Partido Final, Copa Mundial de quidditch 2022: Brasil vs Uganda

[toji]

Alexei Levski 

Le búlgaro quería mostrar su apoyo al equipo ugandés, que se disputaba la final del mundial con nada más y nada menos que la selección brasileña, el mismo equipo que había acogido a las demás selecciones para disputar este tan ansiado primer lugar del mundo, la copa del mundo. Alexei se había quedado en el país incluso después que su selección perdiera en la primera vuelta, sin embargo, había aprovechado el tiempo libre para hacer un poco de turismo por la zona. Era la primera vez que estaba allí en ese país y no iba a desaprovechar la oportunidad para conocerlo ya que le sobraba tiempo. Su única preocupación era asistir a los partidos de las selecciones en las que tenía compañeros, por ejemplo, estuvo en la semifinal que jugó Francia, ya que ahí jugaba su compañera de equipo de los Black Serpents, Ada. 

A escasas horas de empezar el encuentro entre las dos selecciones finalistas, Alexei se preparó para salir hacia el campo. El búlgaro decidió ponerse la camiseta de los BS como señal de apoyo a los ugandeses, aunque también llevaba un gorro con los colores del equipo africano, para quien no entendiera la referencia. Salió del hotel con los colores de ambos equipos y se apareció en las dependencias del estadio en donde se jugaba la final. —Bien… aquí acaba una etapa y comienza una nueva para quien se alce vencedor— se dijo para sí mismo mientras entraba al estadio. 

El búlgaro había buscado sitio en lo alto del recinto, era el sitio perfecto para poder ver con perspectiva todo el partido sin perderse ni una jugada, o al menos eso era lo que pretendía. Es cierto que a la hora de la verdad el campo de juego es el cielo, y a veces los jugadores hacen lo posible por no permanecer tan cerca del suelo. Alexei subió las gradas tan rápido como pudo hasta llegar a su asiento que había reservado. Junto a él se encontraban hinchas y varios compañeros y compañeras de los diferentes equipos que ya no jugaban. Levski echó un rápido vistazo y levantando la mano saludó a unos cuantos que apenas conocía. De momento no veía a ningún compañero de los BS, esperaba poder saludarlos y no solo en calidad de capitán del equipo, sino como compañeros. Había que estrechar lazos y que mejor que un partido de quidditch para lograrlo. 

[Sagitas E. Potter Blue]

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¡¡Uganda, Uganda, Uuuuu-Gaaaaan-Daaaaa!!

Los gritos de Babila se oían aún por encima del estrepitoso ruido que había a la entrada del Estadio de Brasil. Al ser el país organizador uno de los finalistas, el público del alrededor era prácticamente local y apoyaban a su selección. Sin embargo, aún era posible ver banderas tricolores negra-amarilla-roja destacando entre la jauría de fans que se agolpaban en la entrada. 

El control era exhaustivo en las cercanías del Estadio donde se celebraba la final del mundial de Quidditch, pero Babila no tuvo ningún problema para cruzar las filas y entrar en el enorme edificio construido para tan gran de ocasión. El medio gigante con la bandera que era casi tan grande como él, se adentró en el lioso camino de subir graderíos y torcer por escaleras sinuosas que parecían flotar en el espacio entre unos y otros grados de estadio hasta llegar a la zona de su billete. El negrito estaba feliz y, por supuesto, no dejaba de gritar el nombre del país del que procedía, del que se sentía orgulloso. Iba a gritar mil y una vez su nombre aunque temblara el estadio cada vez que lo hacía. Al sentarse en las gradas, la piedra se resquebrajó un poco. A pesar del esfuerzo de miles de magos por crear un estadio sólido, pocos asientos pueden aguantar mucho tiempo el trasero de Babi y si encima grita, se mueve, se sienta con fuerza y/o baila, mal podía acabar con aquello.

Babila no era consciente de su volumen ni de la fuerza que ejercía sobre aquellos gruesos asientos que se suponían fuertes, así que siguió agitando la bandera todo lo que podía y gritando el nombre de UGANDA, demostrando lo orgulloso que se sentía porque su país hubiera llegado a la final. Y gritaría como nunca cuando ganara, porque de eso él estaba seguro.

Por cierto, él, de Quidditch, ni papa, pero eso no importa, ¿no? Lo importante era estar allá y celebrar que Uganda ganara.

