Al diablo con las formas. Mi propia campaña.

[Sean -Ojo Loco- Linmer]

Me sorprendio que a alguien se le ocurriese que podria ser yo el proximo Ministro? Pues claro. Bueno yo no....este...Sean. Pero como ahora estaba yo a cargo de su imagen, pues seria yo: Derhorm el proximo Ministro. Y por consiguiente al diablo con las formas. De hecho ya habia visto los resultados de la primera vuelta cuando estaba por New York por lo del Mercado Publico. De hecho eso me llevo a hacer dos pedidos....todos muy bien pagados. Pero esa es otra historia. Enfoquemonos en esta.....mmm...historia. Ahora bien...ya que me habian propuesto....en que me beneficiaria a mi ser Ministro. Pensandolo friamente...como ser ajeno de este mundo y con el todopoderoso libro de Thot en mis manos...tendria recursos para acceder al Departamento de Misterios. Si...ese era un buen punto. Segundo mantendria vigilada a Sagitas....no sea que husmeara mas de lo normal...sino habrria que recurrie al chantaje. habria que ver que emocional resultaba la pelivioleta si mandaba un regalito con un dedo de nene pequeño cortado dentro. Una buena advertencia diria yo. Y tercero...si...tendria los informes de todo lo relacionado con Stonehence. Sin duda casi lo mas importante. Y cuarto tendria inmunidad para hacer mis experimentos..tendria a azkaban para mis propositos...quien extrañaria a un reo...si moria...pues nadie. Si eso era un buen plan.

En fin...si. Despues de analizarlo no era para nada mala idea presentarse y luchar por el poder.

La segunda pregunta que habria que hacer era...Que deseaba el Mundo Magico y que yo pudiera darle???. A ver....a los acolitos y que votaran por mi...pues puestos claves en el Ministerio. A mis enemigos pues hacerlos de mi consejo particular. ya lo decia el refran...ten a tus amigos cerca...pero mas aun a tus enemigos. En cuanto a promesas...pues ya tenia un listado.

1- Primero que nada estabilizar las finanzas. Si en el mandato de Sagitas esta habia recibido a gringotts casi en banca rota....y que con su cambio de mando mediante edicto paso a regir el Ministerio sobre este....pues nada mas se habia hecho. Ergo con tanto ataque...de seguro que las arcas Ministeriales estaban vacias y el "Profeta" digo "Padre" digo actual Ministro nada habia hecho tampoco.

2- No atacar visiblemente la mala gestion de mi predecesor para asi al menos captar algunos votos. Que por cierto prometio un referemdum para quitar los edictos y estos aun estaban.

3- Mientras no fuera aun legal lo del rumor de los centros educativos mixtos nos regiamos por los edictos...asi que siguiendo la politica del punto dos...simplemente haria lo posible para retardar lo de los centros....asi a lo mejor terminaba el mandato y solo se quedaban en esperanzas vanas. Claro todo a la sombra...mientras ser conciliador.

4- Atacar el asunto Morti/pollos en llamas. Sin duda puede que alguien de accidentes pudiera reparar un atrio...pero habia cosas irreparables una vez rotas no se podian reparar..por consiguiente estaban aseguradas....por consiguiente cada ataque costaba al Ministerio "Galeones". Asi que necesitabamos dos cosas....focalizar los ataques entre bandos...y con ellos ganar dinero. Un buen plan.

5- Una hermosa secretaria. Lo siento pero si tenia que hacerme pasar por Sean tenia que mantener las formas.

6- Venta de favores. En lo posible estaria abierto a cualquier idea siempre y cuando se pagara por ellas. De nuevo mas galeones para el mi...digo el Ministerio.

