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Baile de Celebración del Aniversario CCXXXIII de la Revolución Francesa


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— Ya, mana, tiene derecho a calmar su ímpetu pero este no es el lugar.

¿Por qué Sagitas apoyaba aquel arrebato? Allí había sapo encerrado. No hice verdadero caso a la payasa, pero el "suelta" de Matt y su amago para zafarse de mis tirones consiguieron apartarme. Pero lo que realmente me dejó patidifuso, fue cuando aseveró que aquel hombre no era Sean. Un instante después, el supuesto Sean-no-Sean estaba contra la pared, todavía en el aire, y mi hermana había salido escopetada en dirección a una mesa, metiéndose bajo esta. Cada vez entendía menos todo aquello.

Sin embargo, lo que ocurrió a continuación, pareció rascar la superficie de aquello que mi entendimiento estaba intentando comprender. Matt acababa de preguntar por su hermano y su sobrino al hombre al que golpeaba contra la pared; de nuevo, le llamó por aquel nombre que no reconocí. Un rayo pasó veloz por delante de nuestras narices directo al techo. Miré hacia el lugar de su procedencia. Sagitas estaba siendo retenida por el cuerpo de seguridad francés. La gente comenzaba a dispersarse, nos habíamos quedado prácticamente solos. Mejor, menos cotillas.

Entonces Sagitas gritó que aquel hombre era un asesino y que había secuestrado a su hijo, justo cuando Derhorm se revelaba con su verdadero aspecto entre las manos de mi sobrino. No necesité escuchar nada más para sacar mi varita y enarbolarla apuntando hacia aquel desconocido. Cómo era posible que no me hubiera enterado de la desaparición de Ithilion. Y... ¿A qué otro niño había secuestrado? Esperaba que no fuera el de Perenela. Apreté los dientes, pero me fijé en la extrema tensión de Matt y decidí que incitarle no traería nada bueno. Y mucho menos después de sus últimas palabras.

Miré a Ada, esperando a que diera la orden para que sus hombres soltaran a Sagitas y retuvieran al secuestra-niños, pero entendí que, aunque le encerrásen, los crímenes de aquel hombre debían procesarse en las dependencias judiciales correspondientes; es decir, en el Ministerio de Magia británico. Matt iba a perder los papeles. No podíamos dejar escapar aquel criminal, pero tampoco que Matt se convirtiese en uno. Había que separarles y llevar a Derhorm a los tribunales. Y recuperar a los niños. «¿Es que no hay nadie con competencias suficientes para hacer un arresto bajo custodia británica directamente?», pensé, mirando a nuestro alrededor vaciado.

— ¡Darla! —me autorespondí, abandonando la escena para ir a buscar a la mujer.

¿Dónde se había metido la pelirroja? Tenía que dar con ella rápido y que detuviese a Derhorm. Si hacía falta, yo mismo interpondría la denuncia correspondiente allí mismo para que pudiera hacerlo. Pero tenía que encontrarla ya, si no quería que Matt le partiese en pedazos. Confiaba en que Ada, Sagitas y la seguridad francesa lo contendrían.

— ¡Darla! —grité, buscando a la mujer por la zona de la recepción—. ¡¡Darla te necesito!!

 

@ Darla Potter Black @ Matt Blackner @ Sagitas E. Potter Blue @ Ada Camille Dumbledore @ Sean -Ojo Loco- Linmer

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✤ Viajero de la noche ✤

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DERHORM

Si ya todo se habia desmadrado. Matt al parecer tenía un sexto sentido para con las personas. Recordando un poco como Sean, rememore que tenía un lobo como mascota. De hecho parecían tener una conexión peculiar. A lo mejor me olfateo en mi disfraz.

Pero ya el disfraz había caído, y las reacciones no se hicieron esperar. Podía escapar? Si. Pero para que hacerlo. Por lo pronto ya habian inmovilizado a Sagitas y otro mago pedia mi arresto?

-Matarme? Anda Matt que no te ciegue el odio.

Comente con calma. Mientras me reía en su cara.

-De seguro intentarlo puedes. Pero incluso si tienes éxito te quedaras sin saber donde están lo críos. Y no. No busques en mi mente. Seria lastimoso que hasta yo perdiese la ubicacion de Ithilon y SJ por realizar esa accion. Asi que serenate y preguntate...que quieres?. A mi o a los niños?

