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Mercado Público


Juliens
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Aunque preferiría estar trabajando en su taller habitual en el Callejón Knockturn, confía en que es capaz de superar esta pequeña aventura que se impuso a sí misma. Mientras se da la vuelta para recoger de detrás del mostrador sus herramientas y su varita de sicomoro, se dice a sí misma que tiene que controlar la sonrisa de suficiencia que ha ido apareciendo en su rostro a medida que ejecuta el plan en su cabeza, pues no quiere pasar por una persona egocéntrica ni extremadamente confiada, y mucho menos hacer pensar a Adrian que no está tomando con seriedad el asunto. Porque aunque Ellie no es una persona que entienda mucho el arte, ni sea capaz de ver el mundo por lo que podría ser, se toma muy en serio muy trabajo y no soporta la idea de defraudar luego de prometer que haría algo, incluso si se trata de defraudar a una persona prácticamente desconocida. Sí, por supuesto que se lo toma en serio... Pero, ¿no puede disfrutrar ese pequeño desafío, de todas formas?

Adelantándose al hecho de que el cabello le va a estorbar mientras esté trabajando, comienza a recogerlo en un moño a la altura de la nuca, mientras Adrian le explica el tiempo que tienen para el trabajo. Internamente Ellie se dice que no es un plazo terrible, aunque no ideal; sin embargo, debería ser suficiente, o de lo contrario debería quemar los montones de certificados de estudios mágicos que ha acumulado con el pasar de los años. Capta la mirada del mago y frunce el ceño, extrañada, sin saber muy bien qué es lo que quiere que le diga; sin embargo, aunque no llega a usar la legeremancia, percibe el sentimiento de urgencia y comprende que no respondió en voz alta. Está demasiado acostumbrada a trabajar sin nadie más presente. 

—Deberías relajarte, es mi trabajo estar preocupada —replica Ellie, luego de asegurar su moño con una última nodriza. Decide apartar la mirada, pues se dio cuenta de que pudo captar una emoción fácilmente, y no desea atrapar ningún pensamiento en un descuido. Sería demasiado poco profesional—. Ya tengo un plan. El problema no será tener un piano en nuestras manos, sino afinarlo. ¿Pero tú lo sabes tocar, me imagino? Con una canción debería bastar para calibrarlo.

Sobre el mostrador, acomoda con parsimonia la caja metálica con distintas herramientas mágicas, así como su varita mágica. Y, finalmente, su preciado Grimorio de Hufflepuff. Sin embargo, antes de elegir qué encantamientos utilizará, necesita una pieza muy importante. Se ve obligada a agacharse para buscar en las cajas traídas por Madeleine aquellos objetos que no consideró aptos para su exhibición. La mayoría son simplemente baratijas, quizás agradables a la vista como joyas y cristales, pero sin demasiado potencial mágico —aunque podrían contener muy hermosamente cualquier maldición, pero no sabía qué tan buen visto sería ese negocio en el evento—. Luego de volcar algunas cajas en el suelo, causando considerable ruido, encuentra lo que estaba buscando. Un pequeño piano de cola de jueguete, de una casa de muñecas antigua que nunca terminó de restaurar.

—¿Lo ves? Acá está tu piano —dice Ellie con ligereza, encogiéndose de hombros luego de colocar el piano rosado sobre el mostrador—. Bien, quizás hay que "comprimir" un poco la cola. Y luego hacerlo todo más grande, y trabajar en el mecanismo interno... Pero ya estamos a medio camino, de verdad —asegura.

@ Adrian Wild

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Aveces no es capaz de controlar las palabras que salen de su boca, son las veces en que se deja llevar por sus sentimientos y no precisamente por su cabeza. Pero no está mal, no se avergüenza y con Madeleine espera que las cosas siguen iguales. Sabe que no es el momento de dar el siguiente paso, pero en el fondo está seguro que en algún momento del futuro pasará. Aparta la idea de su cabeza porque no quiere desconcentrarse, nunca es bueno bajar la guardia cuando se habla con Madeleine.

—Sabes que jamás haría una promesa que no puedo cumplir, si Graves falla yo me encargaré...

