Torneo de Duelos - Halloween 2024 - Primera Ronda [Jeremy Triviani vs Darla G Dumbledore]

[Volthier]

♟️Torneo de Duelos - Halloween 2024♟️

🎃Primera Ronda - Jeremy Triviani vs Darla G Dumbledore🎃

 

La sacerdotisa miraba impaciente su reloj, esperando el comienzo del siguiente combate. La pantalla gigante se encendió nuevamente, mostrando el delicado rostro de la presentadora, la querida daimon. Sostenía un micrófono y tomó aire para pronunciar con firmeza:

— ¡Pronto comenzará el siguiente combate de la primera ronda! 

En el centro del lugar, los dos cuerpos de los participantes, en trance, yacían en el suelo. Asera Uzi chasqueó sus dedos, haciendo que ellos flotaran lentamente hacia los extremos de la arena. Quedaron separados por una distancia media. La magia de la sacerdotisa los hizo incorporarse.
Volvió a chasquear los dedos. Ambos magos despertaron de golpe.

— ¡En esta ocasión duelearán Jeremy Triviani vs Darla G Dumbledore! — gritó la anunciadora.

La magia de la sacerdotisa comenzó a hacer efecto sobre la piedra blanca y lisa de la arena donde se encontraban el mago y la bruja. Las Arenas de Combate nos presentaban lo que parecía ser un claro de un bosque, donde los árboles crecían muy juntos sobre los límites de aquel área circular y se iban separando entre sí hacia los bordes. El enorme claro en el centro despejaba el escenario para los rivales que se enfrentarían en aquel momento. Se podían notar unos cuántos troncos caídos y secos y muchas hojas que actuaban como un colchón suave sobre el suelo.

El césped verde contenía el paso de cualquier persona. En uno de los lados de aquel escenario circular, comenzaba un camino de bloques de piedra pero que a unos cuántos metros era cortado de manera brusca por el límite de la cúpula mágica. Tal vez eso funcionaba como un camino real a algún castillo o templo. Porque allí se encontraba una estatua de unos tres metros de alto sobre un pedestal, que solo la sacerdotisas sabía que era ÉL.

— ¡Comiencen! — dijo la anunciadora.

Uno de los sirvientes de la sacerdotisa hizo sonar un gran cuerno, anunciando el inicio de ese duelo..

 

OFF

 ____REGLAS

• Los duelos tendrán un sistema de puntos:
  • Ganar el duelo otorga 20 puntos (máximo puntaje).
  • Calidad de rol 1 a 10 puntos.
  • Utilización de hechizos 1 a 10 puntos.
• En caso de empate o duelo inconcluso, ganará quien se acerque más a los 20 puntos.
• Se exigirá un mínimo de actividad. Por cada 48hs pasadas de la última respuesta, se restará un punto a la calificación final.
• Cualquier duda se resolverá en el Tablón de la Sala de Duelos (siguiendo las mismas reglas ya establecidas sobre veredictos).
• En esta ronda duelearán con Hechizos hasta Legionario/Tempestad + hechizos hasta Libro de Sangre (inclusive). 
• El nivel de sus personajes es irrelevante. Solo importa el rango de la ronda y están en completa igualdad de condiciones.
• No se permite el uso de consumibles
• No se permite interactuar en el duelo con la tribuna, presentadora, sacerdotisa ni ningún otro personaje no jugador (NPC) mencionado. 
• Este topic estará abierto hasta el día 7 de Noviembre 2024
• El iniciador del duelo se determina de forma aleatoria
• Inicia el duelo Darla G Dumbledore:

 

[Darla G Dumbledore]

Se había sumido en un extraño sueño en el que sentía que era llevada en andas, como una marioneta sin sentido hacia algún lado. Podía sentir bajo ella una arena suave pero fría, un aire místico a su alrededor y juraría que había soñado con sacerdotisas y dioses todopoderosos. Pero cuando despertó se encontró de pronto en medio de un claro de un bosque. O no.

