El espíritu de la Navidad

[Sagitas E. Potter Blue]

Mansión Potter Black:

En cuanto Babila desapareció de mi vista, me arrepentí. No sabía lo que sucedía. Tal vez no era nada, tal vez las demás familias del pueblo habían decidido, como yo, tomarse un descanso de celebraciones, por algún motivo igual o diferente al mío, pero válido. ¿Por qué me tenía que preocupar que las luces de los árboles no brillaran, que no hubieran grititos y villancicos molestos o que el árbol central del pueblo estuviera como siempre, nevado y sin decoraciones? Pensándolo bien, tendría que estar contenta, pues nadie nos molestaba pidiendo aguinaldo y peticiones para obras benéficas y nos dejaban en paz.

¡Ay, espera! Hablando de árbol...

-- ¡¡ @ Sean -Ojo Loco- Linmer !! Aparécete aquí que te voy a...-- Elentari soltó un gorgorito feliz al sentirme gritar y me dio con el dedo en una mejilla, tan cerca de la nariz que por poco me lo mete dentro. -- A...

Miré a Matt, en busca de ayuda. Cuando yo suelto el grito es muy difícil pararlo y tenía que hacerlo. Los menores no debieran escuchar ciertas cosas.

-- A... invitar a la mesa de Navidad. Harpo... ¿Es muy tarde para hacer una sencilla cena para celebrar ésto de...? Ya sabes.

No sé ni para qué pregunté. Mi elfo me conocía y por su sonrisa algo picaresca, supe que ya se esperaba eso y que tenía preparado algo más que una simple cena diaria. No gruñí, ¿para qué? Harpo siempre ha tenido mis respetos desde que lo encontré, mejor dicho, me encontró en aquel barranco de Girona, hace muchísimos años. Me conocía mejor que nadie y había estado a mi lado, siempre fiel, en los momentos buenos, en los malos y en los peores.

Elentari gorgojó de nuevo y dijo algo en esa lengua de trapo que no entendí, más preocupada en morderme la lengua para no soltar dónde le iba a poner yo aquel árbol al loco de Sean en cuanto apareciera.

-- Sólo será una cena, @ Matt Blackner  -- le dije a mi hijo, antes de que me recriminara algo. Después miré hacia la ventana y contesté a su pregunta.-- ¿Hacer algo? He empezado pidiendo información a Babila sobre el terreno.

Vale, no sé si debiéramos hacer caso de lo que pudiera decirnos Babi cuando volviera; tenía una forma muy especial de entender las cosas.

-- También podemos preguntar a otros vecinos, como quien no quiere la cosa, sobre si... hum... Sobre si les sobran algunas bolas. De decoración, quiero decir.

Que no quiero malentendidos, por supuesto.

--¿Con quién podríamos hablar? ¿Sabes algo de @ Helike R V PB ? Yo no sé a quién preguntar...

¡Claro que lo sabía! Tenía un listado grande de mortios a quien hacerlo. Mentalmente empecé a enumerar nombres y pensar si merecería la pena mandarles una carta o mejor convocar una reunión en la Torre Negra: @ Anne Gaunt M.  de la Gaunt, @ Malum Luxure  de la Luxure, @ Mael Blackfyre  o @ Mica Gryffindor  de la Gryffindor, @ Ada Camille Dumbledore  de la Dumbledore, la Rambaldi..., la...

[Jack Davies]

Me había mudado al barrio y estaba en un piso compartido. Tenía una buena sensación, me sentía libre, podía hacer lo que me diera la gana. Tras ordenar mi cuarto, arreglé la ropa en el armario de mi nueva habitación —de tamaño mediano, más grande y luminosa que la de casa de mis padres— y a continuación salí a conocer el vecindario.

Decidí comprar un presente para los vecinos de la casa de al lado —en el otro lado había una casa en venta— pensé que sería una buena oportunidad para conocer a mis nuevos vecinos. El primer regalo que se me vino a la cabeza fue una caja de bombones pero ¿con licor o sin él? ¿de chocolate con leche o chocolate negro? apunto de ahogarme en un vaso de agua, fui al súper de la avenida de al lado de la casa en venta; compré la primera caja de bombones que encontré —al parecer no tenían licor y estaban hechos de diferentes tipos de cacao—

Estaba dispuesto a ir a presentarme a los vecinos cuando escuché gritos desde dentro de esa casa. Al parecer alguien estaba molesto por la fiesta de Navidad, había mucho jaleo y se notaba enfadado. Definitivamente, ese no era un buen momento para presentaciones. Me volví a mi piso, subí rápidamente y entré a mi cuarto. Saludé a mi compañera y a mi nuevo compañero, me dijeron que íbamos a ser uno más.

