Castillo de la Familia Burke (MM B: 116229)

[Illidan Burke]

Los rayos iban a diestra y siniestra, no había campo dividido como tal, tan dispersos los mortifagos, como los defensores. Sus ojos buscaron un objetivo en aquella noche que sin precedentes no iba a ser nada tranquila. Sintió el picor en su mirada, efecto lanzado por aquella bruja distante (Lisa). - Finite Incantatem - Pensó, recuperando la totalidad de su visión.

Acto seguido aquel gas, comenzaba a molestarlo, conocía la sensación, producto de aquel Cinaede, el cual tuvo la mala suerte de conocer a manos del Goldor noches atrás. - Anapneo - Pensó, desbloqueando sus fosas nasales, a la vez que aquel fénix invocado por Mica, llegaba a sanarlo. 

Retrocedió unos pasos buscando componerse, aquello era un caos, y no lograba atinar un solo hechizo. Las cosas se salían de control y por primera vez, pudo ver caer a Luna, lo que lo hizo preocuparse. 

 

[Ludwig Malfoy]

PP: 100-10 = 90
PV: 7

No había tiempo para pensar en distracciones sabía que aquel mortífago no se cansaría hasta ver a sus rivales derrotados, afortunadamente el detritus lo protegía pero debía estar atento ante cualquier ataque. Fue por lo que apenas se pudo percatar cuando Rhiann lanzó un rayo cuya función era dejarlo limitado de la vista, afortunadamente el escudo que había conjurado continuaba vigente y aquel rayo no tuvo ningún efecto. Acto seguido vio como aquella chica volvía a lanzar un hechizo y el rubio se apresuró para decir – silencius – Rhiann apenas pudo decir flo cuando su boca quedó callada y no pudo decir nada más.

Acto seguido el Malfoy tuvo un tiro libre por lo que decidió conjurar un – corpus patronus – en ese instante un dragón  salió de su varita el cual formado de gas plateado era mucho más poderoso, su intención era atacar a Rhiann y dejarla mal herida.

[Kamra Ashryver D.]

MANON

Se apresuraron llegando a la entrada de la construcción, traspasando las puertas para adentrarse en el Castillo. Sus ojos hicieron un paneo general, reparando en los sofás aún cubiertos por sábanas y seguidamente en las dos siluetas frente suyo. 

- Silencius - dijo fuerte y claro apuntando al hombre (Illidan Black Lestrange) el hechizo callaría cualquier palabra que intentara pronunciar. Adrenalina pura corría por sus venas y bajo la máscara sonreía como loca...se sentía como lo que era: una fuerza de la naturaleza. 

- Floreus - era el siguiente hechizo que eligió, e iba dirigido a la mujer que acompañaba al hombre en la habitación (Mica Gryffindor), a quien veía conjurar un patronus corpóreo. El hechizo haría que de la varita de quién parecía ser la líder de la orden del fenix, no saliera más que un ramo de flores en lugar de su siguiente hechizo. 

Kamra pegó su espalda contra la de Einar, mirando hacia la entrada por si alguien llegaba desde allí para emboscarlos. En cualquier otra ocasión no lo habría hecho, compañero de bando o no, se habría lanzado a la batalla sin mirar atrás, pero en su corazón sentía que era incapaz...la duda carcomiendola por dentro mientras pedía a la diosa oscura que no se tratara de el. 

[Kahlan Blackthorn]

 

—Absorvere—soltó con aire arrogante rompiendo en el acto la muñeca con la que Illidan y Juliens sostenían la varita. Ambos debian prestar atención a ese detalle, curarse y de paso evitar que su arma fuera a parar al suelo. Era poco convencional desarmar a los fenixianos, pero en esos momentos, no quedaba nada más que neutralizarlos a como diera lugar. Y así lo hizo, jugando como si se tratará de un ajedrez mágico a escala, sintiendo como cada una de las piezas terminarían por estallar de un momento a otro.

