Biblioteca

[Adrian Wild]

 

La biblioteca de Hogwarts es la envidia de muchas de las bibliotecas del mundo, o por lo menos, de las que contienen tomos sobre materias mágicas. Con filas y filas de estanterías repletas hasta arriba de libros y un pasillo central con largas mesas y numerosas sillas, es el espacio ideal para la investigación de cualquiera de los temas de estudio mágicos e incluso muggles que se puedan imaginar.

Con diferentes secciones, la biblioteca cuenta con dos plantas y varias zonas de estudio no solo con mesas y sillas, sino también sofás, butacones y alguna que otra pequeña chimenea. Las estanterías, que llegan hasta el techo, colman casi todo el espacio, creando casi un laberinto de pasillos en los que, aunque estén bastante ordenados, es fácil perderse en la lectura de los lomos de sus miles de libros. Se dice que estos poseen encantamientos que impiden que puedan ser rotos o dañados, aunque ha habido veces que algún que otro torpe estudiante ha logrado tal hazaña.

Todos los libros pueden ser prestados para que sean llevados fuera de este espacio, pero el préstamo debe ser autorizado explícitamente por el bibliotecario o la bibliotecaria, quien domina este territorio al completo. Todos y todas los alumnos y alumnas, sin excepción, tienen prohibida la entrada a la Sección Prohibida o el préstamo de alguno de los libros que la componen sin autorización expresa de algún profesor o profesora. En esta sección se encuentran todos los tomos que versan sobre artes oscuras y magia negra.

Al frente del pasillo central, en medio de las dos puertas de acceso a la biblioteca, se encuentra el escritorio de vigilancia y préstamos. En ambas puertas reza por fuera un cartel que indica el horario:

"Apertura: 8:00 am
Cierre: 8:00 pm"

Por dentro de las puertas, el mismo cartel dicta una norma clara y que todos debéis recordar...

"SI - LEN - CIO"

Al parecer todos los bibliotecarios y bibliotecarias que han pasado por aquí están de acuerdo con esa norma inquebrantable... Si quieres seguir pisando la biblioteca durante tu estancia en la escuela.

Editado 22 Agosto por Adrian Wild

[Hecate Engosvezhof]

Era demasiado temprano pero el tiempo no acompañaba, fuertes rayos y truenos retumbaban en la pequeña habitación que tenía alquilada en Hogsmeade. No había descansado, no hacía falta. Ventaja de ser vampiro, nunca dormíamos. Sólo necesitábamos un litro de sangre fresca para estar a tope de energía para empezar a trabajar. Y así esa mañana cuando ni siquiera asomaba el sol por el horizonte, ya había tomado media botella. Me sentía fuerte y revitalizada, como si una esponja seca absorbiese todo el agua que tenía a su alrededor. Si era vampira tendría que comportarme como tal, no como humano. Nunca lo había sido bueno... descontando el breve período de tiempo había sentido como una, pero el lado salvaje siempre volvía... siempre.

Negué con la cabeza. Lo que menos me apetecía era tener que mojarme de camino al colegio y tener que cambiar de ropa pero al menos en esa ocasión había hecho las cosas bien. Coloqué una de mis puertas evanescentes dentro de un armario del dormitorio alquilado y en cuánto fui a Hogwarts solicitar el empleo de bibliotecaria, aproveché para colocar una segunda puerta a mirar cómo sería mi nuevo empleo, la coloqué detrás de una chimenea que, mediante un encantamiento, había abierto una salida y ocultada por una falsa pared de piedra que el fuego protegería la entrada secreta. 

Faltaba media hora para empezar el trabajo así que, aproveché para cambiarme de ropa. Me puse unos pantalones bombachos, botas y una blusa negras. Al cuello llevaba un amuleto que me protegía del sol y me puse un cinturón plateado en forma de serpiente, en las hombreras de la blusa había colocado unas pequeñas argollas en forma de marca tenebrosa plateada para sujetar la capa, guardé mi varita y mi monedero en el interior de uno de los bolsillos del pantalón y traspasé las puertas... Con cuidado y con paso sigilo, me dirigí hacia la parte delantera de la Biblioteca dónde me aguardaba la mesa de vigilancia y préstamos según rezaba el cartel... 

Ya eran las 8 a.m y no tardarían en llegar los primeros alumnos en busca de libros, saqué la capa y la coloqué con cuidado en el respaldo mientras sacaba pergamino, pluma y tinta... aunque no siempre estaría ahí, me tocaría hacer turnos de vigilancia en el interior de la sala... Iba a ser una mañana larga, mientras poco a poco dentro del internado empezaba a notarse movimiento y junto con los pasos, los truenos retumbaban en el interior con fiereza