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Crónicas de Luces y Sombras II


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Fabricante de Mentiras, una semana antes del regreso de Illidan, un par de semanas después del pacto con Mael (?

Su garganta quemaba tras el grito que se había permitido soltar, creyendo que estaba a solas en las instalaciones del local. Sin embargo, Mael no tardó en hacer notar su presencia, con un tono que denotaba lo molesta que había sido su repentina irrrupción. La mera mención de su esposo en labios del mortífago le generaba cierto rechazo, sobre todo a sabiendas del atauqe que éste le había propinado. Sin embargo, era tal la ausencia del patriarca Burke que no estaba dispuesta a discutir por él en ese momento.

-No regresó, eso lo sabes bien de seguro -dijo con voz seca, moviendo su varita en forma de látigo para impulsar una de las sillas hacia Mael. ¿Trataba de golpearlo? Sí, pero al mismo timepo lo invitaba a tomar asiento… del modo en que pudo hacerlo.

Una pregunta se instaló entonces en su mente, sabiendo que no podría irse del lugar sin hacerla al joven. Estaba segura de que él sabía más de la muerte de su hermano de lo que estaba diciéndole. ¿Le había preguntado? Creía no haberlo hecho. Recordaba haber compartido con él la visión de los recuerdos de Luna pero no más, y tampoco ver su rostro entre los de los presentes. “Con máscara, claro que sí” se dijo, sintiendo cierto dolor al pensar que probablemente estaría Mael entre los atacantes. ¿Acaso eso la sorprendía? Sí, se negaba un poco a asumir que él era parte de “los malos” en esa lucha.

-¿Estuviste ahí el día en que mataron a Elvis? -soltó finalmente, necesitaba hablar del tema, necesitaba encontrar respuestas o nunca estaría en paz con ello. Ya había pasado más de un año desde su regreso a Ottery en fechas del funeral de su mellizo, necesitaba por fin poder enterrarlo en forma definitiva, descansar ella también de tantas preguntas sin respuesta.

@ Mael Blackfyre

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Recuerdo de Fabricantes de Mentiras con Mica. Unos días atrás. @ Mica Burke

Llevé mis brazos por detrás de mi espalda y enrosqué mis dedos entre sí. No pude evitar sonreír ante la reacción de Mica. Jamás se lo había dicho ni se lo iba a decir, pero algo rondaba por mi cabeza desde hacía algunos días respecto a su querido marido y al parecer, el final de aquel cuento de hadas estaba llegando a su fin. Estaba de más decir que no era muy certero ni bueno con las cosas románticas. Tampoco lo era para todo lo social, era un simple inadaptado social que disfrutaba más de las desgracias ajenas que de los buenos momentos. Lo que había sucedido con la Gryffindor lo demostraba. Y en mi cabeza lo murmuraba como si fuera un mantra.

El amor era debilidad.

No. Ya te lo dije en la mansión Gryffindor, al otro día que nos reunimos todos. Se lo dije a Luna, a Arabella. A Zahil mientras me daba un agraciado golpe en la cara y Annick amenazaba mi posición junto a mi madre Shelle. Ni siquiera conocí a ése viejo —no tomé asiento. Bajo ninguna circunstancia. ¿Qué estaba ocurriendo que la Burke regresaba a ése tema?—. Llegué a Inglaterra unas horas antes que sucediera todo. O eso calculé. Cuando estaba abordando en Ottery ya todo había ocurrido. ¿Por qué preguntas?

Rebusqué con mis dedos inconscientemente y toqué aquel talismán que habíamos creado con a Burke, rocé con la yema de éstos el filo de la luna, con aquella luz cálida que brillaba en su núcleo.

 

 

Cripta, debajo del Panteón. Mansión Gryffindor.
Reunión de Mortífagos. Actualidad.

Sírvete. No traeré Elfos para que los atiendan, Nemétona —dije con una sonrisa totalmente seca, como si colocaran un gancho en cada comisura de mi boca para que ésta se mantuviera en ésa forma—. ¿Dónde estuviste estos días? Creí que habías muerto, o peor, que la Orden te había descubierto —tal vez había miles de maneras de saludar agradablemente a una persona, pero a veces no me salía demasiado bien. La llegada de un joven nuevo hizo que mis ojos giraran hacia él y emitiera otra sonrisa. Ahora éramos cinco. Aquello estaba funcionando. Me gustaba su energía oscura—. No hay ninguno, pero luego de nuestros planes, puedo prestarte éste sitio para ello.

