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Minerales elementales


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Anthony Ryvak Dracony en la mansión Malfoy

El mago ojimiel toco el cristal de la ventana, el frío es clásico debido a lo temprano de la mañana que se suma además a la tormenta que sigue desatándose por Ottery... la cúpula mágica sobre la mansión, evita que los rayos y el viento haga sus estragos sobre la propiedad, al menos el frío matinal, puede sobrellevarse encendiendo la chimenea.

Los ojos miel del peliverde, siguen escudriñando el horizonte, esperanzado en ver algo diferente a lo habitual, es cuando Anthony escucha algo... sus labios delgados se curvean con suavidad, los gorjeos y trinos evidencian la presencia de muchas aves que parecen charlar alegremente, hace mucho que no disfruta de ese gozo sencillo tras despertar a un nuevo día, no ve a las aves, pero igual escucharlas le da esperanza en que todo marchará bien...

Ryvak escucha atento, hay como seis clases distintas de aves... de improviso, la melodía que escucho en su descanso nocturno, vuelve nuevamente a su memoria, es tan sugerente que el peliverde comienza a tararear... al fin se aleja de la ventana y sin más, llama con voz imperativa al elfo Kristoff -- Kristoff, ¡Kristoff!-- El encorvado elfo aparece haciendo una pronunciada reverencia al joven mago... -- Si amo ¿Qué desea? -- pregunta el ser mágico que ahora sirve al hijo adoptivo de su antiguo amo, el demonio Reacon.

Dracony se viste apresuradamente mientras exige al elfo lo que necesita -- Trae mi guitarra Kristoff -- El joven mago ni siquiera dirige una mirada al elfo, por eso no ve la cara perpleja del sirviente que se estruja las manos para tomar valor al preguntarle al chico -- ¿Dónde dejo el amo su guitarra? Kristoff se la traerá enseguida amo...-- El elfo se encorvo aún más por tomarse aquel atrevimiento y no fue para nada extraño la respuesta que recibió -- ¿Qué dónde está? ¿Acaso crees que si lo recordará, me molestaría en pedírtelo? ¡Ve a buscarla! Revisa en mis locales, en el estudio de ensayo, en el palacio de Escocia y si es necesario, ve a la residencia en donde se encuentra tu antiguo amo... -- El elfo se estremeció al escuchar eso último... ir con el demonio Reacon es lo último que se animaría hacer de buen agrado.. -- ¡ve ahora! y no regreses hasta traerla contigo pero te advierto que si tardas más de un día, estirare tus puntiagudas orejas hasta que aumenten un palmo más de lo largo que ya son, ¡andando!-- Con los ojos visiblemente desorbitados, el elfo trastabillo unos pasos hacia atrás... se recupero y antes de retirarse, hizo una nueva reverencia  y luego murmuro:

-- Cada vez, se va pareciendo más a su padre...-- Dracony lo escucho claramente y su sonrisa era de orgullo... ¿era bueno... era malo?... eso no lo puede calificar, pero si le gusta escuchar que algo tiene en común con el demonio que le ha adoptado...       

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Benjamin Whisper

Malfoy había probado ser un reverendo inútil. A duras penas Benjamin puede controlar las ganas de avadear personalmente al tipo por haber dejado escapar así al mocoso con el poderoso mineral, hasta que ve al tipo huir de la estancia y poco después a Ludwig montarse en una alfombra voladora para seguirlo. De ser otras las circunstancias, habría ido también en pos de aquel mago maldito, pero Cillian no es del tipo que resulte una ayuda al tener un enfrentamiento, y de un modo u otro, dejarlo solo tampoco es conveniente, por lo que en cuanto ve que su semblante muestra leve mejoría, lo emplaza para que vayan juntos a la residencia de los Malfoy.

— Cabe la posibilidad de que ese sujeto ataque a otra persona cercana a Ludwig. ¿Y él tiene una hija viviendo allí en casa de su familia no? Deberíamos asegurarnos de ponerla a salvo. Pero tienes que acompañarme, porque dudo que esa muchacha vaya a confiar en mí de buenas a primeras.

No le resulta difícil abrir un portal y tendiendo la mano a Haughton ayudarlo a cruzarlo. Del otro lado, Benjamin se admira de la cúpula que evita que el raro fenómeno atmosférico en que está sumido Ottery prácticamente no haya afectado a esa residencia y camina los pocos pasos que los separan de la puerta de ingreso. Es esta la primera vez que Whisper está pisando esa residencia en un contexto que no es el de celebraciones en sus fastuosos salones así que no tiene idea clara de con qué va encontrarse, lo que lo lleva a hacer un gesto con la cabeza a Cillian para que sea él quien toque y pregunte por la jovencita.

— No importa los medios a los que tengas que recurrir, lo importante es sacarla de este lugar para ponerla bajo protección del departamento auror ¿entendiste?

Sus palabras se ven interrumpidas por el sonido de la puerta abriéndose de par en par. Sin embargo, Ben se sorprende porque del otro lado, no es la hija de Malfoy la que los recibe sino otro muchacho, uno que recuerda bastante bien de la reunión que tuvo con él en el ministerio ya varios meses atrás.

— Que impensable volver a encontrarnos en estas circunstancias, señor Ryvak- atina a decir inclinándose la cabeza con un gesto cortés, pensando en lo problemático que resulta que alguien más esté en la residencia.

@ Cillian Haughton  @ Anthony Ryvak Dracony

*** 

Rory Despard

Es imposible no ruborizarse ante lo que Kimberly acaba de decirle ¿considerarse un héroe? Claramente, es el servicio al prójimo lo que lo motiva la mayor parte de las veces, pero es apenas cuando la bruja lo plantea en esos términos que entiende que puede estar siendo imprudente al salir de esa forma intempestiva, con o sin protección de por medio. Mucho más porque también está arrastrando a Wild al asunto.

— Sí, porsupuesto Black, perdona si involuntariamente he estado complicando tu trabajo. En marcha entonces.

El trayecto hasta la residencia Gryffindor le da el tiempo para profundizar un poco más en todo lo que ha estado conversando con ambos magos, y tiempo atrás, con Whisper, respecto a la influencia que podría tener la magia de esos minerales a futuro, dependiendo del portador que las tenga. Si como apuntan las sospechas, Mael Blackfyre es uno de ellos, sabe que el tipo probablemente solo empleará de forma egoísta su poder, aunque tampoco eso sea un delito. ¿Y de qué manera sería con los otros? Despard se convence que lo mejor va ser esperar a revelar la identidad de cada uno de los portadores para volver sobre esas cuestiones y se concentra más en su vuelo con escoba, pues aunque ya no hay las tormentas de momentos atrás, todavía una fina llovizna cae, la que lleva a tener que impermeabilizar sus ropas y la propia escoba.