Llegado a ese punto en la conversación, y solo en ese punto, nota el color en el rostro de la bruja. Lejos de burlarse, o reírse (porque así es la relación que tienen) él mismo se sonroja como si tratara de un par de adolescentes. Bebe otro sorbo del licor que aún sostiene en la mano.

—El problema es que aquí si tiene niñeros gratis, y tiene muchos. Ben suele contarme como tratan al bebé en la tribu de Hobb, su madre de alguna forma es una mujer importante ahí, y él también. Pero coincido en que es mejor dejar de preocuparme y dejar de hablar de eso.

@ Ellie Moody

 

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Camina con la varita mágica en su mano izquierda y un papel en la mano derecha. Él, a diferencia de su hermano, acaba de aparecer en el lugar y no tiene en la oreja el dispositivo que sirve para comunicarse con los aurores y demás integrantes del cuerpo de seguridad. Camina observando en todas direcciones, simulando que está despistado y observando todos los stands. Pero en su andar en apariencia aleatorio, se acerca poco a poco al sitio en dónde sabe está uno de los candidatos a Ministro de la Magia.

Fue Hobb quién recibió el aviso y quién pidió que dejara al bebé y se acercara a Lud lo suficiente. El jefe de aurores y del cuerpo de seguridad del MACUSA no puede simplemente deambular, debe ser alguien que no llame mucho la atención. Él no llama mucho la atención, especialmente cuando su rostro tiene la apariencia de un hombre caucásico promedio, de entre 30 y 40 años.

Cuando está lo suficientemente cerca y sabe que el mensaje llegará a su destino lanza el papel al aire y chasquea los dedos al tiempo que agita ligeramente la varita mágica. El papel desaparece en el aire. El mensaje enviado funciona de una forma peculiar: aparecerá en la mano de @ Ludwig Malfoy y en cuanto este lo lea se incinerará. El mensaje es sencillo: "Pusieron precio a tu cabeza. HG"

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Harriet Travers & Cleo Abercrombie

Realmente era bastante corto el tramo que habían alcanzado a recorrer, cuando nuevamente Cleo detectó la impaciencia en la joven heredera Travers. 

— No me diga ¿al final siempre sí preferirá asegurar esos licores primero?

Hattie sonrió y su rostro se iluminó por completo. Usualmente era más bien parca en sus expresiones, pero quizá pudiera ser el gran trabajo con los hechizos metereológicos para tener un excelente clima o simplemente, estar encontrando productos "verdaderamente novedosos" que su humor estaba mejor que nunca.  O lo mismo podía ser que quien estuviese contestando sus mensajes de texto en ese momento fuera el señor Crouch y por ello Hattie estuviese particularmente deseosa de quedarse a solas.

Anteponiendo su propia comodidad a la de su señora, Cleo volvió con ella una vez más hasta la carpa de Shadow hunters. El bullicio alrededor era ensordecedor, por causa de un pregonero ofertando libros a 2 x1, así que agradeció que apenas hubieron puesto un pie en la entrada, solícitamente un joven de cabellos rubios las recibiera muy caballerosamente y acto seguido, un segundo muchacho no tardara en darles la bienvenida para poder guiarlas en sus compras.

— Muy buenas tardes, soy la doncella Cleo Abercombrie y me acompaña la señorita Harriet Travers. Hemos venido desde el condado de Hampshire, del otro lado del mar y hemos quedado gratamente sorprendidas con la variedad de licores que poseen.

Haciendo una grácil reverencia, Cleo saludó a los dos. Hattie por su parte, apenas dio una leve inclinación en dirección al rubio que parecía haber reconocido de algún evento social pasado, pero ni siquiera dio una mirada al joven dependiente de la tienda. Casi siempre, lidiar con la servidumbre y todas esas cuestiones eran asuntos que dejaba a Cleo, así que no sentía de ningún modo que hubiera ofendido al muchacho con su actuar. En su lugar, inclinándose a su ama de llaves, susurró a su oído una orden rápida y luego, volviendo a colocar delicadamente la sombrilla por encima de su cabeza se marchó del stand. Con un carraspeo, Cleo volvió a atraer la atención hacia sí, y entonces prosiguió con su pedido.