 @ Matt Blackner @ Sagitas E. Potter Blue @ Adrian Wild @ Ada Camille Dumbledore

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La pelirroja estaba en la entrada de la embajada francesa, ya casi todo el mundo había ido desapareciéndose y partiendo hacia sus respectivos destinos. Pocas eran las personas que quedaban aún en el lugar y más poco aún es lo que ella había obtenido de los pocos testigo que habían prestado atención a algo más que sus parejas en el baile. Efectivamente, pocos habían notado nada extraño hasta el momento de la explosión, cuando el gran candelero que iluminaba el lugar había caído salvajemente sobre la pista de baile.

Estaba en eso cuando dentro de su bolsa de piel de moke, oculta entre sus ropas una voz comenzó a surgir, Darla se alejó de los aurores franceses, cuyo jefe había prometido mantenerla al tanto de la investigación, y buscó el espejo comunicador que había en su interior. Cuando lo encontró el rostro de Tess del otro lado reflejaba una preocupación que la sorprendió.

—Tess… ¿qué ocurre? —la rubia miró hacia todos lados del otro lado y luego se acercó al espejo para susurrarle unas palabras, la expresión de Darla se volvió más seria de lo que había estado hasta ese momento por lo de su cuñada —entiendo… cuídalo… yo trataré de ir lo más pronto posible, acá también ha ocurrido algo —la rubia al otro lado asintió para luego desaparecer mientras ella guardaba el espejo y una voz masculina gritaba su nombre desde el interior.

—Adrián… lo siento… debo irme… —la pelirroja miraba con expresión de culpa hacia el mago al que le había confiado hasta entonces una parte importante de sus aventuras —lo siento Adrián, esto es muy importante… —miró hacia la calle, dudando si podría desaparecerse allí mismo, pero aún estaba en territorio de la embajada francesa, así que pensó que la mejor forma de irse quizás sería utilizar un portal, incluso tal vez atravesando océanos y continentes para encontrarse con la joven Brower y el nuevo incidente que se le presentaba.

Editado por Darla Potter Black
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Tazz Malfoy 

La invitación a la velada en la embajada francesa seguía en la mesita de noche de la habitación del Malfoy. Le había costado decidir si asistir o no a dicho acontecimiento, pero las cosas habían cambiado desde que su padre, Ludwig se unió en matrimonio con un Cillian. La representante mágica de los franceses había entrado a la familia Malfoy y sobre el pelinegro recaían ciertas responsabilidades y una de ellas era asistir a ciertos eventos. Miró de reojo la reluciente invitación y por un momento se imaginó pasándolo bien con los invitados, sonrió pícaro y siguió preparándose para la noche que se le avecinaba. 

—No podría estar mas guapo— soltó mientras se miraba al espejo. Le habían preparado un esmoquin de color negro azabache que le quedaba a medida resaltando sus atributos físicos que tanto cuidaba. Echando un último vistazo a su apariencia dejó la habitación y bajó por las escaleras hacia el salón principal para desaparecer por la chimenea y volver a aparecer en la embajada francesa, dónde se celebraba la ceremonia conmemorativa de la Revolución. 

—Buenas noches— saludó a quienes se cruzaba. Solo le interesaba hacer acto de presencia y bueno en ultimas instancias quizás disfrutar de la velada. El Malfoy se acercó sutilmente hacia la barra y con un ademán de su diestra pidió al camarero que le sirviera algo para beber. —Vodka por favor… —dijo el pelinegro mientras el camarero le acercaba un vaso vacío. Este volvió con una botella a media y unas pinzas con un hielo, le sirvió la bebida al Malfoy. —Gracias— el Malfoy se dio la vuelta y se mezcló con el resto de los invitados para socializar a la vez que daba pequeños tragos de la bebida que sujetaba con la mano derecha. 

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La situación me tenia llena de estrés, como era posible que ese ser que había atacado mi amada París y había robado el museo de Louvre, no espere más explicaciones al transformarse ( @ Sean -Ojo Loco- Linmer ) recordé ese día y sabía quien era. Mire al lado y vi como al @ Sagitas E. Potter Blue sacar la varita los aurores franceses se habían lanzado sobre ella, blanquee los ojos y saque mi varita dirigiéndose a ellos. @ Adrian Wild mi primo allí también trataba de calmar la situación.

-Déjenla  el intruso es ese individuo,  Matt no lo sueltes, llévalo a las mazmorras, allá podrás interrogarlo a gusto. Anne Marie, guialos y ordena a la seguridad mágica Francesa que los escolares y colabore en todo. Giroud, queda a cargo

Ordene a los aurores franceses, que tenían una extraña obsesión por querer arrestar a Sagitas. Si mi primo @ Matt Blackner  quería interrogarlo y apresarlo eso era bueno, tendría todo mi apoyo y el del Ministerio Francés. Los ojos azules de Anne se clavaron en los míos, sabía que podía confiar en ella así que deje que el asunto fuera directo a sus manos,  yo haría que la gente entrará y pudiera seguir el baile con normalidad y ella se encargaría del asunto del demonio. Me acerque a Sagitas y la ayude a levantar del suelo y susurre.

-Bajen a las mazmorras para arreglar este asunto, tienen a Anne Marie que es de mi entera confianza para cuidarte y que este individuo sea juzgado y apresado de manera correcta y que no haga más maldades. Por el momento yo tratare de que la fiesta siga su curso, este es un evento diplomático y debe ser los más tranquilo posible.

Hasta yo me extrañe de lo dicho, no había un solo momento de calma en este baile, pero haría el esfuerzo que se disimulara al máximo.

 

TRAS LA GENTE VOLVER AL SALÓN,(Que siga la fiesta?)

 

La banda empezó a tocar un vals suave, la verdad era que estaba muy preocupada porque estaría pasando con los demás, pero sabía que ellos podrían con eso y más si Anne estaba con ellos.

Necesitaba un trago, uno fuerte y fui directo al bar. Un joven estaba allí y se me hizo conocido le sonreí pero no le dirigí la palabra, no recordaba quien era . Mire al barman y le indique que lo de siempre. Un ruso negro, un cóctel que solía tomar y disfrutaba bastante, lo deguste y mire al salón que la gente que empezaba a bailar de nuevo. Por fin todo estaba más tranquilo observe al joven y fue cuando lo reconocí, al parecer  era el hijo de Ludwig Malfoy, esposo de mi hermano Cillian. O eso creía yo, con un poco de cautela lo mire y le pregunte a @ Tazz Malfoy

 

-Disculpe que lo moleste,  ¿ Es usted el hijo de Ludwig Malfoy?

 

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Ministre de la Magie Français // 🌙 dulce asesina by Mael

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Chanter-Kyle

 

— Buenas Noches, bella dama—le saludaba con una venía dedicándole una sonrisa cómplice a la Rosier. No podía creer que estuviera sola en medio de ese baile, tomando su mano depositaba un delicado beso en su lozana piel— ¿Viniste sola o estás con alguien?—preguntó sin pensarlo dos veces. Le intrigaba que posiblemente estuviera en compañía de otro caballero, aunque no eran nada de manera formal. Evitar sentir celos era algo que escapaba de sus manos— Si es así, no deseo arruinar su noche, juntos—soltaba aflojando el nudo de su corbata.

Quizás se estaba comportando demasiado territorial. Pero lo que sentía por Juliette, le superaba y nublaba su razón— Vine aquí invitado por la embajada de Francia, no suelo estar dentro de está clase de celebraciones que me parecen algo fuera de lugar para un hombre como yo—se sinceraba desde siempre detesto tener que estar en medio de vestidos de coctel y trajes de gala. El romper el hielo con esas festividades era una tarea que le estaba costando concretar con éxito.

Mirando fijamente el rostro de la castaña, acariciaba sin hacerlo su mejilla derecha, depositando en esa acción parte de lo que ella despertaba en él. Tomando la copa de una charola que llevaba un mesero, bebió de golpe el contenido de la misma, no le causaría el menor daño, al ser un vampiro era como beber agua y no sentir la frescura deslizarse por su garganta y saciar de ese modo su sed.

— Lamento si soné demasiado acaparador, pero debes entenderme—volteando los ojos, volvía a comportarse como el Kyle de siempre. Rompiendo un poco los esquemas que le obligaban a no mostrar sus sentimientos delante de los demás. Dando un paso acortaba la distancia que le separaba de la joven, sintiendo como la química fluía entre ambos. Era como un aura invisible que les envolvía dejándoles solo a ellos dos disfrutando de ese momento que de un momento a otro podría volverse mágico e inolvidable.
 

@ Juliette Macnair ❤️ 

Cuando eres tan grandiosa como yo, es difícil ser humilde

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Básicamente ya eres la mitad de una maldición

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@ Ada Camille Dumbledore  no reaccionó al instante y seguí en el suelo, estirada, sintiendo algo de frío en la piel desnuda que el vestido desmadejado dejaba entrever, mientras sus guardias de seguridad seguían inmovilizándome. Me sentía muy inútil haber encontrado a ese infame ser y no poder hacer nada porque mi propia sobrina (bueno, su guardia), no me soltaba. Mi hermano @ Adrian Wild , por fin, entendió lo que sucedía y se prestó a ayudarnos. Lo malo es que llamó a la jefa de Seguridad británica y eso hizo que cambiara mis intentos de soltarme por el de gritos implorando que no lo hiciera.

-- ¡No, Adrian! ¡El Ministerio, no! No pueden hacer nada... ¡Este impostor es muy peligroso!

¿Y eso era suficiente motivo? En realidad, sí. Yo tenía poder y lugares donde hacerle hablar sin tener que cumplir las reglas estrictas del Ministerio sobre cómo se ha de tratar a presos que son inocentes hasta que se demuestre lo contrario.

-- ¡Puede matar a los niños si lo detenemos, lo detienen!

Eso ya fue con verdadera alarma en el tono de mi voz. Ante todo, los niños. No podíamos hacer nada que los pusiera en peligro. Además, ese viejo decrépito de Derhorm, que ya no usaba el cuerpo de @ Sean -Ojo Loco- Linmer , plantaba cara a mi hijo, desafiándole a que hiciera algo. Apreté los dientes con fiereza, intentando ocultar el desasosiego que me producía tenerlo tan cerca y, a la vez, ser incapaz de arrancarle la confesión de dónde se encontraba mi hijo y mi nieto. 

Por fin, Ada habló y ordenó que me liberaran y que condujeran al preso que sujetaba Matt hacia las mazmorras. Se lo agradecí con una cálida mirada antes de volver a endurecer las facciones y, tras recuperar mi varita, amenazar al secuestrador.

-- A los niños. Queremos a los niños, Sr. Derhorm. -- Ahora me daba cuenta que no sabía el nombre de este maldito asesino, aunque tampoco me importara. Cuando Ada nos dijo que bajáramos a las mazmorras en compañía de Anne Marie, casi le pregunté si era de fiar. Por supuesto, me retuve, ya que si ella nos enviaba con ella, es que obedecería en todo, incluido en lo que llegara a a sobrepasarme. En aquel momento, yo no era una persona pública, ni la dueña de un negocio ni la ex-ministra invitada a la fiesta francesa. Era una madre y eso es lo más peligroso del mundo, cuando nos quitan a nuestros hijos.

Por supuesto, no iba a dejar que lo juzgaran los franceses por delitos como la destrucción del Louvre, de parte del terreno en la Tour Eiffel ni la muerte de algún compatriota. No. Aquel sujeto lo juzgaría yo y mi hijo @ Matt Blackner , los suficientes para entender el daño que había hecho y que haría. ¡Maldita Videncia que nos había mostrado lo que sucedería en un futuro, tal vez no tan lejano ahora! ¡Ojalá pudiéramos evitarlo!

Matt no había querido soltarle mientras lo llevábamos a las celdas. Después iba Anne Marie y los dos Gendarmes franceses y yo cerraba la bajada por las escaleras, dispuesta a defender la salida si intentaba escaparse. Estaba nerviosa, ¿podría por fin arrancarle dónde estaban los niños, después de haberle buscado por medio mundo?

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Siempre hay una primera vez para todo. Para @ Ada Camille Dumbledore  era la primera vez que me veía en una situación asi, pero @ Adrian Wild  ya debería estar más o menos acostumbrado. Tal vez no a verme perder los estribos hasta este extremo, pero ya me había visto en situaciones de tensión. 

 

Sinceramente, no prestaba atención a los gritos de Adrian pidiendo ayuda, ni a como Sagitas era retenida por los agentes franceses, antes de que Ada pidiera (una vez más) que la liberasen, antes de darnos permiso y libertad de llevar a Dernhorn (@ Sean -Ojo Loco- Linmer a las mazmorras para que confesara. Luchaba con todas mis fuerzas por no dejarme llevar y hacerlo pedazos allí mismo. Con cada palabra que decía me enfurecía un poco más, y perdía mantenía un poco menos de control sobre mi mismo

"Asi que serenate y preguntate...que quieres?. A mi o a los niños?"

 

"Mátale. Eso quieres. Matarle." gruñía la voz en mi cabeza, silenciando cualquier otro pensamiento.

 

Pero Sagitas fue quien habló con Dernhorn, confirmando que lo que queríamos era encontrar a los niños. La voz aun protestaba y contradecía a Sagitas, pero esta vez su mano en mi hombro...si me hizo reaccionar. Más o menos. Bajé al nigromante hasta que tocó el suelo de nuevo y lo escolté, o más bien llevé por la fuerza, hasta los calabozos, seguidos por Anne Marie como persona de confianza de Camile, y la promesa de que Giroud y los aurores franceses nos ayudarían en lo qeu necesitáramos. Mientras, arriba, la fiesta continuaría.

 

Mazmorras

Uno de los aurores se había adelantado. Cuando llegamos a las mazmorras, una de ellas ya estaba abierta, preparada para lo que necesitáramos. Llevé a Dernhorn hasta su interior y lo obligué a sentarse mientras los aurores le inmovilizaban en el asiento. Me volví, resoplando, cruzando la mirada con Sagitas. Ella temía por los niños y temía la amenaza de Dernhorn, se lo veía en la cara, tanto como sus ansias por dar con los niños y aplicar la justicia que nosotros estimásemos oportuna.

 

Y él no parecía dispuesto a cooperar.

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Derhorm

Si...veia el odio refulgir como metal ardiente en los ojos del pelirrojo. Podria casi saborear como esa terrible parte que nos acompaña a todos de dolor, de ira....iba tomando forma, a medida que cada una de mis palabras eran dichas. Cualquiera diria que podria de repente pasar al lado oscuro. Sin duda seria una digna incorporacion. Y ya sonreia aunque en mi cuello sus manos apretaban mas a cada instante. Sin embargo la menos cuerda fue la que recupero el sentido. Si, Sagitas actuo como catalizador.....y digamos que llevo a tierra el enojo de su hijo. Haciendo de su tempestad amenazante a punto de estallar una calma incomoda. Maldita.

En fin, al menos ella ya la pelivioleta sabia el juego en el que estabamos. Y bien hacia en no involucrar a nadie mas, ni a @ Adrian Wild  ni a la de Seguridad del Ministerio Ingles. Por suerte la Ministra francesa @ Ada Camille Dumbledore aun  tenia recuerdos de mi, de mi renaciomiento se podria decir, por lo que actuo en consecuencia. El evento era una fiesta...y esta debia seguir. Asi seria conducido a las mazmorras para un interrogatorio. Por lo que escoltado y sin ofrecer fue trasladado hasta una celda abierta a mi nombre. Donde fui obligado a sentarme regresandole la mirada a mis captores.

-Bien aqui estamos. -dije con sorna.- Pudieramos dejar las introducciones y pasar a un intento fracasado de torturarme -sonrei con una fea mueca mientras miraba a Matt....si la idea era hacerlo perder la compostura. Con la mente fria podria ser un problema..asi que mejor alterarlo para asi nublar su instinto- Aunque.... por raro que parezca ustedes siguen teniendo algo que yo quiero.....asi que pudieramos intercambiar. 

Mi mirada fria recorrio a los presentes. Desde mi punto de vista era una propuesta descente, que la aceptaran era otra cosa. Pero sin duda de seguirme estarian mas cerca de recuperar a los crios. El como los recuperasen...pues ya dependia de ellos.

@ Sagitas E. Potter Blue @ Matt Blackner  

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La situación en la que estaba Camille no me hacía gracia, los Ojoloco PotterBlue hoy parecían fuera de sus cabales, siempre me habían parecido personas muy propias y puestas en su lugar, pero hoy la dulce señora @ Sagitas E. Potter Blue  y su hijo @ Matt Blackner estaban fuera de si y con justa razón. El mago que estaba sosteniendo por el cuello Matt Blackner, no era otro que el del ataque del Museo De Louvre y la realidad era que si lo ahorcada allí mismo yo no tenia ningún problema y por el rostro de la ministra ella tampoco.  La seguridad estaba alterada y la Dumbledore había descargado en mi la obligación de controlarlos.

Les dirigí hacia las mazmorras, me sorprendió ver como Matt tenía tanta fuerza pero al escuchar todo me sorprendía que no lo hubiese asesinado ya , el atreverse a pensar en dañar unos niños era una atrocidad que merecía pagar con su vida.  Al llegar a la sala de aurores, junto a Monsieur @ Adrian Wild deje que el Blackner siguiera con su custodia, sostuve mi varita en la diestra y haciendo un encantamiento hice que las manos de Derhorm estuvieran atadas con aquella cuerda dorada que al tratar de soltarse se ajustaría más y más a sus muñecas, lo mismo sus pies, el encantamiento incarserus solo no afectaba por ahora su cuello.

Acerque una silla a la pelivioleta, la veía alterada y preocupada.

-Tome asiento Madamme

Me quedé vigilante ante las palabras del demonio, quería provocar definitivamente al joven a quien me dirigí esta vez.

-joven Matt, estamos en territorio francés en la embajada  no en Inglaterra y la Ministra le ha dado pase libre de usar la fuerza si es necesario, así que no se preocupe por sus acciones contra este individuo, tiene el apoyo de Francia.

Solté sin ninguna clase de censura, no era de darle vueltas al asunto, y esta clase de individuo no merecía compasión alguna.

Editado por Ada Camille Dumbledore

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Ministre de la Magie Français // 🌙 dulce asesina by Mael

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