Incluso faltando una considerable distancia, la fuerza de la magia elemental que desprende el castillo Gryffindor es tan fuerte, que causa un reflejo dentro de sí, resonando con su propia magia de la naturaleza. Inquieto, se mueve entonces cerca de Kimberly, para hacérselo saber.

— Puedo percibirlos, el rastro de magia elemental está por todas partes- ya prácticamente sobrevolando sobre los terrenos es más fácil nota que hay algunos daños en la infraestructura de la casa, como si hubiese sido escenario de una batalla- Y mira allí, creo que ese es Mael ¿y no es Mica quién está a su lado?

En efecto, no era raro encontrar a ambos, pues eran miembros de la misma familia después de todo. Sin embargo, hay muchas cosas todavía sin explicación en la abrupta salida que Mica tuvo de la Orden del Fénix que hacen que Rory no sienta este encuentro feliz, y que al contrario sus alertas se enciendan. Así que a prudente distancia de ambos desciende al suelo y espera a que tanto Kim como Adrian hagan lo mismo,  y se persigna pues la magia de su interior no deja de arremolinarse de una forma casi dolorosa.

@ Darla Potter Black  @ Adrian Wild  @ Mael Blackfyre  @ Mica Burke

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Anthony Ryvak Dracony

El ojimiel se concentra para distinguir cada parte de aquella melodía... tararea y luego mueve su mano derecha como si rasgara las cuerdas de su guitarra... si la tuviese consigo... pudo haber usado un accio, pero no tiene claro donde la dejó y sería sospechoso que la guitarra cruzase el cielo desde su sitio actual a la mansión y debe evitar que el viento o un rayo la destrocen... era mejor dejar que el elfo la encuentre por él y la lleve entera a sus manos.

Por ahora sigue la melodía porque parece que un eco sigue sonando en su mente... podría olvidarla y quiere evitar tal cosa, así que piensa en plasmarla... ¡Si al menos tuviera papel y una pluma! Pero está en un lugar que aún es desconocido para él y ante el predicamento de anotar lo más rápido posible la melodía, materializa su varita y usa una invocación como presencio que Apolo les enseño a sus alumnos de Encantamientos... solo debe concentrarse y canalizar su magia para invocar un pergamino en blanco, un tintero lleno y una pluma... una pluma de quetzal (porque le fascinan por su color).

Los tres objetos aparecen sobre la mesita de noche, Anthony se frota la muñeca derecha por unos minutos, tiene tiempo sin hacer uso de esa clase de magia, por lo que siente un poco engarrotada su muñeca, de a poco puede moverla libremente y se apresura a escribir las notas en un pentagrama... su mano se desliza veloz por el pergamino y su expresión es de jubilo, menos mal que entiende de música, sobre todo de crearla y plasmarla en una partitura...

Cuando deja la pluma, toma el pergamino con ambas manos y sigue la partitura para comprobar que la tiene completa... ¡si! ¡la tiene! contento la dobla para guardarla en el bolsillo interno de su capa negra, ahora sería estupendo que Kristoff apareciera con su guitarra pero... empleo la guitarra hace mucho... al menos le parece así porque fue antes de su grave accidente y de la temporada en que fue solo un espíritu... esa etapa anterior que es como una nebulosa parte de su historia...

Sale de la habitación y baja a la planta baja... quizás Noe ahora sepa que ocurrió con Ludwig... al menos Tazz está a salvo, según asegura su hermana. Ryvak quisiera llamar al elfo que le sirvió café a la muchacha el día anterior, pero no presto atención respecto a su nombre, mal momento para ensimismarse en sus recuerdos...

El peliverde llega a la sala de estar vacía, un movimiento de sus dedos y aparece una llama en la palma de su mano, con envidiable habilidad la arroja sobre los leños previstos en la chimenea, los que se prenden al contacto de aquella llama candente. El joven mago siente entonces una presencia conocida... se trata de alguien que conoce, está seguro, pero... ¿de quién puede tratarse? su anillo detector de enemigo, no recibe señal de alerta, así que cuando escucha que tocan a la puerta, con su varita mágica, la abre de para en par...

Anthony se queda asombrado al ver a Cillian con tan mal semblante y le toma por el brazo para conducirlo hasta el sofá y le ayuda a recostase (Ha visto al funcionario Ministerial y su saludo, pero está más preocupado por el Haughton que por el acompañante )-- Pero ¿Qué te ha ocurrido? ¡Por los dioses de Gea! ¿Han usado un portal para traerlo hasta aquí? ¡¿Quién ha sido tan imprudente para tal locura?! ¡¿Es que no saben que nunca hay que llevar a heridos de gravedad a través de un portal?!  ¿Es acaso que desean su muerte? -- Dracony esta muy molesto, no comprende lo que ocurrió con el prometido de Ludwig, pero de solo verlo, puede ver que la salud del joven está mal, luce bastante delicado y hasta le parece que su vida está comprometida. Saca el Amuleto de Curación que posee debajo de su ropaje, lo toca con la mano izquierda y con la derecha toca el pecho de Cillian -- Curación -- Pronuncia el joven peliverde y una luz brillante emite el Amuleto y la palma que descansa sobre el pecho del joven rubio...

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Harriet Travers - Finalista - Interia

Evans una vez más ha vuelto hacia sus anotaciones, murmura en voz alta pero a menudo parecen ser palabras terminando frases que probablemente solo ha repetido en su cabeza, lo que provoca una cierta ansiedad en Harriet que ella se esfuerza en disimular, aunque por dentro no pueda dejar de pensar que está compartiendo un espacio con una mujer de la que en realidad, sabe muy poco, excepto quizá algo de su pasado ligado a la Orden del Fénix. 

Alejada de esas escaramuzas en la seguridad de su propiedad rural, la guerra de bandos siempre fue para ella algo lejano, similar a las historias que podían contarse de otros lugares con magias fabulosas e inexplicables. El recuerdo es vago, pero está casi segura que fue en una vieja edición de El Profeta, cuando debía andar por los ocho o diez años de edad, que vio por primera vez el rostro de Bel Evans, en una fotografía a blanco y negro y a todo movimiento, sindicada por haber atentado contra el Ministro de Magia Crazy Malfoy.

¿Sería todavía que en alguna parte aquella bruja albergaría esos mismos pensamientos antisistema? Lo está pensando con tal fuerza que sus ojos han dejado de ver al mineral con los anteojos alfa, súbitamente atemorizada de hasta dónde le está llevando su capricho, y entonces a su costado Bel ríe, una risa que le marca más las arrugas en la comisura de la boca, pero que es tan franca que resulta contagiante. Hattie no sabe bien como reaccionar, comienza a considerar un error fatal el haber dejado ir a Cleo, y quitándose los anteojos alfa observa a la mujer que saca del entrevero que son los trastos acumulados en el cuarto un jarrón, y vierte sobre él un líquido de tonalidad amarilla. 

