Jump to content

Minerales elementales


 Compartir

Publicaciones recomendadas

Darla Potter Black – Finalista - Vulkos - cedido por Kimberly Black

Los tiempos pasaban, habían atacado Stonehenge, los militares habían intervenido, aunque la cúpula antimuggles que se había logrado establecer, tras un acuerdo con el actual primer ministro muggle y Kimberly Black, las cosas tomaban un cierto cariz más calmo. La Black había recurrido a @ Matt Blackner , el primo de Darla para que la ayudase a crear una cúpula de seguridad. No era un simple perímetro, ya que entre los drones y las escobas, había que mantener a raya no solo a muggles sino también a magos y brujas.

Darla se acercó a la esfera con la Poción de Lágrimas de Fénix en una de sus manos y la capa de invisibilidad en la otra, había cubierto la capa con el polen de lirios de fuego, sino también con una poción realizada con las indicaciones tomadas de uno de los apéndices del Grimorio de Hufflepuff. En el apéndice de artefactos mágicos no había encontrado nada que se pareciera a la esfera del mineral de Vulkos. Odiaba reconocer que la arquitectura del lugar era para lo único que había utilizado de momento con más eficacia gracias al Grimorio de Ravenclaw. Darla comenzó a manipular la esfera esta vez con ayuda de la magia de transformaciones, las cuales había sido mejorada gracias al  apéndice del Grimorio de Gryffindor. La pelirroja intentaba no utilizar aún la Artes Oscuras con la esfera, no le parecía respetuoso hacia ella, ni siquiera gracias a las mejoras efectuadas gracias al apéndice del Grimorio de Slytherin.

El que intentara transformarla no le había provocado aún ningún daño, aunque sí había echado un par de gotas de lágrimas de Fénix mezcladas con la poción original y una poción curativa. Claro que ayudaba un poco el hecho de que hubiera consumido una pequeña cantidad de Felix Felicis. Lo otro era una opción medio salvaje que había aceptado a regañadientes, solo para dejar tranquilo a Tommy, allí rodeada de criaturas curiosas y era el collar maldito de ópalo imantado sinceramente ella no creía que necesitara usarlo contra la esfera pero sobre todo no estaba segura si sería útil contra ella.

—Muy bien, veamos —susurró mientras repasaba la transformación transustancial, la orgánica y la inorgánica —te estoy previsualizando, aprendiendo lo que eres, y visualizando lo que podrías llegar a ser —agregó con gesto concentrado, varita en mano tras dejar la capa sobre sus hombros y la poción junto al collar en el césped a su lado —ahora es cuestión de formulación —susurró mientras empezaba luego a pronunciar —fors… muto… verto… mmm… no, no creo… o sí… —un sonido rápido a sus espaldas la hizo desconcentrar y girarse.

Lualú ¿qué haces con el Demiguise y… maldición… quieto… —dijo intentando detener al Diricawl que en una pequeña explosión de plumas desapareció para aparecer parado sobre la esfera batiendo sus alas.

Lo siento ama Darla, los dos han estado así —murmuró una cada vez más llorosa elfina —el diricawl chilla y se escapa y el demiguise lo sigue y… —en ese momento la criatura se ofuscó haciendo lanzar un chillido a la elfina pero apareció segundos después tomando la mano de Darla, la bruja miró a la criatura y respiró profundo mientras él se ofuscaba y aparecía junto al diricawl, a quién tomó en sus brazos y se ofuscó para aparecer nuevamente junto a Lualú.

—Tranquila Lualú, ve con ellos, creo que ya… ya está… —los ojos del demiguise brillaron unos segundos antes de que la elfina se inclinara y tomando la mano libre de la criatura se fueran los tres de regreso a los establos en los jardines de House o Books, dejando a una pelirroja pensativa.

La dragona levantó un poco la cabeza, había permanecido dormida al otro lado de la cúpula de vegetación, había abierto los ojos curiosa al aparecer las otras criaturas, y ahora estiraba su hocico, como olisqueando la esfera. Un gesto curioso si lo pensamos, ni la dragona era un gato o un can curioso y la esfera no era una pelotita con la que jugar ni ver quién más había jugado con ella.

Creo que lo tengo —dijo  mientras pensaba en un Orbis Bestiarum, generando un anillo dorado que envolvió la esfera, aunque tenía pocas esperanzas al respecto.  Darla acarició el Amuleto Dragón que colgaba en su cuello y lo sacó de bajo sus ropas, la mente de su dragona y la de ella se conectaron y la criatura negó con la cabeza —así que no es un animal exactamente —susurró Darla —¿tu fuego… —no terminó la pregunta, la dragona había visto en su mente y una pequeña llamarada controlada salió de su boca, bañando la esfera cuya única reacción fue brillar más y absorber las llamas —gracias —dijo Darla y la dragona se acomodó una vez más, observando ahora curiosa.

Accio nota —dijo de pronto la pelirroja, una idea loca pasaba por su  cabeza y la nota a la que se refería se revolvió en una caja en su escritorio, revolvió la carpeta que la contenía hasta que finalmente se liberó volando desde el local a través de las puertas mágicas hasta donde Darla estaba.

Aplicó la magia de transformación para obtener cada gota de tinta que había sobre la nota y hacer cambiar las letras de lugar y forma, podía sentir la esencia de quien la había firmado, iba dirigida a Sean y había sido la primera vez que había descubierto su relación con Dermohn, así que con cuidado, previendo cada movimiento, plañéndolo bien, tensó cada punto de su cuerpo mientras movía la varita y generaba las Runas Mágicas con la tinta revuelta con la esencia del autor de la nota en el papel.  Cuando el hechizo estuvo completo la Potter Black hizo un movimiento con la varita y la nota del atlante voló hasta posarse sobre la esfera, que la fue consumiendo en fuego mientras en uno de los idiomas aprendidos por la pelirroja ésta pronunciaba el hechizo de las runas.

Gubashada Macdanta Vulkos Sphere waxay nuxurkaaga u beddeshaa masduulaa ilaalin ah, sayid dab iyo xoog badan oo nuxurkaaga asalka ah draconiforms —el estallido de las llamas pareció a punto de cubrir el lugar y se contuvo en el momento en que la Potter Black, sin pensar, se avalanzó sobre él pronunciando –ígnea máxima –la lluvia de polen de lirios de fuego la cubrió segundos antes de que la magia que contenía el mineral de Vulkos al responder a sus hechizos quemara algo en el lugar.

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Anthony Ryvak Dracony - Finalista - Mineral Éter del planeta Eteria

-- Bueno, antes me funciono guiarme por mi creatividad, así que esta vez también lo haré. 

El joven mago se levantó y preparo el escritorio en su estudio fotográfico para trabajar. Tomó uno de sus baldes donde suele colocar la poción mágica reveladora en las ocasiones que llega a usarla. En el interior del balde deposita la cera de un número considerable de velas. Después la dejo ahí para que se secará y formara un bloque.

