Bosque Prohibido ~ Derek vs Cillian

Derek Lúcien · 14 de Noviembre del 2024

Su sonrisa denotaba que estaba emocionado de regresar a aquellas tierras. Hacía bastantes años que el castaño no cruzaba los terrenos de Hogwarts, y sin duda quería que aquella vez fuese para hacer uno de su varita. Aunque en los años en los que había vivido en América había practicado nuevos hechizos, la nostalgia de realizar un duelo a la antigua le embargaba. Y más sabiendo que su contrincante era un personaje no miraba hacía muchos años.

–Llegas tarde… –musitó al rubio, que aparecía en el claro del bosque en el que el castaño lo había citado.

El bosque prohibido era sin lugar a dudas una locación perfecta para aquel entrenamiento, no sólo por la cantidad de objetos inanimados que encontrarían, sino también porque prefería los lugares alejados de las muchedumbres. La última vez que ambos magos se habían visto había sido en una ceebración, y aún le faltaba saldar unas cuantas cuentas con Cillian.

Derek iba vestido como usualmente lo hacía en aquellos años, unos pantalones de corduroy marrones, y una camiseta a cuadros que mantenía su figura abrigada, ya que las temperaturas estaban descendiendo y la brisa de la noche era mucho más fría que hacía unas pocas semanas. Unas zapatillas que hacían conjunto hicieron quebrar unas ramas cuando el castaño dio un paso adelante, antes de hacer una reverencia hacia su ahora oponente.

–Veamos de qué está hecho, Haughton –musitó, mientras esperaba que su oponente enfunde la varita.

A su alrededor, algunos troncos secos, y pequeñas rocas se encontraban, y sabía que en la cercanía algunos animales salvajes se movían, pero no les prestó mayor atención. La luz de la luna iluminaba el pequeño claro en el que se encontraban, y los gigantescos árboles se levantaban a algunos metros detrás de él. Guardó una distancia prudencial del rubio, y luego de pensar su primer hechizo,

–Confringo –conjuró, haciendo que un rayo brilloso salga disparado de su varita en dirección a los pies del líder de la marca. De no protegerse, o parar e rayo, la explosión haría que el suelo debajo del personaje explote, lanzándolo a él por los aires y haciendo que sufra heridas que aunque no letales, debería de curar.

@ Cillian Haughton

**Cillian Haughton** · 19 de Noviembre del 2024

El destello de la luna iluminó el bosque prohibido, otorgándole al claro un ambiente casi irreal, como si el tiempo se hubiera detenido solo para ellos. Cillian observó al castaño con una mueca que intentaba parecer una sonrisa, aunque era evidente que no le complacía del todo la idea de estar allí, enfrentándose a Derek. Hacía años que no cruzaban palabras, y mucho menos varitas, pero la provocación de Derek había sido demasiado tentadora como para ignorarla.

–Llegaré temprano cuando te ganes mi puntualidad –respondió el rubio con desdén, desenvainando su varita con un movimiento elegante. El brillo oscuro en sus ojos denotaba que no planeaba ser indulgente.

Antes de que pudiera prepararse del todo, el rayo brillante del Confringo salió disparado hacia él. El suelo debajo de sus pies comenzó a vibrar con el impacto de la explosión, obligándolo a dar un salto hacia atrás para evitar ser derribado. La onda expansiva le alcanzó parcialmente, causandole un par de heridas que ya se encargaría de curar más adelante.

Reaccionó rápidamente, apuntando con su varita mientras sus labios pronunciaban con fuerza:

–¡Expelliarmus!

Un rayo salió disparado hacia Derek, directo a su pecho. El cual al impactar le arrebataría la varita de las manos, un movimiento táctico que podría darle ventaja en el enfrentamiento. Mientras tanto, no esperó para ver el resultado, ya que su mente estaba calculando el siguiente paso.

Con un movimiento sutil de muñeca y sin pronunciar palabra, invocó Seccionatus. Una ráfaga de flechas mágicas, afiladas como cuchillas, salió disparada de su varita en una trayectoria precisa hacia Derek. Estas se distribuyeron en forma de abanico, amenazando con cortarle cualquier vía de escape. Cillian mantenía su distancia, observando cada movimiento del castaño, dispuesto a prever y reaccionar ante cualquier maniobra.

–No es personal, Derek –comentó con frialdad, su voz cargada de ironía–. Bueno, tal vez un poco.