Podía sentir como había flotado su cuerpo y juraría que segundos antes de que abriera los ojos ¿los abrió o despertó de un trance? No estaba segura, pero creo que en ese momento no tenía mucha importancia. Miró rápidamente a su alrededor, acababan de anunciar una contienda, un duelo y ella era una de las participantes, miró a los siete metros frente a ella, Jeremy. ¿Cuándo había sido la última vez que se había cruzado con el Triviani? Frunció el ceño.

La brisa que provenía de los árboles le trajo el aroma de álamos y pinos, gracioso, los troncos secos a tres metros de ella y cuatro de Jeremy parecían tener un largo de dos metros, con un diámetro de quizás setenta centímetros, pero eran huecos. El camino de piedras le recordaban las calles de adoquines de su ciudad de crianza, no eran rocas respetables, no para usarlas por separado, no llegaban a los 20 cms de largo siquiera. Lo que sí era interesante era la estatua y las aves posadas sobre ella, y en los árboles, observándolos, búhos, curioso, dada la hora, y otros similares a los kará kará que ella conocía. ¿Dónde estaban?

Volvió su mirada hacia Jeremy se adelantó unos pasos, achicando la distancia entre ellos un metro. Hizo una reverencia mientras Edelweiss se materializaba en su diestra y susurró con calma.

—Tanto tiempo antiguo amigo, espero que estés bien y espero que salgamos con éxito de este lugar —giró veloz la varita haciendo una floritura apuntando hacia Jeremy, no parecía tener mucho sentido lo que hacía, pero fue lo primero que pensó, recordando viejos tiempos y tal vez no tanto, pero sobre todo la deuda que él tenía para con ella Zancadilla, pensó e inmediatamente el embrujo ató alrededor de las piernas de su ex compañero un lazo mágico que, tras atar sus tobillos, provocó que cayera al suelo de bruces, no sabía si le haría morder el polvo al final o él le ganaría, pero al menos sabía que le había hecho morder el polvo, o más bien el pasto, al principio.

— Ya skuchal po etomu chertovomu svarlivomu —susurró en voz baja.

[Jeremy Triviani]

Jeremy despertó en la arena con una mezcla de asombro y entusiasmo, recordando el nombre que acababan de anunciar junto al suyo. Darla G Dumbledore. Había pasado mucho tiempo desde la última vez que se encontraron en un duelo, y la emoción del reencuentro le arrancó una leve sonrisa que disimulo rápidamente. Con movimientos ligeros, se puso en pie, vestido con una túnica musculosa blanca y un leggins gris, ideal para el combate, y sin zapatos, disfrutando de la frescura del césped bajo sus pies.

Pero Darla no esperó a que recuperara la compostura. Con un movimiento astuto, lanzó un hechizo que hizo que los tobillos de Jeremy se enlazaran y lo tiraran al suelo de bruces. Con una carcajada contenida, Jeremy se quedó en el suelo dispuesto a soportar el tiempo necesario para su libertad. Sabia que era presa fácil, pero no iba a quedarse atrás, ya pensaba en una contraofensiva. Levantó su varita y pronunció con voz grave:

- Sectusempra - Un rayo oscuro y afilado se dirigió hacia el pecho de Darla, impactándola con un corte profundo y sangrante que podría llevarla al mundo de los muertos si aquello era posible. Jeremy vio cómo ella intentaba mantenerse firme, pero el hechizo había cumplido su propósito de herirla y crear un momento de distracción un poco amargo por la alegría interna - Gotov povtorit' staryye vremena i nemnogo... podrobneye.

Otra sonrisa se formo en el rostro del vampiro antes de agregar:

-Morphos -Frente a él, un tronco viejo y partido, se oscureció y comenzó a tomar forma hasta convertirse en una pantera negra y poderosa, de ojos brillantes y cuerpo ágil. La criatura se colocó a su lado, un guardián elegante y letal, lista para proteger al Triviani de cualquier amenaza mientras él se recuperaba de la caída.

La mirada de Jeremy no dejó la figura de Darla, y con una chispa de nostalgia, murmuró:

-Aunque no lo creas...siempre supe que te encontraría así... luchando.