Mientras aguardaba, extrajo el dibujo de su bolsillo, lo desdobló y lo "plancho" sobre la superficie del escritorio, contempla la caracola de mar. Aquella excursión a la playa organizada por Matt Blackner, director del Departamento de Accidentes, fue el descanso ideal. Junto con Shena Cindy perpetró una broma divertida a la tía Amy_An ; la bruja nadaba despreocupada y Cindy y él, conjuraron sus Patronus Corpóreos: una mantarraya el de Cindy y un tiburón blanco el de él. Ellos rieron a mandíbula batiente cuando la bruja gritaba y y trataba de escapar nadando más rápido hacia mar adentro, ellos también corrieron sobre la arena alejándose del sitio para luego recoger conchitas, simulando estar entretenidos inocentemente en esa actividad.

Ryvak sabe que la convivencia con la castaña, le ayudo a prestar atención sobre las vivencias diarias... fue ella la que le comentó sobre las caracolas de mar.

" -- El mundo tiene maravillas en la naturaleza que a veces no prestamos atención, suponemos que no tienen importancia, o confundimos que son. Hay personas que al colocar la caracola cerca de su oreja, creen escuchar el mar, pero eso es solo una creencia fantasiosa, solo es un sonido del aire vibrando en el interior de la caracola, aunque no estoy en contra de la imaginación, es maravillosa.

Anthony está totalmente de acuerdo con esa afirmación, la imaginación es extraordinaria. Le gusta su creación, la idea es buena pero le falta definir que será. 

-- Accio espejo deflactante -- Ahora era mejor cargar con el espejo a donde quiera que se encontrase o fuera a marcharse... sintiéndose más seguro, colocó algunos de sus preciados objetos mágicos sobre el escritorio, la mayoría son fácil de portar como los amuletos, los anillos, los colgantes... otros se pueden invocar, los de más tiene que colocarlos en el bolsillo interno de su capa que está elaborado con piel de moke y tiene el hechizo expansivo. Dracony piensa que objeto puede llevar encima sin problema, que sea de fácil acceso y que además, tenga la apariencia de un objeto de ornamento, algo que no levante sospecha sobre su poder mágico...   

¡Esta de suerte! la inspiración llego a él de un modo por demás insólito... agregó al dibujo esos agregados para que el objeto lo pueda colocar sin problema, para después usar la navaja con la que afila la punta de sus lápices para sacar el bloque de cera y tallar en el bloque el modelo del objeto 3D

Cuando lo hubo concluido, envió a su elfo a comprar arcilla y poder crear un molde cubriendo el modelo 3d con capas de arcilla, tuvo que agregar los rollos de cera necesarios para tener conductos al modelo, Ryvak inspecciona el trabajo y lo elabora de nuevo al imaginar que hace falta agregar la presilla para sujetar... algo similar al Ear cuff moderno... otra modificación que debe crear para que su idea resulte como la está imaginando.

Nuevamente examina su modelo y de nuevo debe hacer uno nuevo, esta vez para agregar un apoyo que se ajuste a la muesca post y ayude a que descanse el objeto con comodidad en la parte externa, ya lo había previsto que no saldría a la primera, era solo cuestión de paciencia y dedicación hasta que el modelo tenga todo lo necesario. 

Cuando al fin parece estar completo el modelo, entonces realiza el molde de arcilla, al endurecer, es posible cortarlo, lo cual hace con sumo cuidado para que este perfectamente dividido en dos partes, se encuentra a pocos pasos de obtener el resultado esperado, lo siguiente por hacer, no lo puede realizar ahí, a de marchar a un lugar idóneo, lo bueno es que Anne Gaunt le mostró aquel sitio donde le será posible trabajar el mineral.  

    

  • Love 1
  • Me enluna 1

                  Picsart-22-02-23-05-13-30-507.jpg  

 

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Ludwig Malfoy – Finalista – Vulkos – Prestado por Mordred Deschain

Laboratorio de fabricación de Ludwig Malfoy
Tomando con violencia la sangre de la primera persona – Ludwig Malfoy


Entendía lo que decía el mensaje pero se negaba a aceptarlo: “La sangre de siete vertida y tomada de forma violenta será necesaria para activar ésta piedra”. Ludwig no era la persona más pacífica del mundo pero se había esforzado durante mucho tiempo para redimirse de sus actos como miembro de la marca tenebrosa, ahora era un miembro activo de la orden del fénix había jurado no volver a causar el mismo daño que alguna vez hizo, sin embargo el destino parecía jugarle mal pues tal parecía que ahora debía volver a causar daño para salvar una vida, la de Cillian.

-Esto no puede ser, debe de haber otra manera – le dijo a Mordred – debemos llevar ésta roca a la UNESCO, posiblemente ellos nos podrán ayudar para descifrar adecuadamente el mensaje.

-De ninguna manera – respondió el niño – si la llevamos nos la quitarán y perderemos todas las esperanzas, debemos hacer lo que dice el mensaje, son siete personas a las que debemos de quitarle la sangre, no dice cuanta, solo hagámoslo, salvaremos a tu prometido.

La idea de poder curar a Cillian era muy tentadora, pero dañar a otros le limitaba ese deseo, antes de tomar un camino sin marcha atrás sabía que debía hacer algo más, volvió a tomar la roca entre sus dedos los cuales de nuevo se mancharon de sangre, cerró los ojos y comenzó a canalizar toda la magia perteneciente a la orden oscura. Por un instante las luces del laboratorio parpadearon y la habitación se llenó de frio. Mordred comenzó a tiritar pero el Malfoy permanecía inmutable, estaba listo para utilizar su conocimiento de energía psíquica el cual consistía en realizar una fragoquinesis.

La intención era analizar aquel mineral con mayor precisión en su nivel molecular. A simple vista era una roca roja brillante, pero en su interior Ludwig pudo ver todo un universo comprimido en la misma, se trataba de un material único en la tierra pues pese a ser un objeto duro como diamante, en realidad estaba tocando a un líquido el cual tenía en su interior siete recipientes – en éstos debe colocarse la sangre – intentó explorar con más detenimiento cada uno de los rincones de dicho material, incluso dentro del mismo había más runas las cuales intentó descifrar se nuevo con ayuda de su grimorio de Hufflepuff: “La sangre se debe verter para el cuerpo poder intercambiar, solo una gota bastará y el cambio sucederá”.

Escribió todo en su pergamino con más dudas que respuestas, a Ludwig no le interesaba un objeto de esas características, el lo que quería era salvar la vida de Cillian, por lo que no estaba dispuesto a sacrificar a gente por un objeto tan maldito – lo siento, pero no lo permitiré, nos vamos a la UNESCO – sin embargo algo cambio de la nada, su anillo detector de enemigos comenzó a vibrar como si estuviera en un peligro inminente, aunque en aquel lugar solo estaba el chico – por cierto, nunca me dijiste tu nombre – dijo Ludwig dándose la media vuelta pero ya era muy tarde, Mordred tomó su daga de sacrificio y le cortó la yugular dejando al Malfoy desangrándose rápidamente.

El chico tomó entonces el mineral y lo baño con la sangre de Ludwig, la piedra entonces adquirió un brillo maravilloso y emitió un sonido que el Deschain inmediatamente identificó como proveniente de Vulkos, había recolectado la primera muestra de sangre y estaba más cerca de su cometido.

