"Dream Of Freedom"...la libertad beneficia a más de uno.

[Kahlan Blackthorn]

 

Vaya mal rollo que se cargaba aquel hombre, matando de tajo las intenciones de pasar un rato divertido y ameno por parte de los mortífagos. No venía nada de ilegal o truculento en las acciones de los magos tenebrosos, quizás solo un poco alocadas y destructivas. Esa era la verdadera esencia que recordaba de los seguidores de la oscuridad, el perderse en un camino sin retorno siendo capaces de cometer los actos más atroces y no sentir el menor remordimiento. 

La magia era un instrumento a su disposición, pero nada superaba su inteligencia endemoniadamente caótica. El caos le corria por las venas, deslizándose como lo hace una sustancia sobre la superficie que desea dejar reducida a un mero recuerdo de lo que fue— No es que no sea creyente o respete lo que los demás piensan. Pero el recurso más bajo y poco estratégico que puede usar es el de amenazarnos sin esperar una represalia que no olvidara jamás—ese hombre hablaba demasiado y eso le causó jaqueca al Ángel Caído. 

Palabras que resultaron en un sonido estridente, parecido a las bocinas de un viejo auto muggle. El sacrificar algo, no le causaba el menor pesar, sino todo lo contrario— Nuestra existencia esta atiborrada de toda clase de sacrificios, ya sean propios o ajenos—ladeando la cabeza trajo a su mente aquel hechizo que anhelaba tanto poner en práctica. 

—Fuego Compacto—la voz del Blackthorn fue como un estruendo que retumbó en el centro de la tierra. El haz de fuego compacto era tan fino y letal que era imposible compararlo con un rayo, pero lo era. La acción efectuada por Rory quedó en borrada del espacio y tiempo, nada sucedió y ahora el que sufría de alucinaciones o no tardaría en experimentarlas sería aquel párroco. 

Sabía a la perfección que era un predicador, pero como siempre le gustaba buscarle el lado chusco y socarrón a los cargos que algunos de sus enemigos ostentaban. Eso sí mostrando el respeto debido, pero sin caer en excesos o concesiones excesivas. 

@ Malum Luxure

@ Ada Camille Dumbledore

@Todes *¬*

Rorys sigo esperando esa botellita xD

 

[Hessenordwood Crouch]

Grelliam;

Lleva un rato ahí, caminando entre los escombros humeantes de aquel sendero guiado por el becario con la mente aun a su merced, el muchachito que no ha de rebasar los dieciocho años lo sabe encaminar hacia las cuevas donde han conseguido capturar a un grupo de visitantes que próximamente ocuparán el vacío de las bestias en la reserva. En lugar de solo aplastar todo bajo el calor de las llamas, al menos esto otro es lo que a él le hubiera parecido una mejor advertencia para aquellos que siguen confiando en resguardar a sus criaturas en sitios como estos. El qué hará con esas personas exactamente es algo en lo que no ha pensado bien todavía, no era parte del plan mortífago secuestrar turistas, sin embargo, ahora que los tiene y a falta de criaturas mágicas, tal vez pueda conseguir de ellos suficientes partes que pueda él usar después como ingredientes para alguna elaborada pócima.

Hasta ahora se han sabido librar de cualquier posible enfrentamiento a lo largo del camino a través de la reserva; —Buscamos a Matt Blackner-, dicen y explican que ese es el hombre a quien Benjamín Whisper los ha enviado a encontrar para que los saque de ahí. Luego el auror que los intercepta para interrogarlos piensa que es más importante atender a los otros llamados de auxilio que perder el tiempo con ellos, pero les advierte a ambos que por ninguna razón sigan adentrándose más a la reserva y que salgan de ahí lo antes posible. Quizá aturdir al oficial auror cuando les da la espalda para retomar su marcha hubiera sido una buena idea, pero gastar energía en eso podría costarle el control mental que mantiene sobre el aprendiz del departamento de criaturas mágicas. 