— Anualmente, se organiza una fiesta de fin de año en el condado, y mi ama siempre es quien provee la comida y bebida para toda la población. Creemos que este año, sería una gran innovación y daría mayor realce poder llevar estas bebidas que están promocionando, con tanta variedad de sabores y colores, pero antes de cualquier prueba o recomendación, me gustaría saber si tendrán el stock disponible.

Todavía no se le iba de la cabeza que cuanto menos tiempo pudiesen estar allí, mejor sería. En ese sentido, que Harriet pudiera estar adelantándose ya con la otra compra era provechoso. Claro, si es que genuinamente la joven estaba haciendo eso.

***

"Hay una hermoso libro de artefactos mágicos Gurëndriel. Voy a comprártelo".

"Gracias. Se lo pagaré en cuanto vuelva a Inglaterra. Disfrute de su viaje". 

"Ni se te ocurra. Es un regalo y punto". 

Con la vista todavía en el móvil, Hattie echó un último vistazo al mensaje que acababa de enviar y comprobando que ya había sido visto, sonrió triunfante y apagó el aparato. No le importaba cuanto pudiese protestar Gurëndriel después, al contrario ¿quién se creía él para objetar sus deseos? Apresurando un poco el paso, pues se había tenido que detener a textear para no ser atropellada por una comitiva de actores ( o eso suponía que eran por los recargados vestuarios que llevaban consigo), la heredera Travers finalmente se detuvo en el elegante atelier que había querido ver desde el primer momento.

Buenas tardes- su voz apenas se eleva y duda si realmente habrá sido escuchada hasta que alguien asoma del interior. Sin saber si podía o no tratarse del artista tras toda esa genialidad. Hattie inclinó la cabeza a modo de saludo.

Su expresión no puede ser más diferente ahora. Cuando se trata de arte, los sólidos preceptos de su educación jerarquizada suelen debilitarse, pero como no encuentra un rasgo apreciable en el joven que tiene delante suyo que le permita salir de la duda de si es quien lleva el negocio, tiene que preguntarlo en voz alta.

— Vengo para poder hacer encargo de una obra ¿Es usted el pintor que ha hecho estos cuadros maravillosos?

@ Ky.  @ Anthony Ryvak Dracony

Editado por Rory Despard

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La sonrisa desaparece de sus labios cuando un pergamino con el sello del Simposio de Ladrones aparece en su mano. Es... inusual, cuando menos, recibir un mensaje a la luz del día, a sabiendas de que se encuentra en horas de trabajo con el MACUSA y no puede abandonar su puesto, aunque no esté haciendo nada importante. Además, sabe que una misión de la agencia no podrá tratarla con la misma ligereza con la que se ha tomado la seguridad para el evento; por lo tanto, ese pergamino representa el final de una mañana tranquila y el comienzo de una misión quizás más molesta. 

—Parece que ahora hay algo más por lo que preocuparse —masculla Madeleine, soltando la mano de Will para arrancar el sello del Simposio y leer el mensaje que creyeron pertinente que recibiera cuanto antes. A primera vista, reconoce que se trata de un contrario hecho con la Agencia de Servicios Profesionales. Es un contrato vinculante para ambas partes, sellado con magia de sangre, que obliga a ambas partes a cumplir con el acuerdo especificado. Y si no lo cumplieran, no hace falta decir cuáles serían las consecuencias. «El pacto se sella con sangre, y se paga con sangre». Normalmente las condiciones no le preocupan y no suele cuestionar las misiones que le encargan, pero un nudo se le hace en el estómago cuando lee el nombre de la persona a la que hay que "desaparecer".

Ludwig Malfoy. ¿Qué significa eso? Madeleine es consciente de que ella puede ser un poco más moralista que sus compañeros del Simposio, especialmente cuando sus asuntos se intersectan con la Orden del Fénix o su vida. No conoce mucho a Ludwig, pero sabe que tiene cierta trayectoria en la Orden del Fénix, incluyendo ser Lugarteniente junto a su prima Ellie. Y eso por no mencionar que es una figura pública, siendo uno de los candidatos más queridos para ser Ministro de Magia. ¿Quién querría hacerlo desaparecer? Pero, todavía más importante, ¿por qué la agencia había aceptado ese trabajo? ¿Por qué tenía que enterarse ella de eso? Ahora tenía que hacer algo, ¿no? Primero que nada, comunicarse con los demás y tratar de entender qué es lo que está sucediendo.

