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The Magical Purge


Ludwig Malfoy
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Calle Oxford, Londres

 

Las sombras de la noche cubrían mi presencia en aquella calle principal  solo pocos se disponían a pasar por allí y la realidad era que solo buscaba alguien que despertara en mi el instinto asesino,  no mataría a cualquiera, no desperdiciarla mis instintos animales en un simple muggle , no yo quería una víctima que sufriera y suplicaba piedad ante mí,  como lo hacían las víctimas de mis antepasados. Mi mirada no se fijaba mucho en las pobres personas que se apresuraba a pasar la calle corriendo,  un par de caballeros se quedaron viéndome y con una mirada gélida les hice voltear a otro lado. Me disponía a seguirlos cuando una voz conocida me hizo voltear. Cuando la vi un viejo rencor había encendido mi molestia, Pepe de La creme había estado presente en aquella molesta competencia en la que se habían atrevido a comparar a los muggles con los magos, algo totalmente inaceptable ante la superioridad de la sangre mágica. Me dispuse a saludarla con algo más de ironía.

 

-   Estoy mucho mejor ahora…

 

La mire con sadismo, solo quería ver como su sangre tibia salía de su cuerpo herido, seria tan simple con magia pero esta noche estaba dispuesta a dejar que todo mi instinto saliera a relucir. Deje que mi cuerpo se expresará y la animagia fue la respuesta a ese instinto, me transforma en un Lince ibérico, mi pelaje dorado y mis ojos ambarinos se deleitaban en la oscuridad. Las grandes patas de la forma felina pisaron el suelo con fuerza como un golpeteo y un rugido sonoro salió de mi garganta,  casi como un grito de guerra. Era momento de jugar con mi víctima para divertirme.

@ Ludwig Malfoy

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Ministre de la Magie Français // 🌙 dulce asesina by Mael

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House of Books
Cletus


Aquella serpiente no se movía, era su arma y un instante después se había convertido en un reptil, ¿acaso lo habían drogado? Claro que no, al contrario, estaba más consiente que nunca y deseaba continuar con la noche de la expiación tal y como lo había planeado por semanas. Si iba a morir sería cosa del destino pero no en ese momento que apenas la diversión estaba comenzando. Afuera en las calles los ruidos se habían más y más fuertes. Parecía que la violencia había traído a más masas y deseaba saber lo que estaba ocurriendo.

Tenía más armas dentro de su arsenal claro estaba pero no serviría de nada, si aquellos anormales tenían escudos protectores invisibles, por más que lanzara balas o fuego de nada serviría. Lo mejor sería correr y no permitir que esos brujos tenebrosos lo atraparan. Se comenzó a deslizar lentamente para no llamar la atención de aquellos magos. De poder escapar se las arreglaría para lanzar una granada y matarlos.

@ Darla Potter Black  @ Sean -Ojo Loco- Linmer



En el Ministerio de Magia

Yuriko Oyama reconoció al chico unos segundos después, estaba algo cansada y en la tenue luz le fue difícil identificar al joven con el que había platicado previamente. Lo escuchó y no podía creer que el ministro tuviera un hijo con su secretaria. Veía eso con muy malos ojos y no podía imaginar todos los conflictos de interés que aquel hecho podía desencadenar, no obstante no era su deber juzgar por lo que su jefe hiciera o no. Ella solo observaba y callaba en silencio. Miró hacia el rubio quien con una seña de la mano dejó que el joven entrara para que les dijera de su deseo por proteger a la ciudad.

-De ninguna manera – comentó más molesto de lo que ya estaba – ninguno de mis hijos va a salir, si yo no puedo ustedes mucho menos podrán, hay más de mil miembros de la policía ministerial y tu solo les estorbarías y serías un blanco fácil para que te ataquen – sentenció, luego miró a Noe quien no había dicho nada – por cierto, te presento a tu hermana mayor, Noeline, se que no es el mejor momento para que se conozcan pero ya que están aquí creo que pueden hablar, espero se caigan bien – dijo, se sentía muy estresado como para hablar con el tono tranquilo que siempre lo caracterizaba.

