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El Maletín de Newt


Valky
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Controlando a un Gnomo

Valkyria Karkarov

 

Le parece increíble no haber podido controlar al Diricawl, pero al parecer el Concilio tenía todo tan bien organizado que cuando supieron que fallo en el intento, de inmediato el Maletín de Newt la expulso del habitad, sin dejarle tiempo de buscar los caramelos correctos. Al parecer tenía solo un intento para capturar a la criatura, aunque cuando le dieron las primeras indicaciones recuerda que le comentaron que eran dos oportunidades, quizá lo entendió mal.

De igual forma prefería probar suerte con otra de las criaturas que había en el Maletín, leyó el listado y optó por otra “fácil” si tan mal le había ido con un ave, no quería probar suerte con un Nundu, era muy obvio que estaba muy fuera de practica en ese tipo de situaciones y no quería salir muerta de ahí. Escogió entonces al gnomo, una plaga de jardín inofensiva, sería realmente ridículo que fallara en controlarla. Aunque claro, lo mismo había pensado sobre el Diricawl y el resultado fue un desastre.

No parecía tan complicado conseguirlo, ya que en sí no necesitaba atraparlo, necesitaba comprobar una teoría loca que varios magos y brujas tenían sobre esas criaturas. Debía entonces, dar con su guarida y dejar que alguno le mordiera para comprobar que la saliva poseía algún beneficio para hacer aflorar algún talento artístico. Y si, prefería que le mordieran el dedo a tener que beber un poco de saliva de gnomo.

El clima de aquel hábitat y en sí el de todo el lugar era el mismo que el de un paraje del Norte de Europa, se sintió muy familiar a pesar de que hace ya varios meses que se había mudado al extranjero, de hecho sintió algo de nostalgia mientras caminaba en busca de la guarida de algún gnomo. Se quitó los zapatos de tacón para no dañarlos por lo irregular del terreno. Varios minutos después sintió pisar algo, bajo la mirada y un gnomo furioso colgaba del dedo más pequeño de su pie.

—Eso fue fácil… — sacudió el pie para librarse de la criatura y esa fue una mala idea, pues casi termina sin un dedo. Cojeando buscó refugió en la sombra de un árbol en donde apoyándose en el tronco examina la herida y con ayuda de su varita la sana. — ¿Cuánto tiempo tengo que esperar a que haga efecto la saliva? ¿Sería suficiente? — Se preguntó esperando que sí, no quería se la volvieran a morder.

Varios minutos después sintió unas ganas extrañas de dibujar, dejando que el sentimiento fluyera con la punta de la varita empezó a dibujar en la tierra. Cuando terminó un el dibujo de un escarbato parecía sonreírle. Movió la varita y este empezó a revolotear a su alrededor. —Así que es verdad lo que dicen de la saliva del gnomo…— murmura sin apartar la mirada del dibujo, ella no recordaba haber dibujado nada en su vida.

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Tazz Malfoy 

Controlando a un Billiwig (post 3)

El aguijón del Billiwig se había clavado en la pierna derecha del pelinegro, las quejas a causa del dolor que prefería el mago se escuchaban en un radio de 1 kilómetro. La sensación de dolor era indescriptible, difícil de explicar en ese momento. Apenas sangraba, la herida era limpia para el dolor que sentía, era más la pequeña inflamación que empezaba a surgir en la zona donde el bicho había clavado su venenoso aguijón. Los efectos del veneno de los Billiwigs empezaban a manifestarse en el Malfoy, se sentía algo mareado, todo allí le daba vuelta y el estómago se le revolvía. 

—¡ahhh! — volvió a gritar al intentar levantarse del suelo. —Ha sido una mala idea lo de venir a capturar a estas criaturas — se quejó mientras volvía a su posición en el suelo.

Poco a poco los síntomas se fueron intensificando y eso le estaba pasando factura a la salud del mago. El cuerpo de Tazz empezó a estar más liviano, el corazón del pelinegro se aceleró cada vez más porque estaba perdiendo el control sobre su propio cuerpo. Se sentía inseguro… —¿Pero esto qué es? — se preguntó mientras una gota de sudor se deslizaba por la frente. No era de su conocimiento que una de las causas del veneno de los Billiwig era la levitación. Su cuerpo ya estaba a una altura considerable, más o menos a unos 5 metros del suelo y subiendo, pero no era eso lo que le preocupaba sino, que apenas controlaba la dirección de la subida, el cuerpo del pelinegro giraba sobre sí mismo a medida que ascendía. Casi llegaba a las ramas inferiores de la copa de árboles gigantes del bosque australiano. 

