El espíritu de la Navidad

[Matt Blackner]

Definitivamente, @ Sean -Ojo Loco- Linmer  había conseguido irritar a Sagitas. O tal vez, hacerla rabiar lo suficiente como para que cediera en la negativa a celebrar nada. Fue ella quien propuso llevar aquel árbol a la plaza del pueblo y decorarlo. Elentari y yo nos giramos para mirarla a la vez, sorprendidos por aquella propuesta. Era complicado que cediera y cambiara su postura, pero tal vez la insistencia de nuestro poltergeist particular le hubiera ablandado un poco. O a lo mejor era por la época en qeu nos encontrábamos.

 

Fuera para que Sean dejara de destrozar la Potter Black, o porque Elentari había conseguido ablandarla con su risa y sus miradas, o poruqe simplemente queríamos algo de normalidad en casa, y con ello sería normalizar la situación en Ottery, el caso es que nos iríamos hasta la plaza del pueblo para decorar el árbol. Atrapé con la mano libre el traje que Sagitas me dio para la niña, un disfraz de arbolito que seguro, contaba con algún encantamiento para que mantuviera el calor. 

 

En seguida, Elentari comenzó a reir y dar palmas. La dejé en el suelo, agachándome para ponérselo, pero la niña no dejaba de reir y dar saltitos mientras la disfrazaba. Aquello me recordaba mucho al traje que @ Xell Vladimir Potter Black  había elegido como disfraz de Halloween. Sagitas mientras garabateó una nota, aunque no me fijé para quién iban dirigidas, la mención a @ Helike R V PB  me hizo desviar la mirada, sonrojándome levemente.

 

Los lobos pasaron correteando y la niña aprovechó para correr tras ellos. Me levanté a la carrera para atraparla en la entrada, a punto de agarrarse a Sagitas. Al levantar la cabeza, me di cuenta de que estaba acompañada.

- Hola @ Anne Gaunt M.  eh...bienvenida a la Potter Black. - saludé. Me giré hacia Sagitas. - Nosotros salimos hacia la plaza, os esperamos allí. 

 

 

Plaza Mayor de Ottery.

Metí la mano en el bolsillo, pensativo. De momento, no parecía hacer nadie por allí. Tal vez no recibieron la nota, o realmente no todo el mundo se había preguntado qué pasaba en el pueblo con la navidad. A lo mejor simplemente estabann fuera de Ottery y solo nos habíamos quedado nosotros a pasar las navidades allí. Fenrir gruñó antes de levantarse  y trotar hacia el centro de la plaza, seguido de Freyja.

 

Mi tendencia siempre era la de estar vigilante, por eso noté que, en uno de los árboles de la plaza, algo alejado, @ Mael Blackfyre  se encontraba apoyado en un árbol, tal vez a la espera de que alguien llegara para decorar la plaza. Hice un gesto con la cabeza como saludo, desde la distancia, antes de seguir a los lobos, mientras la niña avanzaba un par de pasos  por delante de mi.

[Ada Camille Dumbledore]

 

Estaba en Chateau Dumbledore,  había llegado desde París para ver a mi madre  aunque ciertamente me hubiera gustado verla a ella, a mi hermana o a algún miembro de  la familia por algún lado, pero no encontraba a nadie por ningún lado. Era una locura  como era posible que me víspera de Navidad no hubiera  ni un solo adorno en la casa ni en las afueras adornando los jardines.  Subí por las escaleras vague por cada pasillo del Hogar ancestral de los Dumbledore y nadie estaba allí ni un alma, ni si quiera in fantasma. Me llene de angustia y yendo hasta mi habitación deje mis maletas allí , estaba cansada del viaje y ahora estaba sola en el lugar. Me llene de miedo por un momento y grite de pánico.

 

-   ¡¡¡MAEVE!!!

 

Tras el grito un sonoro crack resonó en la habitación y una elfina con un vestido de color amarillo apareció frente de mi. La criatura tenía la mano en el pecho con expresion de angustia.

 

-   Maeve ¿donde están todos?, ¿Donde están los adornos de navidad esta noche es navidad y no esta adornado nada?

 

La expresión de la elfina cambió de sustituir a tristeza al escuchar las palabras. Y su voz chillona sonó con calma.

 

-Ama querida, no lo sabemos hemos buscado por todo el Chateau,  y no las encontramos, pero estamos tratando de hacerlo.

 

La criatura fue hacia las maletas y las halo otra dejarlas en sí lugar y empezar a organizarlas en el closet.