Miró el reloj y eran casi las 10:30 de la noche cuando el ruido finalmente despertó a todos los que se habían alojado en el ministerio de magia. Una protesta se había formado y con varitas, antorchas y carteles habían comenzado a gritar, a pedir que Ludwig detuviera todo, la purga, la violencia. Ellos no entendían nada de lo que estaba ocurriendo y claro que no deseaba sembrar mas terror en el pueblo del que ya había, pero había alguien extorsionando a Ludwig, obligándolo a tomar esas medidas y en caso de no hacerlo, todos posiblemente morirían. El rubio debía mantener esa fachada y de ser necesaria usar la fuerza policiaca, así lo haría.

Vio como algunos comenzaron a lanzar botellas de vidrio, piedras y demás a las entradas del ministerio, aunque el lugar estaba cerrado con magia y era casi imposible que la gente pudiera entrar o salir, sabía que había magos con magia más poderosa que fácilmente podrían penetrar en el lugar -tenemos que acabar con esa marcha o entraran y acabarán con todo y con todos – dijo nervioso -  manda a las a algunos miembros de la policía, pero que no hieran a nadie – dijo a Yuriko quien salió corriendo.

A la entrada del lugar había ya cerca de veinte miembros de la policía los cuales tenían escudos que los protegían, varitas mágicas y una especie de macana que usarían en caso de controlar a la gente violenta – atrás – gritó el que comendaba – están en territorio con inmunidad a la purga, si insisten en pasar se usará la fuerza – muchos de esos policías eran inexpertos, se veían nerviosos y otros estaban tan sedientos de violencia como los mismos que participaban en la purga, pronto iniciaría la pelea.

@ Mael Blackfyre  @ Noeline Malfoy McFarlan  @ Amit Lockhart  @ Mica Gryffindor  @ Mefistófeles Evil.  @todosxD 




Calle Oxford
Pepé dela Creme


Se sentía un poco nerviosa, todo estaba oscuro pero a lo lejos se escuchaban los disturbios en todo su esplendor. La vestida solo pensaba en irse a su casa y no deseaba meterse en problemas pero intentando ser una buena samaritana había caído presa de una bruja con malas intenciones. En cuanto ésta la miro supo que algo andaba mal, muy mal. Su cara sonreía con placer y deleite y pudo observar como ésta cambiaba lentamente para irse transformando en la de un animal salvaje.

Gritó aguda y chillonamente, no pensó siquiera en mirar atrás así que corrió dejando su bolsillo en el piso. En su mano sostenía su varita mágica y la otra la mantenía en el aire. No era la mejor en hechizos pero sabía defenderse, no iba a morir aquella noche. Mientras corría los tacones sonaban por la calle hasta que no pudo más, se rompió uno de ellos y cayó al piso rompiendo sus medias de seda – por favor, no me mates – suplicaba por su vida – no te he hecho nada solo quiero irme a mi casa – pero sabía que esa gente estaba trastornada, no sería suficiente solo rogar por su vida, tenía que defenderse.

- Desmaius – dijo al lince que había aparecido, el rayo salió de su varita debía dejarlo inconsciente, el tiempo suficiente para escapar, esconderse y esperar a que no fuera encontrada.

 

@ Ada Camille Dumbledore

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Kim-1.pngKimberly en House of Books con Cletus y Derhorm

Convengamos que el chico no era el más listo, el mago frente a ella no era el más bueno y ella no era una santa. Así que en el momento en que el tal Cletus, sí, alguien por ahí, en algún lugar o quizás en algún momento que hizo contacto con sus ojos y leyó su mente con legilimancia o simplemente porque tenía cara de Cletus ella sabía cómo se llamaba. Pero volvamos, el tal Cletus intentó escapar, esto produjo un par de hechos que terminarían desestabilizando muchas cosas e iniciando las acciones que quizás determinarían su destino.

La serpiente se lanzó contra él en cuanto comenzó a moverse intentando dirigirse hacia el ingreso del local. El leve movimiento fue inmediatamente captado por Kimberly y su varita se movió veloz y sin piedad. Por un momento pensó en un simple impedimenta, hubiera bastado para dejarle quieto, la serpiente lo hubiera alcanzado pero no le hubiera atacado porque ya no escapaba. Podría haber optado por un incarcerus y el muggle estaría arrollado como un matambre para la cocción y la serpiente feliz y quietita a su lado. Pero no, lo que salió de los labios rojos y carnosos de Kimberly fue otra cosa:

—Cinaede —el efecto fue inmediato, el veneno gaseoso de los pétalos de pensamiento surgió alrededor del muggle y penetró en el acto sus vías respiratorias, la sonrisa de la rubia era condescendiente mientras la serpiente se detenía erecta, dudando —el veneno va a pasar de cortar tus vías respiratorias a tu sangre y de allí a paralizar tu sistema nervioso  y el circulatorio… ya imaginarás que viene luego… —su mirada azul y fría se volvió hacia Derhorm —¿querías jugar? —y se volvió una vez más hacia Cletus mientras pensaba en un anapneopero no será tan rápido querido, aún necesitas dos episkeys —sabía que él no tendría ni idea de lo que hablaba por más que ahora pudiera sentir sus vías respiratorias destapadas —hay distintas formas de despellejar un conejo y muchas más formas de jugar al gato y al ratón —dijo Kimberly con una frialdad que ni ella misma reconocía, aquella noche era algo contagiosa y eso no le agradaba para nada. ¿O sería por el cuasi desafío de Derhorm que actuaba así?

@ Ludwig Malfoy  @ Sean -Ojo Loco- Linmer

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DERHORM. HOUSE OF BOOKS

Al parecer no era del todo un desconocido para Kimberly. Si, me habia atacado y se entendia....basicamente entro sin conocer la situacion. Ya despues bastante habia hecho para no desgastarme en demostrar las diferentes formas de evitar una bala muggle. Lo cierto es que cuando me pregunto por mi nombre solo incline la cabeza con un gesto educado.

-El mismo que viste y calza. -hice un poco de reverencia- Siempre a vuestro servicio.

Sonrei ante la idea de la apuesta y me encogi de hombros. Salvo la diversion de ver como de imaginativos podriamos ser con este muggle a la hora de arrancarle gritos y desgarrarlo la situacion no ofrecia mas de si. Eso si...aproveche el momento para mirar mi reloj de bolsillo. Lo bueno de idear algun que otro plan compartimentar las cosas. Asi los de las carretillas de cadaveres no sabian lo del otro grupo. De hecho ni tan siquiera el secuaz que me habia acompañado lo sabia. Al final siempre era facil colocar algun que otro anarquista en los puntos claves. Si de verdad habia protesta por lo de la purga ahi estaria ellos para pasar a la accion y con los animos caldeados encender la mecha era cosa facil. De ahi que mirase el reloj....habria empezado...habria pasado algo???

-No suelo apostar....no me gusta dejar las cosas a la suerte. -conclui mientras movia como batuta en un concierto imaginario la varita. -Aunque compartir el ser causantes de su dolor pues no estaria mal...

Evidentemente el muggle al parecer reconocio el peligro en este dialogo y a pesar de sus limitaciones tenia resolucion en mantenerse vivo asi que hizo un nuevo intento. Claro un intento fallido pues la de Seguridad Magica me sorprendio con un ataque bien potente y dañino. Al parecer iniciaba el juego. Por lo que sonrei. 

-Venga..venga....que vas a matarlo....y asi no hay disfrute. -y sin mas movi la varita despues de susurrar un incarcerus donde con unas cuerdas ate sus muñecas a diversos elementos del local...mientras otra se enrosco en sus piernas fuertemente quedando como un titere apenas a mecerd de su equilibrio mientras me acerque para con una cara transformada en la de un viejito bondadosa...le toque el pecho con la varita y dejandole dicho un Episkey.

Ya ahi a mi merced sonrei y guarde la varita. -Sabes cual es el organo que mejor ayuda en una tortura??- le pregunte a Kim mientras me ponia frente a Cletus. Si..estaba a merced de que me escupiera...o cualquier otro intento desesperado....pero no tan cerca para que me diera un cabezaso. Asi que basicamente saque de un bolsillo de mi abrigo un kit de utensilios de formas muy atemorizantes pues daba mucho a la imaginacion como se utilizaria en el cuerpo humano. Y ya que habia hecho una pregunta retorica...respondia.

-El cerebro....incluso sin hacer nada...ya el cerebro se prepara....ya crea escenarios...ya se enfoca en catalogar el dolor...y ahi usa todos los sentidos a su disposicion. -comente mientras lentamente tomaba una cuchilla y comenzaba a razgar su ropa lentamente...que podria hacer el muggle insultar??? Y cuando iba a empezar el sono en mi bolsillo un chivatoscopio modificado entregado por el Ministerio. -Vaya....al parecer las cosas se ponen dificiles en otros lados. -me gire hacia Kim- Las cosas se estan descontrolando en el Ministerio...supongo que como Policias deberiamos ayudar. -a fin de cuentas el Ministerio no era "purgable". Sonrei y me gire hacia Cletus -Ahhh al parecer has sido salvado por la campana.