Continuaba bajo la protección de su Detritus, agradeciendo que esa capa durará lo suficiente como para atacar de nueva cuenta. En está ocasión su objetivo era un chico que estaba dando tumbos dentro de la batalla, mejor detenerlo antes de que acabara con la cara echa pedazos o peor aún calcinado por el poder de Mael . Hysy pensó con furia y tesón—Levicorpus—dejando colgado a dos metros del suelo a Juliens. Si deseaba jugar, se la iba a poner difícil.

Le quedaba poco tiempo de protección, pero eso no le importaba de momento. Ya que lo primordial era darles una buena paliza a los fenixianos, ya después se centraría en botarse de la risa por las cosas que le estaba tocando ver dentor de la batalla.

[Ellie Moody]

Madeleine Moody
PV: 100 PP: 10

La herida de su brazo protesta cuando empuña la varita mágica, decidida a responder al llamado. Puede imaginar la voz de Catherine, recomendándole que se tome su tiempo para recuperarse, pero por suerte ella no está en su torre como para recriminarle su comportamiento irresponsable. Ni derrotar a Laura Nielsen ni elegir a Rory Despard como Ministro de Magia resolvió mágicamente todos los problemas del mundo mágico, lo cual significa que tiene que esforzarse. «No podemos dejar que los mortífagos olviden que estamos presentes, vigilantes». Toma su Saeta de Fuego, que ya tenía una ligera capa de polvo, y sale volando por la ventana de su torre en el castillo Evans McGonagall, siguiendo el patronus. 

No conoce el lugar al que llega, pero confía en que es el lugar correcto. Se echa hacia atrás la capucha de su capa de viaje, sin importarle mucho a esas alturas el tema de esconder su rostro; después de todo, no es la primera vez que se declararía públicamente como miembro de la Orden del Fénix. Y, honestamente, confía en que ahora hay noticias mucho más interesantes que cualquier cosa relacionada a ella. Puede ver que la batalla ha comenzado, por lo que desciende hasta ubicar un lugar despejado de personas en los terrenos del castillo, justo junto a un árbol. Deja allí su Saeta de Fuego y saca la varita mágica del bolsillo trasero de sus vaqueros.

Rápidamente, sus ojos recorren la escena y su mente comienza a maquinar su siguiente movimiento.

[Juliens]

Hobbamock decide no esperar. No es momento de esperar. Con su varita mágica aún en forma de vara de cristal dirige la puntería hacia otro lugar. Su nuevo objetivo es Juv. Repite el mismo acto que antes. Con la vara de cristal embebe de magia a su hechizo y procede a ejecutarlo. Hace algunos años su ofensiva habría sido más moderada, menos agresiva. Pero a día de hoy no puede moderarse, no puede ser racional. Es un soldado, y los soldados están para sacrificarse. Es algo que tiene muy claro.

--Sectusempra 

La vara de cristal vibra y llena de poder a su hechizo. El Sectusempra aparece directamente sobre Juv causando en su estómago varias heridas de gravedad. Entiende que esas heridas deben ser atendidas, no tiene mucha alternativa. Él decide continuar. Sin perdón y sin olvido.

--Fuego Compacto

Pronuncia luego del segundo hechizo de Juve. El poder del fuego compacto es tan fuerte que anula la acción de juve y la suya propia. Por lo que tiene otra oportunidad de atacar.

--Sectusempra 

El objetivo es, de nuevo, Juve.

[Ellie Moody]

Madeleine Moody
PV: 100 PP: 9

Su mente elabora un plan rápidamente y su cuerpo se apresura a ponerlo en marcha. Se muere de ganas por atacar a los mortífagos y dejarlos fuera de combate lo más rápido posible, pero a veces es necesario pensar con un poco más de estrategia. Lo difícil será ponerse de acuerdo con sus compañeros para ejecutar una estrategia en específico, pero no queda de otra más que intentarlo.