Derek Lúcien · 19 de Noviembre del 2024

No le había dado tiempo al rubio de evitar el ataque, por lo que ahora la distancia que los separaba era aún más grande luego de la explosión. Sonrió ligeramente al saber que ahora los casi doce metros que los separaban sería una ventaja, ya que tendría unas milésimas de segundo más para contrarestar los ataques que el lider seguramente le lanzaría. Y fue así, ya que casi inmediatamente después, un rayo salió disparado hacia él.

—Protego —conjuró, creando un escudo frente a él que absorvió el hechizo que intentaba dejarlo desarmado.

Odiaba que sus hechizos estén limitados, pero sabía que esta era una buena práctica para lo que se vendría en algunas pocas semanas, en donde esparaba ganar acceso a más conjuros y hechizos. Sólo tenía que ser paciente. Al igual que en aquel momento, en el que debería de esperar el momento adecuado para atacar.

Su vista estaba fija en Cillian, quien sin decir palabra, lanzó una docena de media lunas en dirección al castaño. Su mente actuó casi instantáneamente al verlas, y con un un movimiento rápido de su varita mientras su mente conjuraba un Evanesco, hizo desaparecer las media lunas que aún agrupadas empezaban su trayectoria hacía él. Su hechizo hizo efecto antes que éstas logren viajar a más de la mitad de su trayectoria que separaba a los duelistas, haciéndolas desaparecer por completo en medio del aire. Levantó una ceja en dirección a su oponente y fijó la vista en él, sorprendido.

—Ya veo que esto si es personal. Y pensar que yo venía con un son de paz para hacer de este encuentro algo amistoso...

Sus ojos se mantuvieron al tanto de lo que pasaba a su alrededor. Sólo la brisa del claro movió ligeramente los cabellos de ambos. El castaño apretó su agarre en la varita, y la levantó listo para continuar con aquella actividad.

**Cillian Haughton** · 20 de Noviembre del 2024

El brillo en los ojos de Cillian pareció intensificarse cuando Derek deshizo su Seccionatus con un impecable Evanesco. Era una táctica que pocos lograban ejecutar con tanta precisión, y aunque no lo admitiera, el rubio estaba impresionado. Sin embargo, no dejó que eso afectara su compostura; al contrario, su expresión se endureció, dejando claro que no pensaba contenerse más.

–¿Paz? –respondió con sarcasmo, agitando su varita hacia un tronco seco y pronunciando con firmeza–: Morphos.

El tronco, que yacía a pocos metros de él, comenzó a cambiar su forma rápidamente. La madera crujió y se deformó hasta adoptar la figura ágil y musculosa de un leopardo. Sus ojos brillaban con un fulgor inquietante, y su cola se movía con gracia antes de que Cillian alzara la voz para darle una orden.

–Ataca.

La criatura no perdió tiempo y se lanzó hacia Derek, sus movimientos felinos eran casi imperceptibles bajo la luz de la luna. Cillian sabía que el tiempo estaba a su favor mientras el leopardo distrajera a su oponente. Con movimientos rápidos y fluidos, volvió a apuntar su varita hacia Derek.

Zancadilla.

El embrujo salió sin necesidad de que ninguna palabra saliera de la boca del rubio, invisible pero letalmente eficaz. Un lazo mágico se formó alrededor de los tobillos de Derek, dispuesto a derribarlo de bruces mientras trataba de esquivar o defenderse del leopardo. Cillian sabía que, aunque el conjuro solo duraría un instante, era suficiente para ganar una ventaja estratégica.

–Amistoso no significa aburrido –dijo con una sonrisa apenas perceptible, que contrastaba con la frialdad de su mirada.

@ Derek Lúcien

Derek Lúcien · 20 de Noviembre del 2024

El rubio realizó una maniobra que ahora el castaño aprovecharía. EL lider conjuró un morphos de un tronco que estaba mucho más cerca del creador que de Derek, y aquellos segundos mientras el gran tronco se transformaba rápidamente en un felino, el castaño alzó la varita para atacar.

—Sectusempra —y el rayo verdoso salió dirigido al Haughton, al mismo tiempo que ahora el felino arrancaba la carrera en su dirección. Su rayo tenía casi todas las probabilidades de impactar en su oponente, ya que el felino no tenía intención alguna de proteger a su creador, y al estar a varios metros a la izquierda de él, tenía una trayectoria prácticamente impecable para impactarle. Sonrió, sabiendo que tendría una ventaja, pero no llegó a ver el impacto del rayo, ya que el felino se avalanzó sobre él, y le mordió el brazo, clavando sus filudos colmillos en las ropas del castaño, atravesandolas y llegando hasta los músculos de su brazo.

