La Coronación Real... El gran 06/05/2023 con el Resurgir de La Marca

[Sagitas E. Potter Blue]

El sermón del Arzobispo de Canterbury me aburría un poco. El líder de la Iglesia Anglicana estaba hablando del gran peso que le tocaría soportar al nuevo Rey, su Majestad Charles, desde este momento. La liturgia estaba siendo rápida, algo que agradecí, puesto que me sentía algo agobiada (¿Y por qué no decirlo? También maravillada) por todo aquella pompa antiquísima que rodeaba la Ceremonia de la Coronación. Banderas, símbolos, elementos religiosos y ancestrales nos rodeaban a todos los presentes.

Disimuladamente, mientras se celebraba el ungimiento del Rey en la intimidad de los biombos, busqué rostros conocidos entre los miles de invitados de todos los países. Se había producido un llamamiento a la Comunidad Mágica para estar también presente en aquel acto. Saludé muy discretamente a amigos y a... ¿enemigos? que se hallaban presentes. Sabía que, dentro de La Marca, se estaba produciendo una escisión entre los que tenían la idea de que la violencia y la acción directa eran necesarias en contra de mis ideas comedidas sobre la presencia mortífaga a nivel ideológico, extendiéndola en todos los niveles políticos y sociales. "Débil" me habían llamado...

Hoy le demostraría su error. Sólo los que me seguían con lealtad sabían de nuestras intenciones. Hoy sabría quienes estaban conmigo o quienes de los miembros de La Marca daban de lado mi liderato. Eso me daría mejor conocimiento de mi propio bando.

La ceremonia se había envuelto de oro y drapeado dorado como simbolismo del poder real y esbocé una sonrisa. Tantos elementos preciosos que podríamos pretender, el anillo, el orbe, aquella espada llena de piedras preciosos, el cetro, la vara... 

Mi mirada no pudo evitar buscar de nuevo aquel trono de madera del siglo XIV y la piedra simbólica del Reino de Escocia. Ese era mi finalidad en el día de hoy. No habíamos tenido la posibilidad de poseerle en la ruta de Edimburgo a la Abadía de Westminster, así que tendríamos que hacerlo hoy, antes de que la regresaran a su origen.

Las salvas de la proclamación interrumpieron mis pensamientos y volví a la escena. El nuevo Rey, ungido con todas sus pertenencias espirituales y terrenales, se levantaba de la silla de San Eduardo y se dirigía a otra para su entronización. Aquel era el momento más importante para mí y mis adeptos (además de para los ingleses con su Juramento de Lealtad). El momento de la acción.

Saqué la mano de debajo de la capa azul oscuro con la que vestía este día y dejé a la vista mi vara de cristal  de color púrpurea cristalina que acababa de invocar en voz alta, frase que, además, era la señal para que todos los Mortífagos presentes se unieran a mí. Avancé decidida hacia el altar central con el retablo religioso de La Santa Cena, abatiendo a los pocos soldados reales que reaccionaron, que cayeron al suelo, desmayados.

-- Sus Majestades...

Golpeé el suelo con mi vara y pensé en un Confundus que lo dirigí hacia la más grande figura del Reino Unido recién coronado.

-- ¡¡SEMPER FIDELIS!!

[Sean -Ojo Loco- Linmer]

Sean siendo Sean

Dia de conocer en mi nueva forma a la realeza. Y digo en mi nueva forma porque he de admitir que en la otra llegue a ser altamente demandado en algun que otro castillo, claro siempre entrando y saliendo por puertas ocultas y ventanas no vaya a hacer que el cornudo de turno se diese cuenta de la presencia de este galan. En fin....Sagitas habia sido llamada a la coronacion. Y era de entender era una añeja figura publica entre los magos...recarcando lo de añeja. Ademas habia sido una vieja Ministra...una vieja Jefa de Departamento. En conclusion era una...

