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Minerales elementales


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Derhorm haciendose pasar por Sean...con magia rara sin duda.

Puede que no fuese una trasmutación en si, pero vestirse con los huesos de Sean, y acomodar mis viejos musculos a su porte mas...digamoslos juvenil. Lo bueno, habia rebuscado bien en la mente del mago ante que el brillo de vida de sus ojos expirara como para estar al tanto de sus asuntos mas turbios. Yo diria que de haber quedado con vida sin duda su mente su hubiera visto afectada, fragmentada. Asi que podria suplantarlo lo mejor posible. Y claro esta no era una pocion multijugo...ni tan siquiera la transformacion ordinaria que se hacia con la magia de este mundo. No....esto era sin dudas otra cosa, mucho mas....digamolo por lo cierto..mas oscura y asquerosa. Pero los resultados eran mas que satisfactorios a la hora de mantener la fachada en el bajo mundo de Sean.

Y esta siempre habia sido una buena forma de alejar las miradas de mi. Ademas de claro esta la posibilidad de ultilizar sus conexiones en el Ministerio....o mas alla. Aun en mi mente tenia ese pedazo de informacion de los ofrecimientos de trabajo en el surgimiento de nuevos imperios que le habian hecho al ladron e intento de politico y claro de sus experiencias en los sucesos de Stonehenge. Lo que si era cierto es que eso ahora lo principal seria buscar mas informacion en las inmediaciones de ese lugar. 

Revise por un momento los bolsillos del ropaje de Sean mientras los incorporaba a mi nueva figura y saque una vieja insignea de Accidentes. Con eso creo que bastaria. Corria riesgo...pues claro....pero era un riesgo calculado. Sonrei ante el sean del espejo....y desapareci rumbo al resguardado lugar. O al menos bastante cerca. 

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n15XIog.png?1Ericen O’Sullivan :

Estar con Matt me estaba causando gracia, aunque he de reconocer que me estaba costando más de lo que me esperaba mantenerme en el papel de Ericen, toda desconocedora de lo que había sucedido en Londres, o al menos no en primera persona. Siempre podría hablar que a mi ciudad también llegaban lechuza con "El Profeta" u otros diarios mágicos. Nunca pensé que me costaría tanto no meter la pata.

En un momento dado, el ascensor zarandeó las paredes que casi me pareció que quería vomitarnos fuera. Por unos instantes, recordé aquellos tiempos antiquísimos en los que Hayame y Amya (y Sagitas, por supuesto) eran expulsadas del elevador porque no parábamos de toquetearle los botones, en alguna pelea en su interior. Sin embargo, ahora era algo diferente. Parecía...

-- ¿Qué ha sido eso? -- le pregunté a @ Matt Blackner . -- ¿Un...?  -- ¿Un qué...? ¿Una bomba, una explosión, un atentado...? Me quedé con la boca cerrada mientras el ascensor se estabilizaba. Me agarré al brazo de mi hijo y le clavé las uñas, recordando que estábamos a una altura considerable y que era mejor que no nos cayéramos hasta la planta de Misterios o más abajo.

Bajamos unos metros en caída libre, nos paramos, bajamos un poco más, todo en medio de un ruido aterrador y, al final, comenzó a subir a cámara lenta, tanto que pensé en salir yo misma a empujar, a ver si así llegábamos antes al atrio. Cuando las puertas se abrieron, juro que no esperaba ver el polvo de un derrumbe depositándose en el suelo resquebrajado. No hubo mentira en mi gesto de asombro, era realmente mi cara al reconocer que hacía mucho tiempo, muuuucho tiempo, que no pasaba por ésto, por un Atrio maltrecho. Me pregunté si mis hermanas estarían tras el estropicio.

Pronto, los susurros a voces nos dijeron qué había pasado. Una explosión extraña en la primera planta, en la zona del Primer Ministro, había provocado un boquete enorme en el techo hacia el exterior. Curiosamente, entendí pocas cosas, algo de una tormenta huracanada que había salido del despacho de alguien y un búho que se había escapado en la noche, en medio de la tormenta.

-- ¿En qué despacho? -- pregunté a uno de los magos que miraba el burejito. -- ¿Hay heridos?