Si....creo que eso era todo.  Ahora solo quedaba hacer la propaganda. Haciendo visible en cada esquina panfletos exacerbando los puntos 1, 3 y 4....y manteniendo los demas en secreto por obvias razones. En fin.....por cierto no deberia llamar a vuelaplumas para una entrevista??? @ Maida Black Yaxley

 

[Sagitas E. Potter Blue]

No sé porqué narices se me ocurrió caminar hacia King Cross aquel día, pudiendo aparecerme en la Taberna, hacia donde me dirigía, donde iba a tener lugar un encuentro con un confidente. La Marca tenía un plan determinado en el que iba a... Bueno, no importa en este momento. La cuestión es que en vez de aparecerme de forma discreta en el lugar, decidí caminar de forma indiscreta con mi capa verde botella y el paraguas amarillo en el brazo, con un periódico bajo el otro brazo y un sombrero, también indiscreto, de largartijillas alrededor de un montón de hojas verde. A ver, no me digáis rara, son las crías de Zanca y se las tenía que llevar a Babila al Ministerio, cuando acabara. Y tenía las manos ocupadas.

Sin embargo, cambié mi destino en cuanto me encontré tres calles seguidas llenas de la imagen conocida de mi yerno. Pasquines con la foto tan familiar como enojosa que sonreían y parecían burlarse con los ojos cuando me cruzaba con él. Pensé con esperanza que, en las pocas cosas que le quedaban por hacer a El Predicador, había hecho algún cartel de "Se busca", pero esa perspectiva duró poco. Gruñí al ver que era propaganda, pura y dura, de su postulación a Primer Ministro. Gruñí y gruñí (es decir, re-gruñí) cuando, al esperar a que un semáforo se pusiera en verde para los peatones, vi que uno de ellos pareció sacarme la lengua. Y cuando un muggle me dio un codazo y se cayó el diario al suelo y se abrió al revuelo de una ráfaga de aire, dejando una página entera con su cara en una sonrisa tan falsa como él, pegué un grito.

En otro momento, no le hubiera dado importancia. Sin embargo, yo sabía que Sean estaba bien muerto (al menos hasta que accediera a sus peticiones sobre mi habilidad de Nigromancia de devolverle un cuerpo, a ser posible, el suyo) y que estaba ahora como poltergeist. Así que... ¿Quién era aquel que usaba la visual de mi ex-yerno?

Media vuelta y dirección al Ministerio, con zancadas largas que no aminoré ante nadie, ni siquiera ante aquella clase de brujitas que estaba de visita en el Atrio, con su maestra de alguna escuela que no llegué a distinguir en su escudo, a quien empujé hacia el interior de la fuente. En realidad, no desaceleré hasta que llegué a la tercera planta, la de mi hijo @ Matt Blackner .

Di un golpe en el mostrador, asustando a Babila, quien parecía ocupado mirando algo de uno de los cajones. Me quité el sombrero con cuidado y lo dejé delante de él.

-- Toma, cuida de los zanquitilitos.

Fue lo único que le dije a él pues lo siguiente ya lo dije dentro del despacho de Matt, a quien también interrumpí en lo que estuviera haciendo, que prefiero no saber.

-- ¡Maldito clabbert de los demonios! -- dije a mi nene el grande, golpeando otra vez con el periódico, pero esta vez en su mesa. -- Este maldito Sean falso se quiere meter en el Ministerio. ¡Ni loca le dejo entrar como Ministro! ¡Hay que cargárselo! -- Fue consciente que no estaba entre mortios y sonreí a Matt, con una carita de culpa y ligero bochorno. -- Quiero decir políticamente, hijo, no vayas a pensar que yo..., ehem... ¿Qué noticias tienes sobre este tipo? ¿Sabemos ya quién es?

[Matt Blackner]

En el despacho de dirección de Accidentes

 

Esperaba que fuese una mañana tranquila. Apenas había pegado ojo, con el último discurso del aún Ministro Despard se nos había acumulado mucho más trabajo del que habíamos tenido en los últimos años. Además, con las elecciones, teníamos que estar mucho más atentos a la seguridad, no fuese alguien a preparar algún tipo de ataque durante algún discurso o el día de las votaciones.

 

Asi que estaba en mi sillón, recostado, con los pies sobre el escritorio mientras garabateaba algo en el trozo de pergamino, con alguna mancha de tinta en los dedos. Si todo seguía asi, con suerte, en una hora o dos podría tumbarme a dormitar en el sofá. Siempre me gustaba guardar la compostura una hora o dos, hasta asegurarme de qeu no tendríamos trabajo.