[Noeline Malfoy McFarlan]

La confusión continuaba presente sin ningún atisbo de encontrar alguna opción para aclarar las dudas que habían procurado sus interlocutores. Sin esperar que pasara más tiempo, pues ya habían transcurrido algunas horas desde que había abandonado la mansión decidió que era mejor retirarse.

—¡Señoritas!— dijo refiriéndose a la damas y luego al ¿caballero? —Señor. Mis disculpas pero tengo que continuar con lo que me trajo al Callejón. Espero que tengan un buen día y que en ausencia de las fiestas, puedan encontrar alguna solución, al menos personal. Me retiro.

Con paso rápido recorría el empedrado camino deteniéndose frente a cada vitrina, no alcanzaba a ver desde el exterior nada que le llamara la atención. ¿Cómo iba a conseguir los regalos? En algún que otro local se animó a ingresar para probar suerte. Y lo único con lo que se encontraba al atravesar cada puerta eran locales vacíos, dependientes aburrido sin la presteza habitual que suelen tener esos trabajadores cada que divisan un potencial comprador.

En una dulcería se había hecho con unas hadas de caramelos, y unas cuantas plumas de azúcar en colores verde, rojo y dorado. No había los habituales dulces que solían encontrarse por estas fechas así que las opciones eran reducidas. 

Aunque estaba desanimada por lo poco que había encontrado, confundida sin saber que comprar, y decepcionada por la actitud general de la gente planeaba seguir recorriendo las calles cuando alcanzó a ver un reloj. Ya había transcurrido mucho tiempo desde que había llegado y probablemente ya debería de estar el resto de la familia en casa, lo mejor sería regresar a la mansión. Y quedándose con un lugar más, pendiente por visitar se desapareció, para volver a aparecer en la entrada de la Familia Malfoy donde una dama muy elegante ya había llegado.

@ Ada Camille Dumbledore

[Sagitas E. Potter Blue]

Era muy curioso que el encontrarme con mi amiga y mis conocidos me hubiera cambiado el humor de tal manera que hasta silbaba, mientras @ Sean -Ojo Loco- Linmer  y @ Matt Blackner  buscaban cómo arreglar aquel árbol del centro de la plaza y convertirlo en un hermoso anuncio de Navidad con el que celebrar las fiestas. Yo, quien había estado malhablando de aquellos días y quien había prohibido que se celebrara la Navidad en mi casa, de repente, me hallaba allá, en las calles de Ottery, buscando la explicación de porqué no había Navidad en el pueblo. Eso era realmente raro, que nadie hubiera abierto una entrada iluminada, un pasillo hacia las mansiones llenas de mensajes de paz, amor, felicidad y otros sentimientos parecidos. Que hubiera sido una familia, o dos, o un grupito, tal vez podría entenderlo. ¿Pero todo Ottery?

Empezaba a llegar gente, pero aún faltaba más. O, al menos, yo esperaba a alguien más se acercara. Aunque no confiaba en que lo entendiera, seguro que @ Mael Blackfyre llegaría en algún momento. Es más, conociéndole, seguro que estaría agazapado por algún lugar cercano, estudiando la situación. Él daba con la imagen que se tenía de un auténtico líder de nuestro bando, siempre atento, siempre alerta ante posibles amenazas, siempre dispuesto a atacar en cualquier momento, siempre ahí, al lado de los compañeros. Yo creo que mi imagen no era esa, precisamente; sin embargo, contaba con la sorpresa de mi carácter payasístico y aventurero: ¿Quién iba a creer que una líder mortífaga iba a estar cantando con alegría villancicos, incluso algunos subidos de tono, junto a otras personas al pie de un árbol mientras intentaba evocar gargantillas de luces brillantes alrededor del mismo? Él tenía el alma de la estrategia y yo el del camuflaje. A nosotros, se nos unía el arma del control y de las ideas lúcidas de @ Mica Gryffindor . Tal vez porque nos complementábamos tan bien, habíamos conseguido ser fuertes en el pico de la pirámide.

Aunque eso no significa que alguno de mis compañeros entendiera que yo les hubiera citado para decorar un árbol. Supongo que, sencillamente era la que tenía la mente más dispersa y más "folklórica" del grupo. Aún así, esperaba que alguno de ellos se pasara por allá.