  • Me gusta 2
  • Love 3

UU62gOD.png

bfqucW5.gif

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Cillian observaba el cielo desde su ventana, parecía estar en calma aunque lo cierto es que no dejaba de pensar en todo lo que había sucedido hacía solo un par de semanas. Aún no comprendía del todo los sucesos ocurridos durante la gala de San Valentín, ¿realmente había sucedido todo aquello o solo había sido su imaginación?

Negó.

No debía continuar dudando sobre aquel tema, sabía bien que todo aquello realmente había sucedido y que estaba comenzando a tener repercusiones en el mundo mágico. Dejó escapar un suspiro y se alejó un par de pasos de la ventana. Hacía ya un par de días que no sabía nada sobre su prometido, en los últimos días Ludwig se había encerrado en su trabajo intentando conseguir una cura para su enfermedad.

Aunque el avance de los síntomas se había vuelto más lentos desde su estancia en aquellos mundos, la enfermedad seguía ahí y en cualquier momento podía llegar el momento en que el cuerpo de Cillian no lograra continuar luchando y muriera. ¿Dónde estaría Ludwig en aquel momento? Deseaba verlo, le hacía falta sentir el calor de su cuerpo.

— Todo esto es una locura...

¿Acaso el mundo mágico no podía darse un respiro? Primero todo aquel revuelo de GRINCH y ahora esto.

  • Me gusta 2
  • Love 1

OjQFQY0.gif

c9Sdt97.png

bfqucW5.gif

 

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Darla Potter Black – Finalista - Vulkos - cedido por Kimberly Black

Las llamaradas envolvían a Darla pero no la quemaban gracias al polen con que había rociado su cuerpo, sumado a que gracias a la Armadura Animal  había recubierto su piel con la Coraza, ahora tenía una armadura completa  y sus ropas estaban transformadas en piel de dragón gracias a morphos que había pronunciado realizando la transformación con anterioridad, si ella misma casi era draconiana con tanta magia encima. Kimberly le había descrito lo que había sido llegar a Vulkos con sus calores, sus piedras grises y sus criaturas de fuego. Ella no solo había vivido la experiencia en Plaeria con Sean, de sentir el ahogo y la asfixia, pero aquello no era así, ni siquiera se parecía a la vez en que el mortífago Kazuk la había matado, quemándola en lugar de Sagitas. Claro que aquella vez había sobrevivido gracias a Gabriel Van Helsing, el cazador había enterrado su cuerpo en terrenos llenos con la magia de la naturaleza y nigromancia que habían impedido que lo que quedaba de su alma abandonara su cuerpo y lo había reestablecido mejor que el remedio para las quemaduras que llevaba en su bolsillo.

De pronto todo se volvió calma, Saprina se había puesto tensa al igual que el cangrejo de fuego a su lado. Darla permanecía boca abajo abrazando la esfera, aunque ahora se sentía distinta, era como si lo que componía la esfera en sí hubiera desaparecido y abrazara entre sus manos la materia pura que constituía su interior. Quizás por el ígnea, quizás por el efecto del golpe y ardor de otras llamas más fuertes en la historia sobre su cuerpo, el fuego de la esfera no la quemaba, al contrario. Sí, se sentía cálido, blando y flexible entre sus dedos, de una superficie por momentos rugosa y por momentos tersa.

Fue entonces que el calor se extendió por toda su  mano, especialmente el dorso, parte de la muñeca y de los dedos. Darla apretó su mano y sintió el suave tirón sobre su piel, no era como si se rasgase pero sí como si algo se sostuviera en ella y se adaptase. Parecía haber eslabones, alrededor de su mano incluso. Despacio fue abriendo sus manos para observar lo que en ellas había, o más bien en su mano libre donde no sostenía su varita.

La criatura era como una lagartija con alas, bueno, no, parecía un dragón estilizado y no, no era una criatura, era una especie de guantelete, no, más bien una pulsera, pero no, las alas estaban abrazadas a su muñeca. Se parecía a las criaturas de fuego que le había descrito Kimberly, la estilizada y larga cola se sujetaba alrededor de su dedo medio como si de un anillo se tratara. El material era sin dudas el fuego rojo que había antes en la esfera pero ahora en lugar de ser una esfera era aquella extraña manopla o pulsera que cubría ahora su mano.

—Pero ¿qué tenemos aquí? —dijo observando como el material continuaba aún moviéndose delicadamente en el interior para por momentos cambiar la posición de la criatura que representaba. En un momento se ofuscó para luego volver a aparecer en la mano de Darla.

—¿Cuál es tu secreto? —susurró la pelirroja —el fuego no te daña sino que te fortalece, puedes absorberlo y hasta replicarlo o devolverlo como el Kansho los rayos, te ofuscas como las necrohands, pero ¿qué más hay en ti y por qué te me has aferrado así a mi mano? —preguntaba la vampiresa mientras rozaba el objeto primero con la punta de su varita, que vibro en su interior, como si el núcleo de corazón de dragón sintiera la fuerza del mineral, para luego pasar la yema de su dedo índice.

Y así empezó la tarea de Darla de descubrir las cualidades de aquel objeto que había realizado siendo un poco loca e inconsciente quizás.

 

Kimberly Black en el Ministerio de MagiaKim-1.png

La Black acababa de llegar tras una larga charla con el Primer Ministro Muggle. Sí, como decía a veces la Potter Black, el horno no estaba para bollos pero la oferta de la rubia había hecho que el hombre de los cabellos canos abriera sus ojos con total interés y con una sonrisa y un apretón de manos se selló el acuerdo. Darla le había señalado un par de aurores que además de tener los conocimientos necesarios para su puesto sabían de los hechizos que fueron necesarios crear en forma provisoria para alejar a los muggles y algunos magos. Claro que iba a necesitar del Director del Departamento de Accidentes Mágicos y Catástrofes para que todo funcionara a la perfección, ya que los hechizos levantados en torno a Stonehente eran… ¿cómo decirlos? “provisorios con un puntal”.

Por eso, tras una cuasi calma y su regreso al Ministerio con el objetivo de hablar con el Blackner para solidificar el perímetro en torno al monumento, encontrarse con la “implosión”, “explosión”, el paso del Huracán Malva, *****, no tenía ni idea de qué demonios había pasado pero allá iba ella.

—¿Estás bromeando verdad? –preguntó la rubia al auror que la recibió.

No señora, le juro que ha sido un huracán, estamos llamando a los del departamento de control del clima para que revisen los hechizos que hay en la oficina del Director del Departamento de Educación Mágica pero… —la rubia puso los ojos en blanco mientras sacudía las pocas gotas que sobre su ropa habían quedado, la impermeabilización con impervius había servido de algo.

—Pero ¿qué?

—Aún no localizamos a nadie, muchos se habían pedido el día, todos quieren ir a ver los portales.

Maldita sea, ubiquen a quién sea, Misterios, obviamente Accidentes, San Mungo por si el dueño del despacho o alguien más estaba cerca y por todos los dioses, alguien aunque más no sea un ordenanza que sepa cómo manejar el clima —el hombre salió corriendo a cumplir lo que ella había pedido mientras Kim observaba el despacho frente a ella, frunciendo el ceño.

