Urbi et orbi

[Matt Blackner]

Los rumores de la desaparición del ministro habían traído cierto revuelo al ministerio. Normalmente era fácil pasar, y con el tiempo, las miradas fueron calmándose. A veces alguno cuchicheaba o compartían un par de codazos, pero nada comparado con como fueron las cosas con el cambio de mandato de Despard. Aunque su desaparición trajo una nueva inquietud: dónde estaba el ministro de magia? Los empleados se hacían la pregunta, en la privacidad de sus casas, entre compañeros, como una ligera preocupación mientras compartían una taza de café.

 

Y los periodistas lo compartían como si fuera la última novedad. Poco a poco fueron tomando la costumbre de apostarse en la entrada del ministerio, o en el atrio los más atrevidos, ávidos por cazar un rumor, una palabra suelta, o por cruzarse con alguien dispuesto a hablar. Normalmente los esquivaba, pero a veces era casi imposible. Esta fue una de esas veces. Con la noticia de la rueda de prensa, parecían haber doblado sus esfuerzos, y en la entrada al atrio, un par de reporteros se atrevieron a abordarme. Evitaba las cámaras siempre que podía, pero al final, siempre existía algún periodista que recordaba mi cara, o que había visto alguna foto donde aparecía con Sagitas. MI respuesta, fuera cual fuera la pregunta, fue la misma de siempre, gruñirle y apretar el paso para dejarlos atrás.

 

Quería refugiarme en la tercera planta, en mi despacho de Accidentes. Metí la mano en la mochila, apretando la pelota de goma roja con la mano para tranquilizarme. Si todo iba bien, en un par de minutos estaría lanzándola contra la pared de mi despacho.

 

Aunque claro, mis planes se torcieron cuando la voz jovial de Ericen llegó hasta el ascensor.

- Tranquila, novata - dije, dejando el ascensor atrás, acercándome hasta la recepción. - Llegas a tiempo para el trabajo. Buenos días Babila. - dije, mirando al grandullón. - Eh, puedes ir hasta el puesto de donuts? cafés y donuts para los tres, diles que lo pongan en mi cuenta.

Con una sonrisa, dejé que Babila corriera hasta el ascensor. Me fijé en el avioncito sobre la recepción. Alargué la mano libre para cogerlo e hice un gesto a Ericen para que me siguiera hasta mi despacho.

 

Con un suspiro, solté la mochila en el sofá y me apoyé en el escritorio mientras ella cerraba la puerta. Leí el memorandum, reconociendo la letra de Whisper.

- No se que trama el Padre, pero tengo ganas de que se acabe ya. - dije, mirando a Ericen. - Whisper quiere saber si tengo preparado algún plan de seguridad. Y lo tengo, claro que si. Tiré de mis contactos en la policía muggle, conseguí un par de planos....tendremos que trabajar en el terreno antes de la conferencia. Y tendremos que estar presentes. Al menos, yo - comenté, mientras le tendía la nota a ella. 

Pasé la pelota de una mano a otra, pensativo. Tomé un pedazo de pergamino, en el cual garabateé mi respuesta, informando de que tenía un plan de seguridad, al menos respecto a los muggles y el entorno. Si necesitaba una reunión, estaba disponible. El avioncito no tardó en salir por debajo de la puerta, en busca del asesor del primer ministro @ Rory Despard

- Pudiste librarte de los periodistas? - pregunté.

[Sean -Ojo Loco- Linmer]

Derhorm: La imagen de Sean

Bien esto era todo. Sonrei mirando el apuesto rostro de Sean devolviendome la sonrisa. Ahora solo quedaba interpretar el papel, me puse el sobretodo mas comun que habia visto utilizar a Sean y me dirigi al Ministerio. Por suerte la replica de la insignea estaba lista para soportar las pruebas. Si, podria tal vez ser una figura reconocida en el Ministerio, no por mi sino por la Ministra pero igual daba. Siempre habia mantenido un bajo perfil y normalmente las personas no me notaban. O debo decir que no notaban a Sean. Algo super raro ya que para el estandar humano era bastante grande. En fin, supongo que gajes del oficio, un buen ladron no resaltaba a no ser que ese fuese el plan. 

