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Crónicas de Luces y Sombras II


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Castillo de la Familia Bruke

-Tampoco era la reacción que yo esperaba tener- suspiró, encogiéndose de hombros. -Pero han pasado tantas cosas que no puedo evitar estar molesta. Eso es lo primero que sentí al verte tan tranquilo acostado en nuestra cama, y pudo mucho más que el alivio por saber que te encuentras bien… aunque gracias a ese alivio es que puedo enojarme y dejar de estar preocupada… fueron meses de solo estar preocupada ¿entiendes? -habló tal vez demasiado rápido, dudaba mucho de estar siendo coherente.

Su sonrisa continuaba quitándole el aliento, sintió su suave beso y como todo parecía perder importancia. Esa sensación extrañaba, el sentir que a su lado podría contra cualquier dificultad. Sin embargo, sus palabras la llevaron nuevamente al tema que los tenía entretenidos.

-Doy demasiadas vueltas y saco mis propias concusiones cuando las respuestas que espero fallan en llegar a destino. -no quería volver a los reclamos ¿de qué servirían? Lo que estaría en ambos sería generar la próxima vez acciones para evitar volver al mismo punto. Sí tenían demasiado sobre lo que ponerse al día… o al menos ella mucha información que escapaba hasta el momento del conocimiento de su esposo. -Vamos por algo de comer. Debes estarlo necesitando tras el viaje -murmuró, apartando poco a poco las manos de él de su cadera para guiarlo hasta la cocina.

Todo estaba muy tranquilo en el resto de la casa, como cada día desde la partida de Illidan. Una tranquilidad que ya la alteraba. Al llegar a la cocina, vio a los dos elfos cuchicheando entre sí, era bueno que se llevaran bien entre ellos pues compartían gran parte de la rutina.

-Yo me encargo, necesitamos estar a solas- les dijo tranquilamente, viendo como ambos se dispusieron enseguida a dejar el lugar. -¿Qué quieres comer? Será una larga noche…- anticipó mientras abría las alacenas.

@ Illidan Burke

 

Una semana antes, en Fabricante de Mentiras

Mica sentía su cabeza a punto de estallar. No podía callar su mente de ningún momento desde aquel día en que había obtenido la verdadera identidad de Goldor… o más bien sabido el hecho de que Mael estaba tan fuertemente involucrado en la Marca Tenebrosa. Saber que había sido el artífice del ataque a su esposo la había hecho perder del todo la estabilidad. La cordura… ¿cordura? ¿qué era eso? Llevaba mucho tiempo sin sentirse coherente en ninguna de sus acciones.

El juramento realizado, finalmente, había sido una muestra de ello. No obstante, a la vez, sentía que había sido uno de los actos más coherentes de su último año. Protegerlo, debía protegerlo, del modo en que fuera. Así con ello pusiese en riesgo su propia integridad. ¿Por qué no había incluido a su propio esposo en el pacto? Estaba segura de que a él también lo lograría proteger, al menos de Mael… así sería.

La Gala de San Valentín, bueno, su suspensión y aquel atrevido viaje que unos cuantos habían emprendido entre planetas desconocidos, la había llevado a compartir también más tiempo con el mago. El rechazo en sus acciones lo había mostrado por demás molesto, pero el tiempo había calmado las cosas.

Sabía que él no la quería cerca, sin embargo, ella continuaba acudiendo repetidamente a él cuando necesitaba algo, o cuando creía que él podría estarla necesitando. Si bien sabía que él podría resolver sus propios asuntos sin acudir a ella en absoluto. Pero allí estaría. Tal vez la esperanza de que alguien la necesitara en algún momento era uno de sus “cables a tierra”.

El día del incidente de los minerales, tras el ataque de Ludwig, había llegado a su mente el recuerdo de su hermano y se sintió identificada con la soledad que él probablemente había experimentado los últimos meses. Soledad de la que en parte era culpable, tanto en un caso de su hermano como en el suyo. Pero sabía que en la muerte de su hermano había muchos más culpables, no solo quienes se habían ausentado y faltaban allí a la hora de ayudarlo. No. Había testigos, y muchos, que no habían hecho nada frente al asesino de Elvis.

