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Aventura IX — Traiciones


Mael Blackfyre
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Aquel bullicio y caos podía escucharse incluso fuera de los terrenos de la Marca Tenebrosa. La Torre Oscura era la protagonista que contenía a casi todos los presentes: el líder, los lugartenientes, los líderes de clanes y todo el bando. Se apuntaban con el dedo y se acusaban. Se gritaban muchas cosas, cada vez que algún clan intentaba mostrar su punto de vista. Y aquello se mantenía ferveciente porque habían prohibido llevar las varitas, durante ésa reunión.

— ¡Mienten, fueron los Nosferatus! ¡Expúlsenlos!

— ¡La maestra del puerto, interroguenla!

Gritaban a la líder de los Senescales de Caronte, que a sus pies (o mejor dicho, a su cuidado) se encontraban dos mortífagas arrodilladas en el suelo, con sus muñecas atadas por las espaldas, con muchas miradas y acusaciones contra ellas, ya que habían sido las culpables de encontrar el objeto que habían juntado todos allí. Y lo peor de todo, es que no tenían pruebas de que fuera totalmente lo contrario. No tenían voz allí dentro, nadie las escucharía a las brujas tenebrosas.

La luz de las sacerdotisas.

Asi denominaban a ése preciado objeto, peleado por los clanes, aunque lo importante es que de momento pertenecía al bando mismo. Pero desde la llegada de ése preciado objeto, había ocurrido una desgracia. Nadie había visto nada. Nadie había escuchado nada. Ante la llegada de las lágrimas al centro de la Torre Oscura, alguien se las había llevado.

Teníamos un traidor entre nosotros.

EL Jorobado se encontraba ante los seguidores del señor tenebroso. Se acercó al medio de todos los mortífagos, con un paso lento y casi arrastrado. Su laúd resonaba lentamente, acompañando el ambiente de caos que se había generado. Pero a su vez, provocó que de a poco se fueran callando y lo observaran. ¿Era lo que quería? Tal vez, porque cuando se cayó el último mortífago, éste habló.

— Las preguntas deberán ser correctas para resolver esto.

Los tres clanes deberían comenzar su camino desde ése punto, intentando fraternizar entre los clanes para poder encontrar tanto a las lágrimas como a encontrar al traidor. Los líder de los clanes se escaparon rápidamente de allí, dejando a sus integrantes que tomaran las riendas del problema actual e hicieran algo.

 

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Discípulos de Nosferatu

Matthew Black Triviani (Conocimiento 1)
Kamra Ashryver D. (Conocimiento 1)

 

Senescales de Caronte

Azrael Licaón (Conocimiento 4)
Xell Vladimir Potter Black (Conocimiento 2)
Sagitas E. Potter Blue (Conocimiento 4)

 

Caballeros de Walpurgis

-- -- --

Editado por Sagitas Ericen Potter Blue

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GOLDOR ♦ DEMONIUM MERIDIANUM

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Lycan no habia regresado a la Marca Tenebrosa pero en muchas ocasiones empleo el poder de los Senecales de Caronte, este ser era quien se aliado con seres capaz destruir todo el esfuerzo que logro Riddle hace años, aunque sus motivaciones para el mundo era un misterio. Por ello, empleaba sus marionetas para espiar,  estas eram en su mayoria parte de un erjecito de hielo que poseia un fragmento de su alma, otras veces eran criaturas que le daba un poco de su poder. Sin embargo, el egipcio mantenia su identidad del "titiritero oculta a todos", porque para muchos el mortifago bajo less nombre murio.

 

Y estando el Archimago Regente en egipto se entero del rumor de una reunion de todos los clanes, este movio sus fichas y una serpiente vinculada a el y nadie mas comenzo asecarse a done se encontraba en la torre oscura,  la criatura habia ingresado por una de las tuberia, ya que al ser pequeña no tenia dificultad para quebrantar alguna seguridad,  ademas era algo tan comun de verse que no llamaria la atencion, y fuel asi que los amarillemto ojos del ofidio se clavo en lo que sucedia, escuchando y sirviendo de oidos para Lycan.

