Morada de los Weasley (MM B: 116270)

[Nate Weasley]

Historia de la Familia Weasley

En las afueras de Ottery St. Catchpole, a las orillas de un enorme lago y en medio de un denso bosque que lo separa en gran medida del resto de las familias allí asentadas, se encuentra la antigua Morada de los Weasley. A pesar de haber sido construída hace casi un siglo, no ha sido habitada por varios años después de los múltiples sucesos que han acontecido sobre la Familia Weasley. Hoy en día, sin embargo, se suele ver a lo lejos una continua columna de humo que se alza en los cielos desde una de sus chimeneas, un indicio de que una vez más (como lo ha hecho ya otras veces en su historia) la familia intenta recomponerse.

Posterior a la Segunda Guerra Mágica, varios de los miembros de la Familia Weasley se desperdigaron por toda Europa por distintos motivos: afanes profesionales, como servicio a la Orden del Fénix, la necesidad de un cambio de aire o bien el mero gusto de viajar y disfrutar. Otros, sin embargo, optaron por continuar en sus raíces y expandir la familia aún más; este fue el caso de George Weasley quien, casado con Angelina Johnson, tuvieron tres hijos: Fred, Roxanne y Joseph**. 

Más de una decada pasó hasta que Joseph Weasley acudió a Hogwarts, lugar donde conoció a Mynerva – una bruja oriunda de Argentina quien había sido enviada a Hogwarts para obtener una educación de mayor calidad – quien posteriormente se transformaría en su esposa y madre de sus varios hijos. A pesar de que, a través de los años, la familia siempre mantuvo su compromiso con la Orden del Fénix, este se hizo aún más firme posterior al asesinato de Joseph Weasley a manos de un grupo de mortífagos. Desde entonces, el mandato de la Familia Weasley quedó en manos de Mynerva de Weasley hasta su misteriosa e irresuelta desaparición años atrás luego de una serie de disputas familiares. Varios años más tarde, y a pesar de ser uno de los pocos Weasley presentes en la región, Nathan Weasley – nieto de Mynerva – decide devolver la familia a su vieja gloria.

(**) Personajes Inventados

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Al final de un sendero detrás de la colina más alta de Ottery St. Catchpole, en el espesor del bosque y a las orillas de un lago, una casa de dos pisos edificada sobre una estructura de piedra grisácea y madera vieja se alza contra un fondo de verdes variopintos. De ser reconocido como un amigo de la Familia por los múltiples encantamientos protectores que rodean la Morada, al final del camino empedrado el recién llegado se encuentra con una puerta doble de madera caoba con detalles en hierro negro.

El recibidor es amplio y cálido, permanentemente iluminado bien sea por la luz del sol que se cuela por un inmenso ventanal ubicado encima de la puerta o una araña de cincuenta luces que pende desde el techo. Las paredes están cubiertas por múltiples fotografías de miembros de la familia, a excepción de la que está inmediatamente por delante de la puerta, en la cual se luce un gigantesco tapiz en apoyo a la Orden del Fénix.

El recibidor da paso a un corto pasillo que se bifurca, a la derecha, en una cocina y comedor; a la izquierda, en un living y sala de descanso y, al final del pasillo, en una escalera que se curva en la medida que asciende varios metros hasta la planta alta. Alli se encuentran varias habitaciones – la mayoría de ellas sólo ocupadas transitoriamente cuando algún familiar lejano está de visita – además del acceso a un deck de madera con vista al lago.

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Árbol Familiar

Patriarca

Nate Weasley

Editado 7 de Octubre del 2021 por Nate Weasley

[Aimé.]

El destierro puede ser revelador, ayuda a la mente a despejarse cuando el caos es abrumador. Habían pasado cinco años cuando los vestigios del trauma la habían orillado al exilio. Jamás se arrepentiría de los años de servicio, pero sabía que su vida hubiese tomado un giro distinto de no haber sido  participe en la guerra mágica. Siendo apenas una adolescente había entregado su vida misma a las necesidades de la orden del fénix, aún podía sentir el hedor a sangre y piel putrefacta si se descuidaba lo suficiente.

Tomar la desición de irse no habpia sido cosa sencilla, existía un chip invisble en su cabeza que le hacía creer que era una falta a si misma alejarse. Pero entonces, pero James había llegado y Gitax la había abandonado. Al principio se convenció a si misma de seguir luchando por el bien de James, pero no tardó mucho en darse cuenta que cada que cerraba los ojos imágenes de un futuro no muy cercano se presentaban, donde el pequeño era víctima de la marca tenebrosa. Su amor de madre no podía permitirlo, e incluso, si corría con suerte y podía ver al pequeño crecer, no podía cometer la negligencia que Ed había hecho con ella y permitirle unirse a las filas de la Orden.

Sin avisarle a nadie había tomado el peluche de fénix, se lo había dado en las manos a James, y sin más que un cambio de ropa había partido al mundo muggle, tan lejos que nadie pudiera saber de ellos. Sabía que tarde o temprano James demostraría sus dotes, era hijo de dos grandes magos, pero en lo que llegaba ese momento quería vivir tranquila. Terminó en un viejo pueblo en Australia, le gustaba porque podía vivir cerca del mar y el contacto con el oceano siempre le era energizante. Nadie supo de ellos durante mucho tiempo, pero algún día habían de regresar... Había llegado ese día.

James había cumplido ya seis años y una curiosidad incipiente le hacía preguntarse día a día quien era su padre. Aimé había sido muy cautelosa, en sus historias le decía que su papá era el mejor guerrero y que habían luchado juntos durante años, pero que las circunstancias les habían hecho separarse. Cada vez que contaba la historia podía ver en los ojos de su pequeño un atisbo de emoción cargado de admiración, pero nunca se imaginó que despertaría en el absoluta curiosidad. Pero cada día había un: "quiero conocerle" "debemos de buscarle. Aimé creía que los daba por muertos, habían pasado tantos años y ella no había dado una sola señal de vida. Gitax se había ido, si, pero mientras ella estuvo en Ottery siempre tuvo noticias de el.

-Hoy buscaremos a papá.- Dijo Aimé a su hijo. Le hizo señas a Rosa, su elfina doméstica para que trajera las maletas que Aimé previamente había preparado. -No estoy segura de encontrarlo, pero al menos conocerás la casa que te vió nacer.

Pudo ver el brillo en los ojos del pequeño y con ayuda de polvos flú que había guardado como el más grande tesoro durante todos esos años, emprendieron el viaje hacía Ottery.

Aparecieron segundos después dentro de la Mansión. Pudo notar un olor a abandono poco peculiar para tan grande familia nada mas llegar, pero era bien recibida porque dicha morada aceptaba a todo miembro de la orden,  ella seguía siendo un fénix, aún sin ser participe de la guerra. James, ni corto ni perezoso comenzó a correr por todo el recibidor, observando cada detalle de aquella antigua mansión.

Ella acomodó sus cabellos, que al fin eran libres del tinte rojo que la acompaño durante años y ahora, caían naturalmente dorados por toda su espalda. Se encontraba nerviosa, pero sabía que aquel era posiblemente el único lugar en donde podría tener noticias de Gitax.