Torneo de Duelos - Halloween 2024 - Primera Ronda [Eliah Selwyn R. vs Cillian Haughton]

[Volthier]

♟️Torneo de Duelos - Halloween 2024♟️

🎃Primera Ronda - Eliah Selwyn R. vs Cillian Haughton 🎃

 

Cada vez menos; solo faltaban unos cuantos combates para que la sacerdotisa reclame a su campeón/a y por fin pueda completar el ritual. La pantalla gigante se encendió nuevamente, mostrando el delicado rostro de la presentadora, la querida daimon. Sostenía un micrófono y tomó aire para pronunciar con firmeza:

— ¡Se viene un nuevo combate en esta primera ronda! 

En el centro del lugar, los dos cuerpos de los participantes, en trance, yacían en el suelo. Asera Uzi chasqueó sus dedos, haciendo que ellos flotaran lentamente hacia los extremos de la arena. Quedaron separados por una distancia media. La magia de la sacerdotisa los hizo incorporarse.
Volvió a chasquear los dedos. Ambos magos despertaron de golpe.

— ¡Fuerte el aplauso para Eliah Selwyn R. y Cillian Haughton! — gritó la anunciadora.

La magia de la sacerdotisa comenzó a hacer efecto sobre la piedra blanca y lisa de la arena donde se encontraban el mago y la bruja. Las Arenas de Combate se habían convertido justamente en arenas, pero en las más calientes que había del planeta. Seguramente eran procedentes de algún desierto ya que se podía sentir que irradiaban un calor fuerte, imaginando que sería como estar en el borde de un volcán. No había ni una gota de agua, pero si en ése escenario crecían algunos cactus amontonados, con la ventaja que podían contener en su interior los líquidos necesarios para poder sobrevivir en un ambiente como aquel, pero los pobres sobrevivientes no llegaban a una altura de las rodillas de una persona.

En otro de los rincones del escenario circular había un esqueleto ¿De una vaca? ¿De un toro? ¿De un caballo? No se definía muy bien porque el cráneo no estaba, pero si el resto del cuerpo, siendo de gran tamaño. Por momentos el terreno ascendía un poco y en otros descendía. También había algunas roca de tamaño medio esparcidas por el terreno y lo que parecían restos de algunas ruinas muy antiguas al costado del círculo: columnas rotas, una puerta tumbada y pedazos de una estatua.

— ¡Comiencen! — dijo la anunciadora.

Uno de los sirvientes de la sacerdotisa hizo sonar un gran cuerno, anunciando el inicio de ese duelo..

 

OFF

 ____REGLAS

• Los duelos tendrán un sistema de puntos:
  • Ganar el duelo otorga 20 puntos (máximo puntaje).
  • Calidad de rol 1 a 10 puntos.
  • Utilización de hechizos 1 a 10 puntos.
• En caso de empate o duelo inconcluso, ganará quien se acerque más a los 20 puntos.
• Se exigirá un mínimo de actividad. Por cada 48hs pasadas de la última respuesta, se restará un punto a la calificación final.
• Cualquier duda se resolverá en el Tablón de la Sala de Duelos (siguiendo las mismas reglas ya establecidas sobre veredictos).
• En esta ronda duelearán con Hechizos hasta Legionario/Tempestad + hechizos hasta Libro de Sangre (inclusive). 
• El nivel de sus personajes es irrelevante. Solo importa el rango de la ronda y están en completa igualdad de condiciones.
• No se permite el uso de consumibles
• No se permite interactuar en el duelo con la tribuna, presentadora, sacerdotisa ni ningún otro personaje no jugador (NPC) mencionado. 
• Este topic estará abierto hasta el día 7 de Noviembre 2024
• El iniciador del duelo se determina de forma aleatoria
• Inicia el duelo Cillian Haughton:

 

[Cillian Haughton]

Cillian parpadeó, el calor asfixiante lo aturdía ya que este parecía envolverlo desde todos los ángulos. La arena resplandecía como si estuviera al borde de un volcán, y el aire seco y abrasador dificultaba hasta el respirar. A medida que su visión se aclaraba, su mirada se posó en la figura de su hermana al otro lado de la arena, y su pecho se tensó. Sabía que aquello podía pasar, pero eso no hacía que la situación fuera más fácil de enfrentar.

Apoyó un pie en el suelo, sintiendo cómo la arena escaldaba a través de sus zapatos. La imagen de Eliah, firme y con esa expresión determinada, lo hizo contener la respiración por un momento. Había algo extraño en ver a su hermana de aquella forma, pero no tenía tiempo para dudar así que comenzó a dar un par de pasos para situarse en un punto de la arena en que le permitiera ganar un poco de ventaja.

