Prueba de Legilimancia: Juv y Jeremy

[Jeremy Triviani]

Prueba Dos. 

"Gracias" dijo Jeremy mentalmente a la Arcana sabiendo que apenas había pisado el suelo del lugar la conexión con la legendaria bruja había sido automático. Era parte del aprendizaje. El barco empezó a moverse por el calmo río mostrándole la oscura isla que tenia en frente. La pirámide a lo lejos se mostraba como un terrorífico triangulo de color negro.  No era fácil llegar hasta ahí, y el camino, solían preparar a los magos y a las brujas para resistir la prueba final. Jeremy esperaba que no fuera diferente con él. Necesitaba utilizar la habilidad lo suficiente durante el trayecto a la pirámide para estar seguro que era merecedor de portarla. 

-¿Que? -Dijo en voz alta al oír un murmullo sobre el agua negra. Se acerco al borde de la embarcación viendo su reflejo apenas iluminado por la Luna sobre el liquido oscuro. ¿Podría ser que el agua emitiera susurros para provocar que la tocasen y despertar alguna cosa de las profundidades del lago? El vampiro estaba seguro que si. No había rastro de personas a su alrededor. 

En cuanto la barcaza se deslizo al lado del muelle, Jeremy salto de ella con la varita en alto esperando recibir una emboscada de algún animal nivel cuatro, o peor un cinco, pero nada ocurrió. Al final del muelle una enredadera de setos sin cortar no dejaban ingresar a la isla y parecía rodearla por completo. El vampiro fue acercándose con cuidado para comprobar que no fueran lazos del diablo ocultas por alguna otra planta que simularan ser inofensivas. Desde luego que le basto apenas una mirada de cerca para descartar aquella idea. 

-¡Bombarda! -Exclamo Jeremy viendo como su hechizo se perdía en la nada. El seto era inmune a la magia. No podía pasar por aquel sitio - Bien, encontrare otra forma -Dijo antes de empezar a caminar por la izquierda del seto buscando la entrada o alguna pista que mostrara una grieta que podría explotar. Luego de unos metros, el vampiro encontró rostros tallados en un gran roble. Todos parecían reales con muecas expresando las emociones de una persona. 

Tal y como había hecho en la clase, el vampiro intento utilizar la Legilimancia para ingresar a las emociones del árbol, pero una barrera le impedía hacer contacto. Jeremy intuyo que todo el seto, incluido aquel roble en medio del paso, estaba hechizado para ser inmune a su tipo de magia. ¿Qué faltaba? Dando un paso atrás el Triviani se puso a observar los rostros. Al principio le habían parecido las emociones de una persona, pero ahora podía notar que solo había emociones positivas en cada rostro. Gestos sonrientes, arrugas en los pliegue de los ojos, lenguas afuera en medio de carcajadas y nada parecía estar fuera de lugar. 

-¿Que estoy buscando? -Preguntó en voz alta mientras continuaba observando los detalles de cada rostro. Era obvio que alguno de ellos debía encontrar como una pista para poder ingresar al otro lado. De forma diminuta en medio de caras carcajeadas y rebosantes de felicidad, había un rostro que representaba un dolor tan profundo, que no se podía describir en palabras, tan solo estaba marcado en cada una de las facciones del robre tallado. Jeremy toco con la punta de su varita el pequeño rostro doliente. Comprendía su sentir, él había experimentado aquel tipo de sufrimiento alguna vez. 

El roble hizo un pequeño ruido antes de que se convirtiera en una puerta para dejarlo pasar. El Triviani la cruzó de inmediato, otra vez tenia la varita en alto preparado para cualquier eventualidad que pudiera amenazar a su persona. 

[Rosália Pereira]

Era muy difícil ubicar de alguna manera en un solo punto de vista a Rosália Pereira. Los especialistas todavía no había averiguado cómo era su manera de trabajar. Porque podía estar al mismo tiempo en varios lugares ¿En todos era real? Podía leer algunas mentes al mismo tiempo ¿Y pensaba en todas a la vez? Nadie sabía si Rosália era la verdadera cuando la tenían en frente. ¿Alguna vez alguien la había visto realmente entonces? Eran misterios sin resolver, pero ella estaba totalmente decidida a ayudar a sus pupilos.