Se imagina la respuesta que le darían sus compañeros. «Solo son negocios, no es nada personal». Pero es incapaz de tener esa visión al cien por ciento, y ella no está en ese "campo laboral" porque se apegue mucho a esa ética laboral. Sólo trabaja para el Simposio porque sabe que es buena en ese tipo de trabajo y, aparentemente, no hay forma de que sea capaz de tener un trabajo normal, de la misma forma en que tampoco es capaz de tener una vida normal. Pero esto que está frente a sus manos, es algo que no puede ni quiere hacer, no importa a quién decepcione ni qué consecuencias le traiga. Aunque, quizás no debería preocuparse tanto. Kaori es la Líder del Simposio, y pertenece también a la Orden del Fénix. Y ella no querría matar tampoco a Malfoy, ¿cierto?

—Me acaban de encargar un asesinato, pero de verdad, de verdad quisiera no tener que hacerlo —dice en voz baja, volviendo a enrrollar el pergamino para guardarlo en el bolsillo de sus pantalones—. ¿Quieres venir? Necesito conseguir a alguien del Simposio, y creo que todos deberían estar por ahí —sin contar a Slithering, que seguramente esté resguardado en algún lugar el cual incluso ella desconoce, Graves no debería estar lejos y la propia Kaori debe estar en el stand de la Agencia de Servicios Profesionales.

Mandar un patronus sería exagerado,  así que toma el galeón falso encantado que usa para comunicarse con Kaori, Graves y Slithering, y con un toque de su varita de ébano hace que las letras cambien para escribir un mensaje breve: reunión stand ASP -M.

@ Hobb Graves  @ Kaori M.  @ Ludwig Malfoy  @ Goderic Slithering

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Sonrió a las palabras de la Brower, siempre había sido muy modesto, posiblemente debido a sus inseguridades o a la manera en que estaba acostumbrado a no alcanzar sus objetivos por una o determinadas razones, sin lugar a duda Ludwig siempre veía el vaso medio lleno y el hecho de comenzar a recibir ese tipo de halagos no solo le hacía bien a su autoestima si no que le ayudaban a continuar con sus planeaciones y seguir pensando en todo lo que quería hacer en un futuro. Por supuesto que todo eso dejaba al Malfoy con una madeja de ideas sin aterrizar por lo que se auxiliaba constantemente con su águila de la sabiduría para auxiliarse en decisiones que le causaban dolores de cabeza.

Yuriko por su parte asintió con la cabeza a manera de agradecimiento por las atenciones de Tess pero no se movió de su lugar, desconocía la cantidad económica que Noe le había prometido pero Ludwig no pensaba despilfarrar un solo galeón en una seguridad privada que creía no necesitar, aunque las palabras de la rubia estaban dotadas de mucha razón, Noe solo se preocupaba por la seguridad de su padre y el Malfoy debía ser un poco más considerado al respecto y dejarse querer de vez en cuando.

-Efectivamente, parece ser que todos vivimos diferentes experiencias en aquella misión y francamente tengo miedo de convertirme en esa persona del futuro pero a la vez hay varias ideas que tengo muy clavadas en la cabeza como aquella especie de policía ministerial, creo que me gustaría lanzar un programa piloto para ver si puede funcionar – aquel tema lo conversaría con Darla más adelante después de todo ella era la Jefa del Departamento de Seguridad Mágica – Pero bueno no quiero agobiarte con temas de política, me gustaría mejor saber un poco más de ti – en ese instante tomó su mano como si fueran amigos muy cercanos, parecía algo espontáneo que ni siquiera el Malfoy pudo pensar con detenimiento, esperaba que la chica no lo tomara a mal.

Retiró la mano y entonces en ella misma apareció un papel misterioso, era extraño pues no esperaba recibir recados de ese tipo en aquella nación pero el mensaje que contenía hizo que su piel se erizara por completo, su expresión fue tan rápida que sin querer se levantó y provocó que la pobre elfina callera tirando la tetera que llevaba. Yuriko inmediatamente volteó alarmada pero el rubio no dijo nada pues no quería que la mujer se volviera toda loca y lo intentara sacar del local – HG – dijo sin embargo, la única persona que conocía con ese nombre era el nuevo líder de la orden del fénix quien había sido nombrado después de los acontecimientos relacionados al mortífago.