 

En contraparte, Lycan comenzaba a desprender algo de calor de sus manos y un poco del fuego del tataro,  eran solo chispas y eso era porque no lo dominaba aun,  pero cada dia se esforzaba un poco mas,  esto lo aprendio solo, no obstante, por esa razon es que no lo domima, el egipcio sabia de su existencia por una de las aventuras pasada, pero desde ese momento no lo habia sido capaz de hacerlo,  ahora luego de un tiempo su progeso le permitio ser capaz de emitir un poco de calor y esas chispas, pero no un fuego de gran tamaño.

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La rabia salía de mis ojos casi como llamaradas. Si pudiera, atacaría a todos los presentes por sus descaradas acusaciones hacia mí y hacia Xell. Y si hubiera tenido arrestos, hubiera deshecho esos nudos que ataban mis muñecas con un Fuego de Tártaro, un hechizo del clan que había aprendido hacía bien poco y que estaba segura que quemaría aquellos ridícul0s amarres, llevándome, además, la mitad de las almas de los energúmenos que gritaban en nuestra contra.

Pero la mirada de Asra Boswell, la bella egipcia que dirigía el Clan de los Senescales de Caronte, la Maestra del Puerto como todos la llamábamos, había sido muy clara. Y tengo bien claro que a ella sí, hay que obedecerla sin chistar. Porque ella mandaba en el clan y tenía todos los hechizos habidos y por haber que yo necesitaba aprender, pero también porque sabía que ella confiaba en nosotras dos, en nuestra inocencia. Así que si ella mandaba callar, yo la obedecía, sin más, aunque por dentro tuviera una rabia que retenía para no desobedecerla.

Miré de reojo a los presentes. Xell mantenía algo peor que yo la indecencia de estar arrodillada delante de ellos, pero yo mantenía la barbilla alta e intenta que mi rostro impertérrito no mostrara ni un mínimo de sentimiento ante tanta increpación. Sé que el deseo de venganza es bastante difícil de controlar, pero lo hice por ella. Pero una Ex-Ministra y LT de la Marca no merece ser tratada de esta manera.

El ruido cesó de repente y, hasta ese momento no lo había notado, la música del Jorobado se dejó oír con gran fuerza en el lugar. La Torre Oscura pareció vibrar ante el sonido del laúd.

-- Usted siempre tan ambiguo -- solté, sin poder contener la lengua. 

Las sogas cayeron al suelo tan de golpe que tardé en darme cuenta que ya no estaba atada. Me levanté, con toda la dignidad posible que me daban las manchas de polvo en las rodillas y reté a todos y cada uno de los presentes con la mirada airada y el orgullo de quien era.

-- ¡Silencio! -- No sé porqué lo dice, ya que el silencio se había hecho, sólo interrumpido por alguna nota de prueba de un Jorobado que parecía no prestar atención a la, digamos, asamblea de clanes, más preocupado por su laúd, aunque sin perder ni una sola acción ni palabra que allá ocurría. -- Soy Sagitas Potter Blue y no soy ni una ladrona ni una traidora. Aunque no podemos negar que alguien nos ha traicionado. Mejor intentamos encontrarlo y dejar de gritarme, porque me tomo como una afrenta personal que podáis pensar que yo robé esa maldita luz de las sacerdotisas.

Miré a Xell para ver si ella reaccionaba.

-- Había más gente con nosotras cuando la encontramos... -- murmuré. Todos empezaron a gritar y ensañarse unos con otros. Suspiré y bufé. Así no íbamos a ninguna parte.

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Me sentí muy mal cuando nos ataron las manos a la espalda. La cuestión es que confíe en la tía Sagitas, esperaba que ella no lo permitiera, que se enfrentará a la muchedumbre que nos acusaba de ladronas, de traidoras al bando. Pero nos llevaron atadas a la Torre Oscura, en un trato vejatorio que tardaría en olvidar

 

Allá, nada mejoró; lo contrario, los ataques, los gritos furibundos contra dos mujeres indefensas, arrodilladas en el suelo, parecieron sonar más fuerte haciendo eco contra el alto techo de la Torre. Miré de reojo a la tía Sagis, intentando no echarle en cara que no me hubiera dejado defenderme. Sin embargo, su cara de odio y la mirada de soslayo a alguien, me sorprendió; parecía estar acatando alguna orden a mala leche, haciendo de tripas corazón, algo que sabía que le estaría costando horrores.

Era Asra Boswell, alguien a quien yo no conocía casi nada. Sabía quién era, la más sabía del clan de los Senescales, quién lo dirigía. Fruncí levemente la frente y una de arrugas aparecieron en ella. Sagitas solo obedecería una orden directa de ella, sólo esa mujer la haría tragarse el orgullo y permitir ser maltratada por los miembros del bando.