No llegue a terminar mi diatriba mental ya que habiamos llegado. Lo mejor es que habia logrado escabullirme sin que la pelivioleta se diera cuenta. Claro habia creado alboroto antes de que saliera de la Mansion...ya que no queria que una actitud pasiva la pusiera recelosa. Tampoco me deje atrapar para que me pusiera dentro de un baul...como la ultima vez. No...esta vez seria mas inteligente. Y para eso habia traido otras herramientas conmigo. Herramientas personales...que me ayudarian a invisivilizarme en todo el acto. Lo bueno que como Sagitas habia venido ya no tendria que usar otro tipo de medidas mas incomodas para asegurar mi desplazamiento.

Asi comence a disfrutar del momento. Ohhh un pendiente de esmeraldas..aqui...upsss...ya no es tuyo ahora es mio....Flote un poco mas adelante y ya tenia un collar de perlas....otro movimiento cercano a dos chicas que charlaba..y ahi tenemos una palmadita a cada uno en el gluteo...lo que llevo a ciertas bofetadas a un inocente que pasaba cerca. Si.....mucha diversion. Por cierto...era uno era la ex-duquesa de Suseex???...Sonrei y me adelante flotando. Como estaba sola o al menos sin muchos personajes cerca....pues aproveche y use el modo fantasma.

-Mmmm que sorpresa tenerte aqui. -susurre como un solplo en tu oido. A lo que austada mira a los lados.- Venga no digas que no te acuerdas de mi....fiesta...estrippoker....sexo loco.....casi nos descubre el futuro rey....-evidentemente los colores se le subieron a la cara...mientras miraba asustado a todos lados.

-Sean??? -dijo temblorosa.

-Vez...ya te acuerdas...-sonrei..- no te asustes esto es uno de esos mucho trucos de magia que tanto te gustan.

Y sin mas la roce suave en el cuello...a lo que temblo como hoja seca en otoño.

-Este acto luce bastante aburrido....quieres nos veamos despues???

-Ya me conoces....buscame detras de la puerta que da a la sacristia cuando ya tengamos rey.

Y sin mas sali volando a buscar mas prendas que adquirir y vender. Por suerte la bolsa que llevaba era magica..y podia guardar muchas cosas. Asi que no me contuve....y ya iba feliz a la sacristia a mi cita....cuando sucedio algo raro. Alguien fue a por el rey????? ***** porque ahora...mira que tal vez los futuros herederos del reino podrian ser mis hijos.

@ Sagitas E. Potter Blue

[Patrick Colt]

Seguramente era aquella solemnidad la que toqueteaba, empobrecida, la paciencia de quienes retaban reconocer la presencia de aquellos que reclamaban su espacio en el mundo. Las campanadas cesaron para dar inicio a los rituales católicos que, según los rumores, parecían concebir un reinado corto. Los primeros días de mayo eran tan solo divisibles para el camino de esas nubes espesas que repelían cualquier intento de un diluvio oscuro.

 

Para él, era imposible entender si se trataba de alguna especie de magia antigua la que redimía a los presentes: una horda de hombres y mujeres, con los trajes y vestidos más extravagantes, que no optaban por una mejor opción que mantenerse en sus asientos observando el brillo de una corona postrarse sobre la coronilla de un anciano. Todos ellos unos totales desconocidos.

 

El vuelo de su gabardina de cuero color brunnette robó algunas miradas, su atención del color de la miel se fijó en el altar seguido de una silla ocupada por el anciano, quien en frente tenía el atrio de quien presidía la ceremonia. Pero, ¿qué los ocupaba? Lo único que recordaba era el llamado, aquel dolor grabado a fuego sobre su espalda en forma de dragón que descendía como una serpiente enmascarada hacia su antebrazo izquierdo. Su piel palidecida por los años y cincelada con los tapices de la edad resaltada por las arrugas, enaltecían los trazos de la Marca Tenebrosa que ciseaba furiosa.