-Lo siento era un mensaje de Noe diciéndome que voy a la cabeza en la última encuesta de salida, me tomó por sorpresa – rio tímidamente y miró a Tess con seriedad – estoy en peligro – susurró muy bajo para que la oriental no lo escuchara, Ludwig no sabía como HG se había enterado de aquella amenaza de muerte pero Ludwig sentía su corazón latir rápidamente, una adrenalina tan adictiva que lejos de causarle miedo, le provocaba emoción – no quisiera provocar daños aquí, pero posiblemente necesitaré una mano diestra con la varita – se mordió el labio mientras sonreía maliciosamente.

 

@ Darla Potter Black  @ Ellie Moody  @ Hobb Graves  @ Goderic Slithering

 

 

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 Tessa Brower en Yftk4YL.gifcon @ Ludwig Malfoy

 

a sonrisa de Ludwig era una luz, si el mago era atractivo cuando perdía su seriedad y sonreía podía ser muy seductor. Tessa se sorprendió ante el hecho de prestar atención a ese detalle, habitualmente vivía su vida casi como la guardaespalda del Malfoy. Que dicho sea de paso también tenía una sonrisa bonita cuando le agradeció la atención. Aunque creía que era más asombroso que pudiera relajarse y sonreír.

Asintió a las palabras de él, en verdad le había sorprendido que la pelirroja la dejara a cargo de lo que había sido su vida durante tantos años. Había sido una muestra de confianza que la rubia necesitaba después de sentir que había fallado con lo de la ONU en el pasado. Miró sorprendida a Ludwig por su idea de una policía ministerial al estilo del futuro. ¿Acaso la Potter Black había plantado aquella idea en su mente durante la ilusión o solo había despertado algo que estaba en el subconsciente del Malfoy? 

No tuvo mucho tiempo para dar vuelta el tema en su cabeza ni preguntarle a Ludwig, ya que él tomó afectuosamente su mano y le preguntó por su persona.

Oh, no hay mucho por contar este tiempo, vengo de Bélgica y estoy intentando afianzarme en Inglaterra, por lo que Darla me confió la atención de su local el último tiempo, aunque sus elfos hacen casi todo –hizo una pausa analizando lo que diría –esto es una gran prueba de confianza para mí –susurró sintiendo la calidez de la mano de él sobre la suya por esos breves instantes y sin poder apartar la vista, conteniendo el gesto de imitar el movimiento.

Pero en ese momento algo cambió, él pareció arrepentirse de su gesto quitando la mano y en ella había de repente un papel que segundos después se esfumó. Para otro observador podría haber pasado inadvertido pero no para la vampiresa. La reacción posterior la sorprendió aún más, hasta el punto que ella le imitó, levantándose para ayudarle, aunque no sabía si a él o a Lualú. 

Cuidado, no os queméis –dijo mientras la elfina se disculpaba y ella limpiaba todo con magia.

Tessa observó a Ludwig, obviamente el mensaje que se había desintegrado le preocupaba, pero las letras HG que pronunció para ella no significaban nada. Sus ideales apenas empezaban a formarse gracias a Darla y sentía que con su ignorancia la defraudada.

Sin embargo las palabras de Ludwig y su calidad sonrisa indicaban otra cosa… hasta que agregó en un susurro que estaba en peligro. Tess miró hacía la mujer en la puerta que ya había vuelto a calmarse y no prestarles atención al darse cuenta que todo era un accidente doméstico. La rubia movió su mano, dónde activó de inmediato el anillo de salvaguarda contra oídos indiscretos. Mientras tanto podía sentirlo, su corazón galopaba, su sangre corría rápido, el aroma se había intensificado, no había miedo, había excitación, probablemente por la aventura pensó la belga, lo que parecía ratificarse con esa sonrisa que podía obtener lo que quisiera y las palabras que siguieron.