Dirigí una especie de reverencia a los dos recién llegados. Habían respondido el llamado en tan solo unos segundos, y eso significaba que había sed de sangre, como muchos de los que estábamos allí. Junto a Malum habíamos ideado algunos planes, pero estábamos de acuerdo que tenía que ser un trabajo lento. Y para que no sea demasiado lento, deberíamos disponer de algunas varitas más. Esperaba que los otros mortífagos respondieran y vinieran, aquel sitio era lo más seguro que disponíamos en ése momento, lo podríamos usar tranquilamente como un centro de reunión.

Estamos perdiendo el tiempo, amigos. Estamos dejando que nuestras fuerzas se disipen, que tomen el control —miré a los que habían llegado. Tanto Malum como el otro chico (que no se había encontrado muy dispuesto a mi propuesta) nos habían seguido el paso. ¿Acaso el desconocido buscaba algo mas? Si de eso dependía que se sumara, luego podríamos tener un momento a solas y descubrir su precio—. Hemos atacado varios lugares y aún asi, las ratas no salen de su alcantarilla. ¿Y por qué esperar? Atacaremos el Ministerio de Magia. ¡Y al ministro! Ésta misma noche iremos a reclamar lo que es nuestro…

Esperaba que algunas figuras encapuchadas aparecieran dispuesto a eso. ¿Seguirían una orden como ésa? Tendríamos varias recompensas si tomábamos la institución. Aquel cura tenía que sufrir un poco ante los ojos de Dios. Su Dios. Volví a tocar mi marca tenebrosa por si algunos más no la habían sentido.

@ Malum Luxure  @ Thoth  @ Sagitas E. Potter Blue  @ Tazz  @ Eterno Black Triviani  @ Kahlan Blackthorn  @ Aaron Black Yaxley @ Kamra Ashryver D.  @ Hessenordwood Crouch

 

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GOLDOR ♦ DEMONIUM MERIDIANUM

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Recuerdos Canal de Suez, 24 Marzo 2021

Todo el caos andaba de maravilla, fila tras fila de buques yacían varados flotando mientras esperaban que el atolladero marítimo fuera liberado el paso de ambos lados en la ida o la venida dependiendo de donde se le mire, aunque aún continuaba ese viento que fue del problema y este incrementaba aún más de manera inexplicable sin saber el porqué si el sistema meteorológico informaba lo contrario, desde un extremo del lado egipcio una silueta se marcaba que para el ojo humano era indescriptible la forma, ahí Kártajan con varita en mano mientras apuntaba de manera relajada y sin mucho Interés expulsando las ráfagas hacía ese carguero taiwanés de bandera Panameña provocando que este realice un viraje anómalo terminando de que esté encalle de manera oblicua al canal.
Todo un espectáculo agradable para pasar el rato, aunque el perder del tiempo no era su mayor virtud, ya ocurrido el hecho entonó una cancioncita de una melodía mientras silbaba  de manera armoniosa saltado de un barco al otro e ir cruzando amenamente hasta desaparecer en el intento.

 

Cripta, debajo del Panteón. Mansión Gryffindor.
Reunión de Mortífagos. Actualidad.

Reposaba en Minas Gerais en un lago del interior revisando los trozos de las paredes de laja caídas sobre el agua, en aquella zona de ese cañón ya hace varios días había estado lloviendo durante varios días como era casi normal en esta época del año, días atrás había ocurrido un derrumbe en esta hermosa garganta cuyo lugar seguía siendo una belleza natural después de todo, en ese mismo instante mientras caminaba por el precioso derrumbe siente el llamado que le hacía sentir en la pierna esa leve presión punzante lo que le hizo sonreír amargamente para que en ese mismo instante su  cuerpo entero se cubriera de alguna especie de humo negruzco provocando un cambio de muda en un triz y aquella respectiva máscara de Jaguares que cubría su rostro  hasta desaparecer totalmente de la zona en cuestión.
Se materializa al lado de su Malum en la Cripta, su atrayente energía le ubicó en el lugar de manera oportuna divisando al invocador Mael quien esperaba en el llamado a las acciones. El encapuchado comprendió que pronto será la hora de tomar su parte del asunto en contra del Ministerio de Magia sosteniendo a Cynthia entre sus dedos que aún oculta se sentía un poco impaciente bajo sus ropas.
Las recompensas eran su destino y este tenía que obtener alguna después de hacer su labor de manera justa y una o de otra por el bien de nuestro pueblo Mortio.
"A hacerla sufrir ..." pensaba mientras esperaba comience la acción.