Necesitamos darle algo más de ambiente a este lugar- musita Bel, con los ojos puestos en el jarrón del que de repente empiezan a brotar una docena de flores hermosas, que hacen que Harriet se una a esa contemplación maravillada, pues se trata de las rosas caninas que crecen salvaje y libremente en Hampshire, pero con un color muy peculiar en sus pétalos, entremezclando el gris con el rojo oscuro en lugar de su blanco habitual-  y bien ¿las flores han conseguido hacerla entrar más en confianza señorita? -al alzar la visa,  sus ojos vuelven a cruzarse con los de ella y entonces, aparece nuevamente aunque apenas unos segundos, la sensación de intrusión en su mente-Si no lo ha hecho quizá el sonido de violines, violas y arpas lo consiga.

La música que comienza a emitir el ramo de flores es suave y pausada, aunque con ciertas notas melancólicas que se distancian por completo del tipo de melodías que Harriet suele oír en la sala del primer piso de su residencia, por lo que no la llevan hacia espacios luminosos sino que parecen ser el reflejo con cada nota, de un sitio lúgubre y retirado, justo como en el que se encuentran en ese momento. Su acuciosa intuición la lleva a creer que existe una conexión inequívoca entre ese líquido y las flores y música que ha configurado pero es el gesto asintiendo que Bel hace con la cabeza el que se lo confirma.

 — Convengamos señorita Travers, en que nos quedan varias horas más aquí y me temo por lo que he venido observando en usted que no hay chance que eso mejore- la sonrisa de Bel volvió a aparecer pero esta vez, el gesto lejos de animarla generó desasosiego en Hattie, súbitamente consciente y atando cabos de la legeremancia de  Evans, que le ha estado auscultando los pensamientos todo ese tiempo- así que recurramos a la opción fácil-  mientras la joven heredera, cada vez más nerviosa deja los instrumentos de trabajo sobre la mesa y retrocede echando un fugaz vistazo a la puerta de salida de la habitación,  Bel rebusca nuevamente en los bolsillos de la bata que lleva puesta, hasta que saca dos viales de poción idénticos, para tender uno de ellos a la rubia-  Verá, todo lo que necesitamos es beber este filtro de amistad. Y como con la poción de estación que nos ha dado esas magníficas flores musicales, obtendremos la falsa complicidad que necesitamos para terminar este proceso ¿Qué opina?

Harriet lo recuerda entonces, cuando coge el vial con todas las suspicacias y lo observa, sobre uno de los tantísimos rumores que corrían del matrimonio de Grelliam Ollivander y ella, respecto a que su matrimonio no había sido más que producto del poderoso uso de pociones para sostener todo el tiempo que pudiesen esa mentira por beneficios mutuos, pero que lógicamente algún nivel de desgaste había tenido que generar para que no pudieran durar más de un año de esa manera. De ser cierto, como Harriet empieza a creer por la naturalidad con que ella le ha ofrecido ese filtro para alterar sus emociones y sentimientos, no duda de que el brebaje va ser efectivo ¿pero qué tanto lo era vincularse con ese tipo de gentes?

Destapando el corcho, termina bebiéndose el contenido de un solo trago, obligándose a la idea que de esa manera conseguirá más rápido su propósito y con suerte, esa complicidad también pueda traerle algún beneficio extra, cualquiera que este fuera. Sin embargo, es un quejido lo que escucha desde el otro lado de la mesa, y cuando vuelve a ver a Bel, una preocupación y calidez enorme se agolpan en su interior al ver a la mujer sosteniendo su pecho con fuerza.

—Rezagos de una antigua maldición que se desprenden cada vez que entro en contacto con la magia. Pero no te preocupes, es más molesto que riesgoso- recuperando el gesto jovial, Evans acortó la distancia entre ambas, nuevamente juntas cerca de la mesa- y entonces ¡Transformaciones! Me comentaste que también en tu familia poseían el Grimorio de Gryffindor pero que también desarrollaron sus propios hechizos.

Sí. Fue sencillo conseguir el Extraordinario en los E.X.T.A.S.I.S.  porque dominaba hechizos no verbales prácticamente desde mi primer año. También convertir animales en objetos o viceversa es difícil para la mayoría a medida que aumenta el volumen de lo transformado, pero en mi cabeza, puedo proyectar con tal detalle lo que deseo transformar, que luego, solo necesitas el movimiento de varita adecuado para hacerlo efectivo.

Hattie buscó entonces entre los cachivaches desperdigados el objeto con el cual probar su destreza del conocimiento de Transformaciones, y no tardó en distinguir un violín con las cuerdas rotas,  y numerosos rasguños y marcas en la superficie de madera. Apuntando hacia él, su mente dibujó hasta en el último de sus flancos, de manera similar a lo que podían hacer sus manos al pintar, al bello Micropuff en tono perlado que era su mascota, y entonces, sin mediar palabras su varita se elevó con una complicada floritura que dio como resultado la transformación perfecta que había imaginado desde el principio. 

Una réplica de mi querido Fabrice- más alegre de lo que probablemente había estado en todo su tiempo en la heredad, Travers envolvió en sus brazos al falso micropuff y jugueteó con él ante la atenta mirada de Bel que volvía a hacer anotaciones en su libreta- mis padres accedieron a comprármelo hartos de que convirtiera sus cajas de rapé en toda clase de cosas. Recuerdo que llegué a crear un juego de té entero de porcelana que tenía "alas" en vez de asas.

El mineral todavía permanecía bajo su forma de esfera, pero Hattie y Bel se vieron al unísono y luego observaron de vuelta al mineral, recordando la forma que éste había adoptado mientras tomaban té en la cocina de los Ollivander, que no era otra que la de la anécdota que la rubia acababa de compartir ¿pero que podía significar eso exactamente?

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Hessenordwood Crouch - Finalista - Interia
-Entregó el mineral a Gurëndriel-

Para cuando vuelve a instalarse en la superficie de una habitación mucho más cómoda para él en las penumbras de su vivienda, gran parte del pequeño árbol en el que se ha convertido su mineral ha perdido una cantidad considerable de hojas en sus tallos. Por supuesto, Gurën ha recolectado cada una de ellas cortándolas por la mitad antes de almacenarlas en un almanaque de bolsillo. Una mitad de ellas las coloca cuidadosamente en el interior de una bitácora donde además de sus características físicas añade notas como hora y lugar del momento justo en el que se ha desprendido del árbol, mientras que la otra mitad las ha estado utilizando para preparar diferentes brebajes como infusiones que él mismo ha bebido pero sin obtener a cambio nada más allá de encontrar que cada una adopta un sabor diferente al anterior.