Se acercó lo más que pudo a la pirámide. Juve estando dentro del portal estaba totalmente alejada de la Arcana. Aunque Rosália podía llegar a intuir aunque sea si estaba en peligro o si continuaba con el camino. Todo le indicaba a la Arcana que iba viento en popa. De la misma manera, se dejó llevar por aquel viento directamente por las puertas de roble que se abrían para recibir a Jeremy, había descubierto el mecanismo para entrar y que el laberinto le diera la bienvenida.

»Bien hecho, concéntrate. Respira. Pon tu mente en blanco« de alguna manera le mando aquellas palabras de ánimo para reforzar el paso del pupilo que avanzaba y estaba cada vez más cerca de la pirámide. Estaba a mitad de camino asi que solamente le quedaba vigilarlo como venía haciendo. Rosália Pereira apretó su anillo, como si eso le sirviera a Juve para recibir alguna señal de apoyo, de que siguiera.

[Kahlan Blackthorn]

Aquellos ojos seguían clavados en los suyos, martillando poco a poco la mente de la Vidente. Escarbando en eso que era innecesario para su nueva existencia, desechando lo que consideraba obsoleto o fuera de lugar. El rostro se iba aclarando con cada parpadeó que daba la rubia, sintiendo una extraña, pero placentera familiaridad con el hombre que se perdía nuevamente en un cúmulo de sombras. Recordó lo enseñado por la Nigromancia, almas perdidas en la oscuridad que las apresa y las condena a sufrir inimaginables vejaciones. 

La sonrisa afloraba con naturalidad en los labios de la Senescal de Caronte, topándose de nueva cuenta con aquella mujer fantasma. No le había dejado del todo en el laberinto, porque de hacerlo, perdería por completo el único nexo que tenia con la Arcana Rosalía. Echaría en falta los consejos de los siete arcanos, pero una vez más ahí estaba la voz de Lawan— Desprenderse de la piel muerta, arrancar toda impureza que pudiera dejar impresa el pasado y entorpezca su avance hacia la gloria—rompiendo con las ataduras que le mantenían sujeta a lo que dictaban sus primeros años como mortifaga. El aprender de los mejores, para superar a cada uno de ellos y comenzar a escribir su propia leyenda personal.

— Dentro de esta pirámide van a quedar trozos de lo que pudo ser y no fue—clavando con fuerza sus uñas en su piel, arrancaba trozos de esta. Dando un paso al frente dejaba otro lienzo descolorido sobre el suelo, sintiendo como la carga se hacía mucho más ligera y llevadera. La fuerza de sus manos era descomunal arrancando con más fuerza cada parte de su blanquecina piel, dejando expuesta la carne viva que escurría liquido vital, observando el brillo que brotaba de sus venas. La sangre de los Malfoy quemaba cada fibra, calcinando lo que era un deshecho sin uso benéfico para la Vidente, observando lo que su tercer ojo le revelaba para el futuro que le aguardaba.

Una a una las piezas del nuevo puzzle se adherían a su anatomía, dotándola con la capacidad de ver los pensamientos de los demás. Levantando barreras mentales de un color oscuro que siempre protegían los secretos más celosos que poseía , gracias al dominio que ejercía sobre la Oclumancia. Crímenes que no eran bien vistos y que era mejor dejar sellados dentro de la mente siniestra que era esa cabecita maquiavelica que poseía. La alianza que llevaba en su mano vibraba como lo hace una campana al ser golpeada por el badajo, resonando el eco del metal en todo lo que puede alcanzar con su onda expansiva. 

Cual bomba atómica que arrasa con todo a su paso, dándole la pauta a una nueva generación de vida renovada a tomar el sitio que le corresponde dentro de la comunidad mágica. La mano de aquel caballero se extiende como lo haría el ala de un águila buscando darle cobijo a su retoño, alentándolo a que se lance al vuelo y enfrente el mundo como el ave rapaz y valiente que pario su madre. Eso era justo lo que le impulsaba cada día de su vida, demostrar que era más de lo que se pensaba de ella y lo dejaría en claro de una vez por todas.

