Partido Final, Copa Mundial de quidditch 2022: Brasil vs Uganda

[Ada Camille Dumbledore]

 

Brasil un magnifico y biodiverso país sudamericano, había acogido el evento deportivo más importante del mundo mágico: la Copa Mundial de Quidditch. Este deporte reunía a los quidditcheros alrededor del mundo en una sola voz y no era de extrañarse que justo el día de la final el estadio se llenará a reventar, no solo de las aficionados propios de los países que habían ganado su cupo a la final sino también de aficionados a los que estos equipos mientras superaban fase a fase se robaban el corazón de los amantes del deporte. 

El maravilloso día en que las dos selecciones de quidditch más fuertes se enfrentarán había llegado al fin, en el monumental estadio en medio de la bellísima selva amazónica brasileña, el equipo local se enfrentaría por el título mundial de quidditch a su similar africana de Uganda. Los dos equipos habían superado un sin número de partidos en los que habían ganado hasta llegar a esta instancia y los coronaba como los dos más fuertes de la competición.  Los locales tenían la ventaja en el público, pues los magos brasileños se habían agolpado al estadio vistiendo los colores de la bandera de su selección para apoyar a los jugadores. Los magos africanos no habían sido tampoco relegados, aunque en un número menor habían asistido a contemplar la cita orbital y a dar completo apoyo a sus representantes en el quidditch para llevarse el título mundial.

Los aficionados empezaban a llenar las gradas del maravilloso estadio que había sido diseñado para el mundial, la organización se había encargado de que el edificio fuese amplio y pudiera albergar a la mayor parte de los espectadores que venían a admirar en vivo y en directo a sus equipos. 

No podía negarse en absoluto que este partido era sumamente importante en el mundo mágico, pues este deporte era amado por la mayoría de los magos y seguido por todos al ser el deporte tradicional mágico. En este partido se reunirían también como los mayores líderes mágicos, pues estaban invitados junto a los directivos de la organización y alguna otra celebridad que destacaba, por supuesto el director de la asociación mundial de quidditch estaba entre ellos para recibirlos y guiarlos durante el partido.

En el palco de invitados especiales podría observarse al director de la asociación internacional de quidditch, @ Martin N Roses , llevando la batuta para la ceremonia y guiando a los invitados, entre ellas la Ministra de asuntos mágicos de Francia, quien había participado con su equipo en el certamen y habían llegado hasta semifinalistas, quedando fuera de la final perdiendo con el equipo africano. 

Ya se acercaba el momento de la acción, todos esperaban que el árbitro diera el pitazo de inicio en el estadio y los equipos salieran a defender sus equipos a muerte. 

Editado 7 de Julio del 2022 por Ada Camille Dumbledore

[Veronica Prince Rambaldi]

—¿Estás bromeando? —pregunté mirando con mala cara al rubio frente a mí. Él se acomodó en el sillón tras el escritorio, cruzó los dedos sobre una insinuación de barriga que comenzaba a tener y me miró con expresión de negociador cansado.

—Vamos James, no seas tonto, es una oportunidad excelente, viaje y estadía pagos, es solo el último partido, Devon se fue tras una bonita garota de Ipanema, ni que fuera la canción, pero tú, tú tendrás la oportunidad de disfrutar el viaje que él no disfrutará, la paga que a él no le daremos y conocerás un nuevo lugar en el mundo mágico que te resultará genial —el tipo parecía más bien un vendedor de autos antiguos, no, perdón, de autos viejos y arruinados.

—Charles, amigo, la paga será fabulosa, el viaje genial, pero ¿por qué demonios en la Selva Amazónica y Quidditch? —revolví mi rojiza cabellera, como cuando me ponía nervioso y me tiré hacia atrás en la incómoda silla que el editor del periódico tenía para sus visitas.

—James, sé que te gustan más los deportes muggles, pero ¿a qué idi*** no le gusta el Quidditch? —lo miré con cara de pocos amigos, tenía razón, disfrutaba más del boxeo y del fútbol, así como de unas carreras de una fórmula que de volar en escobas para que una bludger me fuera a dar en la nuca.

—A mí —gruñí como respuesta a su pregunta innecesaria.