Felizmente había sido en la diestra, y al ser Derek zurdo, su varita se mantuvo aferrada a su mano. Se disponía a detener al animal, pero un lazo mágico se amarró a sus tobillos, haciendole perder el poco equilibrio que tenía y cayendo de bruces encima de la criatura que evidentemente aprovechó la situación. Pegó un grito al sentir nuevamente los colmillos del felino clavándose una segunda vez en el mismo brazo, y ahora estando en el suelo, tenía que evitar que la criatura pudiera arrancar su brazo. Sabía un hechizo que le ayudaría a controlar a aquella fiera, y mentalmente dijo Orbis Bestiarum, y observó como el efecto instantáneo relajaba las fauces del leopardo y dejaba de masticar su brazo como si fuera un pedazo de plástico.

"Arráncale una pierna a tu creador" indicó mentalmente a la criatura, la cual dio largos zarpazos para reducir la distancia que tenía con el Haughton y atacarlo. Su brazo empezaba a sangrar, y aunque era lo último que quería que pase, ahora tenía que evitar morir desangrado por las heridas que le había causado el felino.

—Veamos cuan amistoso se pone esto —musitó entre dientes sin tener intención que el rubio lo oiga. Su varita aun enfundada en su mano izquierda, la cuerda amarrada a sus tobillos, y con sangre brotando de su brazo extendido. Aquello si que era regresar a los duelos. Aún en el suelo, rotó ligeramente su torso de modo que el brazo lesionado quedó alejado del suelo, y con un movimiento de su varita pensó en curación, frenando la hemorragia y cerrando las heridas que el felino le había hecho. Aunque su ropa seguiría manchada de sangre, lo que le haría pensar al Haughton que sus heridas aún estaban debilitándolo.

OFF:

Olvidé colocar el nivel de hechizos y libros que usaríamos, aunque hablé de esto con Cillian, lo dejo por acá para que se sepa.

Nivel de Hechizos: Base/initié
Nivel de Libros: Nivel 5 (Libro de la Fortaleza)

**Cillian Haughton** · 20 de Noviembre del 2024

El Sectumsempra impactó en el costado de Cillian antes de que pudiera reaccionar del todo, dejando un corte profundo que comenzó a sangrar de inmediato. El rubio se tambaleó hacia atrás por la fuerza del ataque, pero logró mantenerse en pie. Su mano libre se llevó instintivamente al costado herido, y sus ojos negros se afilaron mientras evaluaba la situación con rapidez.

El leopardo, ahora bajo el control de Derek, dio un salto feroz en su dirección, sus garras extendidas buscando un blanco fácil. Sin perder tiempo, Cillian levantó su varita y conjuró Salvaguarda Mágica, volviéndose intangible justo antes de que el animal lograra alcanzarlo. El felino atravesó su cuerpo sin causar daño alguno, aterrizando torpemente al otro lado.

–Bien jugado, pero sigues estando fuera de tu liga –musitó entre dientes, apretando la mandíbula para ignorar el dolor que irradiaba desde su costado.

Recuperando el control de la situación, Cillian volvió a dominar al leopardo con un simple gesto mental, anulando la influencia de Derek sobre la criatura. Sin esperar más, ordenó al animal que atacara nuevamente al castaño, esta vez con la intención de arrancarle el brazo izquierdo.

El leopardo, ahora bajo el control absoluto de Cillian, giró sobre sus patas traseras con una agilidad letal, enfocándose de inmediato en Derek. La criatura lanzó un rugido ensordecedor antes de lanzarse sobre el castaño, sus colmillos reluciendo bajo la luz tenue del claro. Derek apenas tuvo tiempo de alzar la varita para intentar defenderse, pero el felino fue más rápido. Su mandíbula se cerró con fuerza sobre el brazo izquierdo del castaño, atravesando lsu piel y desgarrando carne y tendones con una brutalidad implacable.

Siguiendo la orden precisa de Cillian, no soltó su presa. Con un movimiento violento de su cabeza, sacudió el brazo de Derek de un lado a otro, el sonido de huesos fracturándose llenando el aire. La criatura tensó sus músculos una última vez y, con una fuerza devastadora, arrancó el brazo de raíz, liberando una lluvia de sangre que manchó el suelo y la piel moteada del animal.

Mientras tanto, Cillian apuntó la varita hacia su propia herida y conjuró Episkey. La magia cerró el corte y detuvo la hemorragia, aunque el dolor aún ardía bajo su piel. La sangre había dejado una mancha evidente en su camisa, pero ya no era un problema inmediato.

–¿Qué decías sobre la paz, Derek?