¿Por qué no lo habían denunciado? ¿Por qué no se habían sumado en defensa del fallecido Auror? Había sido una muerte totalmente evitable, al menos así la había podido ver desde los recuerdos de Luna Gryffindor, quien también podría haber defendido a su padre ¡Era su padre! ¿Por qué no había hecho nada?

Con ese maremoto de pensamientos, ingresó a Fabricante de Mentiras, negocio que compartía con el nuevo patriarca Gryffindor, y se dirigió a su sitio “habitual” dejándose caer en su asiento antes de taparse el rostro y gritar a todo pulmón. Era un grito de ira, de desesperación, de todos los sentimientos que llevaba meses guardando.

@ Mael Blackfyre

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Las palabras de Mica eran más tranquilas, tal vez los besos, o que el rubio cediera, aunque ceder no era la palabra, ella tenía razón de enojarse, aunque claro, el soñador, ex black Lestrange, esperaba una escena de cuentos de hada, como cuando el soldado vuelve a casa y la mujer se cuelga de su cuello y ambos giran varias veces antes de darse un infinito beso. Lejos de ser un sueño, estaba a gusto con el resultado. 

La escucho silencioso y receptivo, siempre manteniendo aquella apacible mirada, comprensiva, amorosa. - Eres más lista y hábil que yo... Dame recursos para hablar contigo sin tapujos cuando no esté en casa... - Dijo recordando algo. - Por ejemplo... - Se alejó de ella y rebusco en uno de sus cajones. Tardo más de lo esperado, pero se giró hacia la castaña portando un espejo de mano. - Esto me lo dio Mael el día de la boda, se supone que sirve para comunicarnos, pero nunca le di uso, sigo sin entender como funciona... - Tras mostrarlo lo posó sobre el mueble de donde lo había cogido. 

Él no pudo verlo, pero tras dejar el espejo sobre el mobiliario, lo que el mismo reflejaba se volvió borroso, dando un reflejo ajeno al entorno. La voz de Mica resonaría, recomendando ir a comer algo. Él se mantuvo en silencio, la siguió por el castillo, aun analizando sus palabras anteriores, pero en silencio. El castillo incluso se veía mejor, más acogedor, de seguro por el trabajo de ese par de elfos, que conocían a Mica e Illidan tanto, que hasta pensaban como ellos. 

Al llegar a la cocina, La matriarca les pediría privacidad a los elfos, los cuales, dejarían el lugar tras su cuchicheo, Senuv por su parte, se atrevió a mirar y tirar una seña con las manos, "Después hablamos" interpreto el rubio con una sonrisa. No podría regañarlo, no era su sirviente, lo consideraba un amigo, un elfo libre. El patriarca tomaría asiento en la isla, centrar de la cocina, en una de las butacas, en lo que Mica le preguntaba que deseaba cenar. - Lo que sea... - Susurro, sabiendo que cualquier cosa en manos de ella estaría bien, pues el peor platillo de la casa sería una gloria para el rubio, que llevaba meses viviendo a comida comprada. 

- ¿Una larga noche? - Pregunto extrañado, seguro ahora lloverían las noticias, y sentía que ponerse al día, sería algo que no le iba a gustar, sabía por experiencia que cada que desaparecía, algo se tornaba gris y oscuro en aquella ciudad, o en el mundo mágico mejor dicho. 

@ Mica Burke  @ Mael Blackfyre

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Castillo de la familia Burke

“Más lista y hábil” claro que no lo era, de ser así no se habría topado con tantos obstáculos alrededor de los últimos meses. Frunció el ceño al saber del espejo que su esposo compartía con Mael. ¿Qué se habría querido hacer el mortífago al darle eso a su esposo? ¿Saber su paradero? ¿Los estaría vigilando desde el otro lado? Como fuera, lo averiguaría, no sin antes destruir ese dichoso objeto. ¿Cómo diablos haría ahora para lograr proteger a ambos?

Llegar a la cocina le permitió dejar de pensar por un momento en los espejos comunicadores y de cómo su esposo había dado de ese modo acceso al mortífago de lo que sucedía en su propio castillo. Se mordió el labio inferior, pensando en cuántos errores así podría estar cometiendo su esposo por no saber quién era Mael realmente. ¡Goldor! Nada más y nada menos que aquel enmascarado que había intentado atacarlo pocos meses atrás.

