
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sins don't end with tears, you have to carry the pain forever

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Estaba por responderle algo al Duende, está casi segura que se metió en un gran lio solo por querer ayudar a las criaturas, suspiro intentando calmarme o que algo o alguien me salve de aquel entuerto, entiende muy poco de cosas de duendes, aunque eso es imperdonable dado las veces que tuvo que ir a Gringots a sacar galeones y por lo general, los considera seres mágicos respetables y a quien rendirles cuentas cuando necesita algo de dinero, pero su trato con ellos termina allí o al menos, así era hasta ahora, intenta pensar en cómo retractarse, pero no tiene que hacerlo, porque escucha la voz de Rory, el pelirrojo aparece para salvarla de una muerte segura, nunca había mirado a su amigo con tanta gratitud como hasta ahora, tarda un poco en notar a Ellie, hasta que alguien grita que tiene una varita, tarda dos minutos en decir algo, solo porque aún está intentando entender qué sucede en esos momentos en el lugar y porque hay tanto barullo de repente. 

 

- Rory, Dichosos los ojos que te ven, jamás me sentí tan alegré de verte, veras creo que metí la pata, quería defender a las criaturas y los duendes obviamente la tomaron conmigo, entiendo sus puntos de vista, pero aún así creí que las salvaba y yo... hacía lo contrario, ahora estoy en un lío con los dueños de Gringots practicamente y creo que terminaré mal si no me ayudas de alguna manera, ¿tienes alguna idea de cómo ayudarles? siempre tienes buenas ideas, amigo mio, promete que saldremos vivos de aquí - Le dije alegre y feliz de verlo, pero preocupada de que algo malo nos pasó, por mi inexperiencia sobre el tema en cuestión - 

 

Se da cuenta que no dijo nada referido a lo de Ellie, solo porque quiere formular la respuesta bien, necesita calmar las aguas y evitar un posible enfrentamiento, intenta pensar en algo de sus muchos años como auror, tanto siendo aprendiz como trabajando codo con codo con Elvis o Darla, algo debió de aprender y así era, sabía Cómo tratar con tumultos o posibles rencillas repentinas, venía en el libro que leía cuando deseaba convertirse en una buena policia mágica, algo que era menester saber, pero en esos momentos, se pregunta si funcionará o si por lo contrario, agravará el asunto, por lo pronto, dice lo único que se le pasa por la cabeza que podría aliviar la fea situación en esos momentos. 

 

- Esperen un minuto, deténganse todos, Ellie es mi amiga y solo quiere atacar al duende, porque el mismo está por atacar a Rory, ¿qué no lo ven? ¿acaso no ven como esta por lastimarlo? es lógico que si están por lastimar a un hermano o amigo nuestro saltaremos a defenderlo, ¿qué esperaban que hiciéramos? ¿ustedes no harían lo mismo, si lastimaran a alguno de sus amigos? prometo que Ellie no hará nada, así que mantengamos la calma y charlemos, solo hay que hablar ¿qué les parece? hablando nos entenderemos mejor, vine a ayudarlos y no a hacer lo contrario, también Rory y Ellie están para lo mismo ¿verdad? son buena gente y me quieren, no les hagan nada por favor - Les pedí poniéndome delante de Ellie y Rory y evitando que alguien pudiera lastimarlos, sentía los tirones en el tumulto que se estaba armando, pero me mantenía firme delante de ambos, impidiendo que algo malo les sucediera -  

 

Agradecía la intervención de ambos y me sentí feliz de tenerlos conmigo, al menos, podríamos ver como solucionar todo este entuerto de una manera pacifica o ese era mi pensamiento en aquel momento, solo esperaba que los duendes entendieran que solo había sido una equivocación mía y que en realidad solo quería ayudarles, algo que no sabía muy bien cómo hacer, suspiré porque aún no me gustaban demasiado, ni siquiera cuando iba a Gringots lo hacían y entonces ¿por qué me había metido en ese lío? sabrá Dios porque quiso que lo hiciera, pero sea por lo que fuera, lucharía porque nada malo pasará y podría ayudar de alguna manera para evitar que nos maten de un momento a otro con tanto tumulto y ruido alrededor.

 

@ Rory Despard  @ Melrose Moody  @ Ellie Moody

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Ludwig Malfoy 

Finalmente y después de mucho tiempo, el Malfoy se había decidido a dar un paseo por los rincones del callejón Diagon y Knockturn, para el el tema de las artes oscuras nunca le habían dejado de interesar y ahora que pertenecía a la orden oscura podía incluso comprobar el vínculo que tenía con aquella clase de magia por lo que había decidido realizar unas compras para llevar a cabo sus experimentos. Sin embargo su curiosidad desbordó cuando al ingresar al área de establecimientos encontró el área llena de duendes los cuales en ese momento se suponía deberían estar trabajando dentro del banco mágico. Ver esa clase de criaturas caminando por las calles no era algo extraño pero ver a tantos y en horas laborales le resultaba sospechoso, después de todo aquellos seres se caracterizaban por su compromiso laboral.

