The Magical Purge

[Ada Camille Dumbledore]

 

Londres, Sede de la embajada del Ministerio de asuntos mágicos franceses.

 

Y finalmente la fecha había llegado, había esperado este día justo para ver que pasaba, me había quedado en Inglaterra para asegurarme de que todos los franceses estuvieran alejados de la locura del dia de la purga, pero yo no dejaría pasar la oportunidad para torturar o matar a algunos en público y sin tener que pagar por ello, aunque para eso no necesitaba permiso ni licencia, era bueno saber que existía este beneficio y porque no probarlo. La sensación de ansiedad era alta, la necesidad de causar daño siempre era algo que me llamaba la atención, desde que me había permitido liberar mis sentidos profundos de mía antepasados de Veela, tenía un frenesí por matar y la verdad cierto tipo de víctimas eran de mi agrado más que otras.

Así que en mi habitación del cuarto piso de la embajada me aliste para salir: debía estar cómoda y como era necesario me vestí luciendo un top negro una chaqueta de cuero negra y un pantalón de cuero, botas largas y el cabello suelto, no necesitaba muchas cosas a decir verdad y estaba lista para esto, aliste una fusta en mi cinto, mi varita Isis en mi mano. Escuche las sirenas y me dispuse a desaparecerme desde la ventana de mi habitación.

 

Londres, Calle Oxford

 

Aparecí en un oscuro callejón de Londres cercano a Oxford Street, allí seguramente alguno debería pasar. Espere con calma quien apareciera por aquella calle que fuera tal y como yo deseaba para torturar, la verdad matar por matar no era divertido: atraparlo por medio de una caza y hacerlo sufrir era justo lo que yo quería, eso me hacía sentir bien y sacia la sed de sangre en mí.

Así que espere en medio de la oscuridad a la víctima perfecta para mi, estaba segura que en cuanto lo viera sentiría esa sensación y necesidad de cazarla para satisfacer mis oscuros deseos.

Editado 11 de Noviembre del 2022 por Ada Camille Dumbledore

[Sean -Ojo Loco- Linmer]

DERHORM. PLAZA TRAFALGAR.

No me aparecí precisamente en mi objetivo sino que hice uso de una callejuela aledaña con poca iluminación.  Así atravesamos el portal y mientras ya me dirigía a la plaza el secuaz buscaba una buena locación para filmar lo que sucedería.

Sonreí ubicandome en medio de la concurrida plaza. No era una risa hermosa para nada y puede que la tomaran como parte de mi disfraz. Lo cierto es que a continuación comencé a esparcir haciendo uso del viento cierto tipo de esporas que tenía guardada en una caja que saque de mi bolsillo. Claro antes había realizado un casco burbuja que impresiono a los muggles presentes.

Si me preguntan que tipo de espora. Pues una en especial que había robado en mi recorrido por Brasil. Una alucinógena y que aumentaba la concentración de adrenalina y testosterona en sangre haciendo a los presentes ver cosas y tan sensibles que cualquier roce pudiera interpretarse como un ataque. Y eso fue lo que sucedió. Asustada por una visión, la primera víctima tropezó sobre otra y cual fichas de domino pronto el caos y la pelea se extendió por el lugar.  

De hecho bien que pegaría ahora la canción "Ultraviolento" para definir la situación. De hecho la escena era lo opuesto a aquella donde en una peli muggle se crea un perfume que hace entrar en frenesí amoroso a todo un pueblo, en este caso no era hacer el amor, era la guerra. Palos, puños, piedras, cuchillos. Todo para lastimar al prójimo.

Mientras mi secuaz grababa, que dirían los medios muggles, histeria colectiva???. No. No se llevarían el merito. Sin más apunte mi vara a un tipo que venia hacia mi con malas intenciones y la maldición asesina lo golpeo en el pecho. A partir de ahí entre rayos y encantamientos amenice el suceso.