@ Ludwig Malfoy @ Darla Potter Black

 

 

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Darla-1-2022.pngDarla Potter Black, en algún lugar de Londres dirigiéndose al Ministerio

La pelirroja estaba desde antes de las diecinueve horas en la calle, lucía ropa completamente negra, desde sus botas, pasando por los cargos y la polera que llevaba, no necesitaba demasiado. Había atado sus cabellos, asegurado en un bolsillo lateral con magia su bolso de piel de moke con hechizo extensible y su varita. Las noticias sobre personas y lugares marcados habían llegado a ella y se había ocupado de movilizar y generar corredores seguros donde diversos miembros de la comunidad, en desacuerdo con la purga, la habían ayudado a sacar a aquellas personas que más riesgo corría.

Sabía que Adrián había cuestionado las consecuencias de la purga ante el mundo muggle, la respuesta de Ludwig había sido menos que diplomática. Su propia decisión de que las miembros del clan Akane llegaran a Londres y se ocuparan de sostener los caminos seguros había sido efectiva. Kimberly era la que se ocupaba de resguardar el hogar de la Potter Black, mientras ella, llevando su insignia ministerial, jugaba un doble papel, aprovechando su “inmunidad” pero poniendo la cabeza en juego, ya que era obvio que más de uno iba a querer hacerse con esa inmunidad para fingirse miembro ministerial y salvar su vida, el miedo y la locura hacen muchas veces actuar con los más bajos instintos a algunos, no solo el momentáneo poder de hacer lo que se quiera.

Pero no todos se habían manejado como ella, muchos, en busca de un alto a la violencia parecían dispuestos a detenerla con violencia misma. O esos fueron los informes que comenzaron a llegar a la Potter Black por medio de patronus y lechuzas, además de un método que había comenzado a utilizar desde hacía un corto tiempo: mensajes al aparato muggle de comunicación llamado Smartphone.  Las fotografías que le enviaba una de sus espías eran preocupantes, una gran turba amenazaba el Ministerio y el mensaje aseguraba que el Ministro y otros miembros estaban allí. Maldijo por lo bajo mientras terminaba de abrir un portal para que pasara una familia cuyos vecinos pretendían robarle sus posesiones y vender en el mercado de tráfico de personas a sus hijas e hijos. Tras cerrar el portal que llevaba a la embajada Darla se desapareció para aparecer en un callejón a medio camino entre los ingresos ministeriales.

@ Mael Blackfyre

Kim-1.pngKimberly Black en House of Books con Derhorm y Cletus

El gesto teatral del saludo de Derhorm la había mantenido atenta, miró de reojo la serpiente y consciente de que pronto acabaría el efecto del morphos decidió que lo mejor sería que se ocupara del muggle, pero el mago junto a ella parecía que no estaba dispuesto a ceder su presa, mucho menos luego de asegurar que no apostaba. Kimberly le vio moverse y le imitó, manteniendo una distancia prudencial pero no por ello quedando fuera del alcance de cualquier movimiento de defensa o ataque necesario.

—No lo voy a matar, solo le haré conocer lo que se siente rozar la muerte —respondió la rubia, mientras pensaba en un curación tras notar que la varita del hechicero junto a ella había aplicado un primer episkey, claro que por la magia que poseía la rubia ese hechizo no resultaba suficiente.

La pregunta del mago la hizo inclinar la cabeza y pensó por unos segundos en el órgano más extenso sensible y a la vez erótico del cuerpo humano. Se equivocó, no hablaba de la piel, sino de la mente, a decir verdad, ese órgano era aún más provocable, excitable y estimulable que la propia piel y en cierta forma creía que ante la vista de las herramientas que el mago mostraba, estaba segura que la mente de Cletus estaba siendo muy bien estimulada, sobre todo al tenerlo allí atado. Levantó una ceja, las ideas del mago eran muy interesantes.