—Shh-, el brujo siseó donde el camino se termina y los pasos del becario se detienen abruptamente. El niño ya no sabe por dónde continuar y Grelliam comienza a pensar que es inútil seguir manteniéndolo embrujado. —¿Qué es esto?-, era fascinante el campo de electricidad que mantenía aquel grupo de erumpent contenidos obedientemente. Sin duda las criaturas reconocían, tanto como él, el peligro de cruzar aquel cerco eléctrico. —Que particular-, los casi transparentes ojos de Grelliam reflejan el poder de aquella magia que casi consigue explotar su cabeza con tan solo contemplarla. —Tan listos, ellos saben que no pueden atravesarlo, pero ¿de que es? ¿con qué se ha fabricado?-, 

Para fortuna del brujo e infortunio del aprendiz, Grell está menos dispuesto a sacrificar a uno de esos ejemplares de erumpent para averiguar la resistencia de este material con el que ha sido construido aquel establo.

—Ve ahí-, ordena finalmente, con la mirada anclada en el punto justo donde el chico colisionará en breve con la barrera.

Pero un par de metros antes de que la electricidad hiciera contacto con el brujo becario una entidad apareció casi de la nada (o quizá es que Grell está demasiado concentrado pensando en la materia del muro) y se interpuso en el camino para evitar que el chico recibiera algún tipo de daño por la descarga. Demasiado saturado de ideas tras todos estos acontecimientos Grelliam pierde finalmente el control de la mente del muchacho aprendiz ante la presencia de aquella aparición, dejando al niño desorientado y confundido en medio de este inesperado encuentro.

—Ah, espera, yo te conozco -, tarareó como si lo intentase, pero realmente no se esforzó más tiempo. —No me digas, no me digas…-, la sonrisa que pudo proyectar finalmente fue amarga. —Un Moody ¿tal vez?-, se balanceaba sobre sus pies, pero pronto un chispeo que proviene del cerco eléctrico detrás de ellos vuelve a capturar como imán la atención del licántropo. —He estado cerca de otros Moody antes sabes, y tú…-, el mago jugó con la varita astillada entre sus manos. —Quiero decir, estar frente a ti no se siente como estar con alguno de ellos-, pensó entonces en un flechas de fuego, necesitando de sus dos manos para apuntar en dirección al clon de Melrose.

Desconocía en gran medida la magia que se estaba empleando en ese lugar, así como también que esta figura frente a él se trataba de un clon de la Moody invocadora, pero igualmente los filamentos de fuego fueron disparados uno tras otro sobre ella. Muy atento a cada movimiento, el brujo esperó por una respuesta acertada de su parte.

[Mael Blackfyre]

OFF.- ¡GENTE! Por favor, al menos léanse y sean coherentes. Sino el rol queda horrible. Las Auras no están permitidas actualmente (El de Caos tampoco). Y si hay gente que aceptó lo que hizo Rory con su poder de clan, entonces luego no se puede “anular”. No estamos en redadas para off, pero por fa, lean, y disfruten, no se cagu3n los roles porque si.
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Casi podía disfrutar del veneno gaseoso que estaba entrando por mis fosas nasales, como si fuera el perfume de las flores en plena primavera. Obviamente que dolía, porque iba produciendo algunos cortes dentro de mi sistema respiratorio para adentrarse hasta los torrentes sanguíneos, pero aquel empleaducho del Ministerio estaba dando mucha más batalla que ninguno, al menos en mi tiempo como Goldor. Automáticamente pensé en un Anapneo para no morir. Me gustaba jugar pero estaba en el campo de batalla, debía conocer mis límites.

Miré a varios lados y pude ver que aparecían algunas figuras encapuchadas más, con la idea de tener libertad. Eso significaba ser mortífago: tener libertad de hacer lo que quisiéramos.

Pero algo hizo bajar mis energías. Fruncí el ceño, aun teniendo mi máscara que cubría mis facciones. No era el Cinaede, claramente. Asi que busqué con la mirada para ver quién era el culpable de aquello. Era una magia que no conocía. Allí lo vi, parado con pleno orgullo cerca de donde estaba Darla y Sean. Rory Despard estaba emitiendo algunos encantamientos que no conocía, jamás lo había visto. Caí con una rodilla al suelo. Era como si estuviera a punto de desmayarme. ¿Así se sentía morir? Para variar, de repente sentí como una mano gigante e invisible me mandaba a volar unos cuatro metros. Caí al suelo tras haber rebotado unas dos o tres veces y rodee en el suelo. Eso me había dolido. Y eso me estaba haciendo enojar. ¿Qué clase de magia manejaba aquel cura desgr4ciad0? Solo lo creía como un portador de la palabra de su señor, nada más, casi un ser político que el poder lo llevaba en la palabra. Pero al parecer, se había estado conteniendo y ahora demostraba que sabía usar un poco su varita.