De repente, algo me hizo fruncir el ceño. ¿Villancicos? ¿Qué era un villancico? Recordaba haber estado cantando algo de eso en un momento de la tarde y, sin embargo, ahora mismo hasta se me escapaba qué era ese nombre tan largo: villan-cico..., villan... ci...co... Me sentí aturdida, como si acabara de perder algo entre mis liosos pensamientos y ahora no fuera capaz de enlazarlo. No tendría una mente tan analítica como la de mi compañera de bando, pero sí sabía que allá ocurría algo raro. Tiré de la manga de mi hijo, quien jugueteaba con su hija y le susurré:

-- ¿Tú sabes qué es un villancico? -- esperaba que él no estuviera tan viejales como yo, quien ya olvidaba cositas nada más pensarlas. <<No, déjate de pensamientos negativos, querida Sagitas>>, pensé, <<ésto es que algo te está haciendo olvidar la... la... la navidad.>>

Tuve que hacer un esfuerzo grande para recordar la gran palabra, Navidad. Creo que si no fuera por la niñita, disfrazada de arbolito, tal vez ni la hubiera recordado. Suspiré y vi como las guirnaldas que había creado con la varita y que se elevaban para coronar el pico de aquel árbol, iban desvaneciéndose en el aire hasta quedar pequeños puntos luminosos que se iban apagando. 

-- La magia de la Navidad desaparece...

No era una queja, ni siquiera un lamento. Era una confirmación de lo que estaba sucediendo en el pueblo. Lo peor era que no podía empatizar con la idea de la pérdida pues yo misma empezaba a olvidar lo bonito que podía ser eso. ¿A eso estábamos destinados? ¿A olvidar la Navidad y sus bonanzas? ¿A olvidar su significado?

Me senté en el suelo, sin importarme lo duro y sucio que estaba.

-- ¿Qué estamos haciendo? ¿Qué más estamos perdiendo? -- pregunté al aire, sin saber a quién le preguntaba. Tal vez ni era eso y sólo reflexionaba en voz alta...

[Sean -Ojo Loco- Linmer]

Como se dice vulgarmente del lobo un pelo. Si....puede que no me dejara poner en el arbolito de navidad dentro de la Mansion, pero entre mis dotes de estratega, negociador y alborotador mas aquella mirada tierna de elentari que podria derretir a Iceberg mas frio...aca Sagitas. Pues listo. Teniamos Navidad. En el pueblo...si...pero la teniamos. Asi que pues deje que Matt con algun hechizo alzara el arbolito...y saque un tambor...de...bueno de algun lado y comence a caminar delante de la procesion. Claro a cada rato salian de mis bolsillos para explotar a mi alrededor unas explosiones de confetis o algun que otro fuego artificial. A lo mejor asi sacabamos a todos del letargo.

-Bien aqui estamos- exclame en medio de la plaza. No eramos los unicos que estabamos ahi...pero si los unicos con el arbolito y los adornos. 

Y sin mas puse mis manitas a las obras siempre ayudado. Y asi en poco tiempo ya el arbolito estaba listo...brillante en medio de la plaza. Dando esperanzas a todos en el pueblo....evidentemente los fuegos artificales y los confetis aumentaron su fracuencia asi como el ruido que hacia. Y asi baje volando hacia la familia.

-Por cierto que me daran de regalo.??? -sonrei- Ahhhh sin dudas unas bragas de xell me harian feliz...

Dije para ponerme rojo como un tomate y sin percatarme si los demas me habian escuchado.

@ Sagitas E. Potter Blue @ Matt Blackner

[Sagitas E. Potter Blue]

Yo toda reflexiva y un enorme "puuuum" me hizo pegar un salto. Nunca había sacado la varita tan rápida como en aquel momento, buscando a quien nos atacaba. Al sentir la voz alegre y desenfadada de Sean, mi cara sufrió una transformación rápida hacia la rabia y, tal vez, el odio, al ver que aquel maldito ente diabólico se había atrevido a  asustarme.

Creo que nunca he luchado tanto por luchar contra mis deseos de lanzar una maldición de esas que están prohibidas, súper prohibidas, mega prohibidas. Pero había demasiadas miradas, demasiada gente extraña para cometer tal error, de usar magia indebida delante de ellos. 

-- Deja de tocar ese maldito tambor o... -- una risita feliz de mi nietecilla hizo que frenara mi lengua y escondiese el taco que estaba a punto de escapárseme. -- O te lo pondré como un lindo sombrerito, @ Sean -Ojo Loco- Linmer  -- le dije ahora en un tono bien amable. -- ¿Te sirve como regalo?