La pantera negra seguía a su lado, preparada para protegerlo. Jeremy observó con interés cómo Darla reaccionaba a sus ataques. Esperando internamente que pudiera presentar batalla. 

[Darla G Dumbledore]

La pelirroja siempre iba a considerar que el mago frente a ella le había robado a una de sus mejores amigas. Las brujas se habían alejado quizás por las circunstancias de la vida, pero ella siempre había tenido aquel tire y afloje con el ruso y eso no se olvida fácilmente. El taconeo de las sandalias de Darla era apagado por el césped alrededor y la brisa apenas se sentía moviendo el vestido gris que llevaba puesto, se calmó y dejó quietos sus pies. ¿A quién se le ocurre justo vestirse con un vestido de escote espejo y falda acampanada para un duelo? En realidad, ella estaba vistiéndose para una cita y le había encantado aquella prenda tan colorida y se había olvidado por completo del torneo. Quizás por eso también había lanzado aquel hechizo sobre Jeremy, por enojo, más con ella, que con él.

Aunque quizás él sí se había molestado más con ella, pero bueno, también era una realidad que estaban en un duelo. Apenas Jeremy lanzó contra ella aquel rayo oscuro la vampiresa pensó en una Salvaguarda Mágica e intercaló el efecto antes de que el rubio lanzara su próximo hechizo. Darla sonrió, disfrutando aquella extraña sensación que provocaba el efecto de volverse intangible, el hechizo no la impactó, sino que el rayo la atravesó como si ella fuera un fantasma o no existiera, no pudo evitar fingir respirar aliviada.

No había recibido daño alguno, pero no podía seguir jugando, el mago acaba de poner cerca de él una protección. Y, además, si él quería recordar viejos tiempos, ella le daría el gusto de una manera muy especial. Extendió su brazo izquierdo apareciendo en su zurda una daga a la que se aferró con fuerza mientras hacía un rápido movimiento cortándose los tendones de la mano hábil con que ambos sostenían sus varitas, tuvo que hacer un gran esfuerzo y ayudarse con la misma mano de la Daga del Sacrificio.

—Immolo oppugnare —había dicho con voz firme al momento de efectuarse el corte que se repitió sobre su actual rival, pero para entonces ella ya había pensado en un Curación, curándose la herida que se había autoprovocado con la daga del sacrificio. El efecto había sido inmediato y en el aire la brisa le trajo el aroma de la sangre de Jeremy, estaba segura de que estaba disfrutando de ese aroma tanto como él había disfrutado sentir el aroma de la sangre de ella.

—Y aunque tú no lo creas —se dignó a responder la bruja, mostrándole una parte de su esencia real al mago, —yo siempre esperé que fuera en un ámbito más apacible, como dos viejos amigos que pueden compartir una vez más unas copas, como en el pasado… es una pena… —agregó en un tono más bajo, sin dejar de observar ni a Jeremy ni a su pantera negra.

[Jeremy Triviani]

Jeremy permaneció sereno, su expresión reflejaba la determinación que había ganado a través de años de experiencia en duelos. La calma con la que había asumido el encuentro con Darla desapareció, transformándose en una intensidad calculada que hacía evidente su decisión de dejar a un lado la nostalgia. La daga y la estrategia de sacrificio de Darla lo habían alertado, pero no lo distraían de su objetivo. Con un movimiento ágil y sin vacilación, alzó su varita.

-Floreus - Susurro en voz baja. 

Quería neutralizar cualquier próximo ataque de su rival, mientras la observaba con una leve sonrisa de complicidad y nostalgia. A continuación, extendió su mano como un saludo mientras le ordenaba un poderoso ataque a su pantera negra. La criatura, una poderosa bestia conjurada con el hechizo Morphos, se movió como una sombra sin ruido, tomando velocidad hacia Darla, por un costado, siempre dejando libre su persona a la vista de Jeremy, y lanzándose directo a su cuello para destrozarlo, con las garras listas para aferrarse a su muslo izquierdo y terminar de herirla mortalmente. 