Nunca llueve a gusto de todos por lo que parece. Me metí en mi cuarto y me recosté en la cama en una postura cómoda para acabar boca arriba con los brazos extendidos. Me puse a pensar "esto es lo que necesitaba, pero falta algo", la respuesta vino en seguida a mi mente: necesito un amigo fiel o quien sabe si algo más. Iba avanzando el día, se hizo de noche en el barrio y fui a preparar la cena de Navidad.

[Malum Luxure]

~Mansión Luxure~

La navidad es ese festejo a fin de año que se pasa mayormente con la familia tanto sanguínea como con los amigos que son la familia que uno elije, nosotros éramos muy pocos, la verdad no era plena tuviera un espíritu navideño pero si trababa de fiesta podían contar conmigo.

Noté que no había luces cerca y que nadie puso nada como si fuera un día normal, no es que Realmente me preocupara pero podría decir que sí extrañaba un poco la buena energía, soy un poco bipolar...me hace feliz que los demás estén tristes, por supuesto que si pero no todos si eso incluye a mí gente, era extraño que nadie mueva un dedo para que esto parezca lo solía ser en esta fecha del año, no sabía cómo sentirme pero bueno.

Hice que los elfos buscaran como mínimo las luces que no había rastro de nada que tuviera que ver con la navidad, los adornos, árbol y demás tampoco estaban, me sentí enojada pues eso se había comprado todo nuevo, mandé a una de las criaturas a buscar más pero volvió con la respuesta de que no había nada de material para comprar.

Me quedé en la sala pensando que hacer o incluso consultar a mi esposo que sabía del tema, quizá esté más informado que yo y juntos podamos hacer algo al respecto.

-------- ❤️

@ Eterno Black Triviani  @ Sagitas E. Potter Blue

[Jack Davies]

El menú navideño fueron unas tiras de carne asada con embutido de calidad —cosa de mis padres—, a continuación, preparé unos canapés con queso de untar y anchoas, también unos langostinos y de postre piña y melocotón. Sobraron langostinos, los guardé en una fiambrera improvisada. Al parecer el nuevo compañero de piso tenía pareja, mi compañero dijo que igual su novia se pasaba las noches aquí. No estoy de acuerdo en compartir piso con 4 personas más, y de repente me empezaba a sentir ahogado.

Acabé de cenar, empecé el friegue y por la ventana escuché más gritos de la casa de al lado. Al principio bien pero al rato juro que casi llamo a la policía, pasaba algo y puede que alguien estuviera en peligro. En ese momento entró mi compañera a preparar su cena y tras desearle una buena noche fui a mi cuarto a hacer una videollamada con mis padres.

Editado 31 de Diciembre del 2022 por Jack Davies

[Sagitas E. Potter Blue]

Babila:

El secretario de Accidentes, también mayordomo de una de las mansiones de la Señá Sagitas, no atendía mucho lo que estaban hablando aquellas tres señoritas. No, no era un maleducado. Sólo que su atención se había desviado hacia otro tema que, para él, era más importante, como el hecho de que sus pies desnudos (no hay manera que Babi se calce ante nadie, dice que los zapatos son instrumentos de tortura de los occidentales) tocaran el suelo de forma directa. Es decir, sí, eso es lo que sucedía siempre, siempre, siempre, menos en Navidad, cuando nevaba. Por eso, mientras la rubita que conocía porque la había visto a veces con la Ama ( @ Ela Karoline ), la pelirroja desconocida ( @ Noeline Malfoy McFarlan ) y la linda Xellita, a la que conocía desde que llegó al pueblo ( @ Xell Vladimir Potter Black ), hablaban deprisa y con cierto pesimismo de alguien, o de algo, o de nada, porque Babi ya llevaba tiempo despistado, él se miraba los pies y miraba el suelo, como si fuera el enigma más importante del mundo.

Movió los dedos, dejando pequeñas señales en el polvo sobre los adoquines.