He de reconocer que, en aquel momento, me podía la mala leche y que hubiera cometido cualquier asesinato a mi ex-yerno, si hubiera podido, claro, ya que era un  ente espiritual muy molesto, sí, pero ya muerto. Noté algún movimiento extraño a mi alrededor y comprobé que era la nenita, disfrazada y sentada en el pie del árbol, cuando ciertas luces parecieron encenderse al pasar sus manitas por el árbol. Parpadeé, algo confusa.

-- Lo que sea que sucede con... -- busqué la palabra y apareció en mi boca en cuanto me acerqué a Elentari -- ... con la Navidad, sólo afecta a los adultos. Parece que los niños están "vacunados" contra el olvido.

Después, recordé que estaba enfadada con Sean.

-- Y los gusarajos ectoplásmicos también, por lo que veo -- acabé la frase con un tono sarcástico bien feo, hasta yo tenía que reconocerlo.

[Ada Camille Dumbledore]

           

 

En la Mansión Malfoy espere pacientemente a encontrar a alguno de la familia pero ciertamente nadie estaba allí,  así que atrevidamente entre hasta la sala, allí estaba solo así que tome asiento mientras esperaba . La razón que me había llevado allí aún no la conocía, solo esperaba que la familia estuviera bien, habían muchos de sus miembros,  por no decir todos, que eran personas importantes para mí. Suspire mientras miraba desde aquel sillón donde me había acomodado, al parecer podría nevar en estos días, pero no sabía si sería así o solo iba a llover muy fuerte. El clima en invierno era impredecible así que solo me quedé observando por la ventana, pensando en cuál sería la razón para estar allí. La lluvia amenazaba con caer sin compasión y mire hacia las nubes con calma, no se veían blancas como usualmente lo eran, se veían oscuras y conflictuadas como una confusión. Tal vez esa era la apariencia de mi alma en estos momentos, así oscura y tormentosa. Siempre esperaba que encontrara en mi vida a alguien que disipara a tormenta pero nadie llegaba para ello. De pronto el sonido fuerte de la lluvia en la ventana me hizo salir de mis pensamientos, definitivamente debía estar más concentrada. 
Sentí la presencia de alguien más en el lugar y voltee a ver para logrará ver quien había llegado, pero no vi a nadie y camine hacia la puerta, la pelirroja estaba en la puerta: Mi sobrina Noeline.

-Noeline estaba esperándote, tu misiva me dejó un poco preocupada. ¿En que puedo ayudarte?

Salude con una gran sonrisa, esperaba que lo que planeara pudiera ayudarla.

@ Noeline Malfoy McFarlan

[Noeline Malfoy McFarlan]

Ni bien se había aparecido en Ottery a lo lejos, al otro extremo de la larga calle, lograba divisar como unas personas se reunían en torno a la plaza, algunos de ellos con extravagantes vestimenta de color verde. ¿Qué sería lo que planeaban sus vecinos? A esa distancia no lograba distinguir quienes eran los que se encontraban en el lugar, pero sí lo que hacían. Todos se encontraban al rededor de un enorme pino, de un tamaño similar a las mansiones que lo rodeaban. El árbol lucía un poco torcido y justamente eso parecía ser la actividad que los afanaban porque los magos lo movían como intentando ponerlo derecho.

Había alcanzado a ver a Ada en el momento que se había aparecido, pero el tiempo que se había llevado en observar a sus vecinos resultaba suficiente para que la francesa desapareciese, lo más probable en el interior del hogar de los Malfoy. Siguiendo los pasos que seguro había recorrido la Ministra ingresó a la mansión. Y dejando en el recibidor se liberó de la capa y sacudió las botas mojadas por el agua nieve. —A estas fechas ya debería de estar nevando—, reclamó hacía el recibidor vacío.

En el exterior se escuchaba la amenaza de la lluvia o mejor dicho de la tormenta, ¿qué clase de Na... Navidad sería esta? Blanca definitivamente no, sino sumida en las tinieblas de la tempestad. Todavía limpiaba sus botas y deambulaba por sus pensamientos cuando una voz salió a su encuentro. Sin evitarlo una sonrisa alejó el entrecejo fruncido de la pelirroja.

—¡Tía!— la palabra salió sin pensarlo mucho, no eran familia sanguínea pero el matrimonio de su padre con Cillian habían creado ese vínculo. —Se supone que es Navidad, mañana lo es, y no hemos hecho nada— Con un sobresalto se interrumpió a sí misma. —Debe ser eso. En la plaza hay un grupo de personas alrededor de un pino. Deben de estar preparando un árbol de navidad. ¡Ay! no sé como no pude relacionarlo.— Tomándola de la mano la guió hasta el salón antes de continuar.

