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El poder de la magia


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Capítulo 1°: Historias urbanas.

Bajo la penumbra de una vieja bodega a orillas del Támesis se hallaban dos figuras masculinas que tan solo se reconocían por las señas y gestos sordos de sus manos. En avanzadilla y sigilosos como felinos de calle, se indicaron agilizar el paso que en cuclillas los llevaría tras otro montón de cajas apiladas- no estaba de más señalar que la húmeda noche londinense sorteaba más que una densa y fría neblina al exterior-. Cargaron armas y mientras uno de ellos encapuchaba su lacia y corta cabellera dorada, el otro miraba las metálicas vigas del techo sin saber si aparentaba creer en algo superior que los protegiese o tan solo agudizaba la audición apostando por unos cuántos pasos que parecían acercarse; observó a su compañero y llevando el índice hacia la boca cubierta también por una capucha de lana, pidió guardar silencio... no podían ser descubiertos. 

-¿Cuánto tenemos?- se oyó luego de que unos coches hubiesen aparcado fuera de la estancia y las luces del lugar fuesen encendidas.

- Treinta cajas con veintidós dosis cada una...

- ¿Cómo sé si no me estás tomando el pelo cabrón?- su acento era notoriamente extranjero y sus gestos de una graciosa impulsividad. Había llevado el cañón de su revolver a los dreadlock en su cabeza sin temor a que el arma volara sus sesos, una y otra vez, mientras se paseaba en un frenesí constante y abstinente de lado a lado. 

Un tipo corpulento y casi llegando a los dos metros de altura, dejó que la luz del foco cruzara la calvicie. En su rostro podía notarse un ojo opaco, en blanco, cuyo párpado parecía deformado por una gruesa cicatriz. 

-¿Me crees un estafador?- cuestionó intimidante. Levantó flojamente su diestra y ordenó que uno de los suyos se acercase a una de las pequeñas cajas que se hallaban a unos metros de su posición. Cada una de ellas tenía un timbre vistoso con las siglas G.C (Genetics Corporation). 

Los encapuchados se miraron casi al mismo tiempo que oyeron los primeros pasos acercarse. "M1erda m1erda" de seguro en sus mentes bailaban tantos improperios como gotas de sudor afloraban en sus sienes... estar ahí era cosa de vida o muerte y ellos no tenían el lujo de desequilibrar su andar sobre la cuerda floja.

-Espera- sostuvo el extranjero, seguido de una pausa que ordenó el hombre de la cicatriz a su subalterno cuyas manos ya se posaban a costados de la metálica cajita y unos cuántos centímetros de la cabeza de uno de los encapuchados, los mismos que observándose por el rabillo de sus ojos concluyeron en seguir manteniéndose bajo anonimato- demuéstrame que perteneces al clan de la luna...

El intimidante calvo de feo rostro enarcó una ceja en cuestión.

-No quiero perder mi mercadería ¿sabes?- prosiguió el tipo de acento extraño mientras llevaba ambas manos a su cuello y descolgaba una cadena que desenrolló luego desde su mano- ten... uno de esos frascos puede costar más que la cadena que me regaló mi madre. 

El tuerto pareció gruñir en son de molestia pero tomó sin más la cadena que este tipo de extrañas costumbres le entregaba. De su puño parecía salir un denso vapor. 

-¡Vaya! ¡já! míralo Iván ... míralo Marcelo... ¡já! ¡es un hombre lobo!...- exclamaba una y otra vez a sus dos más cercanos y otros más a quienes consideraba parte de la banda- de estos berracos necesitamos allá en la selva... así bien duros, ¡que aguanten la ofensiva!... ¡já! ... pero es que míralo mijo... con este tipo no te andas de mamadas. 

El licántropo, sabiendo que había sido plata lo que había tocado, aguantó todo lo que pudo tras sus duras e indomables facciones para luego lanzarle la cadena a su pecho sin pena ni gloria.

-¿Tenemos un trato o no?- su inexpresividad era su sello.

-¡Claro mi hermano!... tú si eres de esos que venden producto fino y de calidad ¿no?. ¡hey Martino! ve y trae a los chicos para cargar esto ¿sí?...- señaló el hombre de los dreadlocks al cabo que cruzaba la posición del calvo licántropo a quien dio unas palmadas en el peño en señal de júbilo. 

-Queremos el pago de inmediato- dictó el tuerto y corpulento hombre.

-¡ A la calma mi hermano! ¡a la calma...- respondió tras unas cuantas sonrisas en contención- ve tú Mauricio- ordenó el tipo cambiando drásticamente su expresión a una de completa seriedad. En ningún minuto había dejado de mantener la mirada sobre el licántropo- negocios son negocios, trae los sacos de acónito que están detrás de la camioneta...- sonrió en seco. 

El ojo, como llamaban a aquél líder de escuadrón del clan de la luna, también ordenó que el subalterno de su contraparte se detuviese a medio camino. De hecho y tan solo bastó que uno de los suyos diese un brinco de casi cuatro metros para frenarle la salida. 

-¡Hey hey hey....!- exclamaron los extranjeros apuntando hostilmente al licántropo. 

-Hay otros muggles aparte de ustedes - le dijo el ojo al excéntrico de los dreadlocks, quien y a su vez, se intimidó por primera vez con tan solo aquella amarillenta mirada puesta en su cabeza. El calvo inspiró el ambiente selectivamente y silbó particularmente para levantar una señal de alarma. 