Bajé un poco la cabeza, pensativa, mientras ella levantaba la cabeza de forma altiva. Era una situación de muy mal gusto que se estaba cargando mi deseo de seguir en el bando. Si así nos trataban siendo inocentes, no me mantendría muy fiel a...

La voz de la tía Sagitas, de pie, me sacó de mis pensamientos. El jorobado tocaba el instrumento de tres cuerdas y murmuraba frases que yo no entendía. Escuché sus palabras y asentí. Apreté los dientes mientras me esforzaba en un hechizo nuevo que había aprendido, el Círculo Astral. El tiempo pareció pararse fuera de nosotras dos, ralentizándose para todos los que estaban fuera de nuestro radio.

- ¿Estás loca? - me levanté para estar a su altura, pateando las cuerdas que habían caído al suelo. - ¿Te quieres unir a quienes nos han insultado? No pienso dejar que me acusen de ladronas, ni de traidora. Nadie nos acompañó cuando las encontramos, la Luz de las Sacerdotisas, nadie se jugó la vida por ella. ¿Ahora nos acusan de robarlas?

Sabía que los otros no podrían entender lo que decíamos en el interior protegido del círculo. Sagitas se había convertido en la Lugarteniente de la nueva líder y, tal vez, se sintiera obligada a una unión de grupo. Yo, sin embargo, les odiaba por haberme humillado de aquella manera.

Pero entonces caí en lo que acababa de decir. Me desconcentré y el círculo Astral desapareció.

- Es cierto, había una tercera persona cuando encontramos la Luz. Del clan de Nosferatu...

Eso lo oyeron todos.

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El egipcio volvia a intentar crear el fuego del tartaro en sus manos y poco fue el resultado,  este le faltaba mas practica o alguna instruccion,  aunque eso era la consecuencia de fingir su muerte, y con mirada baja evoco que se encontraba solo en las catacumbas de su nuevo hogar, en donde a quilometros reposa el antiguo linaje de Luzbel.

 

-Quizas deba volver, pero aun no puedo estar de esos legeremantes,  quizas deba acudir con @ Malum Luxure -  Siseo en parsel. -Cronos.- Y su elfo domestico aparecio, el mismo comprendia el lenguaje de la serpiente. -Ve y buscala, necesito a esa bruja con caracter de uregencia, ya que es momento regrese a la fortaleza oscura, pero es mejor si me hago pasar por un carroñero,  un ser de bajo nivel. Aunque,  quizas sea mejor como un comerciante y deba ir a la misma por mar.-

 

Expreso el archimago regente, el cual habia apoyado a los iluminados unos aliados delinquisidor,  sin embargo se habia mantenido lejano de los asuntos de la marca tenebrosa,  y tanto era que nadie sospechaba de sus actos, porque todo habia muerto con el fallecimiento de Demian Luxure,  aquel que llevo por algun tiempo la mascara del titiritero.

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~Mansión Luxure~

Todo resultaba nuevo y a la vez viejo por sus recuerdos, yo estaba tratando de acostumbrarme nuevamente a tener todos mis sentidos, de tener una nueva oportunidad de vivir, era claro que este cuerpo albergaba más secretos que cualquier bóveda mágica, era muy interesante ir descubriendo rasgos de la modernidad.

Ahora asumiría el mando del corcel que dominaba mi propia tormenta, no estaba para esperar que ningún payaso me intente manejar nunca jamás, iba a darles a todos un maldito golpe directo al pecho, yo no soy una simple reina y era hora que lo demostrara...encaminar al rebaño a donde debería morir...oh mente creaba distintos planes, estar en la marca era fundamental, tener aliados también.

Llegó a mi un elfo extraño y me miró, intentó hacer señas para que lo siguiera pero saqué mi varita con intensión de terminar con su vida al menor indicio de nada, podría comprender que si esta criatura había entrado en la casa era por qué su amo pertenecía a ella.

-Es el elfo del ex amo Demián...- Escuche a Istar hablar pero no me sorprendió que ella estuviera cerca de mí desde que había tomado el control de su ama, la elfina prometió cuidarme hasta que Lady decida volver, la cuestión me dio risa en su momento, pero ella así lo había cumplido. -Dice que lo siga...alguien necesita verla con suma urgencia. -Explicaba ella como intérprete de una criatura que no había emitido ni una palabra.