Automáticamente apoyé ambas manos sobre la tierra para lograr concentrarme en lo único que se me ocurrió en ése momento, un Vulnera Sanentum. También una Curación, no vendría nada mal después también de haberme curado del Cinaede. Si tuviera algunas pociones de más, seguramente las habría bebido a todas.. No tenía heridas físicas demasiado graves pero me recompondría de lo que me estaba provocando aquel mago ex ministro. Me puse de pie, jadeando, mirándolo. Mi túnica negra tenía algunos rastros de tierra y en una de las puntas, se había desgarrado con el arrastrar en el suelo.

— ¡Podrán intentar pararnos! Pero no creo que logren contenernos a todos —mis palabras eran confirmadas por aquel mortífago que estaba mostrando batallas unos metros de mí, Zenin. Aquel mortífago se había enojado también con el Ministro, que había logrado tirarlo a un costado. Más atrás sabía que Galia, Denébola, Black Reaper y otros más estaban haciendo de las suyas—. ¿Acaso no quieren la libertad de todas éstas criaturas de la Reserva? ¿Por qué quieren que todos seamos robots enjaulados? Deberían unirse a la Marca Tenebrosa, tal vez tu señor también te escuche aquí, Señor Despard. —me acercaba lentamente a ellos. Estaban a muchos metros tanto Rory, como Darla y Sean pero los metros que me habían mandado a volar los había retomado nuevamente—. Pronto también verán caer al Ministerio de Magia. Estamos dentro. Ya lo verán…

@ Ada Camille Dumbledore  @ Malum Luxure  @ Rory Despard  @ Sean -Ojo Loco- Linmer  @ Darla Potter Black  @ Tazz @ Kahlan Blackthorn

[Kahlan Blackthorn]

 

 

Sadakat 

Sintió la fuerza de la palabra que llevaba tatuada cerca de la marca de Caín, legado que compartía con su gemela Kahlan. Ahora le era completamente claro el mensaje, percibir y asimilar todo el poder que brotaba de cada uno de los grabados que tenia plasmados en el cuerpo, yendo al son que el mismo comenzó a tocar no frenaría la fiesta de una sola. Solamente se dejaría llevar por sus impulsos juveniles, aunque pocas veces los escuchaba haciendo oídos sordos a los mismos— Si fuera tan sencillo matar con o sin magia, varios de los que habitan dentro del mundo mágico hubieran dejado de existir desde hace tanto tiempo—dejándose esas palabras para el mismo. Aprendiendo a que no era sensato dejar libres sus pensamientos, creando barreras oscuras que eran infranqueables para los que practicaban la Legilimancia.

El contaba con ambas habilidades, colarse por los pensamientos ajenos y del mismo modo proteger los propios. Pero le resultaba demasiado aburrido meterse en la mente del párroco, no le viniera saliendo con que debía confesar todos sus pecados y finalmente arrepentirse por cada uno de ellos— Si claro, renunciaré a toda la diversión que me da ser el villano de la historia que muchos me han montado desde que llegue a este mundo—le gustaba la idea de ser ese criminal estilo película antigua. Esos que iba por la carretera siendo perseguidos por una panda de policías escudados en sus escandalosas sirenas, disparando tras mirar por el espejo retrovisor.

El amuleto dragón que llevaba colgado en el cuello, le daba el poder absoluto sobre esas maravillosas criaturas— Kreston, Meraxes encaminen a nuestros nuevos camaradas a Holanda—la orden era certera. Un nuevo Fulgura Nox fue invocado por el Ángel Caído, tras cerrar el que condujo al primer grupo de dragones hacia Alemania. El ministro creía que frenaría los planes de los mortifagos con sus poderes de sacerdote, ni al dios al que más devoción le tuviera le salvaría de perder esa batalla contra los magos oscuros. Bien decían que existían muchas clases de fe, aquella que te hacia creer que eras capaz de lograrlo todo y la contraparte de esta, la que de manera irremediable te colocaba una venda en los ojos y te hacia dar palos de ciego al agua.