—Debería hacer algo al respecto— reflexionó con la escasa concentración que le quedaba, seguía mareado, pero pudo hacer conexiones en sus neuronas para poder pensar en una estrategia para salir de esa situación. —Quizás si… — palpó debajo de su camisa para comprobar si aun llevaba su amuleto que le permitía planear pequeñas alturas. —… si utilizo este amuleto podré descender con seguridad para y poder capturar a esas criaturas— en sus pensamientos planificó la mejor de las estrategias para poder salir airoso de aquel problema. Para ello primero debía empezar a sentirse mejor y retomar el control de su cuerpo. De inmediato pensó en la Curación y poco a poco recobró el control de su cuerpo, el efecto del veneno estaba mitigando y el ascenso se detuvo ocasionando así el descenso precipitado hacia el suelo. 

—ahora a descender en condiciones— decidió tocar el amuleto volador con forma de alas y de color plata que llevaba colgado del cuello. Descendió con habilidad y preparando la varita para poder utilizarla contra los Billiwig. Pero no le hizo falta… recordó que llevaba puesto el anillo de amistad con las bestias que le permitía amansar las criaturas de bajo rango. Uno de los Billiwig se acercó manso hacia Tazz y aprovechó para capturarla pero duró muy poco y la criatura escapó. 

 

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Intentando capturar al fwooper (1er rol)

No está muy seguro de ser capaz de capturar a la criatura que había seleccionado como su próximo objetivo: un Fwooper. Su duda nace del tiempo que le quedaba, aunque bien podría intentar ponerse de acuerdo con el resto de participantes para tratar de sobornar a los miembros del concilio para que les dieran más tiempo para la cacería. Era una interacción de ganar-ganar, así que no cree que sea tan mala idea aunque en el fondo sabe que la respuesta será negativa, pero nada se pierde con intentarlo ¿no?.

Sigue con dudas respecto a la elección de la criatura mágica, pero el fwooper le parecía la mejor opción porque debería ser el más seguro dentro del catálogo y, además, no era una criatura que tuviera en su posesión. Sin embargo, la idea del cangrejo de fuego era igual de atractiva. Incluso las criaturas de más dificultad como el demiguise le gustaría intentar, pero al haber gastado tanto de su tiempo en su intento -y logro- por conseguir el Nundu que resultaba casi idílico el asumir que lo consiguiera. No obstante, en caso de capturar el fwooper en su primer intento, sin lugar a dudas, intentaría ir por el demiguise ya que le parecía sumamente interesante. Al igual que la esfinge, pero no tenía permitido ir allí.

Al llegar al hábitat adecuado, lo primero que hace es utilizar la magia aprendida en el libro de Druida: el Cantar de Eleboro. Justo antes de entrar, los organizadores le habían mencionado que el gran grupo de aves habían perdido su hechizo silenciador, por lo que había que proteger su sentido de audición sí o sí, bueno, al menos si quisieran mantener su cordura. Sin duda, cuando Goderic encuentre tiempo y recursos, procedería a investigar el porqué el canto del fwooper era capaz de hacer perder la cordura a quien lo oye. ¿Era alguna frecuencia suficientemente alta o baja como para afectar el correcto funcionamiento? ¿Y si pudieran replicarlo?

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Intentando no morir con el Nundu 

PV Ludwig: 85 - 45 = 40
PV Nundu: 360

La sangre comenzó a fluir rápidamente por el brazo derecho, el arañazo de aquella criatura había sido más profundo de lo pensado y comenzó incluso a tener por su vida. Evidentemente el nundu estaba furioso y no se detendría hasta sentirse seguro lo que dejaba al Malfoy en una difícil posición pues el tampoco quería retirarse sin obtener aquella criatura mágica. 

Rápidamente se vio forzado a desgarrar su ropa y aplicarse un torniquete el cual detendría el sangrado de manera temporal. Ahora se daba cuenta de un nuevo peligro, la bestia había olido su sangre por lo que ahora también no solo estaba furiosa, si no también se encontraba hambrienta. Ludwig tenía que ser astuto y no dejarse comer. 

Levantó ambas manos tratando de elevar su tamaño para con ello intimidar un poco al nundu quien se acercaba cada vez más de una manera lenta y desafiante. Escuchaba como gruñía y poco a poco abría sus fauces las cuales tenían unos mortales y afilados dientes. El corazón del rubio latía rápidamente y no pudo contener más el temor, comenzó a correr.