 

No pudo evitar fruncir el ceño, llevando su diestra a la parte interna del ala contraria de su gabardina. La sonrisa, con el ceño fruncido hacían un contraste extraño pero de seguro que los asistentes eran incapaces de poder leer sus intenciones, más allá que era un experto utilizando la oclumancia. En ese instante, sin mediar palabra alguna y tras un atizbo de instinto, escuchó una voz peculiar y cercana. Tuvo unos segundos para entender su apertura, con pinceladas de sarcasmo y satisfacción. Él, por su parte, extrajo inmediatamente su varita mientras alcanzó a ver a la mujer sabiendo de quien se trataba pero sin recordar su nombre; expuso su varita de tejo hacia el frente y apuntando a dos guardias de la corona espetó.

 

-- ¡Sectumsempra! 

 

El haz de radiación verde rugía en dirección al pecho del primero, al tiempo que hacía una nueva floritura con el arma de madera de la cual explotó una segunda ráfaga de intenso esmeralda esta vez partiendo hacia el segundo.

 

- Menos prudente y te gritan envidiosa - gritó en medio de la enardecida estampida que buscaba protegerse en una huída sin control.

[Anthony R. Dracony M.]

Mi espalda recta para mantener mi figura gallarda y con clase, pero cambie un poco de la posición de mis piernas al estar un tanto cansado de aquella postura, me es más fácil estar alejado de los "reflectores" que bajo ellos, pero muy distinto es presentar mis canciones en las que bailar y moverme por el escenario, es mucho más interesante y lleno de un desafío mucho más grato, incluso si la pieza a interpretar es mostrando mi habilidad para tocar la guitarra, ese mundo ya me es bastante habitual, pero también es cierto que mi papel como Embajador, me orilla a estar presente en eventos como el que se lleva a cabo ahora mismo.

No es tan lejano o desconocido para mi, el hallarme cerca de los nobles o los miembros de la realeza, el año pasado hasta estuve encargado de adoctrinar al príncipe de Escocia, un jovencito que muy pronto se presentará como futuro  y digno descendiente y aspirante a la corona de sus madres, las mandatarias de Escocia.

No me es tan desconocido el ambiente, aunque no conozco por entero esa esfera social y política, solo me guío por las acciones de gente con más experiencia que yo. "Ha donde vayas, has lo que vierás"

De reojo vi a ambos lados del salón, gente que siempre veo en los actos solemnes y otros tantos camaradas del grupo selecto del que formo parte...

Es bueno contar con esta clase de interacción, las relaciones con contactos tan valiosos como estos, hacen una gran diferencia. Igual me agrada inmiscuirme en asuntos varios pintos, la diversión es la que más me mueve y acrecentar mi inspiración...

[Ada Camille Dumbledore]

 

Al fin el día había llegado el cambio en la monarquía británica era un hecho la queridísima monarca había presidido y ahora su sucesor había llegado al Trono quién lo diría todos habíamos predicho que tal vez él se fuera antes de poder ver aquello, pero el día había llegado y aunque los franceses jamás habíamos estado de acuerdo con la monarquía. Aunque fuéramos primos lejanos suyos siempre habríamos creído más en los conceptos de libertad, pero bueno esos eran cosas de política en ese momento lo que primaba era la diplomacia y como diplomática francesa ahora debía presentarme la ceremonia adecuadamente. Por supuesto tenía elegido el atuendo perfecto y como sabía que el día era muy especial sobre todo para mi querida marca tenebrosa. 