 

Trabajar en Accidentes durante tanto tiempo te ayuda a desarrollar una especie de....inmunidad...a ciertas cosas. Como explosiones o gritos (aunque eso también viene de familia), asi que escuchar golpes y gritos fuera, acompañados por la voz de Babila apenas me hicieron levantar la ceja. Fue el portazo de Sagitas al entrar en mi despacho, como una estampida de ñus furiosos, lo que me llevó a levantar la vista hacia ella.

 

El golpe del periódico en mi mesa me hizo bajar los pies y levantarme, colocándome bien la camisa azul oscuro para no parecer recién levantado. Con tranquilidad, me acerqué hasta la cafetera, serví un par de tazas humeantes y tendí una hacia Sagitas.

- Café? - pregunté, invitándola con la mirada a que se sentara en el sofá. - Ya, he visto esos carteles. La gente parece ansiosa por esas elecciones. Había un loco disfrazado de erumpment tratando de convencer a cualquiera que se le acercara de que era el indicado para ministro de magia ayer por la tarde en el centro de Londres. Supongo que no es tan loco como que alguien intentara presentarme a esas dichosas elecciones. - comenté, despreocupado, mientras tomaba el periódico y echaba un vistazo a la página que tanto la alteraba. Definitivamente, aquella era la cara de @ Sean -Ojo Loco- Linmer

 

Pero una vez más, desvié la mirada hacia ella, divertido. A veces, si se exaltaba demasiado, olvidaba con quien estaba. Conocía sus...afiliaciones. Eran las mismas que compartía con Helike. Pero mejor que no lo compartiera abiertamente en público. No todos serían tan comprensivos.

- Claro, políticamente hablando. - afirmé, guiñándole un ojo. - No se quien es. Su imitación es muy buena. Tal vez alguna ex amante despechada? Algún antiguo socio que busque la buena posición de Sean para aprovecharse? - sugerí.

[Sean -Ojo Loco- Linmer]

DERHORM

- Pues si ciudadanos. - dije en la tribuna ante un grupo de ciudadanos mágicos que se congregaban a mi alrededor en el parque donde daba el Mitin. -Nadie critica las buenas intensiones del prelado que actualmente nos guía. Pero ante la ardua labor que tenía en frente y el poco tiempo que dura un mandato poco pudo hacer, salvo promesas la mayoria vanas.

Continue charlando diafanamente con los congregados.

- Por que si, mucho teníamos que curar como comunidad magica en ese entonces. Una inquisidora demente que nos amenazo. - todos asintieron- La cruenta tiranía y falta de conciencia de unas organizaciones militantes mágica (bandos) que parecen querer jugar con los destinos de esta gran nación. Y yo digo....si quiere jugar...que jueguen en el sitio adecuado, uno donde podamos tomar una birras y apostar. 

Sonreí por un momento.

- Los romanos tenían un coliseo. Si tanto quieren matarse entre ellos. Sin dudas les hago uno para que se den el placer. A fin de cuenta un poco de entretenimiento no estaría nada mal. 

Puede que fuese medio en broma y gracias al ambiente distendido pero no parecía descabellada la idea. Claro el asunto era que podría ofrecer de premio a los "gladiadores" de los bandos.

Lo que quedaba era seguir disfrutando del momento. Aunque entre el publico un escéptico me recordó me pasantía como secretaria de Sagitas.

- Si...eso es de todos conocidos y en su momento pensaba que se estaba haciendo lo correcto. No me disculpare por eso. 

Claro habia que aclarar algunas cosas y más si Sagitas también era una contendiente.

- Pero ya al final..final fui despedido. No es facil a veces ser la voz de la mesura y el sentido comun. 

Menos mal que no era Pinocho o a mas de uno le habria sacado un ojo por el crecimiento de mi nariz. Mentia descaeadamentr. Pues claro. Pero en politica esa era moneda común. 