— Me la pase de lujo, pero tengo otros asuntos que atender. Les deseo suerte en su afán por detenernos, no sea que al final las alimañas que acaben siendo exterminadas sean ustedes—escapando de sus labios una sonora carcajada. Percibiendo como las aleaciones de las que estaba compuesta su máscara se introducían a su sistema, aquel veneno químico que no le mataba, pero si potenciaba al máximo su lado nocivo y tóxico. Montándose en el lomo de Jergintarth, el Opaleye de las Antípodas expulsaba una llamarada de un escarlata tan intenso que parecía la sangre de los que estaban a poco de caer entre los brazos de la muerte. 

Desviando su vista hacia donde estaban Galia y Denebola, no les abandonaría del todo. Echándole una revisada a la velocidad de la luz a todo el arsenal que poseía, aquel conjuro apareció en su pensamiento como lo hace un conejo fuera del sombrero de un mago—Necrohands—un par de manos fantasmales servirían de escudo, para proteger a sus compañeras hasta que pudieran cruzar el portal sanas y salvas. El se iría al final, porque no se le quemaban las habas por salir corriendo, sino que deseaba dejarles uno que otro regalo a los magos entrometidos que deseaban arruinar sus planes a toda costa.

@ Malum Luxure @ Ada Camille Dumbledore @Todes *-*

*se va volando en su dragón* Pórtese bien, Rorys ñ_ñ

[Malum Luxure]

La llegada del ministro había hecho la situación más interesante, este intento usar una magia pero fue interceptado por mis compañeros justo a tiempo o podría haber tenido consecuencias devastadoras contra nosotros puesto que algunos como yo nos encontrábamos con la guardia baja, maldita idiotez que me llevó a ser tan confiada.

-Istar llévate a este imprudente!- Ordene con voz fuerte y una elfina apareció instantáneamente, empujé al joven que tenía agarrado de la ropa.

La criatura desapareció con él tal con llegó, mientras yo me puse en campaña a encaminar los últimos dragones, entre esos los míos que servían para dirigir a los otros al portal que Black Reaper había abierto, ese mago sí que sabía lo que hacia, se había encargado de la mayoría del traslado y encima de protegernos a Galia y a mi.

-Señor ministro su intervención en este asunto le saldrá muy cara por ahora observe como sus esfuerzos no sirven de nada.- Monte sobre el colacuerno con suma elegancia. -Tenga la seguridad que no será la última vez que nos veremos.- Me eleve por los aires teniendo la seguridad que Goldor y Zenin tengan controlado el asunto.

Mire a la novata quien era otro punto de apoyo por si hacía falta, esto había salido mejor de lo que esperaba, sin duda el comienzo de la caída del actual gobierno, estábamos demostrando que nosotros podríamos atacar donde sea y que ellos no podrían evitarlo, demostrando sus flaquezas en seguridad, no podía estar más contenta. Espere a Galia y a Black Reaper en lo algo donde no estaba expuesta a el duelo que se estaba llevando abajo, esto era lo último para mí por ahora me estaba despidiendo de los restos de lo que fue la reserva. Ciertamente me había decepcionado el accionar de regente Egipcio pero luego arreglaría cuantas con el mago.

--------------- ❤️

@ Mael Blackfyre  @ Rory Despard  @ Ada Camille Dumbledore  @ Kahlan Blackthorn  @ Thoth  @ Tazz  @ Valeskya Granger  @ Darla Potter Black  y los demás

Editado 7 de Abril del 2022 por Malum Luxure

[Kahlan Blackthorn]

 

Blackthorn se estaba tomando su tiempo, analizando la manera más teatral de salir de escena. Recordando sus andanzas dentro del Instituto Cornwall, sitio donde aprendió a dominar parte de la magia que le proporcionaban varios de los tatuajes que tenia impresos en su piel. Rasgos de generaciones que se encumbraron como las más poderosas y dominantes dentro del lapso de tiempo en que sus antepasados, dieron con la formula exacta para controlar a las masas que solían descarriarse como ovejas que se iban a pastar a los montes. Tener bajo el yugo de su mano todo lo que le rodeaba era un rasgo que compartía con su hermana Kahlan, transformándose en un narcisista que solo buscaba satisfacer sus necesidades.