 

Había elegido un hermoso vestido verde claro todo de acuerdo con la etiqueta que sugería toda la monarquía británica. El vestido verde oliva de chifón que llegaba hasta los tobillos bajando en ondas que hacían que cada paso se viera elegante y con clase por supuesto el sombrero de ala como es típico para presentarse en las reuniones que precedían los regentes británicos el maquillaje de acuerdo a todo y el cabello recogida conocía aquellas reglas desde que era una niña no por nada estaba relacionada con la monarquía pero parecían tan anticuadas porque una mujer no podía usaron labial de tonos rojos ámbares siempre se debe usar el mismo aburrido maquillaje, pero bueno era parte de su cultura y no podía criticarlo. I ngresé a la ceremonia como una invitada por parte de monarquía pero la invitación más importante para mí en ese asunto era la hecha por mi querida líder, hoy que en el cambio de poder en el cambio de transición siempre habían sorpresas y las sorpresas seríamos nosotros punto muchos no estábamos de acuerdo con aquella ceremonia y que él fuera El Heredero pero todo se había dado justamente así y nosotros como era de esperarse mostraríamos nuestra inconformidad.

 

Mi querida líder me había presentado lugar con intenciones no muy buenas, acomodada en la parte lateral izquierdo de la iglesia En los asientos posteriores tomé asiento como todos y me dispuse a llevar a cabo el plan que se había fabricado desde el interior de la marca tenebrosa los mortífagos queríamos dejar nuestra huella desde el inicio de Mando del nuevo rey, y ya que él como rey conocía de nuestra existencia. A la orden de mi querida líder vi como ella levantaba su vara de cristal había atacado directamente al monarca y yo debía armar algo más que distrajera la atención hacia mí con mi máscara de Galia. 

 

Empecé lanzando hechizos a diestra y siniestra causando gran confusión entre los invitados a quienes empecé a ver correr a todos lados había algunos mortífagos haciendo exactamente lo mismo, comencé a reírme a carcajadas disfrutando el caso, viendo como el terror llenaba sus rostros. Hasta que ví un rostro conocido que había corrido hacia otro lado diferente de la salida con un hechizo imperius directo a su pecho del príncipe William quedó recostado contra una de las columnas de la abadía, estaba casi escondido el lugar, qsí que aproveché para levantar ligeramente mi máscara y robarle un beso en sus labios, bueno había que aprovechar y tener alguna ganancia de esto.

@ Sagitas E. Potter Blue  @ Patrick Colt  @ Anthony R. Dracony M.

Editado 17 de Mayo del 2023 por Ada Camille Dumbledore

[Sagitas E. Potter Blue]

Por supuesto, no estaba sola en la Abadía. Aunque tampoco estaba segura de cuántos miembros de La Marca me acompañarían en aquel enorme recinto. Sin saber quien reaccionaría a mi grito, dejé que la figura inerte del Rey fuera resbalando hacia el suelo, atendido por varios de sus guardas de seguridad, invocando unas Necrohands que me ayudaran a conseguir mi meta: quedarme con el trono de madera y la piedra escocesa bajo su asiento.

Sé que algunos criticarían mi falta de sangre, al perder la oportunidad de acabar con la Monarquía inglesa, por no atacar a todos y a todo de aquel centro religioso. No, yo no era así, pero no por eso merecía menos el puesto de Líder del Bando. No necesitaba ir matando para dirigir bien al Bando. Sin embargo, estaba segura que algunos de los presentes dejarían rienda suelta a su capacidad letal como mortífago. No me iba a negar a que lo hicieran, todos teníamos una forma de ser que reflejábamos en nuestros actos. Yo no estaba allá para matar a Sus majestades ni me iba a meter en política, apoyando a pros y contras de la Realeza. Tampoco estaba en mi esencia matar a todo el que se me pusiera por delante. Sólo a quien me importunaba y no me dejaba cumplir con mis objetivos, y siempre que no hubiera una forma de impedirlo. En el fondo, no era mala, no deseaba la muerta, sólo el Conocimiento y la posesión de objetos mágicos antiguos que me ayudaran en mis objetivos.