[Amit Lockhart]

Cada vez estaba mas cerca de la puerta de departamento  de misterio, pero mientras corro en el paso  veo que alguien detrás de mi . Me viene persiguiendo me gritas cosas, pero no tengo tiempo para pensar, es momento que actué acelere mas mi paso -alcánzame si puedes-  le grite por no se, pero la adrenalina me parece divertida, igual esa noche todo estaba permitido asi que era el momento de hacer todo lo que quería hacer.

cuando, ya había hablado y le di la seguridad, que si había alguien mas pensé las cosas un poco mas claridad y tenia que pensar en algún hechizo que le diera tiempo a terminar de llegar, ya adentro pensaría que mas hacer, lo único que se me ocurrió decir fue  Serpensortia  asi de mi varita comenzó a salir una bella serpiente cobra, que de una vez comenzó a moverse en el pasillo en camino a su victima, yo no espere a ver que seria de ella solo la seguí con la mirada unos segundos mas hasta que se perdió en la oscuridad, espero que encuentre al vigilante y le coloque su veneno en una letal mordida.

Llegue a la puerta pero estaba cerrada asi que use el clásico -alohomora- la puerta se abrió en par en par, corrí a mi derecha en búsqueda de un lugar donde pueda ocultarme y tenga un buen Angulo de visión para cuando  el oficial llegue ya este preparado para lanzar un rayo directo a su pecho, aunque no tenia bien claro cual podía usar.

 Mientras ese pasara trate de calmar mi respiración y pensar donde puede estar la sala de la profecías para buscar la profecía de los Lockhart, a ver si eso me podia ayudar a saber de su paradero.

[Ludwig Malfoy]

Pepé dela Creme
Calle Oxford

Se le había hecho muy tarde, no esperaba que el bar donde se presentaba como drag queen trabajara pero parecía que muchas personas deseaban tener un poco de entretenimiento antes de la purga. Algunos se veían sospechosos e impacientes, no eran los claros tipos que deseaban irse a sus casas en cuanto acabara el espectáculo, al contrario esperaban con ansias a que dieran las siete de la noche para empezar a atacar. Si bien la vestida no deseaba participar en aquella matanza, tampoco podía ignorar el hecho de que necesitaba el dinero y por cada canción que interpretara le iban a dar dinero. Sin embargo ya iban a dar casi las 9:00 de la noche y los hombres del lugar no tenían planes de irse así que decidió recoger sus cosas y salir corriendo cuanto antes.

Pudo escuchar como unas botellas de vidrio se rompían y los hombres del lugar comenzaban a golpearse unos a otros. Algunos reían y otros incluso estaban grabando todo lo ocurrido. Pepé no tuvo tiempo siquiera de quitarse el maquillaje o cambiarse los tacones, necesitaba escapar cuanto antes o sería una víctima de la purga. Mientras corría se escuchaban los tacones golpear el suelo, pronto se los tendría que quitar pero deseaba ganar un poco de tiempo hasta el departamento donde rentaba.

Fue entonces que no pudo prevenir lo que pasaría a continuación, una figura femenina se encontraba parada en las sombras, la observaba y casi casi podía sentir como ésta le sonreía. La vestida no quiso indagar más pero también era posible que esa chica solo estuviera en apuros así que sacó de su bolso su gas pimienta y lo sostuvo fuertemente mientras decía.

-Hola, ¿estás bien?.
@ Ada Camille Dumbledore



Muggle
Plaza Trafalgar

Lo había logrado, había ingresado al mundo mágico justo antes de que iniciara la purga, afortunadamente aquel día todos los vuelos hacia Londres estaban vacíos y muy poca gente se hallaba tanto en los aviones como en las entradas de migración. La recomendación de alejarse de Londres era clara e incluso las aerolíneas habían bajado sus precios drásticamente. Fue por eso que aquella persona proveniente de América decidió pasar su noche expiando sus pecados. Había salido de prisión con más de diez cargos por trafico de personas, incluso asesinato y fue puesto en libertad por falta de evidencia. Pero ese hombre de tez pálida era todo menos inocente, deseaba aprovechar cada segundo de aquella noche así fuera su último día con vida.