Fuera de eso, entre lo realmente más destacable que ha conseguido averiguar de su mineral es la forma en la que cambia y se aclimata según el entorno en el que se ve envuelto. Esta es una observación que ha conseguido hacer tan solo desplazándose en el interior de la casa Ollivander y sus misteriosas habitaciones cambiantes, y es que cada vez que el grupo ingresaba a algún cuarto donde predominaba el frío, las hojas comenzaban a caerse más rápidamente y las ramas a secarse, pero si la humedad era mayor, se espesaban con fuerza y las hojas crecían más alargadas y finalmente atravesaban por  sitios con iluminación y ventilación natural los brotes en el árbol volvían nuevamente a florecer como la primavera.

Aún no convencido de querer intervenir con la madera del tallo, eso le sirvió como pretexto para pedirles a Cleo y Quintel que continuarán en su lugar con la búsqueda de aquel manual de los Ollivander para la fabricación de varitas. Solo así pudo descansar de los imparables cuestionamientos del par de brujos sobre lo que va a seguir trabajando con el mineral. Debe admitir que se siente un poco culpable al respecto, de buscar el modo de deshacerse de su compañía a pesar de que ambos solo han intentado ayudarlo todo el tiempo, pero es que no puede avanzar mucho en esta investigación si entre ellos continúan contradiciéndose sobre si es correcto o no cada decisión para continuar con las experimentaciones del mineral.

Es por eso entonces que ahora el pequeño mineral en forma de árbol y la libreta con todos los apuntes que ha obtenido de sus particularidades se encuentran sobre el sucio y viejo piso de su casa donde Gurëndriel está terminando de colocar velas, piedras con runas lunares y sales alrededor del círculo de un pentagrama alquímico, murmurando para sí mismo, tratando de convencerse de que debe ser solo que no está acostumbrado a tantas personas interviniendo en sus experimentos o fabricaciones, pero que al menos aquí, en la privacidad de su pequeña casa en la periferia de Hampshire se siente con mayor libertad de poner a prueba la real resistencia de este mineral.

—¿Por qué piensas que esto es importante?-, lo llama la oscuridad que predomina en la habitación iluminada solo con las velas alrededor del círculo. 

Ya conoces esa magia, sabes como es-, respondió terminando de dibujar en cada dirección de la rosa de los vientos la runa que corresponde a cada uno de los elementos que representan el tiempo y la naturaleza. El demonio escondido aun en la penumbra asintió, aunque no parecía estar del todo convencido con la propuesta del niño. 

—La interpretación en la adivinación siempre es incierta, ¿crees que esto ayude?

Ollivanders quería que viera a través de ella-, respondió con convicción.

—Es una casa vieja, pudo haber sido cualquier cosa. Una corriente de aire, algún clavo suelto en la madera- Gurëndriel, que la bola de cristal haya rodado hasta tus pies no significa que…

Si pero…-, parecía igual de impaciente como nervioso. Gurën respiró profundamente, antes de que comenzara de nuevo a tartamudear, de otra forma no lograría convencer al demonio. —Creo que lo vi, lo sentí cuando tomé la esfera de cristal, fue como viajar en el tiempo, hacia ambas direcciones, el pasado y futuro en un solo y único recuerdo.

¿Sabes de adivinación, Gurëndriel?-, preguntó Cleo.

Era todavía consciente de lo que sucedía en aquel cuarto en la heredad de los Ollivander, Quintel y Cleo se movían cuidadosamente a su alrededor, pero ninguno parecía estar tan atento o absorto como él en el pequeño objeto de cristal mágico que resplandecía a sus pies. 

Nunca presentó interés o dominio nato alguno en magias ocultistas, no fue porque le parecieron menos interesantes como sí lo eran las artes donde mejor ha desarrollado sus habilidades como las transformaciones, encantamientos o, principalmente, fabricación de artefactos y armas mágicas y, por el contrario, encontraba vagamente algo de incertidumbre e intranquilidad en la magia del ocultismo, pues tal como lo mencionaba el demonio, era tan incierta que para alguien como lo era Gurëndriel ahora, en esta faceta de su construcción independiente, podrían influenciar en él de la peor manera. 

Yo…-, respondió contemplando todavía la bola de cristal ahora en su mano. No podía asegurar si solo era el reflejo de los tres magos en la habitación, o realmente podía ver algo atreves de ella. —Creo que no. No sé, nunca he practicado la adivinación-, responde sin mucho ánimo cuando el par de brujos tras ellos suspiran desesperanzados.

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Harriet Travers- Finalista Interia

Sin perder más tiempo, Harriet rebuscó entre la ruma de pergaminos aquel en donde Cleo había escrito las 84 formas que su mineral había adquirido. Revisando una por una, comprobó entonces que todas coincidían con aquel pasaje de su infancia.

De alguna manera la conexión que desarrolló contigo fue capaz de proveerle de ese conocimiento- Bel no tiene realmente una explicación, aunque quizá ni siquiera puede haber una teniendo en cuenta el origen extraterrestre de aquella magia- más allá del por qué, creo que esto comprueba de cierta inteligencia o vida propia en este artefacto , devenido de su particular magia.

La esfera permanecía en el suelo, rodeada de esa aura de energía que la hacía refulgir en tonos verdes, mientras en su interior seguía amasándose algo parecido a la arcilla, que a Harriet le recordaba a la que ella solía usar para moldear vasijas y algunas esculturas en su casa. Ella estaba cerca, casi rozando el objeto, mientras Evans se mantenía a casi un metro de distancia. Y es que la rubia no tenía forma de saberlo, pero la presencia de aquella magia iba poco a poco desgastando el frágil cuerpo de Evans, y ella también era consciente de eso, lo que no obstante, no significaba que estuviera haciendo un esfuerzo por cuidarse.

Mi madre insistía a mi padre en darme todo lo que les exigía, porque no podía darme más hermanos- la confesión hecha por la heredera, hizo que Bel desviara la mirada hacia ella, pues no había imaginado más trasfondo para todas esas transformaciones que los meros caprichos infantiles cumplidos a una niña engreída- decía que había una profecía vinculada  a la familia de que terribles sucesos ocurrían si un Travers caía era preso de la soledad. Fue por eso también que trajeron a Cleo, para que fuera mi doncella y compañera.

Aunque había confesado algo muy personal, era mucho más lo que Harriet calló, respecto a las amistades tempranas de su niñez y el por qué Hessen y otro miembro de su familia, tenían un peso tan importante hasta la actualidad para ella, y los recuerdos atrapados en lo profundo de su mente y de su corazón, tampoco podían ser alcanzados por Bel. 