—Entiendo —susurró y elevó levemente la varita en su diestra, mientras Derhorm desgarraba la ropa del muggle y ella contenía la respiración, el chivatoscopio actuó como la campana en un round de boxeo, respiró una vez más y asintió a las palabras del mago, él pareció coincidir con ella por las palabras que le dirigió al muggle.

—Sí, deberías adelantarte, yo termino de poner en orden el local y voy para allá, tengo órdenes —claro que no podía revelarle cuáles ni de quién, solo esperaba que él aceptara abandonar sin ella el local.

@ Ludwig Malfoy  @ Sean -Ojo Loco- Linmer

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Amon Esben Berserker - Inmediaciones de SM

 

El jefe me había dicho que podía hacer lo que me viniera en gana esta noche y así lo haría. Sino, cuando se presentaría de nuevo una oportunidad para el caos de tanta magnitud?, además, como miembro de Tartarus y a veces guardaespaldas, a pesar de todo, tenia suficiente libertad, pero tanto como la de la noche en que el caos estaba siendo presente?

 

En realidad, si estaba haciendo algo, cuidar de aquel que una vez me acogió, por eso, estaba aquí, cerca de donde el trabajaba, escondido en las sombras y a veces haciendo algún que otro desastre, insisto, no iba a dejar pasar una oportunidad como aquella, donde la sangre correría y yo siendo un vampiro sangriento podría saciarme hasta mas no poder.

 

A lo lejos podía verlo. Se encontraba acompañado de otra figura, sabia que ellos habían levantado algún tipo de barrera mágica, pero algo em decía que si lo intentaba podría entrar mas fácil que un cuchillo caliente cortando mantequilla, la verdad es que era obvio, había aprendido del mejor y estaba seguro que el me había dejado algún tipo de "ventaja" o "ventana" en caso de que me necesitara (cosa que en aquel momento dudaba) o que quisiera hablar con él.

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House of Books
Cletus 


Evidentemente aquel hombre no era nada inteligente o brillante, sus est****as y deliberadas decisiones lo habían llevado hasta ese punto en el que posiblemente moriría. No podía entender muchas cosas de la lógica muggle por lo que la lógica de los magos y brujas era algo que simplemente escapaba de su raciocinio, si algo no tenía explicación para el simplemente se convertía en ajeno y hostil, digno de ser destruido. Así que cegado por su deseo de unirse al tumulto que se escuchaba fuera, no pudo prevenir que aquella serpiente se le había lanzado asustándolo y delatando su posición así como sus intensiones de huir.

Aún podía correr, estaba muy cerca de la puerta y por más que la serpiente lo persiguiera, ésta no podría correr tan lejos así que decidió arriesgarse. Pésima decisión. Pudo escuchar nuevamente las palabras extrañas que aquella mujer pronunciaba y pensó que fuera lo que fuera no le afectaría en lo absoluto pero por el contrario, todo cambió de inmediato. Una especie de gas verde lo rodeó el cual rápidamente ingresó por sus narinas. Entonces comenzó a toser y por más que intentaba inhalar aire simplemente sus pulmones no lograban expandirse, se sintió desesperado, sus ojos se le inyectaron de sangre mientras se ponía de rodillas con las manos en el cuello tratando de expresar que no podía respirar, aunque la mujer decía cosas, Cletus no podía siquiera ponerle atención, sentía que moriría hasta que de nuevo dijo algo y sus pulmones se desbloquearon.

No respiraba, boqueaba, trataba de jalar todo el aire que en algún momento se le fue impedido tomar, y de todos modos no estaba fuera de peligro, se sentía débil y la mujer le decía que necesitaba un “epistle” – por favor dame ese epistle, no me siento bien – clamaba por su vida, arrastrándose como al serpiente que lo había asustado mientras que comenzaba escupir sangre – no quiero morir.

Y como si un ángel de la guarda lo cuidara, el otro hombre el anciano lo amarró por completo a cambio ofrecerle ese “epistle”.  Estaba amarrado pero sus energías habían regresado – muchas gracias buen hombre – dijo desde la incomodidad de sus cuerdas – dios se lo pagará, ahora por favor desátenme, quiero irme de aquí, no volveré a lastimar a nadie, lo juro – dijo mientras de sus ojos salían lágrimas y su nariz estaba llena de mocos. Finalmente fue curado de nuevo, estaba como al principio, no entendía la tecnología que usaba esa gente, parecía salida de una película de Marvel. Estaba agradecido.
@ Darla Potter Black  @ Sean -Ojo Loco- Linmer

Afuera del Ministerio de Magia.