Supongo que la preocupación debía ser cosa de Matt, como Director de Accidentes, pero mi mirada ya escudriñaba los daños y pensaba en la forma ideal de restaurar lo sucedido, de la forma tradicional que me habían enseñado mis años de experiencia en el departamento. Mis ojos iban hacia abajo, hacia el despacho  destrozado de alguien, hacia el cielo que se veía desde allá. O mejor dicho, que no se veía. Era oscuro como si fuera de noche (y juraría que no lo era o el tiempo había volado muy rápido). Truenos y relámpagos se vislumbraban a lo lejos.

-- Pues esto no es nada, señorita -- me dijo una bruja de largo sombrero. -- En Ottery está diluviando como si los dioses estuvieran pateando las nubes por encima del pueblo.

Enarqué la ceja, aunque enseguida la bajé. Otra gesto demasiado de Sagitas.

-- Dicen que ha sido un huracán en el despacho del Sr. Mael Blackfyre. Pero él no estaba. O no ha quedado nada recuperable de su persona - volvió a hablar la misma mujer. -- Y los vagos de Accidentes sin venir.

-- ¡Estarán ocupados, señora! -- le grité, ahora enfadada por lo que decía. La mujer se marchó murmurando un "desagradecida" o algo así. Me volví hacia Matt y me encogí levemente de brazos, poniendo las manos en forma de "Y". -- ¡A mí no me mires! Yo soy la novata, no sé qué hay que hacer ahora.

Aunque quisiera oír a Matt, no hubiera podido. Aunque tampoco podía. Mis oídos intentaba escuchar todo lo que oía (bendito Anillo de la Escucha, aún había brujos que hablaban sin esconderse o protegerse) y no volverme loca en el intento.

"Dicen que los pedruscos esos que aparecieron en ese lugar son los culpables de la explosión de la mansión de los Gryffindor..."

"Pues en la radio dijeron que hay aurores protegiendo el lugar, porque grupos violentos intentaban atacar las piedras."

"Pero no eran miles, mujer... Solo fueron cinco, nada más, o tal vez seis, los que consiguieron minerales".

"Mi hijo trabaja en el Departamento de Internacional y dice que los de la ONES-COW o algo así,

intentan protegerlo porque es algo importante en cuanto a la cultura del país"

Dejé de escuchar un momento cuando escuché un trueno a lo lejos; parecía que iba disminuyendo su potencia. ¿Qué habría provocado aquel tiempo tan loco? Yo (es decir, Sagitas) entendía de Metereología y sabía que aquello no era normal ni en el peor de los casos. Aquello iba más allá de lo mágico. Fruncí el ceño al sentir a un hombre que decía que aquel monumento no caería, pues le habían dicho que los de seguridad junto al Director de Accidentes, habían hecho una cúpula de seguridad que la cubría. "¡Demonios, este muchacho no me avisó de eso!", pensé, porque como Ericen, no debería saber ni de qué hablaban.

"Aunque dicen que ahora irán a asegurarlo porque fue provisional y puede ceder en cualquier momento".

-- ¡Estupendo! -- dije tal vez demasiado alto, pues varios me miraron de forma crítica. 

Les sonreí y casi se me escapa un comentario ulterior, lejano, que no supe de donde venía: "... destruir Stonehenge para que no puedan entrar..."

¿Entrar qué? ¡Maldita sea! ¿Dónde conseguir una lista completa y no la que a duras penas había conseguido. Me hubiera sentido mejor si hubiera podido bufar o gruñir. Pero como buena novata, me giré a mi director y me puse con las manos en la espalda, esperando órdenes:

-- Bien, bien, ¿qué hacemos ahora? ¿Arreglamos este estropicio o nos vamos a las piedrolas esas a ver si aún resiste la cúpula?

¡¡Aggg, piedrolas sólo lo decía Sagitas!! ¡Qué no se diera cuenta, qué no se diera cuenta...! Puse cara de sorpresa al ver entrar en el Atrio a alguien que no me esperaba. No podía ser él. ¿Era él? 

-- ¿Sean? ¿ @ Sean -Ojo Loco- Linmer ? ¿Eres tú?

¡¡Otra vez kk!! Ericen no lo conocía, al menos que... ¡Sí, eso, diría que estuve en su boda con mi prima Perenela si me hacían preguntas! Jo, qué difícil me estaba siendo ser Ericen sin meter la pata.