Respiró hondo tratando de estabilizar sus pensamientos y preparándose para lo que estaba por venir. Una vez que estuvo en el punto de la arena que deseaba, sin decir nada, levantó su varita con un movimiento rápido. Podía sentir como sus musculos se tensaban mientras apuntaba con su varita, listo para atacar antes de que ella pudiera hacer su primer movimiento.

Justo antes de conjurar el hechizo, su mente se llenó de un solo pensamiento: "Lo siento, hermana". Pero aquello era un torneo y estaban ahí para demostrar quién era el mejor, no para tener consideraciones —. Vitae — murmuró apuntando hacia el esqueleto indefinido que se encontraba a solo un par de metros de él logrando así que este cobrara vida convirtiéndose en un extraño esqueleto-rinoceronte el cual en cuestión de segundos atravesó el espacio que había entre él y Cillian, posicionándose frente él en forma de protección.

 

@ Eliah Selwyn R.

[Eliah Selwyn R.]

No sabía como lo hacía pero últimamente siempre que tenía que enfrentarse a alguien era en un lugar donde el calor era casi agobiante. Estaba sudando y aquellas arenas no eran de ayuda puesto que ardían bajo sus botas. Era el aspecto parecido al de la cercanías de un tipo de volcán o algo por el estilo, puesto que había esqueletos por aquel lugar, además de cactus, era una mezcla extraña entre desierto y lugar volcánico. Intento mostrarse impávida, firme y serena contra su contrincante, pero algo hizo que sus labios rasgados por el calor se abrieran sorprendía ante lo que tenía delante.

No podía creerse lo que veía enfrente de ella, no podía ser otra persona, no. Maldijo por sus adentros que aquella persona fuera su hermano, aquel mago que siempre sería su hermano pequeño. Trago la poca saliva que tenía en su boca mientras apretaba el puño donde no llevaba su varita con cierta ira. ¿Por que estaban siendo tan injustos con ellos? la costaría una eternidad no solo atacar a Cillian, por que además de su hermano era el líder de la marca tenebrosa, su Líder. Aquella persona que había confiado tanto ella y que la había dado un poder que sin duda honraría.

Negó con la cabeza sacando todas las ideas, tenía que sobrevivir, más tarde pensaría pedir un favor a Lucifer para que devolviera a la vida a su hermano si era necesario. No era algo que la gustaría, tratarse con su abuelo Lucifer, pero no quedaba otra, solo esperaba que si ella era la que fallecía el Haughton fuera el que recuperaba su cuerpo allí. 

Su hermano hizo un Vitae de un tipo de rinoceronte un tanto extraño como defensa. Ella apuntó con la varita a un cactus con su mano derecha y susurró—Vitae— pronunció apuntando al cactus que se encontraba a tres metros de ella a este le salieron cuatro patas y dos cuernos que  posicionó delante de la Selwyn para defenderla. Se había imaginado un toro bravo y al menos entre cuernos andaría la cosa.

— Maldición— Pronunció apuntando a Cillian lo que haría que el hechizo que saliera de su boca saliera mal pronunciado de la boca de cillian. De momento estaban atacando de forma pasiva-agresiva, y eso en cada momento sería peor.

[Cillian Haughton]

El calor opresivo lo envolvía, y Cillian podía sentir el sudor que bajaba por su cuello mientras el aire denso y abrasador quemaba al respirar. Miró fijamente a Eliah, quien sostenía la varita con fuerza, su expresión cambiando al darse cuenta de a quién tenía enfrente. Por un segundo, dudó, recordando los años que compartieron. Pero ese instante fue fugaz. No había vuelta atrás.

Cuando notó el conjuro formándose en los labios de Eliah, Cillian levantó su varita rápidamente, apuntando directo a ella.

—Silencius —murmuró con determinación apuntando hacia Eliah.

El hechizo la alcanzó, silenciando sus palabras justo antes de que lograra maldecirlo. Su varita tembló en el aire sin emitir sonido alguno, y Cillian sintió un mínimo de alivio al evitar el conjuro. Pero apenas tuvo tiempo para respirar cuando percibió un movimiento pesado en la arena. El esqueleto-rinoceronte, con sus cuernos afilados, se tambaleaba hacia Eliah, como si estuviera deseoso de atacarla así que aún cuando Cillian no quería dañarla de gravedad terminó ordenándole que la atacara.

Sin perder tiempo, Cillian se giró y apuntó con su varita al cactus que su hermana había animado.