La protesta continuaba, pese a ser casi media noche la gente que deseaba la paz mezclada con los anarquistas y saqueadores, era imposible distinguir en que lado se encontraban cada uno salvo por algunas máscaras con sonrisa sardónica que causaban bastantes escalofríos. A lo lejos se escuchaban vidrios rotos, disparos de balas, risas, gritos tanto de desesperación como de alegría. La noche más oscura había llegado.

Para hacer frente a esto, la policía ministerial había sido llamada, ochenta miembros de ella se habían reunido ya, todos con sus impecables uniformes y escudos protectores. No debían lastimar civiles a menos que éstos intentaran penetrar en el ministerio, parecía una zona de guerra que pronto estallaría.

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Estábamos algunas personas dentro del Ministerio, en las puertas del mismo, algunas personas protestaban por la puesta en marcha de la Purga, pidiendo paz, sin embargo, generaban caos, arriesgaban sus vidas, no querían formar parte del evento, pero si seguían insistiendo pasarían a pasar a ser un dato más de las estadísticas, ya que, si no lo mataban los que buscaban sangre en las calles, lo harían la guardia ministerial.

-No te preocupes ministro, no tienen acceso y si por alguna circunstancia se les ocurre ingresar, pues solo da la orden y acabamos con todos, la noche se presta como para ser drástico, tenemos la ley de nuestro lado para poderlos desaparecer...-

La idea de la represión era seductora, nunca había lanzado una maldición imperdonable desde mi varita, ocupaba otros métodos más sublimes para ello, pero los mortales aún no estaban preparados para verlos, esos placeres los dejaba para disfrutarlos solo.

El desorden y la anarquía se escuchaba por doquier, incluso ocupaban armas muggles para que no existan represarías posteriores y no ser tan identificados, me impresionaba lo creativa que se volvía la gente al momento de convertirse en un criminal, a veces subestimaba la capacidad que tienen, sonreía al pensar todo el botín que luego podría recolectar.

-Espero sus órdenes señor Ministro...-

@ Mael Blackfyre  @ Noeline Malfoy McFarlan  @ Amit Lockhart  @ Mica Gryffindor @ Ludwig Malfoy

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Mía Zoeh - Ministerio de Magia de Londres.

19 horas.

Había decidido quedarme hasta tarde aquel día y, aunque no lo sabía todavía, iba a agradecerme a mí misma tarde o temprano por esa decisión. Al llegar a la mañana a mi oficina del Departamento de Misterios una simple ojeada al entorno me había asegurado que sería un día de bastante trabajo: pilas de papeles se acumulaban en mi escritorio; gente entraba y salía de otras dependencias del Departamento, lo que me hacía sospechar de que una infinidad de casos nuevos a atender se estaban sucediendo. Cerré la puerta detrás de mí y comencé con mi tarea inicial de organizar mi cantidad de trabajo en bloques para poder encargarme de todo lo antes posible. No iba a ir a llegar al fin de semana con todo ese trabajo y no pensaba dejarlo para el lunes tampoco.

A mediados de la tarde ya había concluido con todo lo urgente, pero por algún motivo decidí quedarme unas horas más y adelantar algo de trabajo. Redacté informes y cartas que debía enviar a primera hora del lunes. Dejé por escrito qué había resuelto ese día y qué quedaba aún por resolver. Suspiré mientras observaba la oficina por una última vez antes de tomar mi tapado de tweed y dirigirme hacia la puerta, cerrándola detrás de mí. 

Caminé por el pasillo prácticamente desierto mientras me colocaba el abrigo y sostenía la varita entre los dientes. Acomodé mi ropa mientras esperaba el ascensor que me llevara al Hall de entrada y desde donde saldría al exterior para comenzar con mi fin de semana. Di un vistazo al reloj que se encontraba en el inmenso Hall: eran las siete de la tarde. No recordaba haberme quedado hasta tan tarde en el Ministerio nunca, y por eso me resultaba tan extraño verlo tan vacío y sentirlo tan silencioso. La noche ya había caído hacía horas aunque desde mi oficina no lo había podido notar. Me dirigía hacia la puerta principal cuando un chirrido horrible que salía de no se sabía muy bien dónde me hizo detenerme para taparme los oídos y agarrarme la cabeza. Temí que me comenzaran a sangrar si no se detenía pronto. Una voz siguió al chirrido; una voz horrible y profunda. Me destapé los oídos brevemente para intentar escuchar de qué hablaba.