Y en esto Sean era cuidadoso. Y yo, como ursurpador de sus facultades mantenia en linea su perfil, tanto en sus negocios ilegales como en sus contactos politicos. Si, no habia dudado en mantenerme informado de las sorpresas que el mundillo politico dejaba para mi, acercandome a alguien poderoso como la emperatriz de Austria mientras mantenia ocupado a muchas de las autoridades muggles y magicas de europa con las guerras por el "polvo de unicornio". Una a la que arrastre a Sean. Y claro....siempre ser accidentoso. Al final estos eran los primeros en saber de cualquier desastre. Para bien o para mal. Claro eso era lo de menos...estaba ese otro asunto....uno que respiraba.....era gigantesco, algo ingenuo...si..el uganes.

En fin...que acelere el paso pasando a empujones la fila de periodista y disculpandome a medias con algunos. Principalmente con las chicas con las que actuaba como verdadero galan. Llegue al lugar de la comprobacion y tanto varita como insignea pasaron el reconocimiento....donde ademas tuve una bienvenida por reincorporarme. Algo que aclare habia hecho no hace mucho a fin de cuentas....pues las listas sin Ministro que controlaran podrian demorarse en actualizarce. Algo falso por supuesto. Pero que es un ladron si no puede usar bien su carisma. Asi me corri hacia el elevador para no perder el tiempo mirando que Matt se separaba a un lado...cogiendo un avioncito. 

- Ohh tu eres la novata??- dije fijandome en Ericen. Pero claro mi vista no dudo en clavarse en el grandulon de Babila. -Parece que hoy va a ser un dia entretenido. Y como se que puede haber trabajo me ofreci a ayudar. Toda un alma caritativa. No me beso a mi mismo porque no es el lugar. -sonrei- ehh Babila ya tienes los Donuts???

Esa era religion accidentosa. Accidentoso que se respete comia Donuts. O se lo robaba/quitaba a otro accidentoso.

@ Sagitas E. Potter Blue @ Matt Blackner

[Darla G Dumbledore]

Kimbelry estaba molesta. Darla había hecho que Tess la pusiera al día y obviamente las noticias no eran las más bonitas. Era genial que tras el ataque nocturno, con aurores mal heridos e incendios que llevaron a Matt a trabajar horas extras, al menos los fenixianos hubieran atrapado a uno de los culpables. Pero era visible entre líneas que eso le molestaba en exceso a la Potter Black. Ella siempre había odiado los ataques masivos el ministerio, no tenían lógica. Así como tampoco tenía lógica que ella eligiera volver en ese momento. Claro que ya le había dicho que los minerales habían ido perdiendo efecto, cosa que lamentaba de sobre manera, pues se había encariñado con su brazalete de dragón, lo habían hablado varias veces.

Y ahora, en su oficina aburrida y burocrática la Black leía aquel memorándum que el muy simpático de Benjamin Whisper le había remitido. No le gustaba, pero si significaba que el Ministro regresaba, debía tener su punto bueno. Kim pensó en la ironía de que él hubiera desaparecido a la par que Darla se ocultaba para  proteger los minerales. Él que había ido tras ese mismo elemento. ¿Tendría todo aquello la más mínima relación o simplemente era una coincidencia?

“Las coincidencias no existen” No, era verdad, no existían, se acercaba la época de las elecciones, seguramente el Despard buscaba recuperar la confianza de la gente o, quizás proponer su propio candidato ¿seria el Whisper o… Nott? Poco le importaba la política a la Black.

Dobló el memorándum y se puso de pie, saliendo a la puerta de su despacho, el de Darla en realidad.

—Misha, cariño, ¿sabes algo de Luna Gryffindor o Matt Blackner? —la secretaria de aurores levantó la vista y la miró con mala cara, odiaba le dijeran cariño y estaba convencida de que la Black se lo hacía adrede.

—Nada de nada de la Señorita Luna, aunque el registro marca que estuvo en el Ministerio la noche del ataque, los aurores heridos la vieron pero el Señor Blackner creo que solo se ocupa de su familia y de entrar y salir del Departamento de Accidentes con las órdenes de arreglos o reparaciones o desmemorizaciones, dicen que anda entrenando gente nueva —agregó la bruja como chisme de oficina casi.