—James, es la Final del Mundial, la organizó un tipo de nuestra patria y el equipo local y una africano serán los finalistas, es una papa que quema y lo más fácil que hay, en serio, incluso podríamos pagar un pequeño extra —sí, fácil, al menos no lo tenía que jugar, eso era algo que me dejaba tranquilo y la idea de que me pagaran un plus no me disgustó.

Pero no lograba convencerme que ir a la Selva Amazónica a ver histriónicos jugadores que vuelan en escoba y se creen lo mejor del mundo fuera una idea aceptable. Además, Verónica me había encargado encontrar los minerales, en lo que no estaban teniendo mucho éxito, es verdad. La paga era interesante, eso no lo podía negar y el tonto de Devon, su especialista deportivo en Quidditch se había desaparecido tras una falda o la falta de ella.

—Están en invierno por aquellas tierras, supongo que no habrá demasiados insectos en la selva —dije en voz alta con tono resignado y vi la sonrisa del tipo —pero sí me vendría bien un extra para el tema de los fotógrafos y —el tipo se enderezó y me ladró.

—Maldita sea James, sé bien que tú mismos sacas las fotos —sonreí divertido.

—Ya prometiste un extra Charlie y sabes que si quieres buenas fotos además de un buen reportaje —me tiró con una libreta por la cabeza que como buen boxeador esquivé justo a tiempo.

—¡¡Beth!! ¡Págale a este infeliz el doble del caché y entrégale los pasaportes, los pasajes y la boucher de la estadía de ese hotel cuatro estrellas del Amazonas! —la pobre secretaría debe de haber saltado por los aires con sus gritos.

—¿Cuatro estrellas Charlie? —pregunté mirando seriamente al tipo, sabía que nadie más había querido cubrir ese viaje por razones que no estaba demasiado seguro de entender, me miró con cara de homicidio, pero cedió.

—¡Cinco estrellas Beth! —corrigió —y ya lárgate de aquí y tráeme alguna exclusiva de los brasileros o de los ugandeses o de quién sea.

—Dalo por hecho —dije poniéndome en pie y saliendo de su oficina, para ir a donde Beth me esperaba con una carpeta llena de papeles, un cheque por unos jugosos galeones y mi pasaje a un hotel cinco estrellas en plena selva brasilera e invernal.

 

[Ada Camille Dumbledore]

 

La fecha del partido final había llegado y Francia no estaría en el campo, habíamos sido eliminados por el magnifico equipo Africano quienes por poco nos habían ganado y merecidamente en un partido muy competido ellos se habían llevado la victoria, no podía decir que no me dolía no estar allí en aquel estadio como jugadora, más que como invitada en el palco de honor representado a mi nación, pero sabía que habíamos dejado todo nuestro esfuerzo en el campo y que si no estábamos en la final no era por voluntad. Así que me quedaba esa extraña sensación de haberlo dado todo. Por supuesto muchos me preguntaban después de esto a quien apoyaría en la final y tenía un candidato: después de vencernos los seleccionados de Uganda eran mis favoritos. Los había visto directamente como rival y conocía sus fortalezas y debilidades y sabía que harían un excelente encuentro y perfectamente tenían las cualidades para llevarse la copa.

 

Para la ocasión, ya representando a la nación Francesa, lucia un vestido de protocolo negro con un pañuelo largo rojo sobre el hombro derecho un rama larga de oro sobre el brazo con el pañuelo y un cinturón con una hebilla dorada en la cintura. Tenía que ser más serio y por supuesto no podría comportarme de una manera más suelta durante el partido, agradecía que el director estuviera cerca de mi y así poder comentar el partido, aunque debía guardas más mis emociones y favoritismo.

Arribe sin escolta y tome mi lugar en el palco, no logré ver a ningún conocido cerca y me dedique a ver el entrenamiento de brasileños y Ugandes es desde aquel lugar.

 

 

Editado 12 de Julio del 2022 por Ada Camille Dumbledore

[Mica Gryffindor]

Ninguno de los dos dijo nada durante el camino de regreso, concentrados en huir de lo que acababa de suceder. En los labios de la castaña, por momentos, asomaba una sonrisa producto de la adrenalina y de la idea de aquel objetivo realizado. Esperaba que sirviese para que él reconociese su lealtad en sus actos y dejase de dudar de la seguridad que tenía a la hora de aceptar comprometerse en la "causa". 