-- M'estoi biendo los pieses -- dijo, interrumpiendo de nuevo lo que hablaban. Y como de todo se entera la mitad, pobre hombre, miró a Ela, cuando Xell la señaló con el dedo. -- ¿Pó qué é de preguntá a la seorita si la señà Sagitas está preñà? ¿Eske ella é veterinaria?

Bueno, Babila aún no habla bien el idioma y entiende la mitad, y eso que ya lleva años en el pueblo. Por eso, todos saben que hay que analizar bien lo que dice, antes de sacar conclusiones. Pero como él es así de bueno, ni nota cuando mete la pata. Y hablando de pata, levantó el pie desnudo, bastante sucio de pisotear el asfalto, y casi lo puso ante las narices de las tres muchachas.

-- ¿Andéstá la niebe? ¿Pó qué no ai navidá? ¿Y quién es el morido ese de kien ablan? Ah, y andés el lugar en el que pueo comprá los dulses pá la señà Sagitas?

[Mael Blackfyre]

MANSIÓN GRYFFINDOR
Salí de mi habitación mientras la puerta se cerraba a mis espaldas. El silencio en la mansión me oprimía los oídos y siempre me había preguntado cómo había sido en sus mejores años. Atravesé todo el pasillo, bajé las escaleras y me encontré con una sala más solitaria. La chimenea crepitaba un fuego que bailaba lentamente. Algunos elfos se encontraban en la cocina y otros dispersados por el resto del lugar.

Me tiré de lleno sobre uno de los sillones, como si estuviera acostado sobre la cama mirando el techo. No lo admitía nunca en voz alta pero no me agradaba mucho la idea de vivir en aquel lugar tan solo. No entendía como seguía funcionando una mansión tan enorme estando sola. Pasaron algunos segundos mientras notaba cómo los elfos iban y venían. Esperaba que a ninguno se le ocurriera molestarme.

Me senté e intenté ver a través de los cristales, por encima de aquellos árboles que limitaban los terrenos de la familia. Desde hacía algunas semanas que se me había ocurrido una idea, aunque había algo que me detenía. Me levanté de un salto y desaparecí, directamente en los jardines. A un par de metros se encontraban las estatuas del León y el Lobo. Más a la derecha, casi contra el límite se erguía el panteón. Lo observé algunos segundos.

Aunque en realidad habían sido minutos. Mi cabeza no dejaba de arremolinar pensamientos sobre lo que quería hacer y lo que iba a pasar. Por detrás, en la sala que había abandonado, algunos elfos comenzaban con su tarea del día, decorar el sitio con adornos navideños como todos los años. No me interesaba evitar aquello, ya que otras personas vivían allí. Me dediqué a quedarme observando aquel punto, intentando quitarme de encima ésa sensación de que no tenía que hacerlo. ¿Qué podía pasar si ya no estaba entre nosotros?

[Sean -Ojo Loco- Linmer]

Habia acabado mi mision de quitar el letargo y la modorra que habia en la familia. Lo siento pero la Navidad era para celebrar, principalmente a la familia. Y aunque Harpo me habia explicado el por que Sagitas se negaba a festejarla, yo opinaba diferente sobre el tema. Aun me eran desconocidas las causas de mi fallecimiento, aun tenia recuerdos fragmentados, siendo los mas vividos los ocurridos mas en el pasado. Asi que de SJ y Ithilion poco o nada recordaba solo el verlos en alguna que otra foto en la mansion. Tambien sabia en que no es que hubiese sido el padre del año. Y aun asi queria celebrar la navidad. Y tenia mis razones para eso: 

1- Unir la familia. Si...despues de Halloween como que habiamos quedado algo tocados despues de esas alucinaciones. Digamos que teniamos remordimientos pendientes....traumas de los cuales no hablabamos y que hacian mas grande con el paso del tiempo la fractura entre los miembros. Una vez mas la Navidad se trataba de la familia.....y tenerla dividida no es que ayudaria mucho en la situacion del secuestro.

Por cierto...a cualquien interesado...estoy instalando un despacho de escucha en el desvan....ya he cogido practica soportando los constantes lamentos del Goul.

2- Incordiar a Sagitas. Misteriosamente al hacerlo cumplia con lo de unir mas a la familia. Incluso puede que esa haya sido la razon de regresar despues de muerto. Tal vez me daba excesiva importancia (cuando no) pero sentir que era ese extraño pegamento que mantenia unida a la familia...aunque fuese en el sentimiento mutuo de animadversion hacia mi persona...para mi era suficiente.