Él no tuvo preferencias respecto a la cocina, por lo que buscó papas y un trozo de carne. Mientras él se sorprendía respecto al planteo de “una larga noche, se puso en acción. Con un par de movimientos de varita peló y cortó las papas, eligió especias y preparó la carne, antes de poner todo en una fuente y enviarlo al horno.

-¿Acaso planea simplemente ir a dormir, señor Burke? -murmuró provocativa, intentando relajar un poco el ambiente, mientras buscaba dos copas y servía en ellas un poco de vino rosado dulce. -Hay realmente mucho en qué ponernos al día… - se acercó y le tendió la copa, antes de dejar la suya en la isla y dar un pequeño brinco para sentarse encima de la misma. -Te he extrañado, y mucho- acotó, volviendo a alzar la copa al tiempo que cruzaba sus piernas con delicadeza. -¿Por qué brindamos? -sonrió, su presencia allí reparaba un poco su vida. Un poco. 

@ Illidan Burke

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Me quedé algo desconcertada con la reacción de Azrael, que pasaría por la cabeza de ese hombre? Pero de la nada se marchó y nos dejó solos, Mael y él no se llevaban muy bien que digamos pero por ahora continuar con los planes que teníamos era más importante, ver con cuanta fuerza mortifaga podíamos actuar por que ser simplemente un par no es muy aconsejable.

Mire distraída los alrededores pues se sentía el movimiento extraño en el lugar, no era nada en vano tener la varita al alcance, ahí cerca había llegado otra persona pero no le alcanzaba a ver bien, que buscaba? Acaso un espía? O un compañero...esta reunión se ponía un poquito extraña pero bueno supongo que habría que ver que busca.

-Quién eres? Y que quieres?- Soné bastante hostil empuñando mi varita al extraño que no lograba ver bien en la oscuridad.

Busque la mirada de Mael como comprobando que estaba alerta de la situación, estaba claro que yo no era muy diestra en la varita pero si esta caía mi mano no dudaría en usar un poco de magia ilegal, trataría en lo posible de no usar ese tipo de trucos tan abiertamente en frente de alguien más a lo sumo que mi vida esté en Franco peligro, pero esta situación era de lo más extraña.

-Por lo visto tu casa es un centro social...- Le comenté a Mael en tono suave para que escuchara la broma.

-------------- ❤️

@ Thoth  @ Mael Blackfyre

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-Al parecer no llegué al lugar que tenía pensado. - Piensa en voz alta, luego evoca la pregunta y le contesta, pero manteniendo su distancia en medio de las sombras y la lluvia, empleando un encantamiento para protegerse del clima. - Es difícil e imprudente poder responder a ello. - Le expresa a @ Malum Luxure  - Sin embargo, al aparecerme de esa forma, supongo que no tengo otro remedio. - hace pausa y deja salir un suspiro. - Soy un simple peregrino, y extrañamente me encuentro paseando, pero me imaginaba haber llegado al hogar de los Luxure, pero quizás me puedan ayudar a llegar a ese lugar. -

 

El regente mantuvo siempre ese tono dulce, sus palabras eran calmadas y casi emitía cierta paz, pero sus orbes sólo se percata que esos seres eran quizás alguien que no estuviera haciendo el bien o bien se encontraba en una cita ¿acaso interrumpió un momento romántico? Esto no era la que percibía en el ambiente, ya que había cierta tensión o bien encantó. Por consiguiente, bajo su mirada y medito antes de volver hablar. 

 

-Y si están muy ocupados. - Les clava la mirada. - sabre entender que no me pueden ayudar, por lo que será cuestión de tiempo que pueda conseguir como ir a ese lugar, supongo que será cuestión del destino de los dioses que me muestre el sendero. - Y eleva su mira al firmamento. - Pero en verdad curioso que me encuentre en medio de tanta lluvia. - En eso pensó sobre cómo había errado o no el estar cerca del hogar de los Gryfindor. 

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En que momento empezó a llover? Estaba tan concentrada en armar la estrategia a seguir con Mael que cualquier otra cosa externa me parecía irrelevante, en cuanto al otro mago se me hacía familiar pero aún no estaba tan segura de ello, de sus palabras había pequeños detalles que no encajaban del todo. Cuando se puso evasivo entendí que iba a ser alguien un poco más difícil de tratar, en su poca respuesta se coló mi apellido y eso me dejó aún más alerta, que demonios tendría que que él con Luxure? Eso sí ya no me estaba gustando nada...por supuesto necesitaba saber la verdad.