Lo miré con desconfianza pero que me podría pasar? Sería llevada a la fortaleza oscura a ver quién solicitaba mi presencia y por qué, pero antes dejé claro que mi elfina iría conmigo como guardia de mi seguridad y pareció aceptar así que partimos al encuentro de @ Azrael Lycan  

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-Luxure.- Agrego al verla. -sabes que tengo mi vista solo en mi gobierno en Egipto y en la persona Que amo, esto me quita mucho tiempo.- se le acerca a la misma, y revela su brazo donde deberia estar la marca tenebrosa, pero en lugar se encuentra otro tatuaje.  -ademas,  debo admitir que poco saben este secreto. - se toca su brass, y lentamente se ve desaparecer un tatuaje. -soy mortífago. - le confiesa. 

 

En ese momento Cronos se encontraba robando de la Marca Tenebrosa la mascara Del Titiritero con exito,  aquella que le pertenecio a Demian Luxure,  y la cual solo respondia al mismo mago tenebroso. Esta singularidad es porque la misma se le fue otorgada a el y se vinculo con ese nigromante traidor. Ademas, tras su falsa muerte se encontraba en un predicamento porque no le revelaba a su amor de la vida sus ideales.

 

-En fin...- Continua hablando e intenta crear el fuego del tartaro. -ya ves que no logro dominar este powder, pero nadie sabe mi vinculacion a esos ideales,  a no ser que te cuente a Vos, pero siendo mi hija, es algo que deberias saber. - le revela. - Sin embargo,  Ada no conoce ello, y eso que es tu hermana. - piensa un poco, pero aun no lograba hacer correctamente la llamarada. -Y todo ese preambulo,  es porque necesito tu ayuda para regresar a las filas,  eso y contarle ese tema a Ernest. - finaliza de hablar y da espacio @ Malum Luxure para responder.  

Editado por Azrael Lycan

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Kamra perdía la cuenta de la cantidad de veces que había puesto los ojos en blanco mientras intentaba no rasgar el rostro de la persona más cercana si así conseguía que cesaran esos gritos. Bueno...si quería silencio tendría que ir a por todos lo presentes, y habría estado dispuesta de iniciar una pelea, de no ser por la expresión que había visto en los rostros de las tres personas que lideraban los diferentes clanes dentro de la Marca Tenebrosa...y no estaban de broma, la peliblanca podía afirmar con seguridad que lo que sucedía era lo suficientemente malo como para que fueran tan lejos en amarrar a las dos mortifagas de manera tan denigrante. 

La peliblanca se abrió paso entre la multitud golpeando con sus hombros a quien estuviera frente a ella, mientras llegaba al círculo alrededor de las mujeres amordazadas. Bueno, eso no lo esperaba...ver a la ex-ministro mágico en una situación como esa era cuanto menos chocante ¿Era tan malo que hubieran encontrado la luz de las sacerdotisas? Kamra no estaba al corriente de muchas cosas esos días, pero aunque los mortifagos eran viciosos, el verlos así de ciegos y sin una pizca de sentido común le hacía preguntarse si alguna vez los había conocido. 

- Los discípulos de Nosferatu no nos rebajamos a ese tipo de acciones - eran sus primeras palabras desde que habia llegado, y estas resonaron con pura autoridad y convicción...podría ser que desconociera algunas cosas debido a la ausencia, pero conocía su clan, y esa no era la manera de actuar característica de los discípulos de Nosferatu. Lo siguiente que dijo iba dirigido a la otra mujer, a quien no podía otorgarle un nombre - ¿Estás segura de que no quieres desviar la atención de ti? Si es como dices, señala a la otra persona, porque suena a que buscas a quien culpar sin pararte a pensar o a buscar pistas. 

De repente se hizo consciente de que el estridente ruido dentro de la Torre Oscura habia cesado hacia algunos minutos ¿Tan inmiscuida en sus pensamientos había estado? ¿O es que al estar tan concentrada en no romperle algo a alguien, había pasado por alto el sonido del laúd del jorobado? 