Salió del bar donde se encontraba aquella Drag queen y caminó hacia la plaza donde varios grupos se encontraban saqueando. Fue entonces que algo extraño comenzó a ocurrir. Las personas se quedaron inmóviles por unos segundos, como si estuvieran olfateando alguna especie de espora. Afortunadamente aquel muggle tenía puesta una máscara para prevenir enfermarse por Covid y no fue afectado como los demás que comenzaron a golpearse unos contra otros. Fue casi golpeado también pero necesitaba ponerse a resguardo y evitar morir tan rápido. A lo lejos veía a unos hombres que reían, se veían que disfrutaban la situación e incluso grababan.

Decidió no quedarse ahí para ser afectado por aquella ola de violencia y en su lugar tomó un ladrillo y se acercó a uno de los locales que nadie había tocado aún, se llamaba “House of Books”, el vitral principal se rompió y aquel individuo ingresó sin miedo a nada, era mejor estar dentro que afuera. Además podría robar un poco de lo que hubiera en la caja siempre y cuando no se encontrara con alguna especie de mago o bruja que le impidiera su fechoría.

@ Darla Potter Black  @ Sean -Ojo Loco- Linmer


Departamento de Misterios
Hank Parker

Deseaba con todas sus fuerzas que nadie le contestara pero no fue así, una voz le respondió como retándolo a perseguirlo. Sabía que muchas personas aprovecharían la noche para jugar bromas pesadas y posiblemente aquel individuo solo deseaba eso pero al ser miembro de la policía debía cumplir con su deber – éstas en territorio restringido por la purga, mejor sal cuanto antes o pasaras tu vida en Azkaban – comentó tratando de hacerse valiente mientras corría con varita en mano hasta donde estaba aquella voz.

Estaba muy oscuro para poder ver o escuchar por lo que no pudo prevenir lo que pasaría, un intenso dolor apareció en su pierna seguido de el ardor de un fuerte veneno recorriendo su cuerpo, una serpiente lo había mordido y poco a poco sus sentidos comenzaron a nublarse – vípera evanesca – dijo provocando que la serpiente se desapareciera pero el daño estaba hecho y necesitaba curarse, si tan solo hubiera puesto un poco más de atención en sus clases sabría el hechizo necesario para eliminar ese veneno, sin embargo no se acordaba y el veneno seguía afectándolo.

No llamó a sus colegas solo siguió caminando hasta llegar a la única puerta que estaba abierta, era la sala de las profecías o eso pensaba pues una luz intensa salía de ella. Necesitaba acordarse de ese hechizo, necesitaba sobrevivir, no quería ser el hazme reír de nadie – será mejor que regreses – dijo todavía cada vez más débil - no sabes el castigo que te espera – y entonces finalmente recordó, dijo – morphos – transformando un botón de su ropa nueva en un bezoar el cual ingirió rápidamente, los síntomas pararon y el policía se sentía listo de nuevo para cumplir con su deber.

@ Amit Lockhart

[Amit Lockhart]

Ya estaba en la sala de las profecías, a donde quería estar no estaba seguro como buscar la que vine a buscar, solo me preocupa el guardia de seguridad que venia justo detrás de mi , ya estaba calmado con todas mis facturadas al máximo, hasta ya mi visión se esta acostumbrado a la poco iluminación que había en la sala y tenia aun mi mascara bien puerta, 

Escucho la voz del oficial dándome las indicaciones que este lugar no esta permitida durante la actividad de la purga, escuchaba su voz que se estaba acercando cada vez mas donde yo estaba, luego escuche amenazaba con ir a Azkaban fue lo ultimo que dijo antes del entrar por el umbral donde yo estaba.