@ Malum Luxure @ Thoth @ Mael Blackfyre @ Sagitas E. Potter Blue @ Tazz @ Eterno Black Triviani@ Kahlan Blackthorn @ Aaron Black Yaxley@ Kamra Ashryver D. @ Hessenordwood Crouch

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En Fabricantes de Mentiras

Ignoró la sonrisa que vio en los labios de Mael al hablar acerca de su fallido matrimonio, cuestión que nunca admitiría en voz alta, o no al menos hasta estar lista para hacerlo. Estaba segura de que su querido esposo ni siquiera estaría percibiendo el fracaso que era su unión, ambos alejados, cada uno en su mundo y con sus problemas, desatentos a las necesidades del otro… ¿cómo podría haber funcionado? Se sintió est****a por haberse dejado llevar por momentos de pasión, por dejarse convencer de que era amor. ¿Lo fue en algún momento? ¿Había sentido tal cosa alguna vez? No estaba segura.

Se centró en sus palabras, escuchando una vez más lo sucedido en la mansión Gryffindor ya más de un año atrás. Él se mostró molesto por tener que regresar a algo que, de seguro, él veía como tema cerrado ya.

-Lo siento, lo siento. Mi memoria de esa época no es la mejor -se encogió de hombros- es que no puedo dejar de pensar en todos los rostros que vi presentes en ese momento y cómo nadie hizo nada para intentar ayudarlo… ¿La Orden quería a mi hermano muerto? -hizo por primera vez en voz alta la pregunta que empezaba a volverla loca.

No podía evitar pensar en que Darla, Zahil, Luna, Rory, Kassandra… todos ellos eran miembros de la Orden cuando vieron el asesinato y nadie había hecho saber a la comunidad mágica la identidad del asesino. Tampoco habían intentado ayudarlo… o eso sentía la castaña al recordar las horribles imágenes que Luna no había dudado en mostrarles. ¿La muchacha habría creído que con ello se podría llamar inocente? Claro que no, vio morir a su padre, supo quién lo mató y no hizo nada para que el culpable pague por su actuación. Desde el punto de vista de Mica, todos eran cómplices.

Peor aún, era saber que Rory era líder de la Orden en aquellos tiempos. ¿Acaso todos los demás participantes estarían bajo sus órdenes? Empezaba a respirar con dificultad, como entrando en estado de pánico. Tal vez sus reflexiones tomaban un rumbo equívoco, o… tal vez, por fin empezaban a arribar a buen puerto.

-Necesito saber la verdad… ¿Fueron los Mortífagos quienes quisieron a Elvis muerto? ¿O fue un encargo de la Orden del Fénix? -su corazón se partía.

@ Mael Blackfyre

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Recuerdo de Fabricantes de Mentiras con Mica. Unos días atrás.  @ Mica Burke

Miré atentamente a Mica Burke, dándome cuenta que lo que estaba disfrutando podía de alguna manera lastimarla. Había jurado algo que estaba incumpliendo y no quería descubrir cuáles eran las consecuencias de aquel pacto. Era un hombre de palabra, que lograba cobrar cada una de las cosas que las personas lograban deberme. Pero ¿Cómo sabíamos lo que un juramento provocaba? Si un juramento inquebrantable te quitaba la vida ¿Qué hacía lo que nosotros habíamos jurado? Algo me decía que era peor. Tan peor como la pregunta que estaba realizando ella.

No tengo la respuesta que buscas, Mica —ésta vez me puse serio, o por lo menos lo mejor que pude. Ésta vez sí tomé asiento, y entrecrucé mis brazos sobre la tabla de la mesa. Le estaba diciendo la verdad a Mica, si me creía o no, era su problema—. Lo que sí puedo decirte es que entré a sus filas luego de lo ocurrido, a cuestas de mi madre. Ella… — ¿Ella qué? Iba a decirle a Mica que Shelle me había obligado por alguna promesa seguramente a la Marca Tenebrosa. Estaba seguro que se había comprometido en poner a la familia a disposición del bando, en ése entonces siendo ella la única como parte de la Marca. Pero de a poco había logrado su cometido. Luego éramos dos. Y luego había caído bajo las influencias tenebrosas. La Gryffindor había caído en tinieblas. Elvis lo había pronosticado.