Lualú cuidará el local y hemos contratado una empleada local, puedes contar con mis manos, nadie se ha quejado hasta ahora de mis habilidades con la varita, al contrario –la rubia sonrió, se sabía diestra, a pesar de haber caído en algunas trampas y el dragón no contaba –claro que si prefieres puedo hacer que Darla esté aquí en un tris, tenemos espejos comunicadores y ehm… –lo siguiente era una falta quizás porque tenían permisos pero… –un armario evanescente y puertas comunicadoras –dijo la rubia con una sonrisa tímida –dime lo que quieres y lo tendrás.

 

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En el Shadowhunters

No pudo evitar notar que para el también fue una sorpresa verla ahí y más aun haber llegado usando otra apariencia, cosa que agradeció inmensamente que no preguntara a que se debía, aunque estaba segura de que tarde o temprano la interrogaría. Contuvo el impulso de hacer una mueca y que su rostro delatara que no le agradaba ni siquiera pensar en la idea de hablar sobre su trabajo, después de todo ya en otras oportunidades habían tenido problemas por ese tema en particular, ese era sin duda el erumpent en la habitación del que no se hablaba.

Aries respondió a su pregunta mientras tomaba su mano, ese simple toque borro de la mente de la pelinegra todo lo demás, no se había dado cuenta de cuanto extrañaba su toque por más pequeño que fuera, de cuanto lo extrañaba a él hasta que ese simple acto de caballerosidad se lo hizo notar. Por un momento no deseo nada más que estar con él y arreglar un poco su relación que últimamente se ha visto un poco deteriorada, no por falta de amor porque ella lo amaba y estaba segura de que era correspondida, eran problemas que nada tenían que ver con sus sentimientos y que si ponían de su parte se resolverían o al menos eso quería creer.
—Seguro Sammael esta encantado con Lukyan — dijo la bruja respondiendo a las palabras de su esposo. Subieron a la segunda planta sin prisas, queriendo alargar ese contacto lo más que fuera posible, pero él tan solo la guio a una mesa apartada con la intención de tener más privacidad y poder charlar, intención que no duro mucho pues una pareja entraba al local, apenas se habían sentado uno frente al otro.
— Te espero y tomamos algo juntos —Dijo la bruja ante el ofrecimiento, con la intención de que supiera que lo estaría esperando.

No había pasado ni un par de minutos desde que el rubio desapareció en dirección a la primera planta, cuando sintió que algo le quemaba la piel en el bolsillo del saco que vestía y que ahora le quedaba grande, había olvidado por completo transformar su ropa en algo que se ajustara a su figura, que fuera menos llamativo. Saco la moneda del Simposio, el mensaje la devolvió nuevamente a la realidad, una realidad que no podía eludir y menos sabiendo que la vida de alguien corría peligro.

¿Y si Aries regresaba mientras ella acudía a la reunión? Si luego le contara la situación ¿El entendería? O ¿lo vería como un desplante? Por un momento deseo tener una vida menos complicada y sin el trabajo que tenía, trabajo al que aún no encontraba la forma de renunciar sin morir en el intento. Tomó una servilleta, con ayuda de la varita escribió en ella un mensaje que solo su esposo leería y que le avisaría cuando lo hiciera para que ella pudiera volver a tiempo: Estoy contigo enseguida, no te muevas de donde estas. NOLMQTA.

@ Ky.

 Agencia de Servicios Profesionales

Adoptó nuevamente la apariencia de Ivanna, giro sobre sí misma y desapareció. Apareciendo un segundo más tarde en la carpa del Simposio, directamente en la sala de reuniones en donde hace poco había estado negociando con Derhorm. Esperaba que no tardará en llegar alguien más para poder explicar la situación y trazar un plan de acción. Seguramente tendrían preguntas que solo ella podía responder, algo inquieta se sirvió una copa de whisky para tratar de controlar la creciente ansiedad que le provocaba el no saber con cuanto tiempo contaba para la reunión. Miró el liquido ámbar y dudo un segundo antes de darle el primer trago, era la tercera o cuarta copa que bebía y no era ni medio día. 

—Mary.. Mery... como te llames —Dijo abriendo la puerta para que la asistente la escuchara —Necesito que me consigas la ubicación de Ludwig Malfoy, cuando la tengas me lo haces saber. —Pidió volviendo a cerrar la puerta. ¿Qué tan difícil podría ser conseguir la ubicación de una de las figuras publicas del momento? esperaba tenerla para cuando los demás llegarán. 