-Señor peregrino usted está muy pero muy lejos de su objetivo.- Le respondí con seriedad dando un paso en su cercanía aunque pudiera ser arriesgado se estaba metiendo con el que ahora era mi hogar. -Que relación tiene con esa familia y por qué la busca?- Estaba casi segura que mi pregunta no sería bien recibida por el extraño.

Esto había dado un giro inesperado pero yo necesitaba encaminar esto para algún lado que beneficie a mis planes contra el gobierno y los desperdicios de aire denominados fénixianos/as, el Gryffindor tendría que actuar por qué si no lo haría yo, aunque este era su terreno.

-La familia Luxure es muy cercana a mí ciertamente pero eso no significa que...- Interrumpí mis propias palabras todo tenia un aire de desconfianza desagradable, ante ellos siempre estaba en desventaja. -Podría guiarle pero en este momento estoy en un tema de negocios con el mago dueño de esto hogar...podría esperar o seguir camino y adelantarse.- Probablemente estaba siendo imprudente pero no me importaba en lo más mínimo.

Quizá sí Mael se apurara a elegir que hacer yo tendría más respuestas y menos dudas sobre todos los asuntos expuestos en este mismo momento.

------------------ ❤️

@ Mael Blackfyre   @ Thoth

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Mansión Gryffindor.~

Miré detenidamente al joven que siempre había sido tan reacio. Por un momento, creí que aceptaría el poder trabajar juntos entre los Luxure y los Gryffindor pero antes de poder terminar de pestañear el Luxure decidió irse y dejándonos tanto a Malum como a mi solos. La lluvia había empezado a caer y se sentía extremadamente todo en paz, incluso sabiendo que cerca de allí había un par de dragones merodeando los cielos. Rei suavemente ante el comentario de la joven sobre el punto de reunión y asentí, enfocando la mirada al joven nuevo que había aparecido.

— Tal vez tu destino esté junto a nosotros. ¿Quieres acompañarnos? Tomaremos algo y planearemos algunas cosas. Necesitamos varitas a nuestra disposición.

Invité a pasar al joven que había estado buscando a la Luxure. Le había ocurrido algo similar a mi, en cuanto necesitaba a Malum, había aparecido la bruja. Ahora el chico buscaba la Luxure y nos había encontrado a ambos dos. Les hice una seña para que me siguieran, tenía un sitio nuevo que estrenar y exclusivamente para los seguidores de la Marca Tenebrosa, donde solamente pasarían si tenían la marca tatuada.

No iremos a la mansión, no es seguro. Pero tengo u lugar listo para nuestra reunión. He invitado a algunos amigos mios que se sumen —le dije a Malum mientras le sonreía de manera picara, esperando que entendiera que necesitábamos un plan y un accionar inmediatamente. Les volví a hacer señas, caminando directamente hacia el Panteón de los Gryffindor. Activé la manija de la puerta y ésta en vez de recibirnos ante donde se encontraba descansando las cenizas del cuerpo del Viejo Auror, nos mostraba una escalinata que descendía a una especie de sótano.

Bajabamos por las escaleras para encontrarnos una sala mediana, todo de piedra con algunas antorchas que iluminaban el lugar. Había unas diez sillas con una gran mesa. Había huecos en la pared con algunos adornos, calaveras, pociones extrañas y objetos aún más extraños. ¿Era un centro de reunión? Solo para un grupo selectivo.

Tomen lo que quieran, hay algunas bebidas para elegir —miré al mago nuevo—. ¿Cuál es su nombre, buen señor? ¿Por qué busca a los Luxure? Si se puede saber —pregunté. Esperaba que Malum se sintiera cómoda. Aproveché a tocar mi marca tenebrosa para llamar a algunos mortífagos mas.

@ Malum Luxure  @ Thoth  @ Ada Camille Dumbledore  @ Arya Macnair  @ Sagitas E. Potter Blue  @ Anthony Ryvak Dracony  @ Darla Potter Black @ Jeremy Triviani   @ Mentita  

 

Recuerdo de Fabricantes de Mentiras.