De pronto nuevas chispas comenzaron a brotar de la esfera y una onda expansiva empujó a ambas. Cuando, a duras penas pudieron reponerse,  vieron como la consistencia de la esfera empezaba a deshacerse.

—Necesitamos sellarlo nuevamente- de haber tenido poderes, Bel podría haber fácilmente recurrido a encantamientos del Grimorio de Ravenclaw, pero al no poder hacerlo, eludiendo al objeto, se acercó a Hattie y a través de la legeremancia le mostró directamente la manera de poder encerrar al mineral y ganar algo de tiempo adicional- Luego vendrá la parte más difícil querida. Darle una forma definitiva.

Guiada por el recuerdo compartido, Hattie alzó sus brazos en alto y empezó a recitar aquel conjuro en latín. A medida que hacía los movimientos, ayudándose también de sus piernas iba creándose en torno a la esfera una telaraña de hilos dorados nacidos de la punta de su varita, formando una red que contenía el poder desatado del mineral. La habitación, bañada por la luz que irradiaba el objeto parecía crecer más y más, hasta que finalmente vio quebrarse el cristal y un montículo de arcilla de los mismos tonos luminiscentes del monolito de Stonehenge, fue todo lo que quedó. 

— De esta tierra, edificaré mi creación definitiva- musitó la bruja, mientras transformaba un cuenco y depositaba allí toda la arcilla, que tenía una consistencia dúctil y le recordaba a la misma sensación de la tierra del misterioso planeta- creo que necesitaré algunos insumos adicionales ¿podrías ir por ellos?

Bel dudó. No le agradaba la idea de separarse, pero terminó asintiendo, no sin antes lanzar una advertencia a la jovencita.

— Dame la lista y veré que puedo hacer. Pero Harriet, a partir de ahora, todo dependerá de ti.

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Mordred Deschain – Finalista – Vulkos
En algún punto de Ottery St. Catchpool
Tomando con violencia la sangre de la séptima y última persona – Darla Potter Black


El Deschain estaba más confiado que nunca pues el felix felicis había funcionado a la perfección, sabía que Ludwig lo seguía y que cada vez más se acercaba para cobrar su venganza y sin embargo Mordred tenía la seguridad de que su plan funcionaría a la perfección, a éstas alturas de la partida nada podía salirle mal y únicamente le faltaba una muestra de sangre para cumplir sus objetivos y la donante estaba justo frente a él.

En cuanto vio a la pelirroja no pudo evitar sentirse un poco sonrojado, su hermosura claramente causaba estragos en el cuerpo del niño que pronto entraría a la pubertad, sin embargo Mordred no debía dejar pasar ningún segundo, tenía que dar la mejor actuación de su vida, ser convincente y muy veloz. Apretó los puños, hizo una mueca de dolor y desesperación y comenzó a llorar, y a gritar tanto que cualquier persona se sentiría alarmada por la situación de aquel chiquillo.

-Ayúdame por favor – decía entre llantos – asesinó a mis padres y ahora viene por mí, ya no puedo más quiero correr, necesito esconderme ¿podrías protegerme? – en la cara de Darla se podía ver confusión y un poco de desconfianza, la mujer era muy lista como para saber que algo andaba mal y posiblemente sus amuletos para detectar enemigos la habían alertado de un ataque próximo, sin embargo gracias a la suerte líquida todo marchaba tal como lo había planeado pues unos segundos más tardes apareció el rubio listo para acabar con la vida de Mordred.

Ludwig Malfoy utilizando su conocimiento de cuidado de criaturas mágicas llegó montado en su Nundu el cual le había sido de gran utilidad para rastrear al niño, con su olfato y su gran velocidad logró llegar justo para interrumpir sus llanos – aléjate de el – gritó – hagas lo que hagas no confíes en él, usará todo lo que tenga a la mano para engañarte y lastimarte – decía el rubio, sin embargo era muy difícil ser convincente pues aquel era un niño llorando mientras que Ludwig había llegado sobre una criatura bastante voraz.

Entonces el niño aún llorando corrió hasta colocarse a espaldas de la Potter Black – lo vez, quiere matarme, está loco, ayúdame por favor – continuaba llorando y a estas alturas tanto su anillo detector de enemigos como su medallón para avisar el peligro deberían estar completamente locos y desorientados, la Darla no podía esperar un ataque de un niño de diez años y ahora era su oportunidad. Pudo haber utilizado su daga de sacrificio o su kansho, incluso cualquier hechizo equipado con la vara de cristal, sin embargo en su lugar ingirió toda la botella que tenía de su filtro de bestialidad.

Rápidamente los efectos de dicha sustancia se hicieron presentes, Mordred no solo adquirió una gran velocidad y resistencia, claramente sus uñas crecieron hasta convertirse en garras y sus dientes aumentaron su tamaño para convertirse en colmillos letales, la imagen de ver a un pequeño con esas características era bastante perturbadora. De su boca comenzaba a chorrear espuma y su ropa se desgarró un poco al momento en que sus músculos de hinchaban.

Entonces dio un salto, enredó sus piernas al torso de la pelirroja mientras que con sus garras agarraba su cuello, mostró los dientes afilados y sonriendo desgarró su cuello a mordidas. La sangre comenzó a brotar inmediatamente, era una herida profunda que debía ser curada con rapidez. Mordred entonces sacó su mineral y no se conformó con dejar que la roca tomara su sangre, insertó el objeto en el cuello de la Potter Black pues la herida era tan grande que podía entrar todo su puño. La carne desgarrada le causaba tanto placer que incluso olvidó que Ludwig estaba ahí. Retiró el objeto y saltó a unos metros de la chica quien ahora se debatía entre la vida y la muerte.

Finalmente Mordred había obtenido la sangre de siete personas, en todos los casos ese líquido vital había sido tomado a base de violencia y traición, pudo ver como el mineral comenzaba a brillar más y más, era una luz roja que lastimaba la vista, mientras lo había las runas que la cubrían cambiaban de color a un tono blanco y se movían, rápidamente. El mineral continuaba sangrando y pudo ver que en el reflejo de la piedra pasaban las imágenes de todos sus donantes: Darla fue la primera, seguida de Benjamín y Cillian, posteriormente el mismo Mordred para dar paso a Mael y a Mica y finalmente la imagen de Ludwig. Aquellos eran los siete que habían colaborado para activar su objeto y el chico no podía estar más feliz.

Pasados unos segundos el mineral continuó brillando pero ahora con menos intensidad, se percató que la roca ahora parecía ser más suave y maleable por lo que decidió utilizar su conocimiento en transformaciones para darle la forma de un corazón humano, el cual latía a la misma frecuencia cardiaca que el Deschain, en dicho objeto se podían apreciar las cámaras cardiacas latiendo en perfecta armonía, primero la sístole y luego la diástole, y finalmente la sangre que era expulsada a través de un pequeño canal muy parecido a la aorta hacia un colgante, el cual rápidamente se colocó en el cuello. Finalmente había creado al marcapaso de la inmortalidad.