@ Sagitas E. Potter Blue @ Matt Blackner

[Sagitas E. Potter Blue]

Con Matt, en Accidentes:

Por supuesto, Matt no era tontaina y sabía, como yo, mi secreto de que era mortífaga, aunque yo no le dijera nada ni él me preguntara. Sin embargo, en casa, eso era un secreto a gritos. También lo era que habíamos tenido un encontronazo con Sean-El-Falso durante la fiesta de la Liberté-Igualité-Noséqué Francesa. Desde entonces, sentía algo de pena por el Poltergeist en el que se había convertido @ Sean -Ojo Loco- Linmer  y apenas (bueno, casi nunca) me metía con él, ni yo ni los elfos, lo que le causaba algo de frustración porque sus travesuras no eran acogidos con los aspavientos y gritos iniciales. Al fin y al cabo, ahora, Sean era nuestra mejor baza para encontrar al maldito Dermont.

Y Matt sabia, tanto como yo, que el señor que se presentaba con una campaña política a ser el sucesor del Ministerio de Magia, era in impostor. Y no sólo lo sabíamos nosotros. También los pocos presentes aún en la fiesta francesa de @ Ada Camille Dumbledore , que habían estado presente cuando le descubrimos. Sin embargo, tras la huida de los invitados, aquellos apenas habían dicho ni "groack" (ni pío es muy manido) sobre el tema. ¿Qué pensarían @ Adrian Wild , Ada, los aurores franceses y no recuerdo bien quién estaba en aquel momento, cuando se nos escapó por muy poco?

--¿Cómo puedes pensar en café, ahora? -- le dije, aunque extendí la mano para recoger la taza en la que me servía el humeante líquido oloroso. -- Más azúcar...

Así, sin un por favor por el medio. Cada día era más mandona. Bebí en silencio mientras sentía sus preguntas. Dejé de beber para poder respirar y, después, contesté.

-- Conozco a mil mujeres despechadas por ese maldito. Pero ninguna se disfrazaría de él, más bien le descuartizarían a pedacitos. Socios... No, el muy maldito siempre mantuvo en silencio sus "amistades peligrosas", algo que le protegía y nos protegía. Pero...

Dejé la taza encima de su mesa, sin importar el cerco de café megaazucarado que quedaba en ella.

-- Yo creo que es Derhorm. Tiene que ser DERHORM. Sólo que no sé cómo desenmascararlo sin que peligren los niños. Nos tiene cogidos por... 

No dije el insulto. En realidad, mi mente buscaba y buscaba una solución, como en las malditas noches de insomnio desde el dichoso secuestro. Arrugué una ceja.

-- ¿Y si vamos a uno de sus mitings y le acorralamos en algún sitio. Pero sin que se nos escape, como en la fiesta francesa.

[Matt Blackner]

La Potter Black hacía tiempo que era un lugar extrañamente silencioso, lleno de secretos para los extraños, pero mal escondidos entre nosotros. Sagitas ni siquiera había vuelto a meterse con el poltergeist de @ Sean -Ojo Loco- Linmer  después de lo sucedido en la embajada. Al final, era era también una víctima de Derhorn, y era lo mejor qeu teníamos para dar con él. Había propuesto la idea de que el falso Sean que se presentaba en campaña era una ex amante o un antiguo socio, pero sabíamos que era el nigromante.

 

Le pasé la taza de café y un azucarero para que pudiera volcar la taza sobre él. A Sagitas le gustaba el café demasiado dulce, asi que era algo que ya tenía previsto cuando me visitaba. MIentras lo edulcoraba cuanto necesitara, me senté a su lado en el sofá, dejando mi taza sobre la mesa tras darle un trago.

- Bueno, hay que mantenerse despierto de alguna forma - contesté.

 

Observé a Sagitas mientras verbalizaba lo que ya pensaba. El impostor debía ser Derhorm. No habíamos vuelto a hablar de él desde lo sucedido en la fiesta de Ada en la embajada francesa, ni entre nosotros ni con Adrian. Sin darme cuenta apreté el puño, pensativo. Había cierto punto en qeu me costaba recordar lo que había pasado durante un tramo de la noche. Había dejado que se me escapara una vez más, en nuestra mejor oportunidad para recuperar a los niños.