Dando el ultimo golpe sobre su desprotegida anatomía, ahora veía todo desde una perspectiva más clara. Los fantasmas que le perseguían quedaron dentro de ese laberinto, uniéndose a los que fueron apresados por el tiempo y espacio, cayendo en un espiral que les consumiera cada gota de energía y les impidiera hacerse diestros en el dominio de la Legilimancia. Leer su propia mente ahora era un deleite, trazos finos que el pincel que era la mano de su acompañante plasmaban con pulcritud y elegancia, avanzando con fuerza por ese terreno vio el otro lado del portal. La metamorfomagia le mostraba una faceta diferente, rasgos más finos y detallados de lo que era su faz, contrastando con sus dorados cabellos y aquellos ojos azules mucho más intensos y desafiantes.

Lenguas de fuego oscuras que le llamaban, apareciendo en su mano una daga de oro puro deslizaba su hoja por su pecho cortando aquella marca que dejará un tatuaje del pasado, sintiendo una punzada liberadora dejaba caer ese trozo de piel, calcinando el mismo antes de que tocara el suelo. En su lugar apareció una quimera o lo que simulaba ser la mitad del cuerpo de ese ser mitológico, la criatura rugió con autoridad apropiándose de esa parte del cuerpo de la nueva Legeremante.

Saliendo con la cabeza en alto del portal, observaba a la Arcana Rosalía. No encontraba las palabras justas para darle las gracias, aunque mentalmente era más sencillo decirle todo lo que significo para ella aprender a meterse en la mente de otros, colándose como lo hace un espía dentro de un gobierno enemigo— Aprendí más de lo que esperaba y se lo agradezco, no olvidaré cada paso dado y cada lección que me dio la perspectiva de una nueva senda que me tocará andar de ahora en adelante—quedando en silencio esperaba la aprobación de la mujer o que le enviará de nuevo aprender de cero todo lo que tenía para enseñar.

@ Rosália Pereira

[Jeremy Triviani]

Prueba Tres y Cuatro. 

Mientras Jeremy cruzaba la entrada al laberinto dentro de su mente una voz femenina ligera como una brisa de verano le dió animo para seguir. La vista rápidamente se le acostumbro a la penumbra del camino rodeado por setos rebeldes que parecían petrificados como una piedra, aunque el vampiro sabia que aquella aparente calma se rompería ni bien quisiera intentar algo de magia. Solo sus conocimientos y estudios sobre la habilidad podrían llevarlo hasta el final. Se preguntó cuantos habrían caído bajo la tentación de abandonar las pruebas, pero no se imaginaba siendo parte de aquello. Jamás podría ver a los ojos a su madre si flaqueaba en algo donde debería mostrar su valía. 

Despejo su mente siguiendo el consejo de la extraña vos en su mente. Relajo su cuerpo mientras cerraba los ojos y empezaba a caminar dejándose llevar nada mas que por sus sentidos. La imaginación del vampiro le hizo formular la legilimancia como una antena que empezaba a trasmitir señales a su alrededor, tratando de captar alguna fuente que emitiera señales. Tan rápido como empezó a "ver" con su psique, su cabeza se lleno de sonidos muy altos, murmullos que lo aturdieron brevemente hasta que consiguió ir aislándolos poco a poco. Aun no entendía sus palabras pero empezó a desentrañar que estaba conectándose con espíritus. 

-Si me sigues encontraras mucho mas que la pirámide ... -Dijo alguien. 

-No, no es verdad. ¡Eres un mentiroso y apestoso, Alfred! -Agregó otra voz - Sígueme a mi, querido, yo te puedo mostrar el camino. 

-Morirás en este laberinto -La voz pesada de aquel espíritu parecía un susurro mas pequeño que los otros dos - Nunca debiste subirte a ese barco. 

"Muéstrenme ..." Pensó Jeremy tratando de hilar las palabras como si las estuviera diciendo con su propia voz. 

-¡Habla! ¿Escuchas eso, Stuart? 

-¡Déjalo hablar, Alfred! 

-Morirás en este laberinto, niño. Nunca debiste haber bajado de ese barco. 

"El camino, muéstrenmelo" 

Jeremy no sentía confianza en ninguna de las voces, pero mientras caminaba hacia ellas, noto que aun no chocaba con ninguna de las paredes de setos. Iba por buen camino, mientras sintonizara esas voces, su cuerpo iba encontrando la forma de avanzar. Aunque sabia que en algún momento debería cambiar de guía, como bien decían esas personas, no parecían querer llevarlo al final. 