¡¡¡Los encapuchados habían sido descubiertos!!! 

Todo lo demás había pasado en tan solo unos instantes. Unas cuántas cajas volando por los aires, encapuchados a cubierto y evitando ser asesinados por los disparos a discreción de las bandas enemigas- tres por cierto, eventualmente contándoles- y los movimientos veloces de los cuatro licántropos que allí se encontraban. Las luces parpadeaban y las chispas de un foco incendiaron las cajas inflamables del resto de la bodega... el agua actuó al humo mientras un líquido azul se vertía por el piso, ¡era el suero! ¡el suero mágico que hoy se comercializaba como droga para los muggles!... ¿quién no querría tener uno que otro súper poder por un lapsus de tiempo? ¡todo era negocio! desde la sistematización de la droga por parte de Genetics Industries hasta el vil mercado negro que se había creado y organizado entre mágicos y no mágicos luego de la caída del velo, las guerras, y el poco control que posteriormente había terminado por no poder negar la existencia de brujas y magos entre la sociedad. 

Un par de segundos habían bastado para que "The eye", líder y alpha de su escuadrón, se parase frente a frente del tipo de los dreadlocks para arrancarle la cabeza de forma descomunal. Y es que si algo se podía saber de los hombres lobo, era que no tenían facilidad con su temperamento. 

-¡A la m1erda esto!- gritó uno de los encapuchados a su compañero y dejándose caer al suelo, lamió el líquido que estaba bajo sus pies. Su camarada no tardó en seguir los mismos pasos, con la diferencia que este tomó un suero limpio de una caja abierta. ¡Todo era un caos en aquella bodega!...

La magia debía sentirse, sumirse en su excitación y canalizarla con los deseos más profundos de la mente. Para brujas y magos era innato... para los muggles unos cuántos pasos a seguir. Y como un veneno ardiendo en sus venas, el fuego encendió la fuerza de vida con la que querían salir los encapuchados que se habían infiltrado en aquella investigación- ellos no hacían más que seguir a un cartel extranjero, evitando que la droga saliese de la isla- pues jamás imaginaron que a su buena o mala suerte, darían con una banda criminal mágica de las más buscadas en los últimos tiempos... el Clan de la luna, una orden de hombres lobo que comercializaba el suero mágico a cambio de acónito, yerba que hoy por hoy y tras estudios del temeroso muggle, había sido prácticamente erradicada de Europa. 

-¡Varitas!- ordenó uno de los encapuchados y como si fuese una danza coordinada, pusieron una rodilla en el piso para sacar unas varas de madera desde unos compartimentos aferrados a sus pantorrillas cual arma de fuego muggle. Los hechizos aliviaron bastante su resistencia contra los disparos y los ataques descontrolados de los hombres lobo. 

Finalmente "The eye" y los suyos habían escapado con la camioneta cargada de la yerba matalobos y el grupo de extranjeros, en su mayoría asesinados, habían cedido la posición al par de envalentonados muggles que habían apostado por el suero mágico. 

-Los tenemos, repito, los tenemos- marcaba uno de los encapuchados por una radio a su hombro. 

-Los tenemos muertos...- acopló su camarada. 

-No a todos- respondió el otro enseñando un rastro de sangre hacia la salida. Se miró sus manos (una sorteaba la varita) y observó de paso a su compañero- ¿esto es lo que sentirá un dios?...

 

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Rory & El Anarquista

Visitar los Centros de Educación Comunitarios (popularmente conocidos como CEC) era una de las actividades que Rory disfrutaba verdaderamente, entre la casi siempre tediosa agenda de compromisos que tenía como Ministro. Lo más paradójico era que, ciertamente, dichos espacios no habían nacido fomentados por el gobierno, sino que eran una iniciativa autónoma de respuesta ante el edicto segregacionista educativo de Sagitas, que él había decidido impulsar en su tiempo como líder de la Orden del Fénix. Sin embargo, a puertas del referéndum que decidiría entre otras cosas la continuidad de esa medida en Hogwarts, la visita le servía al joven ministro para recabar y conocer toda clase de vivencias y experiencias exitosas que estaba dejando la combinación de enseñanzas tanto del mundo mágico como no mágico.

Él era un convencido de que lo que en esos espacios se había generado era el mejor ejemplo y prueba de la necesidad de dejar atrás las visiones que imaginaban al mundo estancado en burbujas que no debían mezclarse las unas con las otras.

La mañana se le había ido entonces, examinando curiosos prototipos de artefactos que, con el auspicio generoso del Departamento de Tecnomagia, habían podido llevarse a cabo, y poco tiempo después la videoteca con una envidiable colección de archivos que desde películas comerciales, hasta otras más de autor y documentales, ayudaban más a los magos a conocer del estilo de vida muggle y el papel fundamental que la ciencia y el método científico tenía para ellos. Un poco más allá, toda una colección de recuerdos podía verse en alacenas, clasificados según su utilidad y etapa histórica, para que los estudiantes, especialmente los muggles, tuvieran la oportunidad de sumergirse en pensaderos y observar a través de esos recuerdos el proceso histórico que el mundo mágico había vivido, incluidas las guerras mágicas.