- Ya...podríamos hacer eso. Presentarnos delante de él. Pero lo único que conseguiremos es qeu se crezca de nuevo - contesté, con pena. - No quiero darle motivos para que se nos escape de nuevo. No quiero perder la cabeza como pasó en la embajada y que no seas capaz de hacerme razonar de nuevo. - admití, avergonzado.

 

- Tal vez podamos seguirlo. A lo mejor eso nos lleva hasta los niños.

[Sagitas E. Potter Blue]

El sabor dulce del café me dejó un buen sabor de boca, algo que necesitaba, ya que hablar de Derhorm me producía acidez. Aún así, el exceso de azúcar me pasaría factura más adelante si no quemaba calorías enseguida. Necesitaba acción. Aún así, tomó un buen sorbo, casi acabando de una vez todo el líquido de la taza. Matt estaba tan pensativo como yo, así que le dejé en silencio mientras yo, con la cucharilla, recogía el azúcar más diluido que había quedado como poso. Sé que queda feo hacer eso en un acto social y por eso solía ponerme menos dulce. Pero en mi casa... hasta sacaba la lengua para alcanzar los gránulos que no podía sacar con la cuchara y, donde no llegaba la lengua, el dedo sí llegaba.

Y así me pilló de sorpresa la respuesta de Matt, chupándome el dedo. Tan en silencio se había quedado y yo tan ensimismada en conseguir el más minúsculo granito de azúcar empapado de café que quedaba en la taza, que me quedé quieta, con el dedo en la boca y la taza medio volcada en la mano para facilitar la búsqueda.

-- ¿omo...? -- Vale, hablar con la boca llena con un dedo no permite mucha dicción, así que lo acabé de lamer (soy demasiado golosa para no rechupetearlo hasta que se le acabe el dulce y lo limpié con una servilleta. Entonces, ya con la boca libre, repetí: -- ¿Cómo...? ¿Quieres decir que nos presentemos delante de él, pero que no como nosotros?

No sé si se refería a eso, pero es la idea que me surgió.

-- ¿Quieres decir como metamorfoseados de manera que no dude de nosotros? Si vamos como otros, podemos seguirle y ver dónde se refugia cuando acaba su... digamos... vida social. En algún sitio tiene que esconderse para dormir. Así podríamos seguirle ¿Será un vampiro...?

Esto da idea de lo poco que habíamos conseguido saber del viejo secuestrador. Si al menos @ Sean -Ojo Loco- Linmer  nos ayudara algo, pero no sé si es por lo sucedidos en la embajada de Francia o porque había perdido la información en el trasvase de su vida hasta la muerte, antes de convertirse en un poltergeist, o por el susto de ver su cuerpo usado por otro..., la cuestión es que no sabía decirnos mucho, o nada en realidad.

-- Si es un vampiro, le clavo la Excalibur que es de plata. -- Ni idea, primero que no creo que sea de plata pues es una espada sagrada y segundo porque la plata... ¿era para vampiros o para hombres lobo? Bah, la idea era clara: cargármelo.

Aunque nunca antes de saber dónde estaban los niños.

En ésto, @ Matt Blackner y yo coincidíamos.

[Matt Blackner]

Me quedé mirando un momento la taza, en silencio. El hecho de enfrentar a Derhorn no me había asustado nunca. Lo que me preocupaba era volver a perder la cabeza y que Sagitas no pudiera controlarme. Los dos habíamos visto en la recordadora mis visiones de Videncia, y me preocupaba llegar a eso. Mientras, Sagitas seguía con su azúcar-café mientras rondaba alguna de sus ideas.

 

- Si, exacto. Nos conoce, y si ha conseguido reunir seguidores, solo conseguiremos que se crezca y la situación se vuelva en nuestra contra. - contesté, mirándola.

Ella ya había comenzado a idear un plan, al menos eso parecía por como comenzó a hablar, hilando sus propias ideas y teorías. Que sugiriera su vampirismo me hizo gracia, pero probablemente no lo era, sino que tendría algún tipo de guarida.