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Derhorm haciendose pasar por Sean...con magia rara sin duda.

Cerca cerca...pues no pudo ser. Habian tomado las suficientes precausiones y ahora en el cuerpo de Sean, o usando sus huesos..o *****...que dificil a veces era explicar este tipo de magia. En fin...que a pesar de ser un cuerpo mucho mas joven que el vejestorio que siempre tenia, pues tenia limitaciones a la hora de usar mi propia magia. Supongo que no estaba al nivel para aguantar la poderosa magia que el el libro de Thot me habia otorgado. Un incordio sin dudas...con mi cuerpo original...tenia magia poderosa pero una resistencia lamentable....con este tenia por mucho mas resistencia...pero un nivel de magia...bastante mediocre. Al menos ya tenia claro como empezaba a funcionar esto de la transmigracion...tendria que preparar y bien....a mis receptaculos vivos.

Con estos dilemas y muchas cosas sucediendo en el mundo magico pues solo quedaba una cosa. Actuar en el Ministerio. Y asi lo hice. Usando una chimenea comun y polvos flu. Asi que con un poco de hollin en la nariz....camine lentamente por el atrio, al parecer conmocionado por...una explosion??? y si.....no fue dificil encontrar a lo lejos el pelo rojo de @ Matt Blackner . Asi que poniendome la insignea de accidentoso me acerque.

-Acaso regresaron ya Amya o Hayame- dije mirando a mi alrededor.- Yo diria que se parece mucho a sus modos operandi.

Dije bromeando cuando una voz a mi lado menciono mas de lo normal el nombre del mago que suplantaba. Mire a mi lado algo sorprendido, y busque en las memorias que habia robado...no coincidia con alguna de las muchas chicas que sean conocia. Pero conociendo a Sean simplemente lo limite a sonreir y hacerle un guiño.

-Disculpe...nos conocemos??? -dije inclinando levemente la cabeza-

@ Sagitas - Ericen

 

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Pasar aquel pequeño rato mientras esperaba el ascensor con Ericen era, aunque me costase decirlo, reconfortante. En los últimos tiempos, aquella espera era rutinaria, poco menos que el ir y volver a casa tras un aburrido día en el despacho, escuchando poca cosa además de las pisadas del grandullón de Babila. Además, el berrinche de la mujer se pasó casi en el momento en que las puertas del ascensor se abrieron, hasta que la llamé, con un ligero gesto de la cabeza. Ahí comenzó a hablar de nuevo, como Sagitas, a la que le duraban poco los enfados cuando tenía curiosidad por algo.

 

Temí que el ascensor hubiera detectado que llevaba accidentosos en su interior por el repentino parón, precedido por una sacudida extraña y un golpe lejano. Me agarré a las paredes, desviando la vista hacia el techo, notando el agarre de Ericen al brazo, clavándome las uñas. No temía que nos dejara caer, casi no lo estaba pensando. Más bien, intentaba dar con el motivo de la sacudida.

- Algo...algo parece haber explotado - murmuré. Ella había llegado a la misma conclusión que yo. De pronto, el ascensor inició una caida libre, y ahí si, apoyé la espalda contra la pared, hasta que una nueva sacudida nos detuvo de nuevo, y de ahí, ascendimos...despacio, muy despacio. 

 

Para cuando las puertas se abrieron, nos encontramos en medio de una gran humareda, polvo y cascotes cubrían el atrio...o bueno, lo que quedaba, ya que en el centro del suelo, resquebrajado, agujereado, dejaba ver que había tenido lugar una explosión, proveniente seguramente de uno o dos pisos inferiores.

- Tal vez si que dejes de ser la novata antes de la hora de comer - comenté, mirando el estropicio mientras los dos salíamos del ascensor.

Las voces de los empleados que rondaban por la zona no dejaban de murmurar, algo sobre una explosión en la planta del Primer Ministro. Algunos rumoreaban que era un accidente, otros, que era un atentado contra el Ministro. El caso es qeu íbamos a tener bastante trabajo. Ericen tomó la iniciativa, preguntando, mientras yo me perdía en analizar la estructura que quedaba como suelo. 