Asi pues me heche el hacha al hombro haciendo caso omiso a los elfos y segui caminando hasta la salita que conducia al jardin y que vaya casualidad esta ya ocupada por la presencia de Sagitas...que como siempre me grito....Maleducada...Matt....el melancolico....y Elentari...la unica decente del grupo. Evidentemente rovolotie alrededor de la cria..haciendo muecas y arrancandole unas risas.

-Ohh asi que casi le metes de dedo en la naris a esta vieja bruja...-dije abriendo los ojos como platos...señalando a Sagitas- eso estuvo de lujo....mira..te dare una estrellita. -Y sin mas quite una pegatina de mi sombrero de elfo de navidad y se la puse como insignea.

Ahora pues a hablar de cosas mas serias.

-Bueno Matt ya tenemos el arbol para la navidad de la Mansion. -dije sonriendo para ponerme en una posicion de firme militar..incluso con saludo- Por favor comunicale a vuestra ilustre y envejecida madre que pretendo cortar, trasplantar o cualquier otro derivado un especimen mas grande. -evidentemente era gracioso multiplicar por cero a la pelivioleta que tenia a menos de un metro de mi area de flotacion.

Evidentemente esto podria de color a Matt...pues quedaria como si yo cumpliese sus ordenes....enfadaria mas a Sagitas...haciendo lo menos relevante que quisiera otro arbol...ahora mas grande. Ahora bien...y para que??? Pues simple...

-Hay que salvar la Navidad...y si de mi depende....pondre el arbol mas grande de la jardin en medio de la plaza del pueblo.

Increible....verme asi...siendo un ente tan altruista. Bueno tambien estaba ese afan edonista de sentirme el heroe de la situacion...ganandome los giños de las chicas...y quien sabe si alguna prenda intima lanzada al vuelo.

@ Sagitas E. Potter Blue  @ Matt Blackner

Editado 1 de Enero del 2023 por Sean -Ojo Loco- Linmer

[Matt Blackner]

Parecía que el grito "enfurecido" de Sagitas (Elentari conseguía ese efecto en ella, que parecía no querer que la escuchara maldecir o amenazar) llamó la atención de @ Sean -Ojo Loco- Linmer . En seguida, el nuevo ser de la familia apareció revoloteando alrededor de las dos, felicitando a Elentari por casi meter el dedo en la nariz de Sagitas. La pequeña tenía la habilidad de conseguir, de alguna forma, qeu todo se suavizara a su alrededor. Supongo qeu por ella habíamos conseguido mantener la cordura y no venirnos totalmente abajo.

 

La estrella del sombrero del poltergeist era brillante, y verla en su pecho pareció ilusionarla muchísimo. Tanto, que regaló a Sean una enorme sonrisa, mientras se erguía para enseñarnos su estrellita. Sonreí como gesto de aprobación al verla tan alegre.

- Una estrellita para la guardiana... - dije, con tono alegre, el que solía usar con ella. - Pero creo que el tito Sean se va a llevar una buena regañina si sigue llamando vieja a la abuela, verdad? - y gracias podía dar, ya que de no ser por la cría, seguramente ya había intentado lanzarle un par de hechizos.

 

Harpo parecía tenerlo todo listo, ante la petición de Sagitas, el elfo sonrió complacido, como si ya lo tuviera todo preparado, simplemente para dar la orden al resto de elfos de la mansión. 

- Claro, una cena. Con eso será más que suficiente. - pero ella ya pensaba en recabar información. Había enviado a Babila a comprar, y de camino, intentar que captara información, aunque con su forma de entender las cosas, a saber qué nos llegaba. 

 

Al mencionar a @ Helike R V PB , noté que me sonrojaba un poco. Cogí a Elentari de sus brazos, muy interesado en retirarle un par de rizos de la cara y ponerle bien el jersey, mientras ella seguía ensimismada con los brillos de su estrellita.

- No se nada de Heli desde...bueno, desde Halloween. Aunque le mandé un mensaje, por si quería pasar el día con nosotros. - contesté, sonriendo a la pequeña. - Si está en Ottery, tal vez venga.

 

Una elfina trajo la caja con la decoración para el árbol, dejándola en una mesita cercana.

- Tal vez @ Xell Vladimir Potter Black  o @ Ada Camille Dumbledore  tengan más información.  - propuse, mientras Sean saltaba con la ocurrencia de llevarse el árbol más grande de los terrenos hasta la plaza del pueblo. - podríamos decorar ese arbolito que has talado, Sean. Que te parece, Elentari? decoramos ese árbol entre todos?