El ruido de las flechas cortando el aire llenó el claro. Jeremy había lanzado un Seccionatus apenas después, sin perder tiempo, invocando doce flechas que volaron en dirección a Darla en una sucesión rápida y precisa, dispuestas a infligir un daño significativo en su pecho, mientras él seguía los movimientos de la pantera para aprovechar cualquier oportunidad que se presentara ordenándole defenderlo llegado el caso.

Un olor metálico inundó el aire cuando el aroma de la sangre de Darla lo alcanzó, agudizando sus sentidos. En un instante fugaz, Jeremy saboreó aquella sensación, sintiendo cómo la esencia de su oponente avivaba su instinto vampírico. Era un recuerdo tangible de los viejos tiempos, un impulso oscuro y familiar que lo atraía aún más a su enfrentamiento con ella.

Aprovechando ese instante de intensificación de sus sentidos, invocó Curación sobre sí mismo, reparando la herida del sacrificio de Darla. Una herida que compartieron por un breve periodo de segundos. Le dedicó una última mirada, llena de intensidad y desafío.

—Unas copas, Darla... Claro, aunque nunca hemos sido exactamente bebedores de la misma sustancia, ¿verdad? 

[Darla G Dumbledore]

Lo que siguió a continuación fue algo más que caótico, en aquel espacio abierto era obvio que lo que hacían era visible para todos, no solo para los espectadores, si los había, sino para ellos dos. Era como estar en la pista central de un circo, pero en lugar de espectadores a los costados tenían el bosquecillo y el camino que le recordó por unos momentos al del Mago de Oz ¿o sería el Camino de las Brujas?

La balada, en su versión latina, volvió pegadiza a sus recuerdos y la pelirroja se obligó a reaccionar ante aquella criatura que venía hacia ella, la pantera creada por Jeremy, la cual ya no estaba tan tranquila cuidándolo, sino que ahora, agazapada contra la maleza o gramilla, que no era para nada alta, se acercaba feroz hacia ella.

Al sendero voy ♪, el canto una vez más volvió a su mente en el momento en que levantó ambas manos, la zurda con la filosa daga del sacrificio, aún manchada con su propia sangre, y la diestra con su varita. Y sucedió…

Bruja, bruja soy ♫ pensó, mientras de sus labios escapaba un simple hechizo apuntando hacia la pantera que en ese momento saltaba y su zurda se dirigía veloz hacia el pecho del animal.

—Sectusempra —y el ramo de rosas negras cayó sobre el “cadáver” de la pantera a la acaba de clavar en el corazón la daga del sacrificio, volviéndola a convertir en un tronco cuyos restos se destrozaron al caer a sus pies, haciéndose añicos, lo mismo que la manga del vestido de la pelirroja, el daño había sido superficial, con las garras, sin clavarle los dientes, dejándola con más tiritas en su vestido y la piel arañada. El muy maldito le había mandado una pantera y flores, vaya cortesía.

Lo siguiente no tenía más sentido que lo que había ocurrido primero, Darla dudaba, ¿eran flechas o eran medialunas? Podría haber elegido saber que no eran nada, pero fueran lo que fueran solo pudo negar con la cabeza, riéndose por dentro mientras hacia una floritura con Edelweiss, dirigida hacia la filosa docena de armas que se acercaban.

Evanesco, pensó la vampiresa, viendo como las flechas con forma de medialunas o las medialunas con forma de flechas o lo que demonios fueran los doce elementos que venían hacia ella, desaparecían, Darla retrocedió un par de pasos, mirando seria al rubio mientras la distancia volvía a ser los siete metros originales.

—Díselo a tu perfil de novato que se cree líder, Askar, Triviani o como te llames ahora Jeremy —iban uno a uno, el daño, las palabras sobre su persona, los recuerdos y, era obvio, no eran un buen espectáculo para los espectadores del bosque. Quizás iba siendo hora de mover más piezas en el tablero, pero ¿en verdad? Iban a tener que ser jugar más duro si querían salir de aquella cúpula de cristal, que le recordaba a una serie muggle por cierto y hasta a una película que había surgido de una serie de dibujos animados.