—Es un admirable trabajo Horace. Esto se siente casi como una utopía — sentados en la terraza del tercer piso de la edificación, Rory tomó un poco más de café, con la vista distraída en un grupo de muchachos que jugaban Gobstones en el patio del centro educativo— si sabes que el plan de comunicaciones ya está en marcha ¿verdad? Pronto los centros dejarán su relativo anonimato para ser el elemento central de la campaña por la anulación del decreto actual. ¿Estás bien con eso?

El Anarquista arrugó el ceño, con una expresión que mostraba más resignación que disgusto. 

— Sabes que encuentro descarado que el gobierno inglés quiera sacar rédito de esto Despard, cuando tú y yo sabemos muy bien que lo que se ha conseguido aquí es todo fruto de la gente, con el apoyo económico de la Orden del Fénix y recientemente el convenio con el Departamento de Tecnomagia de MACUSA— resoplando airadamente, el hombre dejó la taza vacía sobre la mesa aunque su gesto disminuyó en brusquedad al ver cierta desazón en los ojos del pelirrojo a sus palabras- con esto no quiero decir que la idea que mencionas sea mala. Todo lo contrario. Es un pequeño triunfo ante el sistema que nuestros centros sean ejemplo de que una mejor educación alejada de agrios elitismos es posible. Pero, esto que has llamado "utopía" también tiene sus fallos. ¿Cómo es eso que dicen en tu religión? Que solo Dios es perfecto ¿no? Déjame mostrarte algo.

Levantándose de la silla, Horace invitó a Rory a descender hasta lo que era una pequeña oficina atestada de documentos, y rebuscando entre ellos unos segundos, terminó sacando un pequeño folder azul. El expediente no eran más que fotografías estáticas, por lo que asumía que el registro era muggle, y mostraba a un grupo de estudiantes en un sitio oscuro y algo decadente, que rápidamente Despard reconoció como el peligroso Callejón Knockturn.

 Conoces de sobra que las drogas son el mal endémico de este continente- comentó El Anarquista, mientras pasaba hojas para mostrar a Rory más vistas, hasta que en una de ellas el predicador reconoció a uno de los muchachitos que esa misma mañana le había expuesto uno de los prototipos- fantasías patentadas, polvo de unicornio, y ahora, es una cosa denominada "suero mágico" la que está causando furor, y lamentablemente, más allá de haber identificado algunos puntos de comercio, la procedencia de esta cosa es un misterio.

Sin necesitar verbalizarlo, Despard había entendido que quizá poder averiguar sobre esa droga, y evitar que ese asunto siguiese escalando era la mejor moneda de cambio por poner a los CEC en las próximas semanas, en el ojo de la tormenta mediática. Así que con una última venia, partió de allí de regreso al ministerio, prometiéndole a Horace que personalmente vería de poder iniciar las investigaciones, con todos los recursos que tuviesen al alcance. 

Editado por Rory Despard
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QeVfLS2.jpgLa vida en altamar no es para todos, aquellos hombres y mujeres que enfrentan los sietes mares son conocidos como corsarios, navegantes, piratas, lobos de mar y un sin fin de nombres atribuidos a su gusto por permanecer ante las tempestades e ira del mar. Sin embargo, entre ellos se escuchaba el rumor de leyendas de capitanes, barcos fantasmas, esas leyendas urbanas que impregnaban la imaginación de muchos niños a la hora de dormir. Visitar los muelles de Londres altas horas de la noche no era muy bien visto por las altas esferas de la sociedad, porque así como las mercancías llegaban a los puertos, también era lugar para los negocios turbios. Y en esa noche particular, cuando la penumbra alcanzaba su mayor alcance, se tramaba algo entre la mente de algunos oportunista para sacar provecho de cualquier posibilidad.

 

-Barco a la vista.-

 

Era lo que pronunciaba el almirante del puerto al observar una de tantas de las embarcaciones que llegaba, inclusive en el mundo de los magos se seguía empleado ese medio de transporte, conservando lo clásico de tiempos pasados, llegando así cautivar el asombro de algunos al verle navegar, estos eran los barcos fantasmas, ya que poseían la capacidad de ocultarse, así como tantos automóviles mágicos o motocicletas existentes, el misterio que se volvía leyenda en muchos pueblos. Aunque, las embarcaciones modernas tenían cierta ventaja ante el oleaje, otros reconocían el extraordinario armazón de las antiguas flotas, algo que parecía ser de gusto aún de algún egocéntrico millonario del día de hoy.

 

-Un nuevo arribo.- 

 

Expresaba el contra almirante a su superior, anotando en su libreta la hora precisa que por el radar se mostraba un navío, pero no siempre lo que se logra ver es todo lo que existe, y fue así que en medio de la bruma y de la soledad del silencio en medio de tanto agite de los muelles todo parecía estar viento en popa. En esos puertos cercano al muelle, existían las grandes almacenes de mercancías, hombres cargando de los muelles hasta ese lugar, todo siempre en constante movimiento, algunos hombres sin camisa de gran contextura muscular moviendo cajas pesadas por carretillas o en mano, todo para hacer su trabajo. Y a la lejanía el faro que siempre alumbra ante la oscuridad, guiando de esa forma a todo que ingresa a Londres por el mar. Aunque, no siempre todos ellos desean que exista un verdadero registro de las bitácoras del almirante del puerto.