Poco a poco empezaron a escucharse las voces, eran miles de magos y brujas que se dirigían al estadio de Quidditch. La Gryffindor sabía muy bien el motivo, la final del Mundial estaba a poco tiempo iniciarse: Brasil vs. Uganda, el equipo local contra la revelación africana. Ya pocos de los seguidores mantenían sus colores de origen, tan atrás había quedado aquel partido en que su selección había quedado fuera que pocos recordaban su paso por aquel estadio. 

-¿Quieres acompañarme a ver el partido? -indagó divertida, frenando por un momento el andar, tenía la respiración un tanto agitada y las mejillas enrojecidas por la caminata hasta allí. -¿Has presenciado alguno de los encuentros del Mundial? -dejó salir su curiosidad, estaba permitiéndose por un momento ser "la de siempre", a fin de cuentas estaba en su territorio...

No esperó a que él aceptara, lo tomó del brazo y lo guio a los múltiples puestos que rodeaban el lugar: debían escoger los colores de una de las selecciones si querían hacer completo el espectáculo. 

-Voy a dejarte elegir, a fin de cuentas mis pronósticos no siempre son buenos... quien "gana" puede pedir al otro un premio... -el quidditch despertaba eso en ella, la hacía ser más espontánea y alegre, no quería perder esa energía y no se avergonzaría de mostrarla frente a Mael. 

@ Mael Blackfyre

[Veronica Prince Rambaldi]

Llegar a aquel lugar no fue nada difícil, después de todo habían contratado a especialistas en magia Uzza que abrieran portales protegidos hacia lugares estratégicos en Brasil. Algunos abrirían directo al estadio media hora antes del partido. Otros, como el que utilizaba yo, llevaban horas o días antes a los hospedajes contratados. Tal cual la final del Mundial de Quidditch en Inglaterra en el año 1994 había en los alrededores del estadio brasilero varios campamentos y tiendas levantadas quizás desde el primer día.

Caminé con mi mochila colgando de un hombro, una campera de abrigo impermeable color rojo sangre y unos pantalones estilo cargo en cuyo lateral llevaba un pequeño frasco de poción matalobos. Mi varita siempre a mano. Creo que debía ir a dejar mis cosas al hotel y alistarme para el evento. Decían que algunas autoridades y jugadores de los equipos eliminados estarían en la previa del partido.

Terminé vistiendome relativamente formal: chomba y campera de cuero ambas cuello base, pantalones oscuros, en definitiva, todo de negro incluyendo unas tenis de cuero. Llevaba mi cámara colgando del cuello y en el bolsillo la libreta de notas y un vuelaplumas regalo de Vero. Ingresé al estadio con mi insignia de reportero y me dieron un pase con mi fotografía que colgué también de mi cuello. 

Miraba a mi alrededor y fotografiaba cada tanto a parejas, grupos y solitarios. Había de todo, algunos tenían expresión seria, otros se notaban ansiosos, claro, en la entrada las apuestas estaban a la orden del día, algunos a favor de los locales y otro a favor de los ugandeses. Me pregunté quiénes eran los favoritos de la gente y busqué a mi alrededor, había mandatarios no solo público fanático.

 

[Mael Blackfyre]

El camino de ida fue bastante silencioso, pero me sirvió para pensar algunas cosas de más. Podía decir que estaba mucho más tranquilo de tener un apoyo como Mica. Más que apoyo era alguien que estaba tomando parte de todo eso y lo que sospechaba es que iba a tener mucho más alcance. Caminando de a poco, atravesamos aquellos senderos invisibles que se marcaban entre todo el follaje de aquella selva amazónica. El terreno era descendente, ya que el estadio se encontraba en el centro de éste, hundido bajo algunas protecciones.

Llegamos ante ésa especie de claro que mantenía al estadio bajo un sol brillante y un cielo despejado. La gente se amontonaba cada vez más hacia la entrada pero era un rio fluido de personas. Asentí ante la pregunta de la bruja. ¿Por qué no? Ya no tenía la misma responsabilidad con el Ministerio y Fabricantes de Mentiras había quedado nuevamente en soledad. No tenía mucho más para hacer asi que podría disfrutar unos momentos más con Mica, lo prefería ante que todo el resto.