Por eso, dejé de lado a la Reina, esa rubia arrugadita que gritaba como si le hubieran pisado un callo, y seguí el camino hacia aquel trono usado y con escritos en sus listones de madera, ignorando a todos los que corrían, unos para huir y otros para defender al Rey recién investido. A mi, la familia Real, me la repampimflaba en aquel momento, así que dejé que varios miembros de Seguridad evacuaran a aquellos niñitos preciosos (¿nietos o biznietos del Rey? Bueno, era igual) junto a varias figuras femeninas, investidas en unos tacones tan finos que parecían mentira que pudiera mantener el equilibrio mientras buscaban una salida por detrás del altar.

Un cierto olor me fue conocido. Lo reconocería en cualquier lugar del mundo y me molestaba que estuviera allá, en aquel lugar. ¿Cómo narices @ Sean -Ojo Loco- Linmer  se había enterado que aquella iba a ser mi cita en el día de hoy? Porque estaba segura que había dejado bien claro a todos los miembros de la mansión Potter Black que era mejor ver la coronación desde Major Square, desde una pantalla, para evitar problemas. Esperaba que, al menos, @ Matt Blackner  me hubiera hecho caso y estuviera fuera del alcance de las varitas, protegiendo a mi nietecilla.

Intenté ignorar qué motivos habrían traído al poltergeist "Sean-Loco-como-una-cabra-Kinmer"; sólo esperaba que no evitara conseguir mi objetivo. Bueno, tal vez podría ayudarme. Donde él estaba, siempre ocurrían cosas rara, así que podría hacerlo servir como cortina de humo si hacía falta. Ya tendría unas palabrejas con él sobre el seguirme a sitios prohibidos, aunque bien sabía que, a este muchacho fantasmoide, le entraba por un oído y le salía por el otro.

-- ¡Tú ataca y deja en paz cómo hago yo las cosas, Sr. @ Patrick Colt ! -- le grité al sádico asesino que me había seguido en mi "aventurilla". De todos los que creí que apoyarían aquel ataque, era quien más me había sorprendido al verle allá, a mi lado, moviendo con ansia su varita y lanzando malditos rayos y hechizos en todas direcciones.

Me hubiera gustado contestarle algo sarcástica sobre su uso desmesurado de la varita, así como él me había recriminado mi aparición nada discreta en el momento justo de la Investidura. Pero no es bueno criticar a los que te apoyan y ¡Bien Sabe Lordi Voldi que necesitaba cuánto más apoyo mejor en aquellos momentos!

-- No ansío coronas jactanciosas de poder caduco. Yo ansío el Poder con Poder, no simbolismos, amigo mío.

Bueno, tal vez fuera algo que no quedara claro en aquel momento (ni cuando expliqué la emisión a quienes iban a acompañarme en aquel ataque), que yo hubiera elegido un trono de madera y una piedra gris antes que las coronas o las varas de oro, o incluso el orbe del mundo o cualquier otro de los objetos que allá se encontraban. Les había dado total libertad para robar, matar, masacrar o lo que creyeran conveniente. No iba a valorar quién robaba más o quién había sido más comedido. Hoy en día, ambos valores eran factores importantes para mí y para el Bando, pues tanto era bueno ser un asesino sin control como ser un gran diplomático de alto carisma y control de sus actos. Yo iba a valorar a quien estaba allá, como a @ Anthony R. Dracony M. , mi sobrino quien siempre me acompañaba sin dudar a donde fuera, a pesar de parecer algo perdido en estas situaciones sociales, o a mi querida @ Ada Camille Dumbledore , hoy no la Ministra Francesa sino una fan loca del Príncipe William a quien besó con cierta dulzura innata de la loca mortífaga que era.

-- Anda, cielo, usa el Imperius para que te cubra las espaldas, nadie disparará a un heredero de la Corona Real. Necesito ayuda para montar el trono en el aethonan. Por cierto, ¿cómo es que no está aquí ya? ¿Quién lo traía?