Dejando que la aleación que le daba forma a su máscara hiciera contacto con su piel, no perdía de vista el horizonte que era su única meta por alcanzar. Dar un golpe certero sobre la mesa, dejando en claro que no necesitaba alardear con palabras rimbombantes para hacerse notar dentro del mundo mágico. El inmenso poder que le corría por las venas era como el mercurio, metal liquido que era capaz de extraer el oro en los minerales más elementales y básicos que existían dentro del planeta. El succionaba el dolor de sus victimas, adentrándose como lo hace un bisturí para realizar una incisión y sacar algún órgano en mal estado o reconstruir el mismo luego de ser dañado por un ataque imprevisto. 

— Jamás perder el curso, siempre ser el navío de guerra que lanzará la primera bala de cañón y dará en el mástil enemigo. Provocando que la velas que lo impulsan pierdan su curso—aquella comparación le remontaba a sus años de lectura sobre piratas y corsarios que recorrían el inmenso mar en búsqueda de riquezas que se encontraban apresadas en cofres de madera con algunas incrustaciones en oro y piedras preciosas. Cuentos para niños que avivaron la llama oscura que le condujo hacia la reserva, sitio donde había causado todo un caos— Es mejor rendirse antes de pelear una batalla que ya está más que perdida. Ustedes no pueden ganar, pero se engañan creyendo que nos superan en número o poderío—divagaba un poco mofándose de los Fenixianos, producto de la adrenalina que colapsaba sus sentidos. 

Observaba como sus dragones cumplían con su encomienda, no le quedaba más que salir de ese sitio envuelto en una llamarada oscura que fuera lanzada por las fauces de su dragón. Fuego que no era capaz de quemarlo, sino de despertar su vena asesina más desquiciada y sanguinaria.  Su Fulgura Nox se cerró tras cruzar el mismo, ya no quedaba el más mínimo rastro del Ángel Caído en esas tierras, nadie podría dar fe de sus actos desmesurados y atroces, mucho menos ser testigo de toda la sangre que no pudo derramar. Pero ya le cobraría esa frenta al Ministro de Londres, no le gustaba quedarse con las cuentas pendientes que marcaban números rojos en sus finanzas bélicas.

Denebola y Galia estaban sanas y salvas, cumpliendo con la promesa que empeñará con Selene y Alexander. No dejar que ninguna de las personas que eran preciadas para el par de magos, pudieran sufrir ninguna clase de daño o laceración sin sentido o razón aparente. Ahora su rumbo era desconocido para sus enemigos, pero no para los aliados que siempre le tendían una mano y el correspondía del mismo modo.

@ Malum Luxure @ Ada Camille Dumbledore @Todes *ahora si se va con su dragón* Adeu Rorys, ha sido un placer xD

[Ada Camille Dumbledore]

 

Toda la labor que habíamos hecho en la reserva estaba casi concluida la liberación de las criaturas se había realizado de manera efectiva y todos podríamos sentirnos satisfechos pues nuestro principal objetivo se había cumplido. La aparición de más mago me hizo pensar que al parecer todo estaba saliendose de control y como era de saberse esto ya se había terminado habíamos liberado a la mayoría de criaturas y a unos cuantos militantes de la orden del fénix y del ministerio habían llegado a interrumpir nuestra labor, ¿es que acaso nadie le s había enseñado que interrumpir la labor de otro era de mala educación? No iba entrar en detalles, Black Reaper se había encargado de nuestra protección y había hecho un portal para irnos. Lo mire orgullosa de su atención y ojalá pudiera ver la sonrisa que le regalaba tras la máscara. Varios de mis compañeros de ideales estaban en sus labores y algunos más los estaban enfrentando yo me acerque a la novata (  @ Valeskya Granger  

) y a nuestro compañero Zenin (

@ Tazz

) con calma puse mi mano en el brazo del mortífago para calmarle.

 

- Nuestra labor ha terminado aquí volvamos al hogar

 

Mi voz había salido casi sibilante, me di la vuelta y viendo cómo era momento de partir subí mi mirada al mortífago ( @ Kahlan Blackthorn ) montado en el Dragón enviándole un beso con mi mano e hice un a reverencia a los que alejadamente nos intentaban atacar y cruce el portal sin mirar atrás saliendo del lugar.