— Desde que dejé el equipo ya no volví a ver un partido. Tuve otras cosas que hacer —nos acercábamos a una especie de sendero donde tenía puestos a ambos lados, en dirección hacia la entrada—. Me acabo de dar cuenta que jamás volví a preguntarte sobre y el Quidditch. Solo me enteré que quedaron fuera. Pero son cosas que pasan… —terminé de razonar y escuchar que me tocaba elegir a mi. No conocía a ninguna de las dos selecciones pero era una especie de juego—. Iré por Uganda- Asi que te queda Brasil —dije compatibilizando con su energía renovada.

Asi que fui directamente hacia uno de los gorros con los colores de Uganda y me lo puse sin pensarlo. También enrosqué en mi cuello una especie de cadenas de plástico con los colores negros, amarillo y rojo. Tomé el de Brasil para ella, amarillo como el sol, y se lo puse en la cabeza—. Ahora tú guíanos a las gradas que las conoces más que yo.

@ Mica Gryffindor

[Mica Gryffindor]

Lo escuchó pensativa, era una lástima que se hubiese alejado del quidditch. Si bien no habían compartido mucho en el deporte, salvo algunos partidos siendo rivales, había notado buen desempeño por su parte. ¿Acaso habría modo de que contemplase volver? Ya indagaría al respecto, lo cierto era que tampoco sabía mucho respecto a sus gustos en el deporte mágico. 

-Éramos una selección potente pero con mucha gente joven que tiene tiempo para lograr el título... a mí no me queda tanto tiempo, aunque no piense en retirarme por ahora. -sonrió, pensando en las jóvenes Elin y Keyna, quienes apenas estaban iniciando su carrera y ya tenían participación en un partido. Ella también estaba apenas comenzando, pero a su edad las cosas se veían menos prósperas. 

Sonrió cuando él escogió el equipo africano, dejándole a ella el local. Pronto, tenía en su cabeza un gorro amarillo que indicaba el equipo al que alentaría y se detuvo en un puesto para escoger una camiseta un tanto corta pero similar a las que utilizaban en la cancha. 

-Claro, sígueme y nos encontraré los mejores lugares -tomó su mano para conducirlo entre el gentío que empezaba a amontonarse en al entrada, no era necesario el gesto, pero una vez dentro sí lo sería para no desencontrarse. 

Una vez en la entrada, mostró la identificación que le daba pase para cada una de las contiendas, enseguida la dejaron pasar. Sabía que contaba con sitio en el palco, así como muchos otros jugadores, pero no sentía que era momento de utilizarlo. Prefirió moverse entre el común del público, buscando buena altura en el sector central, pudiendo desde allí ver el estadio completo. 

-¿Qué premio querrías en caso de que gane Uganda? -indagó, divertida ante la improvisada apuesta. 

@ Mael Blackfyre

[Kahlan Blackthorn]

 

Sus aspiraciones dentro del mundial de quidditch quedaron echas añicos, quedándose con un palmo de narices como premio de consolación. El ocuparse de otros asuntos, si que le sacaba completamente del campo de juego, dejándolo como un novato frente a sus camaradas Kenner y Kendrik. Vaya forma de ganarse unas cuantas carcajadas por parte de su gemela, si que lo pondría contra el suelo y trapearía el mismo con su persona, ya solo le quedaba lanzar una moneda e irse por el que se alzaría como campeón. 

— Difícil decisión, no lo puedo negar—dándole una colleja inocente a Lexy. La rubia era su mejor amiga dentro de ese deporte, no confiaba en nadie más que ella para arreglar la maraña que tenia en la cabeza— Ojalá pudiera apostar del mismo modo para tomar la elección que me genere menos quebraderos de cabeza—recostando su frente en el hombro de la joven sentía la simpatía que emanaba del roce que dejará sobre su cabello. Verla como algo más que una amiga, no le sonaba del todo descabellado— ¿Cuántos años llevamos de conocernos, Lexy?—cuestionaba sin sacar su frente de su hombro. Escondiendo posiblemente sus verdaderas intenciones en ese gesto que parecía ser inocente a la vista de todos.