A ver si ahora tendría que cambiar la estrategia sólo porque alguien había olvidado traerse al animalito. En serio, yo me hubiera traído a un dragón, aunque desistí porque seguro que el trono acababa destrozado y era algo que no me podía permitir. Según la leyenda, el primer Rey inglés había dejado una magia protectora basada en un hechizo antiquísimo del mismo imperio bizantino. Y eso es lo que yo quería, no podía arriesgarme a que algo así desapareciera sin haberlo "rompido" roto antes y haberlo aprendido.

Ya dije que a mí me movía el Conocimiento y el Poder que podía adquirir con él. Que otros se quedaran con las coronas, si es lo que querían...

[Matt Blackner]

Potter Black

 

Era un día agradable. Y tranquilo. 

 

No pasaría nada si dejaba de lado mis obligaciones y me quedaba en casa con mi hija, que reía encantada mientras jugábamos con los lobos cerca del lago, en los terrenos de la Potter Black. La niña siempre me alegraba y conseguía sacarme una sonrisa. Y estaba seguro de qeu el Ministerio se las apañaría sin mi, si me necesitaban ya me llamarían.

 

Porque era un día tranquilo.

 

Los lobos chapoteaban en el agua, mientras Elentari salpicaba agua. Acabó salpicándome a mi, por lo que me volví de forma dramática, como si aquello fuera mi mayor debilidad....notando que uno de los elfos de la mansión se dirigía hacia los establos vigilando, mirando a todas partes. Por instinto lo rastreé y supe que estaba nervioso. Alcé una ceja, ladeando ligeramente la cabeza.

 

Era un día tranquilo...verdad?

 

- Jack. - murmuré. El fantasma apareció al instante, siempre rondaba cerca cuando Sagitas no estaba. - Quédate con la niña. No le quites la vista de encima. Que los lobos y Harpo te ayuden, por favor. - pedí, justo antes de aparecerme en mi habitación. Tardé lo justo en pasar de llevar un viejo pantalón corto a un pantalón negro, como la camiseta y las botas del mismo color. Tomé la raida capa de viaje, que tantos lugares había visto y me calé la capucha para ocultar totalmente mi rostro. 

 

Aparecí de nuevo en los jardines, oculto de la vista. El elfo seguía en el establo, aunque lo había pillado de milagro. Parecía tener dificultades para que el aethonan le obedeciera, pero había logrado sacarlo de su establo. Alcé la ceja. Si estaba tramando algo, quería saberlo.

 

Aquel iba, definitivamente, a ser un tranquilo y buen día.

[Sean -Ojo Loco- Linmer]

En fin. En mi estado actual no es que pudiese hacer nada y aqui en la sacristia estaba seguro. Y bien acompañañado. He de aclarar que el hecho de que flotara y quedara reducido en tamaño no habia afectado ninguna de mis demas cualidades. Tanto el tacto....como el sentido del gusto estaban intactos. Y por cierto...en otras partes lo disparatado de las proporciones me hacia ver.....digamoslo que bien proporcionado. Por lo tanto, al menos entre el caos y la guerra se haria el amor.

Segundos despues ya estabamos entrando en ambiente. O al menos lo exduquesa que parecia ansiosa....y nada vegana. Pero los detalles sordidos quedan para otro programa, que esta es una historia magica y no deberia llevarme el protagonismo. Digamos que de los guardias que fueron a buscar a la damisela del ex-principe quedaron en shock y con el rostro rubi de lo que apreciaron a travez de la cerradura. Evidentemente con lo manipulado que estaba el cornudo mejor no decir nada o les cortarian la cabeza. Y en estos casos es mejor dejar los esqueletos en el closet.

-Venga...que ya me tengo que ir....-exclame acomodandome mis prendas- si....ya se....no te preocupes...encontrare la forma de verte otras vez -sonrei...mientras cerre la puerta detras de mi.