Iba tan rápido como podía intentando encontrar la salida de aquel maletín, seguida sus propias pisadas pero era muy tarde, el animal era mucho más rápido y cuando menos se percató había atrapado y mordido su pierna. Nuevamente la sangre corría por ahora era mucho más profunda y el dolor mucho más insoportable. Necesitaba hacer algo para liberarse o de lo contrario perdería la vida en aquel maletín.

- Desmaius - dijo entonces con su varita en mano mientras el rayo impactaba directamente en la cabeza de la bestia. Al recibir el rayo no perdió el conocimiento como el Malfoy esperaba, en su lugar soltó al rubio y se retiró durante unos segundos pues estaba totalmente aturdida, lo que le dio tiempo a Ludwig para curar un poco su pierna y ocultarse, no se rendiría tan fácilmente después de todo. Comenzó a escalar un árbol cercano y permaneció ahí durante unos minutos mientras descansaba y permitía que su cuerpo curara un poco.


 

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Segundo intento de capturar el Cangrejo de Fuejo

Valkyria Karkarov

 

Luego de haber conseguido controlar al gnomo y demostrar que, en efecto, la saliva sacaba a relucir dotes artísticas que al parecer estaban escondidos en cada mago y bruja, la castaña nuevamente fue expulsada del Maletín, los organizadores anotaron los resultados y le garantizaron que pronto le llegaría un gnomo de regalo. Por un momento estuvo tentada a decirle que no lo quería ya que no tenía una ubicación fija, pero recordó que seguramente lo enviarían al castillo, así que guardo silencio.

Esta vez  probaría su suerte con el cangrejo de fuego, unas criaturas con un caparazón era muy cotizado en el mercado negro por las joyas increíbles que tenía y que sin duda le daban un aspecto realmente hermoso. Pero así como era tan llamativo, tenía un carácter muy agresivo, pero ella contaba con los hechizos que podrían hacerle frente para poder capturarlo y no morir en el intento o al menos eso es lo que ella esperaba.

Escuchó atenta las indicaciones que el encargado le estaba proporcionando y cuando ya no tuvo más dudas, volvió a ingresar al Maletín de Newt. El hábitat en donde se encontraban los cangrejos de fuego le resulto familiar, la isla Fiji. Una sonrisa se posó en sus labios cuando recordó un viaje que hijo ahí hace ya muchos años atrás, cuando aún su esposo estaba con vida, cuando todo era mejor. Una llamarada que pasó demasiada cerca de ella la volvió a la realidad, apartando aquellos recuerdos al fondo de su mente una vez más.

A lo largo de la playa estaban varios cangrejos de fuego que de inmediato posaron su mirada en la intrusa, en ella. —Ignea Maxima— dijo de inmediato para que de su varita surgiera una lluvia de polen de lirios de fuego que la cubrió por completo, confiriéndole inmunidad al fuego por lo que consideraba el tiempo suficiente para lograr atrapar a una de aquellas criaturas sin hacerle daño.

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Intentando capturar al fwooper (2do rol)

Se pregunta si no habrá sucedido ya, que algún mago tenebroso haya decidido armar un ejército de fwooper no silenciados. Lo duda, no por el problema de logística que requeriría tener un bosque repleto de criaturas y su forma de transporte como ataque sino que, además, era muy sencillo realizar un hechizo silenciador solo si alguien se encontraba completamente desprovisto de magia o en una situación muy vulnerable sería útil un fwooper como arma de ataque. Y un aumento sospechoso de locuras en el mundo no mágico, sería fácilmente notado por su sistema de seguridad y, supone, que ya se habría dado por enterado.

Tan distraído como lo estaba, sigue recorriendo el terreno para buscar al fwooper que más le llame la atención. Hasta el momento había visto a un par de ejemplares rosas y otro de color naranja. Ninguno era de su agrado visual, por lo que, aún protegido con su Cantar de Eleboro, sigue su camino en buscar uno que se adapte a sus gustos. Probablemente uno verde lima con ligeros tonos amarillos y azulado en sus plumas o algo similar. No sabía si existiera un espécimen así, pero ocuparía el poco tiempo que había presupuestado para la cacería en la búsqueda de aquella criatura.

Cuando el reloj avanza peligrosamente a su tiempo límite, decide dejar de buscar al ave de sus sueños y resignarse a capturar al próximo pájaro que se cruzara en su camino. Si fuera rosa, seguramente se lo regalaría a Lily y si fuera naranjo a su hijo Fabian. Pareciera que toda criatura había dejado el lugar porque al cabo de unos minutos, todavía no se encontraba con ningún fwooper en su camino. Solo cuando planeaba ya rendirse y dirigirse a capturar a otra criatura mágica, es cuando aparece ante él la criatura que buscaba y del color de su agrado: verde lima con algunas plumas más amarillentas formando un sutil degradado.