[Ada Camille Dumbledore]

La realidad era que no era un día muy animado para mí, pero bueno debía ver lo bueno de cada día, me había prometido unas noches antes el sacar todo en ese momento y luego solamente sonreír y saludar, como recordaba me había enseñado mi bisabuela Ada, ella siempre decía que las penas se dejaban en privado y en público siempre la frente en alto ya mirada serena.

La charla con Maríus me había hecho ver lo egoísta que era, todos en el equipo estaban sufriendo y todos nos echábamos la culpa de perder, el joven Fric era muy amable y pues lo que había sucedido con la habitación había sido una locura, pero ya estaba arreglado. Sus palabras halagando mi juego me sorprendieron y le sonreí, se notaba su timidez y me hizo reír, era muy tierno

-Claro que si, podemos alguna vez ir a tomar algo, es una buena idea, hay que estrechar lazos en el equipo.

Una hermosa cabellera pelirroja, era mi sobrina Noeline, la joven militaba en el equipo inglés, mire por encima de su hombro para saber si venia acompañada pero estaba sola.

-Cherí que lindo verte, ven a ver el partido con nosotros. te presento al fabuloso guardián de Francia, Maríus Fric, Maríus esta bellísima pelirroja es mi sobrina Noeline

Sonreí por el encuentro si nos hubiéramos puesto una cita seguramente no hubiéramos llegado a vernos, como suele suceder. Logre divisar a un joven rubio con la camiseta de los Black Serpents y de inmediato me levante del asiento, me sonroje por haberlo hecho de manera tan automática, volví a la compostura y levanté la mano para llamarlo.

-Capitán Alexei

Lo llamé, seríamos un buen grupo para ver el partido porque todos amábamos el quidditch, pero verlo con los colores de Uganda me sorprendió y me alegro.

@ Mica Gryffindor  @ noe_snape  @ NoTazz

 

[Veronica Prince Rambaldi]

Seguía en el estadio, disfrutando de aquella previa, mirando a los que iban y venían cuando distinguí algo más que interesante y le saqué un par de fotografías. Francia había perdido la oportunidad de luchar por la final, pero sí estaba tras el tercer puesto. Motivo por el cual era curioso observar a un muchacho  con la túnica francesa. Interesante, más que interesante, me decía a mí mismo mientras disparaba rápidas ráfagas del rostro avergonzado del muchacho. Lo vi acercarse a la que sabía era la ministra de magia francesa y además, jugadora de quidditch. Sí, bueno, había estudiado las fichas del deporte y hasta me había animado a jugarle un par de galones a Uganda tras ello. Esperaba ganar algo más que prestigio al escribir sobre la final del Mundial de Quidditch.

Me fui acercando y pensando si no debería haber llevado las orejas extensibles que habíamos adquirido con Verónica. Maldición, sería algo notorio, pero quería poder escuchar lo que decían, porque obviamente el muchacho pensaba que la dignataria no ser tomaría del todo bien su fracaso deportivo, al menos eso parecía por su apocada expresión. Pero para mi sorpresa y quizás para alivio del chico, la joven bruja le había hecho buena cara y aunque no le miraba al hablar, lo hacía. Bien por él. Tomé un par de fotografías, una era realmente hermosa, el rostro triste del joven jugador y la expresión añorante mientras miraba el campo de juego de la ministra francesa. ¿Quién no se quedaría prendado de tan bella dama?

Y en ese momento, tras un diálogo que observé odiándome por no saber leer los labios, vi acercarse a una pelirroja que figuraba en las listas de golpeadores si no me equivocaba. Otra gran belleza. En serio, quizás no fuera tan malo ver a las chicas del Quidditch después de todo. Damas empoderadas y seguras de sí mismas.  Más jugadores participaban y desde donde estaba veía gente de todas las banderas apoyando a Uganda y a la selección local. Obvio, estábamos en Brasil, seguro que habría muchos hinchando por ellos. Lástima que no fuera un clásico. ¿O lo era? Maldita sea, estaba al tanto del tema de boxeadores y futbol soccer pero no tenía ni idea del deporte de los magos, muy mala mía.

 

[Noeline Malfoy McFarlan]

EL joven que acompañaba a Ada fue el primero en hablar presentándose como Marius. Era correcta la impresión que había tenido desde lejos. Este debía ser el capitán de Paris Promise, el equipo donde jugaba su amigo Belmont. A quien por cierto llevaba tiempo sin haberlo visto. Lo cual era en parte un alivio.