 

Como lo estaba esperando apuntando directamente con mi varita no le di tiempo a que reaccione ni que me vea y le lanzo un hechizo directo a su pecho - Silencius- el efecto hace que mi contrincante se quede completamente en silencio y no pude pronunciar   nada mas, viendo la herida que tiene el pie a causa de mi serpiente, se ve que aun no ha dado tiempo de sacar el veneno en su cuerpo y con no poder sanarse el veneno sigue avanzando en cuerpo.

 Ahora tenia que actuar con rapidez asi y volví a atacar esta vez con un rayo -Sectusempra- la luz delata mi posición asi que me coloco a 5 metros de mi rival, sin bajar nunca mi varita veo como viaja el rayo y impacta en su pecho haciendo que heridas comience a brotar en cuerpo y la sangre comienza en ensuciar su uniforme nuevo.

veo la persona toda herida y envenenado pero no bajo la guardia, lo miro como se va colocando mas débil con cada segundo que va pasando, tengo que deshacerme de el antes de colocarme a buscar mi objetivo en ese lugar.

@ Ludwig Malfoy

Editado 14 de Noviembre del 2022 por Amit Lockhart
se me fue el post sin terminarlo de escribir

[Sean -Ojo Loco- Linmer]

DERHORM. PLAZA TRAFALGAR

Interesante figura el ver como al hacer colgar a algunos muggles de los tobillos, los otros abajo se aprestaban a lanzarle cosas, al menos hasta que se enredase en tamaña trifulca con otro de sus congeneres. Admiti que habia sido una buena idea, a fin de cuenta quien defenderia a los muggles? A fin de cuentas las recientes fuerzas del orden iban a estar en los puntos designados...San Mungo...Gringotts...y claro..el Ministerio y Hogwarts. Asi que con barra libre solo quedaba divertirme. 

Ya tenia a mis espaldas varios muggles muertos....otros mas torturados...algunos desparticionados...y claro otros con huesos rotos y estremidades laceradas y lo mejor, un ultimo grupo que con un buen Imperius se deleitaba en ir a rematar a los mas lastimados. Pero claro tenia que presentarme en esos lugares, al final en teoria era un voluntario de la policia magica. Asi pues retomando mi fisico menos viejo de un hombre maduro de 51 años sali de la trifulca para acercarme a algo bien raro. Por que??? Pues es basico...que un muggle no se viera afectado por las esporas alucinogenas y que para colmo atacara un negocio magico no era normal. Interesante. Mi vara pronto paso a modificarse a varita y me acerque al negocio.

-Vaya..vaya que tenemos aqui. -dije cruzando por el cristal roto...para mover la varita y repararlo. -Ahora, muerto, te toca decidir...truco o trato??? 

Y sin mas movi la varita para hacerlo colgar de un pie...Mientras lo miraba. Menudo desparpajo venir a bailar a la casa del trompo y lo peor....aprovechar mi caos para ofendernos con un robo.

@ Ludwig Malfoy

Editado 14 de Noviembre del 2022 por Sean -Ojo Loco- Linmer

[Darla G Dumbledore]

Kimberly Black en House of Books.

Dos cosas había querido Darla asegurar, la seguridad de sus elfos y la de aquellos que no pudieran defenderse en aquella travesía de doce horas al infierno. De lo segundo se iba a ocupar ella personalmente, motivo por el cual la Potter Black se encontraba por distintos destinos londinenses y de localidades aledañas cubriendo sus huellas y la de quienes la ayudaban en aquella tarea .

En cuanto a su local, los elfos tenían órdenes de no regresar al local, tras haber sido puesto a salvos en el paraje al que conectaban las puertas mágicas en el departamento de Darla. El local tenía protecciones mágicas y solo un idio.ta se atrevería a atravesarlas, porque eran más que visibles a cada mago o bruja que intentara ingresar. Claro que los muggles eran más ineptos para eso, no son capaces de ver las señales y Kimberly, quién tenía orden de reunirse con Darla allí a cierta hora, lo comprobó minutos después de su llegada al local después de regresar por las puertas magicas, habiendo dejado a salvo a los elfos.

