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Nuevo Gabinete


Nate Weasley
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Benjamin Whisper me terminaba de explicar los últimos detalles del motivo de aquella reunión. Para ése entonces, casi todas las cartas habían caído sobre mí y sabía que no sería el único que estaría trabajando para Rory Despard. Se sentía demasiado bien haber caído en el medio del centro del Ministerio de Magia pero no era ningún sonso, debería tener muchísimo cuidado a cada paso que daba, actuar de la manera más neutral y profesional que pudiera. Y saber que mi enfoque debería ser siempre ante la educación y no más.

¿Alguien podía ser tan tedioso? Así lo era el asesor del Ministro, el cual no dejaba de vomitar palabras una tras otra para demostrar que sabía las respuestas y que no dejaba de sermonear, como si alguien se hubiera portado mal. Aún así, intenté mantener una postura lo mejor que pude, mostrándome que asimilaba aquellas órdenes. Tenía dos objetivos más cercanos: organizar desde adentro del Ministerio y difundir al exterior.

— Entonces empezaremos en cuanto antes. ¿No es mejor que nos juntemos todo el grupo directivo y asesores del Primer Ministro? No quiero que nadie tergiversar mi trabajo. Quiero que podamos coordinar un mayor orden entre cada parte de Ministerio y poder enfocar un mayor trabajo ante la comunidad. ¿Están de acuerdo? —no podía dejar pasar ni una ante muchas personas que trabajaban allí. Si el Ministro de Magia me había contratado personalmente, entonces al único que tenía que darle explicaciones era al mandatario, no más.

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GOLDOR ♦ DEMONIUM MERIDIANUM

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  • 1 mes más tarde...

Benjamin Whisper

La seguridad que Cillian intentaba impregnar a sus palabras distaba de lo que sus gestos expresaban, que no era más que muchos nervios ¿de fallar? ¿de no estar a la altura? Ben no creía que realmente, para los fines en los que el hombre iba ser empleado, hubiese mucho margen de “hacerlo mal”, excepto quizá si se mostraba en demasía imprudente, pues no había peor cosa para la labor diplomática que delatar tus verdaderas intenciones.

Tras confirmar, como era evidente, que se uniría al grupo de los socialités, Cillian avanzó en su dirección, acercándose hasta el lado del escritorio donde él se encontraba. Sus pupilas parecían haberse dilatado, lo que hacía más tentadora su visión de lo que ya venía siendo, pero en su interior y mientras se pone de pie con una sonrisa ante la petición del mago, todo en lo que Benjamin piensa es en que, por experiencia propia, anticipar al otro de tus movimientos, casi siempre juega en contra. 

¿Por qué Cillian lo está haciendo entonces? Es evidente el coqueteo en esa contemplación descarada de su cuerpo por entero y en la delicadeza con que las yemas de sus dedos dibujan suavemente el contorno de su mentón hasta sus mejillas, tan cerca que puede sentir el aire tibio de su aliento. Ben no lo cree tan est****o como para intentar seducirlo “por descuido”, así que concluye que será cuando lo bese que podrá salir por completo de la duda sobre si está haciendo eso como una muestra de sus capacidades, o si solo lo está empujando un incontrolable deseo físico, lo que sería, en estricto sentido, un desperdicio completo y una decepción.

Al final de ese beso que se ha extendido más tiempo del que hubiera imaginado, y mientras ve los labios de Cillian hinchados y enrojecidos, deliciosamente adoloridos, Whisper se convence que erró ligeramente en sus cálculos, ya que hay en este acto del rubio un poco de las dos motivaciones que había pensado instantes atrás para sus actos. Y es que nadie que hasta entonces haya conocido, es capaz de fingir esa pasión descomunal con la que el hombre ha devorado su boca, y por supuesto, nadie, ni siquiera él, puede ser totalmente indiferente a dicho despliegue, cuando ha sido ejecutado de forma tan perfecta. 

Me parece señor Ryddleturn, que no tiene por qué estar tan nervioso frente a su nuevo cargo- reacomodándose la corbata que el hombre había desanudado, intentando prolongar aquella prueba, algo que desde luego, Whisper no estaba dispuesto a permitir, Ben volvió a tomar asiento frente a su escritorio, y estampó su firma en el contrato, para luego cerrar la carpeta- tengo la completa seguridad que va serle de mucha utilidad a Despard, y muy probablemente, también yo vaya requerir constantemente de sus servicios.

Sin dar chance a que sus palabras puedan ser interpretadas en más que un sentido profesional, la mención al predicador resultó providencial, pues al minuto tenía a Rory en la puerta, librándolo como un emisario divino de seguir a solas con Cillian, al pedirle a ambos que lo acompañen a la sala de reuniones del otro lado del pasillo. Lo que sea que en su ausencia habían dicho Blackner, Blackfyre o el emisario escocés, había generado un nerviosismo muy evidente en el pelirrojo y una situación de tensión que, no obstante, resultó perfecta para Ben permitiéndole distenderse de lo acaecido en su oficina, mas aun al descubrir que el asunto se reduce a un pedido de Mael de solo rendir cuentas ante el ministro, sin intermediarios.