 

Xa1duO3.png-Hemos llegado.-

Aviso un tripulante de un embarcación maldita para muchos, porque alguna vez le perteneció al mismo barba negra. Aunque, con el paso del tiempo se le había realizado algunos arreglos para que siguiera en pie, bajo la dirección de Phoeniex. Este capitán no era muy diferente a su predecesor al mando del timón, a pesar que la mayoría de su tripulación eran demonios menores con apariencia de hombres , los cuales le servían ciegamente.

 

-Londres.- Pronunció el capitán. -Nuevos aires de posibilidades, donde podré hacerme de un nombre.- Observo, mientras se acercaba a la misma. La cual surge entre el mar, saliendo a flote rodeada de un aura negra, la cual se disipa poco a poco. -Aunque, se rumorea que aún en esta tierra es hogar de la Orden del Fénix, por lo cual será algo que deberé tener cautelas, mis hermanos del mar, ya es hora que su capitán muestre la oscuridad que existe en esa ave tan mítica.- Y elevando su varita, conjura su marca personal, el mismo era un Fénix Oscuro, el cual era el mismo que portaba en la mascara que le cubría. Y al hacerlo se escucharon los gritos de sus hombres, porque este aún no tenía vinculación con la Marca Tenebrosa, ya que era la primera vez que llegaba a esa tierra. -Vean la gloria que llega de los mares, y asómbrense del poder que ha llegado.-

 

Al terminar de hablar, otros destellos salieron de su varita como si tratase de fuegos artificiales. El fin económico que se decía para los no heka (seres sin magia) era de un fin turístico, entre lo que se encontraba a la voz del mundo como la compañía de arte: FÉNIX OSCURO. La cual era conocida por aparecer en los diferentes lugares del mundo de forma improvista navegando los siete mares, deleitando a sus espectadores con espectáculos, para así ocultar ciertos fines o acuerdos que realizaba su capitán a la hora de pasar por mares internacionales. 

 

 

 

 

Editado por Thoth
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La ciencia solía ser despiadada e inquisitiva, cuando era desarrollada por las manos equivocadas. El jugar con el gen "mágico" era un arma de doble filo que desencadenó encabezadas batallas entre los que apoyaban la venta ilegal de dicha "vacuna" y los detractores que buscaban a toda costa infiltrarse en esas filas y desarticular tan redituable negocio— Algunos pudieron dar un un laboratorio clandestino, pero era el cascarón de un sitio que destruyó el paso del tiempo—escuchaba con suma atención el informe entregado por su espía. 

— Datos fidedignos, no palos de ciego al agua—la voz de la rubia era inquisitiva y al mismo tiempo demandante. Sujetando con la zurda aquel frasco con las iniciales plasmadas en su superficie G.C (Genetics Corporation).  Eran unos malnacidos traficando con oro puro que al final del día, acabaría calcinándoles las manos por su desmedida avaricia. Ella era experta en el arte de traficar cosas, desde objetos de valor incalculable hasta personas que desaparecían una vez que ponían un pie fuera de Londres. 

Aunque aquello le superaba y por mucho, captando el chirrido de los dientes del hombre atemorizado por su presencia, no hizo más que mofarse de la mueca que se dibujara en su rostro. Era uno una máscara de carnaval con las facciones desencajadas, ojos desorbitados y ya moca que se abría como la de un cocodrilo que ansia devorar a su presa Según mis oídos por todo en mundo, asegurar con fiereza que formabas parte de un grupo de médicos especializados en el tema y presenciaste varías torturas a magos para obtener resultadossujetando con fuerza la mandíbula de ese ser la presionaba como si fuera un limón. 

— Dime todo lo que sepas, porque te puedo jurar por el séptimo círculo del infierno que saldrás de aquí hecho pedazos—sintiendo el poder que emanaba de su espada del invierno. Capaz de congelarlo en un abrir y cerrar de ojos, se decantó por la idea de crear una tormenta invernal que sería más dolorosa y lacerante que la conocida tortura de los 1000 cortes. 

— No por nada poseo instrumentos de la inquisición, además de algunos que son diseños creados por mi mente siniestra —recordado las modificaciones que le hiciera a la rueda o al potro. Una afilada hoja de metal, no era lo único que causaba daño sino un par de acromantulas que picaban las piernas del juzgado hasta dejarlas convertidas en una masa amorfa y sanguinolenta. 

Editado por Kahlan Blackthorn
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Cuando eres tan grandiosa como yo, es difícil ser humilde

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Básicamente ya eres la mitad de una maldición

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¿Papi? Está muerto, imb3cil. ¿O acaso tu mami no te lo dijo? —escupí aquellas palabras ante el chico encapuchado que había llegado a la puerta de mi local, en el momento que estaba cerrando la puerta—. ¿No lo recuerdas? Fue el trato, te llevaste lo último que tenía. Vete antes que decida sacar mi varita —amenacé a la figura que había interrumpido la finalización de mi día laboral.

El chico, Edmon, había llegado hacía un par de semanas buscando qué robar. Su mente no estaba muy predispuesta a bloquear las influencias externas y había leído su mente como si fueran las palabras de un libro (infantil). Pero me había sacado un problema de encima, uno muy grande, y que había sido encontrarme aquella mercadería que había descubierto como “polvo de cuerno de unicornio”, una droga que se había popularizado (y extendido) en los últimos meses. No solo en el país, sino en muchos otros también.