Lo que siguió no fue más que una serie de movimientos tontos y extraños. El muggle intentando robar en una librería y un mago ingresando tras él reparando la vidriera y atacandole.

–Ni truco ni treta… expeliarmus –dijo la rubia observando al mago desde la escalera, su faz le era familiar por ello solo lo desarmó de momento –desmaius –dijo apuntando al hombre que colgaba del aire y agregó –liberacorpus –le iba a doler todo durante un buen tiempo. Kimberly miró al niñato de 5(?) al que había desarmado y le advirtió –gracias por el arreglo pero largo de aquí tú, de este saco de huesos me encargo yo –en verdad, considerando que la policía muggle no tenía nada que ver, era allí a dónde llevaría al infeliz tras obligarlo a confesar esas y cada fechoría. Por lo pronto no había nada más que hacer, la inmunidad ministerial era algo que sabía que podía hacer valer, incluso por la fuerza. Solo esperaba no la obligara a ello y con gusto demostraría lo que era capaz, ya que el hombre era bien claro que no la conocía enfurecida.

@ Sean -Ojo Loco- Linmer

@ Ludwig Malfoy

 

 

[Sean -Ojo Loco- Linmer]

DERHORM. PLAZA TRAFALGAR

Era demasiado el deseo de encontrar al menos un reto en el muggle. Al parecer la mascarilla lo habia ayudado a evitar mis esporas alucinogenas, una mascarilla que ahora aun le cubria el rostro. Al menos como ladron no le serviria mucho. Sonrei y ya iba a darle una nueva receta de tortura magica cuando inesperadamente alguien aparecio en el local, basicamente para negarme el placer culposo de disfrutar como un crio del slogan de Halloween. Pero bueno que se le iba a hacer, esto era un extra en el plan. Asi que mientras varita volaba por los aires chocando con un estante de libros y callendo a mis pies me gire para ver quien ofendia de esa manera.

Menuda sorpresa me lleve, era la jefa..digo sub-jefa. No le guardaba especial rencor o al menos no mas que a cualquiera de este mundo sea ser magico o muggle...asi que por el momento todo iria bien. Ademas vale decir que al menos agradecio el arreglo del cristal.

-Venga..venga...-dije agachandome con cuidado....tenia una edad que aparentar- dejame al menos torturarlo un poquito.

Sin mas tome la varita y me incorpore. Ahora mismo me debatia en que beneficio tendria el quedarme a esperar mi pedazo de carne de aquel desafortunado. Lo cierto es que no parecia atractiva la idea de molestar a la vice jefa...en aras a escalar posiciones dentro de la policia magica. Mas bien lo ideal era pasar desapercibido...y de vez en cuando conceder algun que otro favor que cobraria.

@ Ludwig Malfoy  @ Darla Potter Black

 

[Ludwig Malfoy]

Departamento de Misterios
Hank Parker

Su corazón latían tan rápida y fuertemente que pensaba que su pecho pronto estallaría. Aunque ya se había curado del veneno, aún le dolía mucho la pierna la cual tenía los dos orificios de entrada y supuraban sangre. Era el peor día de su vida y aún no terminaba pero estaba muy comprometido con la policía ministerial que no dudó ni un momento en seguir avanzando. Seguramente gracias a ser un Gryffindor valiente y orgulloso. No daría marcha atrás y posiblemente ganaría una medalla después de atrapar al delincuente. Cojeaba pero aun así iba a tan buena velocidad que pudo ver a su enemigo muy cerca.

-Alto ahí, manos arr… - pero entonces su voz se quedó apagada, no pudo terminar con lo que quería decir y se sintió frustrado y muy enojado. Quería gritar por ayuda y claro, golpear a aquel chico que se creía muy listo como para lanzarle hechizos. Nuevamente Hank no podía recordar siquiera los hechizos básicos de defensa así que al ver como el intruso le lanzaba aquel rayo sanguinario, solo pudo cubrir su rostro con las manos mientras una gran cantidad de heridas sangrantes aparecían en todo su cuerpo.