 

- Tenemos que hacerle hablar, o conseguir seguirlo hasta los niños. - dije - tú puedes usar la metamorfomagia, y a mi no me costaría hacerme pasar por un indeseable cualquiera. La ventaja es que él no puede sentirme y no podrá saber quienes somos, pero yo si puedo rastrearle.

 

Me puse de pie, dejando la taza sobre la mesa.

- Lamento decirte que la plata es útil contra los hombres lobo, no contra los vampiros. - contesté riendo.

[Sagitas E. Potter Blue]

Por supuesto, Matt se estuvo fijando en mi batalla con el azúcar del café y no pudo evitarlo, se rio de mí, a pesar que sabía que no me gustaban las bromas, que yo era muy seria. Así, arrugué un poco el ceño.

-- ¿Y cómo quieres que recuerde todo? Pues si no sirve la plata, un cuchillo de madera, siempre que se lo pueda clavar todito -- repliqué, algo enfadada por sus risas.

A parte de eso, él tenía razón. Sólo faltaba que ese hombre tuviera una campaña con seguidores. Seguidores... Arrugué aún más la frente al pensar en eso. Nunca me había planteado el que aquel hombre pudiera tener seguidores. Siempre lo había imaginado como un hombre que trabajaba solo. Además, en mis visiones y en las de Matt, siempre había aparecido solitario, excepto cuando lo veía con Ithilion joven. Suspiré, algo nerviosa, olvidando que me había enfadado con Matt por sus burlas.

-- Tenemos que infiltrarnos, si dudarlo.

Me levanté a su lado y me transformé mientras lo hacía, de manera que al poner el pie derecho en el suelo para incorporarme, aún era Sagitas y al poner el otro pie en el suelo y desplazarme a su lado, ya era otra persona, completamente disfrazada para que no me reconocieran.

¡Olé por mi facilidad para metamorfosearme y por la falta del sentido del ridícul0 que he conseguido con el paso de los años en el Circo! Estaba segura que nunca sabrían identificarme así. 

-- Venga, @ Matt Blackner , tenemos que ir al miting de este tipo y pillarle desprevenido.

Caminé, orgullosa con mi ropa y semblante, a la búsqueda de aquel tipejo, Dermont.

 

 

@ Sean -Ojo Loco- Linmer , a ver si roleas ya...

[Sean -Ojo Loco- Linmer]

Sean Linmer Poltegeist

Desde lo sucedido en el baile frances y ahora con la nominacion de mi persona como Ministro se me habia venido abajo la moral. El muy poco estimado Derhorm habia ocupado mi lugar, lo que era el triple de preocupante si manejaba mis negocios y mis conecciones. Asi que mi accionar de poltergeist se limito a un receso en el caos y si en enfocarme en introspeccion personal de baja autoestima. Y asi dando lastima ajena....flotando como un goul o fantasma descolorido por la casa pase esos primeros dias. Lo unico que me sacaba un poco las energias era el hecho de jugar entre mis dedos con la tarjeta que le habia robado a mi copiador mañoso.

Y asi flotando en la decidia de mi existencia hasta que sin proponermelo pase flotando cerca de donde se desarrollaba una interesante conversacion. Asi que preste oidos y bueno.....digamos que al no tener vela ya en ese entierro...mejor ayudar en lo que pudiera. Asi pues como era costumbre en mi interrumpi.

-Este....creo que tengo algo que les puede ayudar. -dije dejando la tarjeta sobre la mesa. -Si lo que suponen es cierto -ya con eso confirmaba que habia oido toda la conversacion- aprovechen que mi otro yo esta en un Mitin para colarse aqui. A lo mejor ahi obtienen alguna pista sobre los niños.

Y ahi estaba la famosa tarjeta que le habia sustraido a Derhorm el dia del baile. La direccion quedaba bien explicita con mi letra...posiblemente copiada. Y indicaba o eso habia averiguado usando un elfo domestico bajo amenaza de terrible sufrimiento....y despues de asegurarle que ayudaba a su ama, una serie de almacenes. 

@ Matt Blackner @ Sagitas E. Potter Blue