El grito de la bruja hizo que me sobresaltara de manera exagerada y me diera la cabeza contra una de las bibliotecas.

¡Pero por un demonio, Mica! ¡¿Estás loca, que te pasa?! —pregunté a la bruja que simplemente, había entrado a Fabricantes de Mentiras, se había sentado en su sillón habitual y había descargado todo el aire de sus pulmones con un grito desgarrador. Me sorprendía como no había agujereado uno de sus pulmones o no se le había cortado alguna cuerda vocal. Llevando mi mano al golpe y poniéndome de pie, miré una bruja (otra vez) agotada—. ¿Regresó nuevamente tu marido? ¿Cortaron o no te gustaron sus excusas de su desaparición? —no era muy bueno para las bromas ni mucho menos para calmar a una persona. Pero si estaba seguro de algo es que aquel mago no me caía demasiado bien, aunque ya me había desquitado mi frustración de haberse casado con aquella bruja. Podía decir que se me habían pasado las ganas de quitarle la vida, solo había sido un simple impulso. Apoyé la caja que había estado intentando guardar por debajo de aquellos estantes justo antes de que la desquiciada de Mica gritara a todo pulmón.

@ Mica Burke

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GOLDOR ♦ DEMONIUM MERIDIANUM

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"Así que ella es cercana a los Luxure ¿Acaso un amiga de la familia o parte de la misma" 

 

Pensó un poco antes de hablar, notando en ella cierto nerviosismo. Esto le cuestiono un poco, pero no lo mostro en su rostro, pero sí en sus pensamientos, ya que el egipcio conocía muy poco esa gran ciudad y al parecer había errado su ubicación, quizás por accidente o bien porque tenía asuntos pendientes con los Gryffindor ¿Pero cuales podrían ser estos? Esto era algo que seguro el mismo ni se atrevería a pensar, por lo que simplemente en su mente se cuestionaba la relación que pudiera tener esa mujer con los Luxure, ahora en referencia al mago que hablo antes que él lo hiciera le hizo una preposición un poco subida de tono.

 

-Deseas mi varita.- Expreso un poco atónito y algo confundido. -¿A que se refiere acompañarles? ¿Acaso se refiere...- no termino la frase, porque enseguida le clavo la mirada al mismo un poco más sorprendido. -Y si es así, debo rechazar su oferta, no es algo que haría, además que si no va a su mansión ¿A donde me esta invitando exactamente?- Y se acerco al mismo. -¿A que exactamente es su invitación?-

 

Y observo a la bruja, mientras que al parecer el hombre tomaba otra dirección, en cambio el no estaba seguro a donde ir o mucho menos que hacer ante esas premisas. 

 

-¿Acaso ese hombre es de fiar?-

 

Le cuestiono, suponiendo que el hombre se había marchado, pero para que nadie le escuchará cerro la conversación al emplear la magia Uzza, aquella que le resguardaba de miradas indiscretas y mantener la conversación segura, algo que rara vez usaba al ser un dignatario, porque era quien no escondía nada a nadie, pero en ciertas situaciones era mejor activarlas. Por consiguiente, tomo cierta precaución y sigilo.

 

--

 

@ Malum Luxure  @ Mael Blackfyre

Editado por Thoth
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dpTJ7hu.jpgLa llamada de mi compañero de bando no interrumpió nada esta vez. Sólo me sorprendió. Pocas veces había notado que me llamaba Mael, el otro lugarteniente de La Marca, así que el motivo debía de ser importante. No le quise hacer esperar, al fin y al cabo, lo primero que aprendes cuando estás al cargo del bando es que has de estar disponible para cualquier urgencia. Llevaba puesto un jersey gris oscuro de cuello alto y manga larga, pero con los hombros al aire, elegante para una cena de compromiso que, seguramente, debería de anular, según lo que tardara en estos momentos. Mi pantalón negro y las botas de tacón plano eran cómodos, aunque elegantes, todo fácil de limpiar según lo que sucediera. Sólo necesité ponerme la máscara de una calavera  de lechuza y transformarme en Nemétona, la mortífago de pelo negro y labios violetas.