El rubio sabía que para comprar los artículos que deseaba necesitaba ir primero a su bóveda y retirar algo de dinero así que su primera parada fue Gringotts en la que fuera de ella había ya varios magos intentando ingresar, la mayoría de notaba francamente molestos pues el establecimiento estaba cerrado y el rubio frunció el entrecejo - ¿Qué está pasando aquí? ¿Por qué el banco no se encuentra abierto? - preguntó en voz alta esperando que alguno de los presentes le pudieran contestar sin embargo la multitud no respondía y solo se acumulaba en masa golpeando las puertas esperando que se les abrieran

Ludwig no pudo hacer más que retirarse, sabía que pronto la gente entraría en pánico, incluso podía notar que varios establecimientos estaban cerrando pues los dueños tenían miedo de que empezaran a saquear y hacer estragos en sus propiedades. Comenzó a caminar y ver más estragos a cada paso que daba, algunos magos incluso habían empezado a insultar a los duendes que pasaban por las calles y de manera cínica se burlaban fue así que el rubio pudo distinguir una escena con un par de brujas que al rubio se le hicieron conocidas, se trataban de Ellie Moody y de Luna Gryffindor colegas suyas dentro de la orden del fénix y quien por alguna razón habían comenzado un altercado con uno de los duendes, las conocía y sabía que no harían daño a alguna de esas criaturas simplemente por placer pero no deseaba ver la imagen de la orden del fénix manchada asi que decidió intervenir.

-¿Qué está ocurriendo aquí? - Se acercó sin sacar la varita pero manteniendo su mano lo bastante cerca para poder atacar en caso de que fuera necesario - creo que todos podemos relajarnos y llegar a un acuerdo antes de que esto se vuelva una masacre.



Mordred Deschain

Masacre, era lo único que deseaba aquel mago quien no había tenido otra opción más que mantenerse a cubierto, había dejado que aquella chica Melrose se transformara en lobo y lamentablemente las rejas que había construido no habían sido lo suficientemente fuertes como para contenerla, ahora estaba fuera y podría causar una complicación a todos sus planes de venganza. Por lo que decidió esconderse en un sótano aislado para poder evitar los ataques de aquella mujer lobo.

Fue en ese lugar donde tenía fotografías que había tomado de varios miembros de la orden del fénix, algunos los había asesinado ya y otros serían sus futuras presas, deseaba eliminar a todos y cada uno de ellos hasta que no hubiera nada que salvar. Fue así que sonrió y desprendió una de las fotografías para ver su próximo objetivo.

-Rory Despard, asi que el nuevo ministro, no lo será por mucho tiempo - el mago sonrió, solo esperaría unas horas más hasta que amaneciera y pudiera atrapar a Melrose y posteriormente volvería al ataque.

 

@ Melrose Moody  @ Ellie Moody  @ Rory Despard  @ Luna Gryffindor Delacour

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Gornuk - Trabajador de Gringotts

Miembro de la conspiración por un año y medio

Gornuk alza una ceja con incredulidad, cuando la acción se despliega frente a él. Si bien, debido al comentario realizado por la bruja pelirroja no había esperado demasiado de ella, es todavía más avergonzante cuando ésta empieza a dirigirse a sus acompañantes como si Gornuk no existiera. Intenta no concentrarse en ambos pelirrojos porque no parecen intentar nada importante. La otra bruja, sin embargo, permanece en silencio, alerta. Gornuk comprende enseguida que tiene una vaga idea de qué es lo que está sucediendo y no es tan est****a como para lanzarse de lleno sin pensar. Cuando el duende centra su mirada en ella, la señal llega rápido. La alerta y luego, el desespero cuando es sujetada por haber intentado atacarlo. Gornuk está a punto de hablar cuando vuelve a escuchar a la humana pelirroja. Es, por decirlo menos, indignante.

-¿Quién iba a atacarlo? -a pesar de haber buscado instigar una situación, Gornuk está enojado de verdad ¿aquella bruja estaba escuchándose a sí misma hablar?- Nosotros solo nos acercamos a hablar en grupo, que es normalmente como ustedes se acercan hacia nosotros cuando hay un desacuerdo ¿qué hemos hecho nosotros de diferente? -Gornuk habla con rapidez y no espera respuesta- Sujétenlo. Para que sea notoria la diferencia entre una actitud hostil y un intercambio de palabras.