— ¿Diez años o menos?—jugaba un poco con el tiempo. Sin darle espacio a que pudiera responder de inmediato— Piénsalo y tomate tu tiempo—el estaba en una relación con otra persona, dentro de la cual se sentía cómodo o eso le gustaba pensar. Hacia mucho que no charlaba como antes con el Luxure, dejándose para después el convivir con el y darle sentido a lo que iniciaron dentro de un juego. Nunca le apeteció jugar con las personas y menos poner en peligro los sentimientos de estas, pero al ser criado de una manera tan desapegada y estricta, no quedaba espacio para los sentimentalismos sin sentido. 

— Vayamos con los chicos, no sea que se empiecen hacer ideas erradas sobre nosotros—tomándole de la mano se encaminaron hacia donde estaban los gemelos y Kacey. Otra mujer cercana a su circulo de amistades más intimo, volviéndose un grupito que no socializaban mucho con el resto. 

[Mica Gryffindor]

Debía ir, no podía perderse el partido final del Mundial pese a haber tenido un pésimo desempeño en las últimas fechas. Se culpaba de la derrota de su selección. No podía estar más disconforme con su propio rendimiento. En el último partido había reconocido que el lugar en que se encontraba su mente era muy lejos de aquellos aros, imposibilitándole concentrarse en su labor, volando en una dirección muy diferente a la que debía mantener.

¿Cómo demonios había sucedido eso? Sabía bien el origen, pero no había podido medir las consecuencias, no hasta que fue demasiado tarde. ¿Cómo lograr enmendar lo sucedido para poder retomar el control de su propia mente? ¡¡Para evitar el abrupto final de su carrera!!

Y allí la vio, como un fantasma incriminándolo, preciosamente vestida en tonos negros y colorados. Se miró a sí mismo, llevaba la túnica francesa peso a que su equipo no jugaba, era parte de sus “tradiciones” presenciar los partidos con los colores de su patria o de su equipo. Ella no lo miraba, concentrada en el campo de juego. ¿Estaría también culpándolo por la derrota? No lo sabía, no se había atrevido a hablar con su compañera de equipo desde el momento en que la sorprendió desnuda en la ducha de la habitación.

Era ella la visión que lo perturbaba, lo avergonzaba. Era obvia la atracción que como hombre podía sentir hacia una belleza como la que portaba la Ministra Francesa, pero el modo en que ella se había instalado en su mente… estaba en otro nivel. Hubiera dado todo por volver el tiempo atrás y enmendar su accidental intromisión.

Dio unos pasos hacia ella ¿en qué momento había logrado el valor? Sintió que sus propias mejillas se enrojecían y ardían. ¿Generaría un escándalo? ¿Ella seguiría enojada?

-Lo… lo siento ¿puedo sentarme? -su voz sonó entrecortada, pero acababa de decidir que lograría cuanto menos disculparse.

@ Ada Camille Dumbledore

[Mael Blackfyre]

La explicación de Mica sobre lo que había sucedido en la selección fue interesante. En la época en que me había animado a jugar, todos los torneos eran a nivel local y menos interesantes. Era divertido, claro que sí, pero se había vuelto una responsabilidad pesada ante la situación de tener que llevar un equipo adelante. Tal vez hubiera seguido pero lo ocurrido con el maldit0 japonés, era una de las razones por las que me había alejado.

— Claro que si —exclamé ante su ofrecimiento por encontrar un buen lugar. Pasamos por una gran arcada de piedra donde la gente se apretaba cada vez más. Eran pasillos más largos y a medida que nos adentrábamos en el estadio, se iban bifurcando en otros pasillos. Algunos se convertían en escaleras que ascendían a las partes más altas y otros eran bajadas donde serpenteaba para llegar a la parte baja, aunque en Quidditch casi todo era a la altura—. ¿Y quieres arruinar el momento de sorpresa? No estoy seguro. Pero no tengas miedo —le dije un poco divertido, sabía que la muchacha era un poco ansiosa—. ¿Tú en que piensas? ¡Mira! ¿Crees que decida a aparecer el Ministro ante tal evento?

Sonreí ante la muchacha. Hacía algunas semanas que venía sembrando la idea de ir a atacar el ministerio, teníamos que mover el avispero para lograr que la institución hiciera algo al respecto. Si llegábamos ante el Ministro sería lo ideal y la Marca lograría una victoria. Pero no teníamos noticias del cura hacía muchas semanas. Desde el primer paso en el estadio, fuimos tomados de la mano y en ningún momento me molesto, al contrario.

@ Mica Gryffindor