La Purga. Era hoy. Y estaba por comenzar. Tragué saliva. Era cierto que en el Ministerio no se había hablado de otra cosa en días; habíamos enfrentado incluso manifestaciones de personas que pedían que se echara hacia atrás la resolución ministerial. Habíamos tenido que lidiar con esas personas casi a diario: se colocaban en la entrada, en los lugares cercanos, acechaban. Por los pasillos del edificio era el único tema de conversación entre empleados: en el ascensor, en la hora de la comida e incluso en los baños. Tanto gente a favor como gente en contra y personas que no habían establecido su opinión al respecto era de lo único que hablaban desde hacía días. Y aún así lo había olvidado por completo.

Retrocedí y decidí buscar un lugar donde refugiarme. Si bien no creía que hubiese un lugar más seguro que el Ministerio de Magia (Hogwarts, quizás), en aquel momento entendía que también era un sitio con una cantidad de información y de poder increíbles. Un ataque al Ministerio podía poner de rodillas a la comunidad mágica inglesa pero también al mundo mágico todo. Y seguramente intentarían atacarlo aprovechando que no habría consecuencias por las siguientes veinticuatro horas. Me escondí debajo de unos escritorios que había en el centro del Hall. Si veía que estaba lo suficientemente tranquilo intentaría llegar hasta mi Departamento o a algún otro que quedase cerca. 

Estaba lista para que comenzara el juego. 

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La guardaespaldas de mi padre, no me dijo nada pero si me dejo pasar seguro que si me reconoció por ella tiene las habilidades necesarias para dejarme inmovilizado en un segundo, pero tambien se que ella es una chica de pocas palabras asi que no me molestar, para nada su aptitud, por que se que es parte de su trabajo y mas en un momento como este.

Mi padre cuando me vio aparte de asombrarme que hacia en su oficina y no estaba en la casa, como nos indico que hiciéramos durante esa noche, y que además me prohíbe que salga esa noche, cosa que no me hizo ninguna gracias para mi, -Mira papa , ya no soy un niño pequeño y yo se cuidarme solo, y como estan las cosas en la entrada del ministerio, creo que tampoco es muy seguro que me quede aqui, o tu creas que al pueblo le hizo mucha gracias que tu estés aqui protegido, mientras que ellos estan allá afuera matándose entre ellos, y dime tu que haces la policía ministerial afuera, si su servicios no son permitidos durante esta noche, eso colocara a las masas peor, déjame salir- fue mis palabras en contesta a su manera de tratarme y mas delante de tantas personas.

Afuera las cosas estaba colocándose mas peligrosa se podía escuchar explosiones, y ya se estaba metiendo el humo denso del la llamarada una fogata que estaba haciendo afuera, si las cosas seguían en esas condiciones o salíamos o seriamos todos quemados vivos en esas instalaciones.

 

en eso unos de los empleados de papa, tomo la palabras diciendo que todo estaríamos bien y que estamos protegidos, casi que me da un ataque de risa, este que se creen para garantizar nuestra seguridad en un momento como ese cuando aun falta casi la mitad de la noche, de seguro que no tiene claro lo que puede hacer una manifestación furiosa. - no, se a quien quieres engañar, esas personas nos superan en números, mientras nosotros estamos aqui discutiendo y decidiendo que tenemos que hacer, ellos estan allá afuera, rompiendo nuestras defensas y haciendo que quedemos indefenso, yo no se ustedes pero no estoy decido a quedarme con los brazos cruzados-  le dije a todos en la sala incluyendo a mi hermana que se ha quedada callada, seguro apoyando la opinión de nuestro padre.

Trate de salir a la oficina y tratar de ir al frente de batalla, luego de hacer matado ese oficial tenia mas ganas de sangre y tenia aprovechar esa noche además si vea algún miembro de la orden de fénix entre la multitud no dudaría en torturarlo en búsqueda de información 

 

@ Noeline Malfoy McFarlan  @ Ludwig Malfoy  @ Mefistófeles Evil.  @ Mael Blackfyre

 

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