—Sectumsempra —pronunció con precisión apuntando al cactus-toro.

Un destello violento salió de la varita de Cillian, cortando el aire hasta impactar en el cactus-toro, desintegrándolo en una explosión de espinas y savia. La criatura que su hermana había creado estalló en pedazos, dejando solo restos que se dispersaron en la arena. En el instante de la explosión, el esqueleto-rinoceronte, como si el hechizo lo hubiera potenciado aún más, aceleró su carga hacia Eliah, embistiéndola con brutalidad. El impacto lanzó a Eliah hacia atrás, y cuando cayó al suelo, una gran herida en su pecho marcaba el lugar donde el cuerno del esqueleto había penetrado. Cillian sintió una punzada en su interior, pero no podía ceder al temblor de sus manos.

@ Eliah Selwyn R.

[Eliah Selwyn R.]

Su mente trabajaba a mil por hora mientras intentaba saber que estaba pasando, había escuchado aplausos, ¿Había una pantalla? todo eran tan confuso, pero parecía que eran los protagonistas de algún juego macabro. Ella no recordaba nada, quizás una voz dentro de la oscuridad que hablaba de los diferentes tipos de sangre. Lo que fuera no podía entretenerse con aquellos pensamientos, aunque por lo visto el intercambió de hechizos tampoco era algo muy trascendental.

El calor seguía agobiando ala Deimon, notaba como el sudor salía por cada poro de su piel y como la garganta la tenía reseca. Podría ser que aquellos cactus tuvieran agua, pero podría entretenerse en romper uno de ellos y beber, no lo creía. No sabía si sobreviviría pero el calor provocaba que la piel de sus labios se resquebrajara a cada a palabra que emitía. Debía de ser quizás rápida y concisa en sus ordenes, no podía gastar energía mientras sus ojos claros eran bastante afectados por aquel calor.

En su mente maldecía por tener que duelear en aquellas condiciones, no solo con aquel rubio sino cuando la tocó duelear la última veces con Lucrezia. La gusto aquel duelo aunque salió peor parada, solo esperaba no tener los mismos problemas de aquel duelo. Ahora por lo que notaba es que era un duelo de vida o muerte y el que ganará se libraría o quizás hubiera otro enfrentamiento. No estaba en la mente de aquella sacerdotisa macabra que había escuchado su voz en algún momento.

El hechizo suyo, el de la maldición, ni siquiera salió puesto que el Silencius que le mando el Haughton provocó que se quedará muda y no pudiera pronunciar nada. Pero debería arriesgarse, debería optar por algo más, no podía dejarse atacar y no hacer nada, por mucho que fuera su familia y su líder debería de contestar. Además debería mostrarle su valía como mortifaga y que estuviera orgulloso de ella por la decisión del cargo que la había nombrado.

Pronto la decisión de su hermano de seguir aquello hizo volver en si a Eliah cuando el rinoceronte vitae creado por Cillian se dirigió hasta la Selwyn decidido de atacarla. Solo tuvo que hacer un movimiento rapido de la varita nada más arrancó hacia ella para apuntar a aquel Vitae rinoceronte de esqueleto—Sectusempra—Pronunció claramente para que un rayo saliera de su varita e impactar en el Vitae dejando fuera del juego a aquel objeto inanimado. 

Su varita ahora cambió de dirección lo más rapido que pudo Eliah para acabar apuntando al pecho de su hermano.—Seccionatus—pensó así que la varita vibró mientras salía de ella 12 medias lunas que impactarían contra el pecho de Cillian mientras sus ojos con ojeras marcadas por el ambiente de aquel lugar pedían perdón en silencio a su pequeño hermano.

[Cillian Haughton]

El calor aplastante se le hacía insoportable, el sudor bajando por su cuello y la arena ardiendo bajo sus botas, pero Cillian no desvió la vista de su hermana. Eliah había logrado destruir al esqueleto-rinoceronte que él había invocado, pero su resolución permanecía intacta. No había tiempo para permitir que la culpa o el afecto lo hicieran titubear.

Sin vacilar, alzó su varita y, con voz firme, lanzó su siguiente hechizo:

— Furnunculus —murmuró, apuntando directo a Eliah.

Un rayo surgió de su varita, dirigiéndose hacia ella. Con lo cual logró que su hermana terminará totalmente cubierta de forunculos y ampollas que terminarían debilitándola y dándole una pequeña ventaja. Sabía que los efectos podrían forzarla a buscar una cura rápida si no quería quedar fuera de combate.