Bueno, ahora la lista aumenta, ella, el amigo de Darla, Anthony, su compañero de trabajo, Goderic y por lo visto ahora también el Blackfire. Por un momento había creído que todos confluían hacia un centro, pero no. Cada uno había ido a un mundo distinto, aunque ellas habían estado en el mismo mundo que alguno de los magos no todos habían traído esferas que sufrieran cambios al ingresar a la atmósfera terrestre.

Kimberly corre al despacho o lo que queda de él por estar afectado por la cercanía con el huracán y se dedica a escribir una rápida nota para Darla, informándole de los sucesos en el Ministerio y Stonehenge. La lechuza parte rauda por el agujero que hay atravesando hasta el atrio, cuando la rubia lo ve lanza un bufido.

—Curioso, más temprano vi volar un búho con una bola de cristal por ese mismo agujero —comenta una secretaria que pasa con varios papeles desordenados en sus manos, intentando poner orden a todo el lugar. Kim levanta una ceja, un búho con una bola de cristal, se pregunta si no habrá sido un animago con una esfera de alguno de los planetas. Si debía adivinar seguramente del que habían escapado Darla y Sean por los pelos.

Darla en la cúpula vegetal de los jardines de House of Books.Darla-1-2022.png

La nota de Kimberly llega justo cuando Darla intentaba quitarse la pulsera de su mano, por un momento tiembla, a la Wizzy, su lechuza no le pasará nada pero no se enterará de lo que la nota dice si esta se incendia, intenta lanzar un ígnea sobre ella antes que la lechuza se la entregue, pero es demasiado tarde…

—No… —murmura con contrariedad y entonces descubre lo inesperado, ha sentido el calor de la que era la esfera y ha notado en el objeto en su mano que ha tomado el mismo tono iridiscente de puro fuego se calma ante su deseo y la nota cae al piso, inerte pero a salvo.

Darla extiende el brazo hacia el lado contrario y se inclina para leer.

Por los mil demonios, huracanes, ni en Astronomía ni en Meteorología nos han enseñado que estas cosas existían — gruñe molesta pero no sabe exactamente con qué o quién. Pero es verdad, ni en astronomía había aprendido de esos cinco planetas ni en metereología le habían dicho que hubiera minerales que pudieran causar tormentas, claro que sí en Encantamientos o Conocimietnos de Maldiciones, así como en las Artes Oscuras del Grimorio de Slytherin, había hechizos de fuego como los de los libros de los Uzzas, donde las Flechas de Fuego eran capaces de quemar como filamentos o los Fuegos Compactos ser rayos destructivos o reconstructivos, según la intención del mago. 

Darla se sienta en canastita en medio del jardín que es ahora la cúpula de plantas, observa el objeto en su  mano y por un momento cree que ya está controlado, pero no se fía, piensa en él como pensaría en unas necrohands, ordenándole que se ofusque y éste le hace caso, por un momento duda y se acuerda de su pareja, Sean la va a matar, ella no planeaba obtener lo que deseaba así de la nada… y de pronto se da cuenta de algo, ella siempre deseó dominar el fuego, como en el pasado dominó las esferas de oscuridad… tenía que avisarle lo que había hecho, escribirle una carta o… tomó su varita con su mano ágil, dudando… no se atrevía a probar… ¿y si seguía sin funcionar? Pero la sonrisa tonta que sabía había dibujada en sus labios apenas pensó en su nombre le hacía creer que una vez más podía ser real… debía superar sus miedos y probar…

 

  • Me gusta 1
  • Love 2
  • Me enluna 1
Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Mordred Deschain – Finalista – Vulkos – Controlando a Ludwig Malfoy
Laboratorio de Fabricación de Ludwig Malfoy - Luego Castillo Gryffindor

Tomando con violencia la sangre de la segunda persona – Mica Burke

Empezó a reír histriónicamente, estaba fascinado con ver a su enemigo mortal siendo desangrado, le había costado años de esfuerzo y sacrificio poder llegar hasta ese momento y ahora que finalmente estaba triunfando deseaba continuar disfrutando de su victoria. Mientras tanto la roca se seguía bañando con la sangre del Malfoy y seguía adquiriendo ese brillo tan singular que le daba a Mordred más placer.

-i******, eso es lo que eres – continuaba riendo mientras veía al miembro de la orden desangrarse – siempre has sido un incrédulo, por eso la gente te utiliza, por eso jamás llegarás a mi nivel, yo siempre fui Mordred, y siempre lo seré, pensaba que en algún momento te darías cuenta pero tu ambición por curar a tu amante te cegó y ahora estás a mi merced.

Ludwig tenía los ojos como platos, ahora lo entendía todo, ese niño por supuesto que había estado en aquel pueblo controlado por Aldrich y ahora entendía que de alguna manera Mordred lo había poseído, tenía que hacer algo o su fin estaría cerca por lo que se aferró con todas sus fuerzas a su amuleto de la curación y utilizando su conocimiento en primeros auxilios se curó. Lentamente su piel fue adquiriendo un poco de color mientras se levantaba del piso y se preparaba para sacar su varita, pero Mordred llevaba un paso por delante.

-Obedire – dijo el Deschain mientras se aferraba a su daga de sacrificio y utilizaba adecuadamente la marca de sangre, Mordred estaba tocando la sangre del Malfoy la cual era abundante, Ludwig se detuvo en seco, de pronto todos sus deseos de defenderse se fueron pero en su rostro se mostraba una gran preocupación – ahora matarás por mí, asesinarás a tus seres queridos y bañaras el mineral sagrado con su sangre, serás mi marioneta y harás mi sueño realidad, destruir todo lo que representas y todo lo que amas, imperio – dijo Mordred hacia Ludwig indefenso, de esa manera aseguraría su control absoluto.

Ahora que el chico estaba bajo su control le sería mucho más fácil utilizarlo, Mordred estaría oculto mientras Ludwig usaría todo su potencial, todos sus objetos y criaturas para conseguir la sangre de sus seres queridos. La primera víctima sería Cillian y posiblemente los hijos del Malfoy: Tazz, Noe y Ashley. El Deschain se lamía los labios de la excitación de tener a tantos a su merced por lo que le ordenó a Ludwig sacar su alfombra voladora y emprender el vuelo hacia el Castillo de los Haughton.

Elevaron el vuelo, Ludwig se encontraba inmóvil, esperando a que su amo diera la orden, mientras tanto Mordred se escondía bajo la capa invisible. Estaban tan solo a unos minutos de llegar con Cillian cuando algo le llamó la atención, a lo lejos se podían ver los terrenos del Castillo Gryffindor y a dos figuras conversando, casi gritándose a la distancia. Ludwig tuvo que utilizar su monóculo de la caridad para poder ver que uno de ellos estaba utilizando las necrohands y con ayuda de su anillo de escucha pudo distinguir sus voces perfectamente.