Escuché que alguien hablaba de @ Mael Blackfyre , que la explosión había sucedido en su despacho. Eso me hizo fruncir el ceño. No habíamos empezado con buen pie, pero aun asi, debíamos saber si estaba herido, o si realmente tenía algo que ver en la explosión, buscar pistas sobre su paradero.

 

La queja sobre nuestro departamento de aquella mujer me hizo girar hacia ella,  mirándola fijamente, con el ceño fruncido. Mi única respuesta fue un gruñido grave, malhumorado, que unido al grito de Ericen espantaron a la mujer. A lo lejos, se escuchaba la tormenta. Si no fuera por el polvo de la explosión, que inundaba el lugar, seguramente podría oler el asfalto mojado. 

- Debemos asegurar las paredes y los restos de suelo. Es importante que no siga resquebrajándose y que pueda soportar otra explosión, si la hubiera antes de que terminemos de reparar. No sabemos la causa, lo tomaremos como un ataque directo y que podría repetirse. - contesté, mirando a Ericen. - luego, nos marcharemos a Stonehedge.

 

Sagitas miró a alguien por detrás de mi. En cuanto escuché su nombre, pensé que no podía conocerlo. Era raro, no era de aquí. Aunque @ Sean -Ojo Loco- Linmer  tenía fama de mujeriego....a saber si no sería posible que se hubiesen cruzado en otro momento, en otro lugar. Un vistazo rápido me hizo sospechar. Sean no era accidentoso desde hacía mucho tiempo, y sin embargo llevaba su insignia en la chaqueta. Por instinto, alerta, lo rastreé.

- Claro, Sean. Que alegría verte. - dije, adelantándome a Ericen para estrecharle la mano, tal vez un poco más fuerte de lo qeu debería. - Íbamos a salir, tenemos trabajo fuera. Nos acompañarás, no?

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En camino...

El alboroto de mis compañeros y la conversación de los integrantes del equipo involucrados en la producción del videoclip me son indiferentes, decidí aislarme de todo colocándome sobre el rostro una revista con la cabeza sobre el respaldo reclinado hacia atrás, como si durmiera, sin prestar atención a nada ni a nadie.

Mis ojos cerrados por si algún gracioso me quitaba la revista de encima, muy contento de que por agraciada coincidencia, el grupo de rock al que participo como guitarrista, marchará a Stonehedge para filmar nuestro nuevo sencillo musical.

Trato de imaginarme que ocurrirá, si podré cumplir mi más ferviente deseo : trasmitir la magia de éter a la fuente primordial de magia para que está prevalezca para siempre... el regocijo es enorme al visualizar ese triunfo en mi mente, que siento agitarse mi corazón con rapidez y fuerza, tanto me alegra que sin poder evitarlo sonrió y retomar mi seriedad me cuesta unos minutos para retomar la farsa de que estoy dormido.

Soñar despierto tiene su encanto, me inyecta ese ánimo y certeza de que puedo aspirar a ese deseo por que las circunstancias al fin se ponen de mi lado... me encanta poseer magia y muchas veces he tenido que reponerme del miedo que me genera pensar que hay posibilidad de perderla... si eso pasara, ya no sería yo, porque ser mago es el consuelo por todo lo que aconteció en mi pasado, vivir aquellos once años con mi poder mágico bloqueado, fue una pesadilla... como si el purgatorio fuese en esta tierra y no hubiese una salida... por fortuna Reacón me ayudo a escapar de aquella nefasta situación y aunque la suerte no ha sido la mejor, al menos recobrar mi magia fue lo mejor que pude obtener.

De pronto, alguien me toma el hombro y me sacude mientras me avisa que en media hora llegaremos, otra voz dice que me deje tranquilo y que arribando al lugar, podrán mojarme para hacerme despertar, se oyen risas y siento como se alejan, puede que hallan ido en busca de alguna botella de agua, así que me "despierto" antes de que ejecuten su broma... media hora no es tanto tiempo para soportar su habitual bulla- 

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Verónica Prince y James Clifford en un departamento en Londres, días antes de la boda de Malum y Eterno.

¿En verdad quieres que investigue eso? —mi mirada se levantó del cuaderno en el que estaba anotando lo que llamaba “Diario de Merlín”, había ido registrando cada detalle desde que había confirmado que estaba esperando a mi pequeño demonio, cerré el libro en cuya tapa una foto del pequeño y mía nos sonrió con expresión de felicidad, aún siendo tan pequeño como lo era el día que la tomaron.