La falta de respeto, el trato condescendiente. Ya ha tenido suficiente y está seguro de que Bladvack estará de acuerdo con él. A pesar de que por ahora siguen sus órdenes, los duendes solo han poseído lealtad alguna vez a la realeza de su raza. Algunos ni siquiera eso y la línea de reyes esta muerta. Jamás entre ellos mismos, pue las jerarquías entre iguales son más bien humanas. Sus palabras fueron una vez más hacia la bruja pelirroja, a pesar de que no cesaba de vigilar a la niña rubia.

-Es hora de aprender un poco de modales.

Gornuk apretó la gema en su mano antes de empezar a sacarla pero se detuvo en seco ante un visitante adicional. Dos brujas y un mago era una cosa pero cuatro magos sería un riesgo. Sus ojos se fijaron en el nuevo visitante, otro portador de varita y decidió que no era el momento de intervenir. No aún.

-Bien... sus palabras me han conmovido -el duende no pestañeó ni un minuto al momento de mentir descaradamente-. Márchense ahora, antes de que cambie de opinión. Y tú -sus ojos se clavaron en Ellie con malicia-, yo, lo pensaría dos veces antes de volver a apuntar una varita a uno de nosotros, como suelen estar acostumbrados.

Los duendes se miraron entre ellos algo desconcertados pero soltaron el agarre que tenían en Rory y Ellie. Gornuk hizo una señal y, algunos con mala gana y otros concentrados en la reunión que se venía, formaron largas filas para encaminarse hacia Gringotts. Uno tenía un dispositivo extraño en un carrito: era algo parecido a un cono de metal. 

@ Luna Gryffindor Delacour  @ Ellie Moody

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Al final, la mente de la bruja logró sobreponerse y tomó el palo de madera entre sus dientes. Meows soltó un sonido similar a un estornudo y lanzó unas chipas rojas. La bestia estuvo a punto de soltar el arma pero la mente de la bruja generó conflicto en sus decisiones una vez más. Hacía mucho, que no se había visto obligada a hacerlo pero entrenar su mente para esas situaciones había sido su vida por más de tres años. Era el destino de aquellos licántropos que decidían no tomar las pociones matalobos.

La bestia logró entonces salir de esa estancia astillando la puerta y consiguió encontrar la salida de ese lugar. Cuando el viento frío de la noche le cortó la cara, la bestia logró sobreponerse a la bruja, corriendo a enorme velocidad a través del bosque ¿iba hacia un lado o hacia otro? ¿Por dónde había llegado y a donde tenía que ir? Su pierna entonces le dio la respuesta: el dolor del fuego. Su nariz de grandes proporciones, en la transformación, le indicó por donde debía ir, cambiando repentinamente de rumbo. Hacia el lugar con olor a ceniza. 

Cuando llegó al campo calcinado, Melrose soltó la varita y aulló a la noche sin poder contenerse, pensando en que tenía que buscar a un mago llamado Ludwig Malfoy.

Ella no fue consciente de ello, pero apenas a unos cien metros de distancia, el brujo dentro del auto junto con Lëna y Willkinson, la oyó a la perfección. A sus oídos, sonaba a demasiada coincidencia oír el aullido de un hombre lobo justo cuando andaba buscando a una loba. Richard apenas es consciente de que Lëna le ha hecho una pregunta. En una situación normal, no le habría contestado: habría esperado el momento oportuno para rebelarlo, cuando le significara alguna ventaja o le habría vendido la información sabiendo que la bruja estaría desesperada por pagarla.

Sin embargo, el aullido permanece pegado a sus oídos, así que contesta de forma rápida.

-Sospecho que Bladvack iniciará una rebelión -sabe también que la bruja conoce de quién está hablando-. Hay rumores hablando de la posibilidad de que Lugluk esté vivo -a Richard le preocupaba esa noticia en particular. El duende era el más sangriento de todos los que alguna vez habían dominado los cuatro puntos cardinales durante la época de las mafias de duendes en Londres y está seguro de que eso es algo que Lëna no sabía- tengo que irme. No salgan.

Antes de que cualquiera pueda decirle algo, se ha bajado del auto y ha cerrado la puerta. Cuando mueve la mano de forma casi imperceptible, el pestillo vuelve a cerrarse. Richard otea la noche en busca de la fuente del sonido ¿debe acercarse o volver al auto? Para él, es raro dudar. 

@ Syrius McGonagall  @ Rory Despard  @ Ludwig Malfoy

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  • 2 meses más tarde...