-Mica… mi amiga, debo matarla – no podía oponer resistencia alguna solo ser testigo de la masacre que estaba por pasar, cambió de rumbo hacia aquel castillo mientras los recuerdos de su amistad con la mujer llegaban a la mente, la orden de Mordred era matar a todo lo que Ludwig amaba y en verdad el rubio amaba a la Burke, finalmente aterrizó cerca del panteón, tenía que actuar normal además de que cerca de ella también se hallaba Mael, otro mago bastante poderoso pero cuya sangre también podría serle útil – lamento interrumpir, pero tengo un mensaje importante que darte Mica – se bajó de su alfombra voladora a unos cuantos metros de la Burke, su mirada era vacía y en sus ojos se dibujaba una lagrima, recordó cuando lucharon juntos por primera vez, cuando ella se hizo líder de la orden del fénix y lo eligió como su lugarteniente, incluso cuando ofició su boda y ahora debía atacarla – en verdad lo siento… Sectusempra.

 

@ Mica Burke   @ Mael Blackfyre  

  • Me gusta 4
  • Me enluna 2

UU62gOD.png

bfqucW5.gif

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Anthony Ryvak Dracony - Finalista - Mineral Éter del planeta Eteria

El joven mago va tomando los materiales para un nuevo modelo de ser necesario, la cera, la bandeja, duda en tomar la navaja, posee la daga de sacrificio y la daga de empuñadura de plata ( kansho)... pero para tallar la cera bien puede realizarlo con esa simple herramienta. Buscando un caldero por el estudio, se tropieza con su tienda de campaña de lujo, la tiene sobre el baúl de siete cerrojos ya que anteriormente había pensando en llevarlos a su local Augurio Itomori´Floyd , pero tal vez debido al lugar al que viajará, puedan ser útiles. Aprovechando el gran espacio que brinda el baúl, Ryvak mete en cada compartimento más objetos mágicos que posee, mejor viajar con todos ellos.  

El lugar al que se marchará no posee comodidades como un cuarto de aseo, por lo que Anthony decide tomar un baño antes de partir y usar una ropa menos lujosa, le tomaría varios días lo que tiene planeado, así que mejor llevar ropas de trabajo, un morphos y soluciono esa falta de vestimenta, lo que si le servirán son sus guantes de piel de dragón, así que los guardo en el baúl junto con el modelo 3D y los moldes de arcilla. 

Le falta peinar su cabello, dirige una mirada hacia el espejo reflactante y un silbido resuena, en la superficie pulida del espejo aparecen unas lejanas siluetas encapuchadas, poco a poco se van acercando, vienen de todas direcciones, hay en su aspecto algo familiar, conocido... son parecidos a los magos que enfrentó lado a lado con el profesor Steven de Historia de la Magia...-- Rastreadores! Jerard! Ven!-- Solicita al elfo con urgencia, solo tiene un par de minutos pues su Anillo Detector de Enemigos comienza a arder ante el eminente ataque al lugar.  

-¡Amo! -- Habla asustado el elfo apareciendo al lado del peliverde -- ¡Vete Jerard!, ve con Kristoff, salva tu vida, yo les buscaré después, ¡vamos, marchate!-- El ojimiel mira con severidad al elfo, ya lo pondrá a trabajar después en la reconstrucción del local... "y pensar que me quejaba de tanta calma"... 

--Kansho-- Invocó la daga que empuño en su mano izquierda, mientras en la diestra sujeto su varita -- Vara de Cristal -- La varita aumento su tamaño a una vara de material mágico irrompible de apariencia de cristal color turquesa, al menos sabe que está rodeado y deberá defenderse lo mejor que pueda sin levantar sospechas de su identidad en cubierta.

Se para al lado del biombo y aguarda a los primeros intrusos, con la daga Kansho absorbe y devuelve los ataques que iban hacia él, luego apuntando al bimbo con su vara de cristal cambio su composición -- Duro-- se refugio tras el biombo, momento que uso para pasar por su pecho el Amuleto Caudex y luego se lo coloco al cuello, no tenía más remedio que inutilizarlos. 

Hombres se abrieron paso por la parte trasera del local usando la puerta que comunica el estudio con el      jardín, en cuanto estuvieron suficientemente cerca, el Dracony salió para enfrentarlos -- Caudex -- Una cúpula de luz se levanto de inmediato para bloquear la magia de un oponente. -- Aura de Confusión-- Invoco el mago, de su vara surge una neblina gris que afecto a los otro cuatro que el Ryvak veía presentes. En eso un estruendo se escucho,  el muro detrás de Anthony se quebró y se abrió un boquete, los fragmentos golpearon al peliverde haciendo que cayera al suelo, la situación parece perdida.... 

Justo entonces ocurre algo especial que favorece al mago ojimiel, del espejo salen rayos que golpean a cada intruso sin importar el sitio donde se encuentran, ni los que están detrás de muros evitan ser alcanzador por aquellos rayos que los desvanece sin sentido.   

Ryvak se incorpora, después examina a uno de los intrusos que yace sobre el suelo... el sujeto solo está desmayado... sorprendido el ojimiel toma el espejo y con una sonrisa expresa reconfortado -- Si que eres especial espejito, un buen sistema defensivo tienes incluido, definitivamente debes acompañarme, bueno, vámonos-- El Dracony tomo su baúl, se concentró en aquel solitario lugar que Anne Gaunt le llevo el año pasado y con  su vara de cristal abrió un portal mágico a ese sitio -- Haz de la noche - Fulgura Nox -- Atravesó el portal sin dejar huella de su partida.

                  Picsart-22-02-23-05-13-30-507.jpg  

 

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Harriet Travers - Finalista Interia 

Hay algo muy particular en la vida de Harriet Travers y es que no es capaz de recordar cuando fue la última vez que despertó por su cuenta. Esto lo sabe Cleo mejor que nadie, pues ese día, como tantos otros antes y probablemente los que vengan más tarde, ha ido a su habitación a retirar el dosel de su cama y abrir gentilmente las más pesadas cortinas para que la luz se filtre y así, con calma y envuelta en los cálidos reflejos del sol,  acercarse a su señora a despertarla tomando delicadamente su hombro. 

Nada ha cambiado ostensiblemente en la apacible rutina que se sigue en el condado de Hampshire desde hace años. Tras despertar, la joven bruja toma su habitual baño de agua caliente, tarda casi una hora en vestirse y una hora más para acomodar sus bucles rubios que Cleo ya sabe de qué  manera hacer resaltar más. Ese día no habrá visitas particulares, así que no se preocupa en retocarse con maquillaje ni tampoco en bajar a la larga mesa del primer piso, sino que pide que le lleven directamente el desayuno a su habitación y en ella permanece más o menos ausente, dedicada a pintar el paisaje desde su ventana ahora que la estación está comenzando a cambiar.

Afuera en el pasadizo, Cleo está lidiando con otro reporte de los elfos encargados de la lavandería, pues la rara esfera que su ama ha traído de regreso a la tierra ha vuelto a moverse, desde el pedestal dónde ella lo ha colocado, para ir a parar a las sudadas ropas sucias del cesto de Gurëndriel, donde un brillo verdoso la ha delatado como la intrusa entre los monos de trabajo que el muchacho suele colocarse para sus trabajos en la propiedad. Es este movimiento impensable de aquel objeto el quinto en una sola semana, por lo que ya es de dominio público de todo el personal de la casa, siendo probablemente Hattie la única que sigue desconociéndolo.