Cayó al suelo mientras la sangre cubría todo el piso, su cuerpo poco a poco comenzó a palidecer, no sentía dolor, solo una gran paz y calma. Se lamentó mucho por no ser un mejor duelista o un mejor estudiante, sin embargo ya era muy tarde, estaba muy débil para pensar y sus ojos se cerraron, posiblemente para siempre.

@ Amit Lockhart

House of Books
Muggle

Sus ojos se encontraban inyectados de sangre, deseaba estar a salvo pero también quería estar dentro de la revuelta causando tantos destrozos y allanamientos como le fueran posibles. Aunque no tenía poderes como esos magos repugnantes, tenía su magnum la cual estaba cargada y lista para disparar en cuanto lo intentaran lastimar. No tenía miedo a morir después de todo por algo había llegado a la gloriosa purga. Entonces se dio cuenta de que no estaba solo, frente a el estaba una mujer bastante atractiva la cual lo miraba desde la oscuridad. Aquel muggle de nombre Cletus se relamió los labios ignorando el poder descomunal que esa chica tendría.

Dio un paso para darse cuenta de que alguien lo había seguido, era un hombre ya mayor que de alguna manera se le hacía conocido, el ladrón quiso buscar en su bolso pero ya era muy tarde, aquel hombre había susurrado unas palabras y por arte de magia se vio de cabeza flotando en el suelo – suéltame abominación de la naturaleza – decía gritando y pataleando pero era imposible, sentía tanto coraje que no alcanzó a escuchar como la chica que había visto antes salía de las sombras y  comentaba otro hechizo que hizo que el delincuente cayera golpeándose la espalda y la cadera.

La escena que tenía frente a él era como sacada de una película de ficción, ambas personas tenían un pedazo de madera en sus manos como si fuera un arma de gran poder, discutían sobre que hacer con él lo cual le indignó bastante, no estaba ahí para ser el juguete de unos subnormales, fue por eso que molesto finalmente sacó el revolver y lo dirigió hacia el señor que lo había levantado por el suelo – ve a torturar a alguien más en el infierno – dijo mientras disparaba y se escuchaba un gran estallido, si todo salía bien la bala lo dañaría gravemente.

 

@ Sean -Ojo Loco- Linmer  @ Darla Potter Black

[Kahlan Blackthorn]

 

La única fidelidad que conocía el Blackthorn, estaba impresa en cada una de las cicatrices que surcaban su piel como lo hacen los buques de guerra en altamar. Sus ojos azules como el cielo más puro y al mismo tiempo se oscurecían, cuando el atardecer amenazaba con traer consigo la noche más larga que se hubiera conocido dentro de Londres. La purga era un parque de diversiones sin restricción alguna para el Ángel Caído, el saber que podría matar a todo aquel que le debiera alguna frenta pendiente y sin tener que pagar por sus crímenes o temer el verse sometido a un juicio amañado por el nuevo Ministro de Magia.

No confiaba en lo absoluto en el Malfoy, jamás le termino de calzar su presencia dentro de las clases de Castelobruxo o la infinidad de veces que se le insumió de manera tan descarada. El llevarlo hacia una trampa, no resultaba un reto para el Holandés, sin contar que tendría encima de el a sus dos más cercanos colaboradores. Una palabra diferente a esa cruzaba su mente como un dardo envenenado, dejándose la misma para su mala entraña y usar ese venenito cuando lo creyera conveniente.

— Espero que no den demasiada pelea y si lo hacen. Pues no nos quedará nada más que arrancarles cada uno de los miembros con unas tijeras diminutas y cortar sus pieles con agujas—la sola idea de retomar las enseñanzas que le legará Juv, no le desencantaban en lo más mínimo. El ver la sangre correr bajo las suelas de sus botas, deleitándose con los gritos que brotarían de sus gargantas como lo hacen las espinas de un pez globo. Alistando todo lo necesario para su encuentro con sus hermanos y su prima, no olvido el pequeño presente que le enviaría al Ministro Londinense.