Pero Shelle no había logrado soportarlo. No iba a decirle a Mica las veces que mi madre se había desquitado contra mí. Pero la culpa sobre la traición a su padre la carcomía lentamente, llevándola casi al borde de la locura. Se tuvo que ir. Le prometió al antiguo líder, Aaron, algo que no pudo cumplir del todo. Pero ése Aaron Yaxley Black tampoco se lo había esperado. La Marca Tenebrosa había festejado la caída del Viejo Auror pero fue más una sorpresa que un trabajo organizado. Todo había coincidido y el ex Líder Mortífago estaba en el momento justo. Miré a Mica.

Ella me facilitó el acceso, me abrió las puertas. Pero jamás dijo ni una palabra. En mi opinión, entre no ayudar o encargarlo, no hay diferencia —no podía mentir, era lo que creía. Recaí nuevamente en un ofrecimiento—. Pero podríamos averiguarlo. Ya te lo dije una vez, las fuerzas oscuras tal vez puedan ayudarnos. ¿Para qué quieres justicia cuándo podremos vengarnos y buscar una respuesta más satisfactoria?

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El recibir ordenes no era lo suyo y cumplirlas mucho menos, aquello siempre le causó más de un desaguisado en sus años como estudiante dentro de Hogwarts. Las visitas a la oficina del director y la bajada de puntos hacia su casa de Slytherin, jamás le provocaba la menor gracia, ajustando un poco sus modos de percibir una orden y adecuarla a cumplir solamente sus deseos o expectativas personales. La máscara que portaba era una mera protección, nunca escondería detrás de ella la verdadera esencia que le mantenía unido a las filas oscuras.

— No tengo nada contra la religión, pero vamos que los párrocos me sacan la urticaria sin remedio—siseó para sus adentros. Afianzando con firmeza su varita con su zurda, matar, desmembrar, lacerar o torturar era lo suyo sin duda. Educado detrás de amuralladas paredes, solamente conoció lo que era causar dolor en las personas fuera o no sus enemigos. Las imágenes que pasaban por su mente todo el tiempo, siempre estaban asociadas con la mutilación y dejar más de una secuela que perduraría eternamente en la psique de su victima.

— Cuenten conmigo, pero no prometo seguir las motitas amarillas que aparezcan en el suelo—se sinceraba. Estaba un poco eufórico por la situación, pero respetaría los parámetros que marcará Mael. Era la segunda vez que le guiaba aquel hombre, posiblemente era una de las piezas fundamentales del liderato que estaba presente dentro de la marca en esos momentos. Desviando sus zafiros hacia donde debía aparecer su acompañante, esperaba que no llegará tarde a la cita.

El dominar el mundo mágico, no era algo que le importara más de lo debido. Sino ir más allá y mermar a las personas que aún apoyaban a la Orden del Fénix, poco o nada se sabía de ellos actualmente y ese si era un asunto que merecía ser analizado con lupa. Pero no estaba en sus manos controlar esa clase de situaciones, solamente se enfocaría en matar al párroco y enviar a sus seguidores hasta lo más profundo de las alcantarillas parroquiales.

— Eso si que será más que épico, comenzaré por su seguidor más amado y querido—sonrió detrás de la máscara, experimentando esa adrenalina que pocas veces se hacia presente en su persona— Será como el significado de su nombre en ingles, imperceptible susurro—relamiendo sus labios esperaba que el resto de los mortifagos aparecieran. Porque sin duda el tiempo era algo que no se detenía y era mucho mejor ir un paso adelante de todos los que desearán proteger la vida de tan peculiar ministro de magia.

@ Aaron Black Yaxley @ Hessenordwood Crouch @Todes

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Cuando eres tan grandiosa como yo, es difícil ser humilde

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La noche estaba fría, a pesar de ser primavera las temperaturas aún estaban bajas y las lluvias andaban muy intensas todavía, aunque los árboles ya florecían y las flores empezaban a dejar el aroma por los aires. Aún usaba ropa que me cubriera bien del frío, Inglaterra era más fría que Francia, así que usaba un sobretodo de piel muy suave, vestía una blusa verde olivo en escoté en V y una falda larga color marrón con botas marrón, para proteger mi cabeza una boina marrón.

La marca había quemado mi piel haciéndome arquea de dolor, para mí un dolor placentero y ahora me encontraba camino a una encuentro con mis compañeros de ideales hacia la Mansión Gryffindor. No conocía el lugar así que sin quererlo me aparecí no muy lejos de allí y caminaba con calma, al divisar el lugar las estatuas enormes me hicieron sonreír, al parecer debían servir como defensa en caso tal para un ataque al lugar pues como adorno me parecían algo exagerado su tamaño. Fui hacia él panteón, recodaba la indicación de como llegar y el mausoleo estaba más alejado del edificio principal, llegué hasta allí buscando la cripta que se ubica a debajo de ella.