@ Derek Lúcien

Derek Lúcien · 27 de Noviembre del 2024

—Estarás muerto Cillian —musitó, casi inmediatamente luego de su curación. Cuando levantó su cabeza en dirección a su oponente, logró observar el preciso momento en el que el cuerpo del rubio se volvía incorpóreo y el leopardo cruzaba su cuerpo sin hacerle daño alguno. El animal, algo confundido por lo que había pasado, mostró las colmillos en un gesto de desesperación al no haber logrado su objetivo, pero al estar bajo el efecto aún de Derek, la criatura dio un nuevo zarpazo en dirección al Haughton, y esta vez logró agarrar con una de sus garras el brazo del castaño, el brazo en el que sostenía la varita.

Sabía que Cillian había cometido un grave error, ya que su hechizo de volverse incorpóreo sólo duraba una acción, pero el encatamiento que Derek había usado contra la bestia duraba más que aquello, y ahora tenía una nueva herida, que empeoró cuando el animal logró hundir sus fauces en el brazo que había logrado sujerar entre sus ágiles garras.

Aún en el suelo, el demonio giró su varita mientras pensaba en un Zancadilla. Le devolvió el hechizo al rubio, al cual el lazo mágico ataría sus tobillos y le haría perder estabilidad, mientras que la fiera aún seguía masticando su brazo como si se tratara de un pedazo de plástico. Aquello seguramente le dolería el doble, y más en su ego.

Luego que el rubio cayera de bruces, observó que movía su varita con la intención de curar una de sus heridas, pero no lo hizo apuntando al costado en el que el Sectusempra había impactado y de donde la sangre aún seguía brotando, lo que le pareció raro. El muchacho tenía ya varias heridas por curar, pero parecía que se había olvidado que tenía que apuntar específicamente a la que debía de curar. Aunque las heridas del sectusempra cerraron, sabía que el hombre aún no se había curado los cortes que el castaño le había ocasionado con el Confringo.

—Expelliarmus —musitó, aun desde el suelo, mientras sentía cómo las cuerdas que lo ataban finalmente se desvanecían.

El rayo brillante surgió de su varita y cruzó el espacio que separaba a los combatientes. Al estar casi al nivel del suelo, el rayo tendría una trayectoria limpia. El rayo desarmaría al mortífago, haciendo que su varita salte por los aires varios metros por detrás de él, y al tener el zancadilla evitando su rápida movilidad, estaba en total desventaja. Sabía igualmente que la criatura que el Haughton había invocado no tenía mucho tiempo más en batalla, y con las heridas que no había curado, tenía aquel duelo casi asegurado.

—Que la paz aveces se logra con algo de... violencia, ¿no crees? —respondió, poniéndose de pie y limpiando su traje de hojas secas y algo de tierra, para luego observar el final de Cillian con una sonrisa en los labios.

@ Cillian Haughton

**Cillian Haughton** · 3 de Diciembre del 2024

Cillian se tambaleó, su respiración entrecortada y su cuerpo cubierto de sudor frío. La sangre que aún manaba de las heridas provocadas por el Confringo empapaba la tela de su camisa y goteaba al suelo. Su varita yacía a varios metros de distancia, pero incluso si hubiera estado a su alcance, sabía que su magia estaba fallando; su cuerpo no resistiría mucho más.

—¿Violencia? —murmuró, con una sonrisa amarga que apenas ocultaba el dolor que recorría cada fibra de su ser—. Es fácil hablar de paz cuando estás jugando con las reglas.

Intentó dar un paso hacia atrás, pero sus piernas flaquearon y cayó de rodillas, jadeando. La mirada oscura y orgullosa que lo caracterizaba seguía fija en Derek, aunque la luz en sus ojos empezaba a desvanecerse.

—¿Es esto... lo que querías, Derek? —preguntó, su voz más suave pero cargada de una mezcla de burla y resentimiento—. Qué ironía, ¿no? El mártir caído por su propia arrogancia.

Un fuerte espasmo le recorrió el pecho, y el rubio tosió, manchando el suelo con pequeñas gotas de sangre. Aún así, intentó mantenerse erguido, su cabeza en alto, como si el orgullo pudiera sustituir la fuerza que lo abandonaba rápidamente.

—Si esto significa que ganas, entonces... enhorabuena. —Su tono se volvió casi sarcástico, aunque la debilidad de su voz traicionaba cualquier intento de mostrarse imponente—. Pero no te emociones demasiado. Las victorias son efímeras.

Finalmente, el peso de sus heridas lo venció, y Cillian se dejó caer al suelo de espaldas, su cuerpo inmóvil salvo por el lento y doloroso ascenso y descenso de su pecho. Su mirada permaneció fija en el cielo, negándose a dirigirla hacia Derek nuevamente, como un último acto de desafío silencioso.

@ Derek Lúcien