—Mucho gusto, mi nombre es Noeline, te he visto jugar...— completó haciendo un gesto hacia el campo en donde se encontraban y que había sido escenario de todos los partidos del mundial. Y donde ahora la multitud no cesaban de corear canciones en portugués y en luganda principalmente, aunque se escuchaban palabras y frases en muchas de las lenguas del mundo.

Aún estaba presentándose ante el francés cuando la Dumbledore, como si se hubiera activado por un resorte se levantó para llamar a alguien más. Era un joven que no reconocía, pero lo que sí se le hacía familiar era el vestuario, llevaba una camiseta de los Black Serpents. Debería ser un hincha de aquel equipo, porque nunca lo había visto en la cancha, al menos en la Superliga Europea no había estado presente. 

Cuando pensaba en esto las palabras de saludo de la francesa le llamaron la atención. Había dicho capitán. Definitivamente no lo conocía, pero también era cierto que no prestaba mucha atención a los cambios de jugadores de los otros equipo. ¿Qué habría sucedido con el capitán anterior de los Black Serpents? ¿O acaso era capitana?

 

@ Mica Gryffindor  @ Ada Camille Dumbledore  @ NoTazz

[Ada Camille Dumbledore]

El partido final, porque esas palabras tan simples me hacían doler el alma, no se si era egoísta pero me sentía tan incomoda, y tener que esta como invitada por ser mandataria y jugadora era como una tortura lenta y fría que me iba desgarrado el alma. De a poco, sabía que Maríus también estaba sufriendo por la misma razón y era casi lógico que todos los que estábamos allí de otros equipos estábamos viendo frustrados nuestros sueños al no alcanzar el título ni la participación en la final.

Pero había algo que no había calculado y era que estaria acompañada viendo el partido por personas que me agradaban y tenía el apoyo moral para disfrutarlo y por supuesto mostrar mi favoritismo por los Africanos quienes me parecían un equipo completo y fuerte y a quienes había aprendido a apreciar al jugar contra ellos.

Noeline se nos unió a Maríus y a mi, peeo aún esperaba que arribará Alexei, que vergüenza con mi capitán que por andar de copas en la entrega d elos premios anteriores le había besado muy atrevida ente y ahora en mis cabales me avergonzaba de ello.

-sobrina querida, ven y disfruta el partido con nosotros.

Esta sonrojada de más por lo que pensaba, mientras invitaba a sentar a la pelirroja Malfoy. 

@ noe_snape  @ Mica Gryffindor  @ NoTazz

 

Editado 24 de Julio del 2022 por Ada Camille Dumbledore

[Noeline Malfoy McFarlan]

FINAL

BRA 000 - 000 UGA

Svetlana Draganova - Árbitra

Varápidos -Apareció en grande en las pantallas el logo de la marca de la popular escoba brasileña desvaneciéndose para darle paso a la siguiente frase -Auspiciante oficial del mundial de quidditch 2022- Luego de borrarse la frase tomó forma el logo del encuentro deportivo que enseguida fue reemplazado por una fotografía de la actual selección brasileña acompañados de la Várapidos 22. Era un clásico que los equipos cariocas fueran imagen de aquella marca de escobas. Y la inversión de la empresa por aparecer de todas las maneras posible durante el torneo había sido uno de los principales pilares económicos para el desarrollo del mismo.

Los ojos color esmeralda le devolvían la mirada desde el espejo. Muchos habían pensado que no estaría en el mundial, pero había llegado para arbitrar el partido final. La única ventaja de no ver países europeos en el encuentro final, es que representaba una oportunidad para ella y su carrera arbitral. Aunque la responsabilidad era grande, se sentía preparada para llevarla, muchos ojos de todas partes del mundo estarían sobre sus decisiones en las próximas horas. La selección de su propio país había sido retirada hace mucho del torneo y ella la representante de su nación que quedaba.

Con pasos firmes se dirigió hacia el campo de juego, a medida que avanzaba se notaba cada vez más la algarabía de todos los que se habían acercado al lugar. Una rápida mirada por las gradas le dejó claro que nunca había estado tan lleno ese estadio, no cabía un alma más. Con rostros pintados, banderas y vestimentas; ambos países estaban ampliamente apoyados por los fanáticos.