Había presenciado la captura de Papi a manos del Ministerio de Magia, uno de los que trabajaba en aquella zona repartiendo la droga, que tras su arresto, había dejado la mercadería en uno de los locales abandonados cerca del mio, Fabricantes de Mentiras. Y había estado en el momento justo.

Y como 3stú-pid0 que era, mi sed de negocios me había obligado a aferrarme a aquel bolso y buscar cómo sacar unas cuantas monedas, pero mi llegada a mi despacho, la aparición de aquellas dos personas asesinadas frente a los ojos del Ministerio y la respuesta nula de éstos. Me habían hecho pasar desapercibidos, nadie ni nada se habían enterado de lo sucedido. Y el Ministerio había tapado el caso de los dos empleados muertos. Tenían el enemigo entre sus paredes y no hacían nada.

Y ante mi oportunidad, un joven con intención de robar algún objeto para conseguir galleones y así comprar drogas, se había llevado mi bolso lleno de drogas. Y con él, todos los problemas que contenía. Pero ahora regresaba por más y era cierto que no tenía más. Y era cierto que estaba a punto de cobrarme el favor. ¿Quién iba a extrañar a aquel drogadicto? Había estado a punto de quitarle la vida pero algo me retuvo. Cerré la puerta del local y me apoyé sobre ella. La noche había llegado hacia algunas horas. Tenía una sensación extraña, como que iba a suceder algo. No quise investigar de ninguna manera.

Recordé las palabras, el pergamino aparecía en mi mente y las palabras que recitaba y que me había empecinado cada día más. Era una idea muy codiciosa y complicada, pero si lograba descifrarla y hacerla, lograría mucho más que fama y honor:

* Amor verdadero.
El renacimiento.
El fantasma del pasado.
El centro de la magia.

Una lágrima de dolor.
El deseo oculto.
El sacrificio de la sangre
y la Maldición Oscura será *

 

@ Aaron Black Yaxley

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GOLDOR ♦ DEMONIUM MERIDIANUM

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La oficina estaba tranquila un sonido de violín se dejaba escuchar en el ambiente de la insonorizada oficina de la Ministra de Magia de Francia. La rubia estaba tras su escritorio sumergida en varios documentos mientras que una vuelapluma bailaba en el aire rasgado un pergamino sobre el escritorio, el rostro de la dama solo denota concentración. La puerta se abrió abrupta mente y un hombre ingresó parecía agitado y su tez pálida sólo mostraba que algo urgente se presentaba, el mago era Auguste Gauthier, jefe de la oficina de seguridad del Ministerio, llevaba poco tiempo en el cargo, ya que el anterior jefe había sido despedido tras haber apresado a la exministra Británica y algunos miembros de su familia que la acompañaban. 

 

-    Madame la Ministre, il s'est produit un événement très grave qu'il convient de vous faire connaître


La rubia levantó el rostro y con rapidez el vuelapluma fue directo al ojo del caballero y se detuvo casi al tocarlo, el hombre quedó congelado por la acción y se rostro palideció aún más, tras la mirada de la Dumbledore dio tres pasos atrás y cerró la puerta, está vez golpeó la puerta y espero. 

 

-Vous pouvez entrer

 

La vuela pluma volvió al escritorio y se único en su tintero. El caballero con temor avanzó hasta cerca del escritorio mirando a la mujer que le observaba con rostro impávido. 


-    Madame la ministre le tueur en série a encore frappé


La mujer puso su mano fuertemente frente al escritorio y se levantó con mirada de furia. 


-   ¿ Sigue siendo el mismo modus operandi? 


Soltó hablando claro y con voz que denotaba molestia


   Si, además nuestras investigaciones nos llevaron hasta un lugar de distribución de la droga para que los muggles puedan ser magos, así que la teoría principal es que el asesino en serie que ha estado asomando a nuestra ciudad es un muggle que ha consumido esa droga y en su euforia de poder de ha dedicado a asesinar magos y a arrebatarle las varitas y objetos mágicos que llevan consigo. 


La mujer se volteo dándole la espalda, era imposible que desde los laboratorios Genética corporativos sintetizar una droga que causaba que los simples mortales lograrán ser magos esta droga había empezado a circular por los mercados negros y llegado a manos de viciosos que al probarla habían desatado toda clase de caos, pero el caso más grave era el de una persona que asesina a magos y los despoja a de todo artilugio mágico que poseyeran. Pero no los asesinaba con un simple hechizo, les quitaba la vida usando un arma corto punzante y le quitaba el corazón, el que desaparecía sin ser encontrado. 


-    Ya no podemos manejar esto de manera interna solamente, debemos seguir con los allanamientos para la droga y seguir incautado lo que encontremos como hemos hecho, pero además debemos infiltrar agentes entre los muggles para obtener más información.  Encárgate de eso, yo voy a citar a una reunión de gobiernos no sólo es asunto de Francia. Ve y organiza la investigación


El hombre se dirigió a la puerta tras una venía y en el umbral se detuvo ante un gesto de la mano de la ministra. 


-    Nunca se te ocurra volver a entrar a mi oficina como lo hiciste antes, ¿entendido? 