Al llegar sonreí al ver a conocidos allí, me acerque a saludar cortésmente a mis compañeros

 

- Buenas noches

 

Me acerque a saludar a mi hermana @ Malum Luxure  y a otros compañeros pero busque la mirada de unos ojos que me interesaba ver y salude a los lejos con un asentimiento de cabeza, pronto me acercaría a saludar al anfitrion. 

@ Mael Blackfyre  @ Mica Burke  @ Thoth  @ Tazz  @ Eterno Black Triviani  @ Kahlan Blackthorn  @ todos

 

 

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Ministre de la Magie Français // 🌙 dulce asesina by Mael

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Fabricantes de Mentiras

-Entonces… ¿no querías estar entre ellos? ¿Por qué sigues ahí después de todo? -no lo juzgaba, solo quería entenderlo mejor. Pocas eran las veces de escuchar a Mael sincerarse, al menos de aquel modo tan ¿íntimo? Creía estarlo escuchando por primera vez de aquel modo. Al menos sin Veritaserum de por medio. Ese pensamiento el dolió, se arrepentía de haber perdido así su confianza, aunque no de haber llegado a esa verdad que necesitaba tener en su haber.

Él siguió hablando y una verdad salió de sus labios. Algo que la Burke llevaba pensando hacía tiempo pero que no se atrevía a exteriorizar. Era cierto: “entre no ayudar o encargarlo, no hay diferencia”. La frase resonó en su cabeza como una especie de mantra. Llevaba meses intentando convencerse de lo contrario, de que nadie de la Orden habría atentado contra su hermano, que ellos lo habrían ayudado de ser posible, pero no era así: muchos estaban ahí y no dieron su vida por él. “Lealtad y sacrificio”, el lema que había sostenido por tanto tiempo en su vida se transformaba en una simple “frase hecha” que, al menos ninguno de los presentes, había tomado como bandera en ese momento crítico.

¿Y los demás? Estaba segura de que el patronus de su mellizo habría llegado a toda la Orden, sin embargo, había podido enumerar con los dedos de una mano los que habían realmente estado allí… al menos físicamente. ¿Por qué no se había acercado el resto?

Al incorporarse a la Orden, tras el suceso, había mucha gente formando parte de ella. ¿Por qué no se habían acercado? ¿Por qué? Por primera vez en su vida, la propuesta de unirse al “lado oscuro” no le sonaba tan descabellada.

-Supiste que estaba en la Orden desde el ataque a Illidan, o antes de eso… tuviste más oportunidades de deshacerte de mí de las que ha tenido cualquiera en los últimos tiempos. ¿Por qué no lo hiciste?- preguntó. Necesitaba entender a Mael, pues era la única persona en quien sabía que podía confiar. El muchacho había tenido esa verdad en su poder desde hacía demasiado tiempo, incluso poniendo su vida en riesgo al no transmitirla a su bando. ¿Por qué lo hacía?

@ Mael Blackfyre

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-Bajo la cripta de Elvis Gryffindor-

Había seguido los pasos de Mael bajo la cripta, aquel curioso lugar era interesante, había notado que este mago no temía profanar el descanso de su más afamado pariente Auror y eso lo había demasiado divertido, aún así su estrategia era esa buena...quien sospecharía que los Mortifagos se reúnen en tan emblemático lugar? Seguro que nadie lo pensaría.

El desfile de compañeros me era sin duda grato, respondían al llamado de la marca como era debido, el plan próximo era hacer un ataque al ministerio, estaban sucediendo bastante cosas a su alrededor ciertamente, el ataque a la reserva había sido un éxito rotundo apoyado con el robo de los dragones y una cantidad muy importante de otras criaturas muy peligrosas, las teníamos escondidas a la espera de su próxima utilización, por otro lado también se estaba gestando un ataque a la reputación de los políticos...a nivel mundial su creencia les daba aliados y si la confianza era rota no tendrán para donde correr, estaba también la coalición política que pensaba encarar cuando asumiera el imperio, muchos planes poco tiempo.

-Buenas noches...yo creo que mientras más rápidos y seguidos los golpes menor será el tiempo de recuperación que tengan en el ministerio, nosotros debemos bajar sus defensas y exponerlos al mundo mágico.- Hable frente a los recién llegados con mucha calma. -El ministro va a caer y con el cada opositor, cada miembro de la orden y por supuesto todo aquel que se interponga en el camino pero debemos ser rápidos para que no vean venir el golpe.- Mire a Mael como esperando que exponga su plan para esta noche.