—La invitación era para hacer algo, alguna cena sencilla, prácticamente no hay tiempo.— Y pensando en lo que recién había visto. —Incluso podríamos invitar a los vecinos que están en la plaza para que nos acompañen, si es que no tienen otros planes, claro está.

Esperaba atenta la respuesta de la francesa, a la vez que barría con su mirada la parte de la mansión que estaba al alcance de su vista. Todo eso debería de estar lleno de magia y color, con adornos navideños e incluso alguna música de la época. Pero sólo estaba el triste pino en un rincón sin mayor adorno, los elfos no habían logrado solucionar el problema en su ausencia.

@ Ada Camille Dumbledore

[Sagitas E. Potter Blue]

Es difícil mantener la sonrisa cuando el significado de la Navidad se perdía en una especie de nebulosa, como si fuera humo; peor aún, como si fuera un recuerdo que no es cierto y que se queda en nada. Sólo cuando la niñita, mi nieta Elentari, ponía las manos en el árbol, me parecía sentir aquella alegría por la fiesta que ahora era menos que nada, como si no hubiera existido nunca. La verdad, me parecía mejor olvidar el tema y desaparecer, volver al calor del hogar de la mansión triste y oscura que era ahora la Potter Black y esconderme en las brumas de las sombras de las luces apagadas.

Pero las risas de Elentari no me dejaban. Era como si ella mantuviera una esperanza en su corazón de algo que, ahora que lo pienso, nunca había vivido, pues esta sería su primera navidad con nosotros. Pero la alegría y las ganas de vivir me hacían recordar un tiempo pasado en el que sí disfrutaba de las fiestas, en el que decorar la puerta de la casa con una simple ramita de muérdago o de poisentias rojizas generaba un espíritu de cordialidad y buen humor en todas partes.

Eso se había perdido.

-- Sí. Lo siento. Se ha perdido algo. Creo que... Sí, lo creo. El espíritu de la Navidad se ha perdido por algún sitio.

Lo que no comenté era si me refería a nosotros que, como familia, como vecinos, como amigos, como habitantes del pueblo, habíamos perdido la esperanza de los buenos tiempos o si me refería a algo concreto, algo tangible, como un objeto o...

-- Oye, en las navidades pasadas, no en estas, del 2022 (?) sino en años anteriores... ¿No vendían en el Magic Mall unos objetos o pociones del espíritu de la Navidad que...? -- De repente, lo había olvidado, había sido una idea rauda que se había perdido en menos de un segundo. Sonreí, algo aturdida, como si estuviera fuera de lugar y me sintiera azorada. -- Siempre podemos volver a la tienda y preguntar por los catálogos antiguos, a ver si es cierto que... que... se vendía... algo así...

Sonreí, algo forzada, es cierto.

-- Porque al Polo Norte a buscar a Papa Noel no voy, eso lo tengo claro.

[Matt Blackner]

La plaza se había ido llenando poco a poco de gente. Cada uno traía algo, y otros simplemente se acercaban para curiosear, ya que había aparecido un gran árbol de la nada. 

 

Por mi parte, había preferido alejarme un poco. De vez en cuando observaba a los viandantes, pero una vez más, no conocía a la mayoría de personas que saludaban a Sagitas, o qeu se acercaban a colaborar. En su lugar, caminaba detrás de Elentari, procurando que no acabara en el suelo o que se escapara corriendo por ahí. Hasta que la niña dio con unas serpentinas de colores brillantes con las que los lobos estaban jugando.

 

La niña era todo risas, asi qeu con una media sonrisa la tomé en brazos, sosteniéndola con una mano mientras que con la otra señalaba el árbol, preguntándole donde quería colocarlas, haciéndole cosquillas mientras los lobos correteaban a nuestro alrededor, siguiéndonos con más guirnaldas en las manos. No solíamos salir de la Potter Black, no juntos, y...Pensándolo, era su primera navidad con nosotros, al menos, la primera "consciente". 

 

Por eso, no me había dado cuenta de qeu Sagitas hablaba con alguien. Nos acercamos hasta ella, mientras la niña pedía una guirnalda a su loba.

- Qué se ha perdido? - pregunté, distraido, algo perdido en su conversación, pasando de mirar hacia los animales para observar a Sagitas.

Por su lado, la pequeña logró su objetivo: una guirnalda violeta brillante que alzó, feliz, hacia Sagitas.

- Agüera, para  ti - exclamó riendo.