Gauthier asintió varias veces y cerró suavemente la puerta. La rubia se sentó de nuevo al escritorio y empezó a diligenciar varias misivas a diferentes ministerios mágicos, era hora de actuar, por el momento se reuniría con la Emperatriz Austriaca, era la más cercana y su hermana de Crianza @ Malum Luxure

 

Cita

 

Querida Malum 


Hermana existe un asunto urgente que nos compete hablar personalmente, iré a verte el día de mañana al Palacio Imperial de Hofburg y te informaré de lo que sucede. 

Camille

 

 

Sería algo serio de contar lo que sucedía, pero no podría esperar a que esa euforia por la droga contaminara todo y siguiera unas consecuencias tan nefastas como las que llevaba en París. 

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Ministre de la Magie Français // 🌙 dulce asesina by Mael

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Sadakat 

Escapaba de sus labios aquella palabra que tenía tatuada justo en el centro de la corona de espinas que descansaba sobre su pecho, justo del lado izquierdo donde los latidos de un corazón oscuro eran emitidos como el grito ahogados de los que habían caído bajo el yugo de su poder. Años de lealtad a ella misma y a la familia que el inculcó todos los ideales que defendía con algo más que su vida misma. Blackthorn era el himno que resonaba en lo más profundo de su ser, expandiéndose como las ondas que emanan de un lago al lanzar una piedra dentro de este y provocar esa reacción.

— Te creíste demasiado listo, pero sabes que de aquí no saldrás con vida—la amenaza se incrustó en la cabeza del hombre como lo hace el filo de una espada. Rompiendo su cráneo como si se tratará de una bola de cristal, que choco con violencia contra el suelo. Saboreando sus acciones, no le quedaba más que añadir a ese malnacido a su larga bitácora a asesinatos sangrientos — Tenemos cosas más importantes que hacer, necesito de manera urgente una audiencia con el Primer Ministro de Holanda. Dile que su querida hermana gemela, ya volvió a las andadas—la máscara que portaba no le pertenecía. La tomo de las posesiones de la mejor amiga de Kyle Blackthorn, aquella mujer que era capaz de cimbrar el mundo del Holandés desde su centro mismo. 

— Iremos a donde el resto de las naciones nos lleven, apoyando a las que busquen asesinar a estos malnacidos y las que se opongan a ello—apretaba el cuello del difunto hasta quebrarlo como un mondadientes— Pues les voy a quebrar todos los huesos sin dejar uno solo sano. Ya me conocen, no por nada utilice toda clase de armas de corto y largo alcance. Ganándome la reputación que me precede, asesinando por grandes cantidades de galeones y algunas veces de forma gratuita—dando la orden para que dejarán los restos a la vista de todos. El mensaje fue enviado de una manera poco ortodoxa, pero era lo que se necesitaba en situaciones como esa actuar como los verdaderos carniceros que eran.

Los médicos torturaron a los magos, ahora el momento de la revancha había llegado y no lo iba a desperdiciar. Su sangre hervía como la lava de un volcán, pero bajo considerablemente la temperatura de la misma más abajo de los 0°. Su condición vampirica y las enseñanzas de su madre al compartir con ella los secretos de su linaje, le daban la oportunidad de poder experimentar como se le diera la gana. Trayendo al presente las practicas que estaban asociadas íntimamente con la Nigromancia y volver a la vida a los que fueron arrancados muy pronto del plano terrenal— Veremos quien cae primero, si ellos o nosotros—la cercanía de Lennox se hacia más evidente dentro de Londres, no le quedaba la menor duda de que dentro de poco volverían a reencontrarse como en los viejos tiempos.

Cuando eres tan grandiosa como yo, es difícil ser humilde

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Básicamente ya eres la mitad de una maldición

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QeVfLS2.jpgLa tribulación pronto comenzó a cargar provisiones, otros en cambio salían de la embarcación a disfrutar los placeres de los muelles, en esa sombría oscuridad que permitía a muchos rienda a la imaginación, en cambio, Phoenix se encontraba leyendo un manuscrito antiguo con cierta profecía, el cual intentaba adivinar. 

 

 Amor verdadero.
El renacimiento.
El fantasma del pasado.
El centro de la magia.
Una lágrima de dolor.
El deseo oculto.
El sacrificio de la sangre
y la Maldición Oscura será 

 

Esas palabras se encontraba incrustada en su mente ¿A que se podía referir eso del amor verdadero? ¿Acaso se trataba algo relacionado con unos amantes? ¿Quién sería la bruja o mago a la que refería esos versos? Esto era algo enigmático, más aún no comprendía el significado de ello. Esto era motivado porque tenía muchos años que solo se dedico a la protección de Egipto, por lo que sus labios virginales no habían sido rosado por ningún hombre o mujer, pero aún así su corazón ardía bajo el sueño de muchas leyendas de los cuentos de hadas, aquellas que tanto le gustaba narrar como cuenta cuentos, mientras danzaba su vientre y seducía al publico, su cuerpo clamaba algo de pasión y lujaría en su ser.

 

-¿Dónde nos encontramos?-

 

Indago un marinero, el cual era primera vez que pisaba esos aires británicos, esa sensación de sentirse en medio de una ciudad nueva, aquellos sentimientos de euforia y temor, pero ante su pregunta, la mirada de su capitán fue suficiente para hacerle callar, mientras que éste sacaba su sable oscuro con empuñadura de oro. En ese momento, bajaba la mirada el de la mascará y se detenía, fijando mirada a uno de los extremos de estribor, dando así a otra embarcación mucho más grande.