Uff si que ardio troya. Ahora a ver si puedo echar mano a algun candelabro de oro o algo de valor para vender. Con el caos de seguro podria tomar mucho sin que nadie se percatara de mi presencia. Ahhh nada como la vida de ladron....aunque ahora era medio ente...los buenos habitos nunca se olvidan.

[Malum Luxure]

Odiaba los actos de protocolo tanto como la política en general, todo lo que decían técnicamente lo hacía vivido cuando asumí como emperatriz pero volver a pasarlo sin ser la protagonista era aún más aburrido, cuando la fiesta Real empezó mi sonrisa rozó los desquiciada, a Bruno es lo que yo llamo diversión, mi bis como líder tomó el control de la situación y los demás se desplegaban de forma tan rápida y certera que parecía una obra de teatro perfectamente ensayada.

-Por fin era hora de mover un poco esto.- Disimuladamente en tres el lío de gente me coloqué la máscara mortifaga y con eso me sumé a la acción, me había protegido bien gracias a mis conocimientos de clan así que no me podría en riesgo o mis bebés.

Mi yo oscuro hizo su aparición y mi varita empezó a lanzar hechizos aumentando el caos y la distracción, me eché a reír cuando noté el movimiento de ada con el príncipe y pensé que si no estuviera casada haría lo mismo pero con Harry era muy divertido de solo pensarlo, ciertamente a Eterno no le haría ninguna gracia tal cosa.

-Bueno! Ahora sí vamos a demostrar quién manda realmente aquí!.- Grite con emoción mientras dejaba fuera de combate guardias y personas que intentaban llegar a mi bis, por supuesto que no pasarán si yo estoy en frente.

Cursé con la mirada a los demás compañeros o incluso a mí esposo pero no lograba ver mucho debido al quilombo que era el recinto, solo esperaba que se encontraran bien o por lo menos tan divertidos como yo.

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@ Sagitas E. Potter Blue   @ Eterno Black Triviani   @ Ada Camille Dumbledore   @ Matt Blackner   @ Anthony R. Dracony M.   @ Sean -Ojo Loco- Linmer  @ Patrick Colt

[Kaiser Lord Pilu]

-Otro vejestorio al poder.- Susurré mientras me dedicaba a esquivar los cuerpos de la multitud que había abarrotado la abadía para observar la coronación del nuevo rey, su majestad Charles III. -No creo que dures mucho antes de volverte polvo querido charlie.., pero tal vez es lo que mereces tu y tu casta  después de todo.- Comenté mientras me reclinaba a la sombra de una de las columnas del priorato.

La marea de pomposos aduladores observaba la proclamación por detrás de la línea de guardias reales que intentaban evitar cualquier tumulto posible, pero en un día de etiqueta como este resultaba prácticamente inverosímil cualquier tipo de altercado, ya que solamente la mas altas esferas de la sociedad británica era invitada a tal magno evento, aunque tal vez hoy nuestra líder desafiaría al destino y a las buenas costumbres de la corona.

Gritos y más gritos comenzaron a colmar el lugar, mientras la jefa se dedicaba a desatar un poco de caos junto a otros miembros de la marca, los aduladores ahora convertidos en meras gallinas y gallos corrían despavoridos tratando de encontrar algún refugio cercano. La familia real por otro lado, era protegida con suma cautela por el servicio de inteligencia británico, el famoso MI6.

-Hora de salir a jugar.- Exclamé mientras me colocaba la máscara y me unía al resto de los atacantes

Un par de guardias reales llegaban del exterior como refuerzo de los que se encontraban en el recinto, pero antes de que pudiesen abrir fuego contra nuestro grupo, logré utilizar la maldición imperdonable de tortura sobre ellos para reducirlos. Mientras se retorcían de dolor mis ojos seguían fijos en el premio mayor, la familia real y los especialistas del MI6, por ningún motivo debían abandonar la abadía, ellos debían presenciar el desenlace del asunto y me aseguraría de que así fuese.

 

@ todos