—Por favor, Jimmy, ¿desde cuándo estos temas no te causan curiosidad? Te metiste en Alemania cuando secuestraron a la tía Ada y ¿ahora te da miedo esto de los portales extraterrestres? —el pelirrojo me miró con expresión de pocos amigos, seguía ofendido conmigo por no haberle revelado mi embarazo y por negarme a contarle quién era el padre de Merlín, sabía que él era supersticioso y tenía varias cábalas, pero el tema de los planetas y la vida en otros planetas igual lo había dejado sorprendido.

—He soñado con eso, supe que los de Accidentes desmemorizaban a los que se atrevían a acercarse una vez más, los portales ya se cerraron y los que obtuvieron los minerales —se encogió de hombros con gesto indiferente, que yo sabía bien no era real —ellos se esconden, los muggles siguen queriendo abrir los portales pero todos dicen que una bruja joven se robó el artilugio que los abría y los minerales no tienen esa función —hizo una pausa y sacó una libreta de su bolsillo, así que sí tenía interés  en el tema, me dije al ver que tenía varias notas en ella —a varios magos y brujas los minerales les reaccionaron, a otros no, pero ellos son los que más se esconden y desaparecen de sus lugares que solían frecuentar, son como “muertos vivientes—dijo lanzando un bufido, lo miré con sorpresa.

—¿Hablas de inferis o lo que los muggles llaman zombies? —pregunté asombrada, enderezándome en la silla y observándole con interés.

—No seas tonta, la maternidad te volvió gelatina el cerebro parece, quiero decir que desaparecieron como si se les hubiera tragado la tierra, se sabe algo de ellos por aquí, por allá, pero las pistas no llevan a nada, solo a que cada uno ha hecho de sus esferas algo nuevo, los rumores se pueden esconder pero no para siempre —dijo mi amigo Clifford y al fin pude ver en él esa veta de interés que me interesaba.

—Así que no pudiste dar con ninguno y eso es lo que te frustra ¿eh? —lanzó un gruñido típico de su especie y luego se encogió de hombros.

—Seguiré averiguando, algunos han mostrado el mismo terror UFO que mostraban los muggles y los no maj en el siglo pasado, ridículos, no tienen ni idea de lo que pueden tener en sus manos y el miedo los hace comportarse como salvajes, pero estoy seguro que los que más me está costando encontrar son los que realmente obtuvieron la respuesta de lo que tienen en sus manos y por eso se esconden o al menos se alejan de los que puedan acercarse a preguntar por los minerales —reconoció el irlandés y luego se inclinó, acercándose a la cuna que había a unos metros de él y miró a mi pequeño dormido —hummm sí se debe parecer a tu padre porque a ti no tanto —sabía que me había dado en el blanco, porque reaccioné ofendida al instante.

—Claro que se parece a mí, tiene mi sonrisa, mis gestos, la forma de mi rostro —no pude continuar porque él lanzó una carcajada antes de interrumpir mis palabras con lo que más me molestaba.

—Y el color de ojos y cabello de su padre —frené el objeto que había estado a punto de lanzarle, no fuera que errara y le diera a la cuna.

—Ya vete James, los ojos de los bebés son claros cuando nacen y luego toman su color definitivo —su risa inundó una vez más el lugar, por suerte había acostumbrado a mi bebé a dormir con ruidos molestos.

—No te enfades Verito, al menos es tan bonito como tú —me dio un beso en la frente e intenté que no notara que había logrado comprarme tan fácilmente y lo dejé partir rumbo a la investigación para dar con los poseedores de la magia de otro mundo.

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Y comenzaba entonces la actuacion. Si, confiaba bien en mis artes y en como tratar las memorias ajenas, asi que ahora pese a usar el cuerpo de Sean, sabia muy bien los acontecimientos pasados como para reaccionar acorde. Principalmente porque tenia delante a Matt...y bueno aun recordaba la ultima vez que Sean habia interactuado tanto con el como con Sagitas. Habia estado ahi mientras me habia llevado a los crios, de hecho puede que me echaran la culpa. Mmmm si...habria que hilar fino sin duda.