—¡Anular Fuego Maldito! —exclama, agitando la varita mágica hacia Mael Blackfire (Goldor). El hechizo actuaría inmediatamente sobre su varita mágica, impidiéndole realizar utilizar aquel hechizo por el resto de la batalla.

Luego, Madeleine levanta la varita mágica sobre sí misma y susurra:

—Himno de eleboro.

Puede percibir la vibración musical, haciendo efecto en su sistema y protegiendo y fortaleciendo sus sentidos.

[Mael Blackfyre]

Mi mente empezó a revolotear exactamente hacia otra dirección. Veía algunas cosas y quería hablar y no podía. Me estaba enojando porque sabía exactamente lo que estaba ocurriendo, aunque tal vez no me diera cuenta en ése momento. Mientras el Silencius y Confundus hacía efecto en mi, todo alrededor continuaba.

Me “desperté” con los ataques que continuaban alrededor. Veía gente gritando y rayos de un lado hacia el otro. Pero me sentí indefenso por un segundo, por lo que me concentré en aquel hechizo mental como lo era las Necrohands. Las manos emergieron desde el suelo y me cubrieron como un capullo, ante el ataque de Luna con las sogas. Aunque pude ver como la bruja caía muerta al suelo.

Automáticamente pensé en una Curación, porque aquel desgraciado había jugado el mismo juego que yo y me había lanzado efectos encima, provocando que varias heridas se hicieran en mi. Pero el encantamiento Uzza cerró las heridas al instante.

[Cissy Macnair]

Parecía que la cosa se estaba poniendo un poco fea, sobre todo para Altaira, quién había aparecido encima del castillo y de inmediato había recibido una chorrada de hechizos. Me debatí entre curarla o seguir atacando, ya que Mica Gryffindor, habiendo salido detrás de Illidan y su pantera, se encontraban muy cerca de nuestras manos. Fue entonces cuando noté que mi hechizo lanzado al mago de rojo (Ludwig) no había impactado debido al Detritus que había colocado sobre él. Bufé y sonreí cuando el Floreus sí le impactó.

Fue entonces cuando vi que Mael estaba en horribles condiciones.

-Episkey- lancé hacia mi compañero, al que poco conocía pero no dejaba de ser mi Lugarteniente y luego me giré hacia quien le había atacado (Juliens) pero ya Hysy se estaba encargando de él. A pesar de que moví mi varita, mis labios no pronunciaron palabra alguna cuando lancé un Maldición hacia Ludwig, haciendo que su siguiente hechizo no fuera como él esperara y terminara en una versión algo absurda y graciosa.

[Melrose Moody]

Melrose se acuclilla junto al acantilado para oler el aroma de la noche que el bosque le otorga. Ha estado buscando por varios días, pistas acerca de lo sucedido con Richard. Cuando una leona se posa ante ella, rompiendo la oscuridad de la noche mientras le entrega el mensaje de su líder, la bruja vuelve la cabeza instintivamente hacia la dirección en la que sabe que se encuentra Londres; un hábito de cazadora, difícil de romper. Tira hacia atrás de la vieja capucha de su capa de viaje y sus ojos se revelan hacia la luz de la luna. 

Su varita atraviesa el aire frío y el portal que se materializa ante ella le permite conducirse hacia la dirección indicada por la criatura. Es la primera vez que se encuentra en el lugar. Sus pasos la conducen hacia el interior, saltando la valla y pasando a través de los jardines de los Burke con rapidez. Puede escuchar el sonido de la batalla aún a la distancia por lo que utiliza el fortress para apresurarse. 

Adentro, los rayos cruzan el espacio con rapidez. Melrose agradece tener ropa cómoda, para poder movilizarse con facilidad. Cuando está a punto de ingresar, se detiene, al ver la solitaria figura de Madeleine.

-¿Madeleine?

Se detiene en su inminente carrera para posicionarse a su lado. Es algo instintivo: quedarse al lado de los suyos, para cuidarles las espaldas.