Las pantallas mostraron "Selección de Brasil" a la vez que los siete deportistas se elevaban sobre sus escobas para agitar aún más a la gente. De inmediato cambió de colores y ahora se leía "Selección de Uganda" quienes de la misma manera se elevaron a recorrer el campo y saludar hacia las gradas. Miró su reloj, el momento había llegado.

Se dirigió a los catorce jugadores reunidos en la cancha. Navir Monteiro y Bwandale Okumu encabezaban a las respectivas selecciones. Mirando hacia ambos, les advirtió de un juego limpio en todo momento, no admitía líos en los partidos que arbitraba y mucho menos lo haría en la final de un mundial. Soltando las pelotas la pelirroja se elevó en el centro del campo para liberar finalmente a la quaffle y con un pitido el partido inició.

[Jeremy Triviani]

Turno 1 y 2 - Selección de Uganda

-Disculpe, lo siento, permiso. Gracias. ¿Me deja pasar? -Fue diciendo Pietro pasando por entre la gente para llegar a sus exclusivas butacas de jugadores que habían estado quedando fuera del mundial. En sus manos llevaba un balde con pollo frito y en la otra un expositor con vasos oscuros de batidos. Eso era a vista de la gente, pero en realidad estaban rellenos con un vino especiado brasileño muy recomendado y fuerte. El joven no pensaba asistir de espectador a la final del mundial con juguitos de fresas - Permiso, disculpen -Continuó molestando a los jugadores de la copa sin piedad. Agatha tenia suerte en ir tras de él con el paso abierto - Seu lugar, senhonita -Agregó Pietro en portugués ayudando a la bruja a tomar asiento antes de colocarse a su lado 

Las propagandas dieron paso a los seleccionados justo a tiempo. Pietro sonrió con picardía a la rubia mientras le daba uno de los vasos. Agatha estaba hinchando por Brasil, mientras que él para llevarle la contraria había decidido hacerlo para Uganda. Al escuchar el pitido del arbitro, el joven italiano se concentro en lo que ocurría en el campo de juego.

En cuanto la quaffle estuvo en el aire, los cazadores de Brasil Luana Nascimento y João Miranda fueron por el balón, al mismo tiempo que de parte de Uganda lo hicieron Bwandale Okumi y Zahara Nibirye sin exito. El balon fue atrapado por João Miranda. La primera bludger fue golpeada por Miremba Baluku en dirección al cazador brasileño. La bludger no dió ni cerca del jugador y fue en contra de su propio cazador Natukumba Mbambu, quien logro evadirlo. João Miranda aprovecho para hacerle un pase a su compañera Bruna Silva.

La primera arremetida era de la selección de Brasil. Adroa Awor salió de su área para presionar a la cazadora atacante y Bruna Silva no pudo evadirla, ni haciendo un  derrape con su escoba para intentar lanzar la quaffle (Disparo con Derrape). Akiki Naigaga no perdonó enviando una bludger contra la cazadora brasileña al momento que Marcia Novaes intentaba interceptar fallando. Bruna Silva no pudo evadir la bludger y perdió la quaffle perdiendo la oportunidad de abrir el marcador. Adroa Awor festejo hacia su publico. 

-Excelente jugada -Comentó Pietro sampandose una poco de pollo frito - Brasil esta encendido, pero Uganda esta acostumbrado a los partidos difíciles. ¿Estarías alentando al equipo contrario si hubiera llegado a la final? -Preguntó frunciendo el ceño. 

 

[Mica Gryffindor]

Turno 3 y 4 - Brasil

La imagen del joven con sus "compras" para ver la final le había sacado una buena sonrisa. No la había dejado ayudarlo a llevar nada, así que iba con todo en sus brazos al tiempo que abría paso entre la gente para llegar a sus lugares. Ella lo tenía fácil, mucho más pequeña de estatura y con el camino ya despejado por el italiano.

La hizo reír tranquilamente cuando le habló en portugués para indicarle el lugar. Ya le había hecho notar varias veces que era gracioso cuando lo hacía. Estaba segura de que él entendía mucho más que ella del idioma local, pero le resultaba algo extraño escucharlo, aunque bastante tierno. 

Tomó asiento a su lado, portando los colores de la selección brasilera. Él, como siempre, había escogido la opuesta a la hora de alentar: Uganda. Era divertida la rivalidad que generaba, pues daba lugar a pequeños juegos entre ambos.