-Ohh si.....alegria...-dije restregandome la mano mientras me la fortaba....tenia un apreton firme y esta vez habia apretado de mas. Supongo que habria que guardar las apariencias aun.- Bueno estoy a tu disposicion -incline la cabeza- ya sabes...simpre accidentoso de corazon. -Y con medio arte teatral me hice una cruz sobre el pecho en el corazon. Como quien ha hecho y reafirma una promesa.

Lo cierto es que tener por momentos a Matt de mi lado, nunca seria contraproducente. Junto a el nadie preguntaria por mi insignea desfazada. Bueno la insignea de Sean y tendria un poco de libertad para investigar no solo en el Ministerio sino en el el lugar de los portales. Podria decir que ya habia estado ahi...o bueno en una cueva cercana.....pero seria interesante disfrutar del contacto de esos monolitos antiguos que habia sido vendecida con magia que aqui nadie entendia. En fin.

- Supongo que sera hora de trabajar -dije remangandome las mangas de mi tunica.- Y ella??? es nueva en el Departamento??? -dije preguntando por Ericen. 

@ Matt Blackner @ Sagitas - Ericen

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Me sentía un poco desilusionado, había confiado en que podría haber obtenido más información sobre los magos y brujas que tenían las esferas de minerales. El éter efectivamente parecía haberse esfumado en él mismo, o más bien rumores de embarcaciones. Excepto por uno, que sospechaba que había empezado a recorrer las islas dejando una estela de magia a sus espaldas, apenas perceptible, pero notoria al fin y al cabo.  Ni hablemos del mineral de agua, que parecía haberse disuelto en un jarrón de la biblioteca, pútridas imágenes de la nada.

En fin, mis únicas esperanzas eran los minerales de aire y fuego, se había visto el efecto de ambos en Ottery, tormentas e incendios, pero lo que más sospechoso resultaba es que parecía que sus dueños se habían calmado, olvidándose que lo poseían y ni siquiera hacían nada por lo que hubieran obtenido a cambio de su magia. Eso era curioso, sin embargo, si los rumores eran ciertos, eran altos rangos de los dos bandos más famosos de Gran Bretaña, lo cual hacía pensar que estarían utilizando para sus bandos dichos objetos. Lo cual me resultaba por demás de preocupante, si ya eran peligrosos sus enfrentamientos sin necesidad de magia alienígena, con ella uy, sí que sería para alquilar balcones. ¿Cuánto más serían ambos bandos capaces de destruír?

Levanté un par de archivos más que tenía en el registro, casi olvidaba la magia de la tierra, curioso que los poseedores de ella fueran los que menos señales hubieran dado luego de los de agua. Me preguntaba cómo era posible que tener tales posibilidades de magia y poder la gente se volviera tan calma. La tierra había sido destructiva recordaba cuando utilizaban el terrea o algo así. El agua también podía ser destructiva, o sanadora, como lo mostraba el aqueora de los fenixianos. El fuego, el aire y la mente eran igual de peligrosas. Tiré todos los archivos en una de las cajas donde guardaba los historiales de investigación y me eché hacia arás en la silla, apoyando mis pies sobre la mesa. Verónica iba a estar desilusionada, aunque no tanto como me sentía yo. Iba a tener que meter mis manos una vez más en la basura para llegar a encontrar más pistas sobre esa maldita situación.

 

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Respiro hondo mientras mi banda sigue gritando, riendo y lanzando retos "tontos" que solo demuestra lo inmaduros que son... un poco más que yo, pero por ahora no me sumo al destrampe juvenil... estoy pensativo con respecto a mi plan de escabullirme solo lo más cerca posible a los enormes monolitos de Stonehedge .

Habrá que comprobar que tan custodiado está, los rumores aseguran que hay funcionarios del Ministerio mágico Inglés resguardando las enormes piedras, pero quizás pueda distraerlos... oh, si, pero primero habrá que salir de los preparativos previos a la filmación, el colocarse el vestuario y la sección de maquillaje... tal vez convenga ir primero... o tal vez no, que se les puede ocurrir que una vez "listos" nos fuercen a permanecer en una tienda a esperar que arreglen al resto... y eso estropearía   el plan de intentar acercarme.

Pensándolo mejor, iré al último, me apartaré con algo tonto por hacer a solas, luego entonces marcharé hacia los monolitos... si, eso me parece lo mejor por hacer.