No podemos estar molestando a la ama con estas minucias- exclama enfática a todo el personal de servicio horas más tarde, cuando la esfera ha terminado en un pequeño hoyo surgido de las raíces del gigantesco árbol de roble del patio principal- pero recuerden, no importa cuántas veces desaparezca, lo más importante es que nunca lo perdamos de vista por completo y siempre demos con él ¿Entendido?

Cómo muchos otros caprichos en su vida, Hattie dejó de lado el objeto, luego de haber podido presumirlo a sus molestos vecinos para darles una lección, a propósito de la indecorosa manera como ellos (y sobretodo ella)  le trataron en Stonehenge. De esa cena a la luz de las velas, discreta y repleta de comentarios más bien insulso del marido de ella sobre las autoridades mágicas,  ya han transcurrido varios días, pero no puede evitar recrearse en sus tiempos de solaz con el recuerdo del rostro transfigurado de envidia de Tessa Greengrass viendo la brillante esfera en su pedestal, y que encima ya pasada de copas, hubiese hecho un pequeño escándalo a su marido antes de subir al carruaje. 

Pero que no le tome más importancia no ha significado, contrario a lo que podría pensarse, que no sepa de lo valioso que este objeto es, y que por ellos las medidas de seguridad en la casa se hayan redoblado, para prevenir molestas intrusiones. Hattie ha conocido además, por una inesperada carta de Whisper, que el ministerio está solicitando que voluntariamente todo esos raros materiales (o "minerales" como son denominados) sean entregados al ministerio, para que los inefables se encarguen de investigarlos, y aunque Rory tiene su confianza, no pasa lo mismo con su lúgubre asesor, por lo que ella ha decidido, por el momento, permanecer con aquel raro artefacto en su custodia. 

Sabe también, porque ha visto anuncios entre las páginas de sus revistas de moda favoritas, que una entidad muggle llamada UNESCO también está tras la pista de los minerales. Y desconoce si esa gente trabaja de la mano con Whisper, mas eso solo consigue que sus reticencias aumenten. 

A la noche, envuelta en sueños que recrean oscuros túneles similares a los del planeta que visitaron, la joven heredera se encontró recordando el tibio agarre del brazo de Hessen, pero extrañamente bastante pronto el recuerdo del elegante mago se diluía ante la presencia magnificada de Gurren, saliendo por detrás de una robusta planta de Olivo, con los ojos iluminados de esa agradable calidez, sosteniendo también él su propia esfera con una enorme sonrisa. No hay más imágenes o palabras, pero al despertar, gracias al suave toque de Cleo, Hattie está segura que no es la primera vez que ha estado soñando lo mismo.

Días atrás, a mitad de una comida casual, o como parte de la rutina diaria, había estado observando al muchacho en sus quehaceres cotidianos, pero por primera vez ese día, su pedido de verlo es explícito. Aún así,  su ama de llaves niega con la cabeza, informándole que aparte de no ser un día de los de servicio habitual del muchacho, él le ha informado que pasará unos días adicionales en la heredad de los Ollivander en Ottery.

Contrariada, Hattie permanece en su cama. Sopesa, por un momento, el tomar ese endiablado aparato que Hessen le regaló para comunicarse en caso de "urgencias", y que ella ha estado usando más bien para escribirle casi que cualquier pensamiento que pasa por su mente respecto a él,  pero entonces, infundida de repente de una determinación que a Cleo le hace recordar a la del padre de su señora, la muchacha se levanta de la cama y acomodando su blanca camisola de seda le comunica de su (arrebatada) decisión.

Pues entonces, si él no puede venir aquí, iremos hasta donde se encuentra. Además Hessen es quien administra esa propiedad ¿Verdad? Podría fácilmente solucionar el tema de lo que necesite durante la visita. Alístame la pluma y el tintero por favor, siendo que es la primera vez que escribiré al señor Ollivander, preferiría hacerlo de una forma más civilizada. 

Ottery es tan pequeño, que es sencillo enterarse de la mayoría de habladurías que en el lugar frecuentan. Las que rodean a la rama de los Ollivander asentada en la ciudad tiene un aura entre trágica y turbia, el tipo de historias de las que Hattie se ha cuidado toda su vida pues pueden dañar seriamente el prestigio de una familia, pero que parecen a todas luces importar poco a los residentes de aquella propiedad. No puede entonces evitar sentirse nerviosa de ir hasta allí y lo que es más, llevar su preciada esfera a ese lugar, pero aunque no lo reconozca, no será esta la primera vez que cometa algo que a todas luces es una imprudencia, la que posiblemente vaya a hermanar con tantas otras que ha tenido en el pasado y que se entroncan en una raíz común: Su debilidad ante la belleza, en su concepto más puro, que puede trascender a la pura expresión estética material.

Una belleza que necesita desentrañar de qué manera la impactó en aquel planeta, agitando su corazón lo suficiente para que ahora incluso le perturbe los sueños.

  • Me gusta 1
  • Love 2

cpoR6Mo.gif

GGxF5Wk.gif

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Hessenordwood Crouch – Finalista – Interia

 

Pero tu, Hessen, ¿estás seguro?-,

De todos los lugares disponibles para el Crouch, hay razones de sobra para escoger la heredad de los Ollivander como un lugar suficientemente seguro y sobretodo útil para resguardar la pieza de mineral que con ayuda de Gürendriel ha conseguido en aquel misterioso planeta luego del, nada pequeño, desastre en el que se ha convertido la festividad de San Valentin. No obstante, así como hay razones favorables, el sitio también le resulta tan extraño, misterioso e inestable muchas veces, con toda esa magia de sus inquilinos y la casa funcionando como si tuviese voluntad y pensamientos propios, que pensar en compartir y combinar la magia de un elemento de procedencia extraterrestre con estos usuarios le resulta de pronto algo que podría llegar a causarle más problemas que beneficios.

Es que, me refiero a que esto es algo muy importante-, su voz se apaga mientras se acerca cada vez más a la magia que le provoca nuevamente ese cosquilleo en las puntas de sus dedos, necesitando la mayor de las fuerzas de su voluntad para no caerle encima al mineral que, con su nueva forma de un pequeño árbol, el mago lo mantiene arrinconado todavía en una orilla de su escritorio cómo si de solo una planta decorativa se tratase.

Hessen en cambio, que ha estado más concentrado desde temprano por la mañana en los papeles regados sobre su escritorio en el estrecho despacho que ocupa para resolver la contaduría de la familia, finalmente le dedica una clara mirada al brujo frente a él. No es tan evidente, pero casi parece impacientado de que no puedan terminar de una buena vez con aquella discusión y pueda él continuar con sus tareas administrativas. De todas formas el sentimiento es casi apaciguado cuando su mirada se detiene sobre los vendajes y reparaciones temporales en las articulaciones artificiales del muchacho que la magia de la sanación aún no ha podido aliviar luego de haber conseguido salir de Interia. Resolver sus reparaciones adicionales siempre les lleva algo más de tiempo.