Una absoluta locura.

—Lamento la demora señores- dijo escueto, acomodándose en una de las sillas libres de la sala- entonces ¿estamos todos claros que el trabajo que necesitamos para esto tiene que verse colectivamente y siempre bajo mi supervisión?-  con el habitual toque de arrogancia que lo caracterizaba fijó la vista en Mael antes de proseguir- Deben saber que el señor Ministro tiene una pesada carga diplomática, dada las malas relaciones que heredamos de gobiernos anteriores, así que soy yo quien está asumiendo en su mayoría la labor interna que demanda la institución. Me temo que eso no va cambiar en lo inmediato, así que necesito saber si alguien tiene problemas en tratar conmigo. Prometo escucharlo, siempre y cuando sean capaces de darme buenas razones. 

¿Sería que Blackfyre se atrevería a repetir su petición frente a él? ¿O tendría la sensatez de aceptar su lugar en la cadena de mando?

@ Cillian Haughton , @ Mael Blackfyre  @ Anthony Ryvak Dracony  @ Matt Blackner

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Aquel beso fue mucho más de lo que Cillian hubiera podido esperar, comenzado con que no esperaba una respuesta por parte de Benjamín, pero sucedió y se sentía mejor de lo que el rubio hubiera podido imaginar. Por un segundo pensó en Ludwig, ¿sentir aquello calificaba como engañar? No tenía sentido pensar en eso justo en ese momento así que desvió sus pensamientos de nuevo al presente.

Cuando el beso terminó, volvió a su lugar del otro lado del escritorio y se dedicó por un par de segundos a escuchar a Whisper. Tenía que aceptarlo, aquel mago tenía razón y no tenía realmente una razón para sentirse nervioso, por lo menos no después de lo que acaba de hacer. El momento del beso había terminado y de un segundo a otro ambos fueron golpeados por la realidad al observar como Rory cruzaba la puerta del despacho y comenzaba a hablar sobre el trabajo pendiente.

- ¿Tan mal parado han dejado al gobierno británico los anteriores ministros? -Cillian sabía poco sobre política, pero al parecer su momento de involucrarse completamente había llegado y no podía simplemente darse media vuelta y alejarse-. Sé todo lo malo que Sagitas ha realizado durante su año de servicio, pero no tenía ni idea de que los demás también hubieran hecho un mal trabajo.

@ Rory Despard

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El anarquista, con @ Sean -Ojo Loco- Linmer  y @ Darla Potter Black

La incomodidad de Darla que había ido subiendo y bajando como si se tratase de las olas del mar a lo largo de esa reunión, parecía haber alcanzado su cúspide en la mención del posible ataque a la reserva. Era ciertamente extraño como el frenesí con que había dicho todo aquello de que a los ministros les importaba “dos cominos” el tema de ese santuario para criaturas mágicas, no se correspondía con gestos efusivos en su rostro, que permanecía impasible, pero incluso sin comprenderlo del todo, la suma de ambas cosas parecía la señal definitiva de que era momento de partir, poniendo fin a tan reveladora reunión.

Veremos si el ministerio se coloca a la altura de semejante situación. Como bien menciona señor Linmer, más de un traficante estará relamiéndose del gusto a la expectativa de sacar el mejor botín. Aberrante por donde se le mire, pero es ese el triste derrotero que más gente en el mundo de la que me gustaría, ha tomado.

Calló, súbitamente decepcionado de aquella comprobación, mientras el mesero dejaba la cuenta detallada de cada uno. En su cabeza, las palabras de Darla respecto a no considerarse valiosa “no para Rory al menos”, resonaban con fuerza. ¿Qué había llevado a la mujer a tan radical conclusión? Horace se veía a sí mismo muchísimo menos cercano al predicador de lo que aquella pelirroja estaba, al mando de un departamento del que literalmente dependía la integridad del ministro y la comunidad mágica por entero. Y pese a eso, había una cualidad única en el irlandés que parecía que a ella se le había escapado.

Como empecé diciendo a ambos, y creo conveniente recalcar ahora que toca despedirse,  no soy, para nada una persona cercana a Despard. Y sin embargo, si algo me ha demostrado ese mago, es lo terriblemente leal que es con la gente que se gana su confianza- poniéndose de pie, Horace se acomodó su extravagante traje antes de coger su billetera de la mesa para partir- creo que eso de no ser valiosa es algo que está más en ti que en él, Darla Potter Black. No me atrevo ni siquiera a intentar dilucidar el por qué, pero me temo que de ser de otro modo no te habría dejado a la cabeza de un departamento desde el que podrías destruir su preciado deseo de proteger y hacer de esta sociedad algo mejor. 

¿Volvería a cruzarse con alguno de ellos o con ambos? Era bastante probable, pero no pensaba planear nada al respecto. Resultaba en cierto modo más interesante, que el azar volviera a juntarlos.