Vi llegar a mi bella Ada cerca de mi y le regalé una sonrisa, en eso segundo alguien más se materializó a mí lado, Eterno había llegado justo a tiempo también, como acto reflejo tomé su mano sin mediar palabra entrelazando nuestros dedos, aquel mago tenía un efecto magnético en mi persona que mantenía no mejor posible a raya.

-Si el plan inicial por ahora es hacer que el ministro tenga su propio infierno personal en el ministerio estoy de acuerdo y me sumo sin dudarlo.- Di mi apoyo a la idea sacando con mi mano libre mi máscara del bolso dispuesta a colocarmela en el momento apropiado y con eso esperé con todo los demás la llegada de los otros.

-------------- ❤️

@ Mael Blackfyre  @ Ada Camille Dumbledore  @ Eterno Black Triviani  @ Kahlan Blackthorn  @ Tazz  @ Sagitas E. Potter Blue   @ Thoth  @ Aaron Black Yaxley  @ Valeskya Granger  @ Darla Potter Black  @ todos los demás

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Sadakat 

Latía el tatuaje con más fuerza que antes, recordandole que cada vez que le punzaran un grupo de agujas en el cuello, ella estaba más cerca de él. La misma sangre les corría por las venas, uniéndoles como lo hace una alianza de promesa entre hermanos, metal que se fundía con sus pieles y avivaba la llama oscura que ardía en sus corazones maquiavelicos. Eran la obra de arte que sus padres se enorgullecieron de presumir a todas luces, pintada en las entrañas del mismísimo infierno, retratada con finas pinceladas que eran los rasgos perfectos y agraciados de los gemelos Blackthorn. 

El Ángel Caído, escuchaba con atención la perorata de una mujer que parecía ser la voz cantante que daba paso a la mente maestra que daría a conocer el plan que debían seguir a rajatabla. Inclinando un poco su cabeza hacia su hombro izquierdo, intentaba no negarse a seguir las ordenes— Todo sea por el bien de unos cuantos y la inminente caída de la parroquia que han querido imponernos por la fuerza—mordiendo el interior de su labio. Esperaba la aparición de su compañera de matanzas, aunque no era quien esperaba, si portaba la máscara de la mujer que era la piedra angular de su vida. 

El planear demasiado los pasos que daría no era lo suyo, pero debía darles el beneficio de la duda. Delante de ella dos figuras que sabían como trasmitir con el don de la palabra las verdaderas intenciones que no revelaban del todo sus ojos. Solía decirse que son la ventana del alma, aunque algunas están tan enturbiadas por sus malas acciones que es difícil ver a través de una bruma tan espesa. El poco o nada escondía detrás de sus orbes azules, no podía decirse lo mismo de esa sonrisa cínica y seductora que poseía— Caerá quien deba caer y se llevará a los necios que le dieron un voto de confianza—indicó apretando su zurda en un puño. Sus nudillos se tornaron blanquecinos, signo de que la nula paciencia que poseía haría acto de presencia en un abrir y cerrar de ojos. 

Era Ministro de Holanda, sabía a la perfección que no era sencillo tener el control de un país. Estar pendiente de todo y de paso, atender la vida privada que uno no puede dejar de vivir aunque dicho cargo demande más de las 24hrs que posee cada día de la semana. Aunque estaba en la misma posición que el párroco, no le acababa de cuadrar su necedad por mantenerse bajo un perfil que le hacía prácticamente indetectable ante los ojos de la comunidad mágica.

— Digan el crimen que desean perpetrar y pueden darlo por hecho—afloraba su lado arrogante y narcisista. Siempre yendo por delante su beneficio personal, aunque aprendió a camuflajearlo con sus intereses por el bando al que pertenecía. La oscuridad con la que nació, no le daba tregua a la hora de luchar y defender el sitio que desde que tenia memoria era su hogar después de su residencia dentro de Cornwall, sitio donde creció y aprendió algunas cosas siniestras.—No me remuerde la conciencia matar, mutilar, desmembrar o desaparecer cualquier ser viviente de la faz de la tierra—afirmó dejando en claro que no le temblaría la mano a la hora de tener que atacar al primer mago que osará defender a su amado ministro Londinense.

@ Malum Luxure @ Eterno Black Triviani @ Ada Camille Dumbledore @ Mael Blackfyre @Todes

 

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