Editado por Goderic Slithering

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Tazz Malfoy

Segundo intento de capturar un Billywig (post 1) 

La situación cambió cuando el pelinegro decidió que la tercera criatura que intentaría captura era una un tanto peligrosa, un billywig. Estas criaturas eran a simple vista monas y visualmente hermosas, el color azul zafiro brillante de su cuerpo las hace deseables como mascotas o para decorar los jardines en las mansiones o casas de campos que tengan enormes terrenos. El Malfoy ya tenía un ejemplar en los jardines de la mansión Malfoy y necesitaba de una pareja de este para poder… bueno tener crías… alguien alguna vez le comentó que traían buena suerte tener una pequeña familia de esos, aunque letales, hermosos bichejos azulados y brillantes. Quizás en ese entonces le mintieron, puesto que fue la vez que un vendedor un tanto sospechoso le vendió la primera cría de Billywig que ya poseía. 

—¿Por qué no? — se resignó al rememorar la pequeña estafa de la que había sido víctima años atrás. —No perderé nada con comprobarlo… además quedará muy bien con el resto de los bichejos que tengo en el jardín— convencido camino hasta la puerta de entrada del hábitat de los Billywig. 

Cruzó la pesada lona que funcionaba como puerta al bosque húmedos de Gondwana de la falsa Australia. La humedad se sentía espesa, pese a llevar la ropa adecuada la sensación térmica en ese lugar hacía que el sudor recorriera el cuerpo del Malfoy en todo su esplendor. Obviamente era el hábitat idóneo para esas criaturas que había ido a capturar, pero para los humanos era un calvario. No solo lo tenía de nombre lo de “húmedos” ya solo con entrar en contacto con la flora la sensación de humedad te golpeaba como un martillo directo a la cara. Era lo propio y por eso hace mucho que entidades muggles como la UNESCO consideraban a ese bosque como patrimonio de los muggles. Lástima que los humanos sin magia se dedicaran a menospreciar tanta belleza natural maltratándolos y explotándolos, si no fuera por la comunidad mágica internacional y el cuidado que los magos y brujas del mundo que ponen su empeño por cuidar a las criaturas mágicas y mundanas que viven en esos sitios, no habría patrimonio que cuidar. å

 

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Segundo intento de capturar el Cangrejo de Fuego

Valkyria Karkarov

Se colocó el hechizo protector para el fuego justo a tiempo pues uno de los cangrejos de fuego volvió a enviarle una llamarada, misma que únicamente pareció acariciarla, pudo sentir el calor de las llamas, más su piel no sufrió daño alguno. Se sintió un poco más confiada una vez que el fuego no la podía quemar, sin embargo, aquellas criaturas eran realmente grandes y aunque eran un poco lentas, tenían unas patas que le gritaban peligro, así que lo mejor era poner un poco de distancia entre ella y los cangrejos de fuego.  

—Confringo— dijo apuntando hacía el suelo, el rayo impactó formando un cráter de unos dos metros de diámetro, lo suficientemente profundo como para que los cangrejos tuvieran que rodearlo si querían continuar atacándola. Ahora tenía que dispersarlos, solo quería capturar a uno de ellos, así que debía escoger a alguno y apartarlo del resto. El ruido que estaban haciendo las criaturas estaba atrayendo a más, lo cual ciertamente la preocupo un poco. 

—Corpus Patronus —invocó la castaña y de su varita empezaron a salir varios filamentos plateados que fueron enroscándose y tomando forma hasta revelar un hermoso y temible Snallygaster, un pájaro mitad reptil que era familia del Occamy, de gran tamaño, con colmillos de acero y piel muy dura, aunque la característica que más le importaba era la capacidad que tenía para volar.

El corpus patronus tenía como misión alejar y distraer a la mayor cantidad de cangrejos de fuego que pudiera y así lo hizo. Abrió las alas mostrando el tamaño real de la criatura que había invocado, emprendió el vuelo y pronto ya se encontraba llamando la atención de los cangrejos, quienes aun más enojados empezaron a lanzar llamaradas, mismas que el Snallygaster, evitaba con facilidad. Con varias de las criaturas entretenidas, la castaña tuvo tiempo de poner su mirada en uno de ellos, el más cercano a su posición, aquel sería el que capturaría o al menos lo iba a intentar << recuerda, es capturar, no matarlo>> se dijo pues los hechizos y las estrategias que se le venían a la mente resultarían en la muerte del animal y estaba segura de que el concilio no estaría muy contengo si llegaba a matar a alguno.