Meses después- Despacho del Primer Ministro

El recuerdo de aquella tensa reunión en Diagon con un grupo de duendes estaba fresco en la memoria de Rory. Como habían rodeado a Luna, y como cuando parecía que el enfrentamiento era inminente, ellos habían optado por retirarse, casi que sospechosamente. Desde entonces, las idas y venidas en la revueltas de ese sector mágico no habían dejado de sucederse: Las Midlands, espacio otrora tranquilo y campechano se había visto sacudido por la revuelta de los duendes, poseedores de un cuerno que encantaba dragones, y el enfrentarlos había significado un auténtico baño de sangre en los últimos días del gobierno de Sagitas.

Para cuando Despard había asumido el mando,  y con la mediación de Nathan, la situación había logrado encontrar una salida "pacífica", pero la verdad que incluso tras varias semanas de logrado el diálogo, no se tenía aun una cifra clara del número de víctimas, y de cuantos de esos duendes alzados en arma y rebeldes, conseguirían efectivamente desmovilizarse, pues la exigencia al gobierno era unánime para hacerlo:

Que ninguno fuera llevado a juicio.

El problema oscilaba en que, con mucho dolor y espanto de por medio, los inquisidores habían encontrado en un edificio parcialmente destruido por el fuego, restos de muchos magos, entre ellos el del hijo del gobernador de Arkansas, quien exigía que ningún duende quedara impune por el asesinato de sus hijos. Sin embargo, una y otra vez, los portavoces de los duendes señalaban que ellos no habían cometido tales crímenes. ¿De qué manera podía comprobarse quién mentía y quien no?

Dejando escapar una larga exhalación, Rory terminó de escribir la extensa carta dirigida al agente Wilkinson, conminándolo a que pudiese venir nuevamente a Inglaterra, pues el caso corría el riesgo de archivarse por falta de pruebas y luego enrollando el pergamino y atándolo con una cinta, lo entregó a su secretaria para que fuese enviado. Si sus cálculos no le fallaban, era probable que en tres días tuviese una respuesta....

Los mismos tres días que restaban para lo que era la primera y más polémica de las medidas tomadas del referéndum que había anunciado, pues como parte del acuerdo alcanzado con los duendes para que depusiesen su rebelión, estos habían exigido que en el edicto sobre el manejo de Gringotts, los únicos admitidos para votar fueran duendes.

Y ellos habían aceptado. 

Unos golpes en la puerta interrumpieron de repente sus pensamientos y la secretaria anunció la llegada de Luna Gryffindor al despacho. Sonriente, Rory pidió que la dejen pasar y como ya era habitual entre ambos, la saludó con un abrazo gentil.

Lo habrás leído ya en los periódicos, pero dentro de tres días, será vital tu apoyo para mantener a raya una situación que va traernos muchos disturbios querida Luna. Por eso te había llamado aquí para ver de qué manera, podemos sacar esto adelante sin que la represión termine provocando muertes y heridos innecesariamente. Ludwig Malfoy no debería tardar en llegar, lo invité también.

 

Lëna

La luz que se filtraba a través de la ventana fue la responsable de sacar de aquel sueño intranquilo a Lëna, en donde se veía nuevamente caminando de la mano de Stephen. Muchas semanas habían pasado, y con la ayuda de Scott Wilkinson, había conseguido ir hasta Estados Unidos, para ponerse a salvo de cualquier secuestro o ajuste de cuentas con las mafias duendiles, pero aun así, cada vez que olvidaba tomar de la poción para no tener sueños, estos se mostraban salvajes y catastróficos. 

El tranquilo suburbio en esa mañana soleada, no muestra más sonidos que el de la podadora del vecino arreglando su jardín, uno que otro auto poniéndose en marcha por la calle, y la licuadora donde probablemente Scott está preparándose su juego energizante. Aun adormilada, la joven descendió la escalera y entonces vio que junto al periódico del día, el mago se encontraba sentado leyendo concentradamente una carta.

¿Malas noticias? - preguntó, no demasiado segura de querer saber la respuesta, mientras preparaba sendas tazas de café- olvidé tomar la poción anoche, y volvió a pasar. Volví a soñar con esa celda.

Aquella noche en las Midlands muchas cosas habían sucedido: Había salvado su vida de milagro por el acto de sacrificio de Stephen y la oportuna aparición de Scott, pero además siguiendo el rastro del aullido de Melrose Moody, habían encontrado la prisión en llamas de donde habían conseguido sacar la única pista para ese caso imposible: Una varita rota, con runas en la empuñadora, pero sin un núcleo identificable, por lo que a pesar de sus esfuerzos, no habían conseguido identificar al portador.