 

-Nos encontramos en el lugar donde será llevada la profecía, al menos eso dicen los adivinos del oriente medio.- Aseveró. -Pero no se que tendrá las flores de este campo santo, porque no entiendo que aquí sea lo que ocurra, pero aún así cuando las mueve el viento pareciera que se encontrarán llorando, por lo que marchitar de la trágica poseía de años perecederos, solo pueden indicar la necesidad de ocultar nuestros deseos, aquellos que pueden oscurecer el alma.- El filo de la punta del sable se encontraba el cuello del marinero, inclusive se encontraba causándole un poco de dolor. -Y si eso es lo que deseabas escuchar, eso lo que lo tienes, así que dejen de soñar con amores imposibles.-

 

 

El egipcio comenzó alejarse, mientras una melodía envolvía su caminar, su rostro oculto se encontraba anhelando mucho más de las riquezas que pudieran saquear en los sietes mares, esas aventuras que solo se logran en la tierra, en aquella conformidad que algunos llaman hogar, pero que para un regente es imposible obtener, porque ante todo debe morir a sus anhelos para hacer feliz a tantos, esa pesada carga que se encontraba en sus hombros, pero aún así el brillo de la mirada se encontraba lleno de esperanza, por lo que con un sutil movimiento de la varita invoca su patromun, este era un Fénix Oscuro, el cual revoloteaba alrededor del mismo, esa ave tan mítica llena de oscuridad, la vida envuelta en la más profunda noche. 

 

"Si solo conociera alguien que pudiera entregar mi corazón, quizás el sendero de mi vida pudiera conseguir puerto seguro." Era lo que pensaba, mientras algunas lagrimas brotaban de sus orbes y se alejaba hasta su camarote, un corsario errante del camino. "Aunque, solo son sueños de un triste cantar, aquella melodía que ni las sirenas pudieran entonar, esto era lo que la suave brisa debe murmurar." Suspira profundamente. "Pero aún así, los sueños deben morir para que otros sean felices, sacrificios necesarios para lograr la felicidad de tantos que esperan tanto." En ello se detiene, abre su camarote. "Solo descansar, y así poder conseguir solución a esa profecía debe ocupar mi mente, ya luego habrá tiempo para algo más."

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Las paredes de aquel palacio eran silenciosas, mientras fuera se desataba el caos por la nueva droga que azotaba la vida en el mundo mágico, las muertes de magos inocentes era una gran bandera roja sobre qué este tema debe ser tratado con suma urgencia, me preguntaba cuánto tardaría en llegar a las calles de Austria? Por supuesto que no lo permitiría, tenía perfectamente controlado todos los caminos de acceso al país, yo soy la mayor proveedora de los males de la nación que manejo, aquí nada escapa de mi conocimiento...yo soy la que da el visto bueno y si no le aceptas simplemente desapareces.

-Mi señora acaba de llegar un mensaje de Francia.- Me informó con apuro mi secretario, el pobre joven sabía que cosas eran prioridad para mí y lo había aprendido a la mala.

Centre mis ojos en él un momento y luego en el pergamino que me entregaba, estaba informaba del caos por espías en el ministerio de la magia, la oscuridad se les avecinaba y eso me daba un placer infinito, un motivo más para que el ministro caiga de su cargo, aun así tenía un plan en mente pero papá poder llevarlo a cabo tendría que comprobar que la información que me llegaba era 100% fidedigna, una falla y se podría salir de control realmente.

-Alista todo para el viaje...no quiero ningún error.- Le ordené con calma luego de leer el mensaje de Ada, por supuesto que iría a verla, ahora más que nunca es necesario juntar aliados.

En unos minutos mi asistente me avisó que estaba todo listo, dejé a alguien de confianza en mi cargo mientras no estaba, mientras tanto en mi cabeza giraba una idea descabellada pero interesante, que si funcionaba podría poner a los magos de cabeza y con ello darnos el control deseado. Pero todo tenía su contra era claro que si mi idea no resultaba la que podría caer sería yo, aún así nunca perdería del todo pues siempre hay una opción de escape.

Tome el traslador que me llevaría directo al lugar donde me esperaban, así que ajustando mi capa de viaje, mi bolsa de piel de moke estaba lista para afrontar lo que viniera, la sonrisa leve en el rostro demostraba la confianza que cargaba en mi misma, los pasos apresurados me llevaron a una puerta, estaba claro que me conocían puesto que nadie se atravesaba, le di unos golpecitos ansiosos a la madera.

-Petite fleur estás aquí?- No fui consciente de como la había jjamadmwa que estaba más interesada en saber si reencontrará ahí

---------------------- ❤️

@ Ada Camille Dumbledore

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Sadakat 

Les escocía el cuello a ambos, quemándoles como lo hace el hierro ardiente sobre la piel blanquecina de su cuello, aquel sitio que era el hogar de esa palabra. La única que les mantuvo unidos a pesar de la rivalidad que su madre desatará entre ellos, prefiriendo al pequeño Kyle por encima de la competitiva y perseverante Kahlan. Era cuestión de apreciar la otra de arte que eran los gemelos Blackthorn, nacidos para dominar y no dejarse pisotear o amedrentar por nadie. Justamente por eso el Ángel Caído, buscaba apaciguar un poco el brío desbocado que era el carácter competitivo y combativo que poseía su hermana mayor. 