-Si, te están mintiendo -Dijo una suave voz que parecía el de una niña pequeña - La misión que tengo en este laberinto es guiar a los recién llegados. 

-¡Ven conmigo, cariño! -Interrumpió Alfred - Estamos llegando a destino... 

-Debes doblar hacia mi voz, solo así lograras llegar a la pirámide -Insistió la niña. 

-Morirás en este laberinto, niño. Nunca debiste haber bajado de ese barco.

Jeremy tenia que tomar una decisión. Y aunque todos sus instintos le decían que no confiara en ninguna de esas voces, incluida la de la niña, siguió a la voz amenazante que le vaticinaba un final trágico en el laberinto. Tan solo porque no creía que aquel fantasma estuviera vaticinándole el futuro, sino que estaba diciéndole una realidad sobre lo que ocurriría si seguía dentro de aquel sitió. Las voces ofendidas que fue dejando atrás, lo aturdieron cuando subieron su volumen. El vampiro no quería cortar la comunicación para no perder la voz amenazante, pero empezaba a dolerle el cerebro como si estuvieran dándole pequeños golpes con un punzón. 

-Morirás en este laberinto, niño. Nunca debiste haber bajado de ese barco.

La voz fue tomando mas fuerza a medida que Jeremy se esforzaba por aislarla de los gritos aturdidores de los demás. Consiguió hacerlo durante el trayecto eterno que duro el cruzar el laberinto. En cuanto la voz dejo de sonar abrió los ojos al darse cuenta que estaba frente a la inmensa pirámide de las habilidades. Sonrió mientras se secaba el sudor de la frente. Sentía que su energía empezaba a renovarse al haber terminado con el desgaste de mensajes legilimantes. Aunque el dolor de cabeza iba disminuyendo poco a poco. Volvió abrir la mente con mas rapidez y dejo que fluyeran sus recuerdos e inseguridades como si fuera un rio. No puso barreras para que la Pirámide pudiera leer absolutamente todo sobre su vida. Le estaba dando el mayor sacrificó que podía darle a un objeto inanimado que era mas poderoso que muchos magos que conocía. 

 

[Rosália Pereira]

Rosália Pereira levantó la cabeza cuando escuchó resonar las maderas de las enormes puertas dobles de la pirámide. Sabía que el joven lograría llegar hasta ella, aunque siempre había una probabilidad, grande o pequeña, de que alguien fracasara en el intento. El joven Triviani había pasado efectivamente cada uno de los obstácul.0s impuestos por ella, y había demostrado que valía la pena darle la oportunidad de entrar al portal. Pero con un gran enigma por delante.

¿Sería capaz de ello? ¿Entraría y saldría con vida? Jeremy podría perderse en el interior del portal de la legilimancia como le había ocurrido a cientos de personas que lo habían intentado. Algo le decía a Rosália que sí, pero el pupilo estaba solo.

— Buen trabajo. Has llegado hasta aquí —Rosália empezó a caminar lentamente por aquella sala circular. Justo en el centro se encontraba aquella estrella de siete punta, donde sostenía muchos anillos. Y no podíamos olvidarnos del Ouroboros. Rosália rozó con sus dedos uno de aquellos anillos y se aferró a este, mientras caminaba lentamente y le hablaba a Jeremy, como una sombra, como la brisa nocturna. Se volvió a dirigir al chico—. Pero éste camino recién empieza y ya no  hay vuelta atrás. Te abriré el portal, te daré éste anillo y entrarás. Y estarás solo. Yo estaré esperándote de éste lado. ¿Está bien? Haz todo lo que sabes, usa todo lo que has aprendido. Y te veré a la vuelta.

Rosália chasqueó sus dedos y el portal apareció justo frente a ellos, en la pared más cercana. A su vez, tendió su mano, con la palma hacia el techo depositando el anillo de la habilidad en el medio, para que Jeremy lo tomara, se lo colocara y entrara. El anillo era un aro completamente plateado y simple. Y Jeremy sabría que se habría vinculado porque al salir de allí, el anillo se convertiría en una réplica del de Rosália.