Desaparecí, al fin y al cabo en mi casa puedo hacer lo que me dé la gana. No era lo mismo en la mansión Gryffindor, donde aparecí en los jardines. Levanté la varita y conseguí con un Lumus ver por donde moverme, pues había llegado a una zona bastante oscura: me encontraba delante del Panteón de la Familia. Algo se retorció en mi interior al recordar quien estaba allá enterrado, entre los diferentes miembros de su familia: Elvis Gryffindor.

El rostro pétreo enmascarado permaneció inalterable. Era uno de los beneficios de ir cubierta; se podían disimular mejor los sentimientos. Pero me rehago enseguida y seguí el impulso de aquella llamada. La Marca se retorcía en la escápula derecha a la vez que el tatuaje del navío del Clan Senescal parecía mecerse en un mar imaginario en mi brazo izquierdo. Tenía que seguí fuera, adentrarme en aquel panteón.

Notaba ojos pequeños fijos en mí; supongo que los de algún elfo, persiguiéndome con la mirada sin dignarse a aparecerse a mi lado, tal vez prudente ante aquella figura oscura que se acercaba y bajaba los escalones de la entrada. Sentí voces. Sonreí.

Me quité la máscara en un impulso y la guardé en el bolsillo de mi chaqueta negra sobre el jersey gris, cayendo en un bolsillo de moke que sólo se abriría con mis dedos. Nadie podría chafardear dentro y encontrarla. Después, me adelanté hacia aquel lugar ambientado para recibir una extraña reunión. Miré a los presentes antes de susurrar:

-- Buenas noches, ¿alguien me puede servir algo de beber?

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En la penumbra de el improvisado despacho que se había montado en el sótano del local que recientemente había abierto ensombrecía el semblante del tempestad. Sumido en toda la documentación que se le había acumulado desde la apertura del establecimiento de venta y adquisición de artículos malditos y potencialmente peligrosos. La catana heredada de sus antepasados descansaba junto a su escritorio, siempre a la vista, a parte de la varita, la catana era su principal arma de defensa en caso de ataque, así que siempre la tenía cerca para desenvainarla. El haori que se había puesto como abrigo descansaba en el respaldo de la silla en la que estaba sentado revisando la documentación. La camisa negra del kimono de diario estaba entreabierta en el pecho. Había poca ventilación en aquel sótano y la temperatura era un poco diferente que la del resto del local, era algo que tenia que solucionar pronto, antes de abrir las otras estancias.

De pronto, una sensación extraña se apoderó de su cuerpo, Toji al principio no supo a que se debía, pero un cosquilleo casi agradable empezó a recorrerle desde la espalda, enrollándose por su cuello y bajando por su brazo hasta quedar bien posicionada en el antebrazo izquierdo. Desde allí la serpiente, símbolo de pertenecer al grupo selecto y tenebroso, le enseñaba los colmillos ansiosa por que el mago le preste atención. —Un llamamiento a la acción— susurró para su pequeña amiga ofidia. 

Fushiguro se puso de pie y tomó la catana por la empuñadura y el haori del respaldo de la silla y desapareció en un destello. Al llegar a su destino pasó la varita por su cara e inmediatamente apareció la mascara de Oni que llevaba a las misiones del bando. —Ojalá esta vez podamos darle caña a más de uno… — susurró para si mismo mientras caminaba por los alrededores de lo que era una mansión que Zenin no conocía. La noche era fría, y con poca visibilidad a causa de la neblina típica del clima del Reino Unido en general. —Me conformo con torturar a algún muggle— sonrió por dentro de la mascara de demonio. Zenin atravesó los jardines hasta llegar al panteón donde residían las lapidas de las personas que antaño vivían en dicha mansión. Se acercó hasta la lápida que dejaba al descubierto un pasaje secreto, unas escaleras que llevaban al interior de algo y que estaba a punto de descubrir el qué. — Buenas noches, compañeros… ¿Es aquí dónde se ofrece acción y diversión? — Saludó mientras dejaba atrás los últimos escalones que le condujeron al sótano en donde estaban reunidos los compañeros de bando. 

—Sabíais que, en algunas tribus de magos y brujas del norte de Europa tienen veladas en las que usan muggles para torturarlos— soltó el dato en medio de la sala. —¿A que suena divertido? — insinuó echando un vistazo a la sala. —¿Hay alguno por aquí? 

 

@todos 

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