— La venganza es un plato que se sirve frío, no lo olvides—le hablaba con parsimonia. Fungiendo como lo haría suiza dentro de una guerra de naciones, apelando a la sensatez y considerar todos los pros y contras. No era lanzarse a enviar misiles por el cielo a diestra y siniestra, no sino se tenía un blanco elegido que causará un daño grave en el enemigo. Pensar, analizar con detalle cada uno de los pasos que darían antes de infiltrarse en las filas de los que vendían aquella cura como si se tratará de plumas de azúcar de lujo. 

— No pierdas el piso, no seas descabezada y ante todo. No vayas lanzando palos de ciego al agua, porque bien sabes cuales con las consecuencias con las que tendrás que lidiar, si el plan no resulta como lo deseas—terció una sonrisa seductora en sus labios. Calando profundo con sus palabras en la psique de la Alemana. Era experto en lanzarle esa clase de puntas, detalles que aprendieron mientras jugaban a dejarse mensajes escondidos en las ventanas con su aliento plasmado en los cristales— Se que no lo has olvidado, nuestras magia secreta—asintió señalando la palabra que tenía tatuada en el cuello del lado izquierdo.

— Ya lo mataste, saciaste un poco de tu sed de venganza. Pero no pierdas el hilo que nos conduce, hacia la marioneta principal. Aquella que domina al resto y comenzó con toda esta cacería en contra de los nuestros—le susurraba al oído apoyando su barbilla sobre el hombro de la rubia. Reconociendo ese aroma que emanaba de su cuerpo, adrenalina pura que se dispararía como lo hace una bala perdida que escapa por el cañón de una McMillan Tac-50. Recordando que su contraparte era una experta francotiradora, entrenada dentro de un campo de concentración Alemán. 

— Tu y yo, sabemos de lo que somos capaces. Tu con tus artes bélicas y yo, pues con todo lo que me han inculcado mis falsos abuelos—saboreaba el veneno que se impregnará en su paladar. Reviviendo parte de la matanza que desatará dentro de Holanda, poniéndole fin a años de humillaciones y vejaciones por parte de los seres que le arrancaron del seno de la familia Blackthorn. Sus raíces estaban en Londres, parte en los Ángeles y el resto en Holanda. 

 

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Sadakat 

Respondía con una cabezada a las palabras de su hermano, innegable era que llevaba parte de razón en ellas. Perderse entre la bruma espesa y lanzar hechizos a diestra y siniestra, podía desencadenar una batalla que sería imposible detener, al estar impulsada por su instinto asesino. Aquel que no tenía un freno, arrebatado por lo es el viento de un huracán que desea destruir todo a su paso— Esta bien, no pienso matar al otro par—le prometía cruzando sus dedos detrás de su espalda. El tenerle ahí era una mera coincidencia, ya que la rivalidad que los separaba continuaba fresca en las memorias de la Vidente. No le perdonaba el sobresalir cada tanto, aplastando cada uno de los logros de la Alemana, como si se trataran de insectos insignificantes.

— Seré paciente muy paciente, ya que poseo eso que suelen llamar “arrogancia desmedida”—bromeaba para aligerar un poco la tensión que reinaba en el ambiente. La misma podía cortarse con una navaja sin demasiado esfuerzo, desviando sus ojos hacia el cuerpo del infeliz, lanzaba una patada contra su rostro. Sintiendo un peso menos sobre sus hombros— Considera eso parte de mi revancha, aunque apenas estoy calentando. Siempre recuerda, nunca olvides—murmuró la frase que le dejará como despedida al ser separados cuando eran unos niños. El siendo llevando a Holanda y ella depositada en una mansión ostentosa dentro de Alemania. Sitios que les forjaron de una manera violenta y cruel, creándoles un vinculo con la oscuridad que difícilmente podría romperse.

— Cuentas con el apoyo de Francia, ¿no es así?. Supe que tienes lazos con la hija de Selene, tu querida y amada Dumbledore—regodeándose por la expresión que se formará en el rostro del hombre.. No dejaba de clavar el cuchillo de palo que eran sus palabras, provocando un malestar que era similar al que provoca el veneno de una serpiente en el torrente sanguíneo. Letal y lacerante como solía serlo, no necesitaba de su espada del invierno o de la varita mágica que estaba lista para aparecer en su zurda y causarle daño considerable a su hermanito.

— Han torturado a miles, yo solo he matado a uno y ya me condenas por ello—agitaba sus brazos en el aire. Dándole un toque teatral a su escena, ella era la malvada, la malnacida que no tenía misericordia por nada y mucho menos por nadie. Jamás expreso el menor respeto por la vida humana, ahora no lo comenzaría hacer, solo para darle gusto a su contraparte— Haré lo que tenga que hacer, no me importa si te llevo entre las patas, ¿lo podes entender?—desviaba sus ojos hacia la corona de espinas que descansaba en su pecho. 

Ansiando que Xavier, no demorará por mucho más tiempo su llegada a donde estaban refugiados el par de mortifagos. Deseando sentir la misma adrenalina que le provocaba pelear al lado del único hombre que sabía como gatillar sus más oscuros instintos y del mismo modo frenarles en seco.

Cuando eres tan grandiosa como yo, es difícil ser humilde

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Básicamente ya eres la mitad de una maldición

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