Nuestro transporte se detiene, con emoción todos nos levantamos para bajar del transporte, pero nuestro manager aparece en la puerta y nos dice que no podemos bajar aún, que tendremos que esperar y será más cómodo aguardar en el interior del transporte. Las protestas se hicieron oír con la desilusión de no poder estirar las piernas...

Mi molestia era mucha, pero luego me vino una idea, no es lo más deseable fingir pero... bueno, no era como si fuese tan difícil fingir... primero me coloque inclinado con la cabeza entre las piernas, usando la varita, me apunté para que mi piel se pusiera amarilla verdosa... una broma que creamos los magos de la Ravenclaw, mucho menos malo que los "saltaclase" aunque tengo un par por si hiciera falta.

Ya con mi "mala y enfermiza cara" me levanto del asiento y empiezo a decir que me siento muy mal, que creo que no puedo evitar el vomito, aseguro que la sensación es demasiado apremiante y camino tambaleante hacia el frente. Mi treta surte efecto y me dejan bajar para marcharme hacia unos árboles, luego solo hago la pantomina mientras se alejan para dejarme a solas, creo que el manager va a preguntar si cuentan con algún "remedio" para mi problema.

En cuanto creo  que no me ve nadie del grupo, me alejo adentrándome en la arboleda, creo que no estamos tan cerca de los monolitos de piedra, pero cuento con que los preparativos tarden lo suficiente para poder "explorar". Por si encuentro a los funcionarios, disfrazo mi escudo Krygten  de guitarra eléctrica me la cuelgo a la espalda mientras marcho hacia las rocas, mi excusa es el videoclip que filmaran. 

Me oriento en el lugar, por las tres ocasiones que use los monolitos que funcionan como portales mágicos a esos extraños planetas... aunque solo fui a dos de ellos, mi impresión está bien almacenada en mi memoria, ¡un viaje inolvidable!

Apresuro el paso y entonces alguien me sorprende por su presencia en el lugar... una joven que posee a su lado una caja de "Fuegos Salvajes Mágicos Weasley"... la miro. Trato de identficarla, veo su cabello, su cara, sus inquietos ojos... entonces comprendo su intención -- ¿En serio? ¿Vas ha encender esos fuegos? ¡Me encanta como funciona tu mente! -- Mi cara muda a un gesto de complicidad, paso mi mano sobre mi cabello verde, mi ropa estilo rockero y mi cup en mi oreja izquierda a moda al ser yo un guitarrista de un grupo musical.

@ Melekinas    

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Aquella visita inesperada de Ludwig Malfoy había terminado por fin, tras aquel leve sufrimiento del joven a las puertas de la mansión. El joven había venido a pedir disculpas pero ¿a quién le interesaba? ante el medio del caos con los minerales, su figura nos había atacado sin siquiera dejarnos respirar. no habían sido heridas muy graves pero ante un descuido podría habernos costado la vida a cualquiera de los dos. El chico se fue y Mica automáticamente desapareció directo a su habitación.

Fue la primera vez que veía a los elfos domésticos de la mansión hacer lo que hacían. En cuanto todo se quedó tranquilo en los jardines, fue el elfo más grande quien dio la orden. Estaba parado cerca de una de las ventanas que mostraban la parte delantera de la mansión. La criatura hizo una especie de gruñido y las puertas de la mansión se abrieron y todos ellos salieron de la cocina hacia el escenario donde había ocurrido todo. Nunca había visto media docena de elfos hacer aquello.

Mientras chasqueaba sus dedos y se dividían en diferentes áreas de los jardines, la tierra volvía a su lugar, el césped volvía a crecer. Todo lo que estaba destruido se iba reparando y acomodando. Incluso las estatuas que se habían resquebrajado se reparaban y volvían a resplandecer.

Me quedé sorprendido, nunca lo había visto y recordaba una reunión entre algunos Gryffindor donde habían dicho que los elfos hacían eso tras cada ataque. Ataque. ¿Cuántos habían ocurrido dentro de esa mansión? ¿Y alguien podría haber sospechado que años después ya no serían necesarios?

Me regresé a mi habitación. Tenía que organizar algunas cosas antes de volver al Ministerio. Tenía algunas cosas que solucionar.

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GOLDOR ♦ DEMONIUM MERIDIANUM

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