@ Jeremy Triviani

[Jeremy Triviani]

Prueba Final. 

-Esta bien -Respondió Jeremy a la Arcana asintiendo con la cabeza. Se sentía listo para afrontar cualquier obstáculo que hubiera detrás de aquel portal. Tomó el anillo plateado y simple para ponérselo en el dedo antes de hacer un ademan a la arcana y cruzar el portal de una vez por todas.

 

Como era habitual, al principió el vampiro no sintió ningún cambio pero en un parpadeo un dolor agudo en la cabeza le hizo cerrar los ojos mientras se tapaba los oídos para que no le reventaran con el chillido fino de algún cambio de frecuencia. Al abrir los ojos, Jeremy no reconoció donde estaba pero parecía un lugar amplio oscuro donde había una única ventana que dejaba ver un horizonte extraño. Un ronquido a su izquierda le llamo la atención y al acercarse a la gran cama de dosel a un costado, notó a él mismo durmiendo la gran mona. ¿Cómo era posible? Él estaba parado ahí mismo. Comprendió demasiado tarde que debía despertar al sujeto usando la legilimancia. Irrumpir en sus recuerdos dormidos e implantarle la creciente necesidad de abrir los ojos.

 

-Es fácil -Comentó sonriendo y usando su mente para trasmitirle el mensaje a si mismo. Pero luego de unos segundos de que su energía empezara a menguar, notó que el Jeremy 2 no recibía el mensaje. Simplemente seguía durmiendo tranquilamente en su cama - ¡Vamos! ¡Levántate cabrán! -Le dijo golpeándole el pecho con fuerza, a pesar de que sabia que estaba mal. El dolor del cuerpo se traslado a su propio pecho dejándolo sin aire unos segundos - Que co.ña es esto...

 

¿Por qué no podía despertarse? Jeremy estaba empezando a entrar en pánico. Desde el gran ventanal podía verse una inmensa ola en el horizonte que estaba derrumbando todo a su paso. En cualquier momento embestiría la pequeña torre donde estaba y pasaría a ser historia. Con los nervios a flor de pie, el vampiro no tuvo mas opción que cerrar los ventanales con el débil seguro que poseían. Una tremenda idiotez si pensaba que aquel pestillo detendría una ola de aquella magnitud. No aguantarían mucho tiempo vivos una vez que la fuerza del agua los golpeara. Busco con la mirada algo de utilidad y solo pudo ver su cuerpo dormido. ¿Cómo iba a defenderse si estaba dormido? Se alejo hasta la parte contraria de la habitación, donde se sentó usando la pared de soporte para su espalda. Podía sentir que le costaba respirar por alguna extraña ocasión, y que su corazón había ralentizado los latidos.

 

"...La justicia no se anticipa, Jeremy. Sé que no valoras mucho el honor de una persona y lo que significa..."

 

-Tienes razón. El honor es una estupidez inventada por la gente poderosa -Respondió a la voz que por momentos tenia el tono de su prometida. También había otra voz que escuchaba... mucho mas bajo como un débil murmuro pero no podía diferenciar las palabras que decía - Al final, termine de forma idi***... ¿Sorprendida, Anne? Porque yo no...

 

"Te lo advierto. Va a doler."

 

-Ya duele -Respondió sintiendo que el dolor de su pecho se prolongaba. Parecía fuerte como un sectusempra no curado de las practicas de duelo. El dolor se extendió a la cabeza como si lo hubieran golpeado con algo, se tocó los pelos para encontrarlos empapados... de agua. ¿Que? Miró hacia el techo de la gran habitación para ver como se producía una lluvia de peces dentro de la habitación. Podía verlos moverse buscando respirar tanto como él podia, pero empezaba a costarle. Como si el aire empezara a reducirse.

 

Tosió inesperadamente escupiendo agua de sus pulmones. Extraño. Si no se movía, moriría ahogado en una habitación vacia que estaba por ser demolida por un tsunami. Se intentó poner de pie mientras los peces seguían cayendo sin parar. Provocando un sonido hueco sobre el piso salpicado de sangre. Jeremy intento erguirse pero la fatiga lo volvió a dejar sentado en el suelo contra la pared. A través de los cristales podía ver que la inmensa ola, estaba mucho mas cerca. Intentó mentalizarse para encontrar el hilo de los pensamientos de su yo dormido y solo provocó una fractura en los delgados vidrios que cubrían las ventanas.