Sin embargo, apenas lanzó el hechizo, notó cómo la varita de Eliah se alzaba de nuevo. Una serie de medias lunas luminosas surgió de la punta, cortando el aire en su dirección. Cillian apenas tuvo tiempo de reaccionar; sus labios ya formaban el hechizo defensivo.

— Evanesco —pronunció rápidamente, apuntando con precisión a las medias lunas.

El hechizo salió y las medias lunas qué estaban casi a punto de impactar desaparecieron en el aire, logrando neutralizar el ataque antes de que llegaran a dañarlo. Aunque estaba exhausto y el calor agobiaba sus pensamientos, se obligó a mantener la concentración, sus labios secos y agrietados apretándose en una expresión determinada.

Eliah y él estaban envueltos en una batalla que ninguno había elegido, y la arena agobiante no les daría respiro.

 

@ Eliah Selwyn R.

[Eliah Selwyn R.]

Era lo que la faltaba en aquel momento, el calor era insoportable y recibir el impacto Furnunculus no fue para nada agradable. Ahora tenía un montón de forúnculos y ampollas por su cuerpo que no era nada agradable con el sudor que resbala por su piel. Al revés, era todo lo incomodo que había experimentando jamás en su vida. No pudo más que apretar los dientes mientras un siseo salía entre ellos mientras aguantaba aquel dolor,  hasta que pudo vislumbrar de nuevo a su hermano.

Y lo que vio la Selwyn la dejó impactada, a su hermano le había impactado el seccionatus creándole unas heridas que ni siquiera se curó, mientras se desangraba y agonizaba, la rubia maldecía por lo bajo por que demonios no hacia nada, por que había lanzando un evanesco cuando las medialunas ya estaban impactadas. Por que no se curo cuando fue necesario, ¿Habría dado la vida por ella? La gente vitoreaba y aplaudía, mientras su mirada azul no perdía de vista a su hermano, a quien  había quitado la vida.

—Finite Incatatem—pensó la Black mientras apuntaba a su propio cuerpo para finalizar aquel conjuro que había lanzando el rubio contra ella ejerciendo así un intercambio de daños entre aquellos dos hechizos. Aquellas ampollas y forúnculos desaparecieron de su cuerpo aliviando así el dolor y escozor que era afectado por el sudor.

Intentaría ganar por su hermano, pero sabía que la cosa se pondría mas difícil a partir de ahora, puesto que serían duelistas mas fuertes y seguramente mas despiadados. Además por lo visto allí, por desgracia, la familia no existía, pero lo que sí que haría era que el cuerpo de su hermano fuera recuperado para que pudiera ser resucitado. 

—Semper Fidelis...creo que soy merecedora del cargo que me otorgastes...— Pronunció con voz ahogada, haciendo una reverencia ante el cuerpo de su hermano, puesto que ella pese a la vida o a la muerte siempre sería fiel a su líder y sobre todo a su familia. Cuando pudo conectar con la realidad, después de  tener los sentidos embotados, pudo escuchar los aplausos y gritos por la ganadora, ella tenía una pena y tristeza por dentro que no podía describir. Pero debía de admitir que los aplausos a la española la enorgullecía y subía mas su ego.

[Cillian Haughton]

El dolor era tan agudo que el rubio apenas y se mantenía consciente. Las medias lunas de su hermana le habían alcanzado el pecho causandole varias heridas profundas. Su reacción fue lenta y no había logrado contrarrestar el impacto. La única defensa posible que le quedaba era sanar las heridas inmediatamente pero para ese momento ya era imposible, estaba completamente vulnerable.

La arena ardiente bajo él parecía multiplicar el dolor, y su mente, nublada por la confusión, apenas distinguía entre lo real y lo ficticio. En esos instantes no quería pensar en nada. Solo alcanzaba a ver la figura de su hermana, mirándolo con una mezcla de incredulidad y desasosiego, las mismas emociones que él sentía.

Sintió una punzada de orgullo y tristeza, reconociendo la fuerza con la que Eliah se había enfrentado a él. Aún en su último aliento, sus pensamientos se dirigían hacia ella, con la misma devoción y responsabilidad que siempre había sentido por su familia y por quienes contaban con él. Intentó alzar una mano, pero su cuerpo ya no respondía, y la oscuridad empezó a envolverlo.

Mientras su conciencia se desvanecía, susurró, apenas audible:

—Semper... Fidelis...

Con aquellas palabras, Cillian cayó al suelo, y su mirada se apagó, mientras la imagen de su hermana se desdibujaba en su mente.

@ Eliah Selwyn R.