Marcapaso de la inmortalidad

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Es un corazón externo que late al mismo tiempo que el de su portador,
mientras esta persona tenga el colgante no podrá morir, su corazón seguirá latiendo.
Por lo que para poder acabar con la vida del portador es necesario primero destruir este objeto.

 

 

Muchas gracias por su ayuda

@ Darla Potter Black  @ Cillian Haughton  @ Rory Despard  @ Mael Blackfyre  @ Mica Burke

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Darla Potter Black – Finalista - Vulkos - cedido por Kimberly Black

Darla Potter Black con Mordred Deschain y @ Ludwig Malfoy Haughton

Los hechos… la realidad es que los hechos en ese momento eran un gran enredo. El niño frente a ella se había lanzado a llorar y sus alaridos le recordaban a la Potter Black a las criaturas a punto de ser sacrificadas en un matadero. En su mente estaba claro que algo no estaba del todo bien, la llegada de "el Lud” montado sobre un Nundu terminó de completar aquella escena que parecía arrancada de un cuadro de Pïcasso. Tampoco tenía idea de por qué había llamado a Ludwig Malfoy de esa manera en su mente, recordó las charlas que había tenido con él en una mansión olvidada del Valle de Godric. Recordaba su extraña actitud en aquel entonces, pero creía que aquello estaba olvidado...

Quizás se equivocaba, quizás Ludwig sí estuviera resentido por su salida de la Orden. ¿Pero y el niño? El muchacho a su espalda chillaba que Ludwig quería matarle, y a pesar de ello, el sonido de una botella y las palabras de Ludwig la hicieron dudar ¿Por qué Ludwig habría matado a sus padres? ¿el mortífago quizás? Pero ¿podía confiar en él? ¿en su advertencia? Seguramente se arrepentiría de no haber dado un segundo trago a las gotas de la fuente de la buena fortuna. Las cosas que ocurrieron a continuación no hubieran sido así si Darla no hubiera dejado que por un momento ganara sobre su buen juicio la pena por un desvalido...

 Un desvalido que resultó no ser tal… maldita sea... ella no era la "buena" de aquel trío... y ahora era la víctima de un engaño... 

—¡¡¡Ahhhh!!! —ni tiempo le dio a aplicar su potencia de cambiaformas  ni la coraza de armadura animal para protegerse, el muchacho colgaba a su espalda y sus piernas la rodeaban tan fuerte como sus brazos que la sostenían mientras como un salvaje desgarraba su cuello, el ardor en su cuerpo y la adrenalina corriendo por ella la hacían sentir que todo iba a acabar en los próximos minutos… podía sentir el aroma de su propia sangre corriendo... 

Kimberly Black con @ Adrian Wild  y @ Rory Despard  Kim-1.png

El enrojecimiento de las mejillas del Despard fue más que obvio para la Black y, teniendo un poco de empatía hacia el mago, desvió levemente su mirada, para no provocarle más sonrojo.

No se trata de que lo complique Señor Ministro, se trata de que la mayoría de los magos y brujas llegan a este puesto y olvidan que ya no son simples mortales que viven sus vidas bajos sus reglas, ahora las miradas del mundo están sobre usted como Ministro, se espera tome decisiones y de órdenes —hizo una pausa —no le niego que a todo soldado le gusta que su general le acompañe a la batalla y no que le mande al muere, pero debemos ser conscientes que siempre será necesario que la cabeza de las naciones se mantengan, si a usted le pasa algo ¿quién gobernaría en su lugar? —sabía que sonaba a una madre más que a una encargada de la seguridad.

Como fuere, tras el discurso allí estaban, dirigiéndose a la Gryffindor, por el aire, sí, que la tormenta hubiera amainado había ayudado que solo con un

—Impervius —que aplicó sobre sus ropas pudieran dirigirse ahora hacia el hogar de los  Gryffindor, estaba segura que Darla estaría tensa por aquello, de solo pensar que Luna Gryffindor, la Jefa de Seguridad estuviera involucrada en aquello o quizás solo en peligro por su familia.

Kimberly iba sobre la Nimbus último modelo, una de las escobas de la Potter Black, ambas brujas poseían una maestría en escoba que les permitía manejarse con una agilidad y fluidez por los aires. Aunque claro, mayor era la habilidad que poseía Darla como jugadora de Quidditch que ella como simple bruja que disfrutaba de los vuelos. En eso la pelirroja le llevaba gran ventaja.

Kim sofrenó su escoba en ese momento, las palabra del Despard le llamaron la atención, pero incluso ella podía percibir la magia en el aire, aunque no tuviera las habilidades que parecía tener el Ministro de Magia. Su mirada siguió la dirección que indicaba Rory y asintió en silencio, pero había algo más que su instinto vampírico percibió.

—Parece que tiene razón, la magia elemental parece estar fluyendo por toda nuestra tierra —comentó Kimberly mientras señalaba lo que parecía una vibración que se extendía por toda la superficie como una onda expansiva… no podía saber que era el s.o.s. que las esferas de Vulkos habían lanzado hacia el resto de los minerales.

La Black siguió el descenso del Despard sin dejar de prestar atención a ese extraña onda de energía que parecía perderse en el horizonte.

 

Darla Potter Black con Mordred Deschain y @ Ludwig Malfoy Haughton Darla-1-2022.png

Un frío recorría su columna vertebral, podía sentir como la herida intentaba cicatrizar pero el daño era grande, tan grande que el maldito niño había hundido la esfera en su cuello… los ojos de Darla estaban abiertos con una expresión de asombro, como vampiro no buscaba obtener aire para respirar pero aquella situación era tan surrealista, por su mente pasaban una rápida sucesión de episkeys y curación, claro que con el salvajismo del muchacho era difícil de obtener una sanación rápida, ni siquiera con la ayuda de sus conocimientos de primeros auxilios.

Sin embargo cuando el chico metió la esfera en el cuello de Darla cometió su primer y quizás último error… la pelirroja pudo sentirlo, fue como si las dos esferas “hermanas” se comunicaran entre sí y lanzaran un fuerte alarido de s.o.s. ¿podía ser posible que todos los minerales se conectaran entre sí y funcionaran al mismo nivel molecular y recurrieran unos a otros para completar lo que en definitiva parecían ser? Las partes de un mismo y único conjunto: los elementos naturales que componían el universo.