—Dlya vashego zdorov'ya —murmuró la vampiresa, levantando la daga que ahora estaba manchada también con la sangre de lo que había sido la pantera negra.

[Jeremy Triviani]

El vampiro sentía una pulsión casi primitiva mientras la sangre de Darla impregnaba el aire, el olor dulce y metálico que lo incitaba a saborear cada gota. La pantera negra, creada con el poderoso Morphos, había cumplido con precisión mortal su cometido: profundas heridas cruzaban el torso de la vampiresa, desgarrando su piel y dejando al descubierto fragmentos de carne destrozada y sangrante. Con una mirada feroz y fría, Jeremy notó cómo la bruja, en su intento de conjurar un hechizo, solo lograba crear un ramo de rosas negras, un efecto inofensivo y estético gracias al Floreus que él había invocado para sabotear su varita.

-Maldición -susurró Jeremy con voz firme, disfrutando de su ventaja.

La bruja intentó otro movimiento, pero el nuevo hechizo resultó patéticamente inofensivo, sin siquiera rasgar el aire frente a ella. Fue en ese momento que las flechas/medialunas cortantes de Seccionatus alcanzaron su objetivo, aumentando los cortes profundos y grotescos a lo largo de su piel, cada uno abriendo nuevos ríos de sangre. La sonrisa de Jeremy se volvió sombría y cruel, complacido al escuchar el creciente aplauso del público, aunque su atención estaba fija en el tenue susurro de las últimas palabras de Darla.

Con un último ademán, alzó su varita y susurró con una frialdad calculada:

—Tvoya, Darla, dorogaya... Incendio.

Las llamas se liberaron de su varita, envolviendo el cuerpo de Darla en un fuego abrasador que crepitaba y consumía su figura, iluminando con sombras danzantes el claro del bosque. El espectáculo había concluido; Jeremy observaba las llamas con una calma gélida, reconociendo que aquel enfrentamiento no le había dado el placer de la victoria. Más bien, le despertaba un inesperado respeto hacia la bruja de cabellos rojos, que había luchado hasta el último aliento antes de sucumbir.

 

[Darla G Dumbledore]

¿Qué podía decir? Su cuerpo se sentía agotado, no sabía por qué de pronto el ambiente de aquel lugar le resultaba opresivo. Un cambio de ánimos muy particular quizás era porque sentía lo que había ocurrido en algún otro punto de aquella competencia con una persona cercana a ella. Ahora se encontraba frente a un dilema. Notó la expresión de Jeremy y se dijo a sí misma, al diablo con todo. La sonrisa volvió a dibujarse en sus labios, a pesar de los pesares.

—Eres un payaso —murmuró tratando de que a su mente no volvieran los recuerdos de la Taberna en la que compartían bando y bebidas, como fuera, un episkey le ayudó a sanar las heridas que la pantera by Jeremy se habían abierto sobre su piel a la altura del brazo y la parte superior del pecho, justo antes de que unas llamas se dirigieran hacia ella. Sabía que por más que la hubiera maldecido no podía impedir que se curara, pero su actitud… no pensaba dejar que hiciera una barbacoa… con ella…

—¿Ves que tengo razón? —gruñó ante las palabras que habían salido de los labios del rubio, su varita hizo una rápida floritura mientras por su mente pasaba un nuevo hechizo aguamenti, el chorro que surgió de su varita apagó las llamas que habían surgido de la varita del Triviani, hacia las cuales había dirigido a Edelweiss con la intención de finalizar el fuego, no pensaba dejarle jugar así con ella, bueno, no tenía muchas opciones en ese momento, pensó mientras de reojo observaba los árboles y la estatua. Extrañaba horrores el hechizo que les daba vida a las estatuas, era tan ufff… sexy no era la definición pero provocaba una excitación general ver como una estatua cobraba vida y saltaba bajándose de su pedestal, generalmente en una postura tan guerrera que a veces no coincidía con la figura que representaba. Pero mejor se dejaba de soñar, tenía un varón de carne y hueso frente a ella y no parecía dispuesto a dejar de atacar.