— Los dejo entonces, ha sido un gusto este tiempo compartido. Y si me permite decirlo señor Linmer, le recomiendo que pase usted más tiempo junto a la señora. Ella consigue hacerlo tan mejor persona, que casi ha hecho que olvide sus exabruptos pasados.

Sonriente, El anarquista alzó el brazo para despedirse y les echó una última mirada, antes de ir de vuelta hacia el ministerio a la búsqueda de Rory.

 

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Y parecia que la reunion llegaba a su fin. Pero admito que fue una reunion interesante....principalmente porque Horace era un tipo interesante. Yo sin duda, si fuera el Ministro lo fichaba sin dudar.  Alguien con buenas ideas..y mejor..claras ideas....no acostumbraban a pulular en el escenario polito ingles. Salvo yo por supuesto que era todo un genio. Sonrei al pensarlo mientras examinaba la cuenta que independientemente nos traian, deje mis honorarios y me levante. Mire a Darla que tenia cara de pocos amigos, si, siempre le disgustaron ese tipo de platicas y la verdad la intervencion de horace con ella ya al salir...pues no se....para mi gusto reflejaron cierta ingenuidad.

Y creo que habia cierta diferencia entre valiosa...y las verdaderas necesidades del Ministro. Puede que fuera un muggle creyento o algo asi como sugerian algunos rumores mal intensionados. Pero era politico. Y en la politica no todo es lo que parece. Puede que Despard hubiese dejado a Darla como jefa de un departamento importante. Pero no creo que fuese estrictamente por considerarla "valiosa". Yo creo que mas bien la consideraba competente. Como yo en mi tiempo. De hecho el que muchas veces se marcara contra las politicas de Sagitas le daba un punto extra en mi estimacion hacia la bruja que al final me habia conquistado mi corazon. Y es que es sumamente responsable con su trabajo y con un alto sentido del deber, aunque a veces no este de acuerdo. De hecho cuando no estaba de acuerdo se las arreglaba para cumplir sin llegar a ser lo extremista que en teoria debia ser. Si a eso lo sumamos a que una despedida masiva de miembros del Ministerio podria ser un problema de cara a la opinio publica reflejando que no eran viables esa "reconciliacion" de la que podria pregonar llevaban a la situacion actual. 

En fin....que la politica apestaba. Pero era tan genial el surfrae encima de esa ola.....si...muy adictivo. Pero no habia nada que hacer. Ahora me retiraria a un retiro voluntario...y pues me entretendria en mis pequeñas victorias. Recaudaria galeones....***eria un poco a Derhorm....y sin duda haria caso al ultimo consejo que me daba Horace. Quedarme con la pelirroja. Con mi Amor. Con mi Darla.

-Gracias por la recomendacion Horace. Supongo que nos veremos por ahi.

 

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La mirada de la Potter Black se clavó en Horace, tenía la maldita razón con respecto a los traficantes pero dudaba respecto a lo que decía del Ministerio. ¿Le estaba diciendo que dudaba si ella, como ministerial, estaría a la altura de lo que ocurriera en la Reserva? Elevó una ceja y no le importó que fuera obvio su gesto. En verdad ese mago lograba sacarle de las casillas. La llegada del mesero relajó las cosas o más bien evitó que le saltara al cuello… y no estaba segura si no literalmente, aunque concordaba con él respecto a que las criaturas como daño colateral era triste.

—Que ganan su confianza —repitió Darla, remarcando el hecho de que jamás había demostrado el Despard que confiara efectivamente en ella, mientras tanto buscó en su bolso de piel de moke los galeones necesarios para pagar su cuenta, por lo que su mirada no estuvo sobre el Nott mientras comentaba que el problema era ella y no el Despard.

—¿What a f***? —susurró ante el comentario final respecto a que el Linmer debía permanecer más cercano a ¿ella? —¿Por qué me torturas Nott? —gruñó aún molesta, o tal vez un poco más ante los comentarios del anarquista que se había puesto de pie ya para marcharse, gesto que ella misma imitó mientras Sean dejaba su parte de la cuenta sobre la mesa. Claro que debía reconocer que no sabía cuál de los dos era más densamente insoportable con ese tema, ya que Sean agradecía la recomendación del anarquista.

Puso los ojos en blanco mientras comenzaban a alejarse del bar, había sido una situación que no había esperado tomara el derrotero que tomó. En serio, ¿por qué había aceptado una invitación a un café que terminó en una charla de tenor tan político y con comentarios tan descolgados y locos como no podía imaginar? Sin embargo su mente aún analizaba las palabras finales de Horace, no tanto de que pasaran más tiempo juntos sino que le considerase mejor persona y olvidara exabruptos pasados. Eso, sin lugar a dudas para ella, era un hecho que causaba un interés y curiosidad innegable. ¿Se volvía realmente mejor persona por su presencia hasta el punto que Nott lo notara? Interesante observación en realidad, aunque no terminaba de entender en ese momento cómo ni por qué se producía ese hecho que resultara resaltable para el anarquista.

—Sí, supongo que sí, nos volveremos a ver… —susurró con gesto aún distraído.

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