@ Ellie Moody

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La charla no es demasiado larga, y sus manos se separan en el momento en que aparece en escena una especie de carta que tiene el sello del simposio de ladrones. Will sabe, muy por encima, como funciona aquella organización "secreta". Los ladrones realizan actividades que en muchos lugares son ilegales, e incluso muchas de ellas rozan el límite de lo legal. Sabe poco gracias a Ben que también sabe poco gracias a Hobb. Pero algo que sabe bien es que desde hace algunos años la agencia está "en buenas manos"

Le preocupa la reacción de Madeleine, le preocupa que ella esté preocupada. ¿Qué tan malo es tomar la vida de una persona que de verdad se lo merece? Él sabe que no todas las personas merecen morir, lo sabe de verdad. Sin embargo, está seguro que frente a cualquier mago oscuro es capaz de apuntar a muerte, a realizar mucho daño, a vengar las acciones realizadas. Pero no parece que se trate de una persona que se lo merece.

—Iré contigo —contesta ante el cuestionamiento de la bruja.

Se pone de pie y camina hacia el interior de la carpa. Usando la varita mágica cambia su "elegante" uniforme por ropa mucho más cómoda. Una playera y pantalones negros muy al estilo muggle.

—Chicos quedan a cargo, me necesitan para algo importante.

Sale con su nueva vestimenta y se detiene junto a Madeleine, con una señala de la mano indica que él caminará junto a ella.

 

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¿Acaso no tiene ya suficientes problemas como para añadir uno más a la lista? Está dando ordenes para mantener a Goderic y al evento sin problemas. Sigue siendo un poco complicado, pues apenas lleva un par de días a cargo de los Aurores del MACUSA. Cuenta únicamente con los recursos que dejó a disposición su predecesor, le costará un tiempo tejer una red lo suficientemente amplia y robusta. Lo cual ya de por si es un problema, considerando las noticias recién llegadas desde Gran Bretaña.

Y al montón de problemas se une un contrato sellado con sangre entre un particular y el simposio. El contrato, per se, no es ningún problema; que el encargo sea un asesinato tampoco es un problema. Durante la historia de la Orden del Fénix muchos mortífagos han muerto en manos de sus miembros, la mayoría durante la Batalla de Hogwarts. El problema real es el objetivo. ¿En qué pensaba Kaori cuando se ligó mágicamente con un contrato de sangre?

Agita la varita mágica e invoca un pequeño patronus en forma de tigre. Le da un mensaje cuyo destinatario de Benjamin. En esa situación, es la única persona no ligada al Simposio en quién puede confiar. No puede compartir el mensaje completo con nadie externo al simposio, Ben deberá atar los cabos y dar el mensaje.

Por eso divide el mensaje en dos. La primera es sencilla: contrato de muerte. La segunda parte es un elaborado acertijo que puede significar muchas cosas, que pueden ser varias personas. Es Ben quién deberá adivinar que persona de todos los posibles es el verdadero objetivo. Y, aunque en ese momento no lo sabe, Benjamin logra unir correctamente todas las piezas para darle tiempo al candidato a Ministro de Magia.

 

@ Ellie Moody @ Kaori M.

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╭══════ .✧. ══════╮

     †˗ˏ✎*ೃ˚  Aries A. Ivashkov.  :;

╰══════ .✧. ══════╯ 

 

Aries escucho lo que Cloe le decía, asintió varias veces y otras más mostró su más encantadora sonrisa, la verdad poca atención había prestado, simplemente esperaba que Elliot, quien ya tenía una libreta y una pluma en su mano, anotara todo lo que la doncella le pedía. Así que antes de dejarla a cargo de Elliot luego que la otra dama se retirase, se dirigió dirigió a ella. 

 

—No se preocupe por el envío, tenemos un local en Londres, levante el pedido aquí y nuestro local en Londres hará la entrega mañana mismo donde usted indique, si me puede disculpar, la dejo a con Elliot, el puede mostrarle todos los diferentes tipos de licores con los que contamos. 