[Noeline Malfoy McFarlan]

Cuando había salido de la mansión llevaba un destino fijo en la mente. La librería, seguro su propietaria le podría ayudar, sino era con el regalo al menos con ideas para hacer más llevadera la situación. La amiga de la familia los conocía suficientemente bien y siempre se había mostrado generosa y atenta para con su padre y sus hermanos. Así que no dudaba que si la lograba encontrar sería de mucha ayuda para su propósito. Pero la situación y la primera impresión del conocido lugar la había logrado desconcertar.

La voz que parecía interpelarla la había tomado por sorpresa, el callejón lucía ligeramente abandonado, para ser precisos debían de ser las dos únicas figuras en las calles y posiblemente en todo el lugar, a excepción de los propietarios de los locales. No era sólo que no había rastro de las decoraciones. Los magos y brujas deberían estar haciendo compras de última hora en ese momento pero no había nadie a la vista, la desidia casi era tangible.

—Perdón ¿dijo algo?— dijo dirigiéndose al punto donde había escuchado la voz. Una joven que no le resultaba conocida se erguía con toda su altura en medio de las calles, mientras el desconcierto se notaba en su rostros. Probablemente un gesto similar debería de estar en el suyo. De sus labios salió ahora una nueva pregunta que le resultó extraña y precisas por parte iguales —Lo mismo me pregunto yo.— soltó de manera automática en voz baja, casi un susurro.

Aún no terminaban de formase las últimas palabras de su frase cuando otro bruja aparecía en el lugar. No estaba segura pero su rostro parecía haberlo visto con la gente de la Orden, o tal vez a algún familiar de ella porque no lograba ubicar muy claramente esos rasgo en su memoria. El comentario que aportaba a aquel intento de conversación resultaba un tanto pesimista, con términos como robar y morir. No estaban en un cuento de hadas para niños muggles como para usar aquellas afirmaciones. Iba a ser un comentario un poco firme pero imprudente cuando noto los ojos llorosos y como se comenzaba a humedecer su rostros. ¿Qué se hacía en esas situaciones?

—La navidad no puede morir.— dijo entre afirmación y duda cuando otra personas se les unía, sus modos y habla resultaban extraños, pero parecía conocer a las otras dos señoritas. —Es verdad, que algo raro sucede, son detalles que no funcionan bien. Pero nadie puede robar la navidad— completó como sentencia, más para convencerse a ella misma que a quienes la rodeaban.

Había situaciones (muchas) a las que la Malfoy no sabía como reaccionar, pero la que surgió en ese momento posiblemente descolocaría a la mayoría de personas. El hombretón que estaba entre ella levantaba sus pies ¡descalzo! a la altura de los ojos haciéndoles notar la ausencia de la nieve, en navidad. ¡Era verdad! No había nieve, —Lo mismo sucedía por Ottery,— comentó —algún copo caía pero antes de llegar al suelo ya se había convertido en agua— Al rededor de donde se mantenían se notaban marcas de humedad pero ni un rastro de nieve.

@ Xell Vladimir Potter Black  @ Ela Karoline  @ Sagitas E. Potter Blue

[Jack Davies]

Mis padres, atentos y emocionados en la videoconferencia, nos despedimos con un “ya verás como todo sale bien” y continuaron con sus tareas de siempre en el piso de Saint Anthony. Intenté expresar con toda mi alegría lo bien que me sentía allí y la nueva sensación de vivir lejos de donde siempre. Siendo consciente de la dificultad para transmitirlo, intenté hacerlo lo mejor posible para que estuvieran orgullosos de mí. 

Tumbado boca arriba en la cama, pasaron las horas mientras me hacía la pregunta que rondaba mi cabeza día sí, día también: si era momento de cambios… ¿era hora de tomarse en serio la propuesta que me habían hecho hace días? La Marca me estaba esperando. ¿Es Orgullo, Ambición y Astucia lo que hay dentro de mí? Al principio me permití dudarlo, pero por un instante sonreí. Creo que era lo que había estado esperando tanto tiempo. Di una vuelta y me puse boca abajo en la cama, puse la almohada sobre mi cabeza y los brazos con las manos sobre ella. Un minuto después, volví a estar boca arriba. Necesitaba hablarlo con alguien.