La empresa no necesita este tipo de publicidad tan escandalosa-, Hess advierte. Mucho le ha costado para dominar la discreción con la que su equipo se mueve ahora como para arriesgarlo todo por este mineral que bien ni siquiera están seguros de si sus efectos son entonces tan versátiles como lo son en su planeta origen. —Además, fuiste tú quien consiguió los minerales, Gürendriel, lo justo es que tomes lo que te corresponde-, levantó la mirada más allá para ver la figura de Grelliam desparramada sin energía sobre una butaca al fondo del salón, con la mirada fija en lo que sea que se mueve más allá de la ventana que tiene de frente, él qué cosas podría estar pensando es todo un misterio. —Y creo que podrás sacarle más provecho que yo. Sobre todo ahora que, pues, se ha convertido en esto-, señaló el pequeño árbol, luego se detuvo en la figura de Quintel en la silla contigua. —Guillam puede ayudarte con lo que necesites-,

Siempre es un gusto ayudar a un Ollivander-, sonrió ampliamente el moreno.

De ninguna manera esto se trata de que Hessen no sepa apreciar de la magia, poderes y/o riquezas todo lo que pueden extraer de algo así, sin embargo, sospecha que en manos de los herreros Ollivander podrá conseguir algo mejor de lo que él pudiera hacer por cuenta propia y sin necesidad de poner su nombre, o el de su empresa, por encima de todo esto. Ahora bien, siendo el actual dueño de al menos el ochenta por ciento de los bienes de Ollivander, y si sabía mantener cerca al personal correcto para intervenir sutilmente en la investigación del muchacho, Hess no tendría más razones para preocuparse por soltarle el valioso mineral.

¡¡Es maravilloso!!-, soltó Güren con una carcajada eufórica. Detrás de él, Garry finalmente hace un ruido que parece más bien un tarareo sordo. Hessen reconoce que es, muy a su manera, una silenciosa advertencia de su parte, pues Gürendriel repara al instante y vuelve a colocarse recto en la silla que ocupa delante del escritorio. —Quiero decir, es hermosa y estoy total e infinitamente agradecido-, el niño se pone de pie para rodear el escritorio con los brazos extendidos para abrazar al demonio.

No es necesario nada de eso-, replicó levantando la mano para evitar que el chico se acerque más.

Voy a tomarlo y a demostrarte todo mi agradecimiento, deja de moverte

Cuidado, estás enganchando mi traje a tu brazo…-, replicó ante el pellizco que accidentalmente el muchacho le provoca.

No reprimas al niño, Hessenordwood-, habló Grelliam perezosamente mientras comienza a estirar sus largas extremidades para incorporarse de a poco hasta quedar sentado sobre el borde de la butaca.

¿O que? ¿podría hacerse como tu?-, en algún momento Gürendriel había encontrado una brecha donde abrazarse del mago, a Hess no le quedó más que quedarse imovil hasta que terminaran con esto. —Ciertamente no se si podría con algo así,

¡También estoy agradecido por asignarme está mission!-,  

No, Quintel, no cruces por encima del escritorio, estás revolviendo las cuentas-,

La discusión finalmente es interrumpida por la repentina aparición de una brillante esfera en medio de aquel pequeño despacho lleno de personas y que no tarda en transformarse en un jabalí de buen tamaño que arrempuja por todas partes los pocos muebles en la habitación. La aparición es tan impensada que los brujos casi pasan por alto lo familiar que es la magia que proviene de este peculiar animal. No obstante, antes de que cualquiera pueda hacer o decir algo al respecto, un estallido cerca de los jardines del estanque, justo ahí donde Grelliam había estado manteniendo su atención desde entonces, hace casi retumbar los muros de la casa y a su vez alarman al animalillo que corre  fuera del despacho, y se adentra a los pasillos del edificio.

Desde la ventana la polvareda que se ha levantado en los patios cercanos al estudio de Hessen no deja ver claramente lo que sucede en los límites del círculo, sin embargo, y aunque debería ser de algo extrañarse, ninguno de los brujos presentes parece aturdido o conmocionado por lo que ahí afuera pudiera estar sucediendo, después de todo no sería ésta la primera vez que alguien, maleante o solo extraviado, decidiera internarse sin invitación alguna a los espesos terrenos de la familia.
 

Yanna-, dice Garry antes de volverse a recostar sobre el sofá.

Y como si se tratase de una palabra clave que advirtiera peligro inmediato, los tres brujos salieron de la casa rápidamente a investigar sobre el origen de la humareda.

 

Pero ¿qué estás haciendo?-, habla por lo alto acercándose a gran velocidad mientras desenfunda su varita. Hessen raras veces actúa con tanta violencia, pero tratándose de Smith las cosas entre ellos nunca terminan bien. Por otro lado Yanna se aleja del fuego que ha iniciado a orillas del estanque para proteger los bultos que esconde detrás de un árbol cercano. —¿Que he dicho antes sobre encender fuego?-, arroja un chorro de agua con un encantamiento contra las flamas para apagarlas antes de que consuman toda la vegetación alrededor del estanque, y luego amenazó a la bruja con hacerle lo mismo si se acercaba.

No dentro de la casa-, cantaron los tres al mismo tiempo.

Aunque no estamos realmente dentro todavía-, objeta Gurendriel, pero igualmente con pisotones, ayudaba a apagar el fuego que queda regado.

Lo que sea-, interviene Smith. —Encontré un par de chanchitos intrusos, debieron escaparse y perderse. Pobrecillos, están algo escuetos, pero voy a cocinarlos y comerlos-, 

Estas son personas-, dice Guillam con una sonrisa burlona luego de que remueve la tela con la que cubre los bultos y puede reconocer casi amordazada a la señora Travers.

Estaban en el bosque-, la morena se encogió de hombros.

Apártate, bruja-, amenazó Hessen apuntándole con la varita. Smith gruñó, pero hizo caso.

¡Señora Travers!, déjeme ayudarla-, el más joven de los Ollivander corrió a socorrerla.

  • Love 1
  • Me enluna 1

cpoR6Mo.gif
B259aHz.jpg
Kl83Ehb.gif

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Rory Despard & Benjamin Whisper

Bien Despard, creo que ha llegado el momento de que des una conferencia de prensa- terminando de firmar unos documentos para despacharlos, Benjamin observó con fijeza al joven pelirrojo que parecía especialmente afectado ese día, tras enterarse del incidente más reciente en Stonehenge, y en donde él ejército había tenido que intervenir para evitar que ese grupo de muggles intransigentes cometiese mayores exabruptos- ya hice todas las coordinaciones con tu secretaria para que asegure la cobertura de medios escritos, de radio y televisión. Incluso hemos cursado una invitación a Lilllian Evans para que realice una transmisión stream a sus seguidores.

Creí que habías dicho que estaba bien que toda la atención mediática recayera en UNESCO y el Comité Cultural Mágico Internacional, que ellos mandaran sus mensajes por los medios, para que así tus enlaces en esos- carraspea antes de decirlo, con el cuerpo arrobado de angustia- “bajos mundos” no sintieran temor de compartir lo que saben. 