 

"...la legilimancia puede meterte en mundos paralelos con tan solo una buena dosis e inversión de tiempo. Nadamos entre las mentes con un objetivo... "

 

¡Eso era! La voz de Anne le había dado una idea. Se arrastro como pudo a la cama del Jeremy dormido y se concentro en meterse en su mente. Rápidamente la falta de aire fue mas profunda que nunca, casi inexistente. Podía sentir como su cuerpo estaba flotando en una zona acuática y como una soga lo llevaba tirando al fondo del mar. Aquella era la puerta de escape para volver a la realidad donde estaba atrapado en el mar de la legeremancia. No estaba implantando un recuerdo ni reviviendo uno propio en su mente dormida, estaba completamente dormido y sufriendo las consecuencias de una prueba que se había auto implantado. Así lo había construido desde un primer momento su cerebro cabrón.

 

El dolor de Jeremy se agudizo cuando utilizo toda su energía en lograr que la mente del Jeremy dormido abriera los ojos y viera que se estaba hundiendo en algún océano. ¿Por qué necesitaba aire si era vampiro? No, no concordaba. Excepto que parecía no serlo en aquella mente. El gritó del Jeremy dormido buscando aire, terminó de consumir la poca cantidad de reserva que le quedaba en sus pulmones. Tiró de la cuerda intentando nadar hacia la superficie pero no pudo hacerlo. El Jeremy uno, le implanto un recuerdo de utilidades de cuchillos y el Jeremy dos lo recordó también. Saco de su bolsillo una extraña navaja y cortó la cuerda para poder ser liberado.

 

En el camino a la superficie fue en el momento que el Jeremy uno vio como el Jeremy Dos reaccionaba y abría los ojos volviendo a la realidad.

 

-¡Tenemos que salir de aquí!

 

-¿Peces?

 

-¡Ahora! No tenemos tiempo.

 

-De acuerdo -Dijo el vampiro sacando la varita y creando un portal que ambos traspasaron al momento que la torre era arrasada por el Tsunami.

 

Al golpear el suelo de la pirámide, Jeremy noto sus ropas empapadas pero nada mas su persona en él. No había ningún otro Jeremy en aquel recinto. Estaba mortalmente cansado con la cabeza apunto de estallarle. Pero había logrado salir de ahí vivo...

[Rosália Pereira]

Rosália Pereira estaba nerviosa. Nerviosa y ansiosa, porque hacía miles de años que estaba como Arcana de la Legeremancia, enseñando a todo tipo de alumnos, que iban y venían. Algunos entraban y no salían de la pirámide. Otros ni siquiera llegaban a acercarse a la isla. Algunos cuántos no llegaban ni siquiera a sus aposentos o no aguantaban el largo camino que corresponde a la habilidad. Pero éstos dos alumnos eran prometedores lectores de mentes. Ya sabíamos todos que no era solo leer la mente, para considerarse un legilimante. Eran muchas cosas y entre ello habían demostrado al menos, ser merecedores para entrar y hacer la prueba. Si todo salía bien, saldrían exitosos de allí.

Y así fue como @ Juv Macnair  salía del portal. Rosalía abrió una gran sonrisa en su rostro y se acercó a ella, dándole unas palmaditas en la espalda haciéndole observar que su anillo se había vinculado exitosamente a ella. Ahora era una legeremante. Estaban terminando de "festejar" su logro, cuando el portal escupió a un segundo mago, ésta vez @ Jeremy Triviani . La Arcana abrió sus brazos para recibirlo. ¡dos alumnos seguidos! Le hizo lo mismo al joven, que se fijara en su anillo, que al salir del portal se había vinculado a él. Tenía enfrente a dos nuevos legeremantes.

Rosália chasqueó sus dedos y desaparecieron los tres directamente a su cabaña, para despedirlos. Ahora Rosália era mucho más fuerte, porque de eso se trataba, fortalecía a los magos y brujas con su habilidad, pero ellos al obtenerlos la convertían en alguien más fuerte.

♦ — F I N— ♦