Darla dio una bocanada en el suelo mientras Mordred convertía su esfera en algo más y ella podía sentir como la energía del fuego de Vulkos fluía desde su mano por las venas de su brazo  hasta su cuello… Tormenta de Fuego… así se sentía exactamente, como si eso fuera…

De a poco la vampiresa se fue poniendo en pie mientras su mano se metía al bolsillo y sacaba de dentro del monedero de piel de moke un ópalo iridiscente, el amuleto Caudex, que pasó dos veces por su corazón antes de clavarlo en su pecho  mientras su varita se materializó de inmediato en su mano para apuntar hacia Mordred.

¡¡¡ Caudex!!! —el alarido de la bruja sobresalió por sobre todo… la herida en su cuello aún estaba sanándose pero la sangre había dejado de brotar, sus bordes parecían estar cauterizándose mientras el joven Mordred perdía su magia efecto del hechizo que le acababan de lanzar.

—Maldito engendro… si quieres jugar con el fuego de Vulkos será un placer darte el gusto… —la bruja extendió ambas manos hacia adelante generando una esfera de fuego entre sus manos mientras sus ojos cambiaban a un rojo similar a las llamas del averno —¡fire storm! —la esfera de fuego había ido creciendo entre las palmas de la bruja y al lanzar ella el grito salió disparada hacia su objetivo, esquivando cualquier obstáculo para impactar directo en el cuerpo del joven ahora sin magia produciendo un daño crítico con las quemaduras del fuego de Vulkos…

Darla cayó de rodillas, si no estuviera fatalmente herida y parte de su magia y la magia del brazalete pirokinético no hubieran ido a su cuello para sanarla el efecto de convocar el fuego no le hubiera consumido de esa manera sus fuerzas, pero la pelirroja solo atinó a dos cosas: mirar a Ludwig y susurrar apenas audiblemente.

—Acábalo… —para luego caer de bruces mientras su mano buscaba en el bolsillo una poción reabastecedora de sangre.

Editado por Darla Potter Black
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Harriet Travers- Finalista Interia

Mientras sale hacia el exterior, Bel no deja de pensar en el destino de heredera de Harriet como hija única de aquella inmensa propiedad. Alejada del mundo mágico hasta su adolescencia, siempre le ha costado imaginar las complicadas reglas, lecciones y todo cuanto se supone que una bruja de clase alta debe saber, si está contemplado que sea la heredera de la familia. Si retrocede a esos primigenios días en Ottery, por ese entonces, sin más complicaciones que las clases de la Academia de Magia y Hechicería, era su hermana Rina a la que su padre Boss Elessar había designado como futura cabeza de familia.

Por aquel entonces, jamás se habían preocupado de inculcarle las responsabilidades de ser matriarca, y nunca lo habrían hecho, de no ser porque tiempo después, tras verse Rina envuelta en una relación con un mortífago, había terminado abandonando a la familia para nunca más regresar, y de esa forma es que todo el peso de esa antigua familia, marcada por traiciones y maldiciones de los propios ancestros para sus descendientes, había terminado recayendo en sus hombros. 
Con el paso de los años, a trompicones, había ido aprendiendo de esa etiqueta social que inclusive regían el con quién podía o no casarse. A regañadientes, un puñado de todas esas lecciones se le había grabado, pero la mayoría de ellas habían pasado al olvido, para desesperación de su elfina que no dejaba de comentar cada vez que podía, que su vinculación con los Ollivander la había echado a perder para con sus deberes.

No fue difícil recopilar agua de lluvia, pues el temporal, aunque había mermado en su intensidad (ya sin truenos ni rayos) todavía mostraba un cielo cargado de nubes que proveían de una finísima lluvia. Los alambres, la ceniza y los palillos han sido todavía más sencillos de conseguir. Mucho más molesta había sido Yanna, husmeando entre las cosas que llevaba, y fanfarroneando de una aventura en un supuesto planeta marino, que sonaba igual a todas esas aventuras exageradas que solía contar una vez entrada en copas.

Harriet mientras tanto se había concentrado en seguir, al pie de la letra, las indicaciones de un complicado hechizo que figuraba en el apéndice del Grimorio de Slytherin, para crear su propia criatura familiar de compañía. Para lograrlo, había tenido que recordar lo aprendido en sus clases de Historia de la Magia y revisar particularmente la de Hampshire, hasta comprender a cabalidad de qué manera aquello encajaba con el animal mágico que, en antiguos documentos de su familia, había visto que era indicado como el espíritu protector de varias generaciones hasta la suya.

Despejada esa duda, había regresado entonces a su trabajo de preparación de la arcilla. Es este el mayor reto que ha enfrentado a sus poderes para transmutar materia, pues debe poner a punto el montíc.ulo en que se ha convertido su mineral para que sea sencillo moldearla, un trabajo que por métodos tradicionales tomaría horas, tiempo que no tiene, pues la energía que no deja de manar sigue siendo inestable. Así que soltando un suspiro, Harriet vuelve a tomar su varita y haciendo uso de sus buenas dotes en meteorología, conjura un hechizo que provoca vientos y aumenta la humedad hasta que finalmente consigue la consistencia deseada.

Con todo el desgaste de poder que la lleva a beber la tercera poción vigorizante, se seca la frente con su pañuelo y es justo cuando está dejando el vial vacío sobre la mesa, que Bel reaparece en la habitación.

— Ya decidí que forma adoptará- se apresura en señalarle Hattie, mientras se inclina en el suelo para terminar de dibujar el sello alquímico con el cual asegurará la creación de su criatura- será un escarbato, uno muy particular ¿se quedará a verlo señora Evans?

Bel no está segura de que deba hacerlo. Ya el solo hecho de saber que el hechizo proviene del grimorio de Slytherin le hace suponer que se trata de artes oscuras, y contaminada como está por la exposición prolongada que ha tenido a la magia, sabe que el asunto podrá traerle mas problemas. Sin embargo ¿Cómo podía perderse el final del trabajo que les ha tomado tantas horas? Tras unos segundos más de silencio, en que Hattie ha tomado su varita, termina diciéndole que se quedará, aunque tomando su distancia.

Perfecto entonces- le susurra Travers, sonriendo de una forma completamente diferente a lo que ha hecho antes, con una alegría que alcanza a sus ojos verdes y los hace absolutamente encantadores- Llegó el momento de que el arte fluya…

Tocando con la punta de su varita el extremo más próximo del sello, Bel ve como se ilumina la figura del suelo y el mismo aura entre verde y marrón, rodea a Hattie. La bruja, erguida en toda su altura no deja de hacer florituras con su varita, las que van poco a poco dando forma a aquella arcilla. Sus movimientos, que por momentos son como los de un director de orquesta, enérgicos y sagaces, y en otros ratos son gráciles movimientos de pies que asemejan a los de una bailarina de ballet, recorren de punta a punta el sello alquímico, en perfecta sincronía a la melodía de las flores que no ha cesado. Bel nota que junto a los alambres, la ceniza, los palillos, y el agua de lluvia que a ratos sale a chorros por la varita, invariablemente un fino hilillo rojo va entretejiéndose en el tronco, cabeza y cada extremidad que está moldeando de la criatura, pero no es sino hasta que observa más de cerca el brazo de la jovencita, que comprueba que lo que había pensado que era alguna clase de hilo de seda, es en realidad la propia sangre de ella que no deja de manar del corte que en algún momento se hizo en la muñeca y que con sagacidad ha estado redirigiendo con su varita.