Benjamin soltó una larga exhalación. No necesitaba que Despard le repitiera sus propias palabras, pues las recordaba perfectamente. En esos días transcurridos desde el fallido baile de San Valentín, había agradecido de buena gana que Rory designara al departamento de Accidentes y al de Seguridad Mágica la custodia de Stonehenge, pues aunque no confiaba en las cabezas de dichos espacios, al menos eso le ahorraba tener que lidiar con curiosos de toda índole, para concentrarse en lo que realmente le importaba: Identificar hasta el último de los magos y brujas poseedores de minerales.

Sus averiguaciones le habían llevado a algunas pistas y sospechosos. En un punto donde se había sentido casi al borde de un callejón sin salida, el incidente acaecido en el ministerio, de un forado en la oficina de Mael Blackfire, junto a una (bendita fuera) bastante chismosa enfermera de San Mungo comentando de un niño con una esfera curiosa que manaba sangre, y que Ludwig Malfoy había estado atendiendo, le habían dado los elementos suficientes para empezar al menos por ellos a desentrañar la madeja de hilos en torno a esos misteriosos elementos.

— Sigues siendo, lo creas o no, alguien capaz de transmitir tranquilidad a la gente. Y eso es lo que se necesita en estos tiempos.- aun si necesitaba reforzar la confianza del predicador, la urgencia de otros asuntos hizo que se pusiera de pie para salir de la estancia- Ya te dije que para todo lo demás es mejor que te involucres lo menos posible. Solo mantente pendiente por lo que Ellie Moody halla podido encontrar en Misterios respecto a la esfera que le dejaste. No estaría mal tampoco intentar averiguar que han estado haciendo el resto de miembros de su familia también. 

Rory asintió y vio a Benjamin marcharse de la oficina. La atención en la sede del ministerio de magia ya había sido restaurada y la comunicación oficial señalaba que “un problema de drenajes taponeados” había sido la razón del desalojo de civiles en la dependencia. Podía decirse que por ese lado, las cosas volvían a la calma ¿pero cómo seguiría la situación en Stonehenge? Los comentaristas de la radio que habían dado la exclusiva del hecho especulaban con que un nuevo ataque podría asolar el lugar. 

Rory se preguntó si alguna de esa gente cambiaría de parecer si supiera que esos contados monolitos, del total del gigantesco monumento, ya no despedían aquella luz que había permitido adentrarse en ellos, no a menos que un mineral afín al elemento de cada uno estuviese cerca. Esta valiosa información, que en un principio él había querido compartir con toda la comunidad,  había terminado a sugerencia de Whisper convirtiéndose en información clasificada, abierta solo para los inefables, pues a ojos del rubio, lejos de calmar los ánimos, conocer de esa particularidad solo iba acrecentar el deseo de muchos de corroborar con sus propios ojos tal información.

Pero Despard seguía dudando, cuanto más considerando el enorme esfuerzo que Kimberly y Matt habían hecho para asegurar un perímetro seguro, además de un acuerdo exitoso con el ministro muggle, y más que nunca sentía instalada en él la necesidad de que al menos ellos dos conociesen de esa información. Y si bien sus inseguridades del pasado afloraban cuando se trataba de tomar decisiones tan trascendentales, ya sin Benjamin rondándolo como un viejo sabueso, terminó de convencerse de llamar a ambos a su despacho.

Y si te es posible…- agregó a su secretaria, quien en ese momento cerraba trato con tres emisoras más para pasar pautas publicitarias que diesen a conocer la horade su mensaje a la nación- llama también a Adrian Wild por favor. 

Desde aquel incidente con los redentis que ahora se sentía remoto, Rory no había tenido noticias del mago, hasta ese momento en que, por su importante cargo de director del Comité, se había puesto en el centro de atención de todas las miradas. Una parte de él no dejaba de sentir vergüenza de no haberlo contactado antes, pero pensando en que las cosas se pondrían más difíciles mediáticamente ya no solo para él, sino para ambos, quizá era el mejor momento para un reencuentro. 

Persignándose, al menos tenía claro que pasase lo que pasase, todo lo dejaba en manos de la guía del Altísimo.

@ Darla Potter Black  @ Melrose Moody  @ Adrian Wild  @ Ellie Moody   @ Matt Blackner

Semanas atrás, Benjamin había sido enfático con Cillian, de señalarle que sus servicios especiales para la diplomacia, iban a ser especialmente útiles para tiempos turbulentos. Por ello mismo, no podía evitar sentir una profunda contrariedad en el hecho de que cuando más está requiriendo de él, para poder hacerse con información sobre de qué manera otros países y especialmente los italianos movían ficha en el asunto de Stonehenge, el muchacho estuviese más bien ausente. 

Ha llegado entonces hasta su residencia para averiguar personalmente el por qué de su inacción. Es esta la primera vez que Ben se encuentra en dicho lugar, pero tras merodear un poco por los jardines exteriores,  no tiene que caminar mucho para distinguir la silueta de Cillian, tras una de las ventanas de la fachada. Le fastidia la molesta lluvia que no ha dejado de caer, y el temor de que en cualquier momento, la tormenta vaya arreciar con rayos y truenos, así que reúne la poca paciencia que le queda y espera en silencio unos minutos, hasta que las puertas de la edificación se abren. 

Aparentemente (y es lo que le causa más extrañeza) el mago está solo en la edificación. Ben había creído que encontraría a Ludwig también, y es este un cambio en sus planes que no le gusta, pues las cosas con el mago tomaron un derrotero algo peligroso la última vez que estuvieron ambos a solas, pero aun así, manteniendo el gesto más bien distante, saluda al hombre con un formal apretón de manos, y aunque nota rápidamente lo desmejorado de semblante y la palidez extrema del rubio, eso no disminuye un ápice el tono agrio con que salen sus primeras palabras para él, que son ante todo, un llamado de atención al abandono de su cargo.

— Necesito que me expliques en corto qué demonios haces encerrado aquí cuando más necesarios son tus servicios. ¿Si sabes que no te pagamos un sueldo para que te la pases vagando en tu casa, verdad?

@ Cillian Haughton

  • Me gusta 1
  • Love 2

cpoR6Mo.gif

GGxF5Wk.gif

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Guest
Esta discusión está cerrada a nuevas respuestas.
 Compartir

Sobre nosotros:

Harrylatino.org es una comunidad de fans del mundo mágico creado por JK Rowling, amantes de la fantasía y del rol. Nuestros inicios se remontan al año 2001 y nuestros más de 40.000 usuarios pertenecen a todos los países de habla hispana.

Nos gustan los mundos de fantasía y somos apasionados del rol, por lo que, si alguna vez quisiste vivir y sentirte como un mago, éste es tu lugar.

¡Vive la Magia!

×
×
  • Crear nuevo...

Información importante

We have placed cookies on your device to help make this website better. You can adjust your cookie settings, otherwise we'll assume you're okay to continue. Al continuar navegando aceptas nuestros Términos de uso, Normas y Política de privacidad.