— No te olvides que hoy por fin podremos acceder al departamento de Tecnomagia y averiguar si han hecho progresos con esa varita.

@ Melrose Moody  @ Syrius McGonagall  @ Ellie Moody  @ Luna Gryffindor Delacour  @ Ludwig Malfoy Haughton  @ Goderic Slithering

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-Mordred ¿qué significaba ese nombre? 

Para Pandora había sido un demonio, que consumió su alma. Melrose estaba segura de que ese demonio no era el individuo que la había aprisionado. Richard se había encerrado en la cabaña de las pociones, desde que rastrearan esa cabaña, el nombre surgiera y él fuera consciente del peligro que la bruja había corrido. Melrose le había asegurado que no era la primera ni sería la última vez que su vida peligraba pero había algo febril en la expresión de Richard, algo que Melrose no había visto antes en él, que le preocupaba. Mel tenía una vaga idea de lo que podía tratarse pero guardaba silencio, a la espera.

Al final, cuando la noticia de que los duendes volverían a tomar las decisiones sobre Gringotts salió en los periódicos. Richard surgió por fin de la cabaña. Parecía haber perdido varias horas de sueño pero tenía un largo pergamino con anotaciones pequeñas, repleto a rebosar. 

-Mordred es un mago oscuro que ha estado acosando este lado del mundo desde hace un tiempo -masculló entonces hacia Melrose como si nunca hubiesen detenido sus conversaciones-. No parece seguir las órdenes específicas de alguien pero todos los lazos que de él parten parecen querer alcanzar a un solo mago: Ludwig Malfoy. 

Melrose permaneció en silencio ¿eso qué significaba? ¿Y por qué era que el agente Wilkinson había llegado a ese lugar también en ese momento?

-Prepara tus cosas, debemos buscarlo.

Melrose asintió con gesto ausente. Últimamente, sentía un terrible dolor en el pecho y no sabía si tenía que ver con su familia o con otra cosa. En el morral, llevó todo lo que creyó necesario y partieron en dirección a la residencia de los Malfoy ¿estaría allí el mago que buscaban? 

@ Ludwig Malfoy Haughton

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Demisit lacrimas dulcique adfatus amore est 

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  • 1 mes más tarde...

Lëna

No sabía como sentirse después de esa reunión.

Todo lo que sabía es que no volvería a Inglaterra en un tiempo muy largo. Tras la reunión que habían sostenido con el patriarca Moody, las noticias habían sido poco alentadoras. El rastro de aquel mago, Mordred, se había perdido y todo lo que habían podido saber era que había huido a algún punto en tierras irlandesas.

Los duendes por su parte, no habían mostrado indicios de que fueran a traicionar el convenio firmado, pero para ellos y los muchos seres con los que Rory también había estado manteniendo reunión, era esta la última oportunidad que le daban al gobernante de llevar a cabo el cambio prometido. Seis meses no eran poca cosa, tampoco mucho tiempo, pero sí el suficiente para que él diera la primera medida contundente que permitiera llegar encaminar a Gran Bretaña a un nuevo momento, dejando atrás la guerra y la división interna que no había hecho más que desangrar al país.

No sabía cuánto había podido cambiar Rory en los últimos meses, pero a ojos de Lëna, tal carga parecía demasiada para alguien de la nobleza del pelirrojo. Si echaba la vista atrás no parecía que hubiese transcurrido mucho desde la aventura en compañía del mago para ocultar ese ingrediente de las fantasías patentadas, ni tampoco del secuestro que había sufrido y que había terminado siendo determinante para que personas tan disímiles como lo eran ellos, hubiesen desarrollado una particular amistad.

Soplando apenas para enfriar la taza de té que acababa de servir para ella y Melrose, la joven sonrió y colocó otro plato de soletas para la siempre glotona mujer.

— Me quedaré a vivir con el agente Scott, pero dale un abrazo de mi parte a Rory. Procuraré estar al pendiente de lo que se investigue desde MACUSA pero, por favor, intenten también localizar a ese mago, del modo que sea. La orden del fénix ¿no se supone que ellos podrían intervenir y hacer algo? ¿O ese muchacho Malfoy?

No dijo más. En el fondo, sabía que Melrose poco o nada decidía en esos asuntos, y que más bien era una sobreviviente de milagro de los crímenes del tal Mordred. Sin embargo y acaso por eso mismo, podía ser la única que eventualmente, lo reconociese.

Ojalá un día, esta historia halle un final y  la muerte de tantos no se convierta en un crimen impune sin resolver- terminó diciendo, con cierta amargura.

@ Melrose Moody

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