Unos minutos más tarde, los movimientos cesan de pronto. Harriet luce pálida en extremo, lo que revela su delicado estado de salud, y hace pensar a Bel que requerirán con urgencia reabastecedora de sangre, por lo que se apresura en buscar un vial para dárselo. Pero entonces la muchachita le hace un gesto para aclararle que el hechizo aun no ha terminado, y es entonces que empieza a recitar el conjuro final, que de a pocos va recubriendo a su escarbato de arcilla mágica, de una espesa capa de oscuridad.

En la sangre prevalece el legado de mis ancestros,
 con sangre prolongamos el pacto de fidelidad entre los nuestros.
Hará a esta criatura fiel e inmutable, servicial y agradable
La magia será su alimento y no necesitará comida ni sustento
Mi voz será la que escuche, dormido y despierto, en sol y sombra
Y mía será su mente, a donde llegará límpida cada orden 
Todas las cumplirá, sin importar donde lo transporten
Buscará minerales y bajo la tierra los multiplicará 
 con la fuerza de la magia de su planeta natal
De tierras capaces de fructificar sol, tierra y mar.

Editado por Rory Despard
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Hessenordwood Crouch - Finalista - Interia
-Entregó el mineral a Gurëndriel-

El demonio se manifiesta finalmente frente a él, no con su forma más humana, sino más bien se trata de una estela de materia gaseosa, platinada o más bien grisácea, revuelta y desastrosa como el humo espeso de una locomotora. Dentro de aquel espacio parece capaz de despedazar todo a su paso, no obstante, la tranquilidad y concentración con la que Gurëndriel continúa trabajando en el pentagrama aun después de esa presencia rondando a su alrededor como un fantasma, habla de la familiaridad que tiene al enfrentarse ante esta apariencia incorpórea que ha adoptado Hess.

—No puedes convocarme a cada rato, esto no funciona así-, reclamó ante la repentina invocación del muchacho. 

Grelliam lo hace,

—Es diferente, 

¿Por qué no soy un Ollivander?-, 

—¿Qué es lo que quieres?

Adivinación,

—¿Sabes adivinación?-, preguntó, aunque es solo un sonido que retumba en la habitación.

No, bueno no mucho, pero puedo usar todos mis demás conocimientos, todo lo que ya sé-, Gurëndriel repasaba con la mirada cada centímetro del altar que ha armado para trabajar a través de hechizos alquímicos la magia de la adivinación. Y sólo cuando todo parece estar en su lugar es que vuelve su atención al pequeño árbol arrinconado al cual le han crecido raíces más largas que los brazos de sus ramas y han atravesado la base donde se sostiene ahora. —Necesito que estés cerca, solo por si, bueno, las proyecciones no salen como lo esperado-, susurró el final solo para que no fuera tan evidente el atisbo de temor en su voz. —No podría pedirle este favor como una responsabilidad a alguien mas.

La azul mirada del demonio vacila, y la entrecierra como si intentara ver más allá de lo que el brujo proyecta a simple vista. No es Gurëndriel un muchacho cobarde, al menos él no lo reconoce casi nunca así, sospecha entonces que debe haber algo en este ritual, más allá de poder tener una visión a través de la adivinación con la bola de cristal, que tenga al muchacho tan tenso. 

Este de aquí es un círculo de energía concéntrica, que gira al igual que el movimiento de rotación del globo terrestre, ¿ves las fórmulas dibujadas ahí? Representan el tiempo y los elementos dibujados en las runas son la tierra-, explicó señalando cada componente del altar. —Yo pienso que la magia de este mineral, al estar fuera de su planeta, debe sentirse como contenido, atrapado en esta forma. Pero cuando tomé la esfera en la heredad pude sentir el mineral nuevamente en mis manos-, midió sus palabras. —Me refiero a que, después de pasar tanto tiempo dentro de la casa, la magia se extendió como una raíz a través de la casa. Y, si pensamos con esa lógica, puedo imaginar que tarde que temprano toda esa magia contenida debe querer encontrar una salida-, nuevamente limpió el cristal de la esfera con sus manos antes de colocarla sobre un pedestal, que parece más bien el tripíe del juego de tubos de ensayo, al centro del círculo.  

—Entonces tu dices que el mineral, o su energía, intenta comunicarse a través de una…¿visión?

Extenderse más bien, si, podría ser, ¿es muy descabellado creerlo?-, el muchacho finalmente sacó de alguno de sus bolsillos la bola de cristal que no se atrevió a revelar nada ante los ojos del demonio. —Sería como una proyección visual, algo así deben funcionar los computadores muggles y su internet. 

—Ahora eres experto en no magicos.

Me has enseñado alguna cosa útil al respecto-, se defendió. 

—¿Y qué piensas qué esto quiera o intente decirnos?-,

No lo sé. Habrá que encontrar el medio primero, preparar la semántica más adecuada para que pueda existir.

—Pero, la videncia es toda una habilidad, en muchos casos, aun para los más experimentados, se requiere algo más que solo nociones para tener algún tipo de visión. Esto por otra parte es…-, lo que quiere decir que de pronto no se atreve a terminar es que, por lo que sabe de la magia de la videncia o adivinación, esto podría en gran medida no funcionar.

El silencio con Gurëndriel no es tan quieto como el de su padre, si no que está lleno de pensamientos que, aun no siendo un experto en la legeremancia, el demonio tiene acceso a cada uno de ellos a través de sus gestos y modos con los que el muchacho se expresa inconscientemente. Los humanos son tontos, los magos y brujas parecen serlo aún más, Hess se recuerda esto, es en primer lugar por cosas como estas que entidades como él existen. Por otro lado, debe ser también parte de su naturaleza demoníaca lo que hace tan fascinante, casi anhelado como un adicto, el contemplar en persona el momento justo donde finalmente ellos fallan.

—De acuerdo, déjame ver, ¿Qué tenemos aquí?-, y a disposición del joven brujo se activaron los poderes Uzza de los anillos de salvaguarda contra oídos indiscretos y detector de enemigos en las manos de Gurëndriel antes de adentrarse también al interior del círculo alquímico.

Editado por Hessenordwood Crouch
Para resaltar poderes en rojos

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