Si algo se de los traidores - Kamra dió unos cuantos pasos dentro del círculo que se había formado en torno a las ahora libres mortifagas- es que tarde o temprano se exhiben a si mismos, la pregunta es ¿Qué es lo que hace exactamente esta reliquia? Si sabemos esto, seremos capaces de investigar quién se beneficiaría más al poseerla. Lo digo por si alguno de ustedes aún posee dos dedos de frente para parar y pensar, en vez de comportarse como trogloditas. 

El jorobado tenía razón, solo haciendo las preguntas adecuadas llegarían al fondo de todo eso. 

@ Sagitas Ericen Potter Blue  @ Mael Blackfyre @ Xell Vladimir Potter Black

Editado por Kamra Ashryver D.

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Llegué donde él, siempre su cálida bienvenida, si un día era diferente es posible que yo misma buscara matarlo, le miró moverse con la elegancia que lo caracteriza...esa de los libres incomprendidos, cuando prestó atención me rebela un secreto que nadie notaría a simple vista, la marca tenebrosa que nos identifica como seguidores de los designios del señor oscuro, 

Mis ojos viajaban un poco por el lugar, era claro que no lo reconocía pero si tenía las memorias de Lady sobre qué alguna vez estuvo aquí, mis pensamientos giraban en mi mente mientas oía, cuando me nombro como su hija, yo comprendí la confianza, pues fue un trato entre los dos, yo sabía perfectamente quién era y qué hizo, a lo que él estaba en la misma posición, sabia quien era y como llegué a tener el cuerpo de su sobrina...teníamos Intereses en común y uno de ellos era cuidar de Ada, la dulce bruja francesa que tenía un lugar en mi desperdicio de corazón.

-Regresar...eso es sencillo...solo hoy que hablar con las personas correctas.-Me quede callada un momento pues ellos tampoco conocían sobre mí, roce con los dedos por la ropa sobre la cadera derecha donde descansa la marca tenebrosa que es de la dueña de este cuerpo, aun así nos ataba a ambas a estos ideales, los cuales compartía ciertamente. Desviando la mirada hacia la llama que estaba intentando el mago hacer.

Caminé lentamente barajando mis posibilidades y lo bueno que me podía resultar el nuevo liderazgo, ya que nadie me conocía y podía decir que volvía después de tanto tiempo, por su puesto que de mi mano Azrael entraría al bando, si eso es lo que realmente el mago desea.

-Te ayudaré Lycan pero no prometo nada...esto es importante para ambos ya que será tu vuelta  y si entrada verdaderamente...ya con Ernest no puedo.- Le miré seriamente a los ojos con los míos ébano como si pudiera leer lo que piensa, cosa que me es imposible por ahora. -Ese asunto es algo de pareja que se soluciona de la manera que tú solo puedes saber. -Le hice una sonrisa torcida.- Cuál es el verdadero plan?.- Le pregunte curiosa ya que eso me estaba carcomiendo de intriga y esperé su respuesta.

--------------- ❤️

@ Azrael Lycan

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-Él no es ningún problema,  más bien siempre lo veo cómo una solución y...- Hace pausa y se sonroja, imaginado cierto suscesos y por eso tarda unos minutos en continuar hablando.- Sin embargo,  eso de conocer personas no es lo mío,  digamos que es Dumbledore quien me arrastra a los eventos sociales,  lo extraño es que soy yo el regente de Egipto. - Se pone a pensar ello y se pregunta. -¿Acaso no fue Lady Luxure una ministra,  presidenta o que se yo el nombre que se dio ella misma a la tierra que tiene bajo su poder?-

Cuestiona y sigue intentando realizar el Fuego del Tartaro,  pero en esta ocasión logra crear una llamarada pequeña, pero éste se alegro por ese suceso. Sin embargo,  debía admitir que controlarlo o mantener ese saber no era fácil,  aunque al menos logro. En eso cierra el puño y medita un poco sobre como ella le pudiera ser útil,  este pasaba en su mente las palabras que ella había expresado. 

 

-Ahora bien,  supongo que nos debemos ir. Aunque,  no estoy seguro si deba revelar quién soy. - Reflexiono en voz alta, y su elfo doméstico le trae la máscara que habia robado de la Marca Tenebrosa. Este se la coloca y su atuendo cambia de color,  de forma y todo aquello que el mago casi teatrero se vestía para sus trabajos con la marca. -Aunque,  retornar ante los legeremantes no es algo que deseo,  en cambio mandaré una de mis Marionetas para ese trabajo. - 

 

@ Malum Luxure

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