 

Apenas termino de decir aquello, Elliot se encargo de Cloe, llevándola hasta donde estaban las cavas de vinos para que eligiera los que más le interesaran. A su vez, Aries regresaba con Kaori y la puerta del local daba entrada a un niño rubio de ojos azules que miraba el local completamente encantado. 

 

—Mamá, Papá... —lo repitió hasta que los encontró, quedando sorprendido Aries al ver a su pequeño caminar, a los minutos por la misma puerta por la que había entrado Sammael, entró una persona de cabello negro (Lukyan) buscando a Sammael.

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Aunque no recibe ninguna confirmación luego de su mensaje, decide confiar en que acudirán pronto a la reunión. A esas horas de la mañana, el Mercado Público ha comenzado a llenarse de transeúntes que recorren con curiosidad los diferentes stands; al pasar frente al stand de El Trastero, observa a Ellie con un desprevenido joven mago, mientras agita la varita mágica sobre un piano. Sacude la cabeza, diciendose a sí misma que no es momento para distraerse. De reojo observa a Will siguiéndola, y entonces Madeleine se da cuenta de que ella misma por poco no está corriendo, y quizás así fuera si no hubieran tantas personas caminando en dirección cotnraria a ella, lo que la obliga a estar constantemente evitando choques y tropiezos. El mensaje del simposio, arrugado en el bolsillo de su gabardina, se siente pesado como un montón de piedras. De verdad, de verdad, espera que Kaori tenga una explicación que le permita volver a respirar con normalidad. De otra forma, no importa qué le puedan ofrecer, no hay forma de que vaya a ejecutar ese trabajo... ni tampoco que vaya a dejar que se lleve a cabo.

No hay nadie frente al stand de la Agencia de Servicios Profesionales, además de la bruja que trabaja como asistente organizativa. La observa haciendo hablando con urgencia a través de uno de los comunidadores fabricados por Ellie, con un carlelito de "No disponible" sobre el mostrador tras el que está sentada. El hecho de que parezca estar tan ocupada, probablemente en la misión que tienen encima, hace que el sentimiento de urgencia crezca. «¿Tan rápido? ¿Ni siquiera nos vamos a reunir primero?».

Cuando Madeleine pasa junto a la asistente, esta no se molesta en decirle nada; no sabe si es porque la reconoce, o porque está demasiado ocupada. De cualquier forma, luego de indicarle a Will que pase frente a ella, saca un anillo de su bolsillo y se lo coloca en un dedo de la mano izquierda; la pequeña gema roja brilla tenuemente, cuando el conjuro se activa protegiendo la sala de reuniones. El anillo de salvaguarda contra oídos indiscretos protegería la conversación manteniéndola dentro de esas paredes, y solo dejaría que sus compañeros puedan escucharla.

A primera vista, no reconoce a la única mujer que está dentro, una mujer con un cabello casi tan claro como el de Ellie y vestida con un traje ejecutivo, hasta que recuerda el hecho de que no se supone que es sabido que Kaori es la Líder del Simposio, un hecho el cual esconde detrás de la falsa identidad de Ivanna Volkov. Poco a poco, Madeleine se relaja y advierte que la mujer está rodeada por un aura familiar, donde percibe la Magia de la Oscuridad. La realización hace que afloje el agarre de su varita mágica, que había estado sosteniendo con fuerza, preparada para lanzar una maldición ante la menor señal de alerta.

—Bueno, Kaori —habla Madeleine con firmeza, poco acostumbrada a dirigirse de esa forma a Kaori. Normalmente, es más amable con ella que los demás, pero hoy eso se le hace especialmente difícil. Aunque se había estado esforzando en mantener su ansiedad a raya (y no es que estaba haciendo un buen trabajo de todas formas), ver a su compañera hace que vuelva a darle vueltas a todo el asunto y comience a alterarse—, puedes explicar... ¿qué se supone que es esto? —susurra con la voz ronca, sacándose el pergamino del bolsillo y golpeando la mesa con este— Porque sinceramente, lo único que se me ocurre es que te hayas equivocado de Malfoy. Tantos que podríamos eliminar sin remordimientos, ¿y justamente hay que matar a uno de los que está de nuestro lado?

@ Kaori M.  @ Hobb Graves

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sins don't end with tears, you have to carry the pain forever

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