@ Malum Luxure  @ Mael Blackfyre  @ Rory Despard  @ Hannity Ollivander Evans  

 

[toji]

Zenin

El caos que se había generado con la llegada de unos cuantos del bando empezaba a disminuir. EL ministro apenas daba batalla... ¿Qué iba a hacer el pobre hombre si ni siquiera las fuerzas del orden público acudían a su llamado? El ministerio de magia había caído muy pero que muy bajo… Ni la supuesta organización de defensores de la paz y la justicia, de la que era miembro el primer ministro, había hecho acto de presencia. Era vergonzoso, dejar a una sola persona hacerle frente a todo un grupo organizado que deja rastros de caos y sufrimiento allá por donde va. Pero ese era problema del pobre primer ministro Despard, por su parte Zenin había pasado un rato divertido, aunque solo cruzara un par de hechizos con el párroco. Necesitaba un poco más de caos… 

—Iré a dar una vuelta por ahí… — anunció al mortifago que conocía como Goldor. —seguro quedan algunas jaulas cerradas con sus respectivas criaturas presas de la maldad del ministerio de magia— añadió mientras recogía nuevamente su Haori y se lo colgaba de los hombros. Poco a poco se fue alejando de la multitud que se había reunido en el campo de batalla en donde le hicieron frente a Rory. Caminaba despacio sopesando en cada paso que daba sobre la posibilidad de incendiar todo el recinto de una vez… quizás con todos dentro, o simplemente dirigir su rabia en contra de los muggles o guardias mágicos que aun rondaran por ahí … difícil decisión. 

—¿Alguien? — preguntó a al nada mientras caminada entre las jaulas que ya habían sido abiertas por sus compañeros de bando. —Por favor… necesito torturar a alguien… algún alma caritativa que quiera ser desollado— suplicó mientras desenvainaba la catana que llevaba sujeta en su cadera. 

Golpeó las rejas de las jaulas abiertas con el lomo de la catana mientras deambulaba sin rumbo fijo. Hace rato que solo caminaba hacia delante sin siquiera percatarse de hacia dónde iba o si ya había pasado por esas jaulas antes. Sin resistencia por parte de las fuerzas del orden, tanto públicas como secretas, el asunto que los había llevado hasta allí era un mero trámite que se resolvía en menos de santiamén. Por lo que la parte divertida para Zenin ya no estaba disponible, ya no tenía mucho sentido seguir allí donde casi la mitad más diligente del bando se había aparecido. —¿Y si me dejo capturar? …así al menos tendré la posibilidad de batirme en duelo con alguno del bando opuesto— susurró para sí mismo mientras inspeccionaba uno de los hábitats que le recordaban a las dunas egipcias… ¿Qué tipo de criaturas vivían aquí? Cansado de seguir sin rumbo se detuvo en una de ellas y se sentó a reflexionar… 

 

@todes 💚

[Rory Despard]

— El altísimo está en todas partes, seguro también has escuchado su voz en tu interior, atormentando tu mente por los pecados cometidos. ¿Dices que están aquí para liberar criaturas? Yo no creo que eso sea posible de gentes que no han sido capaces tan siquiera de librar a sus almas de la condena eterna.

La suerte de esa batalla había estado echada desde un inicio ¿no lo había anticipado de esa manera Madeleine? Sin embargo, Rory permaneció allí, escuchando la afrenta de otro de los mortífagos presentes (Black Reaper), sobre rendirse ante las batallas perdidas, un pensamiento que él entendía estratégico en los guerreros, pero que desde sus propias acepciones, no hallaba asidero.

Incluso si hacía el esfuerzo, le quedaba claro que había un abismo entre la visión que ellos tenían de las cosas y la suya.

Porque él podía tranquilamente seguir por el resto de sus días peleando batallas perdidas, si es que por mínimo que fuera el margen, más allá de victorias, lo que estuviese entre medio fuera la posibilidad de salvar la vida de alguien, de evitar que un cerrado egoísmo y ambición desmedida de poder, la diezmara injustamente. 

Los mortífagos se retiraban uno a uno. Era evidente que se iban satisfechos por el robo de criaturas, y Rory apenas podía imaginar la enorme tarea que se les venía encima las siguientes semanas de hacer un recuento total de todas aquellas criaturas desaparecidas. La batalla parecía haber llegado a su fin, a menos claro que alguno más de los mortífagos se atreviese a lanzar otro potente hechizo, pero prácticamente con su objetivo cumplido ¿Qué sentido tenía? Él también estaba contemplando la posibilidad de irse, pero necesitaba asegurarse primero que tanto Kaori como Melrose hubiesen podido completar las tareas encomendadas.