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Intento (fallido) de capturar al Fwooper (3er rol - 1er intento)

Goderic estaba encantado, casi hipnotizado, disfrutando de la belleza del plumaje de la criatura frente a él. Sus deseos de capturar al espécimen eran cada vez más potentes. Era una lástima tener que silenciar a la criatura para tenerla como su mascota y quitarle la libertad que contaba dentro del maletín, pero nadie sabía a ciencia cierta cuál sería el destino de las criaturas que habitaban actualmente en el maletín después de la subasta. ¿Se las dejarían al nuevo dueño? ¿las matarían? ¿las venderían como producto normal en el concilio del mercaderes? Todas las opciones anteriores llevaban a tener que silenciarlas de igual forma. De hecho, le sorprendía que el Concilio no temieran a que el ministerio presentara cargo por tener tal criatura en posesión sin su hechizo silenciador vigente.

¿Cuánto tiempo le quedaba? demasiado poco para su gusto, pero suficiente como para poder capturar al fwooper. Con sus sentidos protegidos, el nivel de peligrosidad era casi nulo así que se confía y se acerca sin mayor cuidado al fwooper. El cual alza el vuelo sin mayor obstáculos. Goderic se golpea la frente en evidente desacuerdo con su forma de actuar ¿acaso la baba del gnomo lo había vuelto tonto? Por muy inofensivo que fuera la criatura, obviamente no se dejarían capturar tan fácilmente sin importar cuántos Cantar de Eleboro haya utilizado.

Si quería capturar al fwooper debía volver a intentarlo y, en lo posible, buscar a otro individuo que no estuviera ya predispuesto a verlo como una amenaza. Quizás debía solo dejar su intento de capturar al ave y dirigirse al demiguise directamente. ¡Quién sabe! quizás sería más sencillo buscar a una criatura que podía ver el futuro y hacerse invisible, en comparación con una ave que podía volar por los cielos. Camina sin rumbo fijo mientras cavilaba las posibilidades que tenía de capturar a cada criatura ¿cuál sería su próximo paso?

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Los dados andan malotes hoy T____T xDD

 

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Tazz Malfoy

Segundo intento de capturar un Billywig (post 2) 

Caminaba por un sendero lleno estrecho en donde la maleza le rozaba la cara en ocasiones, las ramas bajas de los árboles de altura media que daban albergue a los animales más pequeños del bosque servían de guía para los despistados que se adentran en esos sinuosos caminos. Tazz buscaba el sitio exacto en donde capturar una de esas criaturas, si estaban en enjambre… ¿Era enjambre? el grupo de Billywig que vivían juntos o eran ¿manada? No se había parado a pensar en la forma correcta de llamar al grupo de bichejos que se disponía a capturar, si era correcto sería enjambre, ya que eran una especie de bichos similares a las avispas… Pero al ser mágicas y tener otro tipo de habilidades y anatomía pues le resultaba difícil al Malfoy determinar la forma correcta de llamar al grupo de Billywig. 

—Volviendo a Londres me compraré una copia de Animales fantásticos y donde encontrarlos, del célebre Newt Scamander— sopesó mientras continuaba con su búsqueda de los Billywig. Minutos después de caminar y seguir los senderos que tenía por delante, Tazz encontró un pequeño arroyo que cruzó sin mucha dificultad, junto a él había criaturas pequeñas que bebían cautos ante el paso del mago por borde del riachuelo. 

—Debo de estar cerca… ya se empieza a ver vida de la fauna autóctona del continente— se alegró al sentir que estaba un poco más cerca de conseguir la pareja que buscaba para el Billywig que tenía en la mansión. 

Varios metros más arriba del pequeño riachuelo se encontraba ya en una especie de esplanada, bueno más bien de un claro que estaba rodeado de árboles grandes y frondosos y llenos de varios frutos variocolor. El reflejo del azul zafiro llenaba el claro de un aura místico Tazz rápidamente identificó con las criaturas que estaba buscando, el zumbido de sus alas al volar de un sitio a otro era como un sedante a los oídos, era tranquilizador e incluso relajante hasta el extremo que quedabas absorto al escucharlo. Poco a poco el Malfoy se fue acercando al Billywig que tenía más cerca, parecía una cría un poco joven y seguramente le serviría. Sacó su varita para proceder a capturarlo… 

 

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