El partido inició y fue la selección local quien atacó en primer lugar, sin lograr convertir la primera anotación, ya que oportunamente golpearon a Bruna Silva, la cazadora que intentó realizar el disparo. 

Sonrió ante el comentario de Pietro y se estiró para besar su mejilla. 

-Eres tú el que elije llevarme siempre la contraria... cuestión divertida mientras vemos el partido juntos, pero claro que te estaría alentando si estuvieses en el campo - tomó su mano reafirmando sus palabras, estaba segura de que era difícil ser espectador de un partido como aquel.

La quaffle que había quedado en el aire por el golpe a Bruna, desató una nueva lucha entre cazadores, Bwandale Okumu fue quien logró recuperarla y la pasó rápidamente a sus compañeros de equipo. 

Agatha, detectó que algo más pasaba, pues quien arbitraba el partido se había detenido para sancionar a Carminha Branco, golpeadora de la selección carioca, determinando que Uganda lanzaría un penal tras terminar la jugada. João Miranda debió evadir la bludger lanzada por su compañera, por fortuna no llevó ningún daño por ello. 

Bwandale Okumu pasó la quaffe a Zahara Nabirye, Navir estaba lista para presionar a la cazadora que lo evitó con éxito. Los golpeadores de ambos equipos intentaron intervenir, Carminha sin éxito pero Akiki con un golpe muy potente hacia la guardiana brasileña. Navir actuó con mucha habilidad, logrando evadir la bludger sin daño alguno y retener con sus manos la pelota, logrando mantener el marcador 0 a 0. 

-Pongámoslo interesante, si gana Brasil me darás un beso... tú decides qué quieres en caso de que gane Uganda -soltó hacia el italiano antes de beber un sorbo de aquel fuerte vino. 

[Martin N Roses]

Turno 6 (Penal) - Uganda

Auxerre de Rune en las tribunas.

Carminha Branco había sucumbido a la bronca por fallar uno de sus golpes, lo que hizo que la airada protesta desembocara en un penal a favor de Uganda. Auxerre de Rune, cómodamente sentado en una de las tribunas principales, veía el partido con cierto enojo. Más de una noche había soñado con aquel partido pero con él dentro de la cancha. Alcanzar la gloria máxima con su selección era uno de sus principales objetivos en la carrera deportiva, pero sabía que más aquí o más allá podría intentarlo de nuevo. De todos modos podía ponerse en el lugar de la golpeadora brasileña y entender su frustración, aunque no era el mejor momento para las protestas.

La búlgara de cabellos rojos que arbitraba el encuentro se dirigió a la zona de ejecución, cediendo la quaffle a uno de los cazadores de Uganda. Si Auxerre no estaba equivocado, se trataba de Bwandale Okumu, el capitán del equipo africano. Era uno de los jugadores más completos de la Copa Mundial, el francés lo admiraba en cierto modo, ocupando la misma posición podía aprender de él detalles del juego.

Defendiendo los tres aros brasileños se encontraba la atractiva Navir Monteiro, cuyas nalgas generosas parecían a punto de romper la Varápidos en cualquier momento. Centrándose en lo importante, Auxerre contempló cómo el cazador Okumu realizó un amague de tiro, el popular Among Shoot que estaba popularizándose en aquel torneo, frente a un movimiento en bucle de la guardiana brasileña. El disparo no fue el más potente del mundo, pero bastó para confundir a la guardiana y que ella no pudiera alcanzar la quaffle por apenas unos centímetros. Uganda acababa de marcar el primer tanto del partido y se ponía 10 a 0 por delante.

Las personas que colmaban el estadio, no cabía ni siquiera un alfiler en las gradas, estallaron en gritos de algarabía. Por supuesto, los que resonaron vestían el negro, rojo y amarillo, los africanos estaban locos de la vida. Por otra parte, los que eran mayoría, los locales brasileños, enmudecieron por unos instantes y luego volvieron al ruedo, tratando de alentar a los suyos.

—Es una pena no estar allí, dentro del campo. Me gustaría ganarte en la final. —Las palabras de Auxerre iban dirigidas hacia su compañía, la pelirroja y capitana de la selección de Inglaterra. Aedis, además de su juventud, tenía la personalidad y experiencia para liderar a los Tornados. Para su mala fortuna, había perdido en el primer partido con su selección. Apretó su mano y volvió a enfocar su atención en el partido, que acababa de reanudarse.