—¿Gente nueva? Que suerte, ojalá pudiéramos decir lo mismo en el Departamento de Seguridad -comentó la rubia.

—De hecho —Misha buscó entre sus papeles y sacó varios reportes mostrándoselos a la Black —hay tres ingresos, la reincorporación de Dennis Delacour, una solicitud de auror de Ludwig Malfoy Haughton y de un auror aprendiz llamado José Luís Slytherin.

—¿Ludwig? ¿el italiano recién  casado? —Kim sabía por Darla que había celebrado ella la boda y se sorprendió por aquel cambio de trabajo, era verdad que la mayoría de los italianos habían decidido volver a sus tierras y él se había quedado, seguramente por su esposo. A los otros dos  jóvenes no les conocía, pero sería interesante saber qué eran capaces de hacer.

—Bien, veremos cómo marcha todo de ahora en más, seguramente serán necesarios para la seguridad del discurso del Ministro, hazles llegar un memorando al respecto —dijo Kim mientras dejaba los expedientes sobre el escritorio de la secretaria —voy a ver si ubico a Matt —agregó la rubia antes de salir de la oficina.

—Si señorita Black —Misha guardaba los expedientes y tomaba en ese momento una vuelapluma para redactar el memorando para los dos hombres:

Cita

 

El Ministro de Magia, Rory Despard, dará una conferencia de prensa y será necesario reforzar la seguridad al máximo.

Se le solicita presentarse en las oficinas ministeriales a la brevedad.

Departamento de Seguridad Mágica y Departamento Auror de Gran Bretaña.

 

 

 

@ Dennis Delacour  @ Ludwig Malfoy Haughton  @ José luis Slytherin

[Syrius McGonagall]

Matt Ironwood.

Castillo Evans.

 

El olor de las tostadas, los huevos revueltos, la panceta y las morcillas llenaban el aire del enorme comedor principal de los Evans provocando que al ojiazul se le hiciera agua a la boca mientras tomaban asiento en la larga mesa de madera. El lugar era tan grande que resultaba cómico que solo dos personas lo utilizaran dejando otra veintena de sillas vacías a su alrededor, pero uno nunca sabía con los Evans, si se prestaba a una reunión más integrantes podrían llegar como si el aroma de la comida los invocase.  

Matt tomó la taza de humeante té que Bel le tendió y la colocó a un lado para después agregarle dos cucharadas de azúcar y revolver - ¿Sobre Rory? - preguntó al escuchar la consulta de la pelirroja -Bueno en América se comenta un poco sobre su ausencia y de los conflictos entre los países europeos, pero eso no es nada nuevo - se encogió de hombro mientras le sonreía a la bruja - Para los estadounidense ustedes los europeos constantemente están peleando entre sí - concluyó al tiempo que dejaba la cuchara sobre la servilleta y se llevaba la dulce infusión a los labios.

-Cuánto extrañaba este té - exclamó tras saborear el primer sorbo.

Claramente el Ironwood estaba al tanto de la gran noticia de aquel día, Rory volvería hacer su primera aparición pública en mucho tiempo y el mundo esperaba ansioso a oír que tenía que comentar el Primer Ministro Británico tras su largo tiempo fuera del foco público.

-Creo que todos queremos escuchar qué es lo que tiene Rory para decir -  secundó la opinión pública general - Hace mucho tiempo que no se expresa al mundo - el mago conocía al irlandés y le tenía un gran aprecio después de todo lo que vivieron mientras socorrían a los ciudadanos de Londres el día que el Estatuto cayó. 

Y Rory era un motivo importante de su llegada a Inglaterra, tenía que hablar con él en cuanto fuera posible. 

-Mis novedades tienen una personalidad repelente y se llaman Zacharaiah Smith y está de camino aquí - casi se disculpó mientras lo decía -Es un compañero de trabajo, del FBI, de la oficina en Nashville, es un gran agente pero carece de las habilidades de socialización y cordialidad que todos manejamos - tuvo que reconocer mientras dejaba su taza de té a un lado - Quiere hablar con Rory, pero primero me gustaría tener la oportunidad de tratar con él antes, Zachariah detesta a la iglesia y a todo aquel que tenga que ver con ella, quiero prepararlo y si es posible evitar ese encuentro - observó a su interlocutora esperando su respuesta.  
 

@ Rory Despard  

 

 

[Ludwig Malfoy]

La presión aumentaba, la tensión y la inseguridad. Se notaba un aire de inseguridad bastante fuerte en toda la comunidad mágica. Los mortifagos habían perdido a un importante integrante de su cuadrilla y era claro que no tardarían en demostrar su enojo y malestar. Mientras tanto los miembros de la orden del fénix se debatían entre entregar al delincuente a las autoridades, conservarlo un poco más para obtener información e incluso asesinarlo. En todo ese marco de problemas, Rory Despard, el ministro, estaba por dar un aviso importante que a la vez serviría como señuelo para distraer a los medios y poder trasladar con más tranquilidad a Goldor.

Pese a que Ludwig quería estar con el lugarteniente y asegurarse de que no hiciera mal, sabía que Darla y sus demás colegas lo podían mantener bajo control y que posiblemente el rubio sería de mayor utilidad si apoyaba en la seguridad del ministerio. Después de todo por algo había cambiado de trabajo y ahora estaba a bajo las órdenes del Departamento de Seguridad mágica. Por lo que al recibir aquella nota no dudó en dirigirse al recién reparado ministerio de magia. Fue justo mientras salía de la casa de Mica Gryffindor, la conversación había sido bastante acalorada e interesante (?). Ludwig tenía mucho que pensar pero por ahora debería realizar sus funciones de mago.

Se desapareció y volvió a aparecer en el ministerio de magia. Al llegar tenía un olor a nuevo aunque había manchas que ni los mejores elfos pudieron borrar. Recordó cómo todo había estado lleno de dragones y otras criaturas. Un escalofrío recorrió su cuerpo mientras iba por los elevadores para llegar a la oficina que lo había citado. Estaba listo para lo que fuera - hola, espero no sea muy tarde - comentó a Kimberly Black - soy Ludwig un gusto, estoy en calidad de auror para ofrecer mis servicios.

 

@ Darla Potter Black

[Juliens]

Hobbamock no es el jefe de seguridad del presidente del MACUSA, pero a efectos prácticos es una de sus funciones cuando Goderic acude a un evento oficial representando al gobierno mágico de los Estados Unidos. En ese mismo momento, gracias a los avances de Ellie en sus labores encomendadas, tiene en el oído derecho un pequeño aparato que le permite comunicarse con los aurores norte americanos (7) y con el mismísimo presidente. Todos se encuentran en el recinto en dónde se hará el anuncio.

Aún le duele la cabeza un poco, pero no lo suficiente para evitar que realice bien el trabajo asignada. Cada pocos minutos recibe un informe detallado de los aurores que van vestidos de civiles intentando recopilar la suficiente información como para reaccionar a tiempo y evacuar el lugar en caso de que la integridad de Goderic se viera amenazada.

—Todo parece estar en orden, señor

Él se considera un amigo bastante cercado a Goderic, sin embargo al estar en funciones prefiere dirigirse a él siguiendo los protocolos. No es algo que le gusta, pero la inmunidad que le confiere ser un "diplomático" del MACUSA bien merece la pena.

—No podemos aún descartar que las amenazas de una bomba sean falsas, pero de momento no hay nada que nos haga pensar que está usted en peligro. Esté atento, un par de ojos más no nos viene mal

 

@ Goderic Slithering

[Ellie Moody]

 

«Qué molestia», dice Madeleine para sus adentros, mientras se abre paso a través del . Ministerio de Magia. Recibió una notificación de solicitud de prestación de servicios hace menos de una hora, y por un momento creyó haber leído mal el lugar al que fue convocada. Pero ella sabía que su empleador no solía cometer equivocaciones a la hora de asignarle una misión. Siente el cuerpo adolorido por el cansancio acumulado de semanas de trabajo ininterrumpido, y sabe que su rostro refleja su cansancio sin disimulo, pero no le da mucha importancia. Por su mente pasa la idea de tomar una poción multijugos, pues no es que ella sea una persona muy querida en Inglaterra, pero si a Slithering no le importan sus antecedentes, no ve por qué ella debería preocuparse por ello. Lo único en lo que debe enfocarse es en su rol de personal de Slithering, y, muy a su pessr, seguir las indicaciones del jefe de seguridad, Graves.

Está vestida con pantalones cargo negros, botas de combate, una franela negra y una chaqueta de cuero. Tiene el cabello recogido en una cola de caballo baja, y a sus espaldas lleva colgada la vaina de Melle. 

—Qué bueno que piensas así —comenta Madeleine, al abordar a Slithering y Graves—, ya que he decidido traer mi propio para de ojos. Pero si tenemos suerte, será un día poco memorable. En verdad, no estoy preocupada —reconoce, mientras dándole un bocado al perrito caliente que trajo consigo, y que compró en un puesto callejero cercano al Ministerio. El sabor es familiar, pues son los mismos que solía desayunar cuando trabajaba como Auror en el Ministerio.

Sin embargo, es una verdad a medias. Es cierto que Madeleine no está preocupada por Slithering. Pero acerca de Rory, es otro tema...

[Valky]

«ca***o» susurró cuando sintió el golpe en su cabeza al caer al suelo, despertándola de un intranquilo sueño. Se sentó sobándose la frente, intentando recordar en donde estaba porque claramente esa no era su habitación o alguna en la que haya estado con anterioridad. Entonces su mente comenzó a aclararse, eran flashes, escenas sueltas pero que si las unía podía ir armando el rompecabezas.

Luego de la reunión en la Potter se había marchado junto a Goderic, Madeleine y Hobb a visitar a Emily, entonces ese lugar era Ravenrock, propiedad que si no estaba mal había sido destruida en una misión de clanes  «No se nota…» pensó recorriendo con la mirada una vez más el lugar. Lo siguiente que recordó fue al grupo de amigos sentados en la sala conversando, primero con caras largas que el licor fue suavizando conforme fue ingresando en su sistema nervioso, el único que seguía con cara larga Gode, pero no era de extrañar, era el único del grupo que no bebía.

 «Quizá el dejo esto» susurró tomando un frasquito que estaba en la mesita de noche, suponía que era para la resaca «No, seguro fue Emily» se corrigió y luego bebió con la esperanza de que fuera tan bueno como el que ella sabría hacer y los malestares propios de la resaca desaparecieran, los síntomas mejoraron sí, pero no por completo. A sabiendas que había perdido mucho tiempo por andar durmiendo se levantó para asearse un poco antes de irse y al hacerlo un nuevo recuerdo.

Lily, la hija adolescente del Slithering dándose besos con un joven que seguramente era compañero de escuela, eso claramente era algo que no debió ver a juzgar por la reacción de la joven bruja y de la misma Emily que le pedía que guardara el secreto. «Pobre chico… no sabe en qué se está metiendo y Emily de alcahueta… y si yo no digo nada igual seré alcahueta… mier**…»pensó secándose la cara y robando un poco de enjuague bucal.

La casa parecía estar desierta y empezó a preguntarse si fue la única que se quedó a dormir. Tomo el maletín con las pociones que se suponía debía entregar, transformo una taza de té en unas gafas de sol y al ponérselas recordó otro fragmento de conversación en donde Madeleine decía algo sobre su amigovio Will y a Hobb declarando que se acostaba con cuanto mago pasaba. No sabía que tan cierto era y si Ben y Connor tenían conocimiento. Cruzo el portal que había hecho no sin antes hacer una nota mental de preguntárselo y regañarlo de ser necesario.

Varias horas más tarde, aun con dolor de cabeza Kaori llega al punto de reunión que gracias a Merlín había anotado en su brazo o de lo contrario no recordaría. No ve a Emily por ninguna parte, pero si a Goderic, Madeleine y Hobb, estos dos últimos con sus ropas de trabajo.

—¿Se puede saber porque no me despertaron en la mañana? —fue lo primero que dijo al verlos —al ver el perrito caliente de Madeleine recordó que no había probado bocado en todo el día y se preguntó si su estómago aceptaría algo más que no sea agua —¿Dónde compraste? Yo quiero ¿Saben si falta mucho? No quiero ir a comprar y perderme algo ¿y si le dices a uno de tus aurores Hobba? Hay 6 regados por ahí ¿no? —Dijo con la firme intención de molestar al mago y hacerle ver que no estaban haciendo bien el trabajo de camuflarse.   

[Ellie Moody]

No puede evitar ahogar una carcajada cuando escucha la frase con que Kaori los "saluda". Quien hubiera escuchado aquella exclamación sin tener contexto, habría pensado que Kaori se refería a una situación indecorosa... Aunque, a decir verdad, quizás haberse quedado desparramados e inconscientes en el salón de Slithering, borrachos como unas cubas, podía considerarse una situación indecorosa, a pesar que todos hubieran mantenido la mayoría de su ropa encima. Con una sonrisa, sacude la cabeza levemente, recordándose que es momento de concentrarse. 

—Relájate, Kaori, todavía no ocurre nada —musita Madeleine, comiéndose de un bocado lo que le queda de hot dog, pues por la expresión en el rostro de su compañera parecía como si se lo fuera a arrancar de las manos en el instante en que bajara la guardia. Saca una pequeña botella de gel antibacterial del bolsillo de su chaqueta y se limpia las manos con su contenido—. Pero no creo que haya tiempo para ir a comprar comida, y más con las medidas de seguridad que han establecido para poder entrar —así que Madeleine hurga en los bolsillos de su chaqueta, hasta que da con algo. Cuando saca la mano, tiene una barrita de avena con pasas. Ella odia las pasas, solo compró el snack pensando que eran chispas de chocolate. Un error de novato—. Aquí tienes —le dice a Kaori, extendiéndole la barrita.

Esta vez, sí deja salir la carcajada con el comentario de Kaori destinado a molestar a Graves. Es cierto que quizás no están siendo de los más discretos, pero bueno, Slithering es una figura pública. ¿Acaso de verdad sería creíble que no tendría todo un escuadrón de seguridad acompañándolo? «Aún así, parece que elegimos un mal día para tener resaca».

[Goderic Slithering]

Goderic, con su café en la mano, ignora completamente los reportes formales que hacía Hobbamock. Sabe que el protocolo y su cargo, lo llevaban a estar supervigilado tanto por ojos amigos como por enemigos, que incluía la prensa amarillista que esperaban el más mínimo descuido para lanzar un titular escandaloso, descuidado e infundado. No obstante, a Goderic hace tiempo ya se había acostumbrado a ésto, odiaba sentirse un inutil que necesitaba cuidado y protección, pero era algo que no podía evitar. De todas formas, al momento de la verdad, se protegería por sí solo y no esperaría que un guardaespalda lo protegiera de algún hechizo mortal.

También evita hacer un comentario al respecto de la pregunta de Kaori, ya suficiente había hecho con dejar al grupo dormir en su casa como para también tener que actuar de despertador. Por ello, solo gira sus ojos mientras niega claramente con la cabeza en señal de reproche. No sabe en qué momento su casa de Ravenrock -que había sido reconstruida luego de ser destruida en una misión de la Orden- se había convertido en un hostal. Solo faltaba que le reclamase por no haberle preparado un desayuno.

— Ya que todos estamos acá... — dice mientras activa su anillo contra oídos indiscretos.— ¿Tenemos novedades sobre los minerales recopilados del monumento de Stonehenge? ¿Y alguien tiene una idea de qué anuncio tiene planeado hacer nuestro sacerdotal amigo?

Goderic solo había logrado hacerse con un mineral del planeta Eteria, el cuál había utilizado pero había quedado un residuo, aparentemente inútil, que había solicitado al departamento de tecnomagia revisar y estudiar. Sin embargo, a nadie le había señalado que su artefacto que llevaba consigo y había sido confeccionado con el mineral original seguía en funcionamiento, evidenciando que su mineral sí era verídico y no una copia como la que había obtenido Emily. La pregunta era, ¿qué información podría entregarles el mineral aunque no